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MARTIN VISCARRA A NBEHFND CD ´DE LA DLM,SBDJEW N DB CBDFV

VFD,LNMG ESD CPresidente de la Nación Argentina


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Para la lista de los presidentes argentinos, véase Anexo:Presidentes de la Nación
Argentina.
Para el listado de todos los gobernantes argentinos (interinos, de facto y
constitucionales), véase Gobernantes de Argentina.
Para el gobierno del país en general, véase Gobierno de la República Argentina.
Presidente de la Nación Argentina
Standard of the President of Argentina.svg
Estandarte Presidencial
Alberto Fernandez 2020.jpg
Titular
Alberto Fernández
Desde el 10 de diciembre de 2019
Tratamiento Señor Presidente (informal) Excelentísimo Señor (formal)
Residencia Quinta presidencial de Olivos
Olivos, Provincia de Buenos Aires, Argentina
Sede Casa Rosada
Buenos Aires, Argentina
Designado por Elección mediante votación popular directa
Duración 4 años, con derecho a una sola reelección inmediata
Primer titular Bernardino Rivadavia
Creación Ley de presidencia del 6 de febrero de 18261
Salario AR$ 354 694/mes (septiembre de 2020)2
Suplente Vicepresidente de la Nación Argentina
Sitio web Presidencia de la Nación Argentina
[editar datos en Wikidata]
El presidente de la Nación Argentina es el jefe de Estado, jefe de Gobierno y
titular del Poder Ejecutivo Nacional, responsable político de la administración
general de la República Argentina y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas.3 El
actual presidente es Alberto Fernández, de la alianza Frente de Todos, que tomó
posesión el 10 de diciembre de 2019.

Entre otros poderes y responsabilidades, el Artículo 99 de la Constitución de la


Nación Argentina encarga al presidente «expedir las instrucciones y reglamentos que
sean necesarios para la ejecución de las leyes»; hace del presidente el comandante
en jefe de las Fuerzas Armadas, lo autoriza a nombrar oficiales ejecutivos y
judiciales, lo sitúa al frente de la política exterior de Argentina, le permite
conceder indultos o moratorias, aprobar o vetar leyes, introducir legislación
mediante decretos de necesidad y urgencia y declarar el estado de sitio y la
intervención federal en el país.

El presidente es elegido mediante el sufragio directo con posibilidad de una


segunda vuelta electoral para un mandato de cuatro años. Desde la reforma de la
Constitución Argentina de 1994 el mandatario tiene la posibilidad de una reelección
inmediata, pudiendo repetir nuevamente el mandato después de transcurrido un
período. En caso de muerte, destitución o renuncia de un presidente, el
vicepresidente asume la presidencia.

Hasta la fecha, hubo un total de cincuenta personas que asumieron el título y


cincuenta y tres presidencias —esto debido a que Julio Argentino Roca, Hipólito
Yrigoyen y Juan Domingo Perón fueron reelectos transcurrido un periodo presidencial
como mínimo—. De ellas, solo dos fueron mujeres: María Estela Martínez de Perón y
Cristina Fernández de Kirchner. De las personas que ejercieron el cargo doce fueron
dictadores que se autodenominaron «presidente», usurpando los poderes ejecutivo y
legislativo, tanto nacionales como provinciales y en algunos casos también el poder
constituyente,4 bajo la doctrina de los gobiernos de facto de la Corte Suprema.
Además, siete vicepresidentes y cinco ciudadanos por la Ley de acefalía —dos
presidentes provisorios del Senado, un presidente de la Cámara de Diputados, un
gobernador y un senador— asumieron el cargo tras la falta de un presidente. En
cuanto al término del mandato por el que fueron elegidos, seis fueron derrocados
por golpes de Estado, tres murieron por causas naturales y doce renunciaron.

El primer presidente fue Bernardino Rivadavia con el título de «presidente de las


Provincias Unidas del Río de la Plata», creado por ley del Congreso del 6 de
febrero de 1826. Después de su renuncia desapareció el cargo en la legislación
argentina hasta que en 1853 fue restablecido por una nueva constitución,
disponiendo que el mandato tendría una duración de seis años, sin posibilidad de
reelección inmediata; la designación se hacía por votación indirecta en un colegio
electoral que votaba separadamente en cada provincia y la Municipalidad de Buenos
Aires, y si ningún candidato lograba más de la mitad de los votos, decidía el
Congreso entre los dos más votados. Justo José de Urquiza fue el primer elegido de
acuerdo con el nuevo régimen y desempeñó el cargo como «presidente de la
Confederación Argentina», al igual que su sucesor, Santiago Derqui, quien luego de
las reformas constitucionales de 1860 asumió como «presidente de la Nación
Argentina», título vigente hasta la fecha. Adolfo Rodríguez Saá fue el presidente
que menos tiempo permaneció en el cargo, con tan solo 7 días, siendo Julio
Argentino Roca el que permaneció por más tiempo en el cargo, con sus 12 años en el
puesto.

Índice
1 Origen
1.1 Primera Junta de Gobierno
1.2 Director supremo
1.3 La figura presidencial en los textos constitucionales
1.3.1 Constitución de 1826
1.3.2 Constitución de 1853
1.3.3 Reformas constitucionales
2 Poderes y deberes
2.1 Artículo 99
2.1.1 Poderes ejecutivos
2.1.2 Poderes legislativos
2.1.3 Poderes judiciales
3 Proceso de elección
3.1 Elegibilidad
3.2 Elección
3.3 Asunción presidencial
3.4 Duración
3.5 Discusión sobre el inicio y finalización del mandato
4 Cese o incapacidad
4.1 Vacancia del cargo
4.2 Subrogación y sucesión presidencial
4.3 El vicepresidente
4.4 Caso especial de asunción de José María Guido
4.5 Gobiernos de facto
5 Salario y complementos
5.1 Atributos presidenciales
5.1.1 Banda presidencial
5.1.2 Marcha de Ituzaingó
5.1.3 Bastón presidencial
5.2 Símbolos presidenciales
5.2.1 Estandarte presidencial y sillón de Rivadavia
5.3 Palacio presidencial
5.3.1 Residencia oficial y de verano
5.4 Sueldo y transporte
5.5 Seguridad
5.6 Escolta presidencial
5.7 Edecán presidencial
6 Postpresidencia
6.1 Galería de los bustos presidenciales
7 Administraciones Presidenciales
8 Véase también
9 Referencias
10 Enlaces externos
Origen

Cornelio Saavedra, presidente de la Primera Junta de las Provincias Unidas del Río
de la Plata

Nicolás Avellaneda fue el presidente más joven de Argentina asumiendo con 37 años.
Los orígenes de la Argentina como nación se remontan a 1776 cuando, en el marco de
las llamadas reformas borbónicas, el rey de España creó el Virreinato del Río de la
Plata –que abarcaba aproximadamente los territorios de las actuales Argentina,
Bolivia, Paraguay, Uruguay y sur de Brasil– separándolo del Virreinato del Perú. El
jefe de Estado seguía siendo el rey, representado localmente por el virrey que, en
general, eran nacidos en España.

Primera Junta de Gobierno


Artículo principal: Primera Junta
La Primera Junta de Gobierno, oficialmente Junta Provisional Gubernativa de las
Provincias del Río de la Plata a nombre del Señor Don Fernando VII, fue la Junta de
gobierno surgida el viernes 25 de mayo de 1810 en Buenos Aires, capital del
Virreinato del Río de la Plata, como consecuencia del triunfo de la Revolución de
Mayo que destituyó al virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros. La sede del gobierno fue
fijada en el Fuerte de Buenos Aires, que sirviera desde 1776 como residencia de los
virreyes y donde hoy se encuentra la Casa de Gobierno. La Primera Junta existió
como tal hasta el 18 de diciembre del mismo año, ya que con la incorporación de
diputados del interior se transformó en la Junta Grande.

El presidente de la Primera Junta de las Provincias Unidas del Río de la Plata fue
Cornelio Saavedra.

Director supremo
Cuando se unieron representantes de otras ciudades del interior y luego el gobierno
se delegó primero en un triunvirato y luego en un poder ejecutivo unipersonal con
el nombre de director supremo creado por la Asamblea Nacional de 1813.

El cargo de director supremo se mantuvo cuando, luego de declarada la independencia


el 9 de julio de 1816 por un Congreso reunido en la ciudad de San Miguel de
Tucumán, se aprobó una Constitución en 1819, pero debido a circunstancias
políticas, la misma nunca entró en vigor, el poder central se disolvió y el país
quedó como una confederación de provincias.

Una nueva constitución aprobada en 1826 creó por primera vez el cargo de
presidente, para el cual fue elegido Bernardino Rivadavia, el primer presidente
argentino. Debido a la guerra entre Argentina y Brasil, Rivadavia renunció después
de un breve período de tiempo, y la oficina se disolvió poco después.

Una guerra civil entre «unitarios» (unitaristas, es decir gobierno central con sede
en Buenos Aires) y «federales» (federalistas con plena autonomía de las provincias)
se produjo en las décadas siguientes. En este momento, no había una autoridad
central y lo más cercano a ello era el representante de relaciones exteriores, por
lo general el gobernador de la Provincia de Buenos Aires. El último en llevar este
título fue Juan Manuel de Rosas que, en los últimos años de su gobierno, fue
elegido jefe supremo de la Confederación Argentina, adquiriendo poder efectivo en
el resto del país.

En 1852, Rosas fue derrocado y se convocó a una asamblea constituyente. Esta


constitución, aún en vigor, estableció un gobierno federal nacional, con la oficina
del presidente, electo mediante el Colegio electoral. El período de mandato se fijó
en seis años, sin posibilidad de reelección. El primer presidente elegido en virtud
de la Constitución fue Justo José de Urquiza. Después de una breve interrupción en
1860, la sucesión de presidentes se realizó respetando las normas legales hasta que
a partir de 1930 fue interrumpida por varios golpes de Estado, con lo cual se
intercalaron presidentes de facto y otros legalmente elegidos.

En 1930, 1943, 1955, 1962, 1966 y 1976, golpes militares depusieron los presidentes
electos. En 1930, 1943 y 1955 las Fuerzas Armadas designaron militares con el
título de presidente. Como resultado de los golpes de Estado de 1966 y de 1976, el
gobierno federal fue ejercido por una junta militar integrada por los jefes de cada
una de las tres ramas de las Fuerzas Armadas —Ejército, Fuerza Aérea y Armada— la
que, a su vez, designó a un militar como presidente. En 1962, antes que los
militares alcanzaran a nombrar un nuevo presidente, asumió ese cargo el presidente
provisional del Senado que era el reemplazante legal del presidente depuesto.

Es discutible si estos jefes de estado militares adecuadamente pueden ser llamados


presidentes, dada la ilegitimidad de sus gobiernos. La posición del gobierno
argentino actual es que los militares que desempeñaron el Poder Ejecutivo entre
1976 y 1983 no fueron explícitamente presidentes legítimos, por lo cual no se le ha
reconocido derecho a una pensión presidencial. La situación de los anteriores
presidentes militares no está definida, si bien todos ellos en la actualidad ya han
fallecido.

La figura presidencial en los textos constitucionales


Constitución de 1826

Bernardino Rivadavia fue el primer responsable del Poder Ejecutivo en ser


denominado «presidente».
Artículo 68.- El Poder Ejecutivo de la nación se confía y encarga a una sola
persona, bajo el título de Presidente de la República Argentina.
Artículo 70.- Antes de entrar al ejercicio del cargo, el Presidente electo hará en
manos del Presidente del Senado, y a presencia de las dos Cámaras reunidas, el
juramento siguiente: «Yo (N...) juro por Dios Nuestro Señor y estos Santos
Evangelios, que desempeñaré debidamente el cargo de Presidente, que se me confía;
que protegeré la Religión Católica, conservaré la integridad e independencia de la
República y observaré fielmente la Constitución».
Capítulo primero. Naturaleza y calidades de este poder . Sección V. Del Poder
Ejecutivo, Constitución de la Nación Argentina (1826)
La Constitución de 1826 establecía que el poder ejecutivo es ejercido por una
persona bajo el título de presidente de la República Argentina (artículo 68). Los
requisitos eran ser ciudadano argentino,5 tener treinta y seis años, nueve como
ciudadano y un capital de diez mil pesos (artículos 24 y 69). Tenía un mandato de
cinco años y no podía ser reelecto (artículo 71). En caso de enfermedad, muerte,
renuncia o destitución el cargo era ejercido por el presidente del senado (artículo
72). Era elegido de la siguiente forma (artículos 73 al 80): En la capital y en
cada provincia se formaba una junta de 15 electores quienes votaban cuatro meses
antes de que finalice el mandato con «balotas firmadas». Una vez terminada la
votación y el escrutinio, el acta iba dirigida al presidente del Senado quien junto
a cuatro miembros del congreso hacían el conteo final. El que reunía las dos
terceras partes de los votos era proclamado presidente. En caso de que ninguno lo
reuniere, era elegido por los 2/3 del congreso. Podía ser destituido por acusación
de la Cámara de Representantes por «delitos de traición, concusión, malversación de
los fondos públicos, violación de la Constitución, particularmente con respecto a
los derechos primarios de los ciudadanos, u otros crímenes que merezcan pena
infamante o de muerte». y ser destituido por el senado

Sus atribuciones eran (artículos 81 al 101) publicar y hacer ejecutar las leyes,
convocar al congreso, hacer anualmente la apertura de sesiones, ordena las
elecciones legislativas, ser el comandante de las fuerzas de mar y tierra
necesitando el permiso del congreso para mandar al ejército en persona, proveer la
seguridad interior y exterior, tomar medidas para garantizar la paz, hacer tratados
con aprobación del senado, nombrar y destituir a sus cinco ministros, nombrar
embajadores y demás agentes con aprobación del senado, recibir delegaciones
extranjeras, expedir las cartas de ciudadanía, ejercer el patronato general de las
iglesias, «Todos los objetos y ramos de Hacienda y Policía, los establecimientos
públicos, y nacionales, científicos y de todo género, formados y sostenidos con
fondos del Estado las casas de moneda, Bancos nacionales, correos, postas y caminos
son de la suprema inspección y resorte del Presidente de la República», aplicar
indultos y nombrar jueces de la corte suprema. Además, nombraba a los gobernadores
de las provincias a propuesta de un Consejo de Administración y aprobaba sus
presupuestos. Todo proyecto de ley debía pasar por el poder ejecutivo quien las
aprobaba u objetaba.

Constitución de 1853
Artículo 71.- El Poder Ejecutivo de la Nación será desempeñado por un ciudadano con
el título de «Presidente de la Confederación Argentina».
Artículo 77.- Al tomar posesión de su cargo el presidente y vicepresidente
prestaran juramento, en manos del presidente del Senado (La primera vez del
presidente del Congreso Constituyente), estando reunidos el Congreso, en los
términos siguientes: "Yo N.N:, juro por Dios nuestro Señor y nuestros Santos
Evangelios, desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo de presidente (o
vicepresidente) de la Confederación y observar y hacer observar fielmente la
Constitución de la Confederación Argentina. Si así no lo hiciese, Dios y la
Confederación me lo demanden."
Capítulo primero. De su naturaleza y duración. Sección II. Del Poder Ejecutivo,
Constitución de la Nación Argentina (1853)
Los artículos 71.º a 90.º contenían las estipulaciones relativas al poder
ejecutivo. El titular de este era unipersonal, y llevaba el título de Presidente de
la Confederación Argentina. Un vicepresidente, electo juntamente con él, lo
supliría en caso de ausencia, inhabilidad o renuncia.

Los requisitos para la elección como presidente eran similares a los exigidos para
los senadores; se les añadía la condición de nativo, o de ser hijo de uno en caso
de haber nacido fuera del territorio nacional, y la práctica de la religión
católica, única concesión a los montoneros. Su mandato se extendería por un período
de seis años, sin posibilidad de reelección hasta que un período completo hubiese
pasado; ninguna causa permitía la extensión de este más allá de los seis años
cumplidos desde la fecha original de asunción.

El procedimiento para la elección presidencial era indirecto; el electorado de cada


provincia escogería un número de delegados, igual al doble de la cantidad total de
diputados y senadores que se eligiesen por la misma. Los electores de cada
provincia votarían discrecionalmente a los candidatos que juzgasen más
convenientes, y remitirían copia sellada de su resolución al Senado de la Nación;
una vez recibidas todas las listas, la Asamblea Legislativa realizaría el
escrutinio de estas. De haber como resultado mayoría absoluta de un candidato, la
proclamación sería automática. En caso de no contar ninguno con la misma, la
Asamblea Legislativa elegiría inmediatamente y a simple pluralidad de sufragios
entre los dos candidatos más votados, o más en caso de haber empate en el primer o
segundo puesto. En este último caso, de no haber candidato con mayoría absoluta en
primera instancia, se realizaría balotaje entre los dos candidatos más votados en
la primera vuelta. El quorum para esta elección era de tres cuartas partes de los
congresistas.
De acuerdo con el primer inciso del artículo 90.º, el presidente era la autoridad
suprema de la Confederación, en lo que se denomina un régimen presidencialista: no
respondía de sus acciones, dentro del marco impuesto por la Constitución, a ninguna
autoridad superior, y no requería de la aprobación del Congreso para el ejercicio
de las atribuciones que le competen. Era además el titular del poder ejecutivo de
la ciudad designada capital federal, y el jefe de las fuerzas armadas.

El presidente gozaba de facultades legislativas: además de la sanción y


promulgación de las leyes dictadas por el Congreso, incluyendo la facultad de veto,
estaba a su cargo la expedición de los reglamentos necesarios para la aplicación de
la ley, llamados decretos, aunque respetando el espíritu original de la misma. La
firma de tratados con otros estados estaba a su exclusivo cargo, así como la
decisión de dar o no trámite a los documentos emitidos por el pontífice católico.

Como autoridad en materia de política exterior, es el encargado del nombramiento de


embajadores y otros ministros destinados a la negociación con las potencias
extranjeras; la elección y remoción de los titulares de embajada requería acuerdo
senatorial —un vestigio de la influencia de la constitución norteamericana, en la
que el Senado comparte con el presidente la potestad sobre las relaciones
exteriores, sobre los convencionales—, pero la de los funcionarios de rango
inferior estaba enteramente a su cargo. Por lo mismo, era la autoridad a cargo de
la gestión de los asuntos militares, disponiendo del ejército, designando a los
oficiales de este —con acuerdo del Senado, en caso de los puestos superiores del
escalafón—, emitiendo patentes de corso, declarando la guerra o decretando el
estado de sitio cuando su causa es el ataque de una potencia extranjera.

Su implicación con las tareas del Congreso no se limitaba a la promulgación de las


leyes: estaba a cargo del presidente la apertura de las sesiones en Asamblea
Legislativa, en la que comunicaba al mismo sus consideraciones acerca de su tarea,
y la prórroga o convocatoria a sesiones fuera del período ordinario.

Con respecto al poder judicial, estaba a su cargo la designación de los jueces de


los tribunales federales, para lo que requería el acuerdo senatorial; además,
contaba con la facultad de indultar a los condenados por delitos de jurisdicción
federal, salvo en casos de juicio político. No tenía la facultad de imponer
condenas, pero sí de —en estado de sitio— decretar el arresto temporal o el
traslado de personas, salvo que estas prefiriesen abandonar el territorio nacional.
Si no contaba con el acuerdo del Congreso al dictarlas, estas medidas caducaban
automáticamente a los 10 días.

Como encargado de la administración nacional, le estaba encomendada la recaudación


de la renta nacional y su aplicación, dentro del marco de la ley de presupuesto;
tenía facultad para otorgar el goce de licencias o montepíos, y para recabar
cualquier clase de información por parte de la administración nacional.

La Constitución fijaba como ayudantes del presidente a cinco ministros, elegidos


por este, en carteras de Interior, de Relaciones Exteriores, de Hacienda, de
Justicia, Culto e Instrucción Pública, y de Guerra y Marina. El refrendo
ministerial era necesario para los decretos de gobierno. Los ministros estaban
además obligados a dar informes al Congreso en la apertura de sesiones, y
facultados a tomar parte en los debates de este, aunque sin voto. La tarea era
incompatible con el ejercicio del poder legislativo nacional.

Reformas constitucionales

Bartolomé Mitre, primer presidente de la nación unificada.


Artículo 74.- El Poder Ejecutivo de la Nación será desempeñado por un ciudadano con
el título de «Presidente de la Nación Argentina».
Artículo 80.- Al tomar posesión de su cargo el presidente y vicepresidente
prestaran juramento, en manos del presidente del Senado (La primera vez del
presidente del Congreso Constituyente), estando reunidos el Congreso, en los
términos siguientes: «Yo N.N:, juro por Dios nuestro Señor y nuestros Santos
Evangelios, desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo de presidente (o
vicepresidente) de la Nación y observar y hacer observar fielmente la Constitución
de la Nación Argentina. Si así no lo hiciese, Dios y la Nación me lo demanden.»
Capítulo primero. De su naturaleza y duración. Sección II. Del Poder Ejecutivo,
Constitución de la Nación Argentina (1860)
La reforma de 1860 renombró al cargo como presidente de la Nación Argentina, otorgó
a las provincias el derecho a pedir la intervención del Gobierno Federal en su
territorio, a la cámara de diputados el derecho de acusar en juicio político a
miembros del poder ejecutivo y jueces, y quitó al poder ejecutivo la facultad de
suspender las garantías constitucionales.
En 1866 no se hizo cambios al sistema de gobierno
En 1898 se elevó a ocho los ministerios del gabinete (antes eran 5)
Hacia 1949 se permitía la reelección ilimitada del presidente y se eliminaba el
colegio electoral (la elección sería directa, por el voto popular) y el límite de
cantidad de ministerios. Además, el estado no autorizaría organizaciones que
tuvieran principios opuestos a las libertades individuales y, aparte del estado de
sitio, el presidente podría, sin aprobación del congreso, declarar el estado de
prevención y alarma.
La reforma de 1957 derogó la reforma de 1949 y reinstauró la constitución de 1853
con las reformas de 1860, 1866 y 1898, limitaba las facultades de intervención,
atribuyéndoselas al Congreso exclusivamente, salvo casos de invasión exterior, la
prohibición al poder ejecutivo de expulsar a ningún habitante, argentino o
extranjero, limitaba más las facultades del Presidente para detener personas y
establecía garantías para las personas detenidas en virtud del estado de sitio,
limitaba el mandato del presidente a seis años, sin posibilidad de reelección y
establecía la elección indirecta por colegio electoral (modificado por el estatuto
provisional de 1972 que estableció un mandato de cuatro años con reelección y la
elección directa con balotaje); y establecía limitaciones a ciertas personas para
ser presidentes (ministros, cónyuges, parientes, contratistas del Estado).
La reforma de 1994 estableció un mandato de cuatro años y habilitó la reelección
presidencial, creó la figura del jefe de Gabinete -que debe concurrir al Congreso a
informar sobre la gestión del Gobierno- la posibilidad de efectuar la delegación
legislativa en el Poder Ejecutivo mediante los decretos de necesidad y urgencia,
eliminó el colegio electoral y estableció el sistema de balotaje.
Poderes y deberes

Juan Domingo Perón

Arturo Umberto Illia


Artículo 99
El presidente de la Nación tiene las siguientes atribuciones:

Poderes ejecutivos
El presidente es el jefe supremo de la Nación, jefe de gobierno y responsable
político de la administración general del país (inciso 1), y está a la cabeza del
poder ejecutivo del gobierno, cuya responsabilidad es «Expedir las instrucciones y
reglamentos que sean necesarios para la ejecución de las leyes» (inciso 2). Para
llevar a cabo este deber, se le otorga el control de los cuatro millones de
empleados del poder ejecutivo federal.

Al presidente le corresponde el nombramiento y remoción de varios miembros del


poder ejecutivo. Embajadores (según la ley 20.957, el presidente puede designar
hasta 25 embajadores de su confianza sin aprobación del Senado, que deben dejar sus
funciones cuando el presidente termina su mandato), ministros plenipotenciarios,
encargados de negocios, el presidente del Banco Central de la República Argentina,
el procurador General de la Nación y el director de la Agencia Federal de
Inteligencia son todos designados por el presidente con el «consejo y
consentimiento» de una mayoría del Senado; y por sí solo nombra y remueve a
miembros del Gabinete y otros oficiales federales (inciso 7). Los nombramientos
realizados mientras el Senado no está en periodo de sesiones son temporales y
expiran al final de la siguiente sesión del Senado (inciso 19).

Supervisa el ejercicio de sus ministros (inciso 10) y puede pedir los informes que
crea convenientes (inciso 17). Generalmente, el presidente puede cesar y llenar
vacantes a los funcionarios ejecutivos a su discreción (inciso 19).

Quizás el más importante de todos los poderes presidenciales es su posición al


frente de las Fuerzas Armadas argentinas como su comandante en jefe (inciso 12).
Mientras que el poder de declarar la guerra corresponde constitucionalmente al
Congreso (inciso 15), el presidente comanda y dirige a sus ejércitos y es
responsable de planear la estrategia militar y concesionar empleos y grados
militares (incisos 13 y 14).

Junto con las fuerzas armadas, el presidente también está al frente de la política
exterior. A través del Ministerio de Relaciones Exteriores y el Ministerio de
Defensa, el presidente es responsable de la protección de los argentinos en el
extranjero y de los ciudadanos argentinos en territorio nacional. El presidente
decide si hay que reconocer nuevas naciones y nuevos gobiernos, recibe sus
ministros y admite cónsules, y negocia tratados con otras naciones, que se hacen
vigentes en Argentina cuando son aprobados por las dos terceras partes del Senado
(inciso 11). El presidente también puede negociar «acuerdos ejecutivos» con poderes
extranjeros que no están sujetos a la confirmación del Senado.

Concede jubilaciones, retiros, licencias y pensiones (inciso 6); y puede ausentarse


del territorio nacional, con permiso del Congreso (inciso 18).

En materia de seguridad interior, el presidente está facultado para declarar:

El estado de sitio (inciso 16), cesando las garantías constitucionales, en caso de


ataque exterior o de conmoción interior con acuerdo del Senado, pudiendo únicamente
declararlo por sí solo cuando el Congreso esté en recesión mediante decreto y
convocando a ambas cámaras para su tratamiento, pero no podrá condenar por sí o
aplicar penas, limitando su poder a arrestar y trasladar a los ciudadanos (artículo
23 de la Constitución).
La intervención federal (inciso 20) de una o varias provincias, tomando el control
de los poderes ejecutivo y legislativo de la provincia designando un interventor
por 180 días prorrogables y llamando a elecciones para elegir a las nuevas
autoridades, mediante un decreto luego refrendado por el Congreso o un proyecto de
ley aprobado por el Congreso.
Poderes legislativos
El primer poder conferido al presidente por la Constitución es el poder legislativo
del veto presidencial. Cualquier proyecto de ley aprobado por el Congreso deberá
ser presentado al presidente antes de que pueda convertirse en ley. Una vez que la
norma legal ha sido presentada, el presidente tiene tres opciones:

Firmarla; el proyecto legislativo se convierte en ley.


Vetarla total o parcialmente y devolverla al Congreso con sus objeciones; el
proyecto no se convierte en ley, a menos que cada Cámara del Congreso vote para
anular el veto con una mayoría favorable de dos tercios.
No hacer nada. En ese caso, el presidente ni firma ni veta la legislación. Después
de 10 días, se convierte en ley.
Luego las promulga y hace publicarlas en el Boletín Oficial. El presidente puede
emitir decretos que regulen la organización política del país y reglamenten las
leyes aprobadas por el Congreso, firmados junto al jefe de Gabinete y los ministros
involucrados.

El presidente tiene prohibido emitir disposiciones legislativas, excepto en


circunstancias excepcionales, a través de:

Decretos de necesidad y urgencia (inciso 3): siempre que no regulen en materia


penal, tributaria, electoral o el régimen de los partidos políticos, en acuerdo
general con los ministros y siendo analizados y aprobados por el Congreso, quienes
pueden derogar el DNU mediante el rechazo de ambas cámaras.
Decretos delegados (artículo 76 de la Constitución): también el Congreso, mediante
una ley especial, puede delegar en el presidente facultades legislativas en materia
de administración pública y emergencia pública, de acuerdo a un plazo determinado y
las pautas donde puede actuar. Así el presidente está facultado para emitir
decretos delegados firmados junto al jefe de Gabinete, quien debe comunicar al
Congreso las disposiciones para que sean analizadas por la Comisión Bicameral.
El presidente puede desempeñar un papel importante en la conformación del Congreso,
sobre todo si el partido político del presidente tiene mayoría en una o ambas
Cámaras. Los miembros del poder ejecutivo no pueden ocupar simultáneamente su
puesto y un escaño en el Congreso, pero es habitual que redacten la legislación y
que un Senador o Diputado la presente por ellos.

El presidente puede influir de una forma importante en el poder legislativo a


través del informe anual, escrito u oral al hacer la apertura de las sesiones
ordinarias, que constitucionalmente debe presentar al Congreso reunido en Asamblea,
normalmente dictado el 1 de marzo de cada año. Este discurso a menudo perfila la
oferta legislativa para el año próximo (inciso 8). De acuerdo con los artículos 63
y 99 inciso 9, el presidente puede convocar a una o a ambas Cámaras del Congreso
para una sesión extraordinaria mediante un decreto, indicando los proyectos de ley
a tratar.

Poderes judiciales
El presidente también tiene la facultad de proponer jueces federales, incluidos
miembros de la Corte Suprema de Argentina, sobre la base de una propuesta
vinculante del Consejo de la Magistratura (inciso 4). Sin embargo, estos
nombramientos requieren la confirmación del Senado por dos tercios de los miembros
presentes y esto puede suponer un escollo importante ante la posibilidad de que un
presidente quisiera formar una judicatura federal con una postura ideológica
particular. También puede conceder perdones e indultos, pero no intervenir en
acusaciones de la Cámara de Diputados (inciso 5).

El expresidente Raúl Alfonsín. Primer presidente constitucional luego del Proceso


de Reorganización Nacional, que inició el dictador Jorge Rafael Videla.
Proceso de elección
Elegibilidad
En la Constitución de 1994, en su artículo 89 de la sección segunda, sobre el poder
ejecutivo, marca los requisitos para ser presidente:

Haber nacido en territorio argentino o ser hijo de ciudadanos nativos


Las demás cualidades exigidas para ser elegido senador:
Tener la edad de 30 años,
Haber sido seis años ciudadano de la Nación,
Tener 2 años de residencia inmediata en ella,
Disfrutar de una renta anual de dos mil pesos fuertes o una entrada equivalente.
Inhabilitación a ejercer otro cargo durante el ejercicio de la presidencia.
(artículo 92)
Elección
Artículo principal: Elecciones en Argentina
La campaña presidencial contemporánea comienza antes de las elecciones primarias,
cuando los partidos políticos pueden hacer una selección de candidatos. En las
elecciones primarias, quedan habilitados a las elecciones generales quienes pasan
el piso del 1,5 % del padrón electoral.6

Desde 2015, los candidatos participan en debates televisados a escala nacional, y


fueron regulados como obligatorios a partir de 2016.7 Los candidatos de cada
partido habitualmente hacen campaña a lo largo de todo el país para explicar sus
programas electorales, convencer a los votantes y solicitar contribuciones a la
campaña.

Urna electoral de 2015


Entre 1853 y 1994, el presidente fue elegido mediante el voto indirecto, es decir,
se elegían electores para el Colegio Electoral que permitía ganar por amplias
mayorías, ya que, con excepción de la elección de Domingo Faustino Sarmiento en
1868, en todas las demás el candidato ganador había logrado la mayoría en el
Colegio en la elección. La elección a presidente era a voto cantado y con fraude,
siendo necesario la mayoría absoluta (la mitad más uno de los electores) para ser
presidente. La sanción de la Ley Sáenz Peña en 1912 instauró el voto secreto y
obligatorio entre hombres mayores de 18 años usando el padrón militar,8 siendo
aplicado en las elecciones de 1916, 1922 y 1928 ganadas por la Unión Cívica
Radical,9 y en 1946 ganadas por las fuerzas que posteriormente formarían el Partido
Justicialista.10

Tras el golpe de Estado de 1930, las elecciones de 1931 y 1937 se realizaron con
fraude electoral y el boicot de la Unión Cívica Radical (partido gobernante antes
del golpe y mayoritario en el país), hasta 1935.11 Con la reforma de 1949, se
eliminó el colegio electoral y se instauró el voto directo con la inclusión de las
mujeres mediante una ley de 1947, siendo necesario obtener simplemente la mayor
cantidad de los votos positivos para resultar electo.12 Así fue reelecto Juan
Domingo Perón en 1951. El golpe militar de 1955 reinstauró el sistema electoral
anterior con la proscripción de los partidos Peronista y Comunista, aplicándolo a
las elecciones de 1958 y 1963. En 1972, la dictadura militar gobernante instauró el
voto directo universal, necesitando el 50 % de los votos afirmativos con
posibilidad de balotaje entre las fórmulas que sacaron más del 15 % de los votos y
el fin de las proscripciones. Esto se aplicó a las elecciones de marzo y septiembre
de 1973. Tras el fin del Proceso de Reorganización Nacional, dictadura que
gobernaba desde 1976, las elecciones de 1983 y 1989 se llevaron a cabo mediante el
voto indirecto universal con colegio electoral necesitando la mayoría absoluta de
los electores para ser presidente.13

En 1994 se reformó la Constitución y dispuso, que el candidato es elegido


directamente por el pueblo en doble vuelta (Art. 94). La convocatoria deberá
hacerse con una anticipación no menor de noventa días y la elección será efectuada
dentro de los dos meses anteriores a la finalización del mandato del presidente y
vicepresidente saliente (Art. 95). En la primera vuelta, si la fórmula obtiene el
45 % más uno de los votos, u obteniendo 40 % supera por 10 % al segundo, computando
únicamente los votos afirmativos, esto es excluyendo los votos en blanco o nulos,
sus integrantes serán proclamados como presidente y vicepresidente (Arts. 97 y
98).14 Las Juntas Electorales dentro de 10 días corridos deberán informar al
Presidente del Senado el resultado de la elección, quien convocará a Asamblea
Legislativa para proclamar la fórmula electa (Art. 120 del Código Nacional
Electoral). Si ninguna fórmula cumple los requisitos luego del anuncio del
resultado por la Asamblea Legislativa se llevará a cabo la segunda vuelta entre las
dos fórmulas más votadas, a los 30 días posteriores a la elección, que será
proclamada por mayoría simple de los votos afirmativos. Las fórmulas deben
confirmar su participación a la Junta Electoral de la Capital Federal dentro del
quinto día de la proclamación de la Asamblea, de lo contrario la otra fórmula será
electa (Arts. 150, 151, 152 C.N.E.).15
Asunción presidencial

El dictador Jorge Rafael Videla asume la presidencia y presta juramento en la Casa


Rosada.

Carlos Menem recibe de Raúl Alfonsín la banda y el bastón en la Casa Rosada, antes
de asumir como presidente y jurar en el Congreso.

Alberto Fernández jura y asume la presidencia en el Congreso, antes de recibir la


banda y el bastón.
La Constitución Nacional establece que la toma de posesión del cargo presidencial
se realiza ante el Congreso Nacional reunido en Asamblea Legislativa (art. 93). La
Constitución establece también que en ese momento, tanto el presidente como el
vicepresidente deben prestar juramento, respetando sus creencias religiosas, de
"desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo" y "observar y hacer observar
fielmente la Constitución" (art. 93). Dicho juramento debe ser prestado "en manos
del presidente del Senado" (art. 93).

Artículo 93. Al tomar posesión de su cargo el Presidente y vicepresidente prestarán


juramento en manos del Presidente del Senado y ante el Congreso reunido en
Asamblea, respetando sus creencias religiosas, de: "Desempeñar con lealtad y
patriotismo el cargo de Presidente (o vicepresidente) de la Nación y observar y
hacer observar fielmente la Constitución de la Nación Argentina.
No existen otras normas legales sobre la manera en que debe realizarse la asunción
presidencial. La formalización del mismo ha sido tradicionalmente realizada
mediante un acta autenticada por el escribano oficial de la Presidencia.

Históricamente, los presidentes han establecido diversas ceremonias adicionales,


definidas mediante reglamentos de ceremonial que no tienen valor normativo.16 La
gran cantidad de golpes de Estado sufridos por Argentina en el siglo XX, hizo que
muchas de las ceremonias de asunción del poder se realizaran en la Casa Rosada,
debido a que el Congreso Nacional había sido clausurado.17 Luego del golpe de
Estado de 1930 y hasta 1989, solo hubo una transmisión por finalización del mandato
constitucional: en 1937 con la transmisión del mando de Agustín P. Justo a Roberto
M. Ortiz.

La ceremonia de asunción del mando incluye los denominados "atributos


presidenciales", tradición que se remonta a 1813, cuando se realizó la primera
asamblea constituyente del naciente estado argentino. Diversos atributos
presidenciales se establecieron consuetudinariamente a lo largo de la historia,
tres de los cuales han persistido en los últimos años. El primero fue la banda
presidencial, tradición que se remonta a 1824. El segundo fue la marcha de
Ituzaingó, cuya tradición se remonta a 1827, para conmemorar la victoria argentina
en la Guerra contra Brasil. La tercera fue el bastón, tradición que se remonta a
1932.18

El momento, el lugar y la persona que entrega los atributos presidenciales ha


variado a lo largo del tiempo, e incluso según cada presidente. Ha sido una
práctica constante, luego de recuperada la democracia en 1983, que el presidente
entrante, inmediatamente después de asumir el mando, pronuncie un discurso ante la
Asamblea Legislativa.

Duración

Julio Argentino Roca fue el presidente con más tiempo en el cargo, 12 años y el
primero en ser reelecto.
De acuerdo con la reforma aprobada en 1994, la duración del mandato del presidente
es de cuatro años con posibilidad de reelección inmediata por otros cuatro años.
Una persona que cumplió dos mandatos consecutivos queda habilitada para otra
reelección una vez transcurrido al menos un período presidencial desde que dejó el
cargo. Estas restricciones se aplican en la misma forma para quienes hayan
desempeñado como vicepresidentes en uno o en los dos períodos.

Según la Constitución de 1853 y hasta 1994, el presidente tenía mandato por seis
años, sin posibilidad de reelección consecutiva. La reforma de 1949 permitía la
reelección sin limitación alguna, pero fue dejada sin efecto por resolución del
gobierno militar surgido en 1955, que ratificó la convención constituyente de 1957,
con lo cual se retornó al régimen de 1853. El gobierno surgido del golpe militar de
1966 limitó la duración del mandato a cuatro años con una reelección consecutiva
mediante un estatuto transitorio en 1972 que solo se aplicó para una elección y
luego no fue ratificado.

Solo hubo cinco personas reelectas en el cargo, Julio Argentino Roca en 1898 e
Hipólito Yrigoyen en 1928 por la reforma constitucional de 1898, Juan Domingo Perón
en 1952 por la reforma de 1949 y en 1973 por la reforma de 1957, y Carlos Saúl
Menem en 1995 y Cristina Fernández de Kirchner en 2011 por la reforma de 1994.

Discusión sobre el inicio y finalización del mandato


Desde 2015 se encuentra discutido en la Argentina el momento preciso en que
comienza y finaliza el mandato presidencial. Hasta ese momento, la práctica era que
el mandato presidencial comenzaba en el momento que el presidente electo juraba
ante la Asamblea Legislativa y finalizaba cuatro años después, cuando su sucesor
realizaba el juramento.19 La tradición ha sido que el juramento presidencial se
realizara durante el día de cambio de mando, de tal modo que el presidente saliente
gobernara hasta la entrega del mando y el presidente entrante gobernara desde la
entrega del mando.

En 2015 la presidenta saliente, Cristina Fernández de Kirchner, y el presidente


entrante, Mauricio Macri, no se pusieron de acuerdo sobre el lugar en que debía
realizarse la entrega del bastón de mando. La norma vigente establecía que debía
realizarse en el Congreso de la Nación, pero el presidente electo deseaba que se
realizara en la Casa Rosada. El hecho tenía un significado simbólico: luego de la
Crisis de 2001, el presidente Eduardo Duhalde había decidido realizar en 2003, la
entrega del bastón en el Congreso, con el fin de fortalecer la imagen del Poder
Legislativo y asociarla a la democracia. Esa decisión fue mantenida por todos los
presidentes posteriores.19

En 2015 Macri pidió el cambio de la norma, para realizar la entrega del bastón en
la Casa Rosada, pero Cristina Fernández denegó el pedido. Si, como había sucedido
tradicionalmente, el cargo de presidente se asumía al momento del juramento, la
facultad de establecer las formalidades de la transmisión del mando correspondía al
presidente saliente. Mauricio Macri inició entonces un proceso judicial
solicitándole a la jueza electoral María Romilda Servini que prohibiera a la
presidenta Cristina Fernández ejercer la presidencia a partir de las 00:00 horas
del 10 de diciembre de 2015.20

Apoyada en el dictamen del fiscal Di Lello, la jueza Servini estableció que el


mandato presidencial y la asunción del cargo sucedían en momentos distintos.
Recurriendo al artículo 6 del Código Civil y Comercial de la Nación, que establece
el modo de contar los plazos, la jueza Servini estableció que los mandatos
presidenciales comenzaban a las 00:00 horas del día 10 de diciembre y finalizaban
cuatro años después, a las 24:00 horas del día 9 de diciembre. Pero aclaró que,
pese a que su mandato hubiera comenzado, el presidente electo no podía tomar
decisiones hasta que no realizara el juramento establecido por la Constitución,
formalidad indispensable para asumir el cargo. En virtud de dicha decisión, la
presidencia de Cristina Fernández finalizó doce horas antes de la hora establecida
para la asunción de la Presidencia por parte de Mauricio Macri, quedando acéfala.20
Para resolver dicha incongruencia la jueza Servini dispuso que el tiempo durante el
cual la Presidencia quedaba vacante entre la finalización del mandato de la
presidenta saliente y la asunción del sucesor, debía ser ejercido durante ese
tiempo, por la persona que hubiera jurado como presidente provisional del Senado,
cargo que en ese momento había asumido Federico Pinedo.20

Debido a que en Argentina los fallos judiciales solo valen para el caso concreto,
en 2019 reapareció la incertidumbre sobre el momento preciso en que finalizan y
comienzan los mandatos presidenciales. De aplicarse el criterio establecido en el
fallo de Servini, el mandato de Mauricio Macri habría vencido a las 24:00 del día 9
de diciembre de 2019, quedando la Presidencia acéfala hasta que el presidente
Alberto Fernández prestara el juramento al día siguiente. De no aplicarse el fallo
de Servini y volverse a la práctica tradicional, el mandato de Mauricio Macri
finalizaría al mediodía del día 10 de diciembre de 2019, excediendo el mandato
constitucional en doce horas.19

Cese o incapacidad
Artículo principal: Acefalía presidencial en Argentina

Adolfo Rodríguez Saá, entonces gobernador de San Luis, asumió el cargo en diciembre
de 2001 tras la renuncia de Fernando de la Rúa y la aplicación por primera vez de
la ley de acefalia.
Vacancia del cargo
La oficina presidencial puede quedar vacante por varias circunstancias: muerte,
dimisión y destitución. Hasta la fecha, tres personas murieron ejerciendo el cargo,
todas por causas naturales, Manuel Quintana en 1906, Roque Sáenz Peña en 1914 y
Juan Domingo Perón en 1974.

En el caso de la renuncia al cargo, el presidente redacta una carta de renuncia


dirigida al presidente provisorio del Senado, la cual debe ser aceptada por el
congreso reunido en Asamblea Legislativa. Este hecho ocurrió doce veces en la
historia: Bernardino Rivadavia y Vicente López y Planes en 1827, Santiago Derqui y
Juan Esteban Pedernera en 1861, Miguel Juárez Celman en 1890, Luis Sáenz Peña en
1895, Roberto Marcelino Ortiz en 1942, Héctor Cámpora en 1973, Raúl Alfonsín en
1989, Fernando de la Rúa y Adolfo Rodríguez Saá en 2001, y Eduardo Duhalde en 2003.

En cuanto a la destitución, en el Artículo 53 de la Constitución Nacional faculta a


la Cámara de Diputados acusar ante el Senado al presidente, vicepresidente, Jefe de
Gabinete, ministros y jueces de la Corte Suprema por «mal desempeño o por delito en
sus funciones; o por crímenes comunes» por la mayoría de dos terceras partes de los
miembros presentes. Así se inicia el proceso de juicio político (Artículos 59 y 60)
por parte del Senado presido por el presidente de la Corte Suprema (en el caso de
que el presidente sea el acusado), siendo declarado culpable por las dos terceras
partes de los presentes. Cómo bien indica su nombre, el juicio es político, por lo
que únicamente su desenlace tiene consecuencias políticas como son la destitución
del cargo y/o su inhabilitación para ejercer cargos públicos por un periodo
determinado. La responsabilidad penal será determinada por los tribunales federales
según el Código Procesal Penal. El proceso puede ser iniciado por un funcionario o
ciudadano y debe darse en la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados,
quienes consideran admisible o no la denuncia. Si es admisible, se inicia un
sumario para la investigación como la citación de testigos, la intercepción de
conversaciones telefónicas y el pedido de información a organismos públicos dictado
por un juez, e incluso la declaración del imputado. Tras terminar la investigación,
la Comisión, con el voto favorable de la mitad más uno de sus miembros, eleva el
dictamen a la Cámara. Si los dos tercios de la Cámara de Diputados aprueba el
dictamen, la misma Cámara debe elegir a uno o dos diputados que serán los que
presenten la acusación ante el Senado. La Cámara de Senadores, por su parte,
decidirá por dos tercios de los presentes si destituye o absuelve al acusado.
Subrogación y sucesión presidencial
Línea sucesoria presidencial
1 Vicepresidente
2 Presidente provisional del Senado
3 Presidente de la Cámara de Diputados
4 Presidente de la Corte Suprema
Según el artículo 153 del Código Nacional Electoral, en caso de muerte o renuncia
de cualquiera de los integrantes de la fórmula electa, se aplicará el artículo 88
de la Constitución. Si el presidente electo no puede asumir el cargo por muerte o
renuncia, lo reemplazará el vicepresidente electo. En caso de la muerte o renuncia
de ambos, se realizarán nuevas elecciones.21

En caso de que el presidente en ejercicio no pudiese continuar ejerciendo el cargo,


por motivos tales como enfermedad, ausencia, muerte, renuncia o destitución, el
cargo es ejercido por el vicepresidente (artículo 88 de la Constitución nacional).

En caso de requerirse un reemplazo para el presidente en una circunstancia en la


que no se disponga de un vicepresidente, la Constitución establece en su art. 88
que corresponde al Congreso establecer quien asumirá el cargo. A tal fin se
sancionó la Ley 20.972, de Acefalía,22 estableciendo la línea sucesoria para ese
caso: transitoriamente el Poder Ejecutivo debe ser desempeñado por el presidente
provisorio del Senado, a falta de este el presidente de la Cámara de Diputados, y a
falta de ambos por el presidente de la Corte Suprema de Justicia. Ese funcionario
estará a cargo del Poder Ejecutivo sin asumir el título de «presidente».

Si la vacancia es transitoria estos funcionarios deben ejercer el Poder Ejecutivo


hasta el retorno del presidente. Si la vacancia no es transitoria, el Congreso en
Asamblea Legislativa (ambas cámaras reunidas, diputados y senadores) por mayoría
simple, dentro del plazo de dos días debe elegir un presidente para gobernar, quien
deberá terminar el mandato inconcluso o realizar un llamado a nuevas elecciones
(artículo 88 de la Constitución nacional). Ese funcionario debe ser elegido entre
los senadores, diputados o gobernadores. En caso de que ya hayan un presidente y un
vicepresidente electos, asumirán el cargo antes para cumplir el mandato. Tales
fueron los casos de Vicente López y Planes en 1827 y José María Guido en 1962 como
presidentes provisional del Senado, Raúl Lastiri en 1973 como presidente de la
Cámara de Diputados, Adolfo Rodríguez Saá en 2001 como gobernador de la Provincia
de San Luis, y Eduardo Duhalde en 2002 como senador nacional por la Provincia de
Buenos Aires.

El vicepresidente
Artículo principal: Vicepresidente de la Nación Argentina

José Figueroa Alcorta, entonces Vicepresidente, asumió el cargo tras la muerte de


Manuel Quintana en 1906.
El vicepresidente es el compañero de fórmula del presidente, siendo ambos los dos
únicos miembros electos del poder ejecutivo argentino. El vicepresidente es el
reemplazante del presidente en caso de viajes o licencias. Un caso notable fue el
del vicepresidente Marcos Paz, quien reemplazó de manera interina al presidente
Bartolomé Mitre, durante cinco años, mientras este último dirigía en el frente las
tropas argentinas en la Guerra del Paraguay. Paz murió mientras ejercía la
presidencia, lo que obligó a Mitre a retornar a Buenos Aires para reasumir el
mando. Es también el reemplazante del presidente en caso de muerte o renuncia, de
forma definitiva. Tales fueron los casos de los vicepresidentes Juan Esteban
Pedernera en 1861, Carlos Pellegrini en 1890, José Evaristo Uriburu en 1895, José
Figueroa Alcorta en 1906, Victorino de la Plaza en 1914, Ramón Castillo en 1942 y
María Estela Martínez de Perón en 1974.

Asimismo, también es presidente del Senado de la Nación Argentina, aunque sin


derecho a voto salvo caso de empate.23

Caso especial de asunción de José María Guido


Artículo principal: José María Guido

Guido asumió en marzo de 1962 tras el derrocamiento de Frondizi tras interpretarse


el caso como una acefalía.
El 29 de marzo de 1962 se produjo un levantamiento militar con el objetivo de
derrocar al presidente Arturo Frondizi, del partido Unión Cívica Radical
Intransigente, quien se negó a renunciar. Frondizi fue detenido por los militares y
llevado a la isla Martín García, previendo los rebeldes que, al día siguiente, el
teniente general Raúl Poggi, líder de la insurrección victoriosa, asumiría la
presidencia.

La noche del 29 de marzo de 1962, algunas personalidades civiles encabezadas por un


miembro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el doctor Julio Oyhanarte,
elaboraron una maniobra para evitar que el quiebre institucional fuera total. Fue
así como tomaron la detención de Frondizi como un caso de acefalía22 que permitía
asumir la presidencia a quien estuviera en el primer lugar de la línea sucesoria
según la Ley 252, que en el caso era el doctor José María Guido, un senador del
mismo partido que Frondizi que presidía provisionalmente la Cámara de Senadores,
debido a la renuncia anterior del vicepresidente Alejandro Gómez. Basados en esa
interpretación hicieron que esa misma noche Guido jurara ante la Corte Suprema de
Justicia como nuevo presidente.

Los militares golpistas terminaron aceptando la situación y convocaron a Guido en


la Casa Rosada para comunicarle que sería reconocido como presidente, en tanto y en
cuanto se comprometiera por escrito a ejecutar las medidas políticas indicadas por
las Fuerzas Armadas, siendo la primera de ellas anular las elecciones en las que
había ganado el peronismo. Guido aceptó las imposiciones militares, firmó un acta
dejando constancia de ello y fue entonces habilitado por estos para instalarse con
el título de presidente, pero clausurando el Congreso Nacional e interviniendo
todas las provincias.

De este modo Guido asumió los poderes ejecutivo y legislativo del país, bajo
control y supervisión de las Fuerzas Armadas, que se reservaron el derecho de
removerlo, pero manteniendo intacto el Poder Judicial.

Gobiernos de facto
Artículo principal: Golpes de Estado en Argentina

Jorge Rafael Videla asumió el 24 de marzo de 1976 tras derrocar a Isabel Perón,
iniciando el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional hasta 1983, última
dictadura cívico-militar.
A raíz de golpes militares de Estado que derrocaron a los gobiernos
constitucionales hubo presidentes militares y civil de facto en 1930-1932, 1943-
1944, 1955-1958, 1962-1963, 1966-1973 y 1976-1983 que ejercieron además de las
facultades propias del presidente también las que correspondían al Congreso. El
análisis sobre la validez posterior de sus actos llevó a la formulación posterior
de la doctrina de los gobiernos de facto.

Esa doctrina fue dejada sin efecto por la reforma constitucional de 1994 (artículo
36), la que declaró «usurpadores» a quienes hayan interrumpido la observancia de la
Constitución por actos de fuerza.

El artículo 29 de la Constitución de 1853 tenía un artículo que consideraba la suma


del poder público como «traición a la Patria», pero estaba referida a los
gobernantes de jure. Por ese motivo en la reforma constitucional de 1994 se incluyó
el artículo 36 que dice:
Artículo 36. Esta Constitución mantendrá su imperio aún cuando se interrumpiere su
observancia por actos de fuerza contra el orden institucional y el sistema
democrático. Estos actos serán insanablemente nulos.
Sus autores serán pasibles de la sanción prevista en el Artículo 29, inhabilitados
a perpetuidad para ocupar cargos públicos y excluidos de los beneficios del indulto
y la conmutación de penas.

Tendrán las mismas sanciones quienes, como consecuencia de estos actos, usurparen
funciones previstas para las autoridades de esta Constitución o las de las
provincias, los que responderán civil y penalmente de sus actos. Las acciones
respectivas serán imprescriptibles.

Todos los ciudadanos tienen el derecho de resistencia contra quienes ejecutaren los
actos de fuerza enunciados en este artículo.

Atentará asimismo contra el sistema democrático quien incurriere en grave delito


doloso contra el estado que conlleve enriquecimiento, quedando inhabilitado por el
tiempo que las leyes determinen para ocupar cargos o empleos públicos.

El Congreso sancionará una ley sobre ética pública para el ejercicio de la función.
En síntesis, este artículo establece:

Nulidad absoluta de los actos dictados por gobiernos instalados por la fuerza;
Los autores serán penados como «infames traidores a la Patria»;
Estos delitos son imprescriptibles y sus autores no pueden recibir el beneficio del
indulto;
Todo ciudadano tiene derecho a la resistencia contra estos actos de fuerza.
Salario y complementos
Atributos presidenciales

Despacho presidencial, en la Casa Rosada


Los atributos presidenciales demuestran la dignidad de la Primera Magistratura de
la Nación, siendo símbolos regidos por costumbre que representan al presidente de
la República ante los ciudadanos. Tradicionalmente son cinco: la Banda
Presidencial, el Bastón de Mando, la Marcha militar Ituzaingó, el Estandarte o
Bandera de presencia presidencial y el "sillón de Rivadavia".24 La entrega de los
atributos representan el momento en el cual el mandatario saliente transmite la
autoridad presidencial al nuevo presidente.25 Cada presidente recibe una banda y un
bastón nuevos, que suelen conservar como recuerdo de su paso por el cargo una vez
que cesan en sus mandatos.

Banda presidencial
Artículo principal: Banda Presidencial de la Argentina
La banda presidencial es una cinta delgada de tela con los colores de la Bandera
bordada con un sol y terminada en una borla de hilos de oro, que se coloca en forma
cruzada atravesando el hombro derecho y cayendo hacia el costado izquierdo, sobre
la indumentaria para significar que su portador es titular de una dignidad u honor
y, en tal carácter, debe ser reconocido por todos.24

La Asamblea del Año XIII el 26 de enero de 1814, al instaurar el cargo de Director


Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, estableció que le
correspondían una banda y un bastón, siendo Gervasio Antonio de Posadas la primera
persona en utilizarlos. La banda era bicolor, blanca en el centro y azul en los
costados, terminada en una borla de oro, hasta la gobernación de Juan Manuel de
Rosas en que se cambió al rojo punzó siendo restaurado el color original durante la
presidencia de Justo José de Urquiza e incluyendo el bordado con un sol. Durante
las presidencias conservadoras fue bordado con el escudo nacional en dorado. El 24
de abril de 1944 el presidente Edelmiro Julián Farrell emitió el Decreto-Ley
10.302/1944; donde instituyó los símbolos patrios. En su artículo 4° legisló sobre
la Banda Presidencial, pasando de ser un atributo tradicional a una distinción
jurídica:
"La banda que distingue al Jefe del Estado, autorizada por la Asamblea
Constituyente en la reforma de estatuto provisorio del Gobierno del 26 de enero de
1814 y alcanzada por la distinción del 25 de febrero de 1818, ostentará los mismos
colores, en igual posición y el sol de la Bandera Oficial. Esta insignia terminará
en una borla sin otro emblema. Tanto el sol como la borla serán confeccionados con
hilos, con baño de oro, de óptima calidad y máxima inalterabilidad en el tiempo"
Artículo 4º, Decreto Ley 10.302/1944
Marcha de Ituzaingó
Artículo principal: Marcha de Ituzaingó
La marcha es una pieza musical solo de melodía utilizada en los actos oficiales
donde se presenta el presidente para indicar su llegada. La partitura fue
encontrada en un cofre, entre los trofeos de batalla tras la victoria de Carlos
María de Alvear en la Batalla de Ituzaingó durante la Guerra del Brasil. Se cree
que fue compuesta por el emperador brasileño Pedro I para el marqués de Barbacena,
comandante de sus tropas, en caso de un posible triunfo en Ituzaingó. Se utilizó
por primera vez a ese efecto el 25 de mayo de 1827, y —con la excepción de un
interludio entre el 26 de enero de 1946 y el 28 de agosto de 1959, en que la
reemplazó a ese efecto la marcha San Lorenzo— se ha utilizado desde entonces.2627

Bastón presidencial
Artículo principal: Banda Presidencial de la Argentina

Banda y bastón presidencial de Raúl Alfonsín


El bastón de mando (o vara de mando, también denominado manípulo) es un complemento
protocolario que denota en la persona que lo porta, autoridad o mando sobre un
grupo o colectivo identitario. Fue instaurado como atributo presidencial en 1932.

Desde 1983 el orfebre Juan Carlos Pallarols, que proviene de una familia de
artesanos cuyo taller data de 1750, confecciona el bastón que consiste en una vara
de madera urunday (proveniente de Chaco y Misiones) de noventa centímetros (de
acuerdo con la estatura del presidente electo) con una empuñadura de plata adornada
por el Escudo Nacional y flores de veinticuatro cardos, una por cada provincia; y
tres pimpollos, que representan las Islas del Atlántico Sur. Desde 1932 bajo el
gobierno de José Félix Uriburu hasta entonces los fabricaba el artesano Luis
Ricciardi como se estilaba: con caña de Malaca, puño de oro 18 quilates adornado
con el escudo nacional, regatón de oro y dos borlas. 25

Símbolos presidenciales
Estandarte presidencial y sillón de Rivadavia

Sillón presidencial
El sillón presidencial de Casa Rosada, o mal llamado «sillón de Rivadavia» porque
se cree que lo utilizó Bernardino Rivadavia, corresponde a la primera presidencia
de Julio Argentino Roca. Fue comprado a la Casa Forest de París en 1885 y está
conformado de madera de nogal italiana, siendo decorado con la técnica dorado a la
hoja, con lámina de oro. Es utilizado desde entonces por todos los presidentes del
país.28

Bandera presidencial
El estandarte presidencial es una bandera heráldica de un paño color celeste
adornado con el escudo de la Nación Argentina situado en su parte central y
acompañados de cuatro estrellas de cinco puntas colocadas en cada uno de sus
vértices, utilizada como insignia del presidente de la Nación Argentina y se
enarbola en el lugar en que se encuentra el presidente de la Nación.

Palacio presidencial
Casa Rosada, sede de gobierno de la República Argentina.
Artículo principal: Casa Rosada
El presidente tiene su oficina en la sede del Gobierno, la Casa Rosada. Desde 1862,
el entonces presidente Bartolomé Mitre se instaló en el antiguo Fuerte de Buenos
Aires, que había sido residencia de gobernadores y virreyes españoles, y demás
autoridades de los sucesivos gobiernos patrios a partir de 1810. Su sucesor,
Domingo Faustino Sarmiento, decidió embellecer la morada del Poder Ejecutivo
Nacional, dotándola de jardines y pintando las fachadas de color rosado, con el
que, posteriormente, se continuó caracterizando. La construcción de la actual Casa
de Gobierno comenzó en 1873, cuando por decreto se ordenó construir el edificio de
Correos y Telégrafos en la esquina de Balcarce e Hipólito Yrigoyen. Pocos años
después, el presidente Julio Argentino Roca decidió la construcción del definitivo
Palacio de Gobierno en la esquina de Balcarce y Rivadavia, edificación similar al
vecino Palacio de Correos. Ambos edificios se unieron en 1886 mediante el pórtico
que hoy constituye la entrada de la Casa Rosada que da hacia Plaza de Mayo.29

Residencia oficial y de verano


Artículo principal: Quinta de Olivos
La residencia oficial ha ido cambiando a lo largo de la historia. Rivadavia (1826-
27) residió en la Casa de los Virreyes, en el antiguo Fuerte de Buenos Aires,
mientras que sus sucesores residieron en sus casas particulares. La excepción fue
Roque Sáenz Peña quien acondicionó un cuarto en el primer piso en la Casa Rosada
debido a que su enfermedad le impedía movilizarse con facilidad.

A mediados de la década de 1930 el estado adquiere la propiedad de Carlos Madariaga


y su esposa Josefina Anchorena, ubicada en la calle Suipacha 1034 de la Ciudad de
Buenos Aires, para convertirla en Residencia Presidencial. El primer presidente que
la utiliza es Roberto Ortiz junto a su señora María Luisa Iribarne.

En 1937 (durante la presidencia de Agustín Pedro Justo) el estado adquiere el


Palacio Unzué, una residencia construida por Mariano Unzué y Mercedes Baudrix en
1887 ubicada en un espléndido parque diseñado por Carlos Thays, rodeado por las
calles Agüero, Alvear (Libertador) y Austria, en el barrio de Recoleta, Buenos
Aires. El primer y único presidente que la utilizó de forma permanentemente fue
Juan Domingo Perón y su señora Eva Duarte.

Quinta de Olivos, residencia oficial del presidente.


La Quinta presidencial de Olivos fue donada por la familia Anchorena Olaguier en
1918 bajo la presidencia de Yrigoyen. Desde 1918 los presidentes la fueron
utilizando cómo residencia ocasional y de verano, siendo el primero que la habita
de forma permanente Pedro Eugenio Aramburu. Desde entonces se utiliza como
residencia oficial y permanente. En la Quinta de Olivos falleció el presidente Juan
Domingo Perón el 1 de julio de 1974 mientras ejercía su tercer mandato, siendo
hasta ahora el único presidente que murió allí. La Quinta es un gran complejo
residencial compuesto de un vasto parque situado en la localidad de Olivos del
partido de Vicente López. La residencia presidencial ocupa el edificio principal,
de líneas neoclásicas, construido por Prilidiano Pueyrredón en 1854. Las fachadas
se conservan como en el siglo XIX, sin embargo, los interiores y el parque
sufrieron reformas con el paso de los diferentes presidentes. 30

Dispone de una residencia de verano en la localidad de Chapadmalal (provincia de


Buenos Aires), la que se denomina Unidad Presidencial de Chapadmalal. La casa de
Chapadmalal, construida durante el primer gobierno de Perón, cuenta con una playa
privada, un mirador con vistas a la costa y varios jardines. Fue remodelada por
última vez en los 90, durante la presidencia de Carlos Menem.31

Sueldo y transporte
El presidente y vicepresidente disfrutan de un sueldo pagado por el Tesoro de la
Nación, que no podrá ser alterado en el período de sus nombramientos. Durante el
mismo período no podrán ejercer otro empleo, ni recibir ningún otro emolumento de
la Nación, ni de provincia alguna.32 El sueldo del presidente en bruto es de
354.694 pesos argentinos.33

Tango 01, avión presidencial entre 1992 y 2015.


Para desplazarse el mandatario utiliza aviones que forman parte de la Agrupación
Aérea Presidencial:

cuatro aviones: 1 Boeing 757/200 T-01 (desactivado); 2 Fokker F-28 T-02 y T-03
(desactivados); 1 Boeing 737/500 T-04; 1 Learjet 60 (T-10).
tres helicópteros: 1 Sikorsky S-70A Black Hawk (H-01); 2 Sikorsky S-76B (H-02 y H-
03).
El automóvil presidencial que actualmente se utiliza es una Mercedes Benz Vito,
aunque tiene a disposición una Volkswagen Touareg y una Chrysler Town & Country34

Seguridad

Efectivos de la Policía Federal Argentina


La Casa Militar es la encargada de la protección del presidente y su familia. Con
base en la Casa Rosada, la Casa Militar es conducida por un oficial superior de las
Fuerzas Armadas, cuyo cargo es rotativo cada dos años y «debe proveer la seguridad
del presidente, de sus familiares directos, como también de la Casa de Gobierno, la
residencia presidencial de Olivos y otros lugares de residencia transitoria que
disponga el jefe del Estado». Tiene el «control operacional» de tres agrupaciones
principales: Coordinación, Logística y Comunicaciones; Aérea, y Seguridad e
Inteligencia. Esta última integrada por el histórico Regimiento de Granaderos a
Caballo (como escolta presidencial) y la Policía Federal en su división Custodia
Presidencial (como custodia personal del presidente y su familia en los
desplazamientos terrestres). La Custodia Presidencial tiene su base en la Casa de
Gobierno y en la residencia de Olivos, cuyo perímetro y sector externo están a
cargo de la policía bonaerense.35

Escolta presidencial

Granadero en posición firme en la Casa Rosada


El Escuadrón Ayacucho del Regimiento de Granaderos a Caballo, creado en 1812 por el
general José de San Martín e instaurado el 15 de julio de 1907 por el presidente
José Figueroa Alcorta como escolta del presidente de la Nación —hasta ese momento
lo era el Regimiento 8 de Caballería, que llevaba el nombre del general Mariano
Necochea y el uniforme histórico de sus Cazadores que hicieron la campaña de los
Andes—,36 cumple las funciones de escolta y seguridad del Presidente de la Nación
en la Casa de gobierno, custodia de los restos del General Don José de San Martín
en el mausoleo situado en la Catedral Metropolitana, el Izamiento y arrío de la
Bandera Oficial de la Nación en la Plaza de Mayo y participan en todos los actos de
ceremonial que se realizan en la Casa de Gobierno y en la Catedral Metropolitana.
Llevan el uniforme tradicional: botas negras hasta la rodilla, espuelas, una
chaquetilla con pechera adornada con botones, sable enfundado en un costado, cuello
rígido y el morrión en la cabeza para la famosa Escolta Presidencial. Los
granaderos que realizan la custodia del ingreso presidencial y los que custodian
los restos de San Martín deben pasar las dos horas que dure su guardia quietos y
firmes, en posición de “estatua”.37

Edecán presidencial
Los edecanes presidenciales son tres ayudantes militares, uno por cada rama de las
Fuerzas Armadas, un teniente coronel —Ejército—, un capitán de fragata —Armada y un
vicecomodoro —Fuerza Aérea—, que se distinguen por el cordón dorado que usan encima
del uniforme, cuya principal misión es acompañar, proteger y asistir al presidente
en todas sus actividades oficiales y representarlo en los eventos protocolares que
específicamente les encomiende. El primer edecán que registra la historia argentina
fue el capitán Juan María Escobar, quien acompañó al presidente de la Primera
Junta, Cornelio Saavedra.38

El propio presidente se encarga de su designación, de una lista de candidatos


presentada por el Ministerio de Defensa y elaborada por las propias Fuerzas
Armadas. En el cumplimiento de sus labores, que prestan las 24 horas del día,
coordinan la agenda protocolar del presidente –deben indicar discretamente el fin
de una actividad o una audiencia para dar paso a la siguiente–, y reciben y
tramitan las instrucciones que les entrega el mandatario. Son también los únicos -
además del secretario privado- que tienen acceso directo al despacho presidencial,
participan de las reuniones más reservadas y conocen con anticipación los
nombramientos que hará el Presidente, porque ellos tendrán que ubicar después al
funcionario elegido. En los actos oficiales llevan el discurso que pronunciará el
presidente en una carpeta, pero también una copia en el bolsillo. Además, deben ser
discretos y estar en condiciones de responder cualquier pregunta del presidente.
Los tres edecanes se dividen el trabajo por semanas, quedando uno de turno cada
semana, y deben cumplir sus funciones por dos años. En caso de que el presidente
asista a una actividad en un recinto militar lo acompaña el edecán respectivo, y
para las ceremonias de Estado concurren los tres.

Postpresidencia

Los expresidentes Raúl Alfonsín (centro), Néstor Kirchner y Cristina Fernández de


Kirchner en un homenaje al primero.
Cada presidente una vez terminado su mandato puede ejercer otros cargos políticos.
Algunos presidentes han tenido carreras significativas después de dejar el cargo.
Tal es el caso de José Figueroa Alcorta que fue presidente de la corte suprema,
siendo el único argentino en presidir los tres poderes, el de Néstor Kirchner que
fue secretario general de la UNASUR, y de Cristina Fernández de Kirchner que se
desempeña actualmente como vicepresidenta de la Nación. Vicente López y Planes
(Buenos Aires en 1852) y Justo José de Urquiza (Entre Ríos entre 1868 y 1870)
ejercieron la gobernación de sus provincias natales. Bartolomé Mitre, Julio
Argentino Roca, Hipólito Yrigoyen, Marcelo Torcuato de Alvear, Arturo Frondizi,
Juan Domingo Perón, Raúl Alfonsín y Néstor Kirchner ejercieron el liderazgo de sus
respectivos partidos políticos e incluso se presentaron a elecciones nuevamente,
algunos reelegidos con éxito como Roca en 1898 y Perón en 1973, y otros presidentes
sirvieron en el Congreso después de abandonar la Casa Rosada como Carlos Pellegrini
y Carlos Menem.

Los exmandatarios poseen tras terminar su mandato la protección vitalicia de la


Policía Federal Argentina y perciben una asignación mensual vitalicia equivalente
al sueldo de un juez de la Corte Suprema, según la Ley 24.018. Al fallecer, la
pensión pasa a la viuda o viudo que cobrará el 75% pero tendrá que renunciar a toda
pensión estatal. Para el goce de estos beneficios, deben residir dentro del
territorio argentino.39 Arturo Illia y Raúl Alfonsín donaron todos sus años de
jubilación a la caridad.

Tras sus fallecimientos, los presidentes reciben homenajes como decretar tres días
de duelo nacional, y el funeral de estado, y sus familias donan sus pertenencias
del mandato a museos como el Museo Histórico Sarmiento y el Museo Casa Rosada
(creado del antiguo Museo Presidencial Casa Rosada) cuya colección está conformada
por objetos personales, retratos, esculturas y documentos de quienes han ocupado el
cargo de «presidente» y objetos referentes al contexto social, económico y político
de cada etapa presidencial, incluyéndose presidencias recientes.

Expresidentes vivos
María Estela Martínez de Perón
(1974-1976)
4 de febrero de 1931 (90 años)

Adolfo Rodríguez Saá


(2001)
25 de julio de 1947 (73 años)
Interino

Eduardo Duhalde
(2002-2003)
5 de octubre de 1941 (79 años)
Interino

Cristina Fernández de Kirchner


(2007-2015)
19 de febrero de 1953 (68 años)

Mauricio Macri
(2015-2019)
8 de febrero de 1959 (62 años)
Galería de los bustos presidenciales
Como modo de homenaje, toda persona que ejerció la primera magistratura es
retratada en mármol de Carrara y depositada en el Hall de Honor de la Casa Rosada
junto a todos los presidentes argentinos excepto los de facto, desde Cornelio
Saavedra y Bernardino Rivadavia hasta Néstor Kirchner. Los bustos que faltan son
Vicente López y Planes, Juan Esteban Pedernera, Raúl Alberto Lastiri, María Estela
Martínez de Perón, Carlos Menem, Fernando de la Rúa, Adolfo Rodríguez Saá, Eduardo
Duhalde y Cristina Fernández de Kirchner. Mauricio Macri debería ser agregado a
partir del año 2027.

Los primeros bustos de Rivadavia, Urquiza y Derqui expuestos en ese salón fueron
realizados entre 1883 y 1884, encargados por el presidente Julio Argentino Roca.
Data de aquella época la tradición de agregar el busto de los primeros mandatarios
luego de que finaliza su período de mandato, dónde el presidente entrante colocaba
el busto del presidente saliente como testimonio de la historia del país. Estos
bustos estuvieron ubicados inicialmente en los Recintos Presidenciales del primer
piso, pero en 1973, durante la presidencia de facto de Alejandro Lanusse, se
decidió su traslado al Hall de Honor y se dictó el Decreto 4022, que rige la
colocación de los Bustos Presidenciales, indicando que esto se hará una vez
transcurrido un lapso no menor a dos períodos presidenciales, tras la finalización
del mandato correspondiente.40

Posteriormente el presidente Néstor Kirchner, bajo decreto 1872/2006, estableció


que únicamente los presidentes que se desempeñaron por mandato constitucional
formen parte del salón. En caso de un presidente reelecto, se computa desde la
finalización de su primer mandato.41 En 2016, los entonces 28 bustos fueron
reubicados en forma cronológica, además las esculturas de los presidentes de facto
José F. Uriburu, Pedro Pablo Ramírez, Edelmiro Julián Farrell, Eduardo Lonardi,
Pedro Eugenio Aramburu y Juan Carlos Onganía fueron retiradas, y se agregó el de
Miguel Juárez Celman, que estaba abandonado en un depósito.42

Cornelio Saavedra
(1810)

Bernardino Rivadavia
(1826-1827)

Justo José de Urquiza


(1854-1860)

Santiago Derqui
(1860-1861)

Bartolomé Mitre
(1862-1868)

Domingo F. Sarmiento
(1868-1874)

Nicolás Avellaneda
(1874-1880)

Julio Argentino Roca


(1880-1886, 1898-1904)

Miguel Ángel Juárez Celman


(1886-1890)

Carlos Pellegrini
(1890-1892)

Luis Sáenz Peña


(1892-1895)

José Evaristo Uriburu


(1895-1898)

Manuel Quintana
(1904-1906)

José Figueroa Alcorta


(1906-1910)

Roque Sáenz Peña


(1910-1914)
Victorino de la Plaza
(1914-1916)

Hipólito Yrigoyen
(1916-1922, 1928-1930)

Marcelo T. de Alvear
(1922-1928)

Agustín P. Justo
(1932-1938)

Roberto M. Ortiz
(1938-1942)

Ramón Castillo
(1942-1943)

Juan Domingo Perón


(1946-1955, 1973-1974)

Arturo Frondizi
(1958-1962)

José María Guido


(1962-1963)

Arturo Illia
(1963-1966)

Héctor J. Cámpora
(1973)

Raúl Alfonsín
(1983-1989)

Néstor Kirchner
(2003-2007)
Administraciones Presidenciales
Presidencia de Alberto Fernández
Presidencia de Mauricio Macri
Presidencia de Cristina Fernández de Kirchner
Presidencia de Néstor Kirchner
Véase también
Ver el portal sobre Argentina Portal:Argentina. Contenido relacionado con
Argentina.
Lista de los presidentes argentinos
Lista de vicepresidentes argentinos
Gabinete de la Nación Argentina
Vicepresidente de Argentina
Gobierno de Argentina
Gobernantes de Argentina
Anexo:Primeras damas y primeros caballeros de la Nación Argentina
Referencias
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Educar.gov.ar.
«Asignación Salarial de las Autoridades del Poder Ejecutivo Nacional 2020».
datos.gov.ar.
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Junta Militar de la República Argentina (1980). Documentos básicos y bases
políticas de las Fuerzas Armadas para el Proceso de Reorganización Nacional.
Haber nacido en el territorio o ser hijo de argentinos perdiendo el derecho por no
haber cumplido veinte años de edad, no siendo casado, no saber leer ni escribir,
ser naturalizado por otro país, demencia, ser criado a sueldo, peón, simple soldado
de líneas, notoriamente vago o procesado penalmente
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Al igual que las demás palabras que terminan en -cefalia ―que forma sustantivos
femeninos para designar cualidades o estados relacionados con la cabeza:
«hidrocefalia» (‘dilatación anormal del encéfalo’) o «macrocefalia» (‘tamaño
excesivo de la cabeza’)―, la palabra «acefalía» es grave o llana (no aguda):
«acefalía» es incorrecto.
Véase el artículo Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua
Española (2005). «acefalía». Diccionario panhispánico de dudas. Madrid: Santillana.
ISBN 978-8-429-40623-8.
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Rosemberg, Jaime (13 de mayo de 2016). Reubicaron los bustos de Néstor Kirchner,
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Enlaces externos
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