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Manual Del Vendaje Funcional

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TEMA 1

VENDAJE COMPRESIVO I. PATOLOGÍA VENOSA


Gustavo Manuel Contreras Martos, Mª Catalina Osuna Pérez y Julia Cordón Llera.

1. INTRODUCCIÓN.
2. CONCEPTOS BÁSICOS.
3. RECUERDO ANATOMOFISIOLÓGICO DEL SISTEMA VENOSO.
3.1. Anatomía microscópica del sistema venoso.
3.2. Distribución anatómica del sistema venoso
3.3. Circulación venosa. Retorno venoso.
3.4. Factores que modifican el retorno venoso.
4. BASE TEÓRICA DE LA PATOLOGÍA VENOSA Y EFECTOS DE LA COMPRESIÓN.
4.1. Introducción.
4.2. Equilibrio de Starling.
4.3. Origen de los edemas.
4.4. Efectos de la compresión.
4.5. Presión bajo el vendaje. Ley de Laplace.
5. INDICACIONES.
6. CONTRAINDICACIONES.
7. MATERIAL.
7.1. Medias elásticas.
7.2. Vendas.
7.3. Venda tubular de compresión.
7.4. Bota Unna.
7.5. Dispositivo de compresión intermitente.
7.6. Sistema multicapa.
8. ELECCIÓN DEL MATERIAL. CONCLUSIONES.
9. NORMAS PARA LA APLICACIÓN DEL VENDAJE COMPRESIVO.
BIBLIOGRAFÍA.

Tema 1. Vendaje compresivo I. Patología venosa 1


2 Tema 1. Vendaje compresivo I. Patología venosa
1
tema
Vendaje compresivo I.
Patología venosa
Gustavo Manuel Contreras Martos, Mª Catalina Osuna
Pérez y Julia Cordón Llera

1. INTRODUCCIÓN
Una definición básica de vendaje compresivo sería aquel tipo de vendaje que,
realizado con materiales elásticos, busca comprimir una parte del cuerpo. Podemos
clasificarlo dentro de los vendajes blandos. La finalidad de este vendaje es evitar la salida
de líquido del espacio intravascular al espacio intersticial, así como favorecer la reabsorción
del mismo cuando la salida ya se ha producido.
El vendaje compresivo se ha venido utilizando durante siglos para el tratamiento
del edema y otras patologías venosas, siendo por tanto una de las técnicas terapéuticas
más antiguas que se conocen. Ya en el antiguo Egipto se utilizaban vendas impregnadas
en diferentes sustancias para producir compresión. Estas vendas no eran extensibles, por
lo que se requería una considerable habilidad por parte del terapeuta para asegurar una
correcta aplicación.
En el siglo XVII, el cirujano al servicio de la corona de Francia, Pierre Dionis,
recomendaba el uso de vendajes compresivos para tratar úlceras venosas. Más tarde, en
el siglo XIX, apareció la primera venda elástica fabricada con caucho natural; el uso de
estos materiales fue recomendado en diversos artículos publicados en la revista británica
“The Lancet”.
En la actualidad, nadie pone en duda la evidencia científica que existe en el uso de
la terapia compresiva para el tratamiento de patologías que cursan con edemas y/o úlceras
venosas. Existen multitud de trabajos científicos que avalan que el uso de un vendaje
compresivo mejora la evolución de las úlceras venosas, disminuye el dolor y mejora la

Tema 1. Vendaje compresivo I. Patología venosa 3


calidad de vida del paciente. A pesar de todos estos estudios, España es uno de los países
europeos que no aprovechan al 100% el uso de la terapia compresiva, ya que no utilizan
sistemas de compresión fuerte o sistemas multicapas. En cambio otros vecinos europeos
sí que se benefician, bien porque sus sistemas sanitarios sufragan el mayor coste de estos
sistemas, o bien porque hay una mayor formación de los profesionales. Aunque a corto
plazo estos sistemas son más caros, a largo plazo la relación coste-eficacia mejora con
respecto al uso de sistemas tradicionales de compresión.
Según el primer estudio nacional de prevalencia de las úlceras de pierna en España,
realizado en el 2002-03 por Rueda Lopez J. et al 1, 2 en el grupo de estudio de GNEAUPP-
UIFC-Smith & Nephew, las úlceras venosas son tratadas de la siguiente forma: en un 20,5%
no se utilizaba compresión, en un 12,9% se usaban medidas elásticas, en un 48,2% se
usaba venda de crepé, en un 9,5% sistemas comprensivos multicapa, en un 8,7% vendas
de compresión fuerte y en un 0,2% se usaba Bota Unna.
A lo largo de este capítulo, daremos buena cuenta de la importancia de la terapia
compresiva en el tratamiento de diferentes patologías, sobre todo en la úlcera venosa.
Recordaremos conceptos básicos, hablaremos de los fundamentos fisiopatológicos de la
compresión y de la patología venosa, y trataremos de forma práctica los diferentes métodos
de compresión que hay.

2. CONCEPTOS BÁSICOS
La compresión ejercida por una venda en una parte del cuerpo viene determinada por
varios factores que influyen de forma directa. Estos factores son: la técnica y la habilidad
del operador, las propiedades físicas de la venda utilizada, morfología de la estructura
anatómica a vendar y el tipo de actividad física que realizará el paciente.
Para una mejor compresión de todo lo relativo al vendaje compresivo, pasaremos
a definir algunos conceptos básicos:
- Extensibilidad: la extensibilidad de la venda determina la variación en
longitud que se produce en la misma cuando ésta es sometida a una fuerza
longitudinal. Es la capacidad que tiene la venda para estirarse.
- Tensión: es la fuerza que imprime el operador durante la ejecución del vendaje
y supone el componente más subjetivo de la terapia compresiva, ya que
un vendaje puede estar bien o mal realizado según la pericia del operador,
independientemente del material utilizado.
- Módulo: es la cantidad de fuerza necesaria para elongar la venda una
longitud determinada. Sirve para conocer qué presión ejercerá una venda a
una longitud determinada. A mayor módulo, mayor será la fuerza que habrá
que ejercer y, por tanto, mayor será la presión que generará a los tejidos.

4 Tema 1. Vendaje compresivo I. Patología venosa


- Elasticidad: es la capacidad de la venda para retornar a su posición original,
una vez ha cesado la fuerza que provocaba su estiramiento.
- Fatiga: el uso prolongado de una venda supone que ésta pierda su elasticidad,
es decir, la capacidad para volver a la posición de reposo, decimos entonces
que una venda sufre fatiga, aunque no todas la sufren de la misma forma.
Una venda elástica que contenga caucho o poliuretano, tendrá una elasticidad
más duradera que otras de tejido elástico de compresión.
- Soporte: significa que la venda se colocará sin ejercer ninguna presión,
simplemente “a su caer”. Para este propósito se usarán vendas no extensibles
y su finalidad será la de sujetar y controlar los tejidos para evitar que se
produzcan cambios en la forma del miembro vendado o la aparición de
edemas. Este tipo de vendas se aplicarán sin compresión.
- Compresión: es el efecto buscado con este tipo de vendajes y es la presión
ejercida sobre los tejidos con una venda elástica. La presión ejercida variará
según éste el paciente en reposo o en actividad. El vendaje se realiza con el
paciente en reposo y por tanto la presión ejercida sobre los tejidos vendrá
determinada por la tensión ejercida por el operador, características de la
venda y de las vueltas de venda que se hayan dado. Cuando el paciente deja
de estar en reposo y empieza a funcionar el corazón periférico, aunque los
factores que influyen serán los mismos que en reposo, los músculos deberán
trabajar contra la resistencia ejercida por la venda, por tanto, el efecto bomba
será mayor.
- Conformabilidad: es la capacidad de la venda para adaptarse a los contornos
del miembro y viene determinada por las características elastoméricas y de
la densidad de la venda.

3. RECUERDO ANATOMOFISIOLÓGICO DEL SISTEMA VENOSO


3.1. Anatomía microscópica del sistema venoso.
La estructura de la pared venosa presenta tres zonas concéntricas bien diferenciadas.
La capa más interna, en contacto con la sangre circulante, recibe el nombre de “íntima” y
presenta un endotelio continuo, una capa subendotelial de tejido conjuntivo y una capa
interna elástica; la “túnica media” está formada por fibras musculares lisas escasamente
desarrolladas a diferencia de las arterias; y la capa más superficial, la “adventicia”, formada
fundamentalmente por tejido conectivo, que es más gruesa que en las arterias.
En su interior se encuentran las válvulas semilunares que aseguran el retorno de la
sangre dado que la posición erecta del ser humano le obliga a soportar un mayor efecto
de la gravedad, sobre todo en las extremidades inferiores (fig. 1).

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Fig. 1. Relación entre arterias y venas.

3.2. Distribución anatómica del sistema venoso.


Podemos considerar al sistema venoso como un grupo de vasos que convergen hacia
el corazón, adquiriendo un calibre mayor a medida que se acercan a éste (fig. 2).
Las venas periféricas confluyen hasta constituir las dos venas cavas (superior e
inferior) que desembocan en la aurícula derecha. La vena cava superior recoge la sangre
venosa procedente de la cabeza, cuello y extremidades superiores; la vena cava inferior lo
hace desde las vísceras abdominales y extremidades inferiores. Estas dos venas principales
reciben venas de menor calibre procedentes de los diferentes órganos. En las extremidades,
las venas profundas se ubican de forma paralela a las arterias, correspondiendo en general
a dos venas por cada arteria.
En cuanto a las extremidades, es importante considerar la existencia de dos sistemas
venosos, el superficial y el profundo, desde el punto de vista de su ubicación respecto
a la superficie cutánea. Las venas del superficial discurren por un tejido celuloadiposo
subcutáneo fácilmente distensible, son visibles a través de la piel en los sujetos con escaso
tejido graso y piel clara, se encargan de drenar la sangre venosa de los tejidos superficiales,
es un importante sistema de descarga del sistema venoso profundo, existe una gran
variabilidad individual en cuanto a la localización y presentan válvulas aproximadamente
cada 4 cm. En el miembro inferior este sistema está constituido fundamentalmente por la
vena safena externa e interna. Las venas pertenecientes al sistema profundo se ubican por
debajo de la aponeurosis muscular, son las encargadas de drenar la sangre procedente de

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Fig. 2. Principales venas del cuerpo.

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los músculos de las extremidades acompañando a las arterias en su trayecto en relación dos
venas por una arteria, tienen mayor cantidad de válvulas que el sistema venoso superficial,
albergan el 90% de la sangre venosa en los miembros y sus paredes son más gruesas.
Aparte de los sistema superficial y venoso, existen otros dos sistemas menores pero no
por ello menos importantes. El sistema venoso comunicante es el encargado de comunicar
las venas de un mismo plano anatómico, es decir, tenemos un sistema venoso comunicante
superficial y otro profundo. El otro sistema es el sistema venoso perforante, el cual comunica
ambos sistemas atravesando la aponeurosis muscular. Este sistema está más desarrollado
en miembros inferiores, siendo las venas perforantes de mayor significación clínica y más
constantes, las localizadas por detrás y por encima del maleolo interno. El flujo normal de
la sangre por el sistema perforante es desde el sistema superficial al profundo, si éste se
produjera al contrario sería indicativo de un mal funcionamiento venoso (fig. 3).

Fig. 3. Izquierda, flujo venoso


normal. Derecha, flujo en la
insuficiencia venosa.

3.3. Circulación venosa. Retorno venoso.


El sistema venoso es responsable de conducir la sangre desde los tejidos al corazón,
lo cual determina el retorno venoso. Además, debido a la de distensibilidad de las venas,
este sistema vascular actúa como reservorio de sangre.

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El retorno venoso se define como el volumen de sangre que circula desde los capilares
hasta la aurícula derecha por unidad de tiempo. El retorno venoso y el gasto cardíaco
deben ser iguales, debido a que el sistema circulatorio es un circuito cerrado.
Se denomina presión venosa central (PVC) a aquella que existe en la aurícula
derecha y en las grandes venas del tórax. Su valor oscila entre 0 y 5 mm de Hg y depende
del equilibrio entre el gasto cardíaco y el retorno venoso. Si el corazón bombea menos
sangre de la que llega por las venas, la PVC aumenta, indicando así que el corazón no
está funcionando correctamente y que se retendrán líquidos. Por el contrario, si la PVC
disminuye indicará que existe algún tipo de shock que disminuya el retorno venoso.
La presión venosa periférica (PVP) es la existente en las venas extratorácicas y es
mayor que la PVC. Ésta varía dependiendo de la vena en la que se mida y de la situación
postural. Por debajo del nivel del corazón, la compresión periódica de la musculatura
esquelética de las extremidades inferiores, es la que consigue mover la sangre venosa en
dirección centrípeta, venciendo las fuerzas de la gravedad, por tanto esta presión estará
aumentada. La PVP en las venas situadas por encima del corazón es negativa, lo que hace
que éstas se colapsen por la presión de los tejidos circundantes.
Si no fuera por la presencia de válvulas venosas, la presión hidrostática en los
miembros inferiores de un adulto sería de 90 mm de Hg. Estas válvulas permiten el flujo
de sangre en un solo sentido, de distal a proximal, evitando un flujo retrógrado. Además
de este sistema valvular, existe el sistema denominado “bomba venosa” que consiste en
que los músculos esqueléticos, sobre todo en miembros inferiores, comprimen las venas
situadas junto a ellos lo que provoca el desplazamiento de la sangre en el interior de las
venas en sentido centrípeto por la acción de las válvulas. Esto se traduce en que cuando
una persona contrae sus músculos de forma isotónica o bien isométrica, envía una cantidad
de sangre hacia el corazón y a la vez disminuye la presión venosa periférica. A éste sistema
de bombear sangre se la conoce como “bomba venosa”. Gracias a ésta, la PVP en los pies
es de 20 mm de Hg.

3.4. Factores que modifican el retorno venoso.


- Bipedestación: cuando una persona se pone de pie y permanece
completamente inmóvil, la sangre, por efecto de la gravedad, se desplaza
hacia las venas de las extremidades inferiores, como no hay movimiento
muscular la sangre no es impulsada contra la gravedad por lo que la presión
venosa periférica aumenta rápidamente. Este estancamiento de la sangre
hace que salga líquido intravascular al espacio intersticial, por lo que aparece
el edema y la volemia general disminuye hasta el punto de que en 15-20
minutos de inmovilidad absoluta, ésta se ha reducido en un 10-20% de la
volemia total. Si la situación no revierte y no hay movimiento muscular, la

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perfusión a órganos vitales como el cerebro puede verse comprometida, por
lo que en estas situaciones son frecuentes las pérdidas de conciencia.
- Envejecimiento: con el paso de los años las válvulas venosas van perdiendo
eficacia por degeneración estructural de las mismas, por lo que el retorno
venoso se dificulta.
- Incompetencia valvular: tras un proceso trombótico y/o flebítico pueden
alterarse estructuralmente.
- La mecánica respiratoria: durante la inspiración la presión intratorácica se
hace negativa, lo que favorece el establecimiento de un gradiente de presión
y facilitar el retorno venoso.
- El pulso arterial: se transmite a las venas adyacentes y favorece el movimiento
de la sangre en ellas.
- Además existen otros factores que determinan el retorno venoso:
• La diferencia de presiones entre las vías periféricas y la aurícula derecha
determina un gradiente de presión que establece el retorno venoso.
• El aumento de volumen circulante hace que la PVP sea mayor y se
incremente el retorno venoso.
• El aumento de la distensibilidad venosa incrementa el volumen de sangre
contenido en este circuito vascular y reduce el retorno venoso.
• El retorno venoso es inversamente proporcional a la resistencia que ofrece
el circuito venoso.
• Durante la sístole ventricular desciende la presión auricular, favoreciendo
el paso de la sangre de las venas hacia las aurículas y, por tanto, el retorno
venoso.

4. BASE TEÓRICA DE LA PATOLOGÍA VENOSA Y EFECTOS DE LA


COMPRESIÓN
4.1. Introducción.
En numerosas ocasiones las válvulas semilunares de las venas se vuelven
incompetentes hasta incluso llegar a la disfunción total. Esta situación puede darse cuando
las venas están sometidas a un exceso de presión, como ocurre en aquellas personas
que permanecen la mayor parte del día de pie, embarazadas, o bien personas que han
sufrido una flebitis y/o tromboflebitis, la cual ha provocado una disfunción de la vena con
disminución del flujo de sangre (se puede verificar con una eco-doppler), con destrucción
o no de válvulas venosas (fig. 4).

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Insuficiencia valvular
fallo bomba muscular
trombos

hipertensión

edema
varices

isquemia

úlcera

Fig. 4. Mecanismo fisiopatológico.

La presión venosa y capilar aumentan de forma considerable, por lo que se produce


una extravasación al espacio intersticial produciéndose el edema. Este edema dificulta el
aporte de oxígeno y nutrientes a los tejidos afectados incluyendo músculos, grasa y piel.
Ésta es la causa por la cual en estados de insuficiencia venosa aparecen úlceras, que si no
son tratadas de forma adecuada se perpetúan en el tiempo (fig. 5).

Fig. 5. Úlcera venosa.

Tema 1. Vendaje compresivo I. Patología venosa 11


La afectación del sistema valvular provoca un enlentecimiento y un estancamiento
de la sangre en el sistema venoso profundo, invirtiendo el flujo normal de la sangre, es
decir, que las venas perforantes transportarán la sangre desde el sistema venoso profundo
al superficial. Las venas del superficial soportarán una mayor carga de sangre que provocará
que las venas se vuelvan tortuosas y dilatadas. La vena más afectada es la safena interna.
(Fig. 3). Según la forma, las varices pueden ser:
- Arañas vasculares: son dilataciones de muy escaso calibre que se desarrollan
debajo de la epidermis y/o en la dermis. Muestran un aspecto rojizo o morado
con un origen en un punto circular donde suelen emerger las ramas. Son de
clara influencia hormonal y no suelen originar complicaciones (fig. 6).

Fig. 6.

- V a r í c u l a s : e s t á n
formadas por venas
de pequeño calibre
dilatadas de color
azulado que forman
protusión por debajo
de la piel. Son más
frecuentes a nivel de
la región de la rodilla
y cara posterior de la
pierna (fig. 7).

Fig. 7.

12 Tema 1. Vendaje compresivo I. Patología venosa


- Varices tronculares: se forman en los trayectos de las venas safenas
debido a la insuficiencia de sus cayados. Pueden mostrarse como cordones
tortuosos y muy dilatados que pueden conllevar a la presentación de graves
complicaciones como la trombosis o la inflamación (fig. 8).

Fig. 8. Varices tronculares.

- Varices reticulares: se muestran como redes a nivel de toda la extremidad


inferior, a veces se muestra como una distribución anárquica y dispersa.

4.2. Equilibrio de Starling.


Para poder entender la fisiopatología venosa, hemos de tratar en profundidad cómo
se produce el edema y los factores que influyen sobre él. El edema es la acumulación de
líquido en el espacio intersticial y aparece cuando se rompe el equilibrio de las fuerzas
que interaccionan entre sí a nivel celular para el manejo de los líquidos. Éste equilibrio se
llama “equilibrio de Starling”, a estas complejas fuerzas se las llaman “Fuerzas de Starling”
y a la fórmula que relaciona estas fuerzas se llama “Ecuación de Starling”. Todo ello en
honor al fisiólogo británico llamado Ernest Starling, que en 1896 postuló dicha ecuación
que aún tiene vigencia en la actualidad. A continuación estudiaremos detenidamente
dicha ecuación 3.
Q = K(Pc-Pi)-R(πc-πi)
Donde:
- Q: es la cantidad de líquido que pasará al espacio extravascular. Si éste es
positivo, será que el líquido tenderá a salir.

Tema 1. Vendaje compresivo I. Patología venosa 13


- K: es el coeficiente de filtración del capilar sanguíneo para los líquidos. Hay
variación según la zona corporal a la que nos refiramos. Así tenemos que el
coeficiente será bajo en cerebro y el músculo, medio en el tejido subcutáneo,
alto en el intestino y extremo en el hígado y riñón.
- Pc: es la presión hidrostática que existe en el capilar y tiende a sacar el líquido
hacia fuera del mismo. También varía según la zona, será mucho mayor en
miembros inferiores y en una persona de pie.
- Pi: es la presión hidrostática que existe en el espacio intersticial y es la que
tiende a introducir el líquido hacia dentro del capilar.
- R: es el coeficiente de reflexión osmótica e indica la permeabilidad del capilar
al paso de las proteinas. En condiciones normales este valor es muy cercano
a 1, es decir, que las proteínas no atraviesan el endotelio capilar, sin embargo
valores próximos a 0 indican total permeabilidad al paso de las proteínas, lo
que se traduce en una hipoproteinemia y una proteinuria.
- πc: es la presión oncótica del capilar y tiende a introducir el líquido hacia el
interior del capilar por ósmosis.
- πi: es la presión oncótica del tejido y tiende a empujar el líquido hacia el
exterior del capilar por ósmosis.
Todas estas presiones se expresan en mm de Hg.
Starling postuló que en condiciones normales existe un equilibrio entre las fuerzas
que favorecen la salida del líquido hacia el exterior del capilar y las que favorecen su
entrada al mismo, siendo el resultado de la ecuación positiva, es decir, que hay una pequeña
cantidad de líquido que sale al espacio intersticial. Este líquido es el que pasa a convertirse
en linfa (alrededor de un 10%) (fig. 9), circula por el sistema linfático y más tarde vuelve
al torrente sanguíneo 4. Veremos la fisiolgía del sistema linfático con detenimiento en el
capítulo siguiente.

14 Tema 1. Vendaje compresivo I. Patología venosa


Fig. 9. Relación del sistema venoso y linfático. 32
Vinyes F. La linfa y su drenaje manual. Edit.
Integra

4.3. Origen de los edemas.


Cuando existe un desequilibrio en estas fuerzas aparece el edema, el cual se evidencia
fundamentalmente con el signo de la fovea (fig. 10). La gran mayoría de los edemas se
localizan entre la fascia muscular y la piel, siendo raros los edemas subfacuales. Podemos
calcular el grado de edema valorando la profundidad de la fovea, esto se hará de la siguiente
forma: presionamos firmemente con el pulgar durante 5 segundos detrás de cada maléolo
interno, sobre el dorso del pie y sobre la zona media de la tibia (tabla 1) (fig. 11).

Tema 1. Vendaje compresivo I. Patología venosa 15


Profundidad de la
Grado de edema Grado
depresión
Ligero. 1+ < 0,63 cm.
Moderado. 2+ 0,63-1,27 cm.
Grave. 3+ 1,27-2,54 cm.
Tabla 1. Valoración del edema con fóvea.

Fig. 10. Edema con fovea.

Si el edema es unilateral mediremos la circunferencia bien del muslo o de la


pantorrilla (según corresponda) de ambas piernas y lo anotaremos para tenerlo de referencia
para una posible evaluación posterior.

Fig. 11. Medición de la fovea.

16 Tema 1. Vendaje compresivo I. Patología venosa


Un edema puede aparecer por alteración de una o varias de las fuerzas de Starling,
por lo que según la fuerza que se haya alterado, tendrá un tratamiento u otro. Estas
alteraciones pueden ser:
- Causas que cursan con aumento de la presión hidrostática capilar: insuficiencia
cardíaca congestiva, insuficiencia venosa.
- Causas que cursan con aumento de la presión oncótica extravascular:
traumatismo, alteración del drenaje linfático.
- Causas que cursan con disminución de la presión oncótica capilar: dieta
hipoproteica, insuficiencia hepática (hipoalbuminemia) e insuficiencia renal
(síndrome nefrótico).
- Causas que cursan con aumento de la permeabilidad capilar: infección,
reacción alérgica.
- Otras causas: embarazo, ciclo menstrual e infección por parásitos
(filariasis).

4.4. Efectos de la compresión.


Según la ecuación de Starling, la forma de contrarrestar un edema es el aumento de
la presión hidrostática en los tejidos que evite la salida del líquido del espacio intravascular.
Este aumento de presión en los tejidos lo conseguimos gracias a la compresión externa,
que favorecerá la reabsorción del líquido alojado en el intersticio, empujándolo hacia los
capilares y vasos linfáticos.
La compresión tendrá unos efectos u otros según el plano anatómico en el que
nos encontremos, es decir, la compresión externa será mayor a nivel de la piel y tejido
subcutáneo que a nivel profundo. Ésto se traduce en que tendrá mayor efecto sobre el
sistema venoso superficial que sobre el profundo y favorecerá el flujo de sangre por las
venas perforantes desde el plano superficial al profundo, reduciendo así el estasis venoso.
Esto se debe a que la presión ejercida se va disipando por los tejidos 5. No obstante, esta
presión ejercerá una disminución en el diámetro de las venas, (lo que se puede evidenciar
por flebografía y eco-doppler) 6, lo que produce un aumento en la velocidad del flujo
venoso. Estos cambios de calibre y aumento de flujo vienen determinados por el grado
de presión externa ejercida y la presión hidrostática capilar. Cuando el paciente está en
decúbito supino la presión a nivel maleolar es muy baja, por lo que una compresión de
unos 10 mm de Hg sobre el gemelo será suficiente para reducir la insuficiencia venosa.
Presiones superiores no producirán un mayor efecto puesto que los capilares se colapsan
y no se produce relleno de los mismos. Sin embargo, si el paciente esta en bipedestación,
las presiones a nivel maleolar pueden llegar a cifras mucho más elevadas, entre 20-100
mm de Hg según esté el paciente en movimiento o de pie totalmente quieto.

Tema 1. Vendaje compresivo I. Patología venosa 17


Según H Partsch et al. 7 existe evidencia de que la compresión favorece la reabsorción
del líquido de los tejidos de forma más rápida que las proteínas, por lo que aumenta la
presión oncótica tisular. Si no mantenemos la compresión hasta que esa presión oncótica
haya disminuido, el edema volverá a aparecer una vez retirada la compresión.
En resumen, la terapia compresiva produce una serie de beneficios a nivel celular y
bioquímico que afectan tanto al sistema venoso como al linfático, reduciendo el edema,
mejorando la insuficiencia venosa y favoreciendo la curación de úlceras venosas. Sin
embargo hay de tener la precaución de no interferir en la circulación arterial, ya que un
vendaje que comprometa el aporte sanguíneo a los tejidos puede ser nefasto.
Toda la bibliografía científica consultada8 considera que la terapia compresiva
constituye la piedra angular en el tratamiento de la insuficiencia venosa, tanto si ésta se
presenta con úlcera como si no.

4.5. Presión bajo el vendaje. Ley de Laplace.


La ley de Laplace se usa para calcular o predecir la presión que ejercerá un vendaje
compresivo bajo el mismo. Esta fórmula fue descrita de forma independiente por Thomas
Young y Pierre Simon de Laplace en 1805, para establecer la relación que existe entre el
gradiente de presión a través de una membrana elástica cerrada de una esfera y la tensión
que existe en esa membrana. Tiene vigencia en la actualidad aunque con modificaciones,
ya que no se pueden comparar las presiones en una superficie esférica con las de una
superficie cilíndrica (vasos sanguíneos, miembro inferior, etc.). Esta ecuación tiene muchas
aplicaciones en el campo de la física y nosotros la utilizaremos para calcular la presión
bajo el vendaje.
Thomas et al. 9 describieron en un estudio publicado en el año 2002, la utilización
de la ley de Laplace en el cálculo de la presión bajo el vendaje, aunque otros estudios
arrojan polémica en el uso de la ley de Laplace en este contexto 10.
La presión que ejerce un vendaje vendrá determinada por factores como la tensión,
el número de capas, el perímetro del miembro a vendar y el ancho de venda. Todos estos
factores se relacionan en la ley de Laplace:

P = T/r

Donde:
- P: es la presión que ejercerá el vendaje.
- T: es la tensión con la que se aplica la venda.
- r: es el radio del miembro.

18 Tema 1. Vendaje compresivo I. Patología venosa


Esta es la versión simplificada de la ecuación de la cual podemos extraer las siguientes
conclusiones: que habrá mayor presión cuanta más tensión se le aplique al vendaje y que
habrá menor presión cuanto mayor sea el radio-perímetro del miembro. Es decir, la presión
es directamente proporcional a la tensión e inversamente proporcional al radio.
Para la aplicación de esta ley en el campo de la terapia compresiva, hay que introducir
una serie de modificaciones:
- Desde el punto de vista clínico la medición del radio del miembro es poco
práctico, por lo que sustituiremos la variable radio por la de circunferencia
del miembro, que es mucho más fácil de medir.
- Para unificar todas estas mediciones y parámetros, es necesario ajustar la
fórmula introduciendo una constante K que es igual a 4630 11.
- La anchura del vendaje es fundamental para determinar la presión, a mayor
anchura menor presión, por lo que es inversamente proporcional.
- El número de vueltas que se le aplique vendaje es directamente proporcionar
a la presión, cuantas más vueltas se le dé al vendaje, mayor será la presión
resultante.
Según todas estas modificaciones la ley de Laplace queda como sigue:

P = (T x N x K) / C x W

Donde:
- P: es la presión que ejercerá el vendaje.
- T: es la tensión con la que se aplica la venda.
- C: es la circunferencia del miembro.
- K: es la constante que equivale a 4630.
- N: es el número de vueltas.
- W: es el ancho de la venda.
Hay que tener en cuenta que la compresión que ejerce el vendaje pierde eficacia a lo
largo del tiempo, es decir, justo después de realizar el vendaje la presión será mayor. Estos
problemas pueden solucionarse utilizando materiales adecuados que evitan en la manera
de lo posible este problema. Otro punto a tener en cuenta es que existirá mayor presión en
prominencias óseas como son los maleolos del tobillo, tanta que incluso se pueden producir
pequeñas úlceras por presión. Esta situación se puede solucionar colocando parches de
Foam a medida para que la presión en esa zona disminuya.
Para que un vendaje sea duradero y sus efectos compresivos se mantengan en
el tiempo, a la hora de realizarlos hay que evitar que se desplacen y deslicen, ya que se
formarán áreas descubiertas sin presión donde incluso se pueden alojar edemas y otras,
donde se formarán cordones y nudos que aumenten la presión.

Tema 1. Vendaje compresivo I. Patología venosa 19


5. INDICACIONES
La terapia compresiva es el tratamiento de primera elección en las patologías venosas.
Sus efectos terapéuticos son:
- Mejora la insuficiencia valvular.
- Aumenta la velocidad ante el flujo de la sangre.
- Mejora la función de la bomba venosa.
- Favorece la reabsorción del exudado en el espacio intersticial.
- Activa la fibrinolisis.
- Favorece el intercambio capilar.
- Estimula las enzimas en endoteliales.
- Mejora la sintomatología de la piel.
- Favorece el aporte de oxígeno y nutrientes a los tejidos afectados.
- Produce inmovilización parcial sobre la articulación afectada.
Gracias a estos efectos encontramos un amplio abanico de situaciones en las que
puede utilizarse la terapia compresiva, como son:
- Edema postraumático.
- Prevención de hematomas en casos de contusiones, luxación, tendinitis y
entorsis.
- Linfedema.
- Edema y éxtasis venoso en la insuficiencia venosa crónica.
- Varices en el embarazo.
- En tratamientos postquirúrgicos de las varices.
- Úlceras venosas.
- Hemorragias.

6. CONTRAINDICACIONES
Existe consenso en la comunidad científica a la hora de admitir que, el uso del
vendaje compresivo está contraindicado cuando los pulsos distales están ausentes o
disminuidos, o bien cuando la presión arterial sistólica a nivel maleolar es igual o inferior
a 80 mm de Hg.
Tampoco será recomendable su uso cuando existan lesiones concomitantes que
necesiten un tratamiento específico para su resolución. Nos estamos refiriendo a fracturas,
roturas cápsulo-ligamentosas, heridas que no sean úlceras venosas y que precisen otro
tratamiento diferente a la compresión. Este otro tipo de heridas puede estar ocasionado

20 Tema 1. Vendaje compresivo I. Patología venosa


por otras enfermedades como la diabetes, insuficiencia renal, infección, tumores malignos
y otras afectaciones dermatológicas.
Tampoco se usarán en casos de mala tolerancia y/o alergia a los materiales elásticos
o adhesivos empleados, en cuyo caso se usarán alternativas como son las medias de
compresión.
En pacientes con cardiopatía severa evitaremos siempre el vendaje compresivo
bilateral, ya que el corazón sería incapaz de manejar el incremento de volemia producido
por la compresión de ambas piernas a la vez.
Estará contraindicado también en trombosis venosa aguda profunda que curse con
signos de isquémia.

7. MATERIAL
Aunque el grado de presión, y por tanto el grado de eficacia del vendaje, viene
determinado por la tensión con que la persona ejecuta el vendaje, gran parte del mérito de
un buen vendaje se le atribuye al tipo de material utilizado y a las propiedades elastoméricas
de los mismos. Estos materiales son:

7.1. Medias elásticas.


Se puede decir que es el método de terapia compresiva más utilizado en la práctica
clínica, por su buena accesibilidad, su facilidad de uso y su buena tolerancia. Se usa
fundamentalmente en patología venosa que curse o no con úlcera venosa. Existen varios
modelos comercializados según la longitud (hasta la cintura, medio muslo o hasta la rodilla
y según el grado de compresión que ejercen. Según esto, se pueden clasificar en medias de
compresión ligera, moderada, fuerte y extrafuerte, por lo que el uso de una u otra vendrá
indicado por la presión que se quiere aplicar a la zona, por la morfología anatómica, el
grado de estasis y las características individuales de cada paciente. En ocasiones las medias
de compresión fuerte o extrafuerte son muy mal toleradas, por lo que se prefiere utilizar
otra moderada que nos garantice la tolerancia del paciente y, por tanto, el cumplimiento
terapéutico. Se aconseja el uso gradual de la compresión, es decir, que hay que empezar
por una media ligera para ir aumentando gradualmente la compresión.
Se caracterizan porque aplican presión gradual según la zona anatómica. Máxima
presión en tobillo y mínima presión en el muslo. Siempre que probemos a usar una media
nueva, habrá que comprobar que el paciente no sufra compromiso vascular. La media
no dura eternamente por lo que habrá que retirarlas cuando pierdan eficacia. Ésto suele
ocurrir a los seis meses.
La media se debe colocar por la mañana, antes de iniciar la actividad diaria, para
evitar que se empiece a formar el edema y aumente la presión capilar. A veces se llega a

Tema 1. Vendaje compresivo I. Patología venosa 21


requerir la puesta de la media antes de levantarse de la cama. Se recomienda su retirada
por la noche.
Durante el verano, debido al calor, la media es peor tolerada, sin embargo, es
conveniente seguir utilizándola, al menos en las primeras horas de la mañana. A los
pacientes con insuficiencia venosa crónica se les aconseja usar medias de compresión
de por vida. Es por ello por lo que debe convertirse en práctica habitual el valorar que el
aporte arterial es el adecuado.
Las ventajas que tienen las medias sobre las vendas es que no depende de una buena
técnica de aplicación, además estéticamente son mejor toleradas. Las desventajas son que
pueden ser mal toleradas por el paciente, que se necesita cierta fuerza y agilidad para
colocárselas uno mismo y que no son útiles cuando existe ulcera con gran exudado.
En el mercado se comercializan una gran variedad de productos que vienen a
resumirse en la tabla siguiente. Las presiones (medidas en mm de Hg a nivel del tobillo)
que aquí se indican son indicativas, pudiéndose encontrar datos diferentes según la fuente
consultada (tabla 2):

COMPRESIÓN PRESIÓN INDICACIONES


Ligera 18-22 mmHg - Profilaxis de la trombosis venosa profunda en
pacientes no encamados.
- Varicosidades mínimas apenas sin síntomas.
- Trabajos en ortotatismo.
- Embarazo sin riesgo vascular.
- En viajes prolongados. “Síndrome de la clase turista”.
Moderada 26-36 mmHg - Insuficiencia venosa crónica leve.
- Tras cirugía.
- Tromboflebitis.
- Curación de una úlcera.
- Profilaxis de la TVP en alto riesgo no encamados.
- Varices discretas.
- Embarazo con riesgo.
Fuerte 37-49 mmHg - IVC más avanzada.
- Edema reversible.
- Varices sintomáticas.
- Profilasis de la úlcera cicatrizada.
- Tromboflebitis.
Extra fuerte + 50 mmHg - Linfedema.
- IVC muy avanzada.
- Edema irreversible.
- Úlcera estática en activo.
Tabla 2. Grados de compresión.

22 Tema 1. Vendaje compresivo I. Patología venosa


7.2. Vendas.
Como ya se ha explicado anteriormente, la aplicación de una venda depende de
múltiples factores propios de la misma y de otros factores propios de la persona que aplicar
el vendaje. Encontramos en el mercado infinidad de vendas de compresión, que varían
según su elasticidad, extensibilidad, adherencia la piel.
Según la elasticidad que tenga podremos encontrar vendas elásticas e inelásticas.
Una venda que sea inelástica no podrá ser extensible por lo que no se pueden aplicar
compresión. Pueden usarse cuando queremos obtener la máxima compresión durante
la actividad del paciente, es decir, poseen una alta tensión cuando los músculos están
en funcionamiento. Éstas vendas se aplican en reposo, por lo que cuando el paciente
empieza a moverse, sus músculos comprimen a las venas contra la superficie inelástica de
la venda. Tienen una elevada compresión mientras se camina y una baja presión durante
el descanso. Por el contrario, de las vendas elásticas se obtienen excelentes resultados
cuando el paciente está en reposo, ya que no se necesita la acción de los músculos para
comprimir las venas. Cuando se produce actividad física, un pequeño cambio en la extensión
de la venda provocará fluctuaciones de presión bajo el vendaje. Estas vendas tienen la
facultad de acomodarse a estos cambios de extensión de la venda y a los cambios en la
circunferencia o perímetro de la extremidad, como ocurre cuando el edema empieza a
reabsorberse y la circunferencia del miembro disminuye. El material del que esté hecha
la venda determinará el comportamiento de la misma así como la eficacia, por ejemplo,
las propiedades elásticas de una simple venda de algodón son extremadamente pobres11,
mientras que otra que contenga viscosa y nylon puede dar fortaleza al vendaje y puede
ser adecuadamente controlado por nosotros. Raj et al. 12 encontraron que las vendas de
algodón tenían que ser recolocadas cada 6-8 horas si lo que se pretendía era mantener
unos niveles de presión terapéuticos, y Tennant et al. 13, mostraron en su estudio que a las
24 horas de haber colocado un vendaje de crepé, la presión caía un 63%.
Según su extensibilidad encontramos en vendas de baja extensibilidad y de alta
extensibilidad. La extensibilidad se expresa habitualmente en un porcentaje que relaciona
la longitud de la venda cuando está estirada y cuando no lo está. Podemos considerar que
una venda sea de baja extensibilidad cuando ésta sea de 50-100%, es decir que si una
venda mide un metro, ésta podrá extenderse entre 1,5 m y 2 m. Este tipo de venda es muy
bien tolerada por el paciente, por ésta razón deberá usarse siempre que esté indicada por
qué produce óptimos resultados tanto en reposo como en actividad. Pueden usarse de
forma prolongada. Una venda será de alta extensibilidad cuando pueda extenderse entre
100-200%, es decir, que si la misma venda mide un metro, extendida al máximo podrá
llegar hasta los 3 m. Éstas últimas producen una gran presión en reposo, por lo que debería
evitarse su uso durante la noche. Una venda llegará a bloquearse cuando alcancemos el
tope máximo de extensibilidad, ésto estará determinado según las características de la
venda en cuanto a su composición y fabricación.

Tema 1. Vendaje compresivo I. Patología venosa 23


Según su adherencia la piel podremos encontrar vendas no adhesivas, adhesivas
y cohesivas. Las vendas no adhesivas no tienen ningún tipo de adherencia a la piel. Las
vendas adhesivas se adhieren a la piel y sobre sí mismas y aparte de tener características
elásticas tienen la propiedad de no desplazarse y de mantenerse en su sitio durante más
tiempo. Se usan en vendajes prolongados. Las vendas denominadas cohesivas tienen la
propiedad de no adherirse a la piel, pero sí sobre sí mismas. Su ventaja con respecto a las
adhesivas es que evita los problemas de irritación y alergias de la piel, a la vez que tiene
una excelente durabilidad ya que las vueltas de venda no se deslizan entre sí, sino que
permanecen en su sitio.
En la bibliografía científica hay muchos artículos que basan su estudio al cálculo de
la presión bajo el vendaje y las variaciones entre unos materiales y otros. Como ejemplo de
esos estudios tenemos el de Sockalingham et al. 14, que usó un sistema de monitorización
de presión que consistía en la colocación de un goniómetro que detectaba la posición de
la pierna, y otro sensor que medía la presión bajo el vendaje. Demostraron que existían
diferencias de presión entre los diferentes tipos de vendas y también según la posición del
miembro, es decir, si está en flexión o extensión. Sockalingham et al. 14, tambien demostraron
que la presión que ejercía una venda de baja extensibilidad, solo era la tercera parte de la
que ejercía otra venda con una compresión elastomérica mayor.

7.2.1 Clasificación de las vendas de compresión.


Actualmente no existe una normativa nacional o internacional que unifique criterios
sobre la terapia compresiva en cuanto a su clasificación. Se han hecho varios intentos de
clasificarlos y hay dos normativas que merecen la pena mencionar: la británica y la alemana.
Nosotros utilizaremos la normativa británica para clasificar los vendajes compresivos.
Esta clasificación se basa en su capacidad para producir presión en un tobillo con una
circunferencia conocida de 23 cm, aplicando un vendaje espiral con una superposición
del 50%:
- Tipo 1: son vendas elásticas y ligeras, que tienen la función de contener
y retener, se adaptan bien al miembro y no producen cambios de presión
significativos durante el movimiento. Contienen algunas fibras de elastómeros
que le dan un cierto grado de elasticidad.
- Tipo 2: son vendas de soporte, de mínima extensibilidad, de la familia de las
vendas de crepé, fabricadas en algodón y viscosa. Estas vendas están indicadas
en torceduras y distensiones leves, para producir una inmovilización relativa.
También se usan, aunque en menor medida, para prevenir la aparición de
edemas y para el tratamiento de la úlcera venosa, aunque no es la venda de
elección ya que habría que someter a la venda a gran tensión para producir
la compresión necesaria, con lo que convertiríamos la venda en una venda

24 Tema 1. Vendaje compresivo I. Patología venosa


inelástica, puesto que quedaría bloqueada. Tienen baja extensibilidad y se
bloquean en enseguida a bajas tensiones. Por este motivo, para mejorar
la patología venosa, para reducir el edema y mejorar las úlceras venosas,
este tipo de vendas son relegadas a un segundo plano por las vendas de
compresión “tipo 3”, que ejercen mayor presión sin llegar a bloquear la venda.
Sin embargo la venda tipo 2 puede ser útil para tratar una patología venosa,
cuando conocemos que existe compromiso arterial y, por tanto, quedarían
contraindicadas las vendas de mayor extensibilidad 11, 15.
- Tipo 3: son las vendas compresivas propiamente dichas y según la capacidad
de producir una determinada compresión, se clasifican en uno de los
siguientes subgrupos:
• 3A: vendas de compresión ligera. Generan una presión de hasta 20
mmHg y se utilizan principalmente en varices superficiales sobre todo
en el embarazo y como prevención en personas con riesgo (camareros,
dependientes). No son aptas para edemas muy extensos o edemas
menores pero en miembros muy grandes.
• 3B: vendas de compresión moderada. La presión que ejercen alcanza
los 30 mmHg y se emplean en varices de grado medio y para prevenir
o tratar úlceras venosas. Se usan también en el embarazo.
• 3C: vendas de alta compresión. La presión que ejercen llega a los 40
mmHg. Están indicadas en varices de gran tamaño, insuficiencia venosa
tras un proceso trombótico y para reducir grandes edemas. Existe un
producto de estas características en el mercado que merece la pena
reseñar, se llama Setopress® y es una venda de algodón, nylon y elastane
que en su confección se han incluido una serie de rectángulos verdes
y otros marrones para ayudar al operador a darle la tensión precisa a
la venda. Esta tensión será la necesaria para convertir esos rectángulos
en cuadrados. Si nos guiamos por el rectángulo marrón, el vendaje
producirá una presión de 40 mmHg, en cambio si utilizamos como guía
el rectángulo verde, la presión será de 30 mmHg. Esta venda puede
ser lavada y reutilizada sin perder eficacia, además se adapta a los
cambios que se producen en la circunferencia del miembro a lo largo del
tratamiento, es decir, que mantiene la presión incluso cuando el edema
se está reabsorbiendo y el perímetro disminuye. Para aplicar la presión
adecuada el fabricante recomienda que el vendaje se realice en espiral
simple y superponiendo el 50% de la venda de la vuelta anterior. Está
contraindicado su uso en tobillos que tengan un perímetro inferior a 18
cm, ya que la presión ejercida sería muy elevada 16. Esta venda es ideal para
el tratamiento del linfedema, el cual veremos en el tema siguiente.

Tema 1. Vendaje compresivo I. Patología venosa 25


Otro producto de similares características al anterior es el llamado
Surepress®, el cual incorpora dos tipos de rectángulos de diferente tamaño
en la línea media de la venda, ambos de color amarillo. El rectángulo más
pequeño nos servirá de guía para piernas de tamaño normal con una
circunferencia del tobillo de18-26 cm. En cambio utilizaremos el rectángulo
grande para piernas grandes con una circunferencia de tobillo mayor de 26
cm. El fabricante de este producto también recomienda el vendaje espiral
con superposición del 50%.
El objetivo de que existan en el mercado estos productos es para disminuir
al máximo el sesgo del operador.
• 3D: vendas de compresión extra. Pueden llegar hasta los 60 mmHg. Son unas
vendas que no suelen tolerarse bien por la elevada presión que ejercen. Se
usan en estados insuficiencia venosa extrema, con edemas incapacitantes.
Toda esta variabilidad de material unido a la subjetividad del profesional que aplica
el vendaje, hace que el vendaje compresivo esté lleno de matices y variaciones, haciendo
que sea difícil dar objetividad a la hora de aplicar un vendaje. Parte de este problema se
solucionaría con la unificación de criterios a la hora de crear una única normativa que
regule los vendajes compresivos, al menos a nivel europeo. Otra solución muy prometedora
sería la creación de una fibra elastomérica que permita que el vendaje logre presiones
constantes debajo del vendaje, sin que se produzcan variaciones en la extensión. Ésto
minimizaría el problema de la variabilidad a la hora de aplicar la venda.

7.3. Venda tubular de compresión.


Se puede considerar que son un híbrido entre una venda y una media de compresión.
Proporcionan una presión constante, están fabricadas básicamente en algodón. Se
comercializan sin costuras, son cómodas y permiten un realizar libremente los movimientos.
Los hay de varias tallas, según la anchura de la región anatómica que se quiera cubrir, se
adaptan bien realizando cortes en la misma.

7.4. Bota Unna.


Este vendaje se caracteriza por ser inelástico y rígido y se basa en una combinación de
una pasta húmeda que estará en contacto con la piel, esté o no ulcerada, y la compresión que
producirá en el miembro. El precursor de este tipo de venda fue Paul Gerson Unna (1850-1929),
un dermatólogo alemán estudioso de patología venosa. Durante más de un siglo este ha sido
el más común y más efectivo tratamiento de la insuficiencia venosa con o sin úlcera17.
Las indicaciones de este vendaje son, como ya se ha dicho anteriormente, la patología
venosa, aunque tambien se usa como vendaje inmovilizador para entorsis de tobillo grado
I y II que curse con edema, atrofia o insuficiencia venosa 18.

26 Tema 1. Vendaje compresivo I. Patología venosa


La composición de la pasta ha evolucionado desde que Unna lo usara hace más
de 100 años. Actualmente este compuesto por óxido de zinc, gelatina, glicerol, aluminio,
glicerina y loción de calamina, entre otros. Aplicamos la venda impregnada de pasta sobre
la piel, se amolda perfectamente sin que queden pliegues. Finalmente se aplica una última
capa de gasa cubierta con una capa de óxido de zinc. Cuando ésta última se endurece,
proporciona rigidez y cierta inmovilización, preservando la humedad en contacto con la
herida o piel. Por fuera tenemos una consistencia parecida al yeso. Mantiene la presión
sobre el miembro en bipedestación y carece de presión en reposo.
Se debe revisar si el vendaje produce compromiso vascular con riesgo de isquemia. Se
cambiará cada 7 días y no debe mojarse al igual que los yesos. Uno de sus inconvenientes
es que pierde la presión a medida que se va reabsorbiendo el edema, por lo que en ese
caso habría que recolocarlo incluso antes de la semana.

7.5. Dispositivo de compresión intermitente.


Es un manguito neumático que cubre la pierna para realizar una fuerte compresión.
El manguito está dividido en cámaras independientes que progresivamente se van inflando
y desinflando mediante un proceso mecánico, mejorando el drenaje de la pierna.
Se usa sobre todo en pacientes con insuficiencia venosa crónica que sufren grandes
edemas y no siempre se les pueden colocar medias o vendajes compresivos de forma
continuada.
Existen algunas contraindicaciones para su uso como: la flebitis inflamatoria,
embolia pulmonar, insuficiencia cardíaca, patologías infecciosas de la piel, carcinomas o
metástasis, edema pulmonar y sospecha de trombosis venosa profunda en extremidades
inferiores. La terapia de compresión intermitente puede resultar beneficiosa, sobre todo
si se puede asociar a un vendaje compresivo, pero aún no se dispone de suficientes datos
para recomendar su uso rutinario 19, 20.
No obstante, el análisis teórico de los beneficios de la terapia intermitente indica
que puede resultar ventajosa en el paciente inmóvil con una úlcera de curación lenta o
que no se cura 21.

7.6. Sistema multicapa.


Aunque todo el mundo acepta los beneficios de la terapia compresiva, hay
desacuerdos en cuanto a cuál es la presión óptima, cómo conseguirla y cómo mantenerla
para que se cree una compresión mantenida y duradera.
Backhouse et al 22 hicieron un estudio en el que se demostraba que si se asociaban
diferentes tipos de vendas, dispuestas en un orden determinado, la compresión conseguida
era más duradera y eficaz. La disposición de las capas es la siguiente:

Tema 1. Vendaje compresivo I. Patología venosa 27


- La primera capa sería de algodón, para absorber posibles exudados y para
proteger la piel de la compresión directa.
- La segunda capa sería de crepé para sujetarla el algodón e imprimir algo de
presión.
- La tercera capa sería de compresión y sería la capa que imprimiría la mayor
parte de la presión bajo vendaje.
- La cuarta y última sería una venda cohesiva.
Se conseguiría una presión de 40 mmHg en el tobillo mientras que por debajo
de la rodilla la presión sería de 17 mmHg. La terapia en multicapa se ha convertido en
la mejor opción para la curación de úlceras y mejorar la insuficiencia venosa. Algunos
estudios aseguran que este sistema tiene una tasa de curación de 74% en 12 semanas de
tratamiento 23.

8. ELECCIÓN DEL MATERIAL. CONCLUSIONES


Lo primero que hay que decir a este respecto es que el médico especialista que haya
valorado, explorado, diagnosticado al paciente, recomendará al paciente el tipo de terapia
más conveniente, bien sea una media de compresión, un vendaje o terapia intermitente.
Además indicará el grado de compresión necesaria para el caso, así si recomienda una media
indicará si la quiere de compresión ligera o fuerte, etc. Si lo que necesita el paciente es un
vendaje compresivo, indicará al profesional que lo va a realizar el tipo de venda que debe
utilizar así como comentarios y matices sobre la tensión con la que debe realizarlo.
Independientemente del juicio médico existe una literatura científica que avala o
desaconseja el uso de una terapia u otra, o una venda u otra. Es lo que vamos a tratar a
continuación.
Cullum et al. realizaron una amplia búsqueda bibliográfica y extrajeron 22 ensayos
en los que se evaluaban las técnicas compresivas 24.
De la interpretación de estos datos se obtuvo que la terapia compresiva era el
tratamiento de elección en la patología venosa, ya que se observó que la tasa de curación
era mayor respecto a la terapia no compresiva. Una compresión de 40 mmHg demostró
ser más eficaz que la compresión ligera (20mmHg). Los sistemas multicapa resultaron
ser más eficaces que la compresión con una sola capa. No se ha demostrado que existan
diferencias entre las medias, la bota Unna y el vendaje multicapa de compresión fuerte,
bien elásticos o inelásticos 24.
Los expertos recomiendan su preferencia por los sistemas multicapa de compresión
fuerte para el tratamiento de las úlceras venosas en la pierna. Con el fin de optimizar los
resultados, la Leg Ulcer Advisory Board ha expresado sus decisiones tanto para pacientes
móviles o activos, como para los inactivos:

28 Tema 1. Vendaje compresivo I. Patología venosa


- En pacientes activos se recomienda el vendaje multicapa bien elástico o
inelástico.
- En pacientes inactivos se recomienda el vendaje multicapa elástico.
Los requisitos que debe tener un vendaje ideal son: durabilidad, que mantenga la
presión de forma estable, que mejore la eficacia de la bomba muscular, que sea tolerable
por el paciente y que su uso esté avalado por criterios científicos.

9. NORMAS PARA LA APLICACIÓN DEL VENDAJE COMPRESIVO


Una vez tenidos en cuenta los conceptos teóricos ya vistos con anterioridad,
pasaremos a explicar de forma más práctica cómo se realiza la técnica del vendaje
compresivo.
- Informaremos al paciente de lo que le vamos a realizar, de las sensaciones
que puede notar, de las complicaciones de la técnica y de la precauciones y
cuidados que deberá tener en su domicilio.
- Antes de proceder a realizar un vendaje compresivo se ha de recabar
información para la historia clínica, ya que se ha detectado que muchos de
estos pacientes padecen otras patologías concomitantes que son necesarias
tener en cuenta. La toma de pulsos distales debería ser un acto rutinario
previo a la realización del vendaje, aunque este método por sí solo carece
de precisión para la valoración25 (fig. 12). Ante la sospecha de insuficiencia
del sistema arterial, se debería suspender el tratamiento compresivo hasta
la realización de una eco-doppler que confirme el hallazgo. Debe evaluarse
la perfusión arterial mediante una eco-doppler para calcular el índice de
presión tobillo-braquial (ABPI). Un ABPI menor de 0,8 indicaría que no es
segura la realización de un vendaje compresivo, por el riesgo de isquemia
que existiría si se realizara26.

Fig. 12. Toma de pulsos.

Tema 1. Vendaje compresivo I. Patología venosa 29


- La posición del paciente para realizar el vendaje es aquella en la que la presión
capilar es menor, es decir, no debe hacerse con el miembro en declive, para
lo cual pondremos al paciente en sedestación con la rodilla extendida (fig.
13), si es para media pierna y en decúbito supino o incluso en posición de
Trendelenbourg (siempre que el paciente tolere esta posición ya que pacientes
muy obesos, con insuficiencia cardíaca y/o respiratoria, puede sufrir disnea
o reagudización de la misma), si es para la pierna completa. La posición del
operador será a los pies del paciente y mirando hacia su cabeza. El operador
debe trabajar con comodidad y ergonomía. La posición del pie sera la de un
ángulo de 90º con ligera eversión.

Fig. 13. Posición el paciente.

- Para proteger las prominencias óseas, se colocarán en las zonas adyacentes


láminas de foam (si se dispone de ellas) (fig. 14). Si no disponemos de ese
material se usarán gasas o láminas de algodón dobladas, con la misión de
disminuir la hiperpresión en esa zona (fig. 15). La zona donde pondremos
más atención es en los maleolos, ya que en ellos habrá un exceso de presión
que puede lesionar la piel; en cambio, en la zona retromaleolar la presión
será mínima, por lo que la colocación del foam hará que el exceso de presión
en los maleolos se disipe hacia el relleno que hemos colocado en la zona
retromaleolar. Para colocar el foam o la gasa doblada aplicaremos una película
de adhesivo en spray para queden adheridos a la piel (fig. 16). Después de la
aplicación del foam colocaremos un prevendaje de algodón para proteger
la piel del contacto directo con la venda (fig. 17).

30 Tema 1. Vendaje compresivo I. Patología venosa


Fig. 14. Protección con foam. Fig. 15. Protección con gasas.

Fig. 16. Fig. 17.

- El operador diestro podrá vendar el miembro de la siguiente forma: si es el


izquierdo cogerá el rollo de venda con la mano derecha y el extremo libre
con la izquierda (fig. 18). Por el contrario si es el miembro derecho cogeremos
el extremo con la derecha y el rollo con la izquierda ( fig. 19).

Fig. 18. Fig. 19.

Tema 1. Vendaje compresivo I. Patología venosa 31


- Todo vendaje compresivo debe tener una trayectoria ascendente, de distal a
proximal, respetando y protegiendo pliegues y prominencias. Para un vendaje
de pierna completa posiblemente se necesiten dos vendas, en cambio si es
para media pierna es posible que no sobre. Lo que nunca debe hacerse con la
venda sobrante es descender para aprovecharla. La mayoría de la literatura
científica acepta que la presión que se requiere para tratar la patología venosa
es de aproximadamente 40 mmHg en el tobillo, aunque hay algunos autores
que recomiendan aún más presión. Esta presión ha de ir decreciendo conforme
vayamos ascendiendo hacia la rodilla, con el fin de que se le permita actuar
a la bomba muscular de la antepierna. Así la presión queda como sigue:
- 100% tobillo.
- 65-75% rodilla y pantorrilla.
- 50% muslo.
El tipo de vuelta más conveniente en este caso es la espiral simple, aunque algunos
autores también recomiendan la espiga simple. En cambio la espiga doble vulneraría uno
de los principios fundamentales del vendaje compresivo, y es que no se darán vueltas
descendentes. Antes de comenzar a realizar el vendaje se deben consultar las especificaciones
de la venda para ver las recomendaciones del fabricante, así si hemos decidido utilizar
una venda de presión fuerte, no podremos superponer más del 50% por regla general. En
cambio, si con una venda de compresión ligera queremos aplicar una presión de 40 mm
de Hg en un miembro muy voluminoso, tendremos que superponer más la vuelta anterior.
Según un manual elaborado por el Servicio Vasco de Salud27 sobre instrucciones prácticas
de vendaje, tenemos como ejemplo que, con una venda de compresión baja y de 10 cm
de ancho, dos vueltas de venda con una superposición del 50%, proporcionan una presión
de 15 mmHg. Si aumentamos el número de capas a 5 , superponiendo sólo un 20% de la
vuelta anterior, tenemos una presion de 40 mm de Hg. Siempre habrá que utilizar la mayor
presión que el paciente sea capaz de tolerar sin perjuicio de la confortabilidad.
En cuanto a la terapia de compresión fuerte, tenemos que tener en cuenta la
conveniencia de usar una venda elástica o inelástica. Dependerá de la actividad que
realice el paciente o si se encuentra en reposo. Se usará venda elástica, extensible cuando
se prevea que el paciente estará en reposo o inactivo temporalmente, ya que mantienen
la presión durante largos períodos de tiempo, sin que haya fluctuaciones de presión
importantes en la pantorrilla. Sin embargo, la venda inelástica y de extensibilidad mínima,
si se aplican con fuerza, no podrán adaptarse a los cambios de presión que se producen en
la extremidad, como consecuencia, las presiones bajo estos vendajes tienden a aumentar
cuando el paciente camina, ya que el músculo comprime al sistema venoso contra la pared
de la venda teóricamente inestensible. De esta forma, se refuerza la acción de la bomba
muscular28. Según Marston W. et al29. Los vendajes eláticos tienen una mayor acción sobre
el sistema venoso superficial, en cambio, los inelásticos, lo tienen sobre el profundo, por

32 Tema 1. Vendaje compresivo I. Patología venosa


lo que pueden usarse cuando exista un gran flujo retrógrado hacia el sistema venoso a
través de las venas perforantes.
- Nosotros hemos elegido para le realización de este vendaje compresivo
de muestra, una venda elástica de compresión fuerte que es la que nos
proporcionará la presión deseada de 40 mmHg (fig. 20).

Fig. 20.

- Finalizaremos dando dos vueltas circulares debajo del hueco popliteo si es


para media pierna (fig. 21), o en la región inguinal si es para pierna completa
(fig. 22).

Fig. 21. Fig. 22.

- Una vez dadas las vueltas necesarias, con la superposición elegida o requerida
por el fabricante, la cortaremos y la fijaremos con esparadrapo, tape o con

Tema 1. Vendaje compresivo I. Patología venosa 33


pins (pequeños ganchos que los fabricantes suelen acompañar a las vendas
para su fijación) (fig. 23).
- Una vez confeccionado el vendaje, haremos andar al paciente para ver si hay
compromiso vascular.
- De una forma o de otra las características que debe reunir un vendaje son
las siguientes:
• Cómodo, agradable de llevar y que no tenga arrugas.
• Que permita una correcta deambulación, poco voluminoso y ligero.
• Que no interfiera en las actividades de la vida diaria y sea del agrado del
paciente.
• Que permita la utilización del calzado y la ropa habitual y sea lo más
discreto y estético posible 30, 31.

Fig. 23

BIBLIOGRAFÍA
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Nacional de Prevalencia de Ulceras de Pierna en España: Estudio GNEAUPP-UIFC-Smith
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