Teoría Tema 5
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UCJC
5.1 Introducción histórica de la institución
familiar.
El modelo clásico de familia derivaba del modelo romano, donde se daba mucha
importancia al “pater familias”. El varón cumplía la función de jefe en la familia
patricia.
f Han aumentado las rupturas matrimoniales: abandonos del hogar, separaciones y divor-
cios.
g Los hijos se emancipan más tarde, siguen participando en la convivencia del grupo fami-
liar, y además no despegan económicamente por la falta de recursos propios.
Se ha incrementado el número de parejas sin descendencia, tanto por elección propia (es-
j terilización voluntaria), como por la existencia de problemas de fertilidad (recurriendo, en
su caso, a los nuevos métodos de reproducción asistida).
Hay mayor número de ancianos dependientes dentro del núcleo familiar, sin un nivel ópti-
l mo de autonomía y, por tanto, necesitados del cuidado y la atención del resto de miembros
del grupo. Algunas familias sostienen económicamente a sus mayores, pero también se da
el caso contrario, siendo los mayores quienes sostienen con su jubilación al grupo.
Estas decisiones familiares han sido tomadas Independientemente de las ideologías, y de las
en función de prioridades que se van dando interpretaciones que se hagan de la evolución
según los recursos materiales y humanos dis- de la familia, la institución familiar, como familia
ponibles, los aprendizajes basados en expe- nuclear (monogámica) continúa siendo una ins-
riencias propias y ajenas, y los valores a los titución importante, e incluso central, de nues-
que se intentan ajustar. Con esto, y siguiendo tras sociedades contemporáneas de corte occi-
a Pérez-Díaz, Chuliá, Valiente (2000), preten- dental, a pesar de las muy variadas formas que
demos decir que la relación de la familia con haya adoptado y pueda adoptar (Pérez-Díaz,
la sociedad es de influencia mutua, los cam- Chuliá, Valiente, 2000). Por ello pensamos que
bios sociales pueden influir en algunas de las la descripción que se ha hecho anteriormente de
decisiones que toma la familia, pero también los cambios en la institución familiar es un nue-
estas decisiones conforman una nueva socie- vo avatar de esta institución milenaria, surgida
dad. Por tanto la familia siempre tiene grados del cruce de los usos de la antigüedad clásica,
de libertad, quizás más de los que podamos en las tradiciones germánicas y el cristianismo.
un principio suponer.
Se habla a veces como si sólo hubiera un tipo
Cuando se habla de crisis de la familia, se sue- de ellas, más aún, como si sólo uno fuera posi-
len tomar como puntos de referencia para reali- ble. La historia nos ha demostrado que ha ha-
zar la comparación dos épocas históricamente bido múltiples formas de articular en un grupo a
distintas. Se suele comparar la situación de las individuos con lazos de consanguinidad, matri-
sociedades avanzadas en los años cincuenta a monio y parentesco, tanto en el pasado como
sesenta (un período de estabilidad social y eco- en otras civilizaciones.
nómica) con los años ochenta y noventa (sur-
gieron nuevos problemas y aparecieron con
En cuanto a lo que el futuro nos depara, sólo te-
fuerza otros ya antiguos), sin tener en cuenta
nemos que mirar a nuestro alrededor para adivi-
que algunos de los problemas que hoy parecen
nar que vamos hacia una variedad de formas
novedosos tuvieron también mucha importan-
de organización familiar y no hacia un único
cia en épocas anteriores a la Segunda Guerra
modelo de familia.
Mundial, como la delincuencia y el conflicto so-
cial. Infravaloran, asimismo, la capacidad de
adaptación y de resistencia de una institución
como la familia, que no sólo viene de muy le-
jos, sino que sigue actuando con extraordinaria
eficacia en todos los campos de la actividad hu-
mana, incluidas por supuesto, las actividades
prácticas de la economía y la política. (Pérez-
Díaz, Rodríguez y Sánchez Ferrer, 2001)
Esta definición pone de manifiesto los principales aspectos que se recogen desde el enfoque sis-
témico para abordar la familia, su orientación y su terapia. Estos tres elementos son:
• el sistema,
• la comunicación y
• las interacciones entre los miembros del grupo familiar.
Las relaciones externas con otros sistemas hace que la familia cambie y que esté en un continuo
proceso de formación: por la maduración de las personas que lo constituyen, por los mecanismos
internos que se dan dentro del sistema familiar (las relaciones entre sus miembros, el cambio de
estructuras o sistemas de vida) y por las características propias que otros sistemas sociales impo-
nen sobre ella (vinculaciones con el sistema económico, social y educativo).
Pero para estudiar la familia y poder asesorarla, hay que precisar qué es lo que cambia y qué es lo
que permanece estable a lo largo del tiempo.
5. 2. 1. EL SISTEMA FAMILIAR
La Familia es algo más que la suma de sus partes. Por eso, la vamos a analizar partiendo de la
Teoría General de Sistemas pues permite una conceptualización de lo que sucede en el interior
de este grupo tan peculiar.
Bajo este prisma, la familia se concibe como un sistema dinámico viviente sometido a un pro-
ceso de establecimiento de reglas y de búsqueda de acuerdo sobre ellas. Todos los miem-
bros desde el más pequeño hasta el mayor influyen en la naturaleza del sistema, al tiempo
que todos se ven afectados por el propio sistema.
Al estudiar la familia como sistema nos vamos a centrar en estudiar una serie de puntos que nos
van a hacer entender mejor su funcionamiento y lo que le convierte en un sistema abierto sujeto a
modificaciones del exterior. Algunas de estas influencias externas se pueden considerar amena-
zas de la unidad, cohesión y progreso de la familia. Según Ríos González (1994) estos aspectos
que se analizan para interpretar el funcionamiento familiar son:
6. Los modos a través de los cuales los síntomas del paciente de-
signado se usan dentro del sistema para mantener los modelos
transaccionales preferidos por la familia.”
(cit. Ríos González, 1994, p.51)
Con todo esto, uno se puede dar una idea de los hilos que entretejen el tejido familiar y su consis-
tencia.
La familia, al ser un ser vivo que cambia y evoluciona con el tiempo, hacia niveles de madurez y
plenitud va pasando por unos estadios, al igual que los pasa un niño durante su evolución. En este
caso, la familia parte de una pareja, que pasa por una serie de estadios de desarrollo en los que
aparecen nuevos miembros, para terminar con la misma pareja originaria. Los estadios por los
que va pasando la familia en su evolución son los siguientes:
ESTADIOS
7. La familia como centro de despegue: los hijos se casan o dejan el círculo familiar.
8. La familia no tiene ya control sobre los hijos: han salido del ambiente
familiar.
UCJC 9. La familia después de la jubilación.
En la pareja/familia recién creada se han de fijar una serie de objetivos para que
ésta funcione adecuadamente. Estos objetivos son:
OBJETIVOS
a) Conseguir una adaptación de pareja,
b) establecer unos niveles de comunicación,
c) alcanzar unos cauces de encuentro y contacto,
d) fijar unas metas de relación,
e) crear unos confines respecto al S.F.O. de cada cónyuge.
Dentro del sistema familiar, esta doble En cuanto a los niveles de la comuni-
manera de comunicar provoca siste- cación son tres los niveles en los que
mas sanos o sistemas complejos en se puede establecer la comunicación
los que los planos de relación se entre- familiar:
mezclan hasta provocar malentendidos
entre la pareja y conflictos.
c
Comunicación
e Establecer unos confines
emotiva profunda respecto al S.F.O. de cada
cónyuge.
Sería una limitación importante que, desde la terapia, se persiguiera ajustar cual-
quier grupo familiar a una estructura prefijada porque, sin duda, cada familia y
cada entorno requieren un ajuste diferente.
De acuerdo con la participación social de los jóvenes en la dinámica familiar, se pueden reconocer
tres tipos de familias: las familias democráticas, las autoritarias y las permisivas (Méndez, Tesoro
y Tiranti, 2006).
En las familias democráticas, los padres, exigentes, flexibles y razonables, constituyen un refe-
rente y apoyo importante para los adolescentes.
La familia autoritaria se caracteriza porque los padres son muy exigentes y ejercen un control
rígido. En cambio, la familia permisiva es muy poco exigente y ejerce poco control.
Existe un amplio consenso en las ventajas que ofrece el llamado estilo educativo democrático,
marcado por la alta presencia de comunicación, afecto, disciplina y control.
Sin embargo, la evidencia está demostrando que ni ése es el único estilo educativo que puede ser
psicológicamente saludable para niños y niñas, ni es un estilo que responda igualmente bien a las
necesidades de todos ellos. (Paniagua y Palacios, 2005).
Además, no todos los padres “saben” ser igualmente democráticos, porque el estilo educativo res-
ponde sólo en parte a una opción consciente, siendo con mucha frecuencia fruto de una historia
personal de socialización, de educación y de relaciones. La hipótesis fundamental respecto a las
relaciones padres-hijos y los estilos educativos es, pues, la del respeto y la consideración.
La Teoría General de Sistemas integra métodos y conceptos semejantes desarrollados por varias
ciencias y pretende proporcionar un modelo que pueda aplicarse a grandes sectores con indepen-
dencia de los contenidos. Estudia la red de relaciones partiendo del supuesto de que toda área de
la realidad tiene una constitución tal que sólo es accesible bajo modelos sistemáticos que conciben
la realidad como una globalidad.
Al aplicar esta teoría a la Orientación, se hace hincapié en el entorno que rodea al paciente y,
por tanto, se trabaja de forma globalizada con todo el grupo familiar. El concepto de paciente
adquiere, desde esta perspectiva, la característica de ser punto de proyección de muchas disfun-
ciones no manifestadas o no aceptadas desde la familia. Por tanto, la unidad de intervención deja
de ser la persona designada como paciente, punto de interés para los modelos más tradicionales,
y pasa a centrar la atención sobre el sistema familiar.
Desde este enfoque, la familia es considerada como un subsistema dentro del marco social
en el que está inmersa y se desarrolla y, por tanto, es necesaria su adaptación al entorno.
Dicha adaptación de los individuos y del sistema familiar en su totalidad, a la sociedad, constituye
un síntoma de salud del grupo en cuestión. De esta idea se deriva, por tanto, que la falta de adap-
tación a la realidad, el mantenimiento de roles, valores o pautas obsoletas provenientes en general
de las familias de origen son, en muchos casos, causa de conflictos y patologías familiares.
La intervención sistémica, tanto si se realiza con la totalidad del sistema familiar como si se inter-
viene directamente sobre un solo miembro de la estructura, no toma como punto de partida una po-
sible patología del paciente, sino que plantea que las características de la organización familiar
en la que el individuo está inmersa, son las que fundamentan el motivo de la intervención.
Si consideramos que las características y estados personales son en gran medida resultado de lo
que rodea a cada individuo, la perspectiva sistémica se encontraría en una línea de intervención
correcta. Así, la utilización de los elementos externos ligados al miembro de la familia que se ha
considerado “paciente” no como meros generadores de información, sino como verdaderos agen-
tes y sujetos de cambio, proporciona una intervención más completa y globalizada (Cervel Nieto,
2005).
La cibernética de segundo orden además de tener
en cuenta cómo funciona internamente el sistema
familiar tiene en cuenta su interacción con el exte-
rior, en especial con el terapeuta quien al interac-
tuar con la familia termina formando parte de ese
sistema familiar. Para producir un cambio hay que
conocer qué papel juega el terapeuta, para ello se
busca el trabajo en equipo (un terapeuta o dos con
la familia y otros miembros del equipo observando
a través de un espejo o circuito cerrado de tele-
visión) con el fin de ayudarle a mantener la neu-
tralidad, prescribir rituales o enviar mensajes con
connotaciones positivas o bien, con la técnica del
equipo reflejo consistente en un diálogo delante
de la familia entre los miembros del equipo sobre
cuestiones relacionadas con ésta, de tal modo que
posteriormente la familia pueda exponer sus im-
presiones acerca del equipo.
En el ámbito familiar las intervenciones pueden ir encaminadas a ayudar a que la familia alcance la
aceptación y a diversificar emociones compartidas, que no haya un único espacio para compartir
emociones en torno al problema sino una diversidad de espacios para compartirlas en el núcleo
familiar, permitiendo al profesional que interviene, de acuerdo con sus características personales y
formación, engancharse a posibles entradas y no a todas: entradas en el ámbito individual y fami-
liar, en el ámbito emocional, cognitivo, pragmático.
Dentro de la Orientación Familiar podemos establecer tres niveles que van graduando el tipo de
ayuda que se puede dar en función de las necesidades planteadas o de los problemas surgidos.
Cada uno de estos niveles tiene unas finalidades, objetivos e instrumentos distintos para llevarlos
a cabo tal y como veremos seguidamente.
Así, el primer nivel sería el educativo, en el que la demanda suele ser de información y la
dinámica familiar es normal no habiendo problemas. Se necesita información sobre algunos as-
pectos del desarrollo y evolución de la familia y de sus miembros.
Los objetivos de este nivel tienen que ver con dar a conocer a las
familias los estadios y procesos del desarrollo personal, lo estadios
Objetivos:
del desarrollo familiar, el aprendizaje de los niveles y tipos de co-
municación y el de los modos de encuentro interpersonal.
Por último, el tercer nivel es el de la terapia. En este caso hay problemas en el sistema fami-
liar que se reflejan en un miembro del grupo y que le consideran problemático y por tanto le
señalan como el “paciente designado”.