Informe Glã - Ndulas Anexas - Hã - Gado. Cirrosis.
Informe Glã - Ndulas Anexas - Hã - Gado. Cirrosis.
Informe Glã - Ndulas Anexas - Hã - Gado. Cirrosis.
El hígado es una enorme glándula mixta, es exocrina principalmente por la formación de bilis, que interviene en
la emulsión de grasas. También tiene una función endocrina, ya que produce albúmina, lipoproteínas,
glucoproteínas, protrombina, fibrinógeno, globulinas plasmáticas y secreta hormonas, como la somatomedina.
Otras funciones están relacionadas con el metabolismo de carbohidratos, lípidos y proteínas; procesamiento de
hormonas y drogas; almacenamiento, excreción de bilirrubina y sales biliares; fagocitosis, entre otras. (Aula de
Anatomía, 2016)
Los griegos tenían conocimiento de la capacidades de esta glándula, por lo que la palabra hígado “hēpar”
proviene del verbo “hēpaomai”, que significa “recomponer”, “arreglar” o “reparar” (Geller, Goss, Busuttil y
Tsung, 2020).
Está ubicado debajo del diafragma, en el hipocondrio derecho, sobre el estómago y protegido por la caja
torácica. Su forma y color varía según la especie, pero en humanos es de apariencia triangular de un tono
marrón. Está protegida por tejido conjuntivo fibroso, llamado Cápsula de Glisson y rodeado por ligamentos que
mantienen su posición. (Rosas, Vásquez y del Sol, 2010)
El hígado tiene dos caras: Diafragmática, compuesto de lóbulo derecho y lóbulo izquierdo divididos por el
ligamento Falciforme; y una cara Visceral, compuesta por lóbulo derecho, lóbulo izquierdo, lóbulo cuadrado y
lóbulo caudado, donde éste último se subdivide en 2: proceso caudado y proceso papilar del lóbulo caudado.
Entre el lóbulo derecho y el cuadrado se ubica la vesícula biliar, responsable del almacenamiento de la bilis.
Cuando la glándula no funciona correctamente, se puede asociar a distintas patologías, una de ellas es la
cirrosis, la cual es una enfermedad crónica que provoca una distorsión general en la estructura normal del
hígado afectando su funcionalidad.
En este trabajo, se describe la histología e histopatología del hígado, sus principales diferencias, cuadro clínico
y manejo de la enfermedad.
Figura 1: Imagen de hígado sano e hígado con cirrosis. Rescatado de Naranjo, 2021.
HISTOEMBRIOLOGÍA– CVE221
DESCRIPCIÓN HISTOLÓGICA DEL HÍGADO
Los principales componentes histológicos de la glándula hepática son (Brusco, López y Loidi, 2014):
Cápsula de Glisson, se encuentra debajo del peritoneo (membrana serosa que recubre al hígado y a la mayoría
de los órganos de la cavidad abdominal). Es un tejido conectivo fibroso de colágeno que recubre al hígado a
excepción de la zona del hilio hepático, impresión vesicular y triada hepática.
Estroma, es todo el tejido conectivo proveniente del mesodermo y corresponde a la prolongación de la cápsula
de Glisson. Posee todos los elementos de un tejido conectivo como por ejemplo, vasos
sanguíneos,glucosaminoglucanos, proteoglucanos, predomina el colágeno tipo I y también está presente el
colágeno de tipo III (reticulina), la cual constituye una malla que da integridad a las células hepáticas. Las
células que podemos encontrar son fibroblastos, macrófagos; mastocitos, células plasmáticas, células adiposas
y leucocitos.
Parénquima hepático, es el tejido funcional que consiste en cordones de hepatocitos (trabéculas de Remak)
que se disponen de manera radiada alrededor de una vena central (vena centrolobulillar), separados por
capilares sinusoidales, también conocidos como sinusoides, donde encontraremos las células de Kupffer
(macrófagos del hígado). El espacio entre el hepatocito y sinusoides se denomina espacio perisinusoidal (o
espacio de Disse), que contiene microvellosidades, fibras reticulares, fibroblastos y células de Ito.
El parénquima hepático se dispone en una estructura de forma hexagonal denominada Lobulillo hepático
oclásico que es la unidad histofuncional del hígado, en cada uno de sus vértices contiene una triada portal, este
hexágono tiene la circulación sanguínea que es centrípeta (de la periferia del lobulillo al centro) y la circulación
biliar que es centrífuga (del centro a la periferia).
También existe el Lobulillo portal que presenta forma de triángulo en donde cada vértice corresponde a una
vena centrolobulillar y en el centro se encuentra el conductillo biliar, prioriza la función exocrina donde la bilis
presenta una conducción centrípeta y por último está el Lobulillo de Rappaport o acino hepático que presenta
forma de rombo limitada por 2 venas centrolobulillares y 2 triadas portales, este rombo se divide en 3 zonas: la
zona 1 es aquella más cercana a la rama de la arteria hepática y de la vena porta, por lo que son estos
hepatocitos los que primero reciben el aporte de sangre y oxígeno. La zona 2 es intermedia entre la zona 1 y la
zona 3. Esta última, la zona 3, es aquella más cercana a la vena centrolobulillar. El acino hepático puede
explicar ciertas patologías como los efectos de tóxicos en el parénquima hepático y patrones de degeneración.
Hepatocitos, son células poliédricas que miden entre 20 a 30 μm de diámetro, su citoplasma es ligeramente
acidófilo, con abundante RER, mitocondrias, peroxisomas, múltiples complejos de Golgi (dictiosomas), y posee
1 núcleo central grande (eventualmente 2 núcleos) y nucléolo evidente. Tiene abundantes lisosomas que están
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concentrados cerca del canalículo biliar con microvellosidades que se forman entre dos hepatocitos contiguos y
hacia allí se secreta la bilis y se denomina polo o cara biliar. Otra cara del hepatocito es la zona que se contacta
con el espacio de Disse, llamado polo o cara vascular, hacia donde proyecta múltiples microvellosidades y
donde el citoplasma cercano a ese polo es rico en todo tipo de organoides ya que ahí se cumplen funciones de
secreción endocrina; se metabolizan nutrientes y fármacos o tóxicos, y además, por esa cara se liberan
lipoproteínas. Los hepatocitos tienen una vida media de 5 meses y una gran capacidad regenerativa.
Canalículos biliares, todos los hepatocitos yuxtapuestos forman estos largos canalículos biliares que
desembocan finalmente en el conductillo biliar que forma parte de la tríada portal. Entre el conductillo biliar y
el canalículo biliar existe una zona de transición, conocida como conducto de Hering o conductillo biliar
periportal.
El conducto de Hering posee actividad contráctil que es capaz de regular el flujo de la bilis, asegurando que
fluya desde el centro a la periferia y no al revés. Acá encontramos 2 tipos de células:
Colangiocitos que son células epiteliales cúbicas que forman parte del epitelio de los conductos biliares
Citoblastos hepáticos que son células madres del hígado que se encuentran en la zona 1 del acino
hepático.
Estos citoblastos tienen la capacidad de diferenciarse en hepatocitos maduros o también en colangiocitos para
poder reemplazar de esta manera a las células más viejas.
Espacio porta o de Kiernan (figura 2), son canales que se originan en el hilio y atraviesan el hígado de forma
ramificada. En su interior hay conductos y conductillos biliares, ramas de la arteria hepática, vena porta, vasos
linfáticos, fibras nerviosas y algunas células inflamatorias, los hepatocitos limitan estos espacios formando una
cubierta llamada “placa limitante”.
Triada portal (figura 3), está compuesta por 3 elementos (como mínimo) por una rama de la vena porta de
epitelio plano simple, ramas de la arteria hepática de epitelio plano simple y un conductillo biliar de epitelio
cúbico simple, que están dentro del espacio porta o de Kiernan.
Figura 3: Espacio porta normal con conducto biliar (BD), arteria hepática (HA), vena porta (PV) y conductillos
biliares ubicados en la periferia (puntas de flecha) y la placa limitante formada por hepatocitos (fechas) (tinción
hematoxilina eosina). Rescatado de Krishna, 2014.
Capilares sinusoidales o Sinusoides, está revestido por células endoteliales. Este endotelio es discontinuo, su
membrana basal también es discontinua o inexistente, hay grandes fenestraciones sin diafragma y hay grandes
espacios entre células endoteliales vecinas. Los grandes orificios facilitan el intercambio entre los hepatocitos y
el torrente sanguíneo. El sinusoide hepático es el sitio donde la sangre venosa y la sangre arterial convergen en
dirección hacia la vena centrolobulillar.
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Formando parte de la pared del sinusoide hay macrófagos específicos del hígado pertenecientes al sistema
mononuclear de los fagocitos, llamadas células de Kupffer que descansan sobre fibras reticulares y no se unen
a las células endoteliales vecinas. Las células de Kupffer ejercen funciones vitales para el organismo tales como
la eliminación de sustancias extrañas y la regulación de la respuesta inflamatoria e inmunitaria.
Espacios de Disse (perisinusoidales), es un compartimiento situado entre los hepatocitos y las células
endoteliales. Contiene plasma, tejido conectivo (Colágeno tipo III) y células estrelladas hepáticas o células de
Ito, las cuales desempeñan un importante rol en el control del flujo sanguíneo sinusoidal, la fibrogénesis y el
almacenamiento de lípidos y de vitamina A.
Figura 5: Detalle de hepatocitos binucleados y de los sinusoides con eritrocitos en su interior. Rescatado de
Megías, Molist y Pombal, 2022.
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CIRROSIS
La Cirrosis se define como el reemplazo del parénquima hepático normal por grandes lesiones fibrosas que
envuelven a los hepatocitos en regeneración, debido a esto el tejido no puede desarrollar las funciones que
ocurren en el tejido hepático sano. En otras palabras, es la consecuencia de la reparación de la necrosis de
células hepáticas provocada por múltiples causas, dentro de ellas, se nombran:
La anatomía patológica de la cirrosis hepática es muy característica, se observa la presencia de fibrosis, que es
la anormalidad principal y también, los hepatocitos en regeneración.
Las células de Ito pierden la capacidad de almacenamiento de vitamina A y de lípidos, empiezan a diferenciarse
en miofibroblastos productores de colágeno de tipo I y colágeno de tipo III, que son los responsables
principales de la fibrosis del hígado. De igual manera, contribuye a la hiperpresión portal y también la
colagenización del espacio de Disse produce una disminución del acceso de sustratos proteicos al hepatocito.
La fibrosis se presenta como acúmulo de fibras de colágeno en el depósito del hígado, las cuales están
delimitadas por nódulos, en otras palabras, se aíslan áreas de tejido hepático. Esto provoca alteración
estructural de la glándula y hace difícil la relación entre las células hepáticas y los vasos sanguíneos, siendo
estos últimos los encargados de la nutrición de estas células.
Dentro del proceso, se produce angiogénesis (crecimiento de las arterias). Este crecimiento crea nuevos vasos
sanguíneos dentro de la vaina fibrosa que envuelve a los nódulos. Los vasos no son capaces de drenar el
volumen de sangre venosa que se necesita a presión elevada, esto conlleva a que la presión de la vena porta
aumente. (Huang, El-Serag, Loomba, 2021)
La fibrosis crea algo similar a una red tridimensional dentro del hígado (Figura 6). Las cuerdas de la red serían la
estructura fibrosa y la superficie que permanece entre estas cuerdas, son los nódulos de células que se
regeneran dentro de la misma. Esto da como resultado una disminución de la masa hepatocelular, afectando
su funcionalidad.
Son conocidas otras variedades de alteraciones hepáticas que llevan fibrosis, pero para un diagnóstico certero
de cirrosis, se debe cumplir estas tres condiciones:
Figura 6: Imagen histopatológica del hígado con Cirrosis, muestra alteración estructural resultado de la fibrosis
y regeneración hepatocelular nodular (tinción Massontricrómica, 2x). Rescatado de Kasper et al, 2016.
Cirrosis compensada: puede ser asintomática por años. Generalmente los primeros síntomas no son precisos, y
estos pueden ser: fatiga generalizada, pérdida de peso, anorexia y malestar general.
Cirrosis descompensada: puede llevar a complicaciones, como: ascitis, ictericia, molestias abdominales con
fiebre, dolor o edema en pantorrillas, confusión, letargo, disnea, hipoxia, várices rectales, várices esofágicas,
petequias, anemia secundaria a hemorragias, síntomas de insuficiencia renal, osteoporosis, mala absorción de
lípidos, esplenomegalia, entre otras. (Tae Hoon Lee y Peters, 2022).
MANEJODE LA ENFERMEDAD
El trasplante de hígado, está indicado para enfermedad hepática terminal y en carcinoma hepatocelular.
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Las células madres del hígado, los citoblastos hepáticos, han sido objeto de estudio para utilizarlos como parte
de tratamiento de enfermedades degenerativas del hígado como es la cirrosis.
Este enfoque e interés es por la escasez de donantes de órganos hepáticos y las complicaciones de la terapia
inmunosupresora. Sin embargo, no sólo los citoblastos hepáticos han sido estudiados. Desde hace mucho
tiempo las células madres en general han sido producto de investigaciones con el fin de aprovechar el potencial
que poseen y los beneficios que podrían entregar en el ámbito clínico. (Londoño, Nino, Hoyos y Restrepo,
2011)
Las células madres se pueden obtener de distintas fuentes, como de la médula ósea, blastocito e incluso los
hepatocitos maduros. Clínicamente la viabilidad de utilizar estas células para mejorar la fibrosis, la capacidad
de las células de diferenciarse y replicarse junto con otros parámetros clínicos se han evaluado tanto en
animales como en seres humanos.
Son pocos los estudios que se han realizado en humanos porque aún no hay un consenso que respalde el uso
clínico de las terapia con células madre en enfermedades hepáticas. Los estudios publicados son de la fase I,
por lo que no se espera encontrar ningún beneficio, por lo tanto, no hay certezade la terapia.
En un estudio se tomaron 20 pacientes con cirrosis y carcinoma hepatocelular del lóbulo derecho y por azar se
dividieron en dos grupos, uno para recibir terapia con células madre autólogas, y el otro, para placebo.
Después de 3 semanas de la infusión, ambos grupos fueron sometidos a resección quirúrgica y con seguimiento
durante 12 semanas. Los pacientes con infusión preoparatoria de células madre tuvieron mejores resultados en
cuanto a la condición clínica y a los parámetros de función hepática, sin complicaciones postoperatorias. A
diferencia de los pacientes del grupo placebo tuvieron peor condición clínica y deterioro en especial en
aumento de la bilirrubina total.Se concluyó que la terapia preoperatoria con células madre puede mejorar los
resultados en los pacientes a quienes se les va a realizar una resección hepática.
Otros estudios han sido igualmente seguros y han mejorado la albumina, bilirrubina, creatinina, INR y/o el
puntaje de MELD, con la infusión de células madre, sin embargo, hay controversia en humanos porque algunos
estudios que se han realizado no muestran resultados o argumentan poca seguridad de la terapia. No hay
certeza de cuál es el mecanismo por el que ocurre la mejoría en los pacientes trasplantados con células
madres.
Lo que se puede concluir, es que la terapia celular aún está en la fase experimentales en animales, con
resultados alentadores pero variables. En el caso de los humanos son escasos los estudios y no es posible llegar
a conclusiones certeras sobre los resultados. Se puede decir por ahora que la terapia con células madre para
los pacientes con cirrosis pesé a no tener evidencia concretas de sus beneficios clínicos, es un tratamiento
seguro, aunque de alto costo y poco disponible.
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La seguridad de este ARN mensajero lipídico fue validada en ensayos clínicos, como la inmunoterapia contra el
cáncer y por las primeras vacunas COVID-19 por Pfizer-BioNTech y Moderna.
Para ello, se emplearon dos modelos experimentales: a un grupo se inyectó ARN-LNP que produce mitógenos
hepáticos, al otro grupo, la el ARN-LNP de control que no producía proteínas.
Al grupo que se agregó ARN-LNP mitógeno, eliminó el daño a nivel de hígado con mayor eficacia que los de
control. Estos estudios nos pueden acercar a la posibilidad de poder minimizar daños al hígado por cirrosis
hasta pensar en regenerar tejidos y mejorar la funcionalidad hepatocelular.
Sabemos que en la actualidad no hay medicamentos que regeneren el daño causado en el hígado por cirrosis.
Para ello, se necesitan nuevas estrategias que puedan parar la progresión del daño en una enfermedad
hepática antes que llegue hasta su estadio final, que es la cirrosis.
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CONCLUSIÓN
El hígado es un órgano muy importante para el organismo. Es una glándula mixta, tanto endocrina, como
exocrina, ya que se encarga de la producción de bilis. Si deja de funcionar correctamente, podríamos vernos en
la posibilidad de que ésta tenga cirrosis. Esta patología no tiene cura, por lo que el tratamiento a seguir hace
referencia a tratar la sintomatología y complicaciones; y en casos extremos, cuando peligra la vida, se someten
los pacientes a trasplante hepático.
Para poder identificar la cirrosis en cortes histológicos, es importante 3 aspectos: Lapresencia de nódulos, una
clara distorsión en la arquitectura del hígado y presencia de tractos fibrosos.
Los estadios de la enfermedad resultan de suma importancia para poder entender cómo tratarla según la
complejidad del paciente, es decir, si la enfermedad se encuentra en un estadio de descompensación o por el
contrario está estabilizada, aunque este estadio puede disfrazarse de otro tipo de patología al presentar
síntomas atribuibles a otro tipo de enfermedades.
- Geller D.A., Goss J.A., Busuttil R.W.,Tsung A. 2020. Principios de Cirugía, 11e. McGraw Hill.Páginas 1094-1095.
- Rosas C., Vásquez B., del Sol, M. 2010. Descripción Histológica e Histoquímica del Hígado de Cobayo (Cavia
porcellus). International Journal of Morphology. 28(1), 151-156.
- Huang D., El-Serag H., Loomba R. 2021. Global Epidemiology of NAFLD-Related HCC: Trends, Predictions, Risk
Factors and Prevention. NatRevGastroenterolHepatol. 8(4):223-238.
- Brusco H., López J., Loidi C. 2014. Histología Médico-Práctica. Elsevier. Páginas 255-261.
- Krishna M. 2014. Anatomía Microscópica del Hígado. ClinicalLiverDisease, 2(Suppl 5), 109–112.
- Londoño J., Nino C., Hoyos N., Restrepo J. 2011. Terapia con Células Madre En Cirrosis. Iatreia, 24(4), 378-388.
- KAULITZKI, S. 2021. Hígado.
<https://www.infosalus.com/asistencia/noticia-descubren-nuevo-tratamiento-podria-ayudar-recuperacion-
higado-20210127190202.html>
[Con acceso el: 18.01.2023].