Secuencia Didáctica de Formación Ética y Ciudadana
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“Con amor, respeto y buen humor, abordemos los conflictos de nuestro salón”…
Clase 1.
BÚMERAN.
Sin saber de qué se trataba del eco de su propia voz y convencido de que ese
niño había querido burlarse de él, continuó diciendo toda clase de palabrotas que,
por supuesto, eran respondidas al instante del mismo modo.
Clase 2.
Había una vez un zapatero, que trabajó duro y fue muy honesto, pero aún así
no podía ganar lo suficiente para vivir. Llegó un día en que no tenía nada,
excepto el cuero suficiente para hacer un par de zapatos.
Terminó su día de trabajo y cortó el cuero, dejando todo listo para seguir al
día siguiente, con la intención de levantarse temprano por la mañana. Su
conciencia estaba limpia y su corazón ligero en medio de todos sus problemas; así
que se fue tranquilamente a la cama, dejó todas sus preocupaciones al cielo y
pronto se durmió. A la mañana, se sentó a trabajar; cuando, para su gran
asombro, allí estaban los zapatos ya hechos, sobre la mesa. El buen hombre no
sabía qué decir o pensar ante algo tan extraño. Miró la mano de obra; no había
una puntada falsa o mal hecha en todo el trabajo. Todo era tan limpio y
verdadero, que parecía una obra maestra.
El mismo día entró un cliente, y los zapatos le quedaron tan bien que
voluntariamente pagó un precio más alto de lo normal por ellos; y el pobre
zapatero, con el dinero, compró cuero suficiente para hacer dos pares más. Por
la noche, cortó el trabajo y se fue a la cama temprano, para poder levantarse y
comenzar el día siguiente; pero se salvó de todos los problemas, porque cuando se
levantó por la mañana el trabajo estaba listo. Llegaron los compradores, que le
pagaron generosamente por sus zapatos, y compró el cuero suficiente para cuatro
pares más. Cortó el trabajo y otra vez lo encontró hecho a la mañana siguiente;
y así continuó durante algún tiempo: lo que se preparaba por la noche siempre
aparecía hecho al amanecer.
Al día siguiente, la esposa le dijo al zapatero: ‘Estos pequeños duendes nos han
hecho ricos, y debemos estar agradecidos con ellos. Lamento mucho verlos correr
como lo hacen; y de hecho no es muy decente, ya que no tienen un buen abrigo
sobre sus espaldas para mantenerse alejado del frío. Haré para cada uno de ellos
una camisa, un abrigo, un chaleco, y un par de pantalones, ¿les haces a cada uno
un par de zapatos?, le preguntó. El pensamiento le gustó mucho al buen zapatero;
y una tarde, cuando todas las cosas estuvieron listas, las pusieron sobre la mesa,
en lugar del trabajo que solían cortar, se fueron y se escondieron, para ver qué
harían los pequeños elfos.
La buena pareja, el zapatero y su mujer, ya no los vio más; pero todo les fue
bien a partir de ese momento, mientras vivieron.
Compartiremos lo realizado.
Clase 3.
-¡Ay, qué gorrión ignorante! -dijo fuerte el elefante. ¡No busquen más por favor,
sé dónde está el buen humor! Los animales intrigados, al elefante miraron, muy
atentos escucharon: -Piensa bien mi gorrión, ¿no estará en tu corazón? y el
pajarito entendió que se había equivocado, el humor lo recuperó y este cuento ha
terminado.
Liana Castello.
La docente comentará:
A veces, no es fácil estar con una sonrisa. Todos pasamos momentos en donde
estamos tristes. Lo importante es que podamos recurrir al sentido del buen humor
para superar dificultades.
Se entregará a cada niño una carita feliz de cartulina y la pegarán en sus carpetas.
A continuación deberán escribir en ella qué hacen para recuperar su buen humor
cuando lo pierden.