Esquema de Adoración Eucarística
Esquema de Adoración Eucarística
Esquema de Adoración Eucarística
Propuesta de oración
- Bendito y alabado sea Jesús, en el Santísimo Sacramento del altar. Sea por siempre
bendito y alabado Jesús Sacramentado.
- Comenzamos poniéndonos en la presencia del Señor sacramentado: En el nombre del
Padre...
- Señor Jesús, te damos gracias por tu presencia redentora bajo las especies eucarísticas
del pan y el vino, que son un signo más de tu bondad y cercanía para con nosotros. Nos
ponemos ante tus ojos para pedirte que bendigas a quienes en esta mañana están misio-
nando: que les des las palabras adecuadas, que sean verdaderos instrumentos tuyos que
hablen de Ti con sus palabras y sus gestos a quienes los reciban. Bendícelos, Señor...
- Te pedimos que envíes tu Santo Espíritu, que venga a consumir nuestro corazón en tu
amor, que nos inunde con tu abrazo infinito, y que nuestras vidas sean renovadas inte-
riormente por tu amor. Ven Espíritu Santo...
- Bendito y alabado sea Jesús, en el Santísimo Sacramento del altar. Sea por siempre
bendito y alabado Jesús Sacramentado.
- Escuchamos tu Palabra que da vida eterna (elegir un texto):
1. Del Evangelio según San Juan (6,66-69)
Desde ese momento, muchos de sus discípulos se alejaron de él y dejaron de acompa-
ñarlo. Jesús preguntó entonces a los Doce: «¿También ustedes quieren irse?». Simón
Pedro le respondió: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de Vida eterna. Noso-
tros hemos creído y sabemos que eres el Santo de Dios». Palabra de Dios. Te alaba-
mos, Señor.
2. Del Evangelio según san Mateo (28,18-20)
Acercándose, Jesús les dijo: «Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra. Va-
yan, entonces, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que
yo les he mandado. Y yo estoy con ustedes hasta el fin del mundo». Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
3. Del Evangelio según San Marcos (8,27-29)
Jesús salió con sus discípulos hacia los poblados de Cesarea de Filipo, y en el camino
les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?». Ellos le respondieron: «Algunos di-
cen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los profetas». «Y ustedes,
¿quién dicen que soy yo?». Pedro respondió: «Tú eres el Mesías». Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
4. Del Evangelio según San Lucas (6,17-19)
Al bajar con los Apóstoles se detuvo en una llanura. Estaban allí muchos de sus discí-
pulos y una gran muchedumbre que había llegado de toda la Judea, de Jerusalén y de
la región costera de Tiro y Sidón, para escucharlo y hacerse curar de sus enfermeda-
des. Los que estaban atormentados por espíritus impuros quedaban curados; y toda la
gente quería tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos. Palabra de
Dios. Te alabamos Señor.
(Les propongo hacer una pequeña reflexión espontánea desde el texto bíblico que se
proclamó)
- Contemplar el misterio de tu cercanía, de tu infinita misericordia y de tu amor hacia
todos los hombres, nos habla de tu amor. Te alabamos, Señor, porque todo lo hiciste con
sabiduría. Te alabamos por tu amor sin límites. Te alabamos porque sos nuestra fortale-
za y nuestro refugio. Te alabamos, porque no somos nada sin tu presencia que nos sos-
tiene y reanima. Te alabamos por cada maravilla de tu creación... por tu espíritu provi-
dente... por la vida nueva de ser Hijos tuyos...1
(Dejamos un tiempo para hacer una alabanza espontánea... hacemos una canción)
- Bendito y alabado sea Jesús, en el Santísimo Sacramento del altar. Sea por siempre
bendito y alabado Jesús Sacramentado.
- Y al ver que todo es signo de tu amor infinito, que cada pequeña cosa nos habla de Ti,
que no nos alcanza la vida para comprender el infinito designio de tu amor, que nos
amaste hasta el extremo, como lo manifestó Jesús, te damos gracias por cada don recibi-
do de tu providencia. Por el regalo de nuestras familias, por esta comunidad de Embalse
con recibe con el corazón abierto, por el Padre Sergio y de cada persona de la comuni-
dad parroquial. Te damos gracias porque nos das la vida, porque podemos alabarte y
contemplarte, porque podemos expresarte nuestro amor...2.
(Seguimos dando gracias por lo que somos y tenemos... podemos hacer una canción)
- Contemplando tu amor infinito, Señor, vemos tu grandeza y nuestra pequeñez. Nos
amás, tanto, que no dejás que nos sintamos menospreciados en tu amor. Somos valiosos
porque quisiste hacerte uno de nosotros, porque te entregaste por nosotros. Queremos
seguirte siempre, Señor, pero caemos fácilmente. Con un corazón confiado en tu amor,
te entregamos nuestros pecados. Ten piedad de nosotros, Señor, porque no damos testi-
monio de tu amor en nuestras vidas, porque mentimos, peleamos, odiamos, porque cae-
mos en los vicios que nos atormentan, porque desfiguramos tu imagen en nosotros cada
vez que elegimos el mal en lugar del bien. Te pedimos perdón con sinceridad, nos arre-
pentimos y queremos tu perdón que nos reanime y fortalezca3.
(Dejamos un momento de silencio para el pedido de perdón... podemos hacer una can-
ción)
- Ya reconciliados contigo, Señor, abrimos nuestros ojos a las necesidades del mundo
entero, y en nuestras familias... te pedimos que se acabe el hambre en el mundo, para
que todos vivamos con dignidad... te pedimos por los países que están en guerra por
cuestiones políticas o religiosas, para que nadie sufra más en este mundo el abuso de po-
der de unos pocos... te pedimos por nuestra patria, para que todos formemos una comu-
nidad de hermanos... acordate, Señor, de nuestros hermanos pobres, enfermos y sufrien-
tes, para que reciban de vos el consuelo, y de nosotros, una ayuda adecuada. Ahora, Se-
ñor, queremos entregarte la vida de nuestros hermanos que más están sufriendo, para
que escuches nuestras oraciones y les des la fortaleza que necesitan (pensamos sus nom-
bres en silencio o los decimos en voz alta, hacemos un momento de silencio, o una can-
ción)4
1
La alabanza es la forma de oración que tiene a Dios como fin último y como tema. Es decir, lo alabamos
por lo que él es, más que por lo que ha hecho por nosotros. Es como decirle un piropo a Dios.
2
La acción de gracias pone su mirada en Dios para agradecerle todo lo que Él nos ha dado en su infinita
providencia; agradecemos los dones recibidos o que en la confianza en su amor sabemos que vamos a re-
cibir.
3
En el pedido de perdón ponemos el acento en el amor misericordioso de Dios y no en nuestra debilidad.
4
Aparecen acá dos formas de oración: la súplica u oración de petición y la intercesión, que consiste en
orar por el hermano que necesita o por alguna realidad particularmente problemática. Se podrían desdo-
- Bendito y alabado sea Jesús, en el Santísimo Sacramento del altar. Sea por siempre
bendito y alabado Jesús Sacramentado.
- Finalmente, Señor, te queremos dar gracias por este tiempo de oración, por haber reza-
do ante ti, presente en el Santísimo Sacramento del altar, porque confiamos en que no
nos faltará tu gracia y tu ayuda. Queremos rezar la oración que le enseñaste a tus discí-
pulos: Padre nuestro...
- También confiamos en la intercesión de nuestra madre del cielo, la Virgen María, que
siempre escucha las súplicas de sus hijos y las acerca a su Hijo eterno. Por ella, también
pedimos la gracia de tener un corazón que sea dócil al llamado del Señor. Dios te salve,
María...
- Bendito y alabado sea Jesús, en el Santísimo Sacramento del altar. Sea por siempre
bendito y alabado Jesús Sacramentado.
- Finalizamos nuestra oración En el nombre del Padre...