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La Autoestima

YAGOSESKY, Renny.

QUÉ ES LA AUTOESTIMA.
Es la capacidad desarrollable de experimentar la existencia, conscientes de nuestro potencial y nuestras
necesidades reales; de amarnos incondicionalmente y confiar en nosotros para lograr objetivos,
independientemente de las limitaciones que podamos tener o de las circunstancias externas generadas por los
distintos contextos en los que nos corresponda interactuar.
De aquí se desprende lo siguiente:
- La Autoestima es desarrollable, está relacionada con la experiencia de la vida, con el hecho de estar
conscientes de nuestras potencialidades y necesidades, con la confianza en uno mismo, con el amor
incondicional hacia uno mismo.
- La Autoestima orienta la acción hacia el logro de los objetivos y el bienestar general.
- La Autoestima es siempre cuestión de grados y puede ser aumentada, ya que siempre es posible amarnos más,
respetarnos más o estar más conscientes de nosotros y de la relación que tenemos con todo lo que nos rodea.

Cuando nos referimos a personas o situaciones de poco amor o respeto hacia nosotros mismos, utilizaremos los
términos "DESVALORIZACIÓN" o "DESESTIMA", como palabras que se refieren a una manera inconsciente
de vivir que niega, ignora o desconoce nuestros dones, recursos, potencialidades y alternativas.

CÓMO SE FORMA LA AUTOESTIMA.

Los padres y otras figuras de autoridad, serán piezas claves para el desarrollo de la Autoestima de la persona,
quien dependiendo de los mensajes recibidos, reflejará como espejo lo que piensan de ella y se asumirá como
un ser apto, sano, atractivo, inteligente, valioso, capaz, digno, respetado, amado y apoyado o, por el contrario,
como alguien enfermo, feo, ignorante, desvalorizado, incapaz, indigno, irrespetado, odiado y abandonado. La
forma como nos tratan define la forma como nos trataremos, porque eso es lo que aprendimos.

En la adolescencia, se da la bienvenida a la necesidad del joven de encontrarse a sí mismo. Se inicia la llamada


"brecha generacional" por el tránsito hacia una mayor definición de la personalidad. Esta etapa es crucial ya
que en ella surgen con fuerza el deseo de ser mejor, de ser valorados.

Finalmente en la pareja se expresa mucho de lo aprendido en los años precedentes: grabaciones,


condicionamientos, tradiciones; lo que fue vertido en el molde durante muchos años y que hemos llegado a
creer que somos. Para entonces, ya hemos construido una imagen de nosotros (autoimagen), puesto que
habremos aprendido una forma de funcionar, de lo que creemos que podemos o no ser, hacer y tener.

CARACTERÍSTICAS DEL AUTOESTIMADO.

Cuando la vida se vive desde la Autoestima las cosas tienen buen color y sabor, ya que nos conectamos con
nosotros y con el mundo, desde una perspectiva amplia, integral, equilibrada, consciente y productiva. El
autoestimado es la persona que todos podemos ser. La caracterología que ofrece una persona con una
Autoestima desarrollada, es más o menos la siguiente:

CONSCIENCIA: Su característica esencial es la consciencia que tiene de sí, de sus capacidades y


potencialidades así como de sus limitaciones, las cuales tiende a aceptar sin negarlas, aunque no se concentra en
ellas, salvo para buscar salidas más favorables. Como se conoce y se valora, trabaja en el cuidado de su cuerpo
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y vigila sus hábitos para evitar aquellos que le perjudican. Filtra sus pensamientos enfatizando los positivos,
procura estar emocionalmente arriba, en la alegría y el entusiasmo, y cuando las situaciones le llevan a sentirse
rabioso o triste expresa esos estados de la mejor manera posible sin esconderlos. Se da cuenta de lo que piensa,
siente, dice o hace, para buscar una forma de vivir que le beneficie en lo personal y a quienes le rodean, en
vez de repetir lo que aprendió en su ayer cuando era niño o adolescente. Es una persona agradecida.

CONFIANZA: Autoestima es también confianza en uno mismo en las fuerzas positivas con las que se cuenta
para abordar el día a día. Esta confianza es la guía para el riesgo, para probar nuevos caminos y posibilidades;
para ver alternativas en las circunstancias en que la mayoría no ve salida alguna; para usar la inteligencia y
seguir adelante aunque no se tengan todas las respuestas. Esta es la característica que hace que el ser se exprese
en terrenos desconocidos con fe y disposición de éxito.

RESPONSABILIDAD: El que vive desde una Autoestima fortalecida asume responsabilidad por su vida, sus
actos y las consecuencias que éstos pueden generar. No busca culpables sino soluciones. Los problemas los
convierte en un "cómo", y en vez de compadecerse por no lograr lo que quiere. No deja las cosas al azar, sino
que promueve los resultados deseados y acepta de la mejor forma posible lo que suceda.

COHERENCIA: La Autoestima nos hace vivir de manera coherente y nos impulsa al esfuerzo necesario para
que nuestras palabras y actos tengan un mismo sentido. Aunque el autoestimado guste de hablar, sus actos
hablarán por él tanto o más que sus palabras. Se esmera en combatir y vencer sus contradicciones internas.

EXPRESIVIDAD: Los que viven confiado en su poder, aman la vida y lo demuestran en cada acto. La
expresividad del autoestimado es consciente y natural. Mostrar afecto, decir "te quiero" y halagar, son
comportamientos naturales en quienes se estiman, ya que disfrutan de sí mismos y de su relación con las
personas. La forma de vincularse es libre y sin prejuicios.

RACIONALIDAD: La vida es vista como una oportunidad lo bastante especial como para no dejarla en manos
de la suerte. De esta visión se deriva un respeto por la razón, el conocimiento y la certeza. Quien anda de manos
del amor propio, no juega consigo y por eso valora el tiempo como recurso no renovable que es. Quien se
respeta busca, alcanzar un cierto control de su existencia usando su inteligencia y capacidad de discernimiento,
confiando en lograr sus objetivos al menor costo.

ARMONÍA: Cuando existe valoración personal, también se valora a los demás, lo que favorece relaciones
sanas y plenas, medidas por las honestidad, la ausencia de conflicto y la aceptación de las diferencias
individuales, hacen lo posible por armonizar y. La armonía interior ahuyenta la ansiedad y hace tolerable la
soledad cuando esta se llega a presentar.

RUMBO: El respeto hacia nosotros y hacia la oportunidad de vivir engendra una intención de expresar el ser,
de trascender, de lograr y de ser útil. Eso se hace factible al definir un rumbo, un propósito, una línea de
objetivos y metas. La vida es un don que se expresa a través de una misión y una vocación; descubrirlo es tarea
de cada quien, y es únicamente en ese camino donde hallaremos la plenitud y la alegría de vivir. El rumbo es
indispensable aunque podamos modificarlo, si se llegara a considerar necesario.

AUTONOMÍA: La autonomía tiene que ver con la independencia para pensar, decidir y actuar; con moverse
de acuerdo con las propias creencias, criterios convicciones, en vez de seguir el ritmo de quienes nos rodean.
No se puede vivir para complacer expectativas de amigos, parientes o ideologías prestadas, mientras algo dentro
de nosotros grita su desacuerdo y pide un cambio de dirección. El autoestimado busca y logra escucharse,
conocerse, dirigirse y pelear sus propias batallas confiado en que tarde o temprano las ganará. No se recuesta en
la aprobación, mira hacia el interior donde laten sus necesidades, sin desdeñar lo que el mundo puede ofrecerle.

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VERDAD: El autoestimado siente respeto reverencial por la verdad, no la niega sino que la enfrenta y asume
con sus consecuencias. Los hechos son los hechos, negarlos es un acto irresponsable que nos quita control sobre
nuestra vida. Cuando se evade la verdad, comienza uno a creerse sus propias mentiras.

PRODUCTIVIDAD: La productividad es un resultado lógico de la Autoestima. Me refiero a una


productividad equilibrada en las distintas áreas de la vida humana, que es consecuencia de reconocer y utilizar
los dones y talentos de manera efectiva. Iniciativa, creatividad, perseverancia, capacidad de relacionarse y otros
factores asociados con una sana Autoestima posibilitan, la obtención de aquello que deseamos.

PERSEVERANCIA: Cuando alguien tiene confianza en sí mismo, es capaz de definir objetivos trazar un
rumbo, iniciar acciones para lograr esos objetivos y, además desarrollar la capacidad para el esfuerzo sostenido,
la convicción de que tarde o temprano verá el sueño realizado. Para la persona autoestimada, los eventos
frustrantes son pruebas superables desde su conciencia creativa.

FLEXIBILIDAD: La persona autoestimada acepta las cosas como son y no como se le hubiese gustado que
fueran. Ante la novedad, para no sufrir, es necesario flexibilizar nuestras creencias y adecuar nuestros deseos
sin caer, en la resignación o la inacción. Implica abrirse a lo nuevo, aceptar las diferencias y lograr convivir con
ellas; tomarse algunas cosas menos en serio, darse otras oportunidades y aprender a adaptarse.

De forma sencilla y resumida, Lair Ribeiro al referirse a los atributos de la persona autoestimada nos
dice que ésta es "ambiciosa sin ser codiciosa, poderosa sin ser opresora, autoafirmativa sin ser agresiva, e
inteligente sin ser pedante".

ALGUNOS COMPORTAMIENTOS DE ALTA AUTOESTIMA, sin ser absolutos, son los siguientes:

● Aprender
● Agradecer
● Reflexionar
● Planificar
● Procurarse salud
● Producir dinero
● Cuidar el cuerpo
● Vivir el presente
● Valorar el tiempo
● Respetar a los demás
● Disfrutar la soledad
● Abrirse a lo nuevo
● Actuar honestamente
● Cumplir los acuerdos
● Perdonarse y perdonar
● Respetar a los demás
● Vivir con moderación
● Actuar con originalidad
● Aceptarnos como somos
● Aceptar los éxitos ajenos
● Halagar y aceptar Halagos
● Disfrutar del trabajo diario
● Actuar para lograr objetivos
● Respetar el espacio físico y psicológico de los demás
● Vivir con alegría y entusiasmo
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● Cuidar la imagen personal
● Dar ejemplos positivos a los hijos
● Confiar en las capacidades propias
● Reconocer y expresar los talentos
● Expresar los sentimientos y emociones
● Abrirse a la intimidad económica y física
● Respetar las diferencias de ideas y actitudes
● Pensar y hablar bien de uno y de los demás
● Relacionarse con personas positivas y armónicas
● Disfrutar de las relaciones con las demás personas
● Desarrollar independencia en todos los órdenes posibles.

CARACTERÍSTICAS DE LAS PERSONAS DESESTIMADAS

INCONSCIENCIA: Ignora quién es y el potencial que posee; funciona automáticamente y depende de las
circunstancias, eventualidades y contingencias; desconoce sus verdaderas necesidades y por eso toma la vida
con indiferencia o se dedica a hacer mil cosas que no le satisfacen; ignora las motivaciones, creencias, criterios
y valores que le hacen funcionar

DESCONFIANZA: El desestimado no confía en sí mismo, teme enfrentar las situaciones de la vida y se siente
incapaz de abordar exitosamente los retos cotidianos; se percibe incompleto y vacío; carece de control sobre su
vida y opta por inhibirse y esperar un mejor momento que casi nunca llega. Tiende a ocultar sus limitaciones
tras una "careta", pues al no aceptarse, teme no ser aceptado. Eso lo lleva a desconfiar de todos y a usar su
energía para defenderse de los demás, a quienes percibe como seres malos y peligrosos; siempre necesita estar
seguro y le es fácil encontrar excusas para no moverse. La vida, desde aquí, parece una lucha llena de injusticia.

IRRESPONSABILIDAD: Niega o evade sus dificultades, problemas o conflictos. Culpa a los demás por lo
que sucede y opta por no ver, oír o entender todo aquello que le conduzca hacia su responsabilidad. Sus
expresiones son: "Si yo tuviera", "Si me hubieran dado", "Ojalá algún día"…Se miente a sí mismo y engaña a
los demás, para no asumir las consecuencias de sus actos, de su interacción con el mundo.

INCOHERENCIA: El desestimado dice una cosa y hace otra. Asegura querer cambiar pero se aferra a sus
tradiciones y creencias antiguas aunque no le estén funcionando. Vive en el sueño de un futuro mejor pero hace
poco o nada para ayudar a su cristalización. Habla de amor pero no ama, quiere aprender pero no estudia, se
queja pero no actúa en concordancia con lo que dice anhelar. Su espejo no lo refleja.

INEXPRESIVIDAD: Por lo general reprime sus sentimientos y éstos se revierten en forma de resentimientos y
enfermedad. Carece de maneras y estilos expresivos acordes con el ambiente, porque no se lo enseñaron o
porque se negó a aprenderlos. En cuanto a la expresión de su creatividad, la bloquea y se ciñe a la rutina y paga
por ello el precio del aburrimiento.

IRRACIONALIDAD: Se niega a pensar. Vive de las creencias aprendidas y nunca las cuestiona. Generaliza y
todo lo encierra en estereotipos, repetidos cíclica y sordamente. Asume las cosas sin buscar otras versiones ni
ver otros ángulos. Todo lo usa para tener razón aunque se destruya y destruya a otros.

INARMONÍA: El desestimado tiende al conflicto y se acostumbra a éste fácilmente. Se torna agresivo e


irracional ante la crítica, aunque con frecuencia critique y participe en coros de chismes. En sus relaciones
necesita controlar a los demás para que le complazcan, por lo que aprende diversas formas de manipulación.
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Denigra del prójimo, agrede, acusa y se vale del miedo, la culpa o la mentira para hacer que los demás le
presten atención. Cuando no tiene problemas se los inventa porque necesita del conflicto. En estado de paz se
siente extraño y requiere de estímulos fuertes generalmente negativos. En lo interno, esa inarmonía se evidencia
en estados ansiosos, que desembocan en adicciones y otras enfermedades.

DISPERSIÓN: Su vida no tiene rumbo; carece de un propósito definido. No planifica, vive al día esperando lo
que venga, desde una fe inactiva o una actitud desalentada y apática. Se recuesta en excusas y clichés para
respaldar su permanente improvisación.

DEPENDENCIA: El desestimado necesita consultar sus decisiones con otros porque no escucha ni confía en
sus mensajes interiores, en su intuición, en lo que el cuerpo o su verdad profunda le gritan. Asume como
propios los deseos de los demás, y hace cosas que no quiere para luego quejarse y resentirlas. Actúa para
complacer y ganar amor a través de esa nefasta fórmula de negación de sí mismo. La renuncia a sus propios
juicios hace que al final termine culpándose y enfermándose como forma de ejecutar el autocastigo de quien
sabe que no está viviendo satisfactoriamente. La dependencia es el signo más característico de la inmadurez
psicológica, que lleva a una persona, a no pararse sobre sus propios pies y vivir plenamente su vida.

INCONSTANCIA: La falta de confianza en las propias capacidades hace que aquello que se inicia no se
concrete. Ya sea aferrándose a excusas o asumiendo su falta de vigor, el desestimado tiene dificultad para
iniciar, para continuar y para terminar cualquier cosa. Puede que inicie y avance en ocasiones, pero frente a
situaciones que retan su confianza, abandonará el camino y buscará otra senda menos atemorizante.

RIGIDEZ: La persona desvalorizada lucha porque el mundo se comporte como ella quiere. Desea que donde
hay calor haya frío, que la vejez no exista y que todo sea lindo. Sufrir porque está lloviendo, negarnos a
entender que una relación ha finalizado, empeñarnos en tener razón aunque destruyamos vínculos importantes,
demuestra incapacidad para abandonar posturas rígidas que nos guían por la senda del conflicto permanente.

En general, el desvalorizado es un ser que no se conoce, que no se acepta y que no se valora; que se engaña y se
autosabotea porque ha perdido el contacto consigo mismo, con su interioridad, y se ha desbocado hacia el
mundo con el afán de ganar placer, prestigio y poder, es decir, de obtener a cualquier precio la aprobación de
los demás, como un niño que requiere el abrazo materno para sobrevivir.

ALGUNOS COMPORTAMIENTOS DE BAJA AUTOESTIMA.

Además de los mencionados anteriormente, existen otros comportamientos que reflejan desamor e irrespeto por
nosotros, y como consecuencia de eso, por los demás. Sin que deban ser tomados como algo inmutable y
absoluto, algunos de los más frecuentes son:

● Mentir
● Llegar tarde
● Actuar con indiferencia
● Negarse a ver otros puntos de vista
● Negarse a la intimidad emocional
● Vivir aburrido, resentido o asustado
● Desconocer, negar o inhibir los talentos
● Vivir de manera ansiosa y desenfrenada
● Descuidar la imagen u obsesionarse con ella
● Desarrollar enfermedades psicosomáticas
● Seguir la moda y sufrir si no estamos "al día"
● Improvisar la vida, pudiendo planificarla
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● Descuidar la salud como si no fuera importante
● Negarse a aprender
● Idolatrar a otras personas
● Asumir como estados habituales la tristeza, el miedo, la rabia y la culpa
● Tener y conservar cualquier adicción (Cigarrillo, licor, comida, sexo, etc.)
● Incapacidad para manejar los momentos de soledad
● Quejarse
● Perder el tiempo en acciones que no nos benefician
● Manipular a los demás
● Culparse por el pasado
● Actuar agresivamente
● Autodescalificarse
● Discriminar y burlarse de los demás
● Sentirse atrapado y sin alternativas
● Preocuparse porque otro destaque(Envidia)
● Actuar tímidamente
● Dar compulsivamente para ganar aprobación
● Invadir el espacio de otros sin autorización
● Depender de otros pudiendo ser independientes
● Celar de manera desmedida a amigos o a la pareja
● Compulsión por obtener títulos académicos y dinero
● Incapacidad para expresar los sentimientos y emociones
● Maltratar a los hijos en vez de optar por comunicarnos
● Sostener relaciones con personas conflictivas que te humillen y maltraten

CREENCIAS SANADORAS PARA QUIENES TIENEN COMPORTAMIENTOS DESESTIMADOS

● Las cosas van a salir bien


● Confío en mi mismo
● Siempre hay una forma de lograr lo que quiero
● Hoy es un día maravilloso
● Soy una persona valiosa
● Merezco dar y recibir amor
● Me gusta mi vida
● Trabajar es algo agradable
● Soy inteligente
● La comida me cae bien
● Esta noche voy a dormir muy bien
● Todo lo que pasa tiene una razón de ser y siempre deja algo positivo
● No hay mal que por bien no venga
● La vida es maravillosa
● No existen problemas sino oportunidades de aprender
● Cada quien tiene derecho a su propia
● Soy un ser espiritual, y transciendo mis limitaciones físicas
● Tengo el poder de sentirme bien
● Puedo hacer que mi cuerpo me obedezca
● Mi fe es firme y crece cada día más
● La gente es buena aunque a veces actúe desde la rabia o el miedo
● Puedo encontrar una pareja adecuada para mí
● El pasado no dirige ni mi presente ni mi futuro
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● Preocuparme no me ayuda. Lo adecuado es actuar creativamente
● Sé que puedo desarrollar cualquier cualidad si lo decido
● Detrás de cada aparente pérdida viene una ganancia
● Perdonar es importante y liberador
● Mi tiempo es valioso y sé administrarlo
● Tengo atractivo
● Voy a ganar dinero suficiente
● Le agrado a la gente

AUTOESTIMA Y RELACIONES INTERPERSONALES

Vivimos en un permanente estado de interdependencia en el cual todos nos necesitamos mutuamente, y lo que
uno hace, afecta a los demás de distintas maneras. Por lo que es importante aprender a relacionarnos, para
obtener y brindar más y mejores beneficios para todos. Sin embargo, no es tan sencillo, ya que cada quien se
relaciona con los demás desde su nivel de conciencia, desde su equilibrio o su desorden interior, desde su
manera particular de experimentar la vida e interpretarla; desde lo que aprendió y reforzó con el tiempo; es decir
desde su Desvalorización o desde su Autoestima.

Cuando estamos centrados, satisfechos con lo que somos y confiados de nuestra capacidad para lograr
objetivos, la manera como nos relacionamos con las personas suele ser transparente y honesta; nos acercamos a
ellos para compartir y los valoramos por el simple hecho de ser humanos. Esto es lo que se conoce como
"relación primaria", vínculos que se basan en compartir lo que somos. Por el contrario, cuando nuestros Mapas,
los aprendizajes que traemos archivados en la memoria, nos dicen que no somos capaces, cuando nuestra
Autoestima está debilitada, tendemos a establecer vínculos desde el interés material o utilitario. Es entonces
cuando deja de importarnos la persona y pasamos a prestar atención al beneficio que nos pueda deparar.

LA RELACIÓN FAMILIAR.

La primera relación trascendente en la vida del individuo es la relación familiar, ya que la familia es el inicial y
más importante contexto que permite al ser humano desarrollar su Autoestima. La familia es el espejo en el que
nos miramos para saber quiénes somos, mientras vamos construyendo nuestro propio espejo; el eco que nos
dice cómo actuar con los demás para evitar que nos lastimen. Dependiendo de cómo sea la familia, así será la
persona, la cual resultará modelada por las reglas, los roles, forma de comunicación, valores, costumbres,
objetivos y estrategias de vinculación con el resto del mundo que impere a su alrededor.

LA FAMILIA AUTOESTIMADA

En las familias que se forman y desarrollan con una Autoestima sana, la forma de funcionamiento de sus
miembros tiene características particulares. En este contexto grupal, las reglas están claras, sus miembros las
adoptan como faro de mar para transitar con certeza por las aguas de la vida, aunque se muestran dispuestos a
revisarlas e incluso a modificarlas si acaso éstas llegan a quedar desactualizadas y dejan de guiarlos a puerto
seguro. No se siguen parámetros automáticamente, sólo por el hecho de que los abuelos o los tíos así lo hayan
hecho. Hay disposición a buscar lo que conviene a las necesidades de todos los integrantes.

En la familia Autoestimada quienes dirigen se afanan en comprender en vez de escapar por las puertas oscuras
de la crítica, la queja estéril y la acusación ciega. Desde esta óptica, los padres comprenden que sus hijos no se
"portan mal" por ser malos, sino porque algo los desequilibra y afecta temporalmente.

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LA FAMILIA DESVALORIZADA: Las familias que carecen de Autoestima se caracterizan por la ausencia
de reglas, las cuales cuando existen son difusas, contradictorias o basadas en la tradición y en estereotipos que
nada tienen que ver con las verdaderas necesidades del grupo. Hacen lo que se ha hecho siempre, lo aceptado, lo
tradicional, sin considerar su verdadera utilidad y adecuación. Hay obligaciones para todos y por todas partes,
aunque nadie sepa en qué se basan, quién las establece y con qué criterio.

Impera la anarquía porque no existen roles definidos y cada quien actúa dependiendo de cómo se siente. Lo que
uno arma el otro lo desarma; uno hace, el otro interfiere. Los hermanos mayores juegan a ser papas de los
menores: les pegan, los castigan y resienten la responsabilidad que los padres les han endilgado; las madres
actúan como niñas y obligan a sus hijos a velar por ellas; los padres son duros hoy y blandos mañana.

La comunicación es caótica y las relaciones de sus miembros se establecen desde el poder, lo cual origina
vínculos perversos en los que cada uno presiona como puede para asegurarse atención y estímulos. Crean entre
todos una red confusa e intrincada, en la que a pesar de la buena intención terminan atrapados, dolidos y
desanimados.

Los hijos trataran de evitar hacer todo aquello que puede desagradar a sus padres o lo harán a escondidas
abrazando la mentira, a la que terminaran viendo como algo normal.

No existen objetivos familiares. En los hogares Desvalorizados, se vive en permanente ensayo y error, sin una
meta común por la cual luchar unidos; no hay un proyecto de vida definido, sujeto a valores y criterios
coherentes.

En la adolescencia, las fricciones entre padres e hijos suelen acentuarse durante esta etapa, ya que los jóvenes
necesitan ser ellos mismos. Aunque la influencia del medio ambiente, especialmente la de otros jóvenes, es
poderosa y ejerce peso sobre los adolescentes, la responsabilidad fundamental en la relación recae sobre los
padres, porque cuentan con la mayor experiencia y porque tienen la posibilidad de predicar con el ejemplo.
Cuando los hijos llegan a la adolescencia, la Autoestima de los padres es puesta a prueba.

Cuando sienten que los hijos se salen de control, entonces:

● Se tornan sobreprotectores y exageradamente controladores.


● Comparan a sus hijos con otros ("mira como lo hace tu hermano"), o con ellos (los padres) cuando eran
jóvenes ("cuando yo tenía tu edad...").
● Los critican y culpabilizan para que obedezcan.
● Les invaden el espacio personal
● Ocultan sus debilidades y errores para parecer padres perfectos
● Administran el tiempo y dinero de los hijos ignorando sus propias prioridades
● Exageran y dramatizan situaciones sencillas y normales
● Les condicionan el apoyo como chantaje
● Deciden por ellos, imponiendo sus criterios

Estos comportamientos revelan una carga de inconsciencia, desconfianza e inmadurez, que pocos
padres serían capaces de aceptar, por creencia de que eso les haría perder respeto y autoridad frente a
sus hijos.

LA RELACIÓN DE PAREJA. Al igual que en cualquier contexto formado por personas, el


funcionamiento de la pareja depende de la Autoestima de sus miembros. La formación de pareja es una
necesidad del ser humano en la búsqueda de ensanchar su horizonte personal y de compartir lo que es, a través

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de distintas maneras de expresión. En la relación de dos, se abre un mar de posibilidades de proximidad que
reduce la sensación de soledad y vacío a través de la búsqueda y encuentro de intimidad física y psicológica.

La pareja Autoestimada: Visto de manera esquemática y sencilla, la pareja autoestimada se caracteriza por
comportamientos positivos que tienden al bienestar y al logro. Algunos de esos comportamientos efectivos que
reflejen conciencia, confianza, valoración y respeto, son:
● Dialoga frecuentemente y no evade los conflictos
● Expresa sus sentimientos abiertamente
● Acepta las diferencias individuales de sus miembros
● Se apoya mutuamente sin crear dependencia
● Se dedica a crecer
● Se comunica desde cualidades y coincidencias, y no desde defectos y diferencias
● Se desarrolla en torno a proyectos en común
● Respeta la individualidad del otro miembro de la pareja
● Se esfuerza por conocerse
● No depende de la aprobación externa. Es autónoma
● Vive con acuerdos, reglas y valores definidos
● Se compromete
● Se tiene lealtad y confianza mutua
● Evita depender y controlar
● Enfrenta las rupturas y separaciones con madurez

La pareja Desvalorizada: Por su parte, la pareja desestimada funciona de manera diferente, con un nivel
reducido de consciencia de sus capacidades y necesidades, poca confianza de sus miembros, indignidad y
mínima valoración de sí misma. Sus características resaltantes suelen ser:
● Tiende a la incomunicación y evade la realidad para no enfrentarla
● Bloquea la expresión de sus sentimientos; los ignora, evade o se avergüenza de ellos.
● Es conflictiva e inarmónica
● Carece de reglas, acuerdos y valores claros y definidos
● Crea dependencia psicológica, económica, sexual.
● No se plantea el crecimiento como objetivo
● Carece de proyectos comunes; cada quien funciona por su lado
● El apoyo se brinda condicionado
● Invade el espacio personal del otro
● Ignora el uno lo que desea o necesita el otro
● Se relaciona circunstancialmente, sin compromisos verdaderos y honestos
● Desconfía del otro
● Enfrenta las rupturas y separaciones con inmadurez.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS.

"Autoestima en palabras sencillas" - YAGOSESKY, Renny.

Msc. Renny Yagosesky


Orientador de la Conducta
www.laexcelencia.com

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