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Monografía

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LA NATURALEZA

INTRODUCCIÓN:

En el presente trabajo encontraremos lo que es la Naturaleza, que es nuestro planeta, como


podemos cuidarlo y conservar nuestros recursos naturales. La naturaleza o natura, en su sentido
más amplio, es equivalente al mundo natural, universo físico, mundo material o universo material.
El término "naturaleza" hace referencia a los fenómenos del mundo físico, y también a la vida en
general. Por lo general no incluye los objetos artificiales ni la intervención humana, a menos que
se la califique de manera que haga referencia a ello, por ejemplo con expresiones como
"naturaleza humana" o "la totalidad de la naturaleza". La naturaleza también se encuentra
diferenciada de lo sobrenatural. Se extiende desde el mundo subatómico al galáctico. La palabra
"naturaleza" proviene de la palabra germánica naturista, que significa "el curso de los animales,
carácter natural."[1] Natura es la traducción latina de la palabra griega physis (f?s??), que en su
significado original hacía referencia a la forma innata en la que crecen espontáneamente plantas y
animales. El concepto de naturaleza como un todo —el universo físico— es un concepto más
reciente que adquirió un uso cada vez más amplio con el desarrollo del método científico moderno
en los últimos siglos.[2] [3] Dentro de los diversos usos actuales de esta palabra, "naturaleza"
puede hacer referencia al dominio general de diversos tipos de seres vivos, como plantas y
animales, y en algunos casos a los procesos asociados con objetos inanimados - la forma en que
existen los diversos tipos particulares de cosas y sus espontáneos cambios, así como el tiempo
atmosférico, la geología de la Tierra y la materia y energía que poseen todos estos entes. A
menudo se considera que significa "entorno natural": animales salvajes, rocas, bosques, playas, y
en general todas las cosas que no han sido alteradas sustancialmente por el ser humano, o que
persisten a pesar de la intervención humana. Este concepto más tradicional de las cosas naturales
implica una distinción entre lo natural y lo artificial (entendido esto último como algo hecho por
una mente o una conciencia humana). La Tierra Vista de la Tierra, tomada en 1972 por la
tripulación del Apollo 17. Esta imagen es la única de su clase hasta la fecha, en la que aparece un
hemisferio completamente iluminado por el sol. La Tierra es el quinto mayor planeta del Sistema
Solar y el tercero en orden de distancia al Sol. Es el mayor de los planetas telúricos o interiores y el
único lugar del universo en el que se sabe que existe vida humana. Los rasgos más prominentes
del clima de la Tierra son sus dos grandes regiones polares, dos zonas templadas relativamente
estrechas y una amplia región ecuatorial, tropical y subtropical.4 Los patrones de precipitación
varían enormemente dependiendo del lugar, desde varios metros de agua al año a menos de un
milímetro. Aproximadamente el 70 por ciento de la superficie terrestre está cubierta por océanos
de agua salada. El resto consiste en continentes e islas, situándose la gran mayoría de la tierra
habitable en el hemisferio norte. La tierra ha evolucionado mediante procesos geológicos y
biológicos que han dejado vestigios de las condiciones originales. La superficie externa se halla
fragmentada en varias placas tectónicas que se van desplazando muy lentamente a medida que
avanza el tiempo geológico (si bien al menos varias veces en la historia han cambiado de posición
relativamente rápido). El interior del planeta permanece activo, con una gruesa capa de materiales
fundidos y un núcleo rico en hierro que genera un potente campo magnético. Las condiciones
atmosféricas han variado significativamente de las condiciones originales por la presencia de
formas de vida, que crean un equilibrio ecológico que estabiliza las condiciones de la superficie. A
pesar de las grandes variaciones regionales del clima por la latitud y otros factores geográficos, el
clima global medio a largo plazo está regulado con bastante precisión, y las variaciones de un
grado o dos en la temperatura global media han tenido efectos muy importantes en el equilibrio
ecológico y en la geografía de la Tierra. Basándose en las pruebas disponibles, los científicos han
recabado información detallada acerca del pasado del planeta. Se cree que la Tierra se formó hace
aproximadamente 4.550 millones de años a partir de la nebulosa protosolar, junto con el Sol y
otros planetas.[6] La Luna se formó relativamente poco después (aproximadamente 20 millones
de años más tarde, hace 4.530 millones de años). Al principio fundida, la capa exterior del planeta
se enfrió, dando lugar a la corteza sólida. Las emisiones de gases y la actividad volcánica formaron
la atmósfera primordial. La condensación del vapor de agua, junto con el hielo de los cometas que
en aquella época impactaban con la Tierra, crearon los océanos.[7] Se cree que la química
altamente energética produjo una molécula que se autoduplicó hace aproximadamente 4.000
millones de añosLos continentes se formaron, se separaron y se volvieron a unir durante cientos
de millones de años, combinándose en ocasiones para formar un supercontinente. Hace
aproximadamente 750 millones de años, el primer supercontinente conocido, Rodinia, comenzó a
fracturarse. Más tarde, los continentes se volvieron a unir para formar Pannotia, que se dividió
hace aproximadamente 540 millones de años. El último supercontinente que conocemos es
Pangea, que comenzó a romperse hace aproximadamente 180 millones de años.[9] Las plantas
terrestres y los hongos han sido parte de la naturaleza de la Tierra durante aproximadamente los
últimos 400 millones de años. Han tenido que adaptarse y moverse, tantas veces como se
desplazaban los continentes y cambiaba el clima.[10] [11]Hay pruebas significativas, aún discutidas
entre la comunidad científica, de que una severa era glacial durante el Neoproterozoico cubrió
gran parte del planeta con una gruesa capa de hielo. Esta hipótesis se ha llamado la "Tierra bola de
nieve", y es de especial interés, ya que precede a la explosión cámbrica en la cual comenzaron a
proliferar las formas de vida pluricelulares, hace 530-540 millones de años.[12] Desde la explosión
cámbrica se han registrado cinco grandes extinciones en masa.[13] La última extinción masiva tuvo
lugar hace aproximadamente 65 millones de años, cuando probablemente el choque de un
meteorito causó la extinción de los dinosaurios y otros grandes reptiles, pero no la de los animales
pequeños como los mamíferos, que por aquel entonces se asemejaban a las musarañas. A lo largo
de los 65 millones de años siguientes, los mamíferos se diversificaron.[14] Hace varios millones de
años, una especie de pequeño mono africano adquirió la habilidad para ponerse de pie.[5] El
advenimiento posterior de la vida humana y el desarrollo de la agricultura y, más tarde, de la
civilización, permitió a los humanos repercutir en la Tierra más que cualquier otra forma de vida
anterior, en un lapso relativamente corto. Las acciones humanas influyen tanto en la naturaleza
como en la cantidad de las otras formas de vida, así como en el clima global. Una encuesta llevada
a cabo por el Museo Americano de Historia Natural en 1998, reveló que el 70% de los biólogos
veían la era actual como parte de una acontecimiento de extinción masiva, la extinción masiva del
Holoceno, que sería la más rápida de todas las conocidas. Algunos expertos, como E. O. Wilson, de
la Universidad Harvard, predicen que la destrucción humana de la biosfera podría causar la
extinción de la mitad de todas las especies en los próximos 100 años.[15] [16] [17] No obstante, el
alcance de esta extinción actual está aún siendo investigado, discutido y calculado por
biólogos.[18] La atmósfera terrestre es un factor clave que sustenta el ecosistema planetario. Esta
fina capa de gases que envuelve la Tierra se mantiene en su sitio gracias a la gravedad del planeta.
Está compuesta por un 78% de nitrógeno, un 21% de oxígeno y trazas de otros gases. La presión
atmosférica disminuye con la altitud. La capa de ozono de la Tierra desempeña un papel esencial
en la reducción de la cantidad de radiación ultravioleta que llega a la superficie. Ya que el ADN
puede verse fácilmente dañado por esta radiación, la capa de ozono actúa de escudo que protege
la vida en la superficie. La atmósfera también retiene calor durante la noche, reduciendo por tanto
las temperaturas extremas diarias. Las variaciones del tiempo atmosférico tienen lugar casi
exclusivamente en la parte baja de la atmósfera, y actúa de sistema convectivo para redistribuir el
calor. Las corrientes oceánicas son otro factor importante para determinar el clima, especialmente
la circulación termohalina submarina, que distribuye la energía calorífica de los océanos
ecuatoriales a las regiones polares. Estas corrientes ayudan a moderar las diferencias de
temperatura entre el invierno y el verano en las zonas templadas. Es más, sin las redistribuciones
de energía calorífica que realizan las corrientes oceánicas y atmosféricas, los trópicos serían
mucho más cálidos y las regiones polares mucho más frías. El tiempo puede tener a la vez efectos
beneficiosos y perjudiciales. Los fenómenos meteorológicos extremos, como los tornados o los
huracanes, pueden emplear grandes cantidades de energía en su trayectoria y arrasar con todo lo
que encuentren a su paso. La vegetación superficial ha desarrollado una dependencia de la
variación estacional del tiempo, y los cambios repentinos, aunque sólo duren algunos años,
pueden tener un efecto devastador, tanto en la vegetación como en los animales que dependen
de ella para alimentarse. El clima planetario es una medida de la tendencia del tiempo atmosférico
a lo largo del tiempo. Pueden influir en él varios factores, como las corrientes oceánicas, el albedo
superficial, los gases de efecto invernadero, las variaciones en la luminosidad solar y los cambios
en la órbita del planeta. Basándonos en los registros históricos, hoy sabemos que la Tierra ha
sufrido drásticos cambios climáticos en el pasado, incluso glaciaciones. El clima de una región
depende de una cierta cantidad de factores, como la latitud. Una franja latitudinal de la superficie
con características climáticas similares conforma una región climática. En la Tierra, existen varias
de estas regiones, que van del clima tropical en el Ecuador al clima polar en los polos. En el tiempo
también influyen las estaciones, que resultan de la inclinación del eje de la Tierra con respecto a su
plano orbital. De esta forma, en cualquier momento dado durante el verano o el invierno, hay una
parte del planeta que está más directamente expuesta a los rayos del Sol. Esta exposición se va
alternando al tiempo que la Tierra va describiendo su órbita. En todo momento, sin importar la
estación, los hemisferios norte y sur experimentan condiciones climáticas opuestas. El tiempo es
un sistema caótico que puede modificarse fácilmente con sólo pequeños cambios en el entorno,
por ello las previsiones meteorológicas exactas sólo se limitan a algunos días. En conjunto, están
sucediendo dos cosas a nivel global: (1) la temperatura está aumentando por término medio; y (2)
los patrones del tiempo están cambiando y volviéndose cada vez más caóticos. El hecho de que las
formas más básicas de vida vegetal comenzaran a realizar la fotosíntesis fue clave para la creación
de condiciones que permitiesen el desarrollo de formas de vida más complejas. El oxígeno
resultante del proceso se acumuló en la atmósfera y dio lugar a la capa de ozono. La relación de
simbiosis entre células pequeñas y otras mayores dio lugar al desarrollo de células aún más
complejas llamadas eucariotas.19 Las células se agruparon en colonias y comenzaron a
especializarse, dando lugar a auténticos organismos pluricelulares. Gracias a la capa de ozono, que
absorbe las radiaciones ultravioletas nocivas, la vida colonizó la superficie de la Tierra. Aunque no
existe un consenso universal sobre la definición de la vida, los científicos, por lo general, aceptan
que la manifestación biológica de la vida se caracteriza por los siguientes factores o funciones:
organización, metabolismo, crecimiento, adaptación, respuesta a estímulos y reproducción. De
manera más sencilla, podemos considerar la vida como el estado característico de los organismos.
Las propiedades comunes a los organismos terrestres (plantas, animales, hongos, protistas,
archaea y bacterias) son las siguientes: son celulares, tienen una organización compleja basada en
el agua y el carbono, tienen un metabolismo y capacidad para crecer, responder a estímulos y
reproducirse. Por ello, se considera que una entidad que reúna estas propiedades está viva. Sin
embargo, no todas las definiciones que hay sobre la vida consideran esenciales todas estas
propiedades: también se puede considerar que las formas de vida análogas creadas por el hombre
son vida. La biosfera es la parte de la capa más externa de la Tiera —que comprende el aire, la
tierra, las rocas superficiales y el agua— dentro de la cual tiene lugar la vida, y en donde, a su vez,
se alteran o se transforman los procesos bióticos. Desde el punto de vista geofísico, la biosfera es
el sistema ecológico global que integra a todos los seres vivos y sus relaciones, incluyendo su
interacción con los elementos de la litosfera (rocas), la hidrosfera (agua), y la atmósfera (aire).
Actualmente, se estima que la Tierra contiene cerca de 75.000 millones de toneladas de biomasa
(la masa de la vida), que vive en diversos entornos dentro de la biosfera.20 Cerca de nueve
décimas partes de la biomasa total de la Tierra es vida vegetal, de la que depende estrechamente
la vida animal.21 Hasta la fecha, se han identificado más de 2 millones de especies de plantas y
animales,22 La cantidad de especies individuales oscila constantemente: aparecen especies
nuevas y otras dejan de existir, en una base continua.23 24 En la actualidad, la cantidad total de
especies está experimentando un rápido descenso.25 Vista de una granja de Pensilvania,
confluencia entre un entorno "natural" y uno "artificial". La diferencia entre la vida animal y la
vegetal no es tan tajante como pueda parecer, ya que hay algunos seres vivos que reúnen
características de ambas. Giuliana dividió a todos los seres vivos en plantas, que por lo general no
se mueven, y animales. En el sistema de Carlos Linneo, éstos se convirtieron en los reinos
Vegetabilia (más tarde Plantae) y Animalia. Desde ese momento se vio que el reino Plantae, como
estaba definido originalmente, incluía varios grupos sin relación alguna, por lo que se eliminó a los
hongos y a varios grupos de algas para moverlos a reinos nuevos, si bien a menudo se siguen
considerando plantas en algunos contextos. En la flora, está comprendida a veces la vida
bacteriana 26 tanto es así que ciertas clasificaciones utilizan los términos flora bacteriana y flora
vegetal de manera separada. Una de las muchas formas de clasificar las plantas es por floras
regionales, que, dependiendo del propósito de estudio, pueden incluir también a la flora fósil, que
son restos de vida vegetal de eras pasadas. Muchas personas de varias regiones y países se
enorgullecen de su flora característica, que varía ampliamente a través del globo debido a las
diferencias de climas y suelos. La flora regional se suele dividir en subcategorías como la flora
nativa y flora agrícola y de jardín (éstas últimas son las que cultiva el hombre intencionadamente).
Algunas clases de "flora nativa", en realidad han sido introducidas hace siglos por emigrantes de
una región o continente a otro, y con el paso del tiempo se han convertido en parte de la flora
nativa o natural del lugar en el que se introdujeron. Éste es un ejemplo de cómo la acción humana
puede desdibujar el límite de lo que se considera naturaleza. Otra categoría de plantas es la de las
"malas hierbas". Aunque el término ha perdido uso entre los botánicos como manera de designar
a las plantas "inútiles", su uso informal (para describir a las plantas que estorban y que se deben
eliminar) ilustra perfectamente la tendencia general de las personas y las sociedades de pretender
alterar el curso de la naturaleza. Del mismo modo, los animales se suelen clasificar como
domésticos, de granja, salvajes, plagas, etc. según la relación que tengan con la vida humana. Los
animales como categoría tienen varias características que los diferencian de los otros seres vivos.
Los animales son eucarióticos y normalmente pluricelulares (véase Myxozoa, sin embargo), lo que
los distingue de las bacterias, los archaea y la mayor parte de los protistas. Son heterótrofos, y
generalmente digieren la comida en un órgano interno, lo que los diferencia de las plantas y las
algas. También se distinguen de la plantas, las algas y los hongos en que carecen de paredes
celulares. Con unas pocas excepciones, especialmente en las esponjas (Phylum porifera), los
animales tienen un organismo compuesto por varios tejidos, que comprenden músculos, capaces
de contraerse y controlar la locomoción, y un sistema nervioso, que envía y procesa señales. En la
mayoría de los casos, tienen un aparato digestivo interno. Las células eucariotas que tienen todos
los animales están rodeadas por una matriz extracelular característica, compuesta por colágeno y
glicoproteínas elásticas. Se puede calcificar para formar estructuras como conchas, huesos, y
espículas, en las que la célula se desplaza y reorganiza durante su desarrollo y maduración, y que
soportan la compleja anatomía necesaria para la locomoción. Aunque, en la actualidad, los
humanos componen sólo la mitad del uno por ciento del total de la biomasa viva en la Tierra,27 ,
que estima el peso global en unos 60 kg de media.), la biomasa humana total es el peso medio
multiplicado por la población humana actual, de aproximadamente 6.500 millones de personas.
(véase 28 ) Ecosistemas Artículos principales: Ecología y ecosistema El ecosistema es un sistema
dinámico relativamente autónomo, formado por una comunidad natural y su ambiente físico. El
concepto, que empezó a desarrollarse entre 1920 y 1930, tiene en cuenta las complejas
interacciones entre los organismos (plantas, animales, bacterias, algas, protozoos y hongos, entre
otros) que forman la comunidad y los flujos de energía y materiales que la atraviesan.

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