Autoría y Participación
Autoría y Participación
Autoría y Participación
AUTORÍA Y PARTICIPACIÓN
La autoría
Las descripciones de los hechos punibles de los tipos penales del Código
Penal hacen referencia al autor de la manera anónima y singular: "el que". Sin
embargo, no puede entenderse este concepto de manera unitaria, pues, a veces,
además del autor la pena alcanza también a quienes sin ser autores, pero, que
aportaron desde su posición para la realización del delito. En efecto, el inductor
o el cooperador necesario pueden merecer la misma pena que el autor material
del delito, pero no por ello son realmente autores del mismo (MUÑOZ CONDE,
1991: 176). Pero cuando la realización del mismo sobreviene del obrar conjunto
de varias personas, la determinación de las aportaciones, como también la
delimitación de unos con respecto a los otros, nos conduce al estudio de una
problemática especial de la tipicidad: la participación de las personas en el
delito. La expresión “participación”; dice ZAFFARONI, tiene dos sentidos
diferentes. En un sentido completamente amplio al fenómeno que se opera
cuando una pluralidad de personas toman parte en el delito, con el carácter
que fuere, es decir, corno autores, cómplices o instigadores: y en un sentido
limitado o restringido, «partícipes", cuando otras personas toman parte en el
delito ajeno, sentido en el cual son partícipes sólo los cómplices y los
instigadores, quedando fuera del concepto los autores (Cfr.1982:288).
Así, el que mata a una persona es autor de homicidio y no cómplice, como lo
es quien colaboró con el autor proporcionando el arma Igualmente, es autor del
delito de hurto, quien, para obtener provecho, se apodera de un bien mueble
ajeno, mientras, instigador será, quien hizo surgir en la voluntad del autor la
idea de cometer el delito.. La norma penal da un concepto de autor adelantando
la idea general que modelará la autoría, pues es la expresión "el que realiza por
sí" es obvio que lo que se ha querido es individualizar al sujeto sobre quien
recaerá el título de la imputación. Esta condición significa, además, que el
autor debe obrar con el dominio de la realización del hecho, que se supone una
acción típica y antijurídica como mínima: la sola realización de los elementos
objetivos y subjetivos de la descripción típica fundamentan únicamente el título
de "sujeto activa". Significa, finalmente, que los criterios que nos permitirán
saber quién es autor, deberán deducirse de cada tipo legal del] Código penal.
Autor será, en ese sentido el sujeto ("el que") a quien se le imputa el hecho
como suyo, esto es: el que mató, robó, estafó, etc., con un dominio final sobre el
acontecer y, partícipe, quien cooperó en el hecho dominado por el autor, o,
quien hizo surgir en el autor la idea de perpetrar el delito.
Es autor el que aporta una condición del resultado. Esta visión se funda en
la teoría de la equivalencia de las condiciones.
Los militantes del concepto extensivo de autor realmente practican una
inaceptable ampliación de los tipos, violando el principio garantista de la ley y
que, con justicia, BELING tildó de "procedimiento desleal y de engaño del
pueblo". Al fundamentar que son autores todos aquellos que aportan una
condición del resultado, no importando para ello la entidad material de la
cooperación, llevarían al absurdo de considerar autores del delito de violación
de la libertad sexual tanto a quien practica el acto sexual, como al que facilita
la habitación para el autor del delito. Que una condición causal sea más o
menos decisiva, no es argumento consistente. De allí que es consecuencia de
este criterio que no se pueda distinguir objetivamente entre autoría y
participación desde un punto de vista causal (Cfr. PEÑA CABRERA, 1988a:
336).
b.1.2) La teoría de la asociación criminal.
Dentro (le las teorías que admiten la existencia de una diferencia real entre
autores y participes se dividen, según la distinción del injusto, la culpabilidad,
o la mixtura de ambos -obteniéndose, así, un concepto restringido de autor-, en
objetivas, subjetivas y mixtas.
b.2.1) Teorías subjetivas
Formas de autoría
c.1) Autoría directa
c.1.1) Circunstancias generales
Es autor directo "el que realiza por sí el hecho punible" , vale decir, aquel cuya
acción se le va a imputar por referirse a la realización directa de los elementos
objetivos y subjetivos del tipo.
Señor del hecho -dice WELZEL es aquel que lo realiza en forma final, en
razón de su decisión volitiva. La conformación del hecho mediante la voluntad
de ejecución que dirige en forma planificada es lo que transforma al autor en
señor del hecho. Por esta razón, la voluntad final de realización (el dolo de tipo)
es el momento general del dominio sobre el hecho). No debe confundirse "dolo"
con "dominio del hecho". El dominio del hecho es expresión de la finalidad
dolosa del autor; por eso es sólo un criterio de imputación objetiva al autor en
los delitos dolosos), de allí que, los partícipes, si bien actúan dolosamente, sin
embargo, no alcanzan a dominar el hecho. MAURACH resume el sentido de la
teoría diciendo que es autor quien tiene el dominio del hecho, quien tiene
dolosamente en sus manos el curso del suceso típico), por ello esta tesis, con
independencia de las matizaciones que se le hacen, no es absoluta. Dependerá
de la posición relativa del sujeto concreto respecto de los demás partícipes. Sólo
en la medida en que el sujeto pueda sobre dirigir el suceso total, habrá
entonces dominio del hecho. Mientras tanto, como bien afirma ROXIN, el
dominio del hecho es un concepto abierto. De ahí que cuando la descripción
resulta insuficiente, interviene el principio regulativo justamente frente a la
gama de posibilidades.
c.1.3) La autoría en los delitos cuyo tipo exige un especial elemento subjetivo
(distinto al dolo).
2) Caso de autoría mediata cuando el instrumento obra sin dolo (error de tipo).
c.3) Coautoría
d) Participación
d.1) Naturaleza Jurídica
e) Formas de Participación
e.1) Instigación
e.2) Complicidad
Trazar los límites entre cómplices primarios y secundarios es una tarea que
ofrece serias dificultades. CARRARA decía que era imposible.
Para distinguir entre actos primarios y no primarios, (necesarios o no
necesarios), ha de partirse del grado de eficacia de los mismos apuntando al
resultado concreto pero vinculado a los realizados por el autor.
Como dice GIMBERNART, si la necesidad se mide en abstracto, ningún
cooperador es necesario y, si se mide en concreto, prácticamente todos lo son
(1966: 139-140). Es por ello que sugerimos un criterio intermedio entre lo
abstracto y lo concreto la actividad desplegada por un cooperador en el delito,
será necesaria (imprescindible) cuando ninguno de los que interviene hubiera
podido evitarla. Si el acto realizado hubiera podido verificarse por cualquiera de
los demás que intervienen, su cooperación habría de calificarse de complicidad.
El médico miembro (le un grupo criminal que extiende una receta para
comprar el veneno conociendo que ha de emplearse para matar; obrará con
participación necesaria en razón de que ésta no puede ser sustituida; en
cambio, el que se desplaza a la farmacia llevando la receta del veneno que sabe
que está destinada a matar, cumple un rol secundario.
En tanto, el caso del campana o vigilante o la persona que vigila mientras los
otros roban, son las circunstancias del hecho las que discernirán su
necesariedad o no necesariedad. Así, si son dos los que roban, el campana o el
segundo que vigila, su cooperación será necesaria, pero no así si fueran varios
en razón de la índole permutable de sus roles. Será entonces, un cómplice
secundario.
El técnico en desconectar sistemas de alarmas o el experto en la conducción
del vehículo que deberá recoger y llevar a los que han de tomar parte en el robo,
generalmente se les reputa auxiliadores o cooperadores necesarios.
En fin, corno recuerda GIMBERNAT: que el autor no hubiera podido realizar
el hecho de otra manera y sólo entonces se declara la cooperación necesaria.
La tesis de la necesariedad es matizada en relación a las circunstancias que
rodean al sujeto; un arma o una abortadora profesional, son "escasas en
algunos ambientes sociales pero no lo son en los ambientes populares"
(GIMBERNAT,1966:155).
f) Penalidad
Sujeto pasivo es el titular del bien jurídico lesionado. Sujeto sobre el que
recae la acción típica no es necesariamente el titular del bien jurídico, pero, sin
embargo, es el afectado "directamente" por el comportamiento del sujeto activo.
Perjudicado es un término más amplio, que comprende no sólo al sujeto pasivo
sino a terceras personas que sufren la consecuencia de la lesión del bien
jurídico.
En algunos delitos se confunde al sujeto pasivo con el sujeto sobre el que
recae la acción y con el perjudicado; éstos no siempre son los mismos. En sí el
concepto de sujeto pasivo no deja de ser impreciso, pero para su
reconocimiento es menester averiguar la titularidad del bien jurídico que todo
tipo penal protege -o debería proteger-.
En los delitos contra la vida el cuerpo y la salud, tanto el sujeto pasivo corno
el sujeto sobre el que recae la acción típica coinciden, pues, en ambos el bien
jurídico es el mismo. Así, el caso de quien es herido gravemente por el disparo
de una bala. No obstante, tal coincidencia no se da en otros delitos. Si a un
niño se le hurta un cofre con joyas, éste es el sujeto sobre el que recae
directamente la acción típica, mientras que los padres son sujetos pasivos del
delito por cuanto sufren la lesión del bien jurídico patrimonio.
En el delito de robo, el perjudicado no sólo es el titular del patrimonio (sujeto
pasivo) sino también pueden ser perjudicados los acreedores, los hijos
dependientes económicamente, etc.
Estructura de la autoría y participación en el CP venezolano.
1.- Regulación de las formas de intervención en el CP venezolano:
Establecen los artículos 83 (3) y 84 (4) del CP venezolano, en el título "De la
concurrencia de varias personas en un mismo hecho punible", las siguientes
normas generales de regulación de la autoría y participación en el delito:
2.- Formas de intervención delictiva según el CP: Conforme a los referidos
artículos, se distinguen cinco formas de intervención en el delito:
El autor (perpetrador), el cooperador inmediato, el instigador, el cómplice
necesario y el cómplice simple. Algunas normas de otras leyes, e incluso la
propia Constitución venezolana, parecieran incluir dentro de las formas de
intervención delictiva al encubridor, sin embargo éste es una forma de
autoría en un delito autónomo que lesiona a la administración de justicia: el
encubrimiento.
3.- Consecuencias de la anterior distinción: El CP venezolano no hace
distinción alguna en cuanto a la pena del autor (perpetrador), cooperador
inmediato, instigador y del cómplice necesario, aunque los considera figuras
delictivas distintas. La única diferencia de pena que establece dicha ley se
refiere al cómplice simple, figura respecto de la cual contempla una
disminución de la mitad de la pena atribuida al autor del hecho. Sin
embargo, aunque la ley atribuya la misma pena a la mayoría de las formas
de intervención en el delito, pareciera hacerlo más por razones de política
criminal que por considerar iguales dichos tipos de intervención delictiva (5).
Así, la ley establece, por ejemplo, que el perpetrador y el cooperador
inmediato quedarán sujetos "a la pena correspondiente al hecho
perpetrado", por lo tanto dicho cooperador no es un perpetrador (caso
contrario, no habría porqué hacer la distinción). Desarrollo dogmático de las
distintas formas de intervención delictiva previstas en el CP venezolano.
Como ejemplo de una teoría similar podemos mencionar la de Roxin, para
quien, resumidamente, el autor es la figura central del hecho, lo cual lo
diferencia del partícipe quien está al margen del hecho y se apoya en la
figura central del autor (9). Igualmente la concepción de Mir, según el cual
autor es el protagonista del hecho, aquella quien se le puede imputar el
hecho como suyo. Conceptos como los mencionados permitirían abarcar,
como formas de autoría, al autor individual (o autoría directa), al coautor y
al autor mediato. Personalmente considero que sólo desde un concepto
semejante, debe configurarse la noción del autor en el CP venezolano. En
efecto, la misión del intérprete consiste en indagar la voluntad de la ley
mediante los instrumentos que suministra la dogmática moderna. Por lo
tanto, no se puede oponer una supuesta voluntad del legislador histórico,
creador de las normas sobre autoría y participación del CP venezolano,
cuando en modo alguno pudo tener en cuenta dichas construcciones
dogmáticas: la interpretación de la ley tiene como fin determinar la voluntad
de la ley, no la del legislador concreto que creó la misma. Obviamente, para
lograr la adecuación de la ley a los tiempos actuales se deben utilizar las
herramientas que proporciona la dogmática moderna, con el fin de lograr la
solución más justa del caso. Además, los términos que normalmente utiliza
el legislador son lo bastante amplios para permitir una interpretación
conforme a la ciencia actual del Derecho. Por lo tanto, según lo anterior,
debe interpretarse el artículo 83 del CP venezolano a la luz de un concepto
material de autor, concretamente entendiendo que éste es la persona a
quien se le puede imputar el hecho como suyo, la persona protagonista del
hecho punible.
Es de destacar que la jurisprudencia del TSJ, de forma incidental, ha
recurrido al concepto de "dominio del hecho" para aludir al autor, aunque
sin explicar qué entiende por el mismo. En efecto, el término "dominio del
hecho" ha sido utilizado por autores diversos dentro de la doctrina penal, de
allí que el máximo tribunal venezolano debió haber especificado a cuál
versión del "dominio del hecho" quiso referirse. En todo caso, hablar de
dominio del hecho para definir al autor implica dejar de lado un concepto
meramente formal del mismo, e incluso uno subjetivo.
Conclusiones