Psicologia Educativa
Psicologia Educativa
Psicologia Educativa
Son varias las distintas subdisciplinas de la psicología que centran su enfoque en algún aspecto
particular de la psique humana, con el fin de entender mejor nuestra conducta y proporcionar
herramientas para mejorar el bienestar de cada individuo.
La psicología educativa es una subdisciplina de la psicología que se encarga de estudiar las formas
en que se lleva a cabo el aprendizaje humano, especialmente en el contexto de los centros
educativos. La psicología educativa analiza los modos en que aprendemos y enseñamos y trata de
aumentar la efectividad de las distintas intervenciones educativas a fin de optimizar el proceso.
También trata de aplicar los principios y leyes de la psicología social a las instituciones y
organizaciones educativas.
A lo largo del pasado siglo, varios autores propusieron modelos y teorías para explicar el modo en
que los humanos nos relacionamos con el conocimiento. Estas teorías han servido para influir en
los enfoques y métodos que usa la psicología educativa.
Los padres, maestros y miembros de la comunidad son, según estos autores, facilitadores
del cambio que se está operando en la mente del aprendiz, pero no la pieza principal. Esto
es así porque, para los constructivistas, las personas no interpretan literalmente lo que les
llega del entorno, ya sea a través de la propia naturaleza o a través de las explicaciones de
maestros y tutores. La teoría constructivista del conocimiento nos habla de una
percepción de las propias vivencias que siempre está sujeta a los marcos de interpretación
del “aprendiz”.
Es decir: somos incapaces de analizar objetivamente las experiencias que vivimos en cada
momento, porque siempre las interpretaremos a la luz de nuestros conocimientos previos.
El aprendizaje no es la simple asimilación de paquetes de información que nos llegan
desde fuera, sino que se explica por una dinámica en la que existe un encaje entre las
informaciones nuevas y nuestras viejas estructuras de ideas. De esta manera, lo que
sabemos está siendo construido permanentemente.
El concepto de 'esquema'
El concepto de esquema es el término utilizado por Piaget a la hora de referirse al tipo de
organización cognitiva existente entre categorías en un momento determinado. Es algo así
como la manera en la que unas ideas son ordenadas y puestas en relación con otras.
Jean Piaget sostiene que un esquema es una estructura mental concreta que puede ser
transportada y sistematizada. Un esquema puede generarse en muchos grados diferentes
de abstracción. En las primeras etapas de la niñez, uno de los primeros esquemas es el del
‘objeto permanente’, que permite al niño hacer referencia a objetos que no se encuentran
dentro de su alcance perceptivo en ese momento. Tiempo más tarde, el niño alcanza el
esquema de ‘tipos de objetos’, mediante el cual es capaz de agrupar los distintos objetos
en base a diferentes “clases”, así como comprender la relación que tienen estas clases con
otras.
Con un marcado influjo de las ideas asociadas al darwinismo, Jean Piaget construye, con su
Teoría del Aprendizaje, un modelo que resultaría fuertemente controvertido. Así, describe
la mente de los organismos humanos como el resultado de dos “funciones estables”: la
organización, cuyos principios ya hemos visto, y la adaptación, que es el proceso de ajuste
por el cual el conocimiento del individuo y la información que le llega del entorno se
adaptan el uno al otro. A su vez, dentro de la dinámica de adaptación operan dos
procesos: la asimilación y la acomodación.
1. Asimilación
La asimilación hace referencia a la manera en que un organismo afronta un estímulo
externo en base a sus leyes de organización presentes. Según este principio de la
adaptación en el aprendizaje, los estímulos, ideas u objetos externos son siempre
asimilados por algún esquema mental preexistente en el individuo.
En otras palabras, la asimilación hace que una experiencia sea percibida bajo la luz de una
“estructura mental” organizada con anterioridad. Por ejemplo, una persona con baja
autoestima puede atribuir una felicitación por su trabajo a una forma de manifestar
lástima por él.
2. Acomodación
La acomodación, por el contrario, involucra una modificación en la organización presente
en respuesta a las exigencias del medio. Allí donde hay nuevos estímulos que
comprometen demasiado la coherencia interna del esquema, hay acomodación. Es un
proceso contrapuesto al de asimilación.
3. Equilibración
Es de este modo que, mediante la asimilación y la acomodación, somos capaces de
reestructurar cognitivamente nuestros aprendizajes durante cada etapa del desarrollo.
Estos dos mecanismos invariantes interactúan uno con otro en lo que se conoce como el
proceso de equilibración. El equilibrio puede ser entendido como un proceso de
regulación que rige la relación entre la asimilación y la acomodación.
El proceso de equilibración
A pesar de que la asimilación y la acomodación son funciones estables en tanto que se dan
a lo largo del proceso evolutivo del ser humano, la relación que mantienen entre ellas sí
varía. De este modo, la evolución cognoscitiva e intelectual mantiene una estrecha
vinculación con la evolución de la relación asimilación-acomodación.
El equilibrio se establece en base a los esquemas del sujeto y los estímulos del entorno.
El equilibrio se establece entre los propios esquemas de la persona.
El equilibrio se convierte en una integración jerárquica de esquemas distintos.
Sin embargo, con el concepto de equilibración se incorpora a la Teoría del Aprendizaje
piagetiana un nueva cuestión: ¿qué sucede cuando el equilibrio temporal de alguno de
estos tres niveles se ve alterado? Esto es, cuando existe una contradicción entre esquemas
propios y externos, o entre esquemas propios entre sí.
Como señala Piaget dentro de su Teoría del Aprendizaje, en este caso se produce un
conflicto cognitivo, y en este momento es cuando se quiebra el equilibro cognitivo previo.
El ser humano, que constantemente persigue la consecución de un equilibrio, trata de
hallar respuestas, planteándose cada vez más interrogantes e investigando por su cuenta,
hasta que alcanza el punto de conocimiento que lo restablece.
2. Etapa preoperacional
La segunda etapa del desarrollo cognitivo según Piaget aparece más o menos entre los dos
y los siete años.
Uno de los síntomas típicos de que un niño o niña ha accedido a la etapa de las
operaciones concretas es que sea capaz de inferir que la cantidad de líquido contenido en
un recipiente no depende de la forma que adquiere este líquido, ya que conserva su
volumen.
Es en este período en el que se gana la capacidad para utilizar la lógica para llegar a
conclusiones abstractas que no están ligadas a casos concretos que se han experimentado
de primera mano. Por tanto, a partir de este momento es posible "pensar sobre pensar",
hasta sus últimas consecuencias, y analizar y manipular deliberadamente esquemas de
pensamiento, y también puede utilizarse el razonamiento hipotético deductivo.
¿En qué grado influye la cultura y la sociedad al desarrollo cognitivo de los niños? Esta es la
pregunta que se planteó el psicólogo ruso Lev Vygostky (1896 - 1934). Vygostky investigó acerca
de la influencia de los distintos ámbitos sociales en los que se producen interacciones que llevan al
niño a asimilar e interiorizar algunas pautas de comportamiento.
Sus conceptos, como el de “zona de desarrollo proximal” y el “aprendizaje por andamiaje” son
todavía vigentes.
Según la Teoría Sociocultural de Vygotsky, el papel de los adultos o de los compañeros más
avanzados es el de apoyo, dirección y organización del aprendizaje del menor, en el paso previo a
que él pueda ser capaz de dominar esas facetas, habiendo interiorizado las estructuras
conductuales y cognoscitivas que la actividad exige. Esta orientación resulta más efectiva para
ofrecer una ayuda a los pequeños para que crucen la zona de desarrollo proximal (ZDP), que
podríamos entender como la brecha entre lo que ya son capaces de hacer y lo que todavía no
pueden conseguir por sí solos.
Los niños que se encuentran en la ZDP para una tarea en concreto está cerca de lograr poder
realizarla de forma autónoma, pero aún les falta integrar alguna clave de pensamiento. No
obstante, con el soporte y la orientación adecuada, sí son capaces de realizar la tarea
exitosamente. En la medida en que la colaboración, la supervision y la responsabilidad del
aprendizaje están cubiertas, el niño progresa adecuadamente en la formación y consolidación de
sus nuevos conocimientos y aprendizajes.
Son varios los seguidores de la Teoría Sociocultural de Vygotsky (por ejemplo: Wood, 1980; Bruner
y Ross, 1976) que han sacado a colación la metáfora de los ‘andamios’ para hacer referencia a este
modo de aprendizaje. El andamiaje consiste en el apoyo temporal de los adultos (maestros,
padres, tutores…) que proporcionan al pequeño con el objetivo de realizar una tarea hasta que el
niño sea capaz de llevarla a cabo sin ayuda externa.
Aprendizaje y refuerzo
Por un lado, Bandura admite que cuando aprendemos estamos ligados a ciertos procesos
de condicionamiento y refuerzo positivo o negativo. Del mismo modo, reconoce que no
puede entenderse nuestro comportamiento si no tomamos en consideración los aspectos
de nuestro entorno que nos están influyendo a modo de presiones externas, tal y como
dirían los conductistas.
Ambiente
Ciertamente, para que exista una sociedad, por pequeña que esta sea, tiene que haber un
contexto, un espacio en el que existan todos sus miembros. A su vez, ese espacio nos
condiciona en mayor o menor grado por el simple hecho de que nosotros estamos
insertados en él.
El factor cognitivo
Sin embargo, nos recuerda Bandura, también hay que tener en cuenta la otra cara de la
moneda de la Teoría del Aprendizaje Social: el factor cognitivo. El aprendiz no es un sujeto
pasivo que asiste desapasionadamente a la ceremonia de su aprendizaje, sino que
participa activamente en el proceso e incluso espera cosas de esta etapa de formación:
tiene expectativas. En un contexto de aprendizaje interpersonal somos capaces de prever
los resultados novedosos de nuestras acciones (de manera acertada o equivocada), y por
lo tanto no dependemos totalmente del condicionamiento, que se basa en la repetición.
Es decir: somos capaces de transformar nuestras experiencias en actos originales en
previsión de una situación futura que nunca antes se había producido.
Gracias a los procesos psicológicos que los conductistas no se han molestado en estudiar,
utilizamos nuestra continua entrada de datos de todos los tipos para dar un salto
cualitativo hacia adelante e imaginar situaciones futuras que aún no se han dado.
Aprendizaje vicario
El pináculo del aspecto social es el aprendizaje vicario remarcado por Bandura, en el que
un organismo es capaz de extraer enseñanzas a partir de la observación de lo que hace
otro. Así, somos capaces de aprender haciendo algo difícilmente medible en un
laboratorio: la observación (y atención) con la que seguimos las aventuras de alguien.
¿Recuerdas las polémicas que se desatan periódicamente sobre la conveniencia o no de
que los niños y niñas vean ciertas películas o series de televisión? No son un caso aislado:
muchos adultos encuentran tentador participar en Reality Shows al ponderar los pros y los
contras de lo que les pasa a los concursantes de la última edición.
Nota: un truco mnemotécnico para recordar el aprendizaje vicario del que habla Bandura
es frijarse en las serpientes o "proyecciones" que le salen por los ojos al señor del
videoclip Vicarious, en el que también aparecen muchos ojos y muchas cosas extrañas.
María Montessori: un cambio de paradigma
Por ejemplo, es destacable el caso de la pedagoga y psiquiatra italiana María Montessori,
que logró sentar unas bases totalmente novedosas en la pedagogía de inicios del siglo XX.
Montessori removió los cimientos de la pedagogía clásica planteando un método
pedagógico en el que presentaba cuatro pilares fundamentales para la educación de los
estudiantes.
Estos cuatro pilares en que se basa cualquier proceso de aprendizaje son: el adulto, la
mente del estudiante, el ambiente de aprendizaje y los “períodos sensibles” en los que el
niño está más receptivo a aprender nuevos conocimientos o habilidades.
El papel de los psicólogos educativos
Los psicólogos educativos (o educacionales) son los encargados de analizar las diversas
características de cada estudiante. Esta conciencia sobre las diferencias individuales de los
alumnos sirve para tratar de potenciar el desarrollo y el aprendizaje de cada uno de ellos,
reflejándose en la inteligencia, la motivación, la creatividad y las habilidades
comunicativas, entre otros aspectos