SEMIOLOGIA
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Cambios anatomofisiológicos
en la mujer gestante
Sandra Pérez Marín, David Rodríguez Díaz, Mª Dolores Vázquez Lara.
1. Introducción
Se define el embarazo como el periodo de tiempo comprendido desde la fecunda-
ción del óvulo hasta el parto y su duración aproximada es de 280 días, (de 37 a 40
semanas).
Desde que se inicia el embarazo, la madre experimenta una serie de transfor-
maciones fisiológicas y anatómicas, provocadas y a la vez reguladas por cambios
hormonales que abarcan casi sin excepción a todos los órganos y sistemas.
Estos cambios tienen el fin de cubrir la necesidad de espacio ocasionado por
el crecimiento fetal, así como prepararse para el momento del parto y la lactancia.
Importancia de su conocimiento:
- Que estos cambios no nos conduzcan a diagnosticar “patologías” erró-
neamente.
- Saber que estas transformaciones pueden agravar patologías ya
existentes.
B. Presión venosa. Por encima del útero los valores se observan normales,
mientras que en la pelvis y en las piernas están aumentados por la pre-
sión mecánica que ejerce el útero gravídico y la cabeza fetal sobre las
venas ilíacas y cava. Esto lleva consigo el estancamiento de sangre en
los miembros inferiores, y por tanto aumenta la probabilidad de edema en
bipedestación, venas varicosas en piernas y vulva, hemorroides y predis-
posición a trombosis venosa profunda.
3. Cambios respiratorios
Dentro del aparato respiratorio aparecen diferentes cambios que dividiremos en:
5. Cambios metabólicos
Desde el principio del embarazo se produce la adaptación metabólica, y desde este
punto de vista podemos dividir el embarazo en dos etapas:
Primera mitad de la gestación. Es un período anabólico, donde las necesidades
de la unidad feto-placentaria son pequeñas (el feto alcanza sólo el 15 % de su peso
total). La energía es destinada principalmente a cubrir las modificaciones del orga-
nismo materno y las reservas de tejido adiposo para responder a las exigencias de
la segunda mitad de la gestación.
Gr
Feto 3.400
Placenta 650
Líquido amniótico 900
Útero 1.100
Mamas 600
Sangre 1.250
Liquido intersticial 1.600
Depósito de grasa 3.000
Total 12.500
A. Situación diabetogénica.
Las necesidades energéticas para la madre son considerables, y su or-
ganismo responde de dos maneras: disminuyendo la utilización periférica
de glucosa (con un aumento de la resistencia de la insulina y de sus
niveles plasmáticos) y empleando las grasas.
Esto determina que en la mujer se de una situación diabetogénica, con
sobrecarga de las células β pancreáticas (hipertrofia, hiperplasia, hiper-
secreción) debido al incremento de estrógeno y progesterona, pero prin-
cipalmente al lactógeno placentario.
Se considera al lactógeno placentario como uno de los responsables pri-
marios de la resistencia a la insulina. Actúa sobre el metabolismo graso,
favoreciendo la lipólisis y aumentando los NEFA (ácidos grasos libres no
esterificados), asegurando así niveles altos de glucosa disponibles para
el feto.
Primera mitad de la gestación. Los cambios durante este período se de-
ben principalmente a la acción de los estrógenos y la progesterona.
Se caracteriza por:
a. Tolerancia a la glucosa normal o ligeramente aumentada.
b. Demandas fetoplacentarias pequeñas.
c. Secreción de insulina tras la ingesta oral de glucosa mayor que antes
de la gestación.
d. La producción basal de glucosa hepática se mantiene en rangos nor-
males.
C. Secreción de vasopresina.
C. Cobre. Aumenta.
Vagina
a. Cérvix.
Se produce un aumento de la vascularización con hipertrofia e hiper-
plasia tanto de las fibras elásticas, que le hacen adquirir una consis-
tencia más blanda y elástica y una coloración violácea como de las
glándulas endocervicales, lo que provoca un aumento de secreción
mucosa densa, no filante y no cristalizable que da lugar al tapón mu-
coso o limos (desde el primer trimestre), lo que confiere protección al
contenido uterino frente a infecciones.
En la mujer gestante existe una eversión de la mucosa o ectopia cer-
vical por proliferación y eversión de las glándulas endocervicales.
Este tejido friable hace que se pierda la fiabilidad de los estudios de
citología y colposcopia. Es más marcada en primíparas, y permanecer
hasta 4-6 semanas después del parto vaginal, menos si es cesárea,
para desaparecer en este tiempo por metaplasia escamosa.
B. Trompas.
En ellas se produce una leve hipertrofia muscular, hiperemia y aumento
de la vascularización para garantizar la nutrición de la mórula. El extremo
ístmico es ocluido precozmente por un tapón mucoso. Pueden aparecer
células deciduales en el estroma del endosalpinx.
C. Ovarios.
A causa de los altos niveles de estrógenos y progesterona, la maduración
de folículos nuevos se interrumpe, cesando de este modo la ovulación.
Se mantiene el cuerpo lúteo gravídico, encargado de la secreción de es-
trógenos y progesterona hasta la semana 7, luego comparte esta función
con la placenta y comienza a declinar en la semana 8-10. Ambos ovarios
están aumentados de tamaño, principalmente el que produce el cuerpo
lúteo, hay aumento de la vascularización e hiperplasia del estroma.
7.2. Hipófisis
Aumenta su tamaño aproximadamente un 35 % por hiperplasia e hipertrofia, pero
sin correlacionarse con un aumento de producción o liberación de todas sus hor-
monas.
A. Corticotropina (ACTH). Aumenta progresivamente durante todo el emba-
razo.
7.3. Tiroides
Leve aumento del tamaño por hiperplasia del tejido glandular e hiperemia. Su au-
mento sólo es perceptible por ecografía, la presencia de bocio se considera pato-
lógica.
Tanto la tiroxina (T4) como la triyodotironina (T3) están incrementadas, prin-
cipalmente debido al aumento de las globulinas transportadoras (originado por la
elevación de los estrógenos), permaneciendo su fracción libre similar o ligeramente
aumentada durante el primer trimestre. Se produce un periodo de meseta desde la
semana 20 hasta el término.
Este acrecentamiento de hormonas tiroideas es fundamental, principalmente en
el primer trimestre, momento en que se desarrolla la neurogénesis. Su déficit, prin-
cipalmente de T4, aún siendo moderado, interfiere en la migración de las neuronas
a la corteza, y por tanto puede afectar irreversiblemente al cerebro.
7.4. Paratiroides
Tradicionalmente se ha considerado el embarazo como estado de paratiroidismo
fisiológico, con aumento de las hormonas paratifoideas. Sin embargo la parathor-
mona (PTH) permanece dentro de rangos normales.
La calcitonina se encuentra aumentada durante el embarazo y la lactancia.
7.5. Páncreas
Se produce una hiperactividad pancreática por hiperplasia, hipertrofia e hiperse-
creción de las células β de los islotes de Langerhans, con aumento de la secreción
de insulina, sobre todo en el segundo trimestre. Esto es debido principalmente a la
acción de los estrógenos, progesterona y lactógeno placentario. Se observa una
mayor descarga de insulina tras la ingesta de hidratos de carbono, así como una
mayor glucemia postprandial.
El glucagón aumenta a partir de la 20 semana.
Figura. Cloasma
9. Cambios gastrointestinales
Hay una serie de cambios desde el comienzo del embarazo que se van incremen-
tando a medida que avanza la gestación debido a la presencia del útero gravídico.
Como cambios generales existe variedad en cuanto al apetito, pudiendo darse si-
tuaciones tanto de anorexia como de aumento de apetito; pudiendo modificarse la
percepción del gusto, lo que influye en la preferencia de determinados alimentos,
incluso cabe observar el fenómeno de pica en alguna gestante.
9.1. Boca
Las encías están hiperémicas y reblandecidas por acción de la HCG y los estró-
genos, con cierto grado de tumefacción. Esto hace que las encías sean friables y
sangren ante cualquier mínimo traumatismo, incluido el cepillado dental (gingivitis
gravídica).
Muchos autores describen un aumento de salivación o sialorrea fisiológica, que
aparece precozmente y lleva consigo cambios en el pH (saliva más ácida) y en
la flora bacteriana. Tradicionalmente se ha atribuido a este hecho la aparición de
caries en la embarazada, sin embargo actualmente se considera que el embarazo
no favorece el deterioro dental, sino que el problema parece estar más relacionado
con una higiene deficitaria, ocasionada en parte por la mayor facilidad de sangrado
gingival.
A veces aparece el llamado épulis del embarazo, tumefacción gingival focal y
muy vascularizada que desaparece después del parto.
9.3. Intestino
Ya se ha citado el efecto de la progesterona sobre el tubo digestivo: disminución
del tono y la movilidad. Como consecuencia la absorción de nutrientes está favo-
recida (como el hierro o el calcio), pero también la aparición de estreñimiento. El
estreñimiento además está influenciado por la alteración de los hábitos dietéticos,
disminución del ejercicio y la compresión del útero sobre el sigma.
El estreñimiento, junto a la laxitud de los vasos inducida por la progesterona,
y la acción mecánica del útero sobre la vena cava que dificulta el retorno venoso,
favorece la aparición de hemorroides.
El desplazamiento provocado por el útero lleva consigo cambios en la localiza-
ción anatómica del ciego y apéndice. De esta forma se ven desplazados desde la
fosa ilíaca derecha hasta el hipocondrio derecho.
9.4. Hígado
Los cambios anatómicos y/o funcionales no son llamativos:
A. Disminución de la síntesis de albúmina y aumento de la síntesis de globu-
linas, lo que favorece la formación de globulinas transportadoras y facto-
res de coagulación.
B. Aumento de la fosfatasa alcalina. Transaminasas normales.
C. Aumento del colesterol y triglicéridos.
10.2. Pelvis
Gracias a la acción de la progesterona y la relaxina, las articulaciones de la pelvis
están más laxas. Esto lleva consigo un aumento de la movilidad de la articulación
sacroilíaca (permite la nutación y contranutación del sacro), de la articulación sa-
crocoxígea y de la pubiana (permite un aumento en 0.5-1 cm). La finalidad de estos
cambios es facilitar el paso del feto en el momento del parto.
Estas alteraciones se inician al principio de la gestación y están claramente
establecidas en el tercer trimestre sin que por ello el parto tenga lugar. Como con-
secuencia la mujer adopta una marcha contoneante o de pato y puede presentar
dificultades para permanecer de pie por períodos prolongados, además de ser cau-
sa de lumbalgias.