Der Fund y DDHH
Der Fund y DDHH
Der Fund y DDHH
Los derechos sociales son los necesarios para la plena participación en la vida de
la sociedad. Incluyen al menos el derecho a la educación y el derecho a fundar y
mantener una familia, pero también muchos de los considerados a menudo como
derechos “civiles”: por ejemplo, derecho a la recreación, al cuidado de la salud,
a la intimidad y a la no discriminación.
Como derechos económicos entendemos los que incluyen el derecho al trabajo, a
un nivel de vida adecuado, a la vivienda y a una pensión si se es mayor de edad o
para las personas con discapacidad. La protección de estos refleja el hecho de
que un cierto nivel mínimo de seguridad material es necesario para la dignidad
de la persona humana, y también el hecho de que, por ejemplo, la falta de
empleo o de vivienda pueden ser psicológicamente degradantes.
Los derechos culturales se refieren a la “forma de vida” de una comunidad
cultural y a menudo se les presta menos atención que al resto. Entre ellos figuran
el derecho a participar libremente en la vida cultural de la comunidad y,
posiblemente, también el derecho a la educación. Sin embargo, muchos otros, no
clasificados oficialmente como “culturales” son esenciales para que las
comunidades minoritarias dentro de una sociedad puedan preservar los rasgos
distintivos de su cultura: por ejemplo, el derecho a la no discriminación y el
derecho a la igualdad ante la ley.
Derechos Económicos, Sociales y Culturales (DESC)
Recogidos en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales (PIDESC), del 16 de diciembre de 1966. Este conjunto de derechos
tienen que ver fundamentalmente con la Igualdad y con el derecho a vivir sin
miseria.
El artículo 1 del PIDESC establece el derecho de los pueblos al desarrollo
económico, social y cultural así como su derecho a disponer libremente de su
riqueza y recursos naturales. El resto del articulado va desgranando una serie de
derechos imprescindibles para llevar una vida digna, entre los que se cuentan el
derecho al trabajo, a la seguridad social, a la salud, a la educación, a la cultura,
etc. Se cita explícitamente el derecho a la alimentación y se establece la
obligatoriedad de medidas de orden internacional para asegurar el respeto a los
derechos contemplados en el Pacto.
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Los instrumentos de protección de los DESC creados en los últimos años no
siempre se han reflejado en las legislaciones internas. Muchos países, como el
Estado español, mantienen en su ordenamiento jurídico, diferencias sustanciales
entre la protección de los derechos civiles y políticos (definidos en sus
Constituciones como fundamentales) y sus derechos económicos, sociales y
culturales, recogidos como principios rectores o, en todo caso, con fórmulas que
garantizan una menor exigibilidad.
En el marco del derecho de asilo, los países que aplican la Convención de
Ginebra de 1951 han interpretado históricamente esta protección como un
paraguas frente a la conculcación de los derechos civiles y políticos, marginando
la de los derechos económicos, sociales y culturales en el acceso a la protección
internacional. Cada vez son más las voces que reivindican una interpretación
amplia de la Convención de Ginebra, en una coyuntura de globalización
capitalista muy diferente a la que existía tras la Segunda Guerra Mundial y en
consonancia con otros instrumentos regionales elaborados posteriormente