100 Preguntas Sobre El Huevo
100 Preguntas Sobre El Huevo
100 Preguntas Sobre El Huevo
SOBRE EL HUEVO
Autor.- Instituto de Estudios del Huevo.
ILUSTRACIONES.- After
2.- COMERCIALIZACIÓN
2.1 ¿Qué es un centro de embalaje? ....................................................................................................................................................................... 15
2.2 ¿Qué es un huevo de categoría A o fresco? ¿Y uno de categoría B? ................................................................................. 15
2.3 ¿Cómo se clasifican los huevos por peso? ................................................................................................................................................. 16
2.4 ¿Cuántos sistemas de producción de huevos hay y cuál es el mejor? ............................................................................. 16
2.5 ¿Qué quiere decir la fecha de consumo preferente? ....................................................................................................................... 16
2.6 ¿Qué indica el código que aparece marcado en la cáscara de los huevos? ............................................................... 17
2.7 ¿Es obligatorio que los huevos lleven marcado en la cáscara la fecha
de consumo preferente? ........................................................................................................................................................................................... 18
2.8 ¿Qué información tiene que aparecer obligatoriamente en el envase de los huevos? .................................... 18
2.9 ¿Se pueden comprar huevos directamente en las granjas? .................................................................................................... 20
2.10 ¿Puedo utilizar huevos comprados en una granja para usarlos en un restaurante,
pastelería, cafetería o catering? ........................................................................................................................................................................... 20
2.11 ¿Son mejores los huevos grandes o los pequeños? ......................................................................................................................... 20
4.- SALUD
6.- OVOPRODUCTOS
8.1 ¿Por qué las gallinas ponedoras caseras no ponen huevos todo el año y
las de las granjas comerciales si? ............................................................................................................................................................................... 47
8.2 ¿Las gallinas camperas y las ecológicas tienen una alimentación más natural
porque comen lo que hay en el campo? ............................................................................................................................................................ 47
8.3 ¿Es más feliz una gallina en un sistema de producción que en otro? ..................................................................................... 47
8.4 ¿Por qué son más caros los huevos de sistemas al aire libre (campero
o ecológico)? ................................................................................................................................................................................................................................. 48
8.5 ¿Son más seguros los huevos de producción ecológica? .................................................................................................................... 48
8.6 ¿Son mejores los huevos de las gallinas caseras que los de las granjas
comerciales? ................................................................................................................................................................................................................................. 49
8.7 ¿Por qué no se pueden visitar las granjas de gallinas ponedoras? ............................................................................................. 49
8.8 ¿Cómo se controla la salmonela en las gallinas? ......................................................................................................................................... 49
8.9 ¿Cómo se controlan el bienestar y la sanidad animal? .......................................................................................................................... 49
9.- SOSTENIBILIDAD
El Instituto de Estudios del Huevo (IEH) es una Asociación sin ánimo de lucro, promovida en junio de
1996 por iniciativa de la Asociación Española de Productores de Huevos (ASEPRHU) con dos objetivos
fundamentales: la difusión, con rigor científico, en torno al huevo, y apoyar la investigación sobre los dis-
tintos aspectos relacionados con este alimento: producción, salud animal y humana, medio ambiente,
bienestar animal, gastronomía, tecnología de los alimentos.
Como indica su primer objetivo, el IEH dedica gran parte de su esfuerzo a la realización o patrocinio de
charlas divulgativas (en asociaciones de consumidores, centros educativos, eventos sobre consumo, nu-
trición o salud...) o de contenido profesional o científico (en facultades universitarias o colegios profesio-
nales, por ejemplo), además de participar en actividades formativas e informativas, elaborar publicacio-
nes, atender a peticiones de medios de comunicación y otros colectivos, y mantener su página web y
redes sociales.
Con la experiencia que nos ha proporcionado la actividad desarrollada en los 26 años de trabajo del Insti-
tuto, y a juzgar por las preguntas y comentarios que habitualmente nos plantean, creemos que, a pesar
de ser un alimento básico en nuestra alimentación, no se conocen suficientemente buena parte de los
detalles relacionados con su producción, manipulación, consumo o propiedades en la dieta y la salud.
Para responder a las cuestiones más frecuentes hemos elaborado esta publicación que recoge las "100
Preguntas sobre el huevo" confiando en que pueda contribuir al mejor conocimiento de este importante
alimento.
Han colaborado en su elaboración expertos de reconocido prestigio profesional a los que quiero agrade-
cer muy sinceramente su participación. Y de forma especial a los miembros de la Comisión Delegada del
Consejo Asesor del Instituto.
Si logramos aclarar alguna de las dudas más frecuentes sobre el huevo, habremos dado un paso más en
la divulgación y el conocimiento de este alimento indispensable en nuestra dieta y que nos ocupa desde
hace años.
NOTA.- Las informaciones que se dan en este documento se refieren, en lo que tiene que ver con la clasificación, el envasado y las reglas para la producción, comer-
cialización, transformación y manipulación del huevo, a las normas vigentes en España y en la UE a fecha de abril de 2022. Igualmente, los datos sobre estadísticas
de producción, consumo o mercado son las disponibles a esa fecha.
Producción
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Es un establecimiento agropecuario que comprende un terreno y uno o varios edificios donde se alojan
gallinas destinadas a producir huevos para el consumo humano. Esta producción se realiza bajo estric-
tas condiciones sanitarias y de bienestar animal que están reguladas por la ley. Todas las granjas con más
de 350 gallinas han de estar inscritas en un Registro General, y aquellas con más de 40.000 han de obte-
ner la autorización ambiental integrada, previa evaluación de su impacto ambiental.
Según las estadísticas más recientes, el número de granjas de puesta en España está en torno a 1.300, de
las que un 37% crían gallinas en jaula acondicionada, con una media de 77.000 aves. En otros sistemas de
cría (en suelo, camperas y ecológicas) el tamaño medio de las granjas es inferior, aunque en aumento
(12.000, 7.000 y 2.000, respectivamente).
1.2.- ¿Cuáles son las aves más utilizadas para la producción de huevos?
Los huevos de todas las aves son potencialmente comestibles, pero son los de gallina los que más se con-
sumen en todo el mundo (en España, el 98%), pues tienen una productividad muy superior y por tanto
unos precios más asequibles. También influye que su tamaño es más adecuado para nuestros hábitos de
consumo tradicionales.
En segundo lugar, pero a mucha distancia, están los huevos de codorniz; aves también muy productivas
pero con huevos muy pequeños, y que en nuestro país se dedican más a la hostelería y a la exportación.
Los censos de patas, ocas y aún más los de avestruces, son comparativamente muy reducidos, y la utili-
dad de estas aves se dirige hacia la producción de carne, por lo que sus huevos, una vez fertilizados, se
incuban para obtener aves de carne.
En esta transformación actúan enzimas específicos que varían según la genética de las gallinas. Algunas
gallinas, como las derivadas de la raza Leghorn, carecen de ellos, por lo que producen cáscaras blancas.
El color de la cáscara es independiente del color del plumaje: las Castellanas negras producen huevos
blancos, y las Plymouth Rock blancas, huevos marrones; aunque a veces coincida, como en las gallinas
que se usan comercialmente para obtener huevos morenos (que proceden de gallinas de color marrón)
y blancos (de gallinas de plumas blancas).
La normativa de comercialización de huevos establece las 4 clases de peso mencionadas, aunque tam-
bién pueden venderse mezclados o sin clasificar, por peso neto.
1.4.- ¿Por qué hay huevos de dos yemas y no se venden en las tiendas?
La causa de estos huevos es la liberación casi simultánea de dos yemas en el ovario, que progresan con-
juntamente por el oviducto siendo rodeadas por clara e incluidas después dentro de la misma cáscara.
Este fenómeno ocurre sobre todo en las gallinas muy jóvenes, cuyo ovario está hiperactivo, pero disminu-
ye rápidamente a medida que entran en funcionamiento los mecanismos reguladores de la ovulación,
que inhiben la liberación de una nueva yema hasta que no se ha terminado la formación y la puesta del
huevo precedente.
No se venden normalmente en las tiendas porque su producción es muy escasa y se limita fundamental-
mente al primer mes de puesta (1-2%); posteriormente sólo es ocasional.
Antes de incubar, el huevo fértil se reconoce por la existencia en la superficie de la yema de una estructu-
ra compuesta por dos círculos concéntricos bien visibles (3-4 mm), que corresponde al incipiente desa-
rrollo embrionario que ocurre en el interior de la gallina durante las 24-26 horas que tarda en formarse el
huevo. En la yema de un huevo de consumo no fertilizado se aprecia una mancha blanquecina indiferen-
ciada, y más pequeña, denominado disco germinal.
La aparición ocasional de manchas de sangre en la yema no indica que el huevo esté embrionado; y se
debe a roturas de pequeños capilares en el momento de la ovulación, que no suponen ningún problema
para el consumo humano.
El primer año de la puesta es el más productivo. El número de huevos puestos se reduce mucho al tercer
año, y puede cesar por completo a los 5-6.
La longevidad natural de esta especie puede llegar a los 7-10 años de edad, y a veces a los 12-15. Sin embar-
go, en granjas comerciales su vida útil no suele superar los 2 años, incluyendo unos 5 meses de crianza de
las pollitas inmaduras y 14-18 meses más como gallinas productoras de huevos.
Tras el período productivo, las gallinas se destinan al consumo como carne de ave.
Pollos de carne y gallinas ponedoras pertenecen a la misma especie, pero durante más de un siglo han
sido seleccionados de forma diferenciada para aumentar su capacidad de crecimiento y su producción
de huevos, respectivamente. Ambas cualidades son contrapuestas, por lo que las aves más aptas para
producir carne son malas ponedoras, y viceversa.
Los pollos de carne hembras se comercializan junto a los machos a la edad de 5-8 semanas, por lo que
nunca llegan a poner huevos. Sus madres comienzan la puesta hacia los seis meses, pero no producen
huevos para el consumo y ponen menos de la mitad de huevos que las gallinas ponedoras de huevo de
mesa; producen exclusivamente huevos fecundados por los gallos, que se incuban para obtener pollos
de carne.
Las gallinas comen alimentos completos y equilibrados donde se mezclan cereales y derivados (maíz,
trigo, cebada,..), semillas proteaginosas (como soja y girasol), aceites, vitaminas y minerales (carbonato de
calcio, fosfatos). La mezcla de estos ingredientes aporta la energía y los nutrientes necesarios para el
normal funcionamiento del organismo y la formación del huevo. El consumo diario de pienso varía entre
100 y 130 g, según el sistema de cría, la temperatura ambiental y la edad de las gallinas, entre otros facto-
res.
Las gallinas son omnívoras, pueden consumir todo tipo de alimentos; aunque son preferentemente gra-
nívoras. La digestión es principalmente enzimática y las dietas son ricas en almidón, proteína y grasa, y
moderadas en fibra. Las gallinas con salida al exterior (camperas, y ecológicas), se alimentan también de
pienso compuesto, que es un alimento completo y equilibrado (95%); el eventual consumo de pasto o de
insectos y gusanos juega un escaso papel en su nutrición (estimado en el 5%).
El color de la yema varía desde amarillo pálido hasta rojizo según el nivel y tipo de pigmentantes (xantofi-
las amarillas o rojas) de los ingredientes de su dieta, que se depositan en la yema. En condiciones prácti-
cas, las fuentes de xantofilas rojas (tomate, pimiento, crustáceos…) son poco aptas para incluirlas directa-
mente en los piensos, por lo que, si se desean yemas rojizas, estos pigmentos se han de incorporar como
aditivos, ya sean naturales o sintéticos. El color anaranjado resulta de utilizar una combinación de xantofi-
las amarillas y rojas.
La fuente fundamental de xantofilas amarillas es el maíz o derivados, y en menor grado la hierba de los
parques para gallinas camperas y ecológicas, aunque también existen aditivos para ayudar a intensificar
el color amarillo de la yema.
Son básicamente tres: yema, albumen y cáscara. La yema o vitelo está rodeada por una membrana, y
contiene sobre todo lípidos y vitaminas liposolubles (A, D, E), pero también proteína y minerales. La clara
o albumen, cuya composición es principalmente proteica, presenta tres capas concéntricas, una muy
delgada y fluida, que rodea a la yema, una intermedia densa, y la más externa que es más fluida.
Otras partes del huevo son las chalazas, ligamentos espirales formados por albumen muy denso que
unen la yema a las membranas testáceas, las cuales revisten internamente a la cáscara, encontrándose
ambas fusionadas, excepto en el polo grueso (donde está la cámara de aire). La cáscara tiene varias capas
visibles con microscopio electrónico (matriz orgánica, mamilar y en empalizada); la capa más externa o
cutícula, que se visualiza por fluorescencia, tiene una misión protectora frente a la contaminación micro-
biana.
El huevo está diseñado para proporcionar al embrión que contendría (si estuviese fertilizado) una buena
protección y todos los nutrientes necesarios para su desarrollo durante 21 días; de ahí que su valor nutriti-
vo sea tan completo y elevado.
Comúnmente llamadas “manchas de carne”, estas pequeñas inclusiones que a veces aparecen en la
superficie de la clara pueden tener varios orígenes: descamación del epitelio del útero, partículas de car-
bonato de calcio que se desprenden durante la formación de la cáscara, o bien manchas de sangre
donde la hemoglobina ha cambiado de color rojo a pardo.
Estas manchas no representan ningún riesgo para el consumidor. Si se desea, se pueden retirar con la
punta de un cuchillo limpio.
1.13 .- ¿Qué son esas nubes blancas que aparecen en la clara junto a la yema?
Son las chalazas, ligamentos espirales formados por albumen muy denso que unen la yema a las mem-
branas internas de la cáscara. Su misión es mantener la yema suspendida en posición central. Al abrir el
huevo y echar la yema en el plato las chalazas se rompen; suelen pasar inadvertidas porque quedan ad-
heridas a la parte interna de la cáscara, pero en ocasiones una o ambas quedan unidas a la yema y, al
retraerse, presentan ese aspecto de nubecilla o filamento blanco.
Otra cosa distinta es que el propio albumen tenga un aspecto brumoso, que es típico en huevos muy
frescos, debido a la presencia de dióxido de carbono disuelto, que se va perdiendo a través de los poros
de la cáscara durante la conservación.
Comercialización
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Es una industria alimentaria que selecciona los huevos por calidad (en las categorías A y B) y peso, los
envasa y los pone en el mercado. Para ello está equipado con instrumentos que permiten la detección
de suciedad, fisuras y roturas en la cáscara. También suele ser el lugar en el que el huevo se marca en la
cáscara con la indicación de la granja de origen. Y en el caso de que los huevos se clasifiquen por peso,
tiene equipos de pesado de los huevos.
Los centros de embalaje están autorizados y controlados por las autoridades competentes de salud pú-
blica y deben aplicar el sistema de Análisis de Peligros y Puntos de Control Crítico (APPCC) en sus proce-
sos de trabajo, para garantizar la higiene en la manipulación del huevo.
Los huevos de categoría A se definen en la regulación de la Unión Europea como los que tienen la cásca-
ra y cutícula de forma normal, limpias e intactas; una cámara de aire de menos de 6 mm. de altura fija; la
yema visible al trasluz solo como una sombra, sin contorno claramente discernible, que se mueva solo
levemente al girar el huevo y al volver a colocarlo en una posición central; la clara transparente y traslúci-
da; el germen sin desarrollo perceptible; sin materia extraña ni olor extraño.
Para su comercialización, los huevos de categoría A deben llevar en la cáscara un código que identifica
el lugar y el sistema de producción. El envase debe llevar además indicaciones obligatorias como la fecha
de consumo preferente, el sistema de cría de las gallinas, una explicación sobre el código marcado en la
cascara, una recomendación de conservación tras la compra, el registro sanitario del centro que ha em-
balado los huevos, su razón social y dirección, y en su caso, el peso de los huevos y el número de huevos
envasados, si no se puede ver desde el exterior.
El huevo de categoría B es el que no cumple las condiciones que definen los de categoría A: huevos
sucios, fisurados o rotos; que han perdido la frescura (han superado la fecha de consumo preferente),
que pueden tener alguna contaminación o riesgo para su consumo o que se han desclasificado por
alguna otra razón (trazabilidad, sospecha de proceder de manadas no controladas sanitariamente o po-
sitivas a salmonela, etc.).
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Los huevos que no se clasifican por peso para la venta al consumidor deben llevar una indicación:
“huevos de distintos tamaños” y el peso neto mínimo.
Todas las granjas comerciales de la UE cumplen con las normas del Modelo Europeo de producción de
huevos, que se basa en garantizar la seguridad alimentaria, el bienestar y la sanidad de las aves, el respeto
al medio ambiente y la sostenibilidad, según las demandas de los ciudadanos comunitarios.
En todas las granjas se producen huevos de calidad, y cada sistema atiende a las preferencias y necesida-
des de los distintos consumidores. La calidad objetiva de los huevos y su valor nutricional es similar en
todos ellos. El precio varía en función de los costes de producción de los distintos sistemas, no tiene que
ver con la calidad objetiva.
2.6 .- ¿Qué indica el código que aparece marcado en la cáscara de los huevos?
Esta información permite la trazabilidad completa del huevo desde la granja hasta el consumidor, y es
de gran utilidad para las autoridades sanitarias ya que, en caso de que se detecte algún riesgo para la
seguridad, es muy fácil encontrar el lugar de producción y actuar para corregir cualquier problema.
El código del huevo se compone de:
- Un número que indica el sistema de producción: 0, para la producción ecológica, 1 para la de huevos
camperos, 2 para producción en suelo y 3 para huevos producidos en jaula acondicionada.
- Un código de dos letras que indica el país de la granja de puesta (según el código comunitario de iden-
tificación de los países). En el caso de España es ES.
- Un código numérico que identifica la granja registrada. En España lleva los códigos de provincia y mu-
nicipio como en los códigos postales. Después, el número de la granja dentro del municipio.
- Opcionalmente puede llevar una letra al final, que identifica el gallinero en el que está alojada la gallina
que puso el huevo, en el caso de granjas que cuenten con más de uno.
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2.7.- ¿Es obligatorio que los huevos lleven marcado en la cáscara la fecha de
consumo preferente?
No, la regulación comunitaria sobre comercialización de huevos solo indica que es obligatorio que los
huevos lleven marcado en la cáscara el código identificativo de la granja de origen.
La fecha de consumo preferente marcada en la cáscara es una indicación que algunos productores im-
primen de forma voluntaria.
- Clase según el peso: XL, L , M o S (ver pregunta 2.3). En algunos casos, los huevos no se venden clasifica-
dos individualmente por peso, y deben llevar en el envase la expresión “Huevos de distintos tamaños”, o
similar, y el peso neto mínimo de los huevos envasados, en gramos.
- Identificación de la empresa que haya embalado o comercializado los huevos (nombre o razón social y
dirección)
- Forma de cría de las gallinas (en jaula, en suelo, camperas o de producción ecológica)
La etiqueta puede añadir además, de forma voluntaria, información más detallada sobre el sistema de
producción, la fecha de puesta, la alimentación de la gallina o la composición nutritiva del huevo. Tam-
bién indicaciones sobre sistemas de calidad, origen o certificación.
Al comprar huevos a granel, esta información deberá facilitarse de forma visible y legible.
El productor puede vender huevos directamente al consumidor para su consumo privado, en el lugar de
producción o en un mercado público local o en la venta a domicilio en la región de producción. En estos
casos no podrá utilizarse una clasificación por calidad y peso.
Los huevos que se utilizan en los establecimientos de restauración o en panaderías, pastelerías y otras
industrias tienen que ser huevos de categoría A, es decir, deben haber sido clasificados en un centro de
embalaje y convenientemente marcados, etiquetados y comercializados según establece la normativa
comunitaria y la nacional de aplicación. Igualmente pueden, y en algunos casos deben, utilizar ovopro-
ductos.
El huevo es un alimento muy completo porque aporta cantidades significativas de numerosos nutrien-
tes esenciales, fáciles de absorber y utilizar, y también otras sustancias bioactivas con efectos positivos
sobre la salud.
3.2.- ¿Es la proteína del huevo la de mayor valor nutricional? ¿Por qué?
La proteína del huevo es la de mayor valor biológico (alta calidad) y de fácil digestión, según la FAO. Con-
tiene todos los aminoácidos esenciales (que son los que nuestro organismo no es capaz de producir) y en
una proporción superior a la que se considera ideal, que es la establecida en la proteína de referencia.
Además, se trata de una proteína de gran digestibilidad, por lo que nuestro organismo es capaz de apro-
vecharla casi por completo, si está cocinada (con la clara coagulada).
La composición nutricional de clara y yema es diferente. En la clara se encuentra más de la mitad de las
proteínas del huevo y de la vitamina B2 del huevo. En la yema se encuentran el resto de proteínas y vita-
mina B2, y casi todos los nutrientes del huevo. La combinación de clara y yema hace que el huevo sea un
alimento con muchos nutrientes.
El huevo tiene un contenido calórico que podemos considerar bajo, ya que un huevo de tamaño medio
aporta unas 70 kcal. El aporte energético final del huevo depende en gran medida de la forma en que lo
cocinemos. Los huevos cocidos o escalfados, por ejemplo, solo aportan las calorías que tiene el huevo en
sí, mientras que los huevos fritos o en tortilla son más calóricas por la energía aportada por el aceite o la
grasa que empleemos para cocinarlos.
El huevo además es un alimento muy saciante, por lo que tiene perfecta cabida en las dietas en las que
es necesario controlar la energía.
La grasa del huevo se localiza en la yema. Es uno de los alimentos de origen animal con menor contenido
en grasa saturada y en el que la relación entre ácidos grasos insaturados y saturados (índice AGI/AGS) es
considerada más aceptable. También destaca por su contenido en ácido oleico, que es un ácido graso
monoinsaturado, presente también en el aceite de oliva y valorado por su papel positivo en la reducción
del riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y hepáticas. También aporta ácido linoleico, que es
un ácido graso ω-6, y ácidos eicosapentaenoico (EPA) y docosahexaenoico (DHA), que son ácidos grasos
ω-3, todos ellos esenciales, lo que quiere decir que no podemos sintetizarlos, y solo se pueden obtener a
partir de la dieta.
Puede ser adecuado consumir 2-3 huevos por semana en niños más pequeños y en las personas más
sedentarias y de menor tamaño corporal, e incluso aceptable hasta un huevo diario en los adultos que no
tengan ninguna razón que recomiende la restricción del consumo de huevos. La dieta aconsejable de-
pende del gasto energético y debe incluir alimentos de los diferentes grupos en las proporciones ade-
cuadas. Un consumo excesivo de cualquier alimento puede limitar el consumo de otros que son tam-
bién deseables.
Puede haber pequeñas diferencias en la composición del huevo dependiendo del modo de vida y de la
alimentación de las gallinas, pero estas diferencias no son significativas. Son igualmente valiosos desde
el punto de vista nutricional los huevos de gallinas de los diferentes sistemas de producción.
Cocinar el huevo desnaturaliza a la avidina, y así podemos absorber la biotina y utilizarla correctamente.
Por otro lado, siempre es conveniente manipular correctamente los huevos y cocinarlos a temperatura
adecuada para evitar posibles contaminaciones.
La digestibilidad indica la cantidad de alimento que somos capaces de absorber. El huevo es un alimento
nutritivo, fácil de masticar y de digerir. Además, con el cocinado las proteínas del huevo se vuelven más
digeribles y las aprovechamos mejor.
El huevo aporta casi todas las vitaminas, excepto la vitamina C. El huevo tiene un alto contenido de vita-
mina D, vitamina B12, biotina, ácido pantoténico y es fuente de vitamina A, vitamina E, riboflavina, niaci-
na, folatos.
En cuanto a los minerales, el huevo tiene un alto contenido de fósforo y es fuente de hierro, zinc y selenio.
Las dietas vegetarianas pueden proporcionar todos los nutrientes necesarios en cualquier etapa de la
vida. Sin embargo, es importante prestar atención a la planificación de la dieta, para evitar las deficien-
cias nutricionales, que son más probables cuanto más restrictiva sea la dieta. Se debe vigilar especial-
mente la ingesta de nutrientes como proteínas, calcio, hierro, vitamina B12, vitamina D y ácidos grasos
omega-3.
Las dietas veganas son de las más estrictas dentro de las dietas vegetarianas. Al incluir proteínas exclusi-
vamente de origen vegetal, su calidad es menor, aunque si se combinan adecuadamente los alimentos
sí se pueden formar proteínas de buena calidad. En cuanto a los micronutrientes, uno de los más difíciles
de cubrir es la vitamina B12, lo que hace necesario tomar suplementos de la misma.
Las dietas ovolactovegetarianas son la versión menos estricta dentro del vegetarianismo y permiten
incluir una variedad más amplia de alimentos. La inclusión de huevos en este tipo de dietas permite
aportar proteínas de elevada calidad, así como hierro, vitamina D y vitamina B12.
Citaremos solo uno de los trabajos más aceptados por la comunidad científica. Un metaanálisis (*) en el
que se evaluaron 166 estudios relacionados con el consumo de huevos y la enfermedad cardiovascular
(los mismos autores analizaron en otro estudio 224 trabajos publicados con 8143 personas) concluye:
“…una persona con un colesterol total de 240 mg/dl y HDL de 45 mg/dl que añade a su dieta un huevo al
día incrementa su colesterol en 5mg/dl y el HDL en 1 mg/dl. La relación LDL/HDL permanece en 3,62 (no
varía) y el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular tampoco”.
HDL: Lipoproteínas de alta densidad. LDL: Lipoproteínas de baja densidad. El cociente LDL/HDL es un
marcador que nos orienta para conocer el riesgo cardiovascular.
(*) Howell WH, McNamara D. y col. Am. J Clin Nutr 1997; 65:1747 - 1764
Como hemos comentado, la yema de huevo es rica en colesterol, pero, a diferencia de otros alimentos
que también lo son, el huevo tiene un contenido relativamente bajo en calorías y grasas saturadas,
aspectos que sí influyen en los niveles de colesterol sérico.
Estudios recientes parecen confirmar que el colesterol de la dieta tiene poca influencia sobre el nivel de
colesterol en sangre, al contrario que otros elementos de la dieta como las grasas saturadas, las calorías
o estilos de vida (sedentarismo, sobrepeso, etc.) que sí pueden asociarse a un mayor riesgo cardiovascu-
lar.
Por otra parte, el huevo contiene antioxidantes (luteína, zeaxantina, Vitamina E), folatos y otras vitaminas
del grupo B, grasas insaturadas… todos ellos son factores con efecto positivo desde el punto de vista del
riesgo cardiovascular.
En resumen, en base a los conocimientos actuales, el consumo de hasta un huevo diario dentro de una
dieta equilibrada no se asocia a un incremento del colesterol en sangre ni a un aumento del riesgo car-
diovascular, por lo que restringir de forma generalizad el consumo de huevos puede privar innecesaria-
mente de otros muchos beneficios de este alimento a muchas personas.
Si padece algún problema de salud como los citados, debe ser su médico quien valore y pueda indicar el
tratamiento o la dieta que considere oportuno.
En principio, la presencia de enfermedad coronaria o de factores de riesgo coronario (FRC) no deben de-
terminar la supresión de los huevos en una dieta equilibrada.
En base a estas evidencias, no se recomienda restringir la ingesta de huevos en caso de tener alguno de
los supuestos planteados.
Los niños se encuentran en una etapa de crecimiento y desarrollo, lo que hace que las necesidades de
nutrientes en esta etapa sean altas. En este contexto, el huevo es un alimento muy recomendable ya que
tiene un elevado contenido de nutrientes esenciales y muy biodisponibles, así como proteína de gran
calidad que aporta todos los aminoácidos esenciales.
4.5.- ¿Por qué es bueno el huevo para las mujeres embarazadas y que están
dando el pecho?
Las mujeres embarazadas y que están lactando tienen mayores necesidades de energía y nutrientes para
cubrir los requerimientos del crecimiento del bebé. El huevo es un alimento de gran interés para cubrir
necesidades especiales ya que tiene nutrientes esenciales y muy biodisponibles, al tiempo que aporta
pocas calorías. Es de destacar el huevo como fuente de colina, nutriente que es necesario tomar en mayor
cantidad durante la gestación y la lactancia.
El huevo es un alimento muy completo, de alto valor nutricional, muy digerible y fácil de preparar y masti-
car, por lo que tiene un especial interés en la dieta de las personas mayores.
4.7.- ¿El huevo es apto para celíacos? ¿Y en dietas para controlar el ácido úrico?
Las personas celiacas deben evitar el consumo de gluten. El gluten es una proteína que se encuentra en
algunos cereales, como el trigo, la cebada o el centeno entre otros. El huevo no contiene gluten, por lo que
es un alimento apto para celiacos. Sin embargo, se debe vigilar otros alimentos con los que pueda combi-
narse cuando se prepara, y que pueden contener gluten en su composición.
Los huevos, además, son aptos para las personas con el ácido úrico elevado, ya que aportan proteínas de
elevado valor biológico, pero no contienen purinas como las proteínas de las carnes.
La temperatura de coagulación depende de si el huevo se cocina solo o con una mezcla de ingredientes.
La temperatura es determinante para que resulten tiernos, coagulados, duros o gomosos.
- Clara de huevo
Empieza la coagulación a los 57ºC y a espesarse a los 63ºC. Se coagula a los 65ºC, estando totalmente soli-
dificada a los 70ºC. A los 80ºC está coagulada, pero con textura gomosa al perder el agua, si se coció a
temperatura muy alta.
- Yema de huevo
Las proteínas empiezan a espesarse a 65ºC y se coagulan a 70ºC.
- Huevo entero
Por lo general los huevos normales sin agitarse empiezan a coagularse a temperaturas bajas y coagulan
totalmente alrededor de los 73ºC.
5.2.- ¿Cómo debemos cocer un huevo? ¿Y cuándo sabemos que un huevo está
cocido?
Para obtener un huevo duro correctamente cocido, de manera que sea sólido, pero tierno, sin resultar
gomoso y que la cáscara se retire fácilmente, tenemos que poner agua a hervir y cuando esté en el punto
de hervor, añadimos los huevos y, una vez vuelva a ese punto (sin llegar a hervir a borbotones) los manten-
dremos durante 10 minutos. Finalmente, enfriamos rápidamente.
Sabemos que está cocido cuando al girarlo a modo de peonza, lo hace como un sólido y gira con rapidez.
5.3.- ¿Cómo preparar y conservar una mayonesa casera para que sea segura?
En primer lugar, debemos utilizar huevos muy frescos y añadir un ácido en su elaboración, ya que el pH
bajo inhibe el crecimiento de los microorganismos.
Para hacer mayonesa es aconsejable utilizar solo la yema, para que el efecto emulsionante sea mayor,
aunque también podemos utilizar el huevo entero. La mayonesa se prepara batiendo yema cruda (o
huevo entero) a temperatura ambiente o templada, aceite y jugo de limón o vinagre. La emulsión que se
forma se mantiene estable gracias a la lecitina.
Se debe conservar en la nevera durante un máximo de ocho horas. Y se debe eliminar la mayonesa no
consumida en el día.
En España es obligatorio que los restaurantes empleen huevos pasteurizados para la preparación de ma-
yonesas.
La propiedad emulsionante de las proteínas del huevo es la que permite elaborar la mayonesa y los me-
rengues. La mayonesa es una emulsión del tipo agua-aceite y el merengue una del tipo agua-aire.
La yema contiene un 6-7% de lecitina, lo que unido a su viscosidad favorece la elaboración de emulsiones,
como las mayonesas y otros tipos de salsas derivadas en cuya composición está la yema cruda.
Los fosfolípidos y lipoproteínas son agentes tensoactivos que estabilizan las emulsiones aceite/agua.
La yema cocida sirve para espesar, pero no es muy adecuada para emulsionar, porque sus proteínas
están coaguladas.
Las proteínas de la clara forman espuma, consiguiendo productos más aireados y ligeros. La formación
de espuma tras el batido es debida a las proteínas denominadas globulinas y lisozima. La estabilidad de
la espuma formada se debe a la ovomucina. Las proteínas termo-coagulables previenen el desmorona-
miento de la espuma durante la cocción. En este tipo de emulsión no se puede utilizar yema.
También se coagula por efecto del calor (por ejemplo, en las tortillas cuajadas), que se suma a la acción
gelificante. Para conseguir el efecto gelificante en el huevo es necesario que las proteínas, una vez mez-
cladas con el azúcar y la leche, no se muevan durante la aplicación del calor. Así se obtiene la preparación
que denominamos flan.
La clara está formada por proteínas y agua. Una de las propiedades funcionales de las proteínas de la clara
es la espumante. Consiste en que, bajo la acción del batido, las claras atrapan y retienen el aire, lo que pro-
voca la formación de espuma o de burbujas de aire rodeadas de una capa de agua y, entre ambos ele-
mentos, las proteínas.
En el caso de las yemas, tanto las proteínas como los fosfolípidos presentes en ella son capaces de atrapar
aire y permitir que se levante a medida que se bate. Pero la espuma formada no es estable como un me-
rengue y, cuando se deja de batir, pierde el aire poco a poco, ya que, a diferencia de la clara, la yema carece
de una proteína que pueda estabilizar la estructura creada por el batido.
Si intentamos hacer una espuma solo con yemas, no lograremos que levante, pero si les agregamos una
cucharada de agua, comienzan a espumar a poco de batir.
Cuando se utiliza el huevo entero, que tiene poder espumante de la clara y la yema, así como las proteínas
para estabilizar la estructura, al batirlo correctamente, se obtienen preparaciones con buena forma, volu-
men y humedad.
Es conveniente montar las claras a temperatura ambiente ya que suben más y mejor. También es reco-
mendable batirlas en el momento en el que se van a incorporar a la preparación culinaria de que se trate,
ya que las proteínas se volverán a juntar y coagular si tardamos mucho en utilizarlas.
Si batimos en exceso las claras, el agua que rodea a las burbujas se termina y las proteínas se vuelven a
juntar y coagular. En ese punto se dice que “las claras están pasadas”, o que se “han cortado”.
La clara al espumar forma estructuras más estables que las yemas o huevos enteros.
El gran enemigo de las claras montadas es la grasa. Si se va a preparar un merengue, claras a punto de
nieve o mousses, es indispensable utilizar claras exentas de cualquier resto de yema.
También por eso deben usarse recipientes de vidrio o metálicos en su preparación, ya que al lavarlos se
elimina toda la grasa. Deben evitarse los recipientes de plástico.
5.8.- ¿Por qué se usa el huevo para hacer magdalenas o bizcochos y suflés?
La espuma obtenida al batir el huevo o sus partes, crece durante la cocción en el horno por efecto de la
evaporación del agua y en menor grado por la dilatación del aire encerrado. Las burbujas crecen hasta
que el calor es suficiente para coagularlas y fijar su estructura. Es la base de las preparaciones de tipo biz-
cochos, magdalenas, merengues horneados y suflés
5.9.- ¿En qué consiste la propiedad aglutinante? ¿Por qué usamos huevo
para hacer albóndigas y hamburguesas?
Una de las propiedades de las proteínas del huevo es la aglutinante, por la que permite la unión de dife-
rentes componentes de un producto, como son los patés y embutidos. Gracias a la capacidad de los siste-
mas coloides que engloban otras sustancias añadidas, permite la unión y ligazón de los diferentes com-
ponentes de un producto como hamburguesas, albóndigas y derivados cárnicos, que consiguen su tex-
tura gracias a esta propiedad.
5.10.- ¿Por qué usamos huevo para recubrir o pintar bollos, empanadas,
panes… antes de hornearlos? ?
Recubriendo con una fina capa de huevo la superficie de panes o bollería, durante el estufado y antes de
meter en el horno, obtendremos un acabado brillante después del horneado.
Se usa en bollería dulce y galletas, para mejorar la apariencia exterior. También podemos realizar glasea-
dos con claras y azúcar para decorar pastas y galletas.
5.11.- ¿Cómo tenemos que cocinar los huevos para evitar la salmonelosis?
Para reducir el riesgo de toxiinfección alimentaria es importante usar huevos muy frescos, que se hayan
conservado refrigerados lo antes posible tras la compra.
Todas las elaboraciones con huevos se deben cocinar con una combinación de tiempo y temperatura
suficientes para eliminar las posibles bacterias contaminantes, especialmente la salmonela:
- Yemas: Mantener a 60ºC durante 5 minutos. A esta temperatura las yemas se mantienen fluidas.
- Yemas: Mantener a 70ºC durante 1 minuto. A esta temperatura las yemas se coagulan.
- Las yemas y claras por separado se pueden pasteurizar manteniéndolas entre 55 y 60ºC durante 4
minutos.
5.12.- ¿Cómo debemos manejar los platos cocinados con huevo para que
sean seguros?
Los huevos frescos son alimentos seguros si se manipulan siguiendo unas sencillas pautas higiénicas:
1.- Lavarse las manos con frecuencia a la hora de manipular los alimentos, y en particular antes y después
de tocar alimentos crudos.
2.- Limpiar y desinfectar las superficies y utensilios después de haberlos utilizado en la manipulación de
alimentos crudos.
3.- No poner productos elaborados con huevo en recipientes usados (para cascar huevos, dejar las cásca-
ras, batir huevos o para manipular productos crudos).
4.- El huevo es un alimento muy rico en nutrientes, por lo que son especialmente apreciados por los mi-
croorganismos patógenos si les damos facilidades para reproducirse.
5.- Es preferible utilizar los huevos una vez coagulados por completo (las tortillas bien cuajadas, por ejem-
plo).
6.- Los alimentos elaborados con huevo que no vayan a ser consumidos en el momento deben refrigerar-
se inmediatamente y desecharse al cabo de 24 horas desde su elaboración.
7.- En establecimientos que preparan y/o sirven comidas no se puede utilizar huevo fresco si no se puede
garantizar que en su preparación se alcanzan los 75ºC en el centro del alimento (Real Decreto 1254/1991,
de 2 de agosto, por el que se dictan normas para la preparación y conservación de la mayonesa de elabo-
ración propia y otros alimentos de consumo inmediato en los que figure el huevo como ingrediente).
5.13.- ¿Por qué la yema de los huevos cocidos tiene a veces un color verdoso
en la superficie? ¿Es comestible?
Las tortillas, huevos revueltos o huevos cocidos en exceso pueden desarrollar manchas verdes o gris-ver-
doso. Es fruto de la reacción entre el hierro de la yema y los aminoácidos azufrados de la clara para formar
sulfuro de hierro, que tiene ese color. Esta reacción se favorece en los huevos menos frescos, por su mayor
pH, combinado con altas temperaturas.
Se puede evitar la aparición de esta tonalidad, añadiendo un elemento ácido a la preparación si son torti-
llas o revueltos (lo que retardaría la decoloración).
En los huevos duros o cocidos se produce este color en el punto de contacto de yema y clara: la superficie
de la yema. Este efecto de “yemas verdes” indica exceso de cocción.
La legislación de la Unión Europea (Reglamento n° 853/2004 del Parlamento Europeo y del Consejo, de
29 de abril de 2004), define los ovoproductos como “productos transformados resultantes de la transfor-
mación de huevos, de diversos componentes o mezclas de huevos, o de la transformación subsiguiente
de tales productos transformados”.
Los ovoproductos son derivados del huevo para el consumo humano, tras su procesado para eliminar
cualquier riesgo sanitario, alargar la vida útil y/o facilitar el manejo del huevo en industrias alimentarias,
restauración y usos profesionales y también domésticos. Evitan la manipulación de las cáscaras y adap-
tan su composición y características funcionales a las necesidades de los usuarios. La composición y
características físico-químicas de los ovoproductos son muy distintas según sea la materia prima de
origen, su procesado y los ingredientes o aditivos incorporados en su elaboración (por ejemplo, sal o
azúcar). Pueden ser de huevo entero (clara y yema) o solo de una parte del huevo (clara o yema).
Los ovoproductos se emplean en las cocinas profesionales y en la industria alimentaria, y también en los
hogares.
Se emplean distintos ovoproductos según el uso previsto, el tratamiento que se aplicará posteriormente,
su conservación, facilidad de manejo, etc., ya que resuelven diferentes necesidades.
Suelen usarse como ingredientes en platos con huevo, o para preparar otros alimentos como la mayone-
sa, masas o helados. Los ovoproductos pueden presentarse en distintas formas de elaboración y conser-
vación: huevos cocidos, revueltos o en tortilla, líquidos o en polvo (huevo entero, clara o yema), refrigera-
dos, congelados o a temperatura ambiente, entre otros.
El Real Decreto 1254/1991 establece las normas para la preparación y conservación de la mayonesa de ela-
boración propia y otros alimentos de consumo inmediato en los que figure el huevo como ingrediente.
Permite el uso de huevos en cáscara en la cocina profesional solo si los platos con huevo se cocinan por
encima de 75° C en el centro del alimento (para garantizar la eliminación de patógenos). En los demás
casos deben sustituirse los huevos frescos por ovoproductos.
6.7.- ¿Se pueden preparar las mismas recetas con ovoproductos que con huevos
frescos?
Casi todas las recetas que llevan huevo pueden prepararse con ovoproductos. Es importante conocer la
tabla de equivalencias entre el huevo fresco y los ovoproductos para que las recetas tengan las proporcio-
nes adecuadas.
Los pesos de las distintas partes comestibles de un huevo de tamaño mediano son:
- 1 huevo entero son 50 gramos de huevo líquido.
- 1 yema son 20 gramos de yema líquida.
- 1 clara son 30 gramos de clara líquida.
Los ovoproductos desecados (en polvo) por lo general pueden mantenerse a temperatura ambiente, en
un lugar fresco, seco y oscuro, alejados de temperaturas extremas y de olores fuertes. Una vez abierto el
envase, debe evitarse la contaminación y la absorción de humedad. Los huevos reconstituidos (tras la adi-
ción del agua al huevo en polvo) se deben usar inmediatamente.
Los ovoproductos líquidos pasterizados refrigerados se deben conservar a las temperaturas recomenda-
das por el fabricante mientras el envase permanezca cerrado. Una vez abierto el envase deben usarse
inmediatamente y nunca dejarlos a temperatura ambiente.
Los ovoproductos ultracongelados pueden conservarse durante años si se mantienen a una temperatura
inferior a los -18ºC. y tienen una larga duración si se mantienen a menos de -12°C. Deben descongelarse
en refrigeración o bajo agua corriente fría en el envase sin abrir.
La clara en polvo dura tanto tiempo como se mantenga seca a temperatura ambiente.
El huevo entero en polvo y la yema en polvo es recomendable conservarlos en frío, a menos de 10°C, para
mantener la calidad.
El huevo entero en polvo normal no estabilizado tiene una vida comercial de aproximadamente un mes
a temperatura ambiente y cerca de un año en refrigeración.
El huevo entero estabilizado (sin glucosa), puede durar hasta un año a temperatura ambiente.
La yema de huevo en polvo no estabilizada se conserva entre tres meses a temperatura ambiente y más
de un año en refrigeración.
La yema de huevo en polvo estabilizada (sin glucosa) tiene una vida comercial cercana a los ocho meses
a temperatura ambiente y de más de un año en refrigeración.
Todos los huevos que se transforman en las industrias de ovoproductos deben ser aptos para el consumo
humano. Es decir, no deben estar rotos, ni tener defectos de calidad que los hagan insalubres como con-
taminación química o física, deterioro por hongos, insectos o alteraciones en el color, sabor y olor.
Los huevos con suciedad en la cáscara y con defectos de forma de la misma sí pueden utilizarse como
materia prima para la fabricación de ovoproductos. También los fisurados (que tienen agrietada la parte
mineral pero mantienen intacta la membrana interna).
Suelen ser también enviados a las industrias de ovoproductos los huevos demasiado pequeños o gran-
des para su manipulación o venta en los canales comerciales habituales, y los huevos que superan la
fecha de venta al consumidor (21 días desde la puesta) o de consumo preferente (28 días desde la puesta).
Los huevos se deben conservar en el frigorífico a una temperatura en torno a los 5ºC con la condición que
una vez introducidos solo se retiren para su cocinado, sin permanecer tiempo a la temperatura de la
cocina, evitando por ello cambios de temperatura.
Por otro lado, muchos alimentos son emisores de olores o receptores de los mismos, especialmente en el
interior del frigorífico, una razón que no implica cuestiones de seguridad, pero que también altera el
sabor de los alimentos. Conservar los huevos en su envase nos ayuda a mantener mejor su temperatura
constante, protegerlos de los olores y humedad y a tener la información sobre la fecha de consumo prefe-
rente a mano.
La cámara de aire (la burbuja que está en el interior del polo redondo del huevo) es más pequeña en un
huevo fresco y se agranda al perder el huevo agua y entrar aire.
La prueba de hacer flotar un huevo solo es fiable cuando el huevo ya es demasiado viejo.
7.5.- ¿Por qué los huevos no se deben lavar antes de guardarlos? ¿Y si están
sucios?
Está prohibido por la normativa comunitaria lavar o limpiar los huevos frescos destinados al consumo
humano. En algunos países, como Estados Unidos, sí se hace, utilizando soluciones limpiadoras. La razón
tiene que ver con la posibilidad de que mediante el lavado se elimine la película protectora que recubre
la cáscara y se facilite la entrada de microorganismos presentes en ella. En cualquier caso, como antes se
indicó, la humedad rompe siempre la estanqueidad del huevo que, por tanto, se hace permeable a partí-
culas de agua y, con ellas, a posibles agentes microbianos arrastrados. Los huevos sucios se deben descla-
sificar como huevos frescos (de categoría A) y pasar a B (huevos para elaboración de ovoproductos) en los
centros de clasificación. Si llega alguno a nuestra casa, puede eliminarse la suciedad en seco raspando la
cáscara con un cuchillo. Podemos lavar el huevo con agua justo antes de utilizarlo, no para guardarlo en
el frigorífico.
No. La seguridad del huevo se relaciona con la integridad física de la cáscara, esto es, de las estructuras
externas que protegen el interior. Si ésta se rompe el contenido del huevo está expuesto a la contamina-
ción del ambiente, y es un caldo de cultivo perfecto para los microorganismos.
7.7.- ¿Por qué debemos sacar solo los huevos que necesitamos del frigorífico
y no todo el envase?
7.8.- ¿Cómo conservo la clara de huevo si solo necesito yemas para una receta?
Las claras de huevo pueden tener un tiempo medio de conservación en la nevera de entre dos y cuatro
días. En caso de congelarlas, aguantarán alrededor de doce meses. Para ello, después de la separación
deben introducirse en un recipiente hermético o una bolsa.
Sí, pueden congelarse las yemas de huevo, pero si no se congelan solas al descongelarlas su textura se
vuelve gomosa o excesivamente dura.
Para congelar yemas con las que hacer tortillas o platos en las que hace falta huevo batido, puedes con-
gelarlo ya batido, pero sin que llegue a espumar. Para evitar que quede una yema semisólida y vuelva a
tener una textura normal una vez descongelada, hay que añadir un poquito de sal, azúcar o un elemento
ácido (vinagre, limón...) que ayude a que se conserven líquidas y en buen estado para cocinar.
Teniendo en cuenta el uso posterior de los huevos, añadir sal en el caso de usarlos en platos salados, o
azúcar, si se va a hacer repostería. Deben conservarse en recipientes correctamente señalados, anotando
si los huevos son salados, dulces o acidificados.
Si ha estado convenientemente conservado, puede consumirse sin problemas. Incluso se puede comer
después de la fecha marcada en el envase siempre y cuando se hayan mantenido refrigerados y tengan
la cáscara intacta y limpia. Es mejor consumir bien cocinados los huevos más cercanos a la fecha de con-
sumo preferente.
7.12.- ¿Cómo se controla que los huevos son seguros para el consumo?
Los huevos, como otros alimentos de origen animal, están sometidos a una reglamentación muy riguro-
sa, desde la producción al consumo. Además de los propios controles de los productores, los inspectores
veterinarios, dependientes de las consejerías de sanidad (o equivalentes), son los encargados de asegurar
que los alimentos son seguros para su consumo.
8.1.- ¿Por qué las gallinas ponedoras caseras no ponen huevos todo el año y
las de granjas comerciales sí?
La puesta de huevos de las gallinas ponedoras caseras, ya sean de razas rústicas o seleccionadas genéti-
camente, depende en gran medida de la evolución de la luz natural; es estimulada con el aumento de las
horas de luz, se reduce cuando disminuye la luz en otoño y puede llegar a cesar en invierno, al llegar el
mínimo de luz natural. Este mecanismo es el resultado de la adaptación de la reproducción de las aves a
las condiciones de clima y recursos alimenticios que son más favorables para criar a los pollitos (primave-
ra-verano).
En cambio, en condiciones comerciales, las estirpes selectas disponen de 15-16 horas de luz continuas (el
máximo que se alcanza en primavera) con ayuda de luz artificial, lo cual les estimula para poner huevos
independientemente de la estación del año.
8.2.- ¿Las gallinas camperas y las ecológicas tienen una alimentación más
natural porque comen lo que hay en el campo?
Los alimentos de todas las gallinas se componen principalmente de ingredientes naturales como el maíz
y otros cereales y oleaginosas como la soja.
La procedencia de estos ingredientes no depende del sistema de producción de los huevos.
Todas las gallinas en granjas comerciales consumen alimento formulado para cubrir sus necesidades nu-
tricionales de forma equilibrada, y eso independientemente del sistema productivo. Más de un 90% del
alimento que consumen las gallinas camperas y ecológicas, es pienso, y el resto es alimento complemen-
tario que consumen en el exterior (insectos, pasto, etc..).
La alimentación de las gallinas en sistema ecológico se diferencia en que no se pueden utilizar ingredien-
tes cultivados con abonos químicos ni pesticidas, o que se hayan obtenido por extracción química; ni
tampoco sustancias obtenidas por síntesis química, por ejemplo algunas vitaminas y aminoácidos esen-
ciales.
8.3.- ¿Es más feliz una gallina en un sistema de producción que en otro?
Los sistemas de cría que permiten el acceso al exterior tienen más probabilidades de satisfacer la mayoría
de las necesidades de comportamiento de los animales. Estos sistemas proporcionan un entorno más
natural donde las aves puedan expresar comportamientos importantes como la exploración del entorno,
el picoteo del suelo, la búsqueda de alimentos, y los “baños de arena”. En estos sistemas, las gallinas
pueden elegir entre diferentes opciones, por ejemplo, estar dentro del gallinero o permanecer fuera en
pequeños grupos. La posibilidad de elección es un elemento importante del bienestar animal. Además,
la libertad de movimientos potencia el ejercicio, que es beneficioso para la salud de los animales.
Sin embargo, la posibilidad de mostrar un comportamiento más natural puede verse limitada por las
características ambientales, como la presencia de depredadores, el frío intenso o una radiación solar
excesiva. Además, el bienestar animal no sólo depende del comportamiento de los animales, sino tam-
bién de otros elementos fundamentales como una buena salud. Resulta más complicado prevenir y
tratar los problemas de salud de las aves en sistemas con acceso al exterior, en especial los parasitismos y
algunas infecciones bacterianas.
8.4.- ¿Por qué son más caros los huevos de sistemas al aire libre (campero o
ecológico)?
Porque los costes de producción son más elevados. Por un lado, se necesita más espacio por gallina en el
interior, y parques exteriores, por lo que el alojamiento de las gallinas es proporcionalmente más caro.
También se precisa más mano de obra, al ser granjas más pequeñas y con más necesidad de manejo.
Además, las gallinas consumen más pienso al moverse más y estar más expuestas a las inclemencias del
tiempo. También se pueden producir más pérdidas, como bajas de gallinas atacadas por animales salva-
jes, huevos puestos fuera del nidal y más huevos sucios, en general.
Todos los huevos son seguros. Los huevos de producción ecológica tienen unas exigencias adicionales
en cuanto a los ingredientes de la alimentación de las gallinas y el uso reducido de tratamientos de
enfermedades. Pero el valor nutricional, la composición y la seguridad alimentaria del huevo no son
superiores en los huevos de producción ecológica respecto a los de producción convencional.
En todos los sistemas de producción se controla que no haya residuos de medicamentos ni sustan-
cias perjudiciales para la salud en los huevos que llegan al consumidor.
8.6.- ¿Son mejores los huevos de las gallinas caseras que los de las granjas
comerciales?
Las gallinas caseras (las que muchas personas tienen en su corral para autoconsumo) producen huevos
que, por lo general, tienen una composición similar a los huevos de granja comerciales y, por lo tanto, el
mismo valor nutricional.
El color de la yema y el sabor de los huevos tienen que ver con la alimentación de la gallina y no con el sis-
tema de producción.
La producción casera no suele tener los controles veterinarios de las aves, y de la calidad del alimento, del
agua y de los huevos, que hay en las granjas comerciales. Por eso no pueden comercializarse los huevos
de gallinas que no estén controladas, registradas y autorizadas por las autoridades competentes.
Las principales medidas para prevenir la incidencia de salmonella son: la vacunación de las gallinas (obli-
gatoria en España), la limpieza y desinfección de los alojamientos, el control de los alimentos y del agua
de bebida de las aves, la erradicación de insectos y roedores y el control de entrada e higienización de per-
sonas, equipos y vehículos.
En cuanto al bienestar animal, solo se autoriza la puesta en marcha de las granjas que cumplen las exi-
gentes normas de la Unión Europea en materia de instalaciones para gallinas ponedoras. Y los servicios
veterinarios de la Administración verifican periódicamente que todas las granjas comerciales cumplen
los requisitos establecidos por la legislación. Además, algunas empresas optan por certificaciones volun-
tarias en bienestar animal, sometiéndose a auditorías independientes que suelen exigir requisitos adicio-
nales a los de la normativa vigente.
Primero hay que aclarar que hoy se están empleando diferentes conceptos de sostenibilidad de una acti-
vidad productiva (en este caso la producción de huevos), que por tanto se miden de modo distinto. El
estrictamente económico valora si es capaz de conseguir suficientes productos para la sociedad e ingre-
sos para los avicultores, y si a largo plazo puede existir continuidad en la disponibilidad de los factores ne-
cesarios para producirlos (materias primas, energía, trabajo, capital).
El concepto de sostenibilidad ambiental, se basa en medir el efecto de una actividad productiva en la pre-
servación del medio ambiente, tanto por la extracción de recursos (uso de la tierra, energía, agua, cultivos
y otras materias primas) como por su impacto ambiental (generación de residuos, contaminantes, y emi-
siones de gases, en particular los de “efecto invernadero”). La “huella de carbono” es sólo una parte de este
impacto; es un indicador ambiental que pretende reflejar la totalidad de gases de efecto invernadero
(GEI) emitidos por efecto directo o indirecto para producir 1 kg o Tm de producto.
Finalmente, en la llamada agenda 2030 de la ONU se emplea un concepto de sostenibilidad mucho más
amplio, que intenta evaluar hasta qué punto una actividad productiva contribuye al “desarrollo sosteni-
ble”, incluyendo aquí todo lo anterior y nuevos conceptos (hasta 20) como fin de la pobreza, igualdad de
género, paz y justicia, buen gobierno, etc.
Esta ampliamente reconocido que la avicultura es la ganadería terrestre más eficiente para convertir los
alimentos que consumen las aves en alimentos para el consumo humano; lo cual reduce la necesidad de
tierra, fertilizantes, agua y energía. Por ello, la producción de huevos contribuye muy poco a las emisiones
de gases efecto invernadero, sea cual sea el sistema de producción.
Se han realizado diversos estudios comparativos sobre la sostenibilidad ambiental (a través del análisis
LCA (ciclo vital de un producto) de los distintos sistemas de producción de huevos. En la mayoría de ellos,
el más favorable para casi todos los indicadores incluyendo la “huella de carbono”, resulta ser la cría en
jaulas, y el peor el ecológico, sobre todo si los ingredientes necesarios para la alimentación de las gallinas
se han de importar desde países lejanos. Esto se debe, sobre todo, a que en el primero se precisa menos
pienso para producir 1 kg de huevos, ya que la productividad por gallina es algo mejor.
No obstante, en general las diferencias entre sistemas de producción de huevos para la mayoría de los
indicadores no son grandes, y además existe más variabilidad entre granjas que entre sistemas de pro-
ducción en cuanto a la contaminación ambiental que producen y al bienestar animal que proporcionan.
Por lo tanto, lo más determinante es realizar una buena gestión, cualquiera que sea el sistema de produc-
ción de huevos.
9.3.- ¿Por qué se dice que la producción de huevos es una de las ganaderías
más eficientes?
El huevo se considera uno de los alimentos de origen animal con mayor concentración de nutrientes y
con menor impacto ambiental en su producción. Es decir, es un alimento muy sostenible, además de
saludable.
Primero, porque el consumo de recursos naturales es proporcionalmente reducido. Las gallinas actuales
tienen una elevada productividad; hoy pueden superar los 450 huevos (unos 29 kg) en 100 semanas de
vida. Y para ello necesitan consumir 2,1 kg de alimento por kg de producto, consumo que es menor que
la mayoría de las especies animales; ocurre lo mismo con el agua, ya que se consume menor cantidad
para esta producción. De hecho, las gallinas transfieren al huevo los nutrientes que consumen de forma
muy eficiente.
Además, se han desarrollado mejoras continuadas en nutrición de las aves (reduciendo la excreción de
nitrógeno de y fósforo en heces), y se han realizado inversiones en energías renovables y en tecnologías
para disminuir el consumo eléctrico, también en nuevas técnicas de gestión del estiércol. Todo ello, ha
permitido mejorar la sostenibilidad, reduciendo el consumo de recursos naturales, disminuyendo la can-
tidad de residuos y las emisiones de gases al medio ambiente.
El principal subproducto es la gallinaza, que está formada por heces (porción no digerible del alimento,
microorganismos de la biota intestinal entre otros), orina y plumas y huevos rotos. Su elevado contenido
en nutrientes hace que sea una de las primeras opciones como fertilizante para los cultivos, aunque tam-
bién se puede transformar mediante tratamientos como el compostaje (para obtener compost, de uso
agrícola), la combustión directa y la digestión anaerobia (para obtener energía).
Otro subproducto generado en la granja avícola son los huevos rotos o los que nos son aptos para el con-
sumo humano por otras razones (contaminación, por ejemplo). El uso de estos huevos para consumo
humano está prohibido por la legislación comunitaria, pero algunos de ellos pueden emplearse (general-
mente previo tratamiento) en alimentación de animales no destinados al consumo humano y son una
excelente materia prima para la fabricación de alimentos para mascotas. La cáscara tiene utilidad como
fuente de calcio en alimentación animal e incluso como aditivo en el hormigonado de soleras, tras elimi-
nar la materia orgánica.
9.5.- ¿Qué medidas se toman en las granjas para evitar las emisiones
contaminantes?
Para disminuir las emisiones contaminantes es crucial la adecuada gestión de los estiércoles, incluyendo
la aplicación de las Mejores Técnicas Disponibles (MTDs) recogidas en la normativa de la Unión Europea.
Generalmente las principales medidas suelen dirigirse a disminuir las emisiones asociadas con la produc-
ción de estiércol, como su recogida y presecado en cintas, el control de la alimentación para reducir el
nitrógeno excretado, el control de la generación de aguas residuales, y el uso eficiente de la energía y de
los sistemas de ventilación.
La producción de huevos en España es suficiente para autoabastecer a toda la población y es muy com-
petitiva en sus costes y precios, por lo que en huevo fresco apenas existen importaciones de otros países,
y en el caso de los derivados del huevo, las importaciones son escasas. Por tanto, los huevos que consumi-
mos en España se producen en nuestro país, de acuerdo con el modelo de producción europeo.
9.7.- ¿Por qué no se utilizan gallinas de razas autóctonas para producir huevos?
Las gallinas de razas autóctonas son poco numerosas y, en general, no han sido objeto de proyectos de
conservación y mejora de sus aptitudes. Por el contrario, las estirpes de gallinas más utilizadas actual-
mente han sido seleccionadas durante décadas para mejorar su producción de huevos, teniendo en
cuenta más de 40 criterios que también incluyen aspectos de calidad del huevo (resistencia a la rotura,
proporción de yema, etc.) y de bienestar y comportamiento de las aves (resistencia ósea, actitud calmada,
capacidad de anidación, resistencia a enfermedades, etc.).
9.9.- ¿Qué se está haciendo para evitar tener que desechar los pollitos machos
de líneas de puesta?
Diferentes centros de investigación están trabajando para desarrollar una técnica no invasiva que permi-
ta detectar el sexo del pollito en el huevo en los primeros días de incubación. En el momento actual exis-
ten varias posibilidades prometedoras, y se espera que dentro de muy pocos años podrán aplicarse en la
práctica. De esa manera solo tendremos nacimientos de pollitas hembras futuras ponedoras.
9.10.- ¿Está prohibido usar jaulas para producir huevos en la Unión Europea?
En la Unión Europea se permite el uso de jaulas acondicionadas o enriquecidas de un mínimo de
superficie por ave y altura, y en las que las gallinas disponen de un nido, de yacija para que puedan
picotear y escarbar, de aseladeros y de espacio de comederos y bebederos suficiente, según se estable-
ce en la normativa vigente.
El sistema de cría de gallinas ponedoras en jaulas convencionales, que eran las antiguamente utilizadas,
no se permite desde el 1 de enero de 2012.
Según estadísticas de la FAO, correspondientes al año 2020 (últimos disponibles), hay 7.600 millones de
gallinas en el mundo.
El censo de la Comisión Europea, a partir de datos de los estados miembros de 2021 muestra que en la
UE-27 hay 377 millones de gallinas ponedoras.
Los datos del Ministerio de Agricultura a diciembre de 2021 indican que el censo de gallinas ponedoras
en España es de 47 millones de gallinas ponedoras comerciales.
En conjunto, la Unión Europea es uno de los principales exportadores de huevos en el mercado global,
junto con Estados Unidos, Turquía, Malasia y China (datos de Global Trade Atlas, 2021).
En 2021 las gallinas españolas estaban en su mayoría (73%) en jaulas acondicionadas, un 16% en sistema
en suelo, un 9% son gallinas camperas y un 1,6%, de producción ecológica.
En 2021, el 46% de las gallinas de la Unión Europea están en jaulas acondicionadas, el 36% en suelo, el 12%
son camperas y el 7%, de producción ecológica.
Las gallinas ponedoras comerciales en la mayoría de países del mundo están alojadas en jaulas conven-
cionales.
10.4.- ¿Cuántos huevos se consumen en España? ¿Y cuáles son los países con
mayor consumo de huevos?
En España en 2019 el consumo total per cápita fue de 14,9 kg per cápita (unos 237 huevos por persona y
año). En 2020, un año atípico por la pandemia de COVID-19, el consumo aparente bajó a 14,1 kg per cápita
(unos 224 huevos). Se produjo un aumento considerable de la compra en hogares, pero una caída impor-
tante en los canales de restauración e industria alimentaria.
En el mundo el mayor consumidor es China, aunque hay una importante cantidad de huevos de pato,
además de gallina. Otros países con gran consumo son Kuwait, México y Japón, según los datos publica-
dos por la FAO (de 2019, últimos disponibles).