Introduccion
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¿Qué es la PNL?
Aplicaciones personales
1) Sorpresa
La sorpresa es la reacción instintiva ante lo inesperado. A nivel facial, la
reconocemos sobre todo por los ojos muy abiertos, hasta el punto de que se ve
la parte blanca por encima del iris, y por la boca abierta.
La razón de ser de esta expresión es ser capaces de entender y reaccionar a lo
que sucede, ya que se centra en ampliar el campo visual y el procesamiento
cognitivo. Utilizar a personas sorprendidas en nuestra comunicación de
marketing da a entender al espectador que se encuentra ante algo nuevo y
poco predecible, lo que puede ayudar a que preste atención a lo que queremos
contarle.
2) Tristeza
La tristeza se manifiesta facialmente a través de los labios, que se curvan hacia
abajo, y de las cejas, que suben hacia el interior y forman unas características
arrugas en la frente.
Se trata de una emoción con muy mala prensa pero, como sabrás si has visto la
película de Píxar del revés, también tiene su utilidad. La tristeza nos ayuda a
desahogarnos y a superar el dolor de una pérdida, pero sobre todo, de cara a
los demás, es una llamada de auxilio que despierta rápidamente el contagio
emocional y la empatía. En definitiva, un recurso muy potente para tu
comunicación de marketing.
3) Desprecio
El desprecio es una emoción peculiar a nivel expresivo, ya que la característica
más determinante que nos permite identificarla es la asimetría. Los labios se
retraen hacia un lado de la cara y forman un hoyuelo característico en un solo
lado.
El desprecio es una emoción relacionada con el poder y el estatus: quien
expresa desprecio se siente superior y no quiere formar parte de algo.
Enfrentarnos al desprecio puede generar una fuerte respuesta emocional, ya
que somos seres sociales y necesitamos sentirnos adaptados.
4) Miedo
El truco para reconocer el miedo está en los ojos, ya que se desorbitan al igual
que en la sorpresa, pero en este caso las cejas no suben. También podemos
fijarnos en los labios, que se retraen hacia atrás.
El miedo es una emoción muy potente, ya que está directamente ligada a
nuestra supervivencia. Ante algo que nos da miedo, solemos sentirnos
paralizados primero y huir o atacar después. Se trata, por tanto, de un potente
motivador emocional para llamar a la acción.
5) Ira
El primer rasgo facial que nos ayuda a identificar la ira es el ceño fruncido, esto
es, las arrugas que se forman al juntar y bajar las cejas. Otras señales son la
tensión en los párpados inferiores y la mandíbula, la dilatación de las fosas
nasales y la intensidad en la mirada.
La ira es una emoción explosiva, que llama a actuar de maneras impetuosas.
Reconocerla en sus fases tempranas es muy útil para poder aplacar la
amenaza. En comunicación de marketing, hacer que la gente se indigne ante
una situación es un motivador muy poderoso para el cambio y la acción.
6) Asco
A nivel facial, el asco se identifica fácilmente porque el labio superior sube y la
nariz se arruga. Es una emoción muy física y difícil de contener, así que lo
normal en este caso es que el rostro nos traicione.
La utilidad del asco es apartarnos de algo que nos produce repulsión, ya sea a
nivel físico o emocional. Por el lado contrario, el asco se anula cuando hay
conexión e intimidad, por ejemplo, con parejas y seres queridos.
7) Alegría
¿Has oído hablar de "sonreír con los ojos"? Pues ese es el truco para distinguir
la auténtica alegría. Una sonrisa se percibe como forzada a menos que se
acompañe de unas características arrugas en el contorno exterior de los ojos.
La alegría es la única emoción básica que es completamente positiva, y como
tal, es un recurso muy interesante en la comunicación de marketing. La alegría
facilita la conexión con los demás y nos lleva a acercarnos unos a otros. Si
combinamos expresiones alegres con contacto visual, estaremos abriendo
canales para comunicarnos más y mejor con nuestra audiencia.