Actividad Nerviosa Superior
Actividad Nerviosa Superior
Actividad Nerviosa Superior
Introducción
La actividad nerviosa superior corresponde a procesos que forman los nexos temporales
en la corteza de los grandes hemisferios cerebrales.
Los procesos reguladores más importantes del cerebro son la excitación y la inhibición.
El sistema nervioso compensa estos procesos buscando el equilibrio. Cuando un área
cerebral se estimula, las áreas cercanas se inhiben facilitando la concentración de
energía en la zona oportuna “inducción positiva”. Cuando un área se inhibe, las ares
cercanas se estimulan y forzan la concentración de la inhibición “inducción negativa”.
Pavlov descubrió que los animales aprenden a responder a determinados estímulos. Con
su método desarrollo el concepto de analizador: un cabo periférico de recepción de
información, una prolongación hacia la corteza cerebral donde hay un cabo central de
análisis de información es un mecanismo nervioso complejo que comienza con el
receptor y termina en el cerebro.
Desarrollo
El estudio del cerebro se ha caracterizado por un aserto fundamental que Cloning y Hoff
señalan: la anatomía total del sistema nervioso es la anatomía de las funciones
intelectuales superiores, definición que plantea que en la medida que se conozca la
estructura del cerebro humano, asimismo se estará explicando el surgimiento de las
cualidades psíquicas humanas.
En este sentido Vigotski señala que, si bien la psiquis es una función o propiedad del
hombre como ser corporal, material, que tiene una determinada organización física,
biológica, en el sistema nervioso central, particularmente la corteza cerebral, la psiquis
es social por su origen, y es un producto de la historia de la sociedad.
Desde este punto de vista la apropiación por el niño de toda la cultura humana creada
durante siglos, materializada en los objetos y fenómenos espirituales, que tienen en sí
mismos grabadas las capacidades intelectuales que los han creado, y que le son
transmitidas por el adulto en su actividad conjunta, constituye la fuente del desarrollo
psíquico, que en este caso ya no se da por una complejidad de las estructuras y
funciones del sistema nervioso, sino por la complicación de los instrumentos o medios
que mediatizan la actividad psíquica, el lenguaje, los símbolos, los conceptos.
Este sistema nervioso central, compuesto por las estructuras cerebrales y la médula
espinal, está formado por distintas partes que cumplen diferentes funciones, y que
constituyen el mecanismo fundamental de la regulación nerviosa, actividad de tipo
reflejo que permite que el organismo se adapte a los más diversos cambios del medio.
Todas las funciones cerebrales, incluso las más complejas, y que son la base de los
fenómenos psíquicos, se realizan por actos reflejos, que son movimientos de respuesta
del organismo a os estímulos procedentes del mundo exterior y el medio interno, y que
se realizan gracias al sistema nervioso central, particularmente la corteza cerebral.
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En la medida en que una estructura cerebral está más alta, tanto más compleja es su
función y su propia organización. Así, las funciones más elementales están reguladas
por la parte inferior del sistema nervioso central, la médula espinal, que determina el
funcionamiento de distintos grupos de músculos y de los órganos internos. Encima de
ella se hallan el bulbo raquídeo y el cerebelo, que coordinan funciones mucho más
complejas, en las que intervienen conjuntamente numerosos músculos y sistemas
completos de órganos internos que tienen que ver con la respiración, la circulación
sanguínea, la digestión, entre otras.
Desde los tiempos de Hipócrates, que consideraba al cerebro como el órgano del
raciocinio y posteriormente con Galeno, la noción de que el líquido existente en los
ventrículos cerebrales era el substrato material de los procesos psíquicos, y luego con
Vesalio y sus fluidos en los nervios, la idea de una localización cerebral de las funciones
psíquicas, predominó por cientos de años en el pensamiento científico, y la búsqueda de
un centro rector de tejido denso que pudiera adscribirse como la base material del
proceso psíquico dirigió la investigación anatómica y fisiológica de numerosos
estudiosos de la actividad cerebral.
De la idea de un órgano cerebral único que respondiera por los procesos mentales se fue
paulatinamente orientando la dirección de la investigación hacia la búsqueda de
múltiples estructuras en la que cada una de las cuales seria la base material de una
“capacidad” o “propiedad específica”. Primero Meyer, y posteriormente F. G. Gall,
perfilaron las distintas funciones psíquicas en áreas cerebrales aisladas, y cuya
manifestación alcanzaría mayor desarrollo en volumen en una zona definida del
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encéfalo, cuyo predominio se traduciría al exterior del cráneo por una particularidad
somática visible, dando origen así a la Frenología, que tomó un cierto auge, e incluso
promovió la elaboración de “mapas frenológicos” en los que se señalaban la
localización somática de las diferentes propiedades y capacidades psíquicas, a veces
realmente complejas. De esta manera, cada facultad psíquica se centra en un grupo
determinado de células cerebrales, y la corteza cerebral constituía un conjunto de
diversos órganos, donde cada uno era el substrato de una capacidad psíquica dada.
Este arco reflejo constituye el substrato fisiológico del acto reflejo, o respuesta del
organismo a los estímulos externo por medio del sistema nervioso central. El reflejo,
por lo tanto, constituye la forma fundamental de adaptación del organismo al medio, y
por medio del sistema nervioso el organismo se relaciona como un todo único con el
mundo exterior, y al mismo tiempo se autorregula en cuánto a las funciones internas de
los distintos órganos y sistemas que lo componen. Esta actividad de tipo reflejo permite
que el organismo se adapte a los más diversos cambios del medio, lo que se realiza por
el sistema nervioso central, y particularmente la corteza cerebral.
Todas las funciones cerebrales, incluso las más complejas, que son la base material de
los fenómenos psíquicos, se realizan mediante actos reflejos. Estos reflejos pueden ser
de dos tipos: incondicionados y condicionados.
Estos reflejos permiten una determinada adaptación del organismo a las condiciones del
medio ambiente, y juegan un papel indispensable en la supervivencia del sujeto. Mas,
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esta adaptación se logra solamente dentro de límites estrechos, pues como norma se dan
como respuesta a estímulos relativamente poco numerosos, teniendo un carácter
generalizado y poco variable. Son reflejos innatos y constantes que permiten una
adaptación relativamente imperfecta del organismo a las condiciones variable de vida.
Conclusión
La actividad nerviosa superior es importante porque es el que conecta al ser humano con
el medio ambiente y le permite interactuar en él; además de que el sistema nervioso es
el que da la capacidad de movimiento, ya sean involuntarios, como pestañar o respirar o
voluntarios como mover la mano, y permite la reacción a los estímulos tanto internos
como externos, mandando señales al cerebro para una respuesta rápida. También
participa prácticamente en todas las funciones de nuestro cuerpo; se podría decir que la
integridad estructural y funcional del sistema nervioso, es determinante para el bienestar
diario del cuerpo. Los actos reflejos son importantes porque son una forma rápida de
poder diagnosticar el sistema nervioso; si el individuo no responde a los estímulos
quiere decir que existe algún problema en las conexiones del cuerpo o alguna lesión.
Bibliografía
http://www.waece.org/biblioteca/pdfs/d112.pdf
http://textosdepsicologia.blogspot.com/2010/05/pavlov-i-actividad-nerviosa-
superior.html#:~:text=La%20actividad%20nerviosa%20superior%20corresponde,a
%20la%20variabilidad%20del%20ambiente.
http://webquest.ub.edu/site/706-sistema-nervioso/