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Emociones

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Cuando hablamos de la inteligencia emocional (IE), nos referimos

a la habilidad de entender, usar y administrar nuestras propias


emociones en formas que reduzcan el estrés, ayuden a comunicar
efectivamente, empatizar con otras personas, superar desafíos y
aminorar conflictos.

Características de la Inteligencia Emocional


¿Qué características tienen las personas con alto grado
de inteligencia Emocional?:
1. Prestan atención a sus emociones: las personas que desarrollan
este tipo de inteligencia analizan sus emociones y las escuchan,
no solo se limitan a sentirlas.

2. Conocen sus sentimientos y no los reprimen: estas personas son


auténticas y sinceras, ya que expresan sus sentimientos de forma
clara.

3. Analizan sus proyectos y sueños: no viven en un sueño constante,


sino que saben razonar sobre lo que sienten y si alguna meta
puede ser alcanzada o no.

4. Tienen un balance constante en sus acciones: saben que todo


tiene su lado bueno o malo, por lo que dirigen su atención a las
cosas que pueden solucionar o que pueden ser de utilidad para
ellos mismos.

5. No toman nada personal: cuando una persona los altera o algo en


su entorno no sale como lo tenían planeado, analizan qué
pudieron haber hecho mal y qué cosas mejorar a futuro. No se
concentran en algo que no pueden controlar.
6. Son autocríticos con sus acciones: las emociones no los
controlan, ellos controlan lo que deciden hacer con ciertas
emociones y reconocen cuando algo se les fue de las manos.

7. Se fijan en las emociones de otras personas: intentan ser siempre


empáticos con sus semejantes para saber cómo expresan sus
emociones. Así, se relacionan mejor con los demás.

8. Conocen siempre gente nueva pero se rodean de aquellos con los


que tienen una conexión: A través de otras personas, conocen
diferentes puntos de vista y comparten más con aquellos que son
compatibles con la suya. No pierden tiempo en relaciones tóxicas
ahorrándose así una incomodidad innecesaria.

9. Se motivan a sí mismos constantemente: estas personas se


emocionan cuando sucede algo que les gusta o realizan una
acción determinada. No se enfrascan en por qué ya no les
motivan cosas antiguas, sino que buscan siempre renovar su
emoción con nuevas experiencias.

Ejemplos de inteligencia emocional


 Valorar los triunfos de los demás sin caer en comparaciones con
otras personas o uno mismo.

 Aceptar los errores cometidos y ser capaces de perdonarse así


mismo para aprender de lo ocurrido.

 No juzgar el hecho de sentirse bien o mal más que por lo que son:
emociones transitorias que pasarán con el tiempo.

 Analizar las reacciones inmediatas a las emociones, interpretarlas


y aprender de cada una de ellas para manejarlas de ser necesario.
 Comprender cuál es la emoción que uno siente y no dejar que el
cerebro confunda una con otra. A veces el enojo puede
presentarse cuando en realidad se siente tristeza.

 Evitar estimulantes como el alcohol, cafeína, drogas o algún


fármaco relacionado para tener ciertas sensaciones.

 Entender que cada persona es individual con sus experiencias y


relaciones. Los sentimientos personales pueden generalizarse
para los demás hasta cierto punto.

 Encontrar el equilibro entre los éxitos y errores, no dejándose


llevar por el narcisismo o por una lástima por sí mismo.

¿Cómo medir mi inteligencia emocional? Test en Internet


Los psicólogos concuerdan que no existe ningún test o prueba que
mida el grado de inteligencia emocional que una persona
tiene, como lo serían los clásicos test que miden el coeficiente
intelectual. Esto se debe a las diferentes aristas que este tipo de
inteligencia maneja y que es muy difícil categorizar.
Más que un resultado numérico, aquellas personas con un alto
grado de inteligencia emocional tienden a tener las mismas
reflexiones ante situaciones adversas. De esta manera, existen
algunos tests en Internet que permiten descubrir si las personas
tienen estas mismas capacidades o si hay alguna en la que tienen
que mejorar.
Uno de los más completos pueden ser encontrados en el siguiente
enlace. Además, dentro del mismo test se explica un poco más
sobre la inteligencia emocional y algunos consejos para lograr
mejores resultados en las relaciones interpersonales.

Las emociones son reacciones que todos experimentamos: alegría, tristeza, miedo, ira… Son conocidas
por todos nosotros pero no por ello dejan de tener complejidad. Aunque todos hemos sentido la
ansiedad o el nerviosismo, no todos somos conscientes de que un mal manejo de estas emociones
puede acarrear un bloqueo o incluso la enfermedad.
Institucional

Novedades
01-10-2018
 
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Qué son las emociones?

Qué son las emociones?


Las emociones son reacciones que todos experimentamos: alegría, tristeza, miedo, ira…

Son conocidas por todos nosotros pero no por ello dejan de tener complejidad.

Una emoción es un estado afectivo que experimentamos, una reacción subjetiva al


ambiente que viene acompañada de cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos) de
origen innato, influidos por la experiencia.

Las emociones tienen una función adaptativa de nuestro


organismo a lo que nos rodea
Es un estado que sobreviene súbita y bruscamente, en forma de crisis más o menos
violentas y más o menos pasajeras.

En el ser humano la experiencia de una emoción generalmente involucra un conjunto


de cogniciones, actitudes y creencias sobre el mundo, que utilizamos para valorar una
situación concreta y, por tanto, influyen en el modo en el que se percibe dicha situación.

Durante mucho tiempo las emociones han estado consideradas poco importantes y siempre
se le ha dado más relevancia a la parte más racional del ser humano.

Pero las emociones, al ser estados afectivos, indican estados internos personales,
motivaciones, deseos, necesidades e incluso objetivos.

De todas formas, es difícil saber a partir de la emoción cual será la conducta futura del
individuo, aunque nos puede ayudar a intuirla.

Apenas tenemos unos meses de vida, adquirimos emociones básicas como el miedo, el
enfado o la alegría.

Algunos animales comparten con nosotros esas emociones tan básicas, que en los humanos
se van haciendo más complejas gracias al lenguaje, porque usamos símbolos, signos y
significados.

Cada individuo experimenta una emoción de forma particular, dependiendo de sus


experiencias anteriores, aprendizaje, carácter y de la situación concreta.
Algunas de las reacciones fisiológicas y comportamentales que desencadenan las
emociones son innatas, mientras que otras pueden adquirirse.

Charles Darwin observó como los animales (especialmente en los primates) tenían un
extenso repertorio de emociones, y que esta manera de expresar las emociones tenía una
función social, pues colaboraban en la supervivencia de la especie. Tienen, por tanto, una
función adaptativa.

Aunque todos hemos sentido la ansiedad o el nerviosismo, no todos somos conscientes de


que un mal manejo de estas emociones puede acarrear un bloqueo o incluso la enfermedad.

Estas son algunas de las situaciones y reacciones fácilmente identificables que se producen
habitualmente en los seres humanos:

 Temor a perder la vida o amenaza de un resultado negativo. Reaccionamos luchando,


huyendo, manteniendo la situación de alerta o paralizándonos.
 Confrontación de intereses son nuestros semejantes. Reaccionamos con ira o enojo.
 Pérdida de un ser querido. Reaccionamos con tristeza y empatizamos con las personas que
nos apoyan.
 Celebración de un éxito o enamoramiento. Reaccionamos con exaltación.
 Esfuerzo ante un desafío. Reaccionamos con satisfacción y alegría.
 Ante personas que necesitan nuestra ayuda. Reaccionamos de manera rápida y altruista
aún a riesgo de nuestra seguridad.

Existen 6 categorías básicas de emociones.

 MIEDO: Anticipación de una amenaza o peligro que produce ansiedad, incertidumbre,


inseguridad.
 SORPRESA: Sobresalto, asombro, desconcierto. Es muy transitoria. Puede dar una
aproximación cognitiva para saber qué pasa.
 AVERSIÓN: Disgusto, asco, solemos alejarnos del objeto que nos produce aversión.
 IRA: Rabia, enojo, resentimiento, furia, irritabilidad.
 ALEGRÍA: Diversión, euforia, gratificación, contentos, da una sensación de bienestar, de
seguridad.
 TRISTEZA: Pena, soledad, pesimismo.

Si tenemos en cuenta esta finalidad adaptativa de las emociones, podríamos decir


que tienen diferentes funciones:

 MIEDO: Tendemos hacia la protección.


 SORPRESA: Ayuda a orientarnos frente a la nueva situación.
 AVERSIÓN: Nos produce rechazo hacia aquello que tenemos delante.
 IRA: Nos induce hacia la destrucción.
 ALEGRÍA: Nos induce hacia la reproducción (deseamos reproducir aquel suceso que nos
hace sentir bien).
 TRISTEZA: Nos motiva hacia una nueva reintegración personal.

¿Cómo seríamos los humanos si nunca nos emocionáramos, si fuéramos capaces de


controlar las emociones en todo momento? Quizás vendríamos a ser como los robots,
respondiendo a todas las situaciones con lógica y nunca con emociones. Pero Dios nos
creó a Su imagen, y las emociones de Dios se revelan en las escrituras; por lo tanto, Dios
nos creó seres emocionales. Sentimos amor, gozo, felicidad, culpa, ira, decepción, miedo,
etc. A veces, nuestras emociones son vivencias agradables, y a veces no. A veces, nuestras
emociones están fundadas en la verdad, y a veces son "falsas" ya que se basan en premisas
erróneas. Por ejemplo, si creemos falsamente que Dios no está en control de las
circunstancias de nuestras vidas, podemos experimentar las emociones de miedo,
desesperación o ira, basado en esa falsa creencia. Independientemente, las emociones son
poderosas y reales para aquel que las está sintiendo. Y las emociones pueden ser
indicadores útiles de lo que está sucediendo en nuestros corazones.

Dicho esto, es importante que aprendamos acerca del manejo de las emociones, en lugar
de permitir que nuestras emociones nos manejen. Por ejemplo, cuando nos sentimos
enojados, es importante ser capaz de parar, identificar que estamos enojados, examinar
nuestros corazones para determinar por qué estamos enfadados y, luego, proceder de una
manera bíblica. Las emociones que están fuera de control, no suelen producir resultados
que honren a Dios: "Porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios" (Santiago 1:20).
Nuestras emociones, al igual que nuestras mentes y cuerpos, están influenciadas en gran
medida por la caída de la humanidad en el pecado. En otras palabras, nuestras emociones
están manchadas por nuestra naturaleza pecaminosa, y esa es la razón por la cual es
necesario controlarlas. La biblia nos dice que tenemos que ser controlados por el Espíritu
Santo (Romanos 6; Efesios 5:15-18; 1 Pedro 5:6-11), y no por nuestras emociones. Si
reconocemos nuestras emociones y las llevamos ante Dios, entonces podemos presentar
nuestros corazones ante Él y permitirle que haga Su obra en nuestros corazones y que
dirija nuestras acciones. A veces, esto puede significar simplemente que Dios nos consuela,
nos reafirma y nos recuerda que no debemos temer. Otras veces, puede que Él nos lleve a
perdonar o pedir perdón. Los Salmos son un excelente ejemplo del manejo de las
emociones y de cómo traer nuestras emociones a Dios. Muchos Salmos están llenos de
emociones puras, pero éstas se derraman delante de Dios en un intento de buscar Su
verdad y justicia.

Compartir nuestros sentimientos con otras personas, también es útil para el manejo de las
emociones. Se supone que la vida cristiana no es para vivirla en solitario. Dios nos ha dado
el regalo de otros creyentes que pueden compartir nuestras cargas y cuyas cargas
nosotros también compartimos (Romanos 12; Gálatas 6:1-10; 2 Corintios 1:3-5; Hebreos
3:13). Otros creyentes también nos pueden recordar la verdad de Dios y nos ofrecen una
nueva perspectiva. Cuando nos sentimos desanimados o temerosos, podemos
beneficiarnos del ánimo, exhortación y reafirmación que otros creyentes nos brindan. A
menudo, cuando alentamos a otros, nosotros mismos somos alentados. Igualmente,
cuando sentimos gozo, éste generalmente aumenta cuando lo compartimos.

El permitir que nuestras emociones nos controlen, no es nada piadoso, como tampoco lo
es el negar o censurar nuestras emociones. Debemos agradecer a Dios por nuestra
capacidad de sentir emoción y administrar nuestras emociones como un don de Él. La
forma de manejar nuestras emociones es mediante nuestro crecimiento en nuestro
caminar con Dios. Somos transformados por la renovación de nuestras mentes (Romanos
12:1-2) y el poder del Espíritu Santo, el que produce en nosotros el dominio propio
(Gálatas 5:22-23). Necesitamos un impulso diario de principios bíblicos, un deseo de crecer
en el conocimiento de Dios y pasar tiempo meditando en los atributos de Dios. Debemos
tratar de conocer más de Dios y compartir más de nuestros corazones con Dios mediante
la oración. La comunión cristiana es otra parte importante del crecimiento espiritual.
Caminamos con otros creyentes y nos ayudamos los unos a los otros a crecer en la fe, así
como en la madurez emocional

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