Arquitecura POSMODERNIDAD
Arquitecura POSMODERNIDAD
Arquitecura POSMODERNIDAD
En 1966, R. Venturi publica su texto crucial: “Complejidad y contradicción en la arquitectura”, que defiende una visión
contraria a la de la arquitectura moderna, una visión contradictoria, compleja y ambigua, transgrediendo el principio de
coherencia del Movimiento Moderno.
Quiere demostrar la complejidad de la forma arquitectónica y su irreductibilidad a un solo sistema lógico – estético.
Se opone a los arquitectos tecnológicos y homogeneizadores y escribe contra la pretensión de buscar sólo la diferencia y la
novedad y olvidar las enseñanzas de la tradición. Se rebela contra una vanguardia que se ha convertido en academia y
contra una arquitectura que sirvió para el período de entreguerras pero que ya no es adecuada.
Si en Aldo Rossi la crítica al Movimiento Moderno era más implícita que explícita (construir una nueva teoría sobre la
ciudad, crítica al funcionalismo ingenuo y a la ciudad racionalista) en cambio, en Venturi esta voluntad de superación de
Movimiento Moderno es más pragmática. Él mismo se definirá como posmoderno.
La posmodernidad en arquitectura implicaría una posición de superación crítica al Movimiento Moderno, sin caer en
anacronismos reaccionarios o formalismos. Venturi está en contra de la intolerancia arquitectónica que prefiere cambiar el
ambiente existente y los usuarios, en vez de intentar interpretarlos y revalorizarlos, que prefiere suprimir las complejidades
y contradicciones inherentes a toda obra de arte.
Varios hechos son claves para entender el pensamiento de Venturi:
- Admiración por Kahn
- Viaje a Roma, lo que le permitirá estudiar la arquitectura que más le atrae: el barroco italiano. De ella le interesa
su capacidad de articular los elementos, subordinándolos a la unidad geométrica global y desarrollando todo tipo
de ambigüedades, inflexiones y tensiones en espacios de dimensiones mínimas.
Es una visión contemporánea a la eclosión del pop – art en Inglaterra y EEUU. La misma admiración por lo vernáculo
comercial y los objetos de consumo que desarrollan A. Warhol, Jasper Johus, tendrá su correspondencia con R. Venturi.
Dos fuentes en las que se basa su propuesta para la segunda mitad del siglo XX:
- Las tradiciones eclecticistas y clasicistas de la arquitectura, en especial el manierismo con su falta de naturalidad y
afectación, el barroco y el rococó.
- La admiración por la arquitectura popular.
El libro de Venturi explora toda una serie de temas que enfatizan las complejidades y contradicciones de la mejor
arquitectura de la historia, la ambigüedad y dualidad, la capacidad de elementos arquitectónicos para expresar vacíos
significados a la vez, la capacidad de los espacios y elementos para tener dobles funciones, uso de convenciones de forma
no convencional.
A lo largo del libro se comprueba su admiración por Le Corbusier y la constatación de que Aalto ha desarrollado una obra
flexible y rica.
Admira a Kahn por haber restablecido la conexión con el pasado y por haber otorgado a la composición arquitectónica un
desarrollo autónomo, a Eero Saarinen por sus atrevidos experimentos formales. También a Aldo van Eyck por su defensa a
la capacidad de permanencia y riqueza del saber tradicional de los diversos pueblos y culturas. Mies y Wright son blanco de
críticos.
En el campo más amplio de la cultura, la referencia más fuerte la toma del poeta y crítico literario T. S. Eliot, tanto por su
concepción del papel de la crítica como por la trascendencia que le otorga a la tradición.
Robert Venturi defiende una actitud contraria a la tendencia, a la simplificación desarrollada por la modernidad.
Frente a la transparencia de la arquitectura moderna, él defiende una arquitectura opaca y de significados superpuestos.
Intuye que el mero utilitarismo conduce a la desolación y el agotamiento del mundo.
Para dar soporte a estas críticas recurre al pensamiento sociológico norteamericano de los 40 y 50, tal como señala Herbert
Gaus de clara tendencia populista. Cuando defienda el “strip” de las Vegas (la avenida a escala del automóvil) estará
entendiéndola como expresión del pueblo.
El texto más citado por Venturi es de A. Hechscher “The Public Happiness”. Intenta delimitar las nuevas coordenadas en las
que se da la relación entre individuo y sociedad en la Norteamérica de los 50 y 60, en un mundo para especialistas, cultura
del automóvil y los viajes, la instauración de la sociedad de consumo. Analiza, en definitiva, las características emergentes
de una sociedad desordenada, difícil de entender por el ciudadano.
Venturi utiliza consideraciones como: “el racionalismo nació entre la simplicidad y el orden, pero resulta inadecuado en
cualquier período de agitación, el equilibrio debe crearse en lo opuesto”.
La mayoría de los ejemplos históricos que Venturi utiliza son presentados y analizados desde criterios psicológicos y
visualistas. Según él, lo más importante de los edificios es su capacidad explicativa. Continúa la tradición del empirismo, del
psicologismo y la teoría de las sensaciones planteadas en el siglo XVIII, por Burke, Locke y Condillac.
Reduce la arquitectura a un fenómeno perceptivo, a un juego de formas que nos transmiten mensajes e ideas a través de
los sentidos. Toma como referencia el análisis de W. Empson sobre los diversos tipos de ambigüedad.
Concluye su libro (la primera parte) defendiendo que el arquitecto contemporáneo debe saber cómo reinterpretar los
elementos de la metrópolis moderna (farolas, coches, rótulos, etc.). A lo largo del libro se ha ido refiriendo al mecanismo
del pop – art, que ha demostrado que los elementos vulgares, la principal fuente de variedad y vitalidad de nuestras
ciudades, cambiados de escala y con nuevas conexiones se convierten en obras de arte.
El arte pop glorifica algo que expresaban el Independent Group y Archigram: el caos de la gran ciudad, la estética de los
anuncios y las gasolineras. En este sentido la propuesta de Venturi es el más vivo reflejo de la sociedad de consumo
norteamericano de los 50 y 60.
A finales de los 60 y durante los 70, Venturi sigue desarrollando su peculiar idea de arquitectura “realista”. Los textos
“Aprendiendo de todas las cosas” y “Aprendiendo de las Vegas”. Son un tratado sobre el simbolismo en la arquitectura. Si
en “Complejidad y contradicción” intentaba compaginar en un todo, las preocupaciones por los efectos de fachada con la
tensión del espacio interior, a lo largo de los ‘70 pasa a defender una nueva opción.
Hay dos caminos para que un edificio sea comunitario, que en su forma exprese la función o que sea “tinglado decorado”,
un edificio funcional con un rótulo gigante. Esta segunda opción es más contemporánea, y su lenguaje se entiende más
fácilmente. “El rótulo es más importante que la arquitectura”. De esta forma la arquitectura se descompone en
organización e imagen. Se sustituye espacialidad por simbolismo. Lógicamente, para el Movimiento Moderno, hubiera sido
inadmisible plantear la independización de la fachada.
National College Hall of Fame (New Brunswick, 1967).
Venturi propone la idea del edificio anuncio, en su proyecto para el National College Hall of Fame. Se trata de una obra en
la que el espacio funcional (un contenedor que en su interior se asemeja a una galería comercial que alberga espacios de
administración, investigación, biblioteca y comedor) es totalmente independiente de la fachada, convertida en un anuncio
gigante.
Con esta idea de edificio – anuncio se coloca en las antípodas de Adolf Loos y su concepción de la casa como máquina
desnuda por fuera y como obra singular y comunicativa por dentro. Para Venturi se trata de lo contrario, máquina funcional
y anónima por dentro y obra singular y comunicativa por fuera.
A finales de los ‘70 el equipo de Venturi perfecciona la idea de “tinglado decorado” en la nueva propuesta del aplique.
Continuando la tradición de los “Arts and Crafts”, ingleses de finales del XIX, defenderá un tratamiento aplicada en las
superficies de diseños, muebles y edificios. Se tratará siempre de objetos y espacios funcionales, racionales, convencionales
y simpáticos tratados para insistir en sus efectos ópticos. Lo que caracteriza cada edificio es el vestuario, la estructura y el
interior es un mero hecho constructivo y funcional.
Michael Graves. Ayuntamiento de Portland. Sistemas heterogéneos de ventanas y tratamientos ornamentales con giraldas
gigantes. En la coronación se superponen formas de templos, arcos de triunfo, que se redujeron respecto al proyecto
inicial.
Philip Johnson.
Edificio de la AT & T. Elemento tradicional en la coronación del rascacielos, por lo que se produce un radical contraste entre
el símbolo del Estilo Internacional, el Seagram, y éste. Se ha recuperado el papel de la cubierta que en el Seagram aparecía
resuelto por negación.
El ropaje del edificio ha sufrido un retroceso, de ser homogéneo, ligero y transparente, mostrando la estructura, ha pasado
a la idea clásica de edificio con base, fuste y ático, con tratamiento pesante, sólido y opaco.
Este es el precio que ha pagado para intentar recuperar la capacidad comunicativa de la arquitectura.
Por su facilidad de formas difundibles se ha convertido en el lenguaje de las grandes sedes multinacionales de los 80.
Se trata de una arquitectura hedonista que en la fachada la ornamentación se despliega, consigue el máximo desarrollo
escenográfico de la fachada, el recurso de la estética del object – trouvé o el “ready – made”, un método compositivo
basado en el collage, el énfasis en la textura y policromía de la piel, utilización directa de elementos del pasado, recurriendo
a lo simbólico frente a lo utilitario.