Mujer Decidida Rut
Mujer Decidida Rut
Mujer Decidida Rut
La historia comienza con una familia que decide abandonar su país a causa de una
hambruna feroz. Pero no era cualquier familia, ni cualquier destino al que marchaban. Era
una familia judía que abandonaba Belén (Tierra de pan) para ir tras un futuro incierto
en Moab (un país gentil que continuamente estaba en tensión con Israel y que surgió
cuando las hijas de Lot le embriagaron y tuvieron relaciones con él para tener un heredero).
Se trataba de la familia de Abimelec y su esposa Neomí, tenían dos hijos que se casaron
con dos hermanas Moabitas: Rut y Orfa. Todo parecía marchar con normalidad hasta la
muerte de los 3 esposos. El panorama era desolador: una anciana judía en tierra extranjera
con dos jóvenes nueras que no tenían la obligación de permanecer junto a ella.
Esas mujeres habían quedado en la calle; en la antigüedad las mujeres no heredaban, solo
los hombres. Así que allí estaba Noemí, pensando qué haría ella en una tierra que no era
suya, con todos sus años encima y sin heredad.
Lo lógico era que sus nueras la dejaran, ellas todavía eran jóvenes y podrían conseguir un
esposo y tener hijos. Sin embargo, a pesar de persuadirlas a que volvieran con sus
parientes, pero Rut, dijo una de las declaraciones más importantes en la historia de la
fe: “No insistas que te deje o que deje de seguirte; porque adonde tú vayas, iré yo, y donde
tú mores, moraré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios”.
Y bueno algunas tal vez piensen: ¿si no hay esposo de por medio, qué chiste tiene vivir
con la suegra? Algo muy diferente tenía Neomí que esta joven moabita había decidió hacer
tan poderosa declaración: “Ese Dios al que le sirves, ese Dios que ha hecho de ti una mujer
diferente, a ese Dios también quiero conocerle y servirle. Así que a donde tú vayas, yo iré”.
Una vez establecidas en Belén, Rut, la moabita, se encuentra en los campos de Booz, un
pariente lejano de Noemí, y él simpatiza con ella, por lo que Booz decide casarse con
ella, y al final Rut termina dando a luz a un niño judío, que terminó siendo el abuelo
del rey David.
Para conocer a fondo la historia y todos sus detalles te recomiendo que leas el libro de Rut.
1.-Le dijo adiós a su pasado. Rut era moabita, lo que posiblemente creció en un hogar
donde lo normal era todo lo contrario a la voluntad de Dios. Y aunque su pasado no era muy
bueno y pudo escudarse en algo como: “más vale malo conocido que bueno por conocer”,
ella decidió darle un vuelco a su vida.
3.- Tuvo una mentora. Rut encontró una mentora en Noemí. Dios no nos creó para ser
seres ermitaños, al contrario nos diseñó como seres sociables.
Para toda mujer en crecimiento espiritual es indispensable tener una mentora, alguien que
le guíe y pueda ayudarle en este viaje. Rut nunca hubiese llegado a Belén si Dios no
hubiese puesto a una Noemí en su camino, mucho menos hubiese conocido a Booz y se
hubiesen casado.
La única forma de conocer al Señor es pasando tiempo con Él. Debes convencerte de que
Él está contigo y no en tu contra. Debes edificar tu confianza sobre la bondad de Jesús. Así
podrás guiar a tu hijo durante su etapa de crecimiento a caminar por la senda de justicia y
verdad.
5.- Rut estaba desafiando su tradición. Rut estaba arriesgando su vida, porque en esa
época las mujeres no paseaban normalmente por donde estaban los hombres y menos si
estos estaban bebidos o en fiestas. Ella puso su confianza en Dios, y también confió en
Booz, que era un hombre moral el cual la protegería. Se armó de gran valor y tomó su
decisión.
Las “tradiciones” pueden hacernos perder el camino que Dios quiere que sigamos
Dejar de orar en privado.
Dejar de leer la Biblia.
Encuentras cualquier excusa para no ir a la Iglesia.
Problemas no resueltos.