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JURISPRUDENCIA

Roj: AAP IB 368/2003 - ECLI:ES:APIB:2003:368A


Id Cendoj: 07040370052003200081
Órgano: Audiencia Provincial
Sede: Palma de Mallorca
Sección: 5
Fecha: 29/12/2003
Nº de Recurso: 484/2003
Nº de Resolución: 122/2003
Procedimiento: CIVIL
Ponente: SANTIAGO OLIVER BARCELO
Tipo de Resolución: Auto

AUD.PROVINCIAL SECCION N. 5
PALMA DE MALLORCA
AUTO: 00122/2003
Rollo: RECURSO DE APELACION 0000484 /2003
AUTO Nº122
Ilmo. Sr. Presidente Acctal:
MARIANO ZAFORTEZA FORTUNY
Ilmos. Sres. Magistrados:
D. MATEO RAMON HOMAR
D. SANTIAGO OLIVER BARCELO
En PALMA DE MALLORCA, a veintinueve de Diciembre de dos mil tres.
VISTO en grado de apelación ante esta Sección 005 de la Audiencia Provincial de PALMA DE MALLORCA, los
Autos de MENOR CUANTIA 0000728 /1999, procedentes del JDO. PRIMERA INSTANCIA N. 8 de PALMA DE
MALLORCA, a los que ha correspondido el Rollo 0000484 /2003, en los que aparece como parte demandante
apelante Dª. Amparo , D. Roberto y D. Víctor , representados por la Procuradora Dª. MARGARITA ECKER
CERDÁ, y defendidos por el Letrado D. Miguel A. Mas i Colom; y de otros como demandados apelantes Dª
Edurne y Dª Gabriela , representados por la Procuradora Dª BEGOÑA MUÑOZ VIVANCOS, y defendidos
por el Letrado D. FRANCISCO VIDAL SALAS, y como demandados apelados la HERENCIA YACENTE Y
DESCONOCIDOS E IGNORADOS HEREDEROS DE D. Marco Antonio , en rebeldía procesal.
ES PONENTE el Ilmo. Sr. MAGISTRADO D. SANTIAGO OLIVER BARCELO.

HECHOS
PRIMERO .- En los autos de Juicio Ordinario de Menor Cuantía, seguidos con el nº 728/99 para ante el Juzgado
de Primera Instancia nº OCHO de esta Capital, recayó Sentencia en la instancia, a 15-febrero-2001, cuya
parte dispositiva es del tenor literal siguiente: "Que estimando la demanda interpuesta por la Procuradora Dª
Margarita Ecker Cerdá en nombre y representación de Dª Amparo , D. Roberto y D. Víctor , contra Dª Edurne
, Dª Gabriela y contra la herencia yacente y desconocidos e ignorados herederos de D. Marco Antonio , debo
declarar y declaro: 1º. La nulidad de la compraventa celebrada entre D. Marco Antonio y Dª Edurne el 6 de julio
de 1973 sobre la finca situada en la CALLE000 nº NUM000 (finca registral número NUM001 , tomo NUM002
, libro NUM003 de Santa María) por encubrir una verdadera donación. 2º. La nulidad de la compraventa
celebrada entre D. Marco Antonio y Dª Edurne el 8 de julio de 1992 sobre la finca situada en la CALLE001 , nº
NUM004 (finca registral número NUM005 , tomo NUM006 , libro NUM007 de Santa María), por encubrir una
verdadera donación. 3º. La nulidad de la compraventa celebrada entre D. Marco Antonio y Dª Gabriela el 1 de

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JURISPRUDENCIA

julio de 1992 sobre la finca rústica conocida como DIRECCION000 (finca registral número NUM008 , tomo
NUM006 , libro NUM007 de Santa María), por encubrir una verdadera donación. 4º. Que incluyendo en el haber
hereditario, por el valor que tenían al tiempo del fallecimiento del causante, los bienes objeto de las donaciones
simuladas (casa en CALLE000 , nº NUM000 , finca registral NUM001 , tomo NUM002 , libro NUM003 de
Santa María; casa CALLE001 , nº NUM004 , finca registral NUM005 , tomo NUM006 , libro NUM007 de Santa
María; y de Son Torrella, finca registral NUM008 , tomo NUM006 , libro NUM007 de Santa María) junto a los
bienes hereditarios que pudieran existir al tiempo de la muerte del causante (parte de Son Torrella no vendida
el 1 de julio de 1992, datos registrales antes indicados) y las donaciones realizadas en vida por éste (casa
CALLE002 , nº NUM009 , finca registral NUM010 , tomo NUM011 , libro NUM012 de Santa María; y la "porción
indivisa" donada el 14 de febrero de 1986) para realizar la computación de las legítimas que corresponde a los
descendientes de D. Marco Antonio (1/3 de la herencia), resulta que asciende a 8.600.997 pesetas. 5º. Declaro
igualmente la inoficiosidad de las donaciones que exceden de la parte de libre disposición de la herencia
por perjudicar los derechos legitimarios de los actores en cuanto descendientes de D. Marco Antonio y, en
consecuencia, condeno a las donatarias favorecidas con las donaciones inoficiosas a entregar de los bienes
donados o de su valor, en los casos en que los bienes donados han sido transmitidos a terceros, los derechos
legitimarios atendiendo al valor que tuvieren los bienes o cantidades a entregar al tiempo de la liquidación de
las legítimas hasta cubrir el importe de las cuotas legitimarias de Dª Amparo (1/9 de la herencia), D. Roberto
(1/9 de la herencia) y D. Víctor (1/9 de la herencia). Todo ello con expresa imposición a la parte demandada
de las costas procesales causadas"; rectificada por Auto de 14-marzo-01 cuya parte dispositiva es del tenor
literal siguiente: " Rectificar el error aritmético en que incurre la sentencia cuya aclaración se insta motivado
por un "lapsus calami", de manera que la suma total del precio de las fincas al tiempo de acaecer el óbito
asciende a 25.802.952 pesetas en lugar de 25.802.992 y, en consecuencia, la legítima correspondiente a cada
legitimario es de 8.600.984 pesetas en lugar de 8.600.997 pesetas, manteniendo los demás extremos de la
sentencia"; que fue recurrida en apelación por la representación de Dª Edurne y Dª Gabriela , y a la vez por
la representación de Dª Amparo , D. Roberto y D. Víctor .
SEGUNDO.- En fecha 30 de julio de 2002, esta Audiencia Provincial (Sección Cuarta) dictó Sentencia, en grado
de apelación, cuya parte dispositiva es del tenor literal siguiente: "1.- Estimar en parte el recurso de apelación
interpuesto por la Procuradora Dª Begoña Muñoz Vivancos, en nombre y representación de Dª Edurne y Dª
Gabriela , contra la sentencia de 15-2-2001 dictada por el Juzgado de Primera Instancia nº Ocho de Palma en
autos de Menor Cuantía nº 728/99 y, en consecuencia revocamos parcialmente dicha sentencia: a) Declarando
caducada la acción de reducción de donaciones inoficiosas respecto a las correspondientes a la casa sita en
la CALLE001 nº NUM004 de Santa María del Camí y a las partes de la DIRECCION000 ". b) Excluimos de
la declaración de inoficiosidad y de la consiguiente operación de reducción los bienes consistentes en la casa
sita en la CALLE001 nº NUM004 de Santa María del Camí y las partes de la finca de " DIRECCION000 ". c)
No hacemos expresa imposición de las costas causadas en ninguna de las dos instancias. 2.- Estimamos el
recurso de apelación interpuesto por la Procuradora Dª Margarita Ecker Cerdá, en nombre y representación de
Dª Amparo y D. Roberto y de D. Víctor , contra el Auto aclaratorio de la Sentencia de 15-2-2001, recaída en
autos de menor cuantía nº 728/99 del Juzgado número ocho de Palma, Auto de fecha 14-3-2001, dejándolo sin
efecto, reestableciendo la Sentencia en los términos anteriores al mismo, con la salvedad expresada al resolver
el recurso de apelación de los demandados respecto a la caducidad de la acción de reducción de donaciones
inoficiosas, todo ello sin hacer especial pronunciamiento sobre las costas causadas en esta alzada".
TERCERO.- En la pieza separada de Ejecución Provisional, el Juzgador de instancia dictó Auto, a 13-marzo-2003,
cuya parte dispositiva es del tenor literal siguiente: ""1. El valor de los derechos legitimarios de los actores en
la herencia de su padre asciende a un valor de 260.386,13 euros; y 1.- El pago de los mismos se hará mediante
la reducción de las siguientes donaciones: - Donación de la vivienda sita en la CALLE002 de Santa María del
Camí en fecha 14 de febrero de 1.986 a favor de Dª Gabriela , que satisface la suma de 132.222,66 euros.
- Donación de frac14; parte de la finca denominada Son Torrella realizada en fecha 14 de febrero de 1.986 a
favor de Dª Gabriela , que satisface la suma de 60.101,21 euros, debiendo entregarse su valor. - Donación
de la finca sita en la CALLE000 nº NUM000 , realizada el 6 de julio de 1.973 a favor de Dª Edurne , que
satisface la suma de 68.062,26 euros, debiendo entregarse su valor. 3.- No se hace especial mención a las
costas causadas"; respecto del cual han formalizado sendos recursos de Apelación, a 29-mayo, ambas partes
litigantes, con recíproca oposición.
ÚLTIMO.- Se han observado todas las prescripciones legales, salvo el plazo para dictar la resolución final,
debido al cúmulo de asuntos pendientes y a la complejidad de las cuestiones planteadas, en sede de ejecución
de Sentencia.

RAZONAMIENTOS JURIDICOS

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JURISPRUDENCIA

PRIMERO.- Previene el artº 1, del Título Preliminar, de la Compilación del Derecho Civil de Baleares, en su
párrafo 1º.- que "el Derecho civil de las Islas Baleares regirá con preferencia al Código Civil y demás leyes
estatales, de conformidad con lo establecido en la Constitución y en el Estatuto de Autonomía, sin perjuicio
de las normas de carácter civil que, según la propia Constitución, sean de aplicación directa y general"; en
su párrafo 2º.- que "el Derecho civil de Baleares se interpretará e integrará tomando en consideración los
principios generales que lo informan, así como las leyes, costumbres, jurisprudencia y doctrina que encarnan la
tradición jurídica de las islas"; y en su párrafo 3º.- que "en defecto de la Ley y Costumbre del Derecho balear se
aplicará supletoriamente el Código Civil y demás leyes civiles estatales cuando sus normas no se opongan a
los principios de su Ordenamiento jurídico". Nuestro Derecho especial constituye un Derecho propio, autónomo
e independiente del sistema del Código Civil, y de vigencia prioritaria en la circunscripción territorial (véase
Exposición de Motivos de la Ley 8/1990, de 6 de septiembre), pero es prácticamente imposible que exista
un ordenamiento civil completo que regule todas las relaciones jurídico-privadas civiles, lo que lleva como
consecuencia la necesidad de complementación y la de preferente aplicación, y además no puede olvidarse
que el derecho supletorio (en el caso, Código civil y demás disposiciones de aplicación general) se da en
caso de falta de regulación legal o consuetudinaria, y que si hay remisión expresa a otro derecho no hay vacío
legislativo y no entra en juego el derecho supletorio sino el de las normas más afines a nuestro Derecho Civil.
Por otra parte y entre otras consideraciones, el derecho sucesorio mallorquín está fundamentado en el Derecho
romano, del cual extrae sus características más esenciales. La absoluta vigencia del Derecho sucesorio
romano en Mallorca ha estado siempre fuera de toda duda, tanto antes como después de la promulgación
del Código civil. La influencia bizantina fue extraordinaria en cuanto al Derecho que se venía aplicando en las
islas, ya que coincidió la época de su incorporación al imperio de Bizancio con la publicación de las cuatro
grandes obras justinianeas constitutivas del Corpus Iuris Civilis, las cuales, seguramente, se fueron aplicando
en las islas a medida que iban promulgándose, sustituyendo al Derecho romano anterior. De esta manera se
va constituyendo un cuerpo de doctrina sucesoria que ha pervivido hasta nuestros días, y del que, hablando
propiamente, no podemos decir que esté basado en el Corpus Iuris justinianeo, sino que es el Corpus Iuris, si
bien con las naturales modificaciones que el correr de los siglos ha provocado. Es elocuente ejemplo expresivo
de cuanto antecede el hecho de que dos de los recursos de casación presentados ante el Tribunal Superior
de Justicia de Baleares se basaban en la infracción de la doctrina de viejos textos del Derecho romano. Así,
el recurso de casación que dio lugar a la sentencia de 21 de mayo de 1993 se fundamentaba en la infracción
de textos del Digesto y del Codex, mientras que el recurso que dio lugar a la sentencia de 5 de diciembre de
1995 se basaba en la infracción de las Novelas 18, 115 y 118.
Ciertamente, no cabe duda de que el Derecho romano, particularmente en su elaboración justinianea,
constituye la base de la tradición jurídica balear, convertida por el artículo 1 del actual texto compilado en
elemento de interpretación -pero también, y muy especialmente, de integración- del texto compilado.
Los condicionamientos actuales -muy distintos, desde luego, a los de la época de Justiniano- se han
dejado sentir también en las instituciones sucesorias, y así se han introducido una serie de innovaciones
verdaderamente considerables especialmente al redactarse la Compilación de 1961 y en la Ley de 28 de junio
de 1990 modificativa de ésta.
Ya la Compilación de 1961 hizo tabla rasa con una serie de instituciones sucesorias tradicionales en nuestro
Derecho, pero que se revelaban obsoletas o poco acordes con los actuales tiempos.
Sin perjuicio de mantener la tradicional conceptuación de la legítima como "pars bonorum hereditatis", se
ha introducido, siguiendo el precedente ya apuntado por el proyecto de Apéndice de 1920, la posibilidad de
realizar su pago en metálico, haciendo de esta manera realidad el deseo de muchos testadores y herederos,
y permitiendo, a la par, la conservación del patrimonio familiar, en evitación de la atomización que la anterior
normativa comportaba al poder exigir el legitimario el pago de su legítima en bienes de la herencia.
Además, siguiendo la mejor doctrina: Los principios generales son ya proclamados como un elemento
primordial de nuestro Derecho y la doble referencia del artículo 1 a los mismos supone darles una doble
función.
De una parte constituyen elementos de interpretación e integración de las normas e instituciones del Derecho
civil balear.
Y, de otro lado, actúan como válvula de cierre, impidiendo la aplicación supletoria del Código civil y demás
leyes estatales, la cual no será viable cuando se opongan a los principios generales de nuestro sistema.
Indudablemente, ello pone de relieve la extraordinaria importancia que, dentro de nuestro sistema jurídico, han
adquirido los principios generales y la necesidad de concretar cuales puedan ser dichos principios.

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JURISPRUDENCIA

Venturosamente, en el ámbito sucesorio -y por lo que a Mallorca respecta- ha existido un proceso histórico
que ha decantado nítidamente los principios sucesorios romano-justinianeos como elementos configuradotes
del Derecho sucesorio mallorquín: Necesidad de institución de heredero para la validez del testamento;
Universalidad de la sucesión del heredero; Perdurabilidad de la condición de heredero; Incompatibilidad de las
sucesiones testada e intestada.
Resulta, por todo ello, aleccionador que en la Exposición de Motivos de la Ley reformadora 8/1990, de 28 de
junio, del Parlament balear se contengan estos párrafos, cuya transcripción constituye el mejor broche con el
que cerrar la introducción al derecho sucesorio mallorquín: <<Los principios sucesorios romanos, tradicionales
en el Derecho civil balear, fueron plenamente aceptados, como se sabe, por la Compilación de 1961 y han sido,
en parte, complementados en el nuevo texto que se propone y en cuyos artículos 6 y 7 sólo se han introducido
leves retoques de matiz.
El sistema sucesorio romano derivado de tales principios, no sólo resulta un sistema indudablemente lógico
para ordenar la sucesión por causa de muerte, sino que, a pesar de los profundos cambios sociales,
económicos y familiares experimentados a través de los tiempos, continúa siendo hoy un sistema que
responde debidamente a las necesidades y exigencias prácticas actuales y en consecuencia, y esto es
lo decisivo, funciona bien y con normalidad en Mallorca y Menorca y no genera, en su realización diaria,
problemas que pudieran aconsejar su modificación.>>; y en su Exposición de Motivos se reseña que: "En orden
a las personas que acreditan legítima, ostentan este derecho los descendientes, padres y cónyuge viudo; se
ha reducido, pues, a los padres en la línea recta ascendente, se ha hecho desaparecer la distinción entre
parentesco matrimonial y extramatrimonial; se regula la situación de hijos adoptivos. En materia de cuotas
legitimarias, en el artículo 42 no se modifica la de los descendientes (una tercera parte o la mitad del haber
hereditario, según su número). Se reduce la legítima de los padres a una cuarta parte de dicho haber (artículo
43), facilitando así la libertad dispositiva del testador y posibilitando el aumento de los derechos del cónyuge
viudo. También, y con respecto a los derechos del cónyuge viudo, se ha suprimido la limitación derivada de la
Lex Hac Edictali (anterior artículo 53); supresión recomendada por razones de estricta justicia, discordancia
con la actual conciencia social y posible inconstitucionalidad. En el nuevo artículo 47 se mantienen las
acciones que corresponden a los legitimarios, eliminando la precisión de que <<las mismas les son atribuidas
por su cualidad de heredero>>, como establece la actual regulación, lo que supone un error evidente ya que
los legitimarios son titulares de determinadas acciones por el mero hecho de serlo, sean o no herederos.
Se determina, de forma omnicomprensiva, el título por el que puede ser atribuida la legítima y su cálculo es
regulado con toda precisión con lo cual se llena una laguna legal y se eliminan dudas acerca del significado
del actual párrafo 1º del artículo 41. La computación legitimaria es, asimismo, objeto de detallada y correcta
disciplina.
A destacar también las reglas del artículo 48 en orden a la naturaleza de la legítima, y bienes adecuados para
su pago. La naturaleza queda fijada como una <<pars bonorum>>; de esta manera se respetan los precedentes
legales y se superan las dudas que, por sus contradicciones, planteaba la regulación vigente cuando se refería
a las legítimas como parte de la herencia y luego hacía un desarrollo normativo de signo contrario a esa
afirmación. Se dictan reglas para la valoración de los bienes, a realizar en el momento de pago de la legítima,
consecuencia necesaria de la naturaleza que para la misma se predica. Finalmente, se supera la rigidez de la
actual reglamentación en el punto concreto de los bienes adecuados para el pago y liquidación de la legítima,
posibilitando su pago en metálico. Esta solución, ya apuntada en el Proyecto de Apéndice de 1920, y para los
supuestos de pago en metálico, se establecen las medidas adecuadas para la defensa y protección de los
derechos de los legitimarios;" salvo para el supuesto que se dirá.
Así pues, tras la lectura de las Sentencias del Tribunal Constitucional nºs 88, 156 y 226/1993 en el ámbito de
la conservación, modificación y desarrollo del Derecho Civil propio, y del efecto dinamizador de la Sentencia
dictada por el TSJIB de 3-septiembre-98, la materia de legítimas es generadora del derecho civil propio,
como presupuesto de determinación de sus fuentes y del sistema de aplicación, que se autointegra con la
tradición jurídica-balear y por los principios generales del derecho propio, de nuestro ordenamiento jurídico, y
la Compilación Balear cierra el sistema propio regulador de la indicada institución.
Y resiguiendo la mejor doctrina, la legítima mallorquina es la del Derecho romano justinianeo, básicamente
en las Novelas 18, 115 y 118, y como señala el Prof. Massot ("El Derecho civil de Mallorca después de la
Compilación"), "El Derecho civil de Mallorca está textualmente fundamentado en el Digesto romano justinianeo,
del cual extrae sus características más esenciales. Tan escaso que el influjo -en el ámbito jurídico- de las otras
culturas que nos llegaron con posterioridad a la romana, que no han dejado apenas huella alguna en nuestras
actuales costumbres jurídicas"; cuyo autor coincide en tal afirmación con la de antiguos foralistas, como
Mascaró y Sureda por el que "la legislación romana comenzó a regir cuando estas Islas formaban parte del
Imperio, siguió durante la dominación árabe, y continua rigiendo hoy a pesar de las transformaciones sociales

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JURISPRUDENCIA

que se han sucedido durante tantos siglos"; influencia derivada de tal larga pervivencia en el sentido, finalidad
y aplicación precedentemente transcritos, sobre que se está en sede de legítimas, reguladas en la Compilación
Balear, aunque insuficientemente en las situaciones de bienes donados en vida y enajenados a terceros con
anterioridad a la liquidación a los efectos de su valoración, más allá de meras donaciones o ventas, por lo que
no procede la aplicación supletoria del Código Civil, como pretende la parte demandada-coapelante, en tanto
la Compilación Balear cierra el sistema propio que regula las legítimas, en las fases de fijación y de liquidación.
A la luz de lo anteriormente reseñado, se insiste en que la normativa del Código Civil sobre las legítimas no
es aplicable, supletoria ni analógicamente en este supuesto (artº 806 a 822, y concordantes), como tampoco
lo son los artº 645 (restitución de los bienes donados o su valor si el donatario los hubiese vendido, y si no
pudieren ser restituidos se apreciarán por lo que valían al tiempo de hacer la donación, para supuestos de
rescisión por supervivencia de hijos y de superveniencia) y artº 650 y 651, del mismo Texto Legal (exigencia al
donatario del valor de los bienes enajenados que no pueda reclamar de los terceros, debiéndose estar al tiempo
de la donación para regular el valor, para supuestos de revocación de una donación por causa de ingratitud),
amén de que en el caso asimismo concurren enajenaciones directas a terceros, y de que las donaciones
colacionables son integradoras, junto al "relictum" del caudal hereditario, del que desembocarán los derechos
legitimarios, regulados en nuestra Compilación, suficientemente para el inventario, avalúo, liquidación, pago e
imputación de los bienes. La remisión a los arts 15 de la Ley Hipotecaria, y a los arts 839 y 840 del Código Civil,
que recoge el artº 48 de la Compilación del Derecho civil de Baleares, es puntualísima y de carácter estática.
El sentido precedentemente expuesto deriva, según destaca este Tribunal, del contenido e interpretación de las
Sentencias del Tribunal Constitucional de fechas 12-marzo, 6-mayo y 8-julio de 1993 (a cuyo texto remitimos
para evitar inútiles repeticiones y al tratarse el supuesto de autos de valoración de derechos legitimarios en
fase de ejecución de sentencia), de la Sentencia de esta Audiencia Provincial de 19-marzo-98, de la Sentencia
del TSJ-Baleares de 3-septiembre-98 por la que: "Un enfoque certero de la cuestión planteada requiere, de
entrada, examinar el "thema decidendi", no en la simple perspectiva de la aplicabilidad o inaplicabilidad en la
isla de Mallorca de un determinado precepto del Código Civil (en este caso el art. 1.320 C.C.), sino en la más
amplia panorámica de determinar cuál es la normativa aplicable en Mallorca a una determinada institución o
relación jurídica (en este caso, el régimen económica de un matrimonio), de acuerdo con la legalidad vigente.
En tal perspectiva, adquiere enseguida especial protagonismo la realidad de lo que es y lo que significa el
Derecho Civil de Mallorca, y en general los Derechos Civiles especiales que coexisten con el denominado
Derecho Común en diversas regiones de España: En este aspecto, está ya totalmente aclarado que tales
Derechos especiales -llamados también forales- no representan normas de carácter excepcional dentro de un
régimen de Derecho Común, ni responden a situaciones privilegiadas o particularistas -como algún sector de
la doctrina, pretendió considerarlas sino que constituyen un Derecho propio, independiente del sistema del
Código Civil, el cual por tanto no representa frente a ellas un principio general, sino algo perfectamente extraño,
en tanto no haya de actuar como supletorio.
Así lo dejó definitivamente sentado el legislador de 1.974 (superando la construcción de los redactores
del primer Código Civil de 1.888), al remodelar el Título Preliminar de dicho Código Civil partiendo de la
equivalencia e igualdad de rango de los plurales ordenamientos civiles coexistentes: Y se refleja, efectivamente,
en el propio epígrafe del Capítulo V del aludido Título Preliminar ("Ámbito de aplicación de los regímenes
jurídicos civiles coexistentes en el territorio nacional"), así como en el artículo 13, párrafo 2 del mismo Código
Civil al afirmarse el "pleno respeto a los derechos especiales o forales de las provincias o territorios en que
están vigentes"; y agregarse que el Código Civil regirá como derecho supletorio "en defecto del que lo sea en
cada una de aquéllas, según sus normas especiales".
En el mismo sentido se pronuncia la "Compilación de Derecho Civil de las Islas Baleares" promulgada por
Ley de 19 de abril de 1.961 y modificada tras la entrada en vigor de la Constitución - por la Ley de 8/1990
de 6 de septiembre-, cuando en la Exposición de Motivos de esta última disposición se afirma rotundamente
que "los Derechos Civiles de las distintas regiones o nacionalidades no suponen un Derecho constituido por
normas de excepción frente a las del Código Civil, sino sencillamente un Derecho distinto: Son el Derecho
Común de vigencia prioritaria en sus respectivas circunscripciones territoriales". Razón por la cual, muy
consecuentemente, en el primero de los artículos del Texto Refundido de dicha Compilación (aprobado por
D.L. 79/1990 de 6 de septiembre) se afirma y proclama la preferencia absoluta del Derecho Civil propio de las
Islas Baleares con respecto al Código Civil y demás leyes estatales, en el territorio de la Comunidad Autónoma,
de conformidad con lo establecido en la Constitución y en el Estatuto de Autonomía de las Islas Baleares.
Igualmente, con acierto, la antes citada Ley 8/1990 del Parlamento Balear eliminó el vocablo "especial" con el
que la Compilación de 1.961 adjetivaba el Derecho Civil de Baleares y lo contraponía al llamado Derecho Civil
Común. Contraposición que era totalmente inexacta, por cuanto tan común o tan especial (como se prefiera)

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es en Baleares la aplicación del Derecho que le es propio como en los antiguos reinos de Castilla y León la
aplicación del Código Civil.
Proyectando ahora sobre el caso concreto que nos ocupa las anteriores precisiones, es obligado, de entrada,
para razonar dentro de la fixigible ortodoxia, verificar o constatar, primeramente, si el Derecho Civil de Mallorca
ofrece, o no, una regulación del régimen económico conyugal para los matrimonios sometidos al Derecho
Balear; así como si tal regulación es, o no, plena, completa y coherente. Y, en segundo lugar, si la concreta
cuestión litigiosa planteada tiene adecuada solución dentro de tal normativa, o si, por el contrario -por la
singularidad, especificidad o novedad del caso de autos- resulta preciso acudir, para colmar una laguna, vacío o
imprecisión del texto de la Compilación, a las normas supletorias señaladas en la misma. Una tercera cuestión,
en esta última hipótesis, sería la de constatar si existe, o no, costumbre o principio informador del Derecho
Balear que regulare el caso, ya que éstos -la costumbre y los principios informadores baleares- constituyen
el Derecho supletorio aplicable en primer lugar ( art. 1, apartados segundo y tercero de la Compilación) en
defecto de la Ley; mientras que el Código Civil -es necesario destacarlo- está relegado al último lugar, como
Derecho supletorio (según resulta claramente del recién citado artículo 1 de la Compilación).
El estudio del Título I del Libro I de la "Compilación de Derecho Civil de Baleares" (en la redacción dada al
mismo por la Ley del Parlamento Balear 8/1990 de 28 de Junio) permite concluir que dicho Título contiene una
regulación completa, coherente y armónica de los efectos patrimoniales de los matrimonios sujetos al Derecho
Civil de Mallorca: Una regulación que, dejando a salvo el derecho y la libertad de los cónyuges para pactar,
antes o después de la celebración del matrimonio, el régimen económico que más les conviniera, se asienta y
fundamenta, para los demás, en el sistema de absoluta separación de bienes, con las concretas consecuencias
que del mismo se derivan, que están debidamente reguladas y matizadas en el texto de la Compilación.
En este último aspecto vale la pena resaltar, además, que tal régimen económico conyugal, "piedra fundamental
de la construcción jurídica del hogar mallorquín" ha sido objeto a lo largo de la historia de Mallorca de un
perfeccionamiento progresivo, que ha conllevado la supresión de instituciones obsoletas o injustas (como,
por ejemplo, la presunción muciana, la cuarta marital y la Ley "Hac Edictali", instituciones eliminadas por
los compiladores de 1961); y ha tenido hitos de progresividad no sólo en el Styl 11 de las Ordinacions de
Mossen Arnal d'Erill de 1344 (en relación con la posibilidad de la mujer mallorquina de afianzar a su marido
renunciando al Senado consulto Veleyano), sino, sobre todo, ya en nuestros tiempos, a través de la ya citada Ley
8/1990 de 28 de Junio, aprobada por el Parlamento de las Islas Baleares: Ley a través de la cual, respetándose
el arraigo del sistema de separación absoluta de bienes en la conciencia jurídica y en las costumbres del
pueblo mallorquín, se retocaron o modificaron una serie de preceptos de la anterior Compilación de 1961, para
adecuarlos a los principios de la nueva Constitución Española y para adaptarlos a la realidad social actual y a
las necesidades del momento presente. Así, se introdujeron modificaciones tendentes a una mayor protección
de la familia, se reguló el modo de contribuir al levantamiento de las cargas familiares, se abrió la posibilidad
de que la autoridad judicial adopte medidas encaminadas a conseguir mayor rentabilidad del patrimonio del
cónyuge que no genere recursos, se recogió el principio de que los cónyuges puedan celebrar entre sí toda clase
de contratos, y se suprimió la presunción de copropiedad de los bienes no privativos, limitándola solamente
a los bienes integrantes del ajuar doméstico.
Se consiguió, pues, a través de esta reforma, una regulación, además de completa y sin fisuras, actualizada, -
y ello tiene relevancia en relación con lo que se expresará más adelante-: Una regulación que aúna la tradición
jurídica de la isla con la progresividad de lo tiempos modernos y que tiene como eje axial, como ya se ha
dicho, el principio de separación absoluta de bienes de los esposos, con la consiguiente capacidad de cada
uno de ellos para realizar por sí solo (art. 3 de la Compilación) cualesquiera actos o negocios de dominio,
administración, disfrute y disposición de sus propios bienes, si bien ello con la obligación de atender al
levantamiento de las cargas del matrimonio de conformidad con lo que establece el art. 4º de la misma.
Hay que concluir, pues, en relación con las cuestiones planteadas en el anterior fundamento de Derecho (y
sin perjuicio de lo que más adelante se dirá) que, ante la existencia de una Ley -la Compilación de Derecho
Civil de Baleares- que es la aplicable al supuesto fáctico planteado, cuyas previsiones aportan la solución
legal, completa y adecuada al mismo, no puede ni plantearse la posibilidad de aplicar al caso otra fuente
legal distinta: Ni las normas supletorias establecidas en la propia Compilación Balear (a las que sólo podría
recurrirse "en defecto de la Ley", art. 1.3 Compilación); ni, menos, el Código Civil (última norma supletoria),
cuya inaplicabilidad, por demás, resulta patente y si el régimen conyugal mallorquín está informado por un
principio con fuerza expansiva propia(el principio de separación de bienes); que, en el peor de los casos, sería
de aplicación preferente a dicho Código Civil, a efectos de colmar, por la vía de la integración, cualquier laguna
detectable en la regulación del caso.
El artículo 1.7 del Código Civil, al disponer que "los Jueces y Tribunales tiene el deber inexcusable de resolver en
todo caso los asuntos de que conozcan ateniéndose al sistema de fuentes establecido" marca los parámetros

6
JURISPRUDENCIA

dentro de los que esta SALA debe necesariamente pronunciarse; y, consecuentemente, determina que, en el
presente caso, de entrada, deba rechazarse rotundamente la aplicabilidad al supuesto de autos del Código
Civil, por las razones que quedan expresadas.
Al amparo del ordinal 4º del artículo 1692 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, el motivo primero de los formulados
alega infracción de los artículos 1, 2 y 3 de la vigente Compilación de Derecho Civil de las Islas Baleares, en
relación con los artículos 13 y 14 del Código Civil y artículo 91 del Reglamento Hipotecario, sosteniendo que la
sentencia recurrida infringe frontalmente la Compilación Balear al hacer aplicación del artículo 1320 del C.C.
al supuesto de autos.
El motivo debe ser estimado; y, consecuentemente, debe ser casada y anulada la sentencia recurrida.
Ello en base a un razonamiento elemental que, enlazando, plenamente con las consideraciones anteriormente
ya expuestas, se concreta en los puntos siguientes:
- La Compilación de Derecho Civil de las Islas Baleares es norma absolutamente preferente y exclusiva respecto
al Código Civil, el cual -forzoso es repetirlo- sólo es aplicable en Baleares en aquellas materias que no están
reguladas por la Compilación; y, respecto a las reguladas, sólo con carácter supletorio, en los términos ya
expuestos.
- Tal principio tiene como excepción o salvedad -por imperativo del art. 13.1 del C.C.- "las disposiciones del
Título Preliminar ... del Código civil y las del Título VI del Libro I del mismo, con excepción de las normas de
este último relativas al régimen económico matrimonial". Pero ... forzoso es destacar enseguida que el artículo
1320 C.C. es ajeno a las normas "de aplicación general y directa", y que por ello el aludido art. 13.1 C.C. no
aporta cobertura alguna para su aplicabilidad (ni directa, ni supletoria) en Mallorca.
- En Mallorca rige el sistema regulado y contenido en los artículos 3, 4 y 5 de la vigente Compilación de
Derecho Civil de Baleares: Un sistema de separación de bienes, que es muy anterior a la publicación del Código
civil, -cuyas raíces se encuentran en el Derecho Romano justinianeo y en el musulmán- y que, además está
profundamente imbricado en la tradición jurídica de la isla.
- Dicho sistema no puede quedar desnaturalizado por la aplicación, a título de Derecho supletorio, de una
norma, como la del artículo 1320 C.C.-, que es extraña al mismo.
Y ello, aunque ese artículo 1320 no sea incompatible con el régimen de separación de bienes regulado por
el Código Civil, y, a su vez, tal régimen no difiera del sistema de separación contemplado en la Compilación
Balear -como destaca la sentencia recurrida, para argumentar o razonar la aplicabilidad de dicho precepto-.
No es admisible al respecto tal argumentación, por cuanto en ella se antepone la conclusión al razonamiento:
Se repara, de entrada, en efecto, en la compatibilidad de tal artículo con el ordenamiento civil balear; sin antes
haber constatado lo que verdaderamente interesa y es prioritario: Si existe, o no existe, una laguna o vacío
a colmar que justifique el recurso a un derecho supletorio; por tanto, si tal laguna o vacío no existen -y éste
es precisamente el caso que nos ocupa-, no hay razón alguna para pensar en Derechos supletorios, ni por
tanto para plantearse aquella compatibilidad o incompatibilidad. Carece, pues, por ello, de toda virtualidad la
argumentación de referencia.
- Por todo lo cual, al haberse aplicado a un matrimonio sujeto al Derecho Civil de Mallorca, el artículo 1320 del
Código Civil (aunque lo haya sido vía derecho supletorio), y no el régimen propio de estas islas, se han infringido,
por falta de aplicación, los artículos 1, 3 y 3 de la Compilación de Derecho Civil de las Islas Baleares, (además
de haberse infringido por aplicación indebida al referido artículo 1320 C.C.); lo que determina, repetimos, la
procedencia de la estimación del presente motivo".
Y se decía en la Sentencia de esta Audiencia Provincial, (Ponente Sr. Massanet Moragues) de 27 de enero
de 2000: "El Derecho romano clásico no admitía la usucapión de las servidumbres de paso porque al ser
discontinua su posesión no podía ser mantenida de forma continua; este derecho fue evolucionando hasta el
Justinianeo que la admitió apoyándose en el instituto de la cuasi possessio, si bien exigió que el plazo fuera
inmemorial. Y así pasó a las Partidas de Alfonso X el Sabio, comprensivas del Derecho castellano y también
pasó al Derecho catalán. En Mallorca, las cuatro grandes obras justinianeas que constituían el Corpus Iuris
Civilis empezaron a regir tan pronto se promulgaron, pues Mallorca fue incorporada al Imperio Romano de
Oriente por el General Apolinar el año 534"; sigue las tesis del Prof. Massot, y concluye que: "Con la conquista
(Jaume I, 31 Diciembre 1229) y posterior colonización de la Isla, surgió la duda en los historiadores sobre qué
derecho civil regía en Mallorca, si el que aplicaban los autóctonos cristianos o el que se aplicaba en Cataluña
o si coexistieron ambos a la vez. Duda que para el jurista Massot no tiene importancia pues el Derecho catalán
era el justinianeo, es decir, que era el mismo que ya se aplicaba en Mallorca)"; y asimismo las Sentencias de

7
JURISPRUDENCIA

esta Audiencia Provincial de 26 de octubre de 2000, del TSJ-Baleares de 3 de noviembre de 2000, y de esta
Audiencia Provincial de 24 de septiembre de 2001, entre otras, que acogen idéntica línea y fundamentación.
SEGUNDO.- Establece el art. 47 de la Compilación del Derecho Civil de les Illes Balears, en su párrafo 2º, que
"para fijar la legítima se deducirá del valor que tenían los bienes al fallecimiento del causante el importe de
las deudas y cargas, sin incluir entre ellas las impuestas en el testamento, así como los gastos de última
enfermedad, entierro y funeral"; en su párrafo 3º.- que "al valor líquido así determinado, se añadirá el de las
liberalidades computables, por el que tenían al ocurrir el fallecimiento, previa deducción de las mejoras útiles
y de los gastos extraordinarios de conservación o reparación, costeados por el beneficiario y con agregación
del importe de los deterioros causados por culpa del mismo que hubieran disminuido su valor".
Para el cómputo del activo y para la determinación del haber hereditario líquido el activo vendrá dado por el
conjunto de bienes y derechos de toda clase, constitutivos del caudal relicto. Proceden de las fuentes romanas
una serie de normas destinadas a la valoración de ciertos elementos del activo, la mayoría de las cuales han
pasado al artículo 277 C.S.C.M.C. Tales normas son totalmente aplicables en Mallorca, ya que, ante el silencio
de la compilación sobre el particular, no cabe sino acudir a la tradición jurídica balear encarnada en las antiguas
normas del Corpus Iuris Civilis, cuya subsistencia en esta materia afirma rotundamente la doctrina; las más
salientes de estas normas: a) Integran el activo hereditario todos los bienes y derechos del testador que forman
parte de su patrimonio al tiempo de su muerte. Ello con independencia de cual sea el destino de los mismos
previsto por el testador. Se incluyen, por tanto, en el activo los bienes objeto de legado o de donación mortis
causa; y ello tanto por ser bienes de pertenencia del testador al tiempo de su fallecimiento como por la obvia
razón de que necesariamente han de ser tenidos en cuenta los mismos para determinar si el valor de los
legados determina o no la procedencia de la cuarta. b) Integran también el activo hereditario los créditos que el
causante ostentare contra el heredero, los extinguidos a consecuencia de legado de perdón o condonación de
deuda, así como también los frutos pendientes a la muerte del testador. c) La valoración se referirá al momento
de la muerte del testador; sin tomar en consideración los aumentos o disminuciones del valor sobrevenidos con
posterioridad. d) La valoración ha de hacerse según valor real y objetivo, prescindiendo del precio de afección.
e) Los créditos a plazo se computan por su importe, previa deducción de los intereses que el aplazamiento
supone. f) En cuanto a los créditos condicionales, eventuales o dudosos, se prescinde de los mismos, si bien,
en el supuesto de que llegaran a cobrarse, se rectificará la valoración que se hizo para la determinación de
la falcidia, con el consiguiente abono al heredero o al legatario según los casos. Señala algún autor que, en
este supuesto, el heredero, al satisfacer los legados, puede exigir caución al legatario al objeto de garantizar
la devolución de lo que procediere en el supuesto de rectificación de la valoración por cobrarse un crédito
de tal índole. Según Puig Ferriol y Roca Trías los créditos solidarios deben computarse en la parte que en
las relaciones internas entre los acreedores corresponde al causante, lo cual se infiere, efectivamente, de las
reglas generales de la solidaridad activa.
El pasivo de la herencia lo integran las deudas del testador, sean de la índole que sean, incluso en el caso de que
el acreedor fuere el propio heredero, los gastos de última enfermedad, entierro y funeral del testador, los gastos
del inventario y los legados que, por disposición del testador o por precepto legal, no han de ser objeto de
reducción. Es lógico que estos legados no reducibles, al ser totalmente ajenos al posible juego de la falcidia, se
conceptúan como verdaderas deudas o cargas de la herencia, pasando a integrarse en el pasivo de la misma.
La fijación será del activo y del pasivo, y se colacionan las donaciones que correspondan para señalar la
legítima y averiguar si son inoficiosas, y a la vez para saber si el causante se ha extralimitado o no en sus
facultades, a fin de salvaguardarla. Por lo que a su naturaleza jurídica se refiere, tras la reforma efectuada en el
año 1990, puede afirmarse: 1º) Que la Ley reafirma el carácter de pars bonorum, eliminando las imprecisiones
que la anterior regulación podían inducir a dudas o confusión y así: - En su artículo 48 se lee que la legítima
atribuye derecho a una porción del haber hereditario (en tanto que en el anterior art. 46 se refería a "una porción
de la herencia"); - En el artículo 42 se habla de "tercera parte del haber hereditario" (mientras que en el 41 y
anterior redacción se refería a "una tercera parte de la herencia". La misma referencia al "haber hereditario" se
recoge en los actuales artículos 43 y 45; - En el artículo 47 se indica que la "legítima conferirá a los legitimarios
el derecho a enajenar ...", cuando en el derogado artículo 46 se indicaba que "los legitimarios, como herederos,
podrán ejercitar ...". Esta solución no fue una cuestión pacífica en el seno de la Comisión que elaboró los
trabajos de la reforma, ya que alguno de sus miembros eran proclives al cambio de naturaleza, pasando de
pars bonorum a pars valoris. Con posterioridad a la Ley de reforma, también se ha producido por parte de
algunos autores una orientación hacia la citada solución. 2º) Elimina la criticada rigidez anterior contenida en
la anterior regulación, en su artículo 46, de que la legítima debe ser pagada con bienes de la herencia, siendo
ineficaz toda disposición en contrario del testador. En la actualidad, y conforme al artículo 48, si bien la regla
general es la del pago en bienes de la herencia, se posibilita también que se efectúe en dinero, aunque no lo
haya en la herencia. Con ello, por otra parte, se adecúa el régimen de la Compilación al de las legislaciones

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JURISPRUDENCIA

que atribuyen, como aquélla, la naturaleza de pars bonorum a la legítima, eliminando así el aludido argumento
de una calificación pars hereditatis.
La Compilación, con notable mejora, de la escueta y confusa anterior regulación, dedica los párrafos 2º y 3º
del actual artículo 47 al cálculo de la legítima, que contempla tres cuestiones: a) Bienes.- Valoración.- Con
toda precisión indica el actual artículo 47, que los bienes hereditarios se valorarán, para fijar la legítima, por el
que tengan al fallecimiento del causante. B) Deudas y cargas.- Del valor líquido fijado conforme al apartado
a) se deducirán las deudas y cargas. C) Computación.- También regula la actual Compilación esta cuestión el
párrafo segundo del artículo 47, estableciendo la necesidad de computar: "Al valor liquido... se añadirá el de
las liberalidades computables..." Asimismo fija la forma de valorar estas liberalidades: "..el valor que tenían al
ocurrir el fallecimiento.." - Deduciendo las mejoras útiles y gastos extraordinarios de conservación o reparación,
costeados por el legitimario. - Y agregando el importe de los deterioros causados por su culpa y que hubieran
disminuido su valor. No regula, en cambio, la Compilación el problema de la reducción de liberalidades, y parece
que será de aplicación, como derecho supletorio, las reglas del Código Civil. (Ya así lo entendió el T.S. en
sentencia de 23 de mayo de 1985, basándose en la "querella inoficiosi donationis" de Derecho romano).
En cuanto a las disposiciones que inter vivos válidamente haya realizado el causante, es evidente que al
legitimario le interesa su conocimiento, fundamentalmente de los actos realizados a título gratuito que deberán
ser traídos a la cuenta de la herencia no sólo para colación en sentido estricto, sino para calcular la hipotética
suma que alcanzaría el caudal del causante si no las hubiera realizado, efectuar las imputaciones pertinentes
y, en su caso, proceder a su reducción o anular en beneficio del legitimario las hechas o efectuadas a extraños,
o determinar si se han de contar como satisfacción anticipada de la legítima, o como mejora, o con cargo al
tercio de libre disposición, reduciendo, en su caso, aun las hechas a legitimarios.
En efecto, como dice la sentencia del Tribunal Supremo de 17 de marzo de 1989, para determinar el importe de
las legítimas, y saber lo que se puede o no recibir por testamento ha de tenerse en cuenta, no sólo el valor neto
de los bienes que quedaron a la muerte del testador, sino también las transmisiones gratuitas realizadas inter
vivos (reunión ficticia del donatum y el relictum) cuyo valor contable representará el activo de la herencia, y del
que no pueden excluirse ninguna de las donaciones efectuadas, ya lo hayan sido a legitimarios, no legitimarios
o extraños, sin límite alguno en el tiempo, sin considerar su proporción o desproporción con el patrimonio del
donante, ni la ausencia de voluntad dolosa de éste.
Sin embargo, siendo lo más problemático la valoración de los bienes en el pago en metálico de la legítima por
el desfase y aumento de valor que se puede producir entre la valoración y el pago, precisamente el momento
que se señala es el de la liquidación de la legítima, mientras que si se paga en bienes del caudal relicto (que
es lo que en general tienen derecho) parecería acertado, bien el criterio de Lacruz al decir que si la legítima se
calculó por el valor que los bienes tenían al fallecer el causante, conforme a idéntico valor debieran tasarse los
bienes atribuidos en pago de la misma al legitimario, bien el criterio de Vallet en el sentido de que la valoración
de la legítima deberá seguir las mismas alteraciones que el valor de los bienes.
Lo donado a extraños se colaciona para calcular y salvaguardar la legítima, imputándolas al tercio de libre
disposición y entre legitimarios para imputarlo a legítima, mejora o libre disposición, entendiendo el término
"colacionables" en un sentido amplio que permite incluir en el mismo todas las donaciones hechas, sin perjuicio
de que pudiesen o no resultar inoficiosas, para cuya declaración es preciso, como paso previo, el cálculo del
montante total hereditario.
Y según indicaba la sentencia de fecha 14 de marzo de 1999 de esta Audiencia Provincial, según dispone
el artículo 46 de la Compilación Balear, la legítima debe ser pagada en bienes de la herencia, sin embargo
ello no es posible en el caso enjuiciado, por cuanto: 1º) los dos únicos bienes existentes en el patrimonio
de la causante al momento de su fallecimiento, fueron asignados al actor hoy apelante por la Sra. T.Ll. en su
testamento, 2º) en el punto relativo a la reducción de donaciones, son aplicables supletoriamente las normas
del código Civil, tal como establece la Sentencia del Tribunal Supremo de 23 de mayo de 1985, y 3º) la colación
supone la agregación puramente contable de unas partidas de valor con el fin de calcular la cuota patrimonial
de cada heredero forzoso, y en el caso de que resulten inoficiosas las donaciones, no se resuelven ni revocan
en virtud de la colación, originando únicamente un crédito con la correlativa obligación del colacionante de
abonar la diferencia o restituir el exceso, tratándose de una deuda dineraria o de valor, no específica de la cosa
que fue donada.; la Sentencia de 27 de noviembre de 2000 que el art. 47 de la Compilación del Derecho Civil
de Baleares de 1961 establecía que "la legítima se computará en relación a los bienes hereditarios existentes
al fallecimiento del causante y por el valor que tuvieren en la fecha que se practique la liquidación". A pesar de
la defectuosa redacción de dicho precepto tanto la doctrina científica foralista como la jurisprudencia venían
entendiendo que para la fijación de la legítima no sólo debían tomarse en consideración los bienes de que el
causante era titular a su fallecimiento, sino que era imprescindible la operación de imputación del "donatum",
es decir, la unión ideal o contable de las liberalidades dispuestas en vida por el causante, para la fijación del

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JURISPRUDENCIA

quantum legitimario. La oficiosidad o inoficiosidad de lo donado se determinaba con referencia a la fecha


del fallecimiento del causante del bien donado, previa deducción de las mejoras, y también la valoración del
haber relicto. La redacción actual del citado art. 47 dada por la Ley 8/1990, de 28 de junio, ya establece que
"para fijar la legítima se deducirá del valor que tenían los bienes al fallecimiento del causante el importe de
las deudas y cargas, sin incluir entre ellas las impuestas en el testamento, así como los gastos de última
enfermedad, entierro y funeral. Al valor líquido así determinado se añadirá el de las liberalidades computables,
por el que tenían al ocurrir el fallecimiento, previa deducción de las mejoras útiles...", despejando las dudas que
pudieran existir acerca de la computación de las donaciones, fijación de su valor en la fecha del fallecimiento
del causante y deducción de las mejoras.; la sentencia de 29 de junio de 2001 que se rige la presente materia por
el artículo 47 de nuestra Compilación de Derecho civil, que establece que para fijar la legítima se deducirá del
valor que tenían los bienes al fallecimiento del causante el importe de las deudas y cargas, sin incluir entre ellas
las impuestas en el testamento, así como los gastos de última enfermedad, entierro y funeral. Al valor líquido
así determinado se añadirá en de las liberalidades computables, por el que tenían al ocurrir el fallecimiento,
previa deducción de las mejora útiles y de los gastos extraordinarios de conservación o reparación, costeados
por el beneficiario y con agregación del importe de los deterioros causados por culpa del mismo que hubieran
disminuido su valor. Es decir, para la fijación de la legítima no sólo deben tomarse en consideración los bienes
de que el causante era titular a su fallecimiento, sino que es imprescindible la operación de computación del
"donatum", es decir, la unión ideal o contable de las liberalidades dispuestas en vida por el causante, para la
fijación del "quantum" legitimario. La oficiosidad o inoficiosidad de lo donado se determina con referencia a
la fecha del fallecimiento del causante, y también se refiere ala misma fecha la valoración del haber relicto,
habiéndose planteado con base en la compilación de 1961, el problema de la valoración de las liberalidades,
toda vez que aquella no contenía ningún precepto que determinara si las donaciones debían computarse por el
valor de los bienes donados a la fecha de la donación, o bien por el que tuvieran a la fecha del fallecimiento del
causante. La doctrina científica se hallaba dividida sobre el particular, si bien el sector mayoritario se decantaba
por la última de dichas soluciones, es decir, por computar el valor que los bienes donados tenían en la fecha del
fallecimiento del causante, previa deducción de las mejoras y con el incremento de los deterioros imputables
al donatario. Este fue el sistema adoptado por la Comisión nombrada por el Consejo General Interinsular para
la elaboración del Proyecto de Ley sobre Compilación de Derecho Civil de Baleares, y el que se ha recogido
en el artículo 47 de la Compilación de 1990, al establecer en materia de fijación de legítimas y respecto al
cálculo del activo, que se integrará con los bienes presentes al tiempo del fallecimiento -"relictum"- valorados
el día del óbito, a los que se sumarán los bienes pasados que hubiesen sido donados por el causante en vida
-"donatum"- también valorados el día de la muerte, previa deducción de las mejoras útiles y de los gastos
extraordinarios, de conservación o reparación, costeados por el beneficiario y la agregación del importe de los
deterioros causados por culpa del mismo que huyeran disminuido su valor.; la sentencia de 24 de septiembre
de 2001 que el juzgador "a quo", en su Fundamento de Derecho Quinto difiere para la fase de ejecución de
sentencia, la concreta fijación del importe de la legítima, partiendo de la determinación de bienes indicada en
el Fundamento de Derecho Cuarto, de la valoración pericial de los mismos practicada en autos como diligencia
para mejor proveer y de la adición de los frutos y rentas producidas desde la muerte del causante, tanto de los
depósitos metálicos indicados como de los inmuebles que se encontraran alquilados. No es correcta, la adición
de los frutos y rentas producidas desde la muerte del testador o causante para fijar la legítima, por cuanto,
dicha fijación ha de hacerse, atendido el valor de los bienes al fallecimiento del causante, tal y como señala el
artículo 47 de la Compilación, que prevé, en su artículo 48 al igual que el artículo 818 C.C., dicho incremento
de frutos y rentas producidos desde la muerte del causante para pagar la legítima, señalando al respecto que:
"para pagar la legítima se atenderá al valor que tuvieran los bienes hereditarios al tiempo de la liquidación,
incrementado con los frutos y rentas producidas desde la muerte del causante. Desde la liquidación el crédito
en metálico devengará el interés legal". En resumen, la fijación de la porción hereditaria destinada a legítima
del actor en cuantía de ..., debe realizarse por la diferencia entre el valor que tenían los bienes en el momento
del fallecimiento del testador y las deudas y cargas pendientes acreditadas en esta alzada y para pagar la
legítima se atenderá al valor de los bienes al tiempo de su liquidación, valoración que por ser aceptada por
ambas partes, al no haber sido impugnada en esta alzada, debe ser la recogida en la sentencia, esto es, la
que resulta de la prueba pericial practicada como mejor proveer, con adición de los frutos y restas producidos
ello supone la estimación del recurso y la revocación parcial de la sentencia, pero no empiece a la íntegra
estimación de la demanda.; las sentencias de 2 de diciembre de 2002 y 16 de mayo de 2003, entre otras, se
pronuncian en el mismo sentido.
TERCERO.- Por otra parte, el artº 48 de la Compilación reza así: "La legítima atribuye derecho a una porción
del haber hereditario y debe ser pagada en bienes de la herencia. No obstante el testador, en todo caso, y el
heredero distribuidor, si no se le hubiere prohibido, podrán autorizar el pago de la legítima en dinero aunque
no lo haya en la herencia.

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JURISPRUDENCIA

Deberán ser respetados los legados de cosa específica y la asignación o distribución de bienes determinados,
ordenados a favor de los legitimarios por el testador o heredero distribuidor.
Para pagar la legítima se atenderá al valor que tuvieren los bienes hereditarios al tiempo de la liquidación,
incrementado con los frutos y rentas producidos desde la muerte del causante. Desde la liquidación el crédito
metálico devengará el interés legal.
La decisión de pago en metálico sólo producirá efectos si se comunica fehacientemente a los legitimarios
en el plazo de un año desde la apertura de la sucesión. El pago se efectuará dentro del año siguiente a la
comunicación, si la legítima no supera la tercera parte de la herencia, y en el término de dos años, en caso
contrario.
Transcurridos los plazos expresados sin que se haya efectuado el pago en metálico de la legítima, podrá el
legitimario reclamar su pago o complemento judicialmente, pudiéndose anotar la demanda en el Registro de
la Propiedad.
Todos los bienes de la herencia están afectos al pago en metálico de la legítima pero, respecto a terceros
hipotecarios y en garantía de los legitimarios, será aplicable, en lo pertinente, el artículo 15 de la Ley
Hipotecaria.
La institución de heredero, la asignación o distribución de bienes, el legado y la donación a favor de quien
resulte legitimario implicarán atribución de legítima, aunque no se exprese así, y se imputarán en satisfacción
de ella, siempre que otra cosa no haya dispuesto el causante, el donante o el heredero distribuidor. Esta
imputación surtirá efecto aunque el legitimario repudie la herencia, la asignación o distribución, o el legado.
Los herederos podrán también hacer uso de la facultad establecida en el artículo 839 del Código civil y el
cónyuge viudo en la del artículo 840 del mismo cuerpo legal".
Sobre la imputación legitimaria, y siguiendo la mejor doctrina: El concepto de <<imputación>> más conocido
es el que la considera como operación inversa a la computación; mediante ella, las donaciones y los legados
se colocan a cuenta de la porción hereditaria que corresponda (legítima o parte libre) para comprobar si son
o no inoficiosos; es inicialmente una operación ideal, puramente contable; pero de resultar inoficiosa alguna
o varias de las liberalidades imputadas, puede dar lugar a operaciones de reducción o de abono en metálico.
Pero según algunos autores, se trata de un concepto muy complejo y que puede ofrecer varios aspectos; y
estuvo en la mente del legislador la siguiente dualidad de acepciones:
1ª. La imputación es una mera operación de cálculo, de modo que el bien donado o legado o la herencia
disminuyen la porción de valor que el legitimario tiene derecho a percibir en la masa hereditaria integrada por
relictum y donatum, tomando de menos en la misma, el valor de la liberalidad recibida.
2ª. La imputación es una de las varias formas por medio de las que el legitimario puede recibir lo que por
legítima le corresponde <<imputándose>> la herencia o el legado a la legítima de quien los reciba. Es un
concepto equivalente a título atributivo de la legítima.
En el artículo 48 indicado se usa el concepto de <<imputación>> en el sentido o significado de atribución
de legítima, basándose en que tiene una redacción casi idéntica a la del artículo 131, párrafo primero, de la
Compilación de Cataluña, y es evidente que en la misma el concepto es usado en ambos sentidos; por otra
parte, la doctrina más solvente que del problema se ha ocupado en este último cuerpo legal entiende que
<<imputación>> implica título de atribución en el artículo 131, mientras que la <<imputación>> como concepto
contable, como operación particional está contenido en los artículos 132, 134 y 135 de la misma Compilación.
En cuanto a la imputación en la Compilación balear: existe la posibilidad de las dos acepciones antes indicadas,
que aconsejan el estudio por separado de ambos sentidos:
A) En el sentido ideal o contable. La imputación en el plano de las operaciones particionales no está
contemplada en la Compilación, al contrario de lo que resulta en la de Cataluña y en el Código civil.
B) En su acepción de atribución. Antes se han estudiado las posibles formas de atribución de legítima, llegando
a la conclusión de que, además de por vía de herencia o por legado, que contempla el artículo 48, hay otras
posibles formas de atribución.
Como reglas especiales de la Compilación, deducidas de éste y de otros artículos, puede indicarse la siguiente:
Según el artículo 48, <<el valor de lo atribuido por vía de herencia o de legado disminuirán lo que debe percibir el
legitimario en concepto de legítima, siempre que otra cosa no haya dispuesto el causante>>. En consecuencia,
la institución de heredero a favor del legitimario, sin más precisiones o aclaraciones, deberá entenderse en el
sentido de que el valor de la participación hereditaria o el legado consumen legítima del legitimario o legatario.

11
JURISPRUDENCIA

Sobre el pago de la legítima. En el estado legal anterior a la Ley de reforma de 1990, el artículo 46 establecía,
de forma tajante: <<La legítima atribuye derecho a una porción de la herencia y debe ser pagada en bienes de
la misma, siendo ineficaz toda disposición en contrario del testador>>.
La primera parte del precepto fue argumento clave de la interpretación doctrinal que consideraba la legítima
como pars hereditatis.
Otra opinión doctrinal entendía que de este mismo precepto podía deducirse que de ser así, de ser la legítima
una cuota parte de la herencia, ninguna necesidad había de precisar que tal cuota debía pagarse en bienes
hereditarios, ya que los legitimarios, como tales herederos serían cotitulares de dicha herencia.
En el Código civil y por Ley 11/1981 se introdujo la posibilidad del pago en metálico, si bien limitado al supuesto
de hijos y descendientes (arts. 841 y ss).
Con tales antecedentes no pude extrañar el cambio introducido en nuestra Compilación por la Ley de reforma
de 1990, y en el párrafo primero del artículo:
- Fija con toda claridad la naturaleza de la legítima: una porción del haber hereditario, o sea una pars bonorum.
- Establece una regla general de pago: en bienes de la herencia.
- Y una excepción, dulcificando el rigor de la Compilación: que el testador, en todo caso, y el heredero
distribuidor, si no se le hubiera prohibido, autorice el pago de la legítima en dinero aunque no lo haya en la
herencia.
El artículo de referencia desarrolla con precisión este planteamiento general, en la forma siguiente:
a) Obligación de respetar los legados de cosa específica ordenados por el testador a favor de los legitimarios,
e igualmente la asignación o distribución realizadas por el heredero distribuidor.
b) Valoración de bienes para pago de la legítima. El correspondiente al tiempo de la liquidación, incrementado
con los frutos y rentas producidos desde el fallecimiento del causante.
c) Devengo de interés legal del crédito metálico desde la liquidación, etc.
En la valoración de bienes hereditarios, a los efectos de pago de la legítima, caben múltiples soluciones ,
reductibles a tres, tanto por lo exigido por las partes como por adoptadas por la doctrina y jurisprudencia,
como son:
a) atender al valor de los bienes al tiempo de la liquidación : interpretación literal del artº 48 de la Compilación.
b) Atender a su valor al tiempo de la donación o de la venta encubierta: taxativamente rechazado según los
anteriores fundamentos de derecho.
c) Atender a su valor al tiempo del fallecimiento del causante : no prevista en nuestra Compilación, salvo para
fijar la legítima y añadir las liberalidades computables.
d) Atender al valor al momento de la enajenación a terceros , tampoco prevista en nuestra Compilación.
Pero a la vez pueden concurrir, a efectos valorativos, dos situaciones:
1ª) la de los bienes que siguen en poder de los donatarios, reducibles o no, y que deben ser restituidos; y
2ª) la de los bienes que, reducibles o no, ya no integran el patrimonio de los donatarios, por haber sido
enajenados a terceros.
La solución primera (a) es la que recoge nuestra Compilación (artº 48, párrafo 3º), atendiendo a que la legítima
atribuye derecho a una porción del haber hereditario y debe ser pagada en bienes de la herencia, aunque se
autorice el pago de la misma en dinero (artº 48, párrafo 1º), y aunque sin distinguir entre bienes ordenados a
favor de legitimarios o en poder de los donatarios, de los bienes ya transmitidos a terceros, con anterioridad a la
liquidación y pago de la legítima, en cuyo último caso la valoración, al tiempo de liquidación será normalmente
desproporcionada, y parece adecuada sólo para aplicación a los bienes restituibles (situación primera).
La solución cuarta (d), que no está recogida en nuestro Ordenamiento jurídico, parece más justa y adecuada
a los supuestos de aplicación sobre bienes transmitidos a terceros por los donatarios (situación segunda); a
juicio de este Tribunal y a falta de jurisprudencia al respecto.
La solución primera (a) ha sido aplicada por esta Audiencia Provincial, en sentencias de fechas 14- marzo-89
por la que: "Debido, precisamente, al carácter de de "pars bonorum" de la legítima, surge el problema de su
determinación cuantitativa en el caso de que el valor de los bienes al tiempo de satisfacerla, hubiera variado
con relación al momento de su fijación; ya que la naturaleza de la legítima mallorquina y menorquina, por ser

12
JURISPRUDENCIA

"pars bonorum", no puede estimarse como un valor fijo e inamovible, sino que el legitimario se beneficia o
padece el aumento o disminución de valor que sufren los bienes desde el fallecimiento del causante hasta
el momento del efectivo pago de la legítima. Según la doctrina científica más cualificada en la materia, "en
Mallorca el legitimario es afectado por el aumento o disminución del valor de los bienes hereditarios ocurrido
por causas espontáneas; de antigua costumbre, la masa hereditaria se fija en cuanto a los bienes por los
que poseía el causante a su fallecimiento, y en cuanto al valor por el que tienen al tiempo de liquidarse la
legítima"; sentencia anterior a la reforma de la Compilación; por la de 21-mayo-01 en la que: "Nota la Sala que
el primero de los peritos enfoca la valoración de las fincas bajo el prisma exclusivo de la cualidad rústica o
agrícola de aquéllas, y, aunque es cierto que en general se trata de fundos, también lo es que para una ajustada
resolución de lo que constituye el objeto de la presente litis no deben de ser desechadas otras circunstancias
concurrentes en aquellos inmuebles como puede ser la existencia o no en ellos de edificaciones, posibilidades
económicas de todo tipo que esto representa, la situación que poseen, vistas, posible edificabilidad de los
terrenos, posible venta conjunta de varias de las fincas, escasez de oferta y aumento de demanda de fincas de
esta naturaleza en un mercado inmobiliario de las características del de las Islas Baleares, etc"; por la sentencia
de 29-junio-01 en la que: Cuestión distinta es la relativa al pago de la legítima cuando el valor de los bienes
al tiempo de satisfacerla, hubiera variado con relación al momento de la fijación, ya que la naturaleza de la
legítima mallorquina y menorquina, por ser "pars bonorum" no puede estimarse como un valor fijo e inamovible,
sino que el legitimario se beneficia o padece el aumento o disminución de valor que sufren los bienes desde
el fallecimiento del causante hasta el momento del lectivo pago de la legítima; por lo que la doctrina científica
más cualificada en la materia señalaba que "en Mallorca y Menorca el legitimario está afectado por el aumento
o disminución del valor de los bienes hereditarios ocurridos por causas espontáneas; de antigua costumbre,
la masa hereditaria se fija en cuanto a los bienes por los que poseía el causante a su fallecimiento, y en cuanto
al valor por el que tienen al tiempo de liquidarse la legítima". Así por tanto, para el cálculo de la legítima hay
que valorar los bienes relictos al fallecimiento del causante, y determinada de esta forma, queda concretada
en un "quantum" de bienes, y por tal parte alícuota de una masa de bienes se tiene que satisfacer.
La ley de reforma de 1990 y por lo que respecta a Mallorca y Menorca, reafirma el carácter de "pars bonorum" de
la legítima con carácter general, con la excepción de que el testador o el heredero distribuidor, si no se le hubiera
prohibido, autorice el pago de la legítima en dinero; y establece que para pagar la legítima se atenderá al valor
que tuvieren los bienes hereditarios al tiempo de la liquidación, incrementado con los frutos y rentas producidos
desde la muerte del causante; no existiendo obstáculo alguno para que dichos frutos puedan determinarse en
fase de ejecución de sentencia.
Y aplicando la doctrina hasta aquí expuesta al caso hoy enjuiciado, resulta: A) Para determinar la legítima
habrá que sumar al valor de los bienes presentes al tiempo del fallecimiento, el de los bines donados a los
demandados, valorando todos los indicados bienes a la fecha del fallecimiento de la causante, acaecido el ....
B) No hay que incluir en el cómputo del valor de los bienes donados los gastos extraordinarios de conservación
o reparación ni las mejoras útiles costeadas por el beneficiario, pero si se incluirá, en su caso, el importe de
los deterioros causados por su culpa. C) Caso de que la legítima del actor, fijada en la forma antes expresada,
no quedara cubierta con los bienes dejados por la madre al hoy actor en su testamento, se le deberá abonar
la diferencia, para completar su legítima por el valor que tuviesen los bienes al momento de la liquidación,
incrementado con los frutos y rentas desde la muerte del causante"; por la Sentencia de fecha 27- julio-01 en
la que: "En los motivos 1) y 2) del recurso de la demandada se alude a un problema derivado del diferimiento
en el tiempo de la liquidación en relación con la suma pagada a cuenta, tanto respecto de la valoración de los
dos inmuebles como en las rentas devengadas desde la fecha del fallecimiento hasta la liquidación definitiva.
Sobre el particular la Compilación no contiene norma específica, y en su artículo 48 se limita a indicar que
para la fijación de la legítima se atenderá al valor de la fecha de la liquidación, y se incluirán en la herencia los
frutos y rentas de los bienes de la herencia desde la fecha del fallecimiento hasta la fecha de la liquidación.
Es evidente que el valor de un bien inmueble puede alterarse en tal período, en este caso, al menos de cinco
años, normalmente al alza, pero eventualmente también a la baja, siendo notorio en esta isla el incremento
habido en estos últimos años en el precio de mercado de los bienes inmuebles, siendo muy difícil predecir
si tal incremento seguirá, se estabilizará o incluso pueda descender. En el caso concreto dicha coyuntura
ha supuesto un relevante incremento de patrimonio que afecta igualmente a las dos partes, y aún más a la
recurrente, por cuanto le corresponde ... de la herencia. También es evidente que la demandada ha abonado
una parte de la cuota legitimaria, en concreto ... pesetas, admitidas por la actora a cuenta de la liquidación final.
En tal contexto la fórmula propuesta por la representación de la demandada recurrente tiene a evitar un posible
enriquecimiento injusto de la actora, pues considera que si ya ha recibido una cuota parte, por el momento aún
imposible de conocer el porcentaje sobre el final, debería ser detraída en el mismo porcentaje tanto respecto
al relevante incremento habido en el valor de los bienes inmuebles, como en el importe de los frutos y rentas.

13
JURISPRUDENCIA

Como antes se ha reseñado dicha norma legal no contiene disposiciones relativas a posibles pagos a cuenta,
pero no puede olvidarse que tal retraso en la liquidación es imputable principalmente a la demandada por
efectuar en el requerimiento de 7 de abril de 1.997 una liquidación sumamente baja de los bienes del caudal
relicto, ocultando según elementos del mismo, aparte de ocultar aspectos del caudal "donatum", en porcentaje
de relativa importancia. A los efectos de evitar el posible enriquecimiento injusto que resulta del hecho de que
la actora ha cobrado parte de su cuota legitimaria, y al mismo tiempo la integridad de los bienes de la herencia
que producen frutos o rentas, siguen incrementando el caudal hereditario por aplicación del indicado artículo,
la Sala considera muy compleja e improcedente la solución propuesta por su dirección Letrada, atendidas
las circunstancias del caso concreto, con imputación del retraso a la demandada; pero, al efecto de evitar tal
situación de posible enriquecimiento injusto, se estima parcialmente el motivo del recurso, y se acuerda que
del importe final de la liquidación deberá detraerse el importe del interés legal de la suma de ... pesetas desde
el día ... de ... de ... hasta el día de en que definitivamente se practique la liquidación. Por tanto, se estiman
parcialmente dichos motivos del recurso"; por la Sentencia de fecha 24-septiembre-01: "Deben distinguirse
las fechas de determinación de la legítima con las de liquidación de pago, a fin de concluir que la primera la
fija respecto de bienes existentes al fallecimiento del causante, y por la segunda queda el valor actualizado
al tiempo de la liquidación, en el caso sin incremento de frutos y rentas sino desde el fallecimiento de la hija
usufructuaria a ..., y cuyo crédito (si fuera metálico) devengará intereses legales desde el pago, en bienes
o en dinero, como se ha indicado en los precedentes considerando quinto, noveno y décimo, y ello en base
principalmente a lo que establece el artículo 81.4 de la Compilación Balear. En el caso de antes es evidente,
a tenor de las periciales practicadas, que el valor de los bienes ha variado ostensiblemente con relación al
momento de su fijación o determinación al fallecimiento del abuelo y de la madre, y es el contenido del cual
del que debe sacarse la cuota y fijarse en tal sentido, pero NO su valor que no puede petrificarse, salvo los
supuestos de legítimos individualizados por un legado o donación. El valor actualizado suele ser distinto pero
no necesariamente al alza, y en determinados casos cabe que un legitimario pueda recibir menos cantidad de
bienes o de dinero (en el mismo sentido se expresa la mejor doctrina como Pascual y González, y asimismo el
profesor P.Grimalt Servera en la obra "Los legados pecuniarios", en cuanto la legítima es, en la Compilación, una
"pars bonorum" o porción del haber hereditario, a pagar normalmente con bienes de la herencia. La legítima
Pitiusa se configura como una "deuda de valor", fijado de acuerdo con el del patrimonio hereditario líquido al
momento de la muerte del causante, por lo que se pretende el pago de un determinado valor contenido de una
cosa, y en la que el legitimario tiene derecho a obtener el equivalente pecuniario medido al momento actual,
sin que sea posible distinguir entre evaluación y liquidación del valor, que puede considerarse en bienes o en
dinero a la hora del pago; ésa era la intención de los testadores a modo de sostener el valor actualizado de
los bienes a través de cada porción (como indica el Prof. Grimalt Servera, "Los legados pecuniarios", pág. 31
a 35, y sobre los de parte alícuota y formas de pago, pags. 48 a 50 y en casos de retraso o incumplimiento)
en una visión amplia y clara de la problemática, que permite, resolverla de forma objetiva, realista y equitativa
(f.99 a 107 de la obra)"; y la S. Aud. Provincial Baleares de 9-Diciembre-97, la STS de 17-Diciembre-92, y Aud.
Prov. Baleares -Sec. Quinta- de 27- Julio-01, y 21-Mayo-01,entre otras); por la Sentencia de 21-junio-2002 en
la que: "Por último, le asiste la razón a la recurrente cuando afirma que la sentencia de instancia no sienta
las bases de actualización de la cantidad de ... millones de pesetas que establece como la aproximadamente
recibida por la legitimaria Dª ..., ahora apelante, para la adquisición de la vivienda de la calle ..., y así se recoge
en los hechos probados de la presente resolución, por lo que la misma no deberá ser tomada en consideración
para determinar el valor del donatum sino el valor de mercado de la vivienda en la fecha del fallecimiento del
causante por ser precisamente el modo de calcularlo al que expresa y voluntariamente se han sometido las
partes y no el valor de las cantidades dinerarias recibidas de su padre para la adquisición de sus respectivas
viviendas; y el primer motivo de impugnación merece ser atendido ya que legalmente tanto el relictum como
el donatum deben ser valorados a la fecha de la muerte del causante para fijar la masa íntegra de cálculo de
la legítima, y en el caso la pericial practicada para la su valoración en el año ... no concreta si el valor de los
bienes inmuebles relictos y el de los donados se corresponde a la fecha del fallecimiento del causante o al de la
valoración, cuestión esencial que debió ser objeto de aclaración por las partes en el acto de emisión del informe
y que deberá concretarse o bien valorarse de nuevo dichos bienes a la indicada fecha legal en fase de ejecución
de sentencia, debiendo procederse seguidamente a determinar la legítima paterna con las siguientes bases: A)
Los bienes relictos son los que figuran relacionados en el apartado C) del primer fundamento de derecho de la
presente resolución, debiendo concretarse su exacto valor en la fecha del fallecimiento del causante, el ... de ...
de ..., C) Al activo líquido relicto se le sumará el total valor de los inmuebles donados a todos los legitimarios y
que se relacionan en el apartado D) del primer fundamento de derecho de esta resolución, más la cantidad de ...
pesetas consensuada por las partes respecto a la donación dineraria a favor de Dª...; entre otras, resoluciones
pero el objeto de éstas no era valorar donaciones de bienes coleccionables que habían sido transmitidos a
terceros, sino reducción de donaciones por inoficiosidad, parámetros en el mercado inmobiliario, suplementos
o petición de legítima, pagos a cuenta de la liquidación final, aplicación de frutos e intereses, o adquisición de
inmuebles por los receptores de sumas dinerarias; y ello en cuanto procede traer el valor de los bienes a la

14
JURISPRUDENCIA

herencia como prestación sustitutoria como si se hubieren de pagar las legítimas con bienes de la herencia
( STS de 5-5-95), o por aplicación analógica (aunque sólo como criterio orientador) de los artículos 1.045 y
1.075 del CºCivil, y traer a colación, por vía de imputación, el valor de los bienes donados al tiempo en que se
tasen o evalúen los bienes hereditarios, a modo de riesgo o beneficio -según los casos- del donatario ( STS
de 17 y 26-2 y 17-12-92, y 23-6-94), y porque desde el momento de cada atribución los donatarios tienen
conocimiento de la imputación a la legítima y deben ser conscientes de que los bienes que se les dona pueden
devaluarse o revalorizarse, o porque se considere la legítima como deuda de valor salvo lo que disponga el
causante sobre frutos y/o intereses, al igual que sucede en la liquidación de la sociedad de gananciales o de los
perjuicios en los supuestos de accesión invertida inmobiliaria; aunque este Tribunal insiste que la valoración a
la fecha de liquidación es la más adecuada cuando el pago se realiza con bienes de la herencia, y en que éstos
no se han transmitido o enajenado a terceros con anterioridad.
Entre las soluciones primera y cuarta de las descritas se hallan algunas intermedias como la de quienes
sostienen que a las cosas recibidas en donación les corresponde el valor actual pues, en caso contrario, se
faltaría a la equidad y se conseguiría un enriquecimiento injusto si bien ha de estarse al estado de los bienes
al hacer la donación ( STS de 17-12-92), o de aquéllos que mantienen que el valor en venta no es el único a
tener en cuenta sino seguir criterios objetivos y periciales ( STS de 20-11-90); o de la sentencia del Tribunal
Supremo de 17 de diciembre de 1992, interpretando el párrafo 2º del artículo 1.045 que entiende que el valor de
o donado ha de hacerse con referencia al momento de la tasación, y si bien los aumentos o deterioros físicos
corren a favor y por cuenta del donatario, no sucede lo mismo en cuanto al incremento del valor del terreno
por aplicación de la normativa urbanística en que ante el silencio del legislador aumentan la masa hereditaria.
Tal criterio es ciertamente importante y si es de aplicación entre coherederos también lo es frente a terceros
para el cálculo de la legítima.
En definitiva, este Tribunal se inclina por aplicar el valor de liquidación a los bienes restituibles, y asimismo
el valor de los bienes a la fecha de enajenación en los casos de no restituibles por haber sido transmitidos a
terceros, concurriendo buena fe, por parte de los donatarios; no obstante estarse a las circunstancias de cada
caso, por lo que las soluciones descritas permiten modulaciones, complementos y matizaciones, máxime en
supuestos de evoluciones drásticas del mercado, devaluaciones o revalorizaciones exageradas, y similares,
máxime cuando los donatarios- vendedores no han recibido ni dispuesto sumas equivalentes a los precios
actualizados o a los valores que la contraparte reclama, ni cuando el valor al tiempo de liquidación depende
excesivamente de su decisión de vender a extraños.
La solución cuarta, que aplica este Tribunal a los supuestos en que los donatarios han enajenado los bienes a
terceros, viene avalada porque tal situación no está expresamente contemplada en nuestra Compilación, por
el hecho de que por tradición histórica se ha asumido, ferceramente en tanto el "Digesto" acoge el valor "por los
precios conseguidos en las ventas de bienes, aun perecidas las cosas o disminuidas", "en lo útil o enriquecido"
el donatario-vendedor (ad exemplum, D5,3 y D5,4 del Libro I), el del precio real más intereses devengados, y
por razones de equidad aquéllos habrán de "entregar el precio (obtenido) de las cosas donadas o vendidas
(ad exemplum, D18,4, Libro I); en cuarto lugar, por el criterio orientador seguido en la nueva Ley Concursal
(artº 73) por el que si los bienes no pudieren reintegrarse a la masa por pertenecer a terceros se condena a
entregar el valor que tuvieran cuando salieron del patrimonio del deudor concursado, con más el interés legal,
salvo tercero demandado, tercero de mala fe o no protegible registralmente, en cuyos casos además deben
indemnizar por los daños y perjuicios causados a la masa activa; criterio seguido en otras leyes especiales y
en las tercerías; y por último por tradición, raíces históricas y paralelismo de múltiples aspectos e instituciones
del Derecho civil balear con el Derecho civil catalán, por cuanto la Ley 40/1.991, del Código de Sucesiones por
Causa de Muerte en el Derecho civil de Cataluña, prevee en su artº 44 que "los bienes colacionables lo serán
por el valor que tuvieren al tiempo de fallecer el causante, con aplicación del artº 355, regla 2ª"; su artº 277 que
"la valoración del activo hereditario se referirá al tiempo de fallecer el testador con deducción de gravámenes
y deudas"; su artº 355.1 que "el importe de la legítima parte del valor de los bienes de la herencia, más las
donaciones computables, al tiempo de fallecer el testador, previa deducción de las mejoras útiles costeadas
por el donatario y de los gastos de conservación y reparación"; y a los efectos que ahora interesan, su artº
364 establece que " los bienes de la herencia que sirvan como pago de legítima se estimarán por su valor
en el tiempo de efectuarse fehacientemente la designación o la adjudicación " (solución primera -a-), y por
otra parte su artº 355.3 regula que " si el donatario ha enajenado los bienes donados se le añade el valor que
tenían al momento de su enajenación" (solución cuarta -d- que, como reiteradamente se ha relatado, no prevee
expresamente la Compilación del Derecho Civil de Les Illes Balears). En el mismo sentido las S.AP.Barcelona
de 27-diciembre-01, 21-diciembre-98 y 30-marzo-2002; y S.AP. Girona de 13- septiembre-99 y 14-marzo-2002;
entre otras.
CUARTO.- A la luz de las precedentes consideraciones y premisas, respectivamente aplicadas al supuesto
específico de autos, procede recordar que Dª. Amparo y D. Roberto son hijos habidos en primer matrimonio,

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JURISPRUDENCIA

y D. Víctor , nieto por premoriencia de Silvio , de D. Marco Antonio , y por tanto legitimarios, el cual falleció
el día 28 de Octubre de 1993 a la edad de 87 años, habiéndose casado en segundas nupcias el 25 de junio
de 1973 con Dª. Edurne , que aportó al matrimonio su hija Dª. Gabriela , asimismo legitimarias; que el
caudal hereditario fue fijado en la instancia por valor de 25.802.992.- pts. y la legítima global sobre 1/3 de la
herencia, a favor de los actores en 8.600.997.- pts.; y la inoficiosidad de las donaciones que excedieren de
la libre disposición, recayendo Sentencia de condena a entregar bienes donados o su valor si hubiesen sido
vendidos a terceros, al que tuvieren los bienes o cantidades al tiempo de liquidación hasta cubrir las cuotas
legitimarias de 1/9 parte para cada uno de los actores legitimarios, y Auto aclaratorio en el mismo sentido;
que el "relictum" estaba integrado por frac14; parte de la DIRECCION000 " (registral nº NUM008 ) y por la
sita en la C/ CALLE002 nº NUM009 (registral nº NUM010 ), sitas en la localidad de Santa María; que las
donaciones declaradas simuladas se corresponden a las "ventas" de las fincas sitas en la C/ CALLE000 nº
NUM000 (registral nº NUM001 ), en C/ CALLE001 nº NUM004 (registral nº NUM005 ), y de partes de la
DIRECCION000 " (registral nº NUM008 ), de la localidad de Santa María; que por Sentencia de fecha 30 de
julio de 2002 esta Audiencia Provincial declaró caducada la acción de reducción de las donaciones inoficiosas
referentes a partes de la DIRECCION000 ", por venta simulada a 1-7-92, inscrita el 12-8 siguiente, y a la casa de
la c/ CALLE001 de fecha 8-7-92 e inscrita el 13-8 siguiente, dejando ambas fuera de la reducción, y ratificando
que el pago debe corresponderse al valor del día de liquidación, cuyo global es cuantificado por los actores, en
su escrito de apelación, en 184.973.822 pts. (y por deducción, 61.657.940 pts. la legítima global de los actores);
que las transmisiones englobaron la totalidad del patrimonio del Sr. Marco Antonio , a más los saldos positivos
en sendas cuentas bancarias abiertas en "La Caixa", "Caja de Baleares- Sa Nostra" y "Banca March (f.195 y
205) y la fosa nº 17 del Cementerio de Santa María, sobre los que las partes ni reclaman ni se manifiestan;
que por Auto de fecha 13-Marzo-2003 el Juzgador de instancia, tras la valoración de la prueba practicada en
fase de ejecución de Sentencia, determinó como valor de los bienes al tiempo de liquidación el de 781.158'40
euros, y consiguientemente el de los derechos legitimarios de los actores en el global de 260.386'13 euros y
ordenó la reducción primera con la finca de la C/ CALLE002 , valorada en 132.222'66 euros, la segunda con
la cuarta parte de la DIRECCION000 ", valorada en 60.121'21 euros y la tercera parcialmente de la finca de
la C/ CALLE000 hasta cubrir la restante suma de 68.062'26 euros; y que la parte demandada ofreció, a 11-
Abril-03, la entrega de la finca sita en C/ CALLE002 cuando lo indicare el Juzgado y consignó la cantidad de
128.163'47 euros, que fue entregada a los demandantes el día 6-Mayo siguiente.
Por otra parte, cierto es que la parte demandada nada alegó sobre los valores a aplicar y deducir, argumentando
que ello era debido a la tesis y posturas mantenidas desde la contestación de la demanda, sino al presentar la
solicitud de nulidad de actuaciones y sus argumentaciones sobre el coste asumido de gastos extraordinarios
y de mejoras, y de aclaración a 2-Marzo, rechazada por resolución de 14-3-01, y reiteradas en sus escritos
de 12-Noviembre-01 y 8-Enero-02, pero también lo es que la práctica de tales extremos no le fue facilitada al
transformar la ejecución provisional en la definitiva, a la parte demandada, a los efectos prevenidos en el artº 47
de la Compilación respecto de la posibilidad de deducción de las mejoras útiles y de los gastos extraordinarios
de conservación o reparación, costeados por los beneficiarios, que aportó en tal fase, y que en todo caso su
realización, coste y pago deben quedar debidamente acreditados; como por otra parte lo ha sido el hecho de
que, si bien los actores han ejercitado sus acciones transcurridos seis años desde el fallecimiento del causante,
tampoco pueden verse perjudicados por el retraso en la liquidación de la legítima a falta de voluntario pago
por parte de las codemandadas.
Respecto de la casa sita en C/ CALLE000 nº NUM000 (antes nº 13) de Santa María (registral nº NUM001 ),
valorada por el Juzgados de instancia a efectos liquidatorios en la suma de 198.176'66 euros , no sin después
declarar acertadamente que la declaración de caducidad de la acción tiene por efecto que no se procederá a
la reducción (fincas de C/ CALLE001 y partes de " DIRECCION000 ") y que deberá respetarse aún cuando no
pueda hacerse el pago de las cuotas legitimarias con los bienes restantes, en cuanto atiende a la situación real
de la finca, aunque el valor asignado por el primer perito (Sra. Rosario ) emitido el 21-11-00, y en tanto considera
llamativo el asignado a tal finca por el segundo perito (Sr. Jose Augusto ) en octubre de 2002, pues éste
lo deduce del precio medio ponderado, en comparación con precios sobre viviendas de nueva construcción
y del entorno, debiéndose también tener en consideración su estado de conservación, entiende este Tribunal
que asimismo influyen en el valor el que tenía como imputación la finca a 28-10-93 (7.950.000 pts.) y el de
enajenación a adicionar, a 17-6-99 (19.000.000 pts.), sin que se haya acreditado precio distinto y superior
en la venta a terceros del declarado en escritura pública, aunque pueda suponerse en razón del importe de
la hipoteca que actualmente lo grava, la superficie edificada, su carácter de no restituible, ya cercano a la
fecha de comprobación de 30-3-2000, su estado y antigüedad, y que el valor asignado por el segundo perito
es desproporcionado aún habida cuenta los porcentajes en aumento del mercado inmobiliario en los últimos
años, e ilógico el desfase del 100% frente al primer peritaje, y en tanto la finca no pudo ser visitada por Sr.
Jose Augusto , lo que aconseja dar por parcialmente válido y acertado el valor de liquidación por parte del
Juzgador, dada la diferencia entre éste y los dos valores, en concordancia con las fechas de emisión y el

16
JURISPRUDENCIA

tiempo transcurrido entre ambos peritajes, y tratarse de finca transmitida a terceros a 17-6-99 a la que serán
aplicables los criterios expuestos en los precedentes fundamentos de derecho, y a tenor de que se trata de
casa compuesta de planta baja y piso, viviendas independientes por plantas, de 120 m2, de corral de unos
50 m2, estado regular de conservación, y sótano de 9 m2 (f. 300 a 317, 978 a 982 y 1009 a 1011 de autos),
vendida a terceros seis meses antes de la interposición de la demanda en reclamación de pago de legítima,
se entiende ajustado el de 28.500.000 pts (171.288'44 euros) .
Respecto de la valoración correspondiente a la finca denominada " CALLE002 " (registral nº NUM008 ), a
la que el Juzgador de instancia ha asignado el de 240.404'84 euros, debe tenerse en cuenta que procede de
otra superior del mismo nombre, que tiene una superficie según la actora de 10.815 m2 y constaba de una
caseta cuando fue enajenada a terceros a 2-Noviembre-93, valorada en 500.000 pts. a 20-10-93 como obra
nueva, que a 28-10-93 tenía un valor asignado de 5.172.992 pts., y otro de venta de 2.000.000 pts.; que la venta
a terceros fue del solar con caseta de 40 m2, sobre el que los actuales propietarios procedieron a levantar
la edificación existente (11-4-01) junto a la caseta; que tenía permitida la edificación de una vivienda familiar
aislada; que al valor asignado no resulta procedente la adición del irrisorio de venta aproximada (2.000.000
pts.), ni del que consta en un pretendido documento privado de 22-10.93 (4.500.000 pts. al f. 560), totalmente
irreal y desfasado, sino un inicial y total fijado de 12.000.000 pts. según los datos aportados (f. 339 a 354, 983
a 988 y 1012 a 1015 de autos), como su rendimiento económico, entorno, tipo de suelo y explotación antes
de la edificación por los actuales propietarios para convertirla en residencial, valores catastrales y al valor de
solar, que al tiempo de liquidación la finca rústica, en base al incremento de precios, equivalente al 200% en
los últimos 5 años, según los peritos API, como parcela alcanza un precio de 38.000.000 pts. (228.384'59
euros) , siendo que el segundo perito no pudo visitar la finca y que le asigna un inadecuado y exagerado valor
tasacional sobre la total finca y construcciones.
En cuanto a la valoración de la finca sita en c/ CALLE001 nº NUM004 (antes c/ DIRECCION001 , y
anteriormente c/ DIRECCION002 nº NUM013 ), registral nº NUM005 , a la que el Juzgador de instancia
ha asignado un valor liquidatorio de 210.354'24 Euros, siguiendo los criterios del primer perito, Sra. Rosario
, procede reseñar que se trata de casa de planta baja con cochera, de superficie construida 100 m2 y otras
230'44 m2 de corral o patio, de elevado coeficiente de antigüedad, con algunas dependencias notablemente
renovadas con posterioridad y fáciles accesos, de demanda en alza pero con precios desacelerados en el
aumento, parecen adecuado el valor asignado por el primer perito (f. 327 a 338, en 35.000.000 pts); y exagerado
el del segundo (f. 955 a 970 y 991 a 1005 de autos, en 276.601'93 Euros, en tanto en el valor asignado ya se
han deducido las obras de reforma que reflejan los informes, en cocina, baño y tejado, estimando las facturas
obrantes a f. 917 y 918, y desechando los presupuestos -f. 914 a 916- que no acreditan encargo ni pago algunos,
y en cuanto constituye la actual residencia de las demandadas en lo que supone conservación, mantenimiento
y reparaciones propios, amén de la declarada Obra Nueva a 8-7-92 por importe de 2.000.000 pts, y ofrece
potencialmente alguna mayor edificabilidad respecto de la actual según los peritos.
Por último, por lo que respecta a la valoración de la finca sita en c/ CALLE002 , nº NUM009 (registral nº
NUM010 ), antes en c/ DIRECCION003 , nº NUM013 de Santa María, conviene recordar su carácter restituible
por no haber sido enajenada a terceros por la donataria, que el Juzgador de instancia le ha asignado un valor
liquidatorio de 132.222'66 Euros, de forma acertada al seguir lineal y coherentemente los criterios del primer
perito (f. 318 a 326 de autos), y desechando el del segundo que en el caso incluso era inferior (122.934'19
Euros f. 971 a 977 y 1005 a 1007) que al parecer está arrendada (f. 1219-1220), de superficie ocupada 86'76
m2 aprox., alto coeficiente de antigüedad, con corral posterior, conservación muy regular y necesita reformar,
al que parece se han acomodado ambas partes litigantes.
En el valor de liquidación de las cuatro fincas, este Tribunal ha tenido en consideración y en cuenta, además,
los factores de presión demográfica, moratorias, presión inmobiliaria, escasez de suelo urbano, su respectiva
situación geográfica, tipo de entorno, tipología como producto y potencialidad de compra, dedicación o destino,
la oferta y la demanda y sus efectos sobre el incremento, ralentización o estancamiento o bajadas de los
precios de mercado, los testigos inmobiliarios acompañados, la repercusión por m2 edificado, la potencialidad
edificativa de cada una de ellas, la consolidación o no de la urbanización, plusvalías generadas, diferenciación
entre suelo y construcciones, aprovechamiento urbanístico, valores catastrales y de repercusión de suelo
urbano- solar para uso residencial familiar, precios en venta por pts y m2 edificado, superficie construida y útil o
utilizable, valores de mercado, de reemplazamiento, de tasación, y de vida útil del inmueble, y por comparación
en consideración a la posible utilización urbanística o en relación con el catastral del terreno, infraestructuras
exteriores e interiores, o por el método residual en el caso del terreno edificable, información de mercado
(características de la oferta y de la demanda, precios de venta al contado o aplazado, y expectativas), y usos
y actividades admitidos y condicionados, fichas analíticas de muestras-testigos inmobiliarias, coeficientes de
correcciones según las características físicas de la parcela, entre otros parámetros menos significativos, todos
ellos en conjunto y como criterios complementarios a los básicos expuestos.

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JURISPRUDENCIA

QUINTO.- En consecuencia, atendidos los valores de liquidación antes expuestos, los derechos legitimarios
de los actores quedan determinados en 1/3 del total que asciende a 742.249'93 Euros , lo que conforma la
cantidad de 247.416'64 Euros ; y sin necesidad de actualización en base a los I.P.C ni de otro tipo, en tanto
el Tribunal ha procedido a la valoración y actualización a efectos de liquidación, asignando a cada una de las
fincas el pertinente y justo, y ello a salvo de las rentas percibidas por el arriendo de la finca C/ CALLE002 ,
nº NUM009 que son exigibles, en la cuota correspondiente desde la fecha de interposición de la demanda y
de los intereses legales devengados por el crédito desde la fecha del Auto recaído en la instancia hasta la de
notificación el Juzgado de la consignación efectuada.
SEXTO.- La estimación parcial de sendos recursos de apelación impide hacer expresa imposición a las partes
de las costas procesales causadas, en ambas instancias y respecto del presente incidente, en aplicación de
los principios objetivo y de causalidad.

PARTE DISPOSITIVA
En atención a todo lo expuesto, la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca, HA
DECIDIDO:
1º) ESTIMAR PARCIALMENTE los recursos de Apelación interpuestos por la Procuradora de los Tribunales Dª
Margarita Ecker Cerdá en representación de Dª Amparo , D. Roberto y D. Víctor , y por la Procuradora de
los Tribunales Dª Begoña Muñoz Vivancos en representación de Dª Edurne y Dª Gabriela , ambas contra
el Auto de fecha 13-marzo-2003, dictado por el Juzgado de Primera Instancia nº OCHO de esta Capital, en la
pieza de Ejecución del Juicio de Menor Cuantía nº 728/1.999, de que dimana el presente Rollo del Sala; cuya
resolución parcialmente se revoca; y en su virtud,
2º) DECLARAMOS que el valor global de los derechos legitimarios de los actores, en la herencia de su padre-
abuelo, asciende a 247.416'64 Euros.
3º) ORDENAMOS que el pago de tales derechos legitimarios se efectúe mediante la reducción de donaciones,
en el orden siguiente:
a) Donación de la vivienda sita en c/ CALLE002 , nº NUM009 , de Santa María del Camí, en fecha NUM013
-febrero de 1.986 a favor de Dª Gabriela , que satisface la suma de 132.222'66 Euros.
b) Donación de frac14; parte de la finca denominada " DIRECCION000 ", en fecha 14-febrero de 1986 a favor
de Dª Gabriela , que satisface la suma de 57.096'14 Euros, debiendo entregarse su valor.
c) Donación de la finca sita en CALLE000 nº NUM000 , de Santa María del Camí, en fecha 6-julio- 1.973 a
favor de Dª Edurne , que satisface la suma de 58.097'84 Euros, debiendo entregarse su valor.
4º) Procede la práctica de liquidación de las rentas percibidas por el arriendo de la vivienda de c/ CALLE002
nº NUM009 , en la cuota correspondiente, desde la fecha de interposición de la demanda, y de los intereses
legales devengados por el crédito desde la fecha de la resolución impugnada (13-marzo- 03)hasta la de
notificación al Juzgado de la consignación llevada a cabo (11-abril-03); y la devolución de la diferencia entre
la cantidad consignada y la que realmente correspondería consignar según los valores antes reseñados.
5º) No procede hacer especial pronunciamiento respecto de las costas procesales causadas, en ambas
instancias, sobre el presente incidente.
Contra la presente resolución NO cabe recurso alguno.
Así, por este Auto, lo acuerdan, mandan y firman los Ilmos. Sres. arriba referenciados. Doy fe.
PUBLICACIÓN : En la misma fecha fue leída y publicada la anterior resolución por el Ilmo. Sr/a. Magistrado
que la dictó, celebrando Audiencia Pública. Doy fe.
DILIGENCIA : Seguidamente se procede a cumplimentar la notificación de la anterior resolución. Doy fe.

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