Facilitando El Cambio Emocional: Leslie S. Greenberg Laura N. Rice Robert Elliott
Facilitando El Cambio Emocional: Leslie S. Greenberg Laura N. Rice Robert Elliott
Facilitando El Cambio Emocional: Leslie S. Greenberg Laura N. Rice Robert Elliott
el cambio
emocional
El proceso terapéutico
punto por punto
Leslie S. Greenberg
Laura N. Rice
Robert Elliott
En una época en la que con frecuencia se da
una connotación negativa a las emociones -se
describe a las personas como "demasiado emo-
cionales" o se dice que necesitan "controlar sus
Psicología emociones"-, los autores de este libro defien-
Psiquiatría den, por el contrario, que las emociones son
Psicoterapia
149 procesos organizados capaces de mejorar las
tareas de adaptación y de solución de proble-
mas. Para conseguir esto, sin embargo, hay
que trabajar en el interior del marco vivencia!,
producir cambios en el significado y resolver
los distintos problemas psicológicos planteados.
Basado en una jugosa explicación de las inter-
relaciones existentes entre la emoción, la cog-
nición y el cambio, el libro, de este modo, no
sólo ilustra los métodos presentados median-
te extractos de transcripciones auténticas, sino
que además plantea temas tan controvertidos
como la selección de clientes y las dificultades
o dilemas potenciales. A partir de ahí, los ejem-
plos clínicos presentados y su carácter de guía
práctica acaban convirtiendo el texto en un
instrumento de inestimable valor para terapeu-
tas cognitivos, dinámicos y vivenciales, así como
también para estudiantes de psicología, psi-
quiatría y asistencia social.
Leslie S. Greenberg es profesor del Depar-
tamento de Psicología y director del Centro de
Investigación en Psicoterapia de la Universidad
de York, en Canadá, donde también enseña
Laura N. Rice. Por su parte, Robert Elliott es
profesor de Psicología y director de Formación
Clínica de la Universidad de Toledo, en Ohio.
Leslie S. Greenberg
Laura N. Rice
Robert Elliott
FACILITANDO
EL CAMBIO EMOCIONAL
El proceso terapéutico
punto por punto
PAIDÓS
Barcelona
Buenos Aires
México
SUMARIO
PRIMERA PARTE
INTRODUCCIÓN
SEGUNDA PARTE
TEORÍA: EMOCIÓN Y COGNICIÓN EN EL CAMBIO
TERCERA PARTE
EL MANUAL: PRINCIPIOS BÁSICOS
E INTERVENCIONES GUIADAS POR LA TAREA
PRIMERA SECCIÓN
MANUAL DE TRATAMIENTO: EL ENFOQUE GENERAL
SEGUNDA SECCIÓN
LAS TAREAS DEL TRATAMIENTO
CUARTA PARTE
CONCLUSIÓN
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14 FACILITANDO EL CAMBIO EMOCIONAL
PREFACIO
PRIMERA PARTE
INTRODUCCIÓN
1
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"·,i~'''T; .,., ,.. ,,. ·~·· ..,, ~- ......,_ '" ~-·
..
CAPÍTULO!
22 INTRODUCCIÓN
24 INTRODUCCIÓN
la personalidad por medio del diálogo de las dos sillas. U na escisi6n describe
una afirmaci6n en la sesi6n de un conflicto consciente entre dos aspectos
del sí mismo. Se consider6 que el proceso de resoluci6n implicaba el acceso
y la puesta en contacto de dos esquemas opuestos o partes del sí mismo para
conseguir su integraci6n. Al identificar momentos de reacciones problemá-
ticas y escisiones como marcadores de problemas afectivos que requerían
tipos de intervenciones específicas, se dio el primer paso en el desarrollo de
un enfoque más diferenciado de la intervenci6n orientada vivencialmente.
Esto llev6 al desarrollo de acontecimientos de cambios recurrentes en
terapia y a la identificaci6n y estudio profundo de los procesos implicados
en los diferentes acontecimientos de cambio (Greenberg y Rice, 1984).
Estos acontecimientos en la terapia se definieron como portadores de
una estructura identificable. Los acontecimientos empiezan con la expresi6n
del cliente en la sesi6n de un tipo particular de experiencia problemática
considerado como un «indicador» tanto de un problema de procesamiento
emocional subyacente como de la disposici6n del cliente para un tipo
panicular de exploraci6n terapéutica. Los indicadores, junto con el uso de
conjuntos específicos de intervenciones adecuados para facilitar la resoluci6n
de dificultades de procesamiento paniculares, condujeron a un tipo especí-
fico de exploraci6n emocional. Esta exploraci6n evolucion6 hacia una serie
de pasos importantes de procesamiento del cliente que, a su vez, llevaban a
la resoluci6n del problema afectivo. Nos parecía cada vez más claro que
dentro de la «totalidad» de una terapia exitosa había un número de aconte-
cimientos de cambio identificables del tipo que hemos descrito, aconteci-
mientos que podían ser facilitados, con mayor o menor fortuna, por las
diferentes intervenciones (Rice y Greenberg, 1984; Greenberg, 1986). La
investigaci6n sobre estos acontecimientos de cambio proporcion6 modelos
para dilucidar los diferentes tipos de implicaci6n productiva del cliente.
También se definieron los tipos de panicipaci6n con los que el terapeuta
tenía que facilitar la implicación del cliente en cada etapa.
Un segundo desarrollo tuvo lugar en el nivel de la teoría del funciona-
miento humano. Siempre nos había impresionado la capacidad humana
para organizar dinámicamente la experiencia emocional y construir signi-
ficado, así como la importancia de estos procesos en la cambiante percep-
ci6n de la realidad, por parte del cliente. El modo en que las personas se
veían a sí mismas y a su mundo parecía depender claramente de sus
continuas construcciones cognitivo/ afectivas. En lugar de poseer construc-
tos, las personas construyen significados sin cesar. Nos parecía que los
procesos constructivos emocionales actuales del cliente y las organizaciones
esquemáticas subyacentes a ellos eran los objetivos últimos de la interven-
• I I •
c1on terapeut1ca.
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28 INTRODUCCIÓN
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CAPÍTULOII
UN ENFOQUE DE LA PSICOTERAPIA
FACILITADOR DEL PROCESO
cliente para resolver los problemas afectivos más amplios que se presentan
como tareas terapéuticas en la sesión. A medida que estudiábamos el proceso
terapéutico, considerando a los clientes como «solucionadores» activos de
problemas, implicados en intentar lograr la resolución de experiencias pertur-
badoras o confusas, empezamos a identificar distintos tipos de tareas dentro
de la sesión con las que los clientes se enfrentaban. En este marco, diversos
tipos de operaciones de procesamiento del cliente parecían ser Útiles en
momentos distintos para acceder a diferentes esquemas de varias maneras.
Estos tipos diversos de operaciones, a las que nos referiremos más tarde como
«modos de implicación•, parecían requerir distintos tipos de implicación del
cliente en la sesión. Era aparente que éstos podían ser facilitados por
diferentes formas de intervención terapéutica. Al investigar estos sucesos,
llegamos a la conclusión de que los terapeutas pueden ayudar a los clientes
a resolver clases particulares de problemas de procesamiento, al facilitar
selectivamente su implicación en los distintos tipos de tareas exploratorias
que se dirigen específicamente a las dificultades relevantes de procesamiento.
Cada una de las diferentes clases de tareas del cliente se identifica por la
presencia de un «indicador», en de la sesión, que señala la naturaleza de la
dificultad específica de procesamiento con la que se enfrenta el cliente, e
indica también su disposición actual para entrar en el problema. Este rasgo
de «disponibilidad» indica que el cliente está experimentando en ese mo-
mento la dificultad y está intentando resolver el problema, esto es, está
involucrado en la tarea y está, por tanto, más receptivo a una intervención
diseñada para facilitar su solución. Hemos llegado a la conclusión de que
las intervenciones centradas en la tarea, en indicadores de disposición
identificables, constituyen una estrategia Útil para ayudar a los clientes a
resolver tareas terapéuticas específicas.
En esta concepción de la terapia, el terapeuta es muy sensible a la natu-
raleza cambiante, momento a momento, de los estados y procesos del cliente.
El terapeuta se implica de un modo continuo en un tipo de «diagnóstico del
proceso», identificando problemas de procesamiento en la sesión que parecen
susceptibles de intervención en ese momento. Como se indica más adelante,
es importante señalar que el diagnóstico del proceso se basa en la valoración
del estado actual del cliente, tal como se muestra a través de su forma y
estilo momentáneos de expresión. No es un diagnóstico de estados o rasgos
estables, sino una armonía empática con los estados afectivos momentáneos
y con la orientación particular del cliente hacia la resolución del problema
actual.
UN ENFOQUE DE LA PSICOTERAPIA FACILITADOR DEL PROCESO 33
34 INTRODUCCIÓN
36 INTRODUCCIÓN
42 INTRODUCCIÓN
y sugerir que el terapeuta conoce la experiencia del cliente mejor que él.
Esto altera demasiado el equilibrio de influencias en la dirección del terapeuta
y priva al cliente de la oportunidad de captar su propia experiencia única.
Como hemos dicho, el enfoque procesual y vivencia! de la terapia se basa
en el supuesto de que, en último término, el significado autogenerado
conduce al cambio más estable y duradero. En constraste con el problema
de ser demasiado directivo, está el problema de ser demasiado pasivo. Al no
responder lo suficiente, el terapeuta no facilita suficientemente el proceso
de exploración. Son las sugerencias de proceso del terapeuta y los focos
seleccionados los que proporcionan con frecuencia la estimulación añadida
necesaria para promover la posterior autoexploración.
El terapeuta, como hemos dicho, es un experto en el proceso, que facilita
procesos específicos en momentos específicos para ayudar a llevar a cabo la
exploración. El terapeuta, mientras mantiene las actitudes hacia la relación,
puede dirigir la atención de los clientes a aspectos de su experiencia tales
como su respiración, su reacción interna a un estímulo o hacia alguna actividad
muscular o sensación corporal actual. El terapeuta se implica así en un
proceso de facilitación, en lugar de interpretar el significado de las experien-
cias del cliente o dirigirlo para que trate un contenido particular. Aunque
difusa en sus límites, la distinción entre proceso y contenido es importante,
en este enfoque el énfasis siempre está en la dirección del proceso, en lugar
del contenido.
Al ser directivos, los terapeutas ofrecen su conocimiento sobre cómo
facilitar diferentes tipos de procesos y cómo éstos ayudan a resolver tareas.
No son expertos en la experiencia del cliente, ni tampoco en la solución
correcta de un problema para un cliente particular. Al contrario, la solución
es una construcción única del sí mismo. En último término, hay muchas
maneras de resolver un problema concreto. El terapeuta sabe algo acerca
de qué elementos son útiles para crear una solución, pero no sabe la forma
precisa que, en última instancia, tendrá la solución. Así, el terapeuta, al ser
directivo, actúa facilitando la toma de conciencia del material, pero sigue la
dirección del cliente al concluir acerca de la información estimulada. La
actitud directiva es, por naturaleza, siempre experimental («intenta esto a
ver si encaja») y se dirige a promover el descubrimiento y el significado
creado por uno mismo, en lugar de animar a la sumisión o a la adopción
del significado creado por el terapeuta.
El estilo más respondiente orientado hacia el descubrimiento ayuda al
cliente a aprender a confiar en su propia experiencia. Por otra parte, en el
estilo más directivo, el terapeuta es visto como un experto en ciertos
principios del funcionamiento humano. Aun así, todavía se ve al terapeuta
como el que ayuda al cliente a llegar a ser consciente de aspectos de su propia
44 INTRODUCCIÓN
TRABAJO TERAPÉUTICO
Atender/tener conciencia
El foco, en este primer modo de implicación del cliente, está en atender
directamente a los elementos particulares de la sensación, en lugar de
simbolizar complejos sentimientos y significados de la relación. Llegar a ser
consciente de las sensaciones internas (somestésicas y cinestésicas) y de los
estímulos externos (visuales y auditivos) es parte esencial de lo que es tener
un contacto claro con la realidad. Atender supone tener contacto con la
información entrante y da a la persona información sensorial básica sobre
sí misma y sobre la realidad externa, a partir de la cual el significado
posterior puede ser construido. La atención está en la base del procesamien-
to de abajo-arriba. Se centra en atender a la realidad sensorial presente que,
con frecuencia, produce información, en cierto modo diferente, de las
anticipaciones e imaginaciones de las personas sobre la realidad.
Aprender a atender a los datos sensoriales básicos, desde dentro y desde
fuera, es una forma de procesar la experiencia, que puede dar a los clientes
acceso a información que está influyendo en su sentido actual de sí mismos.
Así, un cliente puede llegar a ser consciente de la tensión de su cara, de que
aprieta el puño o de la tensión en el estómago o de sensaciones más complejas
de sentirse vivo, de un sentimiento emergente de poder o de sentirse pasivo,
cansado o frágil. Atender puede también suponer que los clientes se vuelvan
1nás conscientes de estímulos externos que incluyen aspectos del terapeuta
tales como subir las cejas o una sonrisa en el rostro o su tono de voz.
I'
INTRODUCCIÓN
Búsqueda vivencia!
El segundo modo de implicación del cliente supone un retorno delibe-
rado de la energía atencional hacia adentro en un intento de acceder a la
propia y compleja experiencia idiosincrásica interna y empezar a simboli-
zarla en palabras. Este proceso va más allá del modo de atender/tener
conciencia descrito en la sección anterior. Si el terapeuta lo facilita apro-
piadamente, éste puede ser un proceso de descubrimiento en el que los
clientes simbolizan un nivel de experiencia interior tácita que influye en
el propio funcionamiento, pero raramente es accesible a la conciencia
autorreflexiva.
El proceso de simbolización consciente de la compleja experiencia
interna puede adoptar diversas formas. Por ejemplo, puede suponer po-
nerse en contacto con el complejo estado interno actual y ser capaz de
describirlo en palabras. Puede implicar el recuperar una experiencia per-
ceptual que ha tenido impacto, pero que no fue completamente procesada
en la conciencia en su momento. Puede suponer que el proceso de
búsqueda vivencia! lleve consigo un intento deliberado de ponerse en
contacto con un significado vagamente sentido, que es percibido como
importante, pero que no está actualmente en la conciencia, ni se puede
acceder a él con facilidad. En cada uno de estos ejemplos, el cliente es capaz
de llegar a ser consciente, por primera vez, de sentimientos y significados
complejos, a través de un proceso de atender a su interior y de simbolizar
experiencias internas. El proceso de búsqueda vivencia! permite al cliente
acceder y explorar esquemas emocionales que antes no eran accesibles a la
conciencia autorreflexiva.
UN ENFOQUE DE LA PSICOTERAPIA FACILITADOR DEL PROCESO 47
Expresión activa
Cuando los clientes expresan activa y espontáneamente sus propias
reacciones vivenciales, disfrutan de una oportunidad Única para descubrir
y adueñarse de lo que realmente sienten. La expresi6n también implica
permitir que la tendencia a la acci6n se complete y ponga en contacto los
sentimientos con los objetos apropiados. De este modo, se anima a los
clientes a que prueben expresiones en la terapia para reconocer lo que están
realmente experimentando y completar la expresi6n conectándola con el
objeto apropiado.
La experiencia está repleta de significados implícitos hasta que éstos se
expresan. Al expresarla, la gente adopta una posici6n explícita en relaci6n
con algo, creando así significado. U na vez expresado el significado a su vez
se convierte en un nuevo estimulo para la persona. Se hace disponible a la
conciencia para la reflexi6n y evocaci6n de reacciones internas posteriores.
U na vez que se ha expresado una afirmaci6n tal como: «yo te necesitaba»,
puede ser considerada su verdad, puede ser reflejada y puede evocar fuerte-
mente la experimentaci6n posterior. Por lo tanto, al «hacer algo», las
personas tienen una oportunidad para experimentar si la acci6n/significado
expresado, encaja o no y pedir lo que encaja como propio. Además, el
significado y los aspectos motores, sensoriales y expresivos generados por
el acto de expresi6n actúan como indicios que activan nuevos esquemas,
evocando así nueva experiencia. Más aún, la expresión activa ayuda a las
personas a experimentarse como agentes y autores de su propia experiencia.
Finalmente, al contactar con el ambiente y poner la expresi6n en contacto
con su meta apropiada, la expresi6n llega a su término.
La expresi6n activa puede ser muy eficaz a la hora de establecer
contactos entre aspectos de la experiencia interna. Por ejemplo, cuando los
clientes expresan una necesidad tal como: «necesito descansar» o «necesito
apoyo• a un otro irnaginado o a otro aspecto del sí mismo, empiezan a
reconocer y a sentir la experiencia como propia. Este tipo de confrontaci6n
dialéctica, entre aspectos previamente polarizados de la experiencia, puede
ser especialmente eficaz en la diferenciaci6n y síntesis de estos aspectos de
la experiencia en una nueva totalidad.
Contacto interpersonal
El último modo de la implicación del cliente se da en el contexto de la
relación en sí. La armonía empática del terapeuta, el aprecio consistente e
incondicional y la presencia genuina durante el proceso de autoexploración
del cliente son elementos importantes a lo largo de la terapia. Estas actitudes
del terapeuta, más el énfasis en la orientaci6n hacia el descubrimiento y el
crecimiento, transmiten firmemente a los clientes que el terapeuta tiene una
1
1·
48 INTRODUCCIÓN
Impactos vivenciales
Dada una relación empática y colaboradora entre cliente y terapeuta,
la mayor parte del trabajo de la terapia ocurre dentro de los modos de
implicación del cliente descritos anteriormente. El trabajo llevado a cabo a
través de estos procesos trae consigo varios impactos positivos y I o efectos.
Al revisar grabaciones de sus sesiones, los clientes i'}forrnan de tres impactos
principales de la terapia vivencia! y procesual. Estos son: cambios en la
percepción, creación de soluciones a los problemas y el sentirse apoyado y
comprendido (Elliott, James, Reimschuessel, Cislo y Sack, 1985). Estos
impactos vivenciales, a veces, emergen claramente en la sesión, mientras
que otras veces los clientes sólo llegan a ser conscientes de ellos más tarde,
a medida que reflexionan sobre la sesión o se encuentran en situaciones que
se relacionan con los asuntos explorados en la sesión. Estos impactos se
. .,
comentan a cont1nuac1on.
Cambio perceptual
Los clientes con frecuencia informan de cambios en cómo se ven a sl
mismos y a los demás. Elliott y otros (1985) identificaron tres tipos de
cambios perceptuales a partir de los recuerdos de los clientes de momentos
significativos en las sesiones. En primer lugar, vieron que el cliente puede
ser más directamente consciente de un sentimiento o de un aspecto particular
de sl mismo o de otro. Ahora puede •apropiarse» de algo corno parte de sl
mismo (por ejemplo: mi sentimiento de rabia) o puede verlo más claramente
en otro (por ejemplo: mi padre estaba realmente aterrorizado interiormente).
Los clientes pueden experimentar este tipo de impacto como una puesta en
contacto o •conexión» con un sentimiento o experiencia que ellos sabfan
en parte que estaba alll, pero que ahora •conocen mejor» o reconocen con
mayor claridad.
Los clientes también informan de una nueva comprensión de algo acerca
de s[ mismos o de los demás; pueden llegar a comprender una conexión
entre su respuesta y una situación, quizá entendiendo la razón o la causa de
su experiencia o reacción (por ejemplo: «lo hice porque estaba enfadado» o
«me doy cuenta de que oculté mi dolor con amargura e ira»). Desde el punto
de vista del cliente, este tipo de impacto se experimenta corno un «insight»
~ . ..
50 INTRODUCCIÓN
Solución de problemas
Además, y como consecuencia de los cambios perceptuales, los clientes
también experimentan cambios que se relacionan más directamente con la
solución de sus problemas y con acciones que pueden llevar a cabo fuera de
la terapia. En primer lugar, pueden llegar a clarificarse cuáles son sus
problemas, objetivos o tareas, es decir, «sobre lo que necesitan trabajar».
Además, pueden llegar a tomar decisiones o a averiguar lo que tienen que
hacer con los problemas o comprometerse consigo mismos para realizar
alguna acción fuera de la terapia. Así, los impactos del problema contienen
un componente. motivacional o energético, un organizarse a sí mismo hacia
algún objetivo o acci6::i, un compromiso para alcanzar un objetivo o
realizar alguna acci6n. Este es un aspecto decisivo del proceso a través del
cual los clientes trasladan espontáneamente lo que ha ocurrido en la sesión
al resto de sus vidas.
Los impactos sobre el problema pueden ocurrir justo al final de una
sesi6n, en el momento en el que el cliente se prepara para «volver al mundo»;
sin embargo, a menudo ocurren después de la sesión, a medida que el cliente
reflexiona sobre los asuntos planteados por la sesi6n. Además, los impactos
sobre el problema pueden emerger a partir del cambio de esquemas, como
cuando una conciencia mayor de la seriedad de un problema conduce a su
solución o al prop6sito de trabajar más en él. Cuando el cliente experimenta
impacto sobre el problema en una sesión, se orienta desde el pasado y
presente hacia el futuro (véase Bohart y otros, 1991). El cliente puede
proponer y evaluar tentativamente diferentes cursos posibles de acci6n o
puede imaginar cómo sería actuar de un modo diferente (véase Mahrer,
1989). A veces, hay un interés o una ilusión por «llevar más allá» un cambio
en la terapia al resto de la vida. En el enfoque vivencia! y procesual, el
terapeuta escucha y facilita estos impactos cuando emergen del cliente, pero
no intenta «inducirlos».
'
Impactos interpersonales
Además de los impactos que acabamos de describir, los clientes también
experimentan impactos interpersonales. Pueden experimentar al terapeuta
como comprensivo o protector o pueden llegar a sentirse más cerca del
terapeuta o más comprometidos con el trabajo de la terapia. Estos impactos
interpersonales pueden ocurrir en combinación con los otros impactos,
pero parecen fluir más directamente del modo de implicación en el contacto
interpersonal. A menudo el cliente no da signos obvios durante el trata-
miento de que ha ocurrido un impacto interpersonal. En otros momentos,
el cliente puede comentar que se siente comprendido, apoyado, etc. o puede
dar signos no verbales de alivio, tales como suspirar después de ser com-
prendido.
CONCLUSIÓN
1,,1
,,
.,· 1. ' ' .'. ' ' .!' ',·'
SEGUNDA PARTE
PERSPECTIVAS VIVENCIALES
TEORÍA CLÁSICA
Terapia Gestalt
El constructo motivacional primario de Peris también era una tendencia
a la realización. En su perspectiva, ésta suponía un organismo autorregula-
dor que satisface sus necesidades, avanza en su desarrollo y, de esta forma,
establece su propia identidad. Peris asumía que la persona que funcionaba
bien se involucraba en la autorregulación organísmica, consiguiendo así (a
través de la acción) darse cuenta de sus necesidades más urgentes en un
momento dado. El objetivo era mantener el equilibrio dentro del sí mismo
y entre el sí mismo y el entorno. El supuesto es que la persona que ideal-
mente funciona bien experimenta gestalts claras, en las que la conciencia de
una necesidad y el objeto relevante para esa necesidad llegaban a estar
claramente configurados. Desde esta perspectiva, se considera que la con-
ciencia tanto de la información interna como de la externa es de gran
importancia para el funcionamiento sano y la satisfacción de las necesidades.
Este proceso de conciencia o formación de gestalts se denominaba el ciclo
de contacto. En este ciclo, la conciencia conduce a la movilización de la
excitación. Ésta, a su vez, conduce a la acción, orientada hacia el contacto
con el ambiente, la satisfacción de la necesidad y la conclusión del ciclo. De
este modo, la persona está continuamente organizándose a sí misma para
contactar con el ambiente y satisfacer sus necesidades. Cuando la necesidad
se satisface, esta particular gestaltfigura-fondo se disuelve y la persona vuelve
al equilibrio.
Desde la perspectiva de Peris, la conciencia de la emoción era especial-
mente importante para ayudar a las personas a orientarse en el entorno y
,. ..
CIENCIA COGNITIVA
..
1
'
PERSPECTIVAS SOBRE EL FUNCIONAMIENTO HUMANO 69 1
la autocomprensi6n.
En resumen, el procesamiento constructivo de informaci6n supone la
percepci6n, la atenci6n, la memoria, el pensamiento y el lenguaje, y está
r
prrsona/ situaci6n (por ejemplo, c6lera) sin saber la raz6n. Por tanto, las
rmociones primarias parecen estar programadas y conectadas con el proce-
<o11niento de la informaci6n, de modo que hacen que las personas puedan
adaptarse y sobrevivir, al ayudarlas a seleccionar y responder rápidamente
,, la informaci6n que llevaría demasiado tiempo procesar sin una tendencia
1•111ocional a la acci6n. Las emociones complejas evolucionan a partir de
''·'' c>S afectos primarios (Pascual-Leone, 1992).
Experiencia emocional
Más allá de organizar la acci6n adaptativa, los afectos, con la experiencia
vivida, se integran con la cognici6n para proporcionar experiencia emocio-
nal. Se considera que la experiencia emocional implica la integraci6n de
muchos niveles de informaci6n distintos (Lazarus, 1984; Leventhal, 1979; ·
Lang, 1983). Los sentimientos, conscientemente experimentados, son de
t'Ste modo una compleja síntesis de varios tipos y fuentes de informaci6n.
Estos sentimientos están compuestos de al menos tres sistemas medibles:
un sistema expresivo motor, basado fisiol6gicamente; un sistema de recuer-
do emocional, basado semánticamente, y un sistema conceptual, con base
verbal (Lang, 1984; Leventhal, 1984). Así pues, la experiencia emocional es
un proceso de múltiples componentes que incluye cambios corporales,
significados y tendencias a la acci6n. Se considera que este complejo sistema
de procesamiento emocional de la informaci6n nos ofrece una rica fuente
de complejos significados y de retroalimentación sobre nuestras reacciones
a las situaciones en forma de sentimientos (Greenberg y Safran, 1984a, 1987,
1989).
Desde esta perspectiva cada nivel de procesamiento aporta diferentes
Jspectos a la experiencia emocional. El más bajo, el nivel sensorial-expre-
sivo motor nos proporciona informaci6n sensorial no proposicional y
tendencias a la acci6n expresivas y opera sin control voluntario. Así, un
niño reacciona con temor ante una sombra y con c6lera ante un abuso. El
nivel intermedio de recuerdo esquemático contiene representaciones con-
cretas de experiencias emocionales anteriores, inicialmente codifica expe-
riencias sensorio-motrices junto con sus condiciones elicitadoras. Por
ejemplo, la experiencia de reacciones emocionales al ser consolado o
frustrado por un cuidador primario se representa, en un primer momento,
internamente junto con indicios de las expresiones y acciones del cuidador
en esas situaciones. Estas representaciones se expanden, finalmente, para
incluir creencias y expectativas que la persona asocia con la experiencia,
tales como «Cuando estoy necesitado, soy digno de amor» o «es más fácil
no necesitar». Estos esquemas emocionales forman la base de gran parte
de la vida emocional. Se activan automáticamente e influyen sobre el
. 74 TEORÍA: EMOCIÓN Y COGNICIÓN EN EL CAMBIO
La epistemología
En este libro, por tanto, adoptamos una epistemología dialéctico-cons-
tructivista (Pascual-Leone, 1984, 1987, 1990a, 1990b, 1991), en la que
concebimos a los clientes como implicados en un proceso de exploración,
dialécticamente constructivo, que conduce a la construcción de una nueva :
visión del sí mismo y del mundo. La dialéctica, en su forma más esencial, ,
es la separación de una única totalidad en sus partes contradictorias. La
dialéctica en la que estamos más interesados es la que constituye la concien- ·
cia -la dialéctica entre concepto y experiencia, entre explicación reflexiva··•.
y experiencia directa, entre vivencia mediata e inmediata (Greenberg y .
Safran, 1987; Guidano, l991;Mahoney, 1991; Rennie, 1990; Toukmanian,
1 1986; Wexler y Rice, 1974)-. Desde una perspectiva dialéctico-constructi- ·
vista, se concibe a las personas como continuamente implicadas en un·
proceso de construcción reflexiva de la realidad, a partir de la síntesis ·
dialéctica de estas dos fuentes de experiencia. La experiencia de la persona ·
de la realidad interna y externa es vista fundamentalmente como un proceso '
de construcción de visiones del sí mismo y del mundo, a partir de los
constituyentes que existen realmente como restricciones sobre las propias
construcciones.
En terapia, este proceso dialéctico-constructivo supone construir signi-
ficados a partir de la experiencia inmediata y la visión que se mantiene
conceptualmente de cómo se espera que sea la experiencia. Las contradic-.
ciones entre los conceptos reflexivos o adquiridos, o las explicaciones acerca
de cómo son las cosas, o deberían ser, y la experiencia inmediata de cómo
las cosas son realmente constituyen una gran fuente de angustia emocional.
Los procesos de conocimiento reflexivo conceptual proporcionan explica-· .
ciones, mientras que los esquemas de emoción proporcionan reacciones
inmediatas. A menudo se hace referencia a la síntesis dialéctica de estas
diferentes, y a veces contradictorias, fuentes de experiencia que determina,
en última instancia, la experiencia vivida global, como pensamiento y
emoción, o la «cabeza» y el «corazón».
U na perspectiva constructivista dialéctica va más allá de un enfoque
fenomenológico, puramente descriptivo, en el que se sostiene que la expe-
riencia viene simplemente dada, y que deja sin explicar el proceso construc-
tivo por el cual «lo que es» se lleva a la experiencia consciente y se simboliza.
Además, una posición dialéctico-constructiva no adopta la posición deter-
minista de presuponer la existencia de contenidos psíquicos, especificados ·
teóricamente que determinan la existencia, como hacen los enfoques diná-
micos, sino que sólo asume el funcionamiento de ciertos conjuntos de
procesos que pueden generar cualquier tipo de realidad. Esto lleva consigo
la consideración de los clientes como expertos en los contenidos de su propia
PERSPECTIVAS SOBRE EL FUNCIONAMIENTO HUMANO 79
Construcción de significado
Desde este punto de vista, el procesamiento consciente, controlado
actúa para crear significado al atender y simbolizar lo que está ocurriendo
interna y externamente. La experiencia emocional consciente surge al
atender y simbolizar un estado emocional generado automáticamente. El
estado emocional surge de la actívací6n de procesadores esquemáticos que
se· activan por patrones de información o acontecimientos internos o
externos. Los procesadores esquemáticos generan automáticamente reac-
ciones internas, tendencias a la acci6n y experiencias corporales a las que se
puede o no atender o simbolizar conscientemente.
La construcci6n de significados personales implica un proceso de sínte-
sis continua de informaci6n, a partir de diversas fuentes, y de simbolizaci6n
consciente de dicha informaci6n, para formar una realidad subjetiva. Éste
es un proceso dialécticamente constructivo en el que simultáneamente se
atiende a la experiencia sentida y se construye una representaci6n actual
80 TEOIÚA, EMOCIÓN Y COGNICIÓN EN EL CAMBIO
CAPÍTULO IV
FUNCIONAMIENTO ESQUEMÁTICO
1. EI matiz que introducen los autores aquí no posee equivalentes en castellano, por eso
mantenemos en el texto el término tradicional en la bibliografía castellana sobre el tema de
esquema. [N.T.]
,,
nuevas. La persona actúa con flexibilidad, pero siguiendo un plan. Así pues,
los esquemas son estructuras o m6dulos mentales inconscientes que interac-
cionan con la informaci6n entrante para determinar lo que se percibe y se
experimenta y ofrecer el marco de nuestras respuestas al mundo. Constitu-
yen nuestros medios básicos para organizar nuestras experiencias y nuestras
respuestas y cambian acomodándose a la nueva experiencia.
Los esquemas que afectan al bienestar psicol6gico de las personas (y
constituyen, por tanto, el foco de la terapia) son aquellos que representan
la experiencia emocional del sí-mismo-en-el-mundo, De ahora en adelante,
nos referiremos a estas estructuras de acci6n cognitivo/ afectivo/ motivacio-
nal/ relacional integradas del sí-mismo-en-el-mundo como esquemas emo-
cionales. Constituyen los objetivos de nuestro trabajo terapéutico. Desde
nuestro punto de vista, los esquemas emocionales son esenciales porque
incluyen la cognici6n, pero van más allá de una cognici6n puramente
representacional, para incluir la emoci6n, la motivaci6n y la acci6n relacio-
nal. No son simplemente de naturaleza conceptual y clasificatoria, sino que,
al contrario, son organizaciones encarnadas de conjuntos de anticipaciones
y reacciones. Así un cliente entra en terapia con un esquema emocional
inconsciente que, cuando se activa, genera un sentimiento de, digamos,
inadecuaci6n. El cliente puede no ser consciente de que una situaci6n ha
activado el esquema productor de inadecuaci6n y puede decir «me siento
mal» o «no sé por qué reaccioné de esa manera>>. O un cliente puede sentirse
inadecuado anticipatoriamente al imaginarse situaciones que no necesaria-
mente exigen tal respuesta. El esquema emocional de inadecuaci6n se activa
o bien fuera de la conciencia o bien está accesibe en exceso y guía anticipa-
toriamente la conducta. En terapia hay que acceder y reestructurar este tipo
de esquemas. Los esquemas emocionales del sí-mismo-en-el-mundo que
generan sentimientos, tales como sentirse inadecuado o no ser digno de
amor o ser insignificante, son estructuras muy cargadas de contenido.
afectivo que cuando se invocan producen sentimientos de tristeza, vergüen-
za y desilusión. ,También incluyen tendencias a la retirada y la renuncia y
producen conductas y pensamientos que son disfuncionales y exacerban la
experiencia negativa de la persona.
El objetivo en terapia no es usar la raz6n o la prueba para cambiar
esquemas puramente cognitivos (Beck, 1976; Ellis, 1962). Por el contrario,
se trata de cambiar los complejos componentes cognitivo, afectivo, moti-
vacional y de acci6n relacional de los esquemas emocionales, Por lo tanto,
un esquema emocional que genere, por ejemplo, desilusión con relaci6n a
una falta de apoyo incluye no s6lo la creencia o expectativa de que «nadie
estará a mi lado». También incluye una tendencia a retirase y autoproteger-
se, un sentimiento de vacío en la boca del est6mago y el deseo de ser
!11!"'" ., .... ,.... ,.' ' "•"" e> "'P.''
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.,... '•'•;"' . ··~·" ,,._,
Sandler y Sandler, 1978; Basch, 1976, 1983, 1988). Esto está produciendo
una convergencia interesante entre la concepción vivencia!, la de las rela-
ciones objetales (Sandler y Sandler, 1978), la psicología del yo (Kohut, 1977)
y la interpersonal (Mitchel, 1988). Además, la perspectiva de Kohut (1977)
de un sí mismo agente y coherente, aunque no esté explícitamente conectada
con la visión del sí mismo de Rogers (1951) y Peris y otros (1951), es muy
compatible con ellas (Kahn, 1985; Tobin, 1990, 1991) y lleva a una conver-
gencia creciente entre la concepción vivencia! y la de la psicología del yo
del funcionamiento humano. A pesar de la posible convergencia de las
perspectivas sobre el funcionamiento humano, las teorías del tratamiento
vivencia! y psicodinárnica son todavía algo divergentes. Las perspectivas
dinámicas parecen enfatizar todavía la interpretación y la comprensión de
la transferencia corno algo fundamentalmente curativo, aunque Kohut
promueve también el uso de la ernpatía haciendo que su enfoque sea muy
similar, en algunos aspectos, al de Rogers (Kahn, 1985). Nuestra concepción
procesual y vivencia!, en vez de centrarse en la transferencia, subraya que
la ernpatía y el procesamiento vivencia! diferencial son curativos y considera
que conducen a la construcción de nuevas representaciones del sí mismo,
del otro y del mundo.
LA TENDENCIA AL CRECIMIENTO
par~ que las personas se CPmporten adaptativamente tienen además que ser
conscientes de sus sentimientos ..e identificar fa necesidad asociada con su
sentimiento, ciarse cuenta de qw~ .dicha . necesidad no ha sido re~onoclda o
satisfecha y utilizar sus habilidades para satisfacer la necesidad adecuada-
111ente. Para guíar !~ acción adaptativa,es importante reconocer las emocio-
nes adaptativas primarias, la neces.idad con la cual están asociadas y usar los
medios adecuados para sátisfacerla.
. Cuando hemos atendido a nuestra información emocional, nuestra
tendencia a la supervivencia/crecimiento se asegura de que intentemos
constantemente tomar la mejor decisión para nuestro bienestar en términos
de cómo nos vemos a nosotros mismos en la situación en ese momento. Así
pues, la tendencia al crecimiento empuja sin cesar al organismo hacia la
flexibilidad adaptativa y la satisfacción de la necesidad en un contexto
específico. Como señalaremos más adelante, la terapia es el proceso de ayudar
al cliente a acceder y reforzar dicha tendencia.
1
LA FORMACIÓN DEL SÍ MISMO
•
El organismo es, por lo tanto, un sistema iritegrado cognitivo/emocio-
nal/motivacional/ relacional en el que percibir y evaluar los estímulos,
experimentar afecto y generar tendencias de acci6n y potenciales motiva-
cionales son parte del funcionamiento de un sistema holístico, dialéctico y
relacional.
Las reiteradas respuestas afectiyas, relacionadas con las ne,c:esidades,
a'
frente uná sitíiáci6n forman un esquema eEJ1Ócional del sí-mismo-en-el-
mundo. El áfeero foril1ª• ásl pues, fa piedra angular del sí mismo relacional.
Sin embargó; los esquemás emociqnales se van formando a lo largo de la
vida y se relacionan con diferentes ámbitos de la experiencia. Desde el
principió, dichos esquemas se "combinan pará· formar los elementos de
partida del sentido emergente del sí mismo. El sí mismo relacional (Gilligan,
1982), sin embargo, es modular por naturaleza y se encuentra continuamen-
te implicado en el proceso de construir dialécticamente autoorganizaciones
momentáneas en respuesta a las situaciones (Greenberg y Johnson, 1988).
Este. sí mismo relacional y en . proc¡,so,,,!llodularmente organizado, se
transforma entonces en efcentro de la iniciativa, pues necesita o quiere algo
y anticipa las respuestas del sí mismo y de otros~ Es erÍ este momento cuando
las ofgailizáciones modulares, dialécticamente relacionadas, se transforman
en los objetivos de la intervenci6n terapéutica y debido a su naturaleza
,,,
... ,... ,.,.,,~·:~""""'"~"""'"···-~· "' . -· ..... . .... ,................. . ···
~ '''"""'"•• ·~-
El sí mismo relacional no es, pues, una entidad. sino que por el contrario
"' está construyendo constantementea sí mismo como centro de la iniciativa
(l'ascual-Leone, 1990a, 1990b; Varela, Rosch y Thompson, 1991). Como
Stern (1985) ha demostrado, los niños desarrollan «un sentido integrado de
sí mismos como cuerpos diferentes y coherentes, con control sobre sus
propias acciones, poseedores de su propia afectividad y con un sentido de
rontinuidad» (pág. 69). El sentido de un sí mismo integrado se construye
así, y desde nuestro punto de vista es una integración que está continuamen-
te ocurriendo y puede a veces romperse. Durante el desarrollo, cuando se
satisface una necesidad, se .obtiene como. resultado un sentido de la propia
habilidad para regular la propia experiencia en relación con el entorno.. Este
sentido de habilidad para regular está en el celltro del sentido de competen-
cia de ull sí misrno · relacional. Este sentido del sí m.ismo competente,
coherente y estable se encuentra, sin embargo, en continua construccíón.
En cualquier momento se puede conseguir un mayor o menor sentido de
integración y coherencia. Nuestros supuestos básicos son que la realidad
personal se haUa en continua construcción y que la autoexperiencia y la
experiencia del sí mismo se crean mo_mento a momento a través de _la
interacción de la conciencia con l¡i. realidad y con los esquemas emocionales
activados automáticamente.
CAPÍTULO V
DISFUNCIÓN
rnnte señalar que en este punto de vista la terapia no busca un insight en los
patrones de conducta abstractos a través de las situaciones como «rebelarse
contra la autoridad» o «rechazar a la gente cuando se acercan demasiado».
Por el contrario, se busca la reexperimentaci6n de un momento particular
concreto. Lo que traerá a la luz desde el recuerdo todos los elementos de la
experiencia real es la experiencia completa de un momento singular. Esta
evocaci6n de la experiencia hará que dispongamos de nueva informaci6n
para desafiar la creencia o constructo conceptual que tenemos acerca de la
situaci6n y hará que podamos reorganizar la creencia y/o sus elementos.
Así, en terapia a 19 que se tiene que acceder, atender y, cuando sea necesario,
cambiar, es esta experiencia revivida en el presente de un modo consciente;
por ejemplo, un ansia desesperada o un. sentimiento de inferioridad, inade-
cuaci6n o de ser indigno de cariño vivido en ese momento conscientemente
(y las tendencias de acci6n asociadas con ellos). No nos tenemos que dirigir
al concepto intelectual.de dichas emociones.
DISFUNCIÓN ESQUEMÁTICA
DISFUNCIÓN 117
DISFUNCIÓN 119
DISFUNCIÓN 121
TERCERA PARTE
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PRIMERA SECCIÓN
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CAPÍTULO VI
PRINCIPIOS DE TRATAMIENTO
PARA UN ENFOQUE VIVENCIAL Y PROCESUAL
Nota. Existe una tensión o equilibrio creador entre los principios de tratamiento, que requieren la
adaptación a los clientes y a las situaciones específicas en cada sesión.
Empatía
Además de estar armonizado empáticamente con el cliente (principio 1),
el terapeuta comunica esta comprensi6n al cliente y siempre intenta fomen-
tar una relaci6n en la que éste se sienta profundamente comprendido. El
terapeuta lo hace comunicando regularmente al cliente su comprensi6n de
.
".
El aprecio
Si realmente se capta la sensación de lo que es «ser la otra persona», la
aceptación y la acogida casi siempre vienen automáticamente. El terapeuta
experimenta y comunica cordialidad y aceptación incondicional hacia el
cliente. Se comunica una impresión positiva del cliente como persona
valiosa, cuya valía no depende de la realización de ciertas conductas o de
tener unos sentimientos particulares. El término aprecio (frente a evalua-
ción) (Butler, 1952) parece el más adecuado para esta posición. El terapeuta
aprecia al cliente valorándolo y honrándolo tal como es ahora porque es
un ser humano, no simplemente porque sea divertido, trabajador o sienta
dolor. Cada persona es única e interesante, es alguien en cuyo mundo se
tiene el privilegio de entrar durante un tiempo.
De este modo, además de ser empático, es también esencial que el
terapeuta fomente el vínculo terapéutico desarrollando y comunicando una
sensación de afecto y respeto hacia el cliente. Distinguimos dos aspectos
subordinados en esta actitud: aceptación (incondicionalidad o consistencia)
y afecto (véase Barrett-Lennard, 1962).
Aceptación se refiere a la «línea base» de una actitud de interés, congruen-
te, auténtica y no crítica, y a la tolerancia hacia todos los aspectos del cliente
(Rogers, 1957, 1959). En otras palabras, el aprecio no es contingente a que
se sea un buen cliente. Aceptar al cliente incondicionalmente requiere un
acto de «renunciar» no sólo a las preconcepciones y expectativas respecto
a él, sino también a los valores, preferencias y patrones personales del
terapeuta («condiciones de valía», Rogers, 1959). Mientras que una persona
PRINCIPIOS PARA UN ENFOQUE VIVENCIAL Y PROCESUAL 135
La autenticidad
Si la empatía y el aprecio comunicados por el terapeuta no se basan en
la comprensión y la preocupación auténtica por el cliente, es muy probable
que sean vistos como falsos y puedan producir desconfianza en el cliente.
Así, el aspecto final del principio del vínculo terapéutico es la autenticidad,
expresada en la idea de que el terapeuta sea apropiadamente congruente,
Íntegro, abierto, «real» o auténtico en la relación. En la literatura se ha
descrito esto también como apertura o congruencia (Rogers, 1961), trans-
parencia Gourard, 1971; Lietaer, 1992), autenticidad (Lietaer, 1991; Trilling,
1972), y el «yo-tÚ» (Buber, 1958). La autenticidad también está relacionada,
' pero no es sinónimo, con las respuestas del terapeuta cuya subtarea es
1
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136 MANUAL DE IBA T AMIENTO: EL ENFOQUE GENERAL
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PRINCIPIOS DE LA TAREA•
FACILITAR EL TRABAJO SOBRE TAREAS TERAPÉUTICAS ESPECÍFICAS
l
144 MANUAL DE TRATAMIENTO: EL ENFOQUE GENERAL
RESUMEN
En este capÍtulo hemos presentado los seis principios básicos que siguen
los terapeutas que utilizan el enfoque vivencia) y procesual para facilitar el
cambio emocional. Estos principios son la base de las intervenciones
específicas del terapeuta (véase capítulo 7) y las tareas terapéuticas principa-
les (capítulos del 8 al 13). Los principios incluyen tres principios de reJación
(armonía empática, vínculo terapéutico, colaboración en la tarea) y tres
principios de tarea (procesamiento vivencia!, crecimiento/elección y con-
clusión de la tarea). Estos principios no se entienden como absolutos, sino
como un conjunto de valores que deben combinarse y equilibrarse entre sí
en situaciones particulares.
En el próximo capírulo describimos las intenciones fundamentales del
terapeuta y los tipos de respuesta utilizados por éste para comprender los
principios de tratamiento en el enfoque vivencia! y procesual para facilitar
el cambio emocional.
... , ..... ---·.,..,
CAPÍTULO VII
3. Ofrecer promesas de experto: respuestas para hacer que el cliente se sienta bien;
por ejemplo: tranquilizar respecto al contenido (elogiar, estar de acuerdo con el
cliente, etc. desde una posición de «experto»).
4. Contenido directivo: respuestas para dirigir el tema de la sesión; por ejemplo:
sugerencias de contenido.
5. Estar en desacuerdo/confrontación: respuestas para diferir del cliente o señalar
las discrepancias.
Empezamos con las intenciones vivenciales del terapeuta que son más
congruentes con los principios de tratamiento descritos en el capítulo
anterior. Éstos dan cuenta de la mayor parte de lo que el terapeuta hace en
el enfoque vivencial y procesual. Las principales tareas vivenciales descritas
en los últimos capítulos se construyen sobre estas intenciones y también
son importantes para otras tareas vivenciales (por ejemplo, la creaci6n de
significado; Clarke, 1989, 1991). Las versiones previas de las acciones e
intenciones esenciales del terapeuta se han desarrollado y examinado
(Goldman, 1991; Greenberg y Goldman, 1988). Esta versi6n representa una
descripci6n actualizada de las intenciones y respuestas del terapeuta, desa-
rrollada para los prop6sitos de este libro.
Comprensión empátka
Una intención clave del enfoque procesual y vivencial es la comprensión
empática llevada a cabo por las respuestas del terapeuta que simplemente
intentan comunicar la comprensión del mensaje del cliente. Estas respuestas
incluyen reflejos simples y respuestas relacionadas («ajá») que Car! Rogers
(1951) hizo famosas. Adernás de comunicar empatía, estas respuestas sirven
normalmente para fomentar la relación cliente-terapeuta, para ofrecer apre-
cio y apoyar al cliente (a través de la comprensi6n), y subrayar los temas
emergentes. Así pues, las respuestas lle comprensión empática son los medios
más importantes para que el terapeuta lleve a cabo los principios de la
armonía empática y el vínculo terapéutico, descritos en el capítulo anterior.
En nuestra exposici6n planteamos una distinción entre la comprensión
empática y otra intención de respuesta clave, la de exploración empática,
que puede ser definida como facilitadora de la exploración del cliente dentro
de un marco empático. Las respuestas de exploración empática tratan de
comunicar comprensión y ayudar a los clientes a entrar en su experiencia
de un modo más intenso o avanzar hacia los límites difusos o emergentes
de su experiencia; de este modo, combinan las intenciones de comprensión
150 MANUAL DE TRATAMIENTO: EL ENFOQUE GENERAL
T: De modo que quizá esto conecta con el hecho de que te resulte difícil
ahora hacer el trabajo de casa cuando te lo dejan todo a ti, porque te
hace sentir como entonces.
Exploración empática
Én nuestra descripción de lo que el terapeuta hace en el enfoque
procesual y vivencia!, ya hemos distinguido las respuestas de comprensión
empática y de exploración empática. Desde nuestro punto de vista, muchas
respuestas del terapeuta en este tipo de terapia intentan hacer algo más que
comunicar la comprensión del terapeuta y mantener la relación. Estas
respuestas proporcionan un nuevo modo de facilitación del cliente, en el
que la empatía está presente pero acompañada de importantes intenciones
-aquellas que animan al cliente en la autoexploración (el principio de
procesamiento vivencia!) y crean una alianza coexploratoria. Estas respues-
tas clave adoptan diferentes formas, entre otras: reflejo exploratorio, pre-
gunta exploratoria, observación de proceso y conjetura empática, así como
diferentes subtipos en las dos primeras formas.
Reflejos exploratorios
Los reflejos exploratorios se definen como las respuestas del terapeuta
destinadas a crear una situación coexploratoria y a guiar o estimular la
autoexploración del cliente, comunicándole su comprensión de un modo
parcial, tentativo o «en proceso». Se expresan como el propio intento del
terapeuta de seguir al cliente. Estas respuestas se centran a menudo en los
límites, los aspectos emergentes o difusos de la experiencia del cliente y,
como resultado, tienen típicamente una cualidad tentativa, por ejemplo:
T: (Dicho con una calidad interrogante en la voz) No estoy seguro .. ., me da
la impresión de que te sentiste defraudada cuando él dijo eso.
T: Así, sólo de pensar en hablar, sientes una especie de miedo, una especie
de tensión, no sé, es demasiado arriesgado abrir la boca.
En tercer lugar, los reflejos orientados al crecimiento seleccionan el límite
de crecimiento del cliente o sus nuevas posibilidades y son útiles a la hora
1 de centrar a los clientes en su trayectoria de desarrollo emergente, hasta en
el más mínimo detalle (véase Bohart y otros, 1991). Esto es consecuencia
1
del principio de crecimiento/elección tratado en el capÍtulo 6. El siguiente
ejemplo de un reflejo orientado al crecimiento también es evocativo y deja
un límite abierto:
C: Me siento como si estuviera atrapada en el fondo de un gran pozo
oscuro. Estoy tan sola y atrapada. Lucho por salir, pero no parece que
lo consiga.
T: Es tan oscuro y profundo que es difícil salir, no puedes hacerlo, pero
sigues tratando desesperadamente de salir, de establecer contacto.
Este tipo de respuesta que centra el foco en la sensación de lucha, en
lugar de en la de fracaso, refleja con exactitud que el cliente está más en
contacto con su lucha por sobrevivir que con su fracaso al hacerlo y sirve
como función decisiva para ayudar al cliente a acceder a sus posibilidades
de crecimiento. Se necesita un equilibrio entre las respuestas orientadas
hacia la posibilidad, adecuadamente armonizadas y las que se centran más
en lo que es, en lugar de lo que se siente, pero que todavía no se ha
conseguido. Sin embargo, un aspecto importante del enfoque vivencia! y
procesual es la habilidad para centrarse en un límite abierto.
Pregunta exploratoria
Las preguntas exploratorias de final abierto desempeñan un papel
importante en el enfoque procesual y vivencia!, en el que raramente se hacen
preguntas para una mera recogida de información. Las preguntas explora-
torias, junto a las sugerencias de proceso (descritas a continuación), reflejan
la influencia de la terapia Gestalt en este enfoque. El principal propósito de
las preguntas exploratorias es alentar a la exploración de la experiencia del
cliente.
La forma más importante de pregunta exploratoria es la p,regunta sobre
la experiencia, una indagación acerca de distintos aspectos de la experiencia
presente o pasada del cliente, que incluye:
• Sentimientos emocionales.
• Percepciones de las situaciones.
• Sensaciones corporales.
• Significados.
156 MANUAL DE TRATAMIENT01 EL ENl'OQUE GENERAL
• Anhelos o deseos.
• Intenciones. i,
Las versiones particulares de este tipo de preguntas no deben usarse en
exceso o se convertirían en clichés terapéuticos. Las respuestas tales como:
«¿cómo te hace sentir eso?» son particularmente vulnerables a transformarse
en clichés y pueden incluso estar pidiendo al cliente cierta información que
no está en su conciencia inmediata. Así pues, estas preguntas deben evitarse.
Se pueden usar versiones alternativas de la pregunta sobre la experiencia, o
variaciones de la misma, que incluyen:
T: ¿Qué estás experimentando ahora?
T: ¿De qué te diste cuenta entonces?
T: ¿Qué quieres de ella?
T: ¿Cómo se siente eso?
Otros subtipos diferentes de preguntas exploratorias son las preguntas
de colaboración y las preguntas «de ajuste». En las treguntas de colaboración
el terapeuta se para a mitad de una frase y deja un hueco definido o un límite
abierto para ayudar al cliente a rellenarlo o a elaborarlo. El cliente y el
terapeuta, así pues, colaboran para construir la frase:
C: Hasta esta semana ha estado bien.
T: Y ahora, te sientes...
C: ... Muy tensa por tener que verlo otra vez.
Las preguntas de colaboración son Útiles a la hora de modelar un proceso
de exploración terapéutica conjunto, pero no se debe abusar de ellas.
Las preguntas «de ajuste» (forma breve de «¿se ajusta eso?») buscan la
confirmáción del terapeuta o la afirmación del cliente y son importantes
para ayudar al terapeuta a mantener la capacidad de respuesta y evitar
imponerse al cliente. Aunque se usan con otros tipos de respuesta, las
preguntas de ajuste se combinan más frecuentemente con los reflejos
exploratorios, por ejemplo:
T: (De un modo tentativo) Es como si te preocuparas por estar perdiendo
a un amigo, ¿es así como lo sientes?
o:
T: ¿Casi como un sentimiento «retorcido•? ¿Es así?
Conjetura empática
Otra forma más profunda de respuesta exploratoria empática es la
conjetura empática, en la que el terapeuta adivina empáticamente lo que el
INTENCIONES Y MODOS DE RESPUESTA VIVENCIAL 157
cliente puede estar sintiendo en ese momento, pero que aún no ha sido
expresado en voz alta. Con frecuencia, pero no siempre, el cliente puede
haber estado expresándolo de un modo no verbal o puede haber estado
haciendo alusión a algo o diciéndolo «entre líneas». Estas respuestas se
refieren a la experiencia interior presente (y no a las causas o patrones
psicogenéticos) y tratan de ayudar a captar la experiencia actual del cliente,
en vez de interpretar una experiencia no reconocida. Tratan de promover
la experiencia del cliente, no de ayudarle a ver algo de una manera diferente.
Sin embargo, ya que son especulativas, el terapeuta las hace de un modo
tentativo, generalmente como un híbrido de reflejo-pregunta, o en combi-
nación con una pregunta de ajuste, alentando al cliente a comprobar la
conjetura empática, frente a lo que él o ella experimenta. Por ejemplo:
•
C: No sé, de algún modo no puedo sacar la energía necesaria para hacerlo,
por tanto lo voy a dejar (suspiros).
T: Me parece oÍr una tristeza real. ¿Es así como te sientes?
Aquí hay otro ejemplo:
C: (Voz temblorosa) No sé si es bueno hablar de ello. No estoy segura.
T: Quizá dé un poco de miedo en este momento.
Presencia vivencia!
Como hemos tratado de señalar, lo que es importante no es solamente
lo que hace el terapeuta, sino cómo lo hace. Además de describir las
intenciones y los modos de respuesta, la forma y el estilo son también un
aspecto importante de lo que hace el terapeuta. Hemos, pues, subrayado la
importancia de una manera de estar del terapeuta de verdadera paciencia,
acogida, suavidad e implicación. Al ayudar al cliente a continuar con el
«trabajo» de la terapia, las actitudes relacionales que contribuyen al fomento
del vínculo terapéutico (principio 2) se comunican a través de la «presencia»
o forma de estar del terapeuta con el cliente. Esta •presencia vivencia!» se
puede describir concretamente en términos de conductas paralingüísticas y
no verbales, que incluyen el silencio, la calidad vocal y la postura y la
expresión adecuadas.
Silencio
Dado que el silencio parece facilitar la exploración interna y la emer-
gencia de nueva experiencia (Gendlin, 1981; Goodman y Esterly, 1990), éste
desempeña un importante papel en este enfoque. Sin embargo, una vez más,
la actitud es más importante que la acción: la actitud del terapeuta de
paciencia y respeto por los procesos internos del cliente es más vital que la
conducta de permitir que se produzca el silencio. De este modo, el terapeuta
espera a que el cliente finalice lo que está tratando de decir y evita
interrumpirle o hablar demasiado. Al mismo tiempo, el terapeuta no
impone el silencio a un cliente que se siente incómodo y se fija en las
reacciones del cliente ante el silencio y en el uso que hace de él.
La calidad vocal es otro aspecto importante de la presencia vivencia! del
terapeuta, especialmente por estar Íntimamente relacionada con la propia
experiencia inmediata de éste y con su actitud hacia el cliente y comunica
gran parte del aprecio, empatía y autenticidad del terapeuta con el cliente
(Rice y Kerr, 1986). En realidad, los terapeutas pueden usar su propia
calidad vocal como indicador inmediato de su actitud hacia el cliente. Por
ejemplo, cuando un terapeuta se da cuenta de que está hablando en un tono
«definido» o •prefigurado» (por ejemplo, sermoneando), significa proba-
..
··- , , ,,. '• ...,,.,.,,,,.. '. " .. .. ...,....,.'
...,..,.- ,.,_ ~ "~' ...,.., ~· ....,..,..,.. ~,:
Conducta no verbal
Además de la calidad vocal, también son importantes otros aspectos de
la conducta no verbal del terapeuta, como la postura y la distancia físicas
apropiadas, los gestos al hablar, el contacto visual o la mirada y la expresión
facial. Éstos pueden tomar formas variadas, en diferentes momentos de la
terapia. Por ejemplo, el terapeuta se sienta dpicamente de un modo cómodo
y natural, lo cual indica una implicación auténtica con el cliente, y gesticula
con espontaneidad mientras habla. Establece un contacto visual apropiado
con el cliente para comunicarle interés e implicación auténtica, pero no lo
mira fijamente, ni se entromete cuando su atención está centrada en su
interior. El terapeuta también se permite expresar auténtico interés, cariño
o sorpresa, por medio de su expresión facial y se ríe con el cliente.
Enseñanza vivencia!
La intención vivencia! adicional más importante es la de proporcionar
al cliente información general acerca del tratamiento y la naturaleza del
proceso vivencia! (por ejemplo, la importancia de los sentimientos explo-
' -. ~ .' . ., .. ,., ....
Autorrevelación
Un último tipo de intención vivencia! suplementaria es la autorrevela-
ción que incluye normalmente el modo de respuesta de autorrevelación del
terapeuta. Para seguir con la noción de autenticidad o transparencia (descri-
to bajo el principio de vínculo terapéutico), las respuestas de autorrevela-
ción se usan principalmente para mantener una relación auténtica en la que
el terapeuta se encuentra con el cliente como ser humano en la forma en la
que siente que es importante para que éste crezca. Al hacer esto, el terapeuta
puede compartir, o bien una experiencia inmediata dentro de la sesión
(revelación del proceso), o bien un hecho más general acerca de sí mismo
(revelación personal).
Revelación del proceso
Consiste en que el terapeuta revele sus reacciones, intenciones o limita-
ciones inmediatas aquí y ahora. Estas respuestas se usan principalmente para
centrarse en la relación entre cliente y terapeuta y revisar lo que está
ocurriendo en la relación o aclarar malentendidos. Las revelaciones del
proceso transmiten una sensación de presencia o inmediatez. Por ejemplo,
el terapeuta puede compartir sus respuestas internas frente al proceso inme-
diato del aquí y ahora entre cliente y terapeuta cuando sea apropiado y
facilitador, por ejemplo:
T: Cuando escucho lo que me cuentas, me conmuevo hasta las lágrimas.
Las revelaciones del proceso pueden ser usadas para hacer que los
clientes sepan cuáles son los límites o limitaciones del terapeuta, en especial
cuando algo está interfiriendo o pudiera interferir con la habilidad del
terapeuta para centrar la atención terapéutica en el cliente:
T: Creo que debería decirte que no me siento demasiado bien hoy. Tengo
un catarro y me siento un poco cansado.
T: Creo que no te entendí muy bien, ¿me lo podrías repetir otra vez para
ver si lo entiendo?
T: Lo siento, no me hallo cómodo encontrándome contigo socialmente
fuera de la terapia.
INTENCIONES Y MODOS DE RESPUESTA VIVENCIAL 163
Revelaciones personales
El terapeuta a veces puede revelar informaci6n personal referente a su
experiencia fuera dela sesi6n~ de terapia. Estas respuestas son muy infre-
cuentes, ya que se corre el riesgo de distraer al cliente de su propia
experimentaci6n. Así, las revelaciones personales s6lo se hacen cuando son
susceptibles de facilitar la tarea del cliente, así como cuando son necesarias
para apoyar el vínculo terapéutico. Un ejemplo de esta situación sería
cuando el cliente pide información personal, por ejemplo:
C: ¿Tienes hijos?
T: Sí, tengo uno de tres años.
En este caso, si se negara a responder una pregunta apropiada, el
terapeuta podría transmitir falta de autenticidad (vínculo terapéutico) y
desalentar la apertura del cliente (colaboración en la tarea).
Informar
Como ya hemos señalado, las interpretaciones del terapeuta, tal y como
vienen definidas en la literatura (Brenner, 1976), tratan de dar al cliente
nueva información o una evaluaci6n experta acerca de sí mismo. No se trata
de que las interpretaciones estén «mal»; por el contrario, simplemente no
están en la línea de los principios subyacentes, las tareas y procesos del
enfoque de la terapia vivencia! y procesual. Las interpretaciones violan el
principio de crecimiento/elecci6n porque establecen al terapeuta como un
experto en la experiencia del cliente y se corre el riesgo de desautorizar al
cliente. Las interpretaciones, en particular las guiadas teóricamente, que
unen dos ámbitos diferentes de la vida del cliente, van también contra los
principios de armonía empática y de procesamiento vivencia!: están fuera
del marco de referencia del cliente en ese momento y pueden distraerlo del
procesamiento vivencia! y animarlo a que se traslade a un procesamiento
puramente conceptual (por ejemplo, intelectualizar).
Cuando los terapeutas que tienen una formación psicodinámica empie-
zan a usar este enfoque vivencia! y procesual, se encuentran en ocasiones
....... ·----··· .... ,.,~ ' .... -·~· ,,···~···~··-~·~·,···~-· . ~
Contenido directivo. Indicar al cliente el tema del que tiene que hablar
en la sesión es también «amodal» y va en contra del principio de crecimien-
to/elección. Como señalamos anteriormente, el terapeuta puede y, a me-
nudo, dirige el proceso (cómo explorar), pero no dirige el contenido o tema
(lo que se explora) de un modo deliberado.
RESUMEN
r
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LASTAREASDELTRATAMIENTO 169
cualidad tentativa que transmite un «no estoy seguro, ¿es esto lo que es?».
En ocasiones, esto incluso se puede concebir como una no comprensión
empática en la que se intenta entender lo que aún no está claro, frente a
transmitir lo que se entiende.
Las respuestas de comprensión empática son la forma más importante
que tiene el terapeuta para crear un clima de aceptación empática. Así, se
comunica a los clientes que se les valora por ser quienes son y esto les ayuda
a experimentarse a sí mismos como valiosos. Aceptan sus propios senti-
mient_os, ~onfían en su experiencia y se sienten confirmados en su propia
expenenc1a.
Las respuestas de exploración empática facilitan la implicación en la
exploración diferencial productiva. Las respuestas exploratorias estimulan
la experimentación más profunda y facilitan la simbolización de nuevos
aspectos de la experiencia que no se encontraban antes en el foco de la
conciencia. Estas respuestas guían la asignación Je Li atención y la centran
··~ . ..., .
CAPÍTULO VIII
Los ejemplos más claros de este tipo de incidentes son aquellos en los
que los dientes cuentan el incidente con un sentimiento real d'é sorpresa,
como si hubieran violado, de algún modo, alguna expectativa acerca de ellos
mismos. Por ejemplo, un cliente que dice: «De repente, me sentí furioso
con mi padre. Perdí el control. Fue muy extraño». La reacci6n considerada
problemática, puede contarla como una reacci6n conductual, en lugar de
verla como una reacci6n interna. Por ejemplo, cuando un cliente dice:
«Sabía que no era un buen momento para hablar con mi padre, pero aun
así lo hice; fue una tontería», da la sensación de que el cliente no tiene
conciencia explícita de la reacci6n interna que le hizo comportarse de tal
modo. Pero, cuando se despleg6 dicha reacci6n, emergi6 y se explor6 una
importante reacci6n emocional.
Es importante que la reacci6n incluya un incidente en particular, en
lugar de manifestarse de un modo general. Si un cliente dice que es presa de
pánico cuando tiene que hablar en clase, el terapeuta debe preguntarle si
puede referirse a algún incidente en particular. Si en ese momento el cliente
no pudiera recordar ninguno, el terapeuta puede sugerirle que trate de no
olvidar la pr6xima vez que le ocurra, que no intente analizarlo, pero que
saque el tema en la siguiente sesi6n.
A veces, los indicadores de reacciones problemáticas (RP) parecen estar
muy conectados con los temas que el cliente está tratando en terapia,
mientras que en otras ocasiones parecen estar totalmente desconectados de
los problemas que presenta. De acuerdo con nuestra experiencia, en ambos
casos, se puede colaborar en la consecuci6n de una exploraci6n valiosa. El
primer tipo puede ser más tentador debido a su posible relevancia respecto
a los problemas que presenta el cliente, pero, en este caso, puede ser más
difícil conseguir que no generalicen prematuramente los temas aparente-
mente relacionados, antes de que hayan desplegado totalmente las RP. Por
otra parte, el episodio aparentemente no relacionado puede parecer irrele-
vante en principio, pero la senda exploratoria puede conducir a algún tipo
de autoconocimiento extremadamente relevante. Por ejemplo, un cliente
dijo nada más entrar: «Mientras venía vi un cachorrito que obviamente se
había perdido e intentaba desesperadamente volver a casa. No puedo qui-
tármelo de la cabeza, y tengo ganas de llorar•. Aunque podía parecer que
no tenía ninguna conexi6n con los temas que habían salido antes, el
despliegue de esta RP llev6 a una exploraci6n extremadamente intensa de
uno de los más profundos miedos del cliente.
Una característica esencial de los indicadores de RP es que los clientes
se encuentran en posesión de sus propias reacciones, percibiéndolas como
algo que surge desde dentro de ellos, en lugar de atribuirlas a la situaci6n o
a otra persona. Al explorar las reacciones problemáticas, el reconocimiento
DESPLIEGUE EVOCADOR SIS1EMÁ TICO 175
Etapa III: Rastreo del significado idiosincrásico del estímulo tal y como se ha
interpretado.
Atiende separadamente a la reacción afectiva y/ o a la interpretación subjetiva
de la situación estimular.
5. Atiende a las reacciones emocionales ante los estímulos percibidos.
6. Atiende a la naturaleza de la propia interpretación subjetiva de los estímu-
los pei-cibidos.
no está tratando de decir que la rabia ·estaba «justificada», sino que algo
existente en la interpretación de la situación desencadenó la rabia.
Aunque la mayoría de los clientes traen efectivamente incidentes en los
que reaccionaron de un modo confuso y problemático, hay algunos clientes
que no parecen cuestionarse nunca sus propias reacciones de una manera
espontánea. considerándolas siempre como respuestas naturales ante la
provoca•:ión, aunque, quizá, lamentables. En estos casos, puede ser produc-
tivo definir y describir una RP, diciendo que es un tipo de experiencia que
la mayoría de nosotros tenemos en algún momento y sugerir que intenten
fijarse en dichos momentos. Luego, si se dieran cuenta de que han reaccio-
nado de un modo que resulta más o menos problemático, deberían traerlo
a la próxima sesión sin intentar analizarlo previamente. Esto no se debe
plantear como una orden, pero seguir este procedimiento permite, a veces,
la reexperimentación y exploración de áreas que resultan ser extremada-
mente importantes.
Después que se ha identificado la reacción problemática, el terapeuta
sugiere que podría resultar de mucho valor volver a la experiencia y
explorarla detalladamente. Si el cliente accede, empieza la siguiente fase.
Durante la primera etapa de despliegue del proceso, el terapeuta tiene tres
objetivos: a) establecer y mantener el foco en la reacción que se vivió como
confusa; b) alejar cualquier reacción emocional secundaria; y c) establecer
un ambiente empático en ella, que haya mutuo acuerdo para llevar a cabo
un viaje de exploración compartido.
186 LASTAREASDELTRATAMIENTO
Cl: Ha sido una semana agotadora, tuve que preparar un trabajo impor-
tante e intentar estudiar para el próximo examen. Estoy muy cansada
(suspiro).
Tl: Me lo imagino. Agotada.
C2: Sí (suspiro). Por una parte me siento bien por haberme concentrado en
ello ... haber hecho todo eso (pausa). Pero me siento en cierto modo
extraña.
TZ: Te sientes bien por todo lo que has hecho. Pero ... no estoy seguro ...
¿incómoda... con cierto malestar? [Reflejo tentativo para estimular una
mayor diferenciación del sentimiento J
C3: Más o menos ... pero quizá más resentida.
T3: ¿Como resentida por lo que tuviste que hacer? [Identificación tentativa
del blanco del resentimiento]
C4: Resentida de algo. No estoy segura. Me senté a descansar anoche y mi
padre me preguntó lo que había terminado. Y cuando se lo dije, añadió:
«Has trabajado mucho. Estoy orgulloso de ti». Tenía que haberme
sentido bien, pero no fue así.
T4: Lo normal es que te hubieras sentido muy bien, pero, por algún
motivo, no lo hiciste. (Dando énfasis a un aspecto confuso de la
reacción]
CS: No, no me sentí bien. Fue muy raro. Pero quizá me sentía demasiado
cansada. Quizá era eso.
TS: Te sentías agotada. Pero, aun así, da la impresión de que todavía te
sientes un poco confundida con tu reacción. (Mantener el foco en su
sentido de confusión J
DESPLIEGUE EVOCADOR SISTEMÁTICO 187
C6: Sí.
T6: Me pregunto si podríamos volver al incidente de ayer por la noche
y explorarlo un poco. Intenta volver a sentir lo que el hecho produjo
en ti. [Obtener acuerdo para explorar]
T8: De modo que habías trabajado toda la semana y aquel día, creo ...
C9: Sí.
T9: Y entraste en el sal6n donde él estaba sentado y te sentaste. ¿Te sentías
un poco cansada, pero bien? [Construyendo la escena inmediata-
mente anterior a la reacci6n]
ClO: Sí, agotada, pero, en cierto modo, contenta conmigo misma.
TlO: Así que entraste, sintiéndote bien con todo lo que habías hecho. Y
entonces ¿tu padre levant6 la vista ... ?[Reflejando el estado de ánimo
antes de la reacci6n y cambiando el foco al momento en que se
produjo la reacci6n]
Cl 1: No. Se levant6 y dijo: .¿Qué has hecho hoy?» ... Creo que me sentí
un poco inc6rnoda a partir de ese momento.
Tl 1: Y ¿entonces fue cuando empezaste a sentirte inc6rnoda? [Identifican-
do el comienzo de la reacci6n]
C 12: Sí, creo que sí. Y luego él añadi6: «Me siento orgulloso de ti» y fue
entonces cuando me sentí realmente inc6rnoda.
T12: O sea, ¿fue algo que él dijo? .. o ¿el modo en que lo dijo? ... [Buscando
prominencia]
C13: Sí...rnás o menos ... algo así corno el tono de voz ... corno si me
estuviera dando palrnaditas en la cabeza y diciendo: •Eres una niña
buena».
l
':<" .... -- ••• ," . ·-· '7" ...,. '., ,. ·~--· -~.,, .. "'
188 LASTAREASDELTRATAMIENTO
LA ·ACTITUD DE ENFOQUE•
EL PROCESO DE RESOLUCIÓN
A. Indicadores
Significado sentido con poca claridad
(empezar con el paso C).
Variantes del indicador:
exteriorizado o atascado .
.,¡..
B. Paso preliminar
1. «Clarificación del espacio»: Defini- -7 Alivio, descarga.
ción de problemas en un espacio
interior imaginario .
.,¡..
Selección del problema .
.,¡..
C. Enfoque
2. Atención en el sentimiento experi- 7 Formas globales del
mentado en su conjunto {significa- sentimiento experimentado.
do sentido) .
.,¡..
3. Exploración para encontrar etique-
ta/imagen («asidero•) del significa-
do sentido .
.,¡.. 1' Resolución parcial: el sentimiento
4. Comprobación de la etiquetalima- ~ experimentado se define; senti-
gen (resonancia). miento de «corrección».
.,¡.. .,¡..
5. Opcional: Exploración más profun- ~ Resolución más profunda:
da del sentimiento experimentado «Cambio sentido»; nuevos pensa-
y etiquetado («preguntas•) (volver mientos, sent1m1entos.
al paso 2).
.,¡.. .,¡..
6. Quedarse con el sentimiento expe- ~ Interés en el «paso siguiente» del
riment~o recientemente etiqueta- enfoque (volver al paso 2).
do («recepción») .
.,¡.. .,¡..
7. Paso a una nue\•a tarea (dentro o ~ Disponibilidad para llevar a cabo
fuera de la sesión) («seguir hacia una tarea nueva.
adelante•).
...
--·~~_...,,,,..._
El significado sentido
El paso del significado sentido tiene tres requisitos: primero, el cliente
es capaz en este momento de formar un «espacio de trabajo» interior (por
ejemplo, no está exteriorizado o bloqueado); segundo, el indicador primario
del enfoque está presente, es decir, el cliente está experimentando un
«significado sentido» interno poco claro; tercero, el cliente se siente seguro
al permitirse experimentar las experiencias dolorosas o ambiguas en presen-
cia del terapeuta. Cuando se ha llegado a este momento, sin embargo, el
cliente puede que todavía no atienda a un significado sentido internamente
" '" ........ ,.... ''""''' ·-~ ...,. ..... ,..,~--
U na vez hemos descrito los pasos que el cliente tiene que dar para
resolver un significado sentido con poca claridad, podemos centrarnos en
la actitud del terapeuta y en las intervenciones que se usan para facilitar el
proceso del cliente.
Actitud de enfoque
Como señalábamos anteriormente, la actitud de enfoque requiere tanto
al cliente como al terapeuta. El terapeuta debe esperar pacientemente a que
el cliente verbalice lo que todavía no tiene claro (Leijssen, 1990). Esta actitud
propicia un ambiente terapéutico en el que los clientes se sienten lo
suficientemente seguros como para tolerar la ambigüedad y renunciar al
control que ejercen sus procesos puramente conceptuales y no vivenciales.
Si se intenta llevar a cabo el enfoque en una situaci6n en la que el cliente no
se encuentre seguro, éste experimentará la situaci6n como amenazante.
¿C6mo adopta el terapeuta la actitud de enfoque? Básicamente, el
terapeuta sigue los tres principios de la relaci6n enunciados en el capítulo
6, tal y como se reflejaban en las tres recomendaciones de Gendlin (1984),
Leijssen (1990) y Mathieu-Coughlan y Klein (1984): Primero, el terapeuta
tiene que escuchar empáticamente «toda la informaci6n»; segundo, el
terapeuta tiene que ser auténtico constantemente o estar presente para el
cliente como una persona experimental; tercero, tiene que introducir poco
a poco al cliente en el proceso de enfoque durante las sesiones.
Vamos a describir seguidamente las operaciones del terapeuta en el
enfoque (tabla 9-2). Por otra parte, daremos dos ejemplos (adaptados de
Clark, 1990), cada uno de los cuales ilustra aspectos diferentes de los
procesos del cliente y de las operaciones del terapeuta.
~,, ..
,,............ ·-· ...,_,. ,. ..,. , .. ·--··· ,., '. . ' •"•
A. Operaciones preliminares
D. Operaciones de clausura
C4: (asiente}
T 4.1: Puedes hacer cualquiera de las dos cosas, la que te resulte más cómoda.
Pero procura no mirarme porque te podrías distraer. ¿Te sientes
cómoda? Respira profundamente.
C, T: (respiraciones profundas simultáneas, luego pausa) [El terapeuta modela
el aspecto no verbal del enfoque, se detiene para guiar el enfoque]
T4.2: Deja salir la tensión. Tómate un minuto para ti. (pausa} Bien, ¿Estás
preparada? (pausa) [Instrucciones de relajaciónJ
TS: Voy a pedirte que te imagines un espacio dentro de ti misma, un lugar
en el que sientas cosas. Yo lo represento como un claro en el bosque,
o como una habitación (pausa), y voy a pedirte que te preguntes
(pausa}: «¿Qué me está molestando en este momento?». Pregúntate:
«¿Por qué no me siento estupendamente ahora mismo» (pausa) y
observa lo que pasa. Dime lo que sucede. (pausa) Fíjate en un problema
y después en otro, ¿de acuerdo? [Se sugiere al cliente que se imagine
un espacio interior y que permita que vayan surgiendo los problemas]
C6: Ajá.
es: (asiente)
T6: «¿Qué me está molestando en este momento?• (pausa)
C7: Estoy pensando en mi padre.
T7: Bien, ahí tenemos ese asunto con tu padre. (pausa) Bien, cógelo y
déjalo a un lado. ¿Puedes hacerlo? [Sugerencia de proceso para dejar
los problemas a un ladoJ
C8: Ajá.
T8: Ahora, pregúntate a ti misma: «¿Qué más me está molestando en este
momento?>>
C9: El asunto con Ed.
T9: Bien. Coge ahora el asunto con Ed y déjalo a un lado, empújalo hasta
el borde del espacio. ¿Vale? (pausa) ¿Lo conseguiste hacer?
ClO: Ajá.
TlO: De acuerdo. Repite el proceso. «¿Qué otra cosa me preocupa? ¿Qué
más?» (pausa larga)
Cll: Mi primo.
Tll: Bien. Lo de tu primo. Cógelo y llévalo al extremo del espacio.
Pregúntate a ti misma: «¿Qué más me está molestando?» (pausa)
C12: Mi hija.
Tl2: Tu hija. Existe algún problema con ella. Cógelo y ponlo a un lado.
¿Qué más? (pausa}
C13: Mi trabajo.
T13: Tu trabajo. Bien, coge el trabajo y ponlo a un lado. «¿Qué más hay?•
(larga pausa)
" ·., ' . .
C 14: Mi madre.
Tl4: Tu madre. Hay problemas con tu madre. Ponlos a un lado también
(pausa) . PregÚntate ahora: «¿Qué más me está molestando?» Yo te
seguiré preguntando hasta que ya no quede nada. ¿Te parece?
Cl5: (riendo nerviosamente) Todos los hombres que he conocido en mi
vida.
T15: Bien, ¿de modo que todos los hombres que has conocido en tu vida
están también ahí, sentados en grupo? Un mont6n de ellos.
C16: Ajá.
T16: Vamos a ver, todo este asunto con los hombres, en general. C6gelo
y déjalo a un lado también. (pausa) ¿Qué más? ¿ Hay algo más que te
preocupe?
C17: No.
T17: Bien, de modo que tienes un espacio, un espacio despejado. ¿Puedes
imaginarte ese espacio despejado? [Sugerencia para atender al espacio
interno despejado]
C18: Ajá.
T18: Bien, ¿c6mo se siente eso? [Comprobaci6n de la resoluci6n del paso
de clarificaci6n del espacio]
C 19: (risitas) Se está bien.
Ejemplo 9-2
Tl: Bien, ¿c6mo es el significado en este momento? [Atender al significado
sentido]
Cl: Caliente.
T2: Caliente. (pausa) Bien, ¿puedes describir la calidad de ese calor por
medio de una imagen o una frase? (pausa) ¿C6mo es el calor? (pausa)
[Ayuda para el etiquetamiento]
C2: Es como (pausa}una cocina de gas, una S'ecci6n particular de ella. Como
si estuviera calentando café. [T: Ajá] Y hubiera fuego debajo.
T3: Ajá. (pausa) De modo que hay fuego y algo está hirviendo encima de él.
C3: Sí. (pausa)
T 4: Pero s6lo una parte. ¿En qué consiste el resto? (pausa) [Ayuda para la
elaboraci6n]
C4: No es tan intenso.
Obsérvese que el T 4 constituye un intento de ayudar al cliente a
diferenciar y elaborar su significado recogido en el C2.
como en:
T: ¿Qué es lo que hay de «retorcido» en el significado que experimentas
cuando tu mujer te pide que hagas algo?
Si fuera necesario, el terapeuta puede intentar a continuación plantear
una pregunta crucial, que, normalmente, tiene la siguiente forma:
T: ¿Cuál es la «crucial» (1,a parte más importante, la parte peor, la línea final,
el meollo) de este (etiqueta) significado?
como en:
T: Pregúntate a ti mismo: «¿Cuál es el meollo de este significado de
"retorcimiento" que siento dentro de mi?»
En último lugar, las preguntas acerca del cambio sentido de la dirección
se usan cuando los otros métodos ya se han intentado, pero el cliente está
todavía «bloqueado». Como señala Gendlin (1981), estas preguntas son
análogas a «mirar en la parte de detrás del libro» a la hora de resolver los
problemas de matemáticas para poder comprobar cuáles son los pasos que
tienen lugar. El terapeuta le pide al cliente que imagine lo que pasaría si el
problema estuviera resuelto, por ejemplo:
T: Lo que quiero que hagas ahora es dirigir esta pregunta hacia ese
significado ardiente. (pausa) «¿Qué haría falta (pausa) para que esto
cambiase?»
Este tipo de preguntas, usadas de vez en cuando y en el momento
preciso, pueden ayudar al cliente a acceder a los «puntos de bloqueo»
fundamentales que evitan su resolución.
• 218 LASTAREASDELTRATAMIENTO
CONCLUSIÓN
CAPÍTULO X
Indicadores implícitos
A menudo los indicadores de escisiones de conflicto ocurren con un
aspecto implícito del sí mismo. Ejemplos de éstos ocurren en la forrna de
autoevaluaciones negativas tales como: «no valgo nada», •soy un fracasado»,
«soy malo•, o en la forma de frases autocoercitivas tales como: .debería
trabajar más», «no debería estar enfadado» en las que un aspecto del sí
mismo, el que habla, está evaluando, condenando o coerciendo a un segundo
aspecto de la experiencia o conducta del sí mismo, a la que no se refiere
explícitamente. Además, ciertas frases sobre los estados emocionales pueden
ser construidas de modo que indiquen escisiones implícitas, pero necesitan
ser exploradas para comprobar si éste es el caso. Así frases tales como: «me
siento culpable, deprimido o desesperado» pueden verse de modo que
impliquen que una parte del sí mismo está evaluando negativamente a otra
parte del sí mismo; y frases tales como: «me siento temeroso, inseguro o
ansioso» pueden verse como una parte del sí mismo alarmando a la otra
parte al «Catastrofizar» sobre el futuro o construyendo una visi6n amena-
zadora del pasado o del futuro.
·- ··~·1j"'""'""'".
nueva síntesis sea más posible en virtud del proceso dialéctico de contacto
de opuestos.
En el proceso, el cambio implica una forma de autoaceptación en la que
las personas son capaces de aceptar sus necesidades y deseos, que pueden
evolucionar por sí mismos en el proceso de ser reconocidos. El problema
fundamental es cómo consegÚir una armonía entre los «debería» y las
necesidades, cómo transformar las propias evaluaciones negativas de los
deseos en autoaceptación, y cómo satisfacer las necesidades de una manera
aceptable en función de los propios valores y normas. Esto implica reeva-
luar los «debería» y las normas para discriminar qué aspectos de éstos son
verdaderamente sostenidos por los valores del sí mismo y reconocer los
sentimientos y necesidades previamente repudiados. Cuando se han clarifi-
cado los propios valores internos y los propios deseos y necesidades, la
resolución se da al desarrollar una nueva organización que incorpore a
ambos de una forma armoniosa. A esto nosotros lo llamamos autoacepta-
ción integradora, en la que las dos partes empiezan a estar más integradas y
se afirman mutuamente. Y a no hay una relación de no-afiliación entre las
partes. Ahora se aceptan mutuamente y se integran en una respuesta no
conflictiva más aceptadora de sí mismo en las situaciones evocadas.
El cambio en esta tarea implica predominantemente la expresión activa
y los procesos de búsqueda vivencia!. En el proceso expresivo, cada parte
se experimenta más claramente y se implica en un contacto dialéctico con
la otra parte al expresar realmente en voz alta su punto de vista. Este proceso
de expresión activa trae vívidamente la experiencia a la conciencia, y pone
en contacto directo aspectos opuestos de la misma, creando así la posibilidad
de construir una nueva organización. En el proceso de búsqueda vivencia!,
la experiencia de una parte particular se desarrolla atendiendo a la experien-
cia interna de esa parte para simbolizar qué está experimentando. Este
proceso ocurre predominantemente en la silla vivencia!, aunque aparece a
veces en la otra silla, especialmente cuando ésta suaviza su postura crítica.
Hemos estudiado el proceso de resolución de escisiones de conflicto en
varios clientes diferentes y hemos desarrollado un modelo de los pasos para
la resolución (Greenberg, 1984). El análisis intensivo de las actuaciones en
la sesión de los clientes que resolvieron los conflictos, en el contexto del
diálogo de las dos sillas, fue comparado con la actuación de los que no lo
resolvieron. Esto condujo a la identificación empírica de componentes
medibles de resolución satisfactoria.
!
Juego de roles¡,.... . . Crítica ~
Crlticas Val ores
parte superior ...- específicas e~t:Í.nd,.r<~>
Suavización
dura
'
,
1 Negociación 1
Juego de roles Reacción Sentimientos Experiencia Deseos y
parte inferior afectiva diferenciados emergente necesidades
Integración
Oposición
En esta primera etapa del diálogo, después del juego de roles inicial de las
dos partes, el cliente empieza a implicarse más, lo cual conduce a una
activaci6n de los esquemas que gobiernan este conflicto. Las duras críticas,
los «debería», las expectativas y las autoevaluaciones, por tanto, emergen
en una silla a la que nosotros nos referimos como el critico. Entretanto,
emergen las reacciones afectivas a estas críticas en otra silla a la que nosotros
nos referimos como la silla vivencia!. Las reacciones emocionales iniciales
en la silla vivencia! son predominantemente afectos reactivos, sentimientos
de desamparo y sumisi6n o de ira y desafío rebelde. A medida que se
desarrolla el diálogo, el crítico se hace más específico, refiriéndose a episodios
concretos de la vida de la persona. Las críticas empiezan a ser más detalladas
y se expresan de una manera y con un sentimiento apropiado. Ahora, los
labios del cliente se fruncen a medida que expresan condena, sus dedos
señalan y se agitan a medida que castigan, y la voz y la postura van
emparejadas con el contenido. Estos signos expresivos motores y afectivos
señalan que los esquemas están empezando a ser activados. Estas señales se
llevan entonces claramente al foco de la conciencia y se elaboran. Esto ayuda
a activar más aspectos de la red asociativa esquemática.
EL DIÁLOGO DE LAS DOS SllLAS Y LAS ESCISIONES 229
Identificación y contacto
En la silla vivencia!, la reacci6n afectiva inicial se diferencia en un
conjunto más complejo de sentimientos hasta que finalmente se reconoce
algún sentimiento más primario, quizás de tristeza o soledad Cuando este
sentimiento es totalmente oído, tanto por la persona como por el terapeuta,
con frecuencia emerge un nuevo sentimiento algo diferente del anterior.
Quizás éste es un sentimiento de enfado por no ser escuchado. Este
sentimiento es entonces elaborado en el deseo o necesidad que conduce, por
ejemplo, a una afirmaci6n asertiva de la necesidad de ser validado.
En el proceso de resoluci6n, la silla crítica realiza ahora un cambio desde
una posici6n esencialmente culpable, con un enfoque externo, a una postura
más centrada en el sí mismo, más autoexploratoria y autoexpresiva. En
lugar de «tÚ has fracasado» el crítico dice ahora «siempre he querido que
fueras algo más que un cualquiera». El cambio de foco se nota en la voz,
que empieza a ser
.
más centrada. internamente
. y más exploradora, y en una
. ,
postura expresiva, que empieza a ser interna y autoexpres1va mas que
externa y culpabilizadora. Ahora, la persona en la silla crítica empieza a
discriminar sus propios valores y normas, formulando y estableciendo sus
esperanzas e ideales. En este punto, la persona está situada en una etapa del
diálogo en la que hay una confrontaci6n dialéctica entre valores y normas
internas y necesidades y deseos organísmicos. El hecho de que las tendencias
opuestas sean ahora totalmente reconocidas en la conciencia y totalmente
apropiadas proporciona el terreno para una nueva síntesis: la construcci6n
de una resoluci6n integrada.
230 LASTAREASDEL TRATAMIENTO
Integración
La silla antes crítica ahora se suaviza y adopta uha postura más afiliadora
hacia las preocupaciones organísmicas de la silla vivencia!. Las preocupacio-
nes organísmicas se hacen también más abiertas a la integración al reconocer
las preocupaciones de la otra silla cuando es necesario. Dependiendo de la
naturaleza y el contenido del conflicto, la resolución ocurre en formas
diferentes con distintos grados de predominio de las partes originales en el
estado resuelto. Por tanto, en un extremo del continuum hay un predomi-
nio total de las necesidades organísmicas integradas en el sí mismo, que
esencialmente han rechazado los «debería» por no contener nada de valor.
Hacia la mitad del continuum hay un tipo de resolución negociada, de
compromiso, que reconoce e incorpora aspectos de ambas partes. En el otro
extremo del continuum hay un tipo de resolución menos frecuentemente
observado, que implica el dejar ir una necesidad en favor de un ideal. Es
importante señalar que la aceptación de la necesidad organísmica no se
refiere a estimular la expresión de un impulso. La conducta impulsiva, en
lugar de ser una expresión de una necesidad, ocurre más a partir de la falta
de reconocimiento de las verdaderas necesidades del sí mismo. Las necesi-
dades que son aceptadas en este proceso son aquellas que incrementan la
supervivencia y el crecimiento del organismo.
Una observación importante que nosotros hemos hecho desde nuestro
estudio de resolución es que el crítico parece suavizarse de dos maneras
notablemente diferentes. Una es la suavización por compasión en la que una
parte siente un tipo de apoyo comprensivo por la vulnerabilidad del sí
mismo. Otra es una suavización por miedo en la que el duro crítico previo
expresa ansiedad por dejar de existir o por ser aplastado por una necesidad
o deseo asertivo. En la suavización por compasión, la resolución ocurre por
autoaceptación. En la suavización por miedo, la resolución ocurre al
reconocer la nueva parte asertiva del sí mismo el miedo a perder el control,
o el miedo a la destrucción del aspecto controlador, y al proporcionar algún
tipo de tranquilidad. Finalmente, parecen darse dos formas generales de
resolución. Una es una negociación explícita entre las dos partes, y la otra
es una integración más espontánea en la que las dos partes dejan de estar no
afiliadas y simplemente se sienten más integradas.
En resumen, los dos procesos de resolución cruciales parecen ser: a) la
expresión de sentimientos, deseos y necesidades desde la organización del sí
mismo más vivencia!; b) la suavización del duro crítico previo en la organi-
zación más cognitiva del sí mismo. El proceso de cambio parece ser el
alcanzar alguna forma de autoaceptación que implique una integración de
diferentes aspectos del sí mismo. Para que la persona experimente autoacep-
tación e integración, necesita discriminar tanto sus propios valores y normas
<>"''' •••• , ••.••
Intervención terapéutica
La intervención terapéutica supone ayudar al cliente a tomar parte en
un diálogo entre aspectos opuestos del sí mismo, hasta que emerja un
conflicto nuclear entre un aspecto vivencia! del sí mismo y un aspecto
autoevaluador/coercitivo. El terapeuta facilita que el cliente identifique
cada aspecto y le ayuda a ponerlos en contacto psicológico mutuo expresan-
do directamente los pensamientos y sentimientos. La meta del proceso es
ayudar a la persona a escuchar estas expresiones y responder a ellas hasta que
se experimente la resolución. En la vida real estos aspectos opuestos del sí
mismo con frecuencia se mantienen separados entre sí para evitar un
conflicto directo. Por tanto, nunca han tenido la oportunidad de implicarse
en un proceso dialéctico de confrontación de opuestos, necesario para crear
una nueva síntesis. En esta intervención, los aspectos opuestos son colocados
en mutuo contacto para permitir que el conflicto se afronte y siga su curso.
El trabajo terapéutico implica un proceso continuo de separar clara-
mente la experiencia del cliente en dos aspectos tajantemente diferenciados:
autoevaluaciones e imposiciones, por un lado, y la experiencia del sí mismo,
por otro. La tarea del terapeuta es conducir la experiencia del cliente a lo
largo de estos dos cauces separados. A veces, él o ella dirige el proceso para
facilitar la separación y el contacto entre las partes, siguiendo siempre los
cambios emergentes en la experiencia del cliente y encauzando cuidadosa-
mente la aparición del «crítico» y la aparición del «experimentador». Otras
veces, el terapeuta dirige al cliente para que se exprese activamente sugirién-
dole que haga afirmaciones a la otra silla, o que atienda y exagere la conducta
verbal y no verbal. En otras ocasiones, el terapeuta facilita la búsqueda
vivencia! reflejando sentimientos, validando y apoyando la experiencia
emergente del cliente. El terapeuta se propone ayudar a que el cliente pase
de un sentido vago de dos aspectos opuestos y desconectados a dos aspectos
que se escuchan entre sí. La tarea del terapeuta consiste, pues, en facilitar un
diálogo entre las dos partes hostiles, y ayudar a las dos partes a diferenciarse.
' Esto se hace para ayudar a· crear una experiencia en la que el cliénte esté
l
232 LAS TAREAS DEL TRATAMIENTO
Etapa de prediálogo
En esta etapa, el objetivo es involucrar al cliente en la tarea. Esto se hace
de dos formas principales.
Establecer la colaboración
Cuando se ha identificado un indicador del cliente, el terapeuta establece
un acuerdo con él para trabajar sobre la escisión como foco de la sesión de
terapia. El terapeuta sugiere el foco (como se describe más abajo al identi-
ficar los dos aspectos del sí mismo), proporciona una argumentación
racional y consigue el acuerdo del cliente para trabajar sobre la escisión.
Esto establece una meta del proceso.
Estructurar el experimento
El terapeuta entonces estructura el experimento introduciendo la idea
de un diálogo entre las partes opuestas al preparar el espacio físico, por
ejemplo, colocando una silla extra o indicando para qué se va a usar. El
"'¡•-•• r" .. "• :•• _.,..,,_""""": .•.. _..,,..,. ... , ........
_.~ '~""'-"r'"'" .,...,,;,................
Etapa de prediálogo
1. Establecer la colaboración en la tarea.
2. Estructurar el experimento.
Etapa de oposición
3. Identificar los dos aspectos del sí mismo.
4. Separar y crear contacto entre las dos partes.
5. Promover la toma de responsabilidad de cada parte.
Etapa de contacto
6. Promover la conciencia de los clientes de las autocríticas y mandatos
' .
automaticos.
7. Incrementar la especificidad de las autocríticas/mandatos de los clientes.
8. Identificar las autoevaluaciones y mandatos nucleares.
9. Acceder y expresar los sentimientos subyacentes en el experimentador.
10. Animar el reconocimiento y la afirmación de los deseos y necesidades del
experimentador.
11. Incrementar la conciencia de los valores y estándares.
Etapa de integración
12. Centrar la crítica sobre la experiencia interna cuando la suavización
aparece y expresarlo.
13. Facilitar la negociación y la integración.
Etapa de posdiálogo
14. Crear una perspectiva de significado.
Etapa de oposición
En esta etapa la meta es separar los lados opuestos y ponerlos en
contacto.
l
.. _,. ... " ''"" ." ... ,~··" '
Etapa de contacto
En esta etapa el terapeuta pide a los clientes que cambien de silla con
frecuencia, intentando facilitar el acceso y el contacto entre el crítico y el
experimentador, usando uno para estimular al otro. El terapeuta trata de
clarificar los aspectos conflictivos para que los clientes puedan formular e
identificarse con sus sentimientos más profundos y los deseos y necesidades
asociados en un lado, y sus propios valores y normas en el otro.
Todo el tiempo la tarea principal del terapeuta es ayudar al cliente a
mantener la distinción y facilitar una mayor diferenciación dentro de cada
aspecto del sí mismo, así como entre ellos. El terapeuta se asegura de que
se explique todo lo que está implícito en la comunicación verbal y no verbal
del cliente. Además de escuchar el contenido del diálogo, esto supone
atender cuidadosamente al cuerpo, la cara, la voz y los gestos del cliente,
señalando cualquier cambio y llevándolo a su conciencia. El cliente puede
entonces descubrir el significado de estos aspectos de su comunicación y
añadirlos al diálogo.
Las siguientes intervenciones son utilizadas en esta etapa:
Integración
Centrar al crítico en la experiencia interna y promover su expresión
Cuando las necesidades organísmicas previamente inexpresadas han
sido contactadas y expresadas, la culpa se ha detenido y las normas y valores
han empezado a articularse, el terapeuta pide al cliente que vuelva al cauce
autoevaluador. Aquí el terapeuta comprueba los signos de si el crítico se
está o no suavizando, observando si hay cualquier indicación de que el
crítico empieza a reexaminar su posición relativa al experimentador. Si hay
un cambio de estado, el terapeuta ayuda al cliente a centrarse en el interior
preguntándole al crítico: «¿Qué estás sintiendo ahora hacia el sí mismo que
experimenta?». Los sentimientos, a los que se ha accedido de nuevo,
contrastan notablemente con la crítica dura y los sentimientos culpabiliza-
dores inicialmente expresadosy pueden incluir preocupación, entendimien-
to y respeto hacia sí mismo. Estos son expresados al experimentador.
C: Bien... Tengo algo de miedo. (La voz empieza a estar más centrada
internamente). Me veo como retirándome, en cierto modo, pero estoy
vigilando.
T: Dile a ella de qué tienes nüedo. [Expresar la experiencia interna]
C: Sí... sí ... Estoy realmente asustada por ti ... Realmente temo que ... vayas
a hacerte daño [T: Sí] y un .. de un ... Tengo miedo de tu sentido del
futuro, no tanto en el presente. [T: Ajá] No creo. Es interesante. Sí, de
repente, tengo este sentimiento como ... como ... como de qué va a pasar
dentro de diez años. [T: Ajá]
T: ¿Qué sientes hacia ella? [Expresar la experiencia interna]
C: Oh .. muyprotectora[T: Ajá ... ] ... Yo ... me doy cuenta de que también
siento un gran amor por ella. [T: Ajá ... ] Ajá ... Pero no quiero que se
haga daño.
T: Sí, díselo.
C: Y ... No quiero que sufras. Y lo que estoy haciendo es vigilarte. Lo que
estoy haciendo ... es usar mi ... mis talentos o ... habilidades, o lo que sea
... mi conciencia... mm ... y vigilo la parte de ti ... que ... al vigilarte ... sí...
e intento ... asegurarme de que no te vas a hacer daño. Trato de
asegurarme de que tomas decisiones acertadas y ... no te marchas corrien-
do ... con estrellas en tus ojos.
T: Ajá, ajá ... Aquí.
C: (Experimentador) (risas) Bien, ves, pero quiero marcharme con estrellas
en mis ojos (sonrisas). Eso es todo el asunto (sonrisas). Mm ... Pienso que
has pasado por alto el asunto completamente ...no me importa que me
vigiles, y no me importa que hagas ... sabes, comentarios, y no me
importa que tú ... destapes cosas ... pero tú puedes ser una aguafiestas ...
T: Ajá, ajá (risas) .. .
C: Y realmente no te quiero cerca. Bueno, te quiero -No, eso no es del todo
cierto. Quiero que estés allí. .. para llamarte si te necesito ... pero deja de
ser una aguafiestas.
T: Así ¿Qué quieres de ella? [Facilitar la negociación]
C: Cuando me veas a punto de ... tomar alguna decisión' desastrosa,
entonces puedes intervenir. Pero el resto del tiempo, déjame ... déjame
respirar. [T: Ajá, ajá]. Déjame espacio. No me asfixies.
T: Mm ... De modo que ... ¿puedes cambiar? ¿Qué ... [Separación y contactoJ
C: (suspiro) Sí, pero debes estar muy agradecida de que yo esté aquí ... Sí,
yo soy, soy ... Puedo ser asfixiante y puedo ser ... [T: ajá, ajá] ... molesta,
y puedo poner los frenos en un montón de cosas, pero sabes, todavía
me necesitas ... porque yo te evito un montón de problemas ... un
monton , de apuros ... s1,...
T: ¿Qué experimentas? [Atender internamente]
-~--·,.-··o.._.,,,_ ........,........... ~,._,_,.,..,_ ......,, ............- - -
'
Etapa de posdiálogo
Creación de una perspectiva de significado
En esta fase, cuando sea apropiado, el terapeuta y el cliente hablan sobre
la experiencia del cliente en la sesión. Esto se hace para ayudarle a simbolizar
~r,""'"-... ~ ..·:• ···"1111!;-·t ""' ' --. ,··
••• •
CONCLUSIÓN
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..
258 LAS TAREAS DEL TRAT.JUJ:IENTO
ATRIBUCIÓN DE LA INTERRUPCIÓN
das, en otro tipo de situaciones las personas que se sienten sin derecho
(desautorizadas) se interrumpen a sí mismas. Son estos procesos interrup-
tores fundamentados psicol6gicamente los que requieren atenci6n. Así, se
necesita establecer una perspectiva compartida de que es un proceso interno
lo que está trastornando al cliente, antes de que éste se implique en la
reapropiaci6n de la interrupci6n. De otro modo, un terapeuta podría
equivocadamente invalidar a una persona cuando el ambiente es lo que la
está oprimiendo o desautorizando.
Contacto con
el ambiente
Representación
El primer paso en esta activación es un juego de roles deliberado de la
interrupción, en el cual el cliente hace el papel de hacedor y de lo hecho,
los roles activo y pasivo de la representación. Después de representar ambos
roles, el cliente se implica más, y esto conduce a una activación de los
esquemas que gobiernan el proceso autointerruptor. El cliente empieza a
representar verbal y no verbalmente el proceso de interrupción, ya sea la
acción de agobiar o aplastar, o una versión verbal y no verbal del propio
agotamiento. Después de la experimentación deliberada inicial, empieza a
Escisiones autointerruptoras:
1. El cliente está actuando sobre sí mismo para interrumpir la expresión o
describe cómo una parte interrumpe a la otra.
2. El cliente se implica activamente de una manera concreta y específica como
interruptor en el proceso autointerruptor.
3. Se contactan y se diferencian los sentimientos de pasividad y resignación
del cliente.
4. La persona expresa la emoción interrumpida claramente.
5. Se expresa con claridad la necesidad asociada con la emoción.
6. La persona, al sentirse autorizada, prevé o planifica acciones nuevas en el
mundo para satisfacer la necesidad.
262 LAS TAREAS DEL TRATA MIENTO
Contacto
Con la aparición de estos nuevos sentimientos y el reconocimiento de
que han estado interrumpiéndose, los clientes llegan a estar otra vez
autorizados para expresar sus necesidades. Y estas necesidades entonces se
asocian con la nueva experiencia y la tendencia a la acción. Hay que
experimentar con la necesidad, ya sea un deseo de alejarse de alguien o de
salir de uno mismo y acercarse a alguien, para encontrarle una expresión
apropiada. Una vez que se experimentan los sentimientos y las necesidades
suprimidas, se trasladan a una acción expresiva, se ponen en contacto con el
ambiente y se identifican. De este modo, el cliente se apropia y reafirma una
necesidad de amor no satisfecha, o una necesidad de imperiosa autonomía
o de separación. Cuando se apropia de la expresión interrumpida, se
exploran, debaten y experimentan los diferentes medios de satisfacer ade-
cuadamente las necesidades. Esto ayuda a desarrollar formas de poder
obtener lo que se quiere y se necesita. Con frecuencia, debido a la falta de
experiencia y I o a la ansiedad, los clientes no tienen la habilidad para actuar
en , el . mundo para.
satisfacer sus necesidades;
. entonces se les ayuda con
practicas para meJorar su comportamiento.
Los dos aspectos cruciales del proceso de resolución mostrados en la
figura 11-1 son: a) el reconocimiento de la propia participación en el proceso
interruptor y b) la expresión autorizada de la necesidad.
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264 LASTAREASDELTRATAMIENTO
Etapa de prediálogo
l. Estableciendo la colaboración.
2. Estructurando el experimento.
Etapa de representación
3. Separar y crear contacto.
4. Promover la apropiación de la experiencia por parte del cliente.
5. Incrementar la conciencia corporal del cliente.
6. Promover la conciencia de la actividad autointerruptora.
Etapa de reconocimiento de ser agente
7. Intensificar la activación del cliente como agente.
8. Diferenciar el aspecto autointerruptor.
9. Promover la conciencia de participación activa en la actividad autointe--
rruptora del cliente.
10. Aumentar la conciencia del aspecto pasivo organismico de la experiencia
del cliente.
11. Identificar la expresión interrumpida.
12. Estimular la aserción de la necesidad sentida.
Etapa de contacto
13. Apoyar la aserción emergente del aspecto de la necesidad sentida.
14. Experimentar con la expresión interpersonal de necesidad.
15. Autorizar al cliente.
Etapa de posdiálogo
16. Crear una perspectiva de significado.
266 LAS TARE AS DEL TRATAMIENTO
Etapa de prediálogo
,· Estableciendo la colaboración
El terapeuta obtiene el consentimiento del cliente para trabajar en el
proceso autointerruptor proponiendo la autointerrupci6n como foco para
trabajar.
Etapa de representación
Separar y crear contacto entre los dos aspectos del sí mismo. Ello es
similar al proceso de trabajar en escisiones de conflicto. Se instruye al
cliente a hablar desde dentro de la experiencia de ese aspecto del sí mismo
que está más vivo para el cliente en ese momento, y a dirigir afirmaciones
al otro aspecto. Generalmente, se empieza por la parte activa, el interrup-
tor, para que el diálogo empiece a funcionar. La experiencia de separaci6n
es realzada al hacer que el cliente cambie de silla para hablar desde el otro
aspecto.
Normalmente, el trabajo empieza cuando el terapeuta le pide al cliente
que represente el aspecto activo del sí mismo, para hacer explícito ambos
el •qué» y el «CÓmo» de la actividad autointerruptora del cliente, y esto
puede adquirir diversas formas. Puede implicar guiar al cliente a representar
el agarrotamiento muscular que impide las lágrimas, o encajar deliberada-
mente la mandíbula para evitar expresar ira. O puede implicar la repre-
sentaci6n de uno mismo maltratándose o ahogándose. Si la experiencia del
cliente es de agarrotamiento físico, muscular, el terapeuta trabaja para
incrementar la conciencia sensorial del proceso muscular del cliente. Si la
experiencia de éste es una combinaci6n de procesos afectivo/cognitivo/mo-
tores, el terapeuta le ayuda a ser consciente, a articular, y a transformarlos
en acciones contra la propia expresi6n.
Promover la apropiación de su experiencia por parte del cliente. Se sugiere
que el cliente haga afirmaciones con «Y O» cuando hable desde dentro de la
experiencia de cada aspecto. Se le pregunta al aspecto activo qué hace, y se
le pide que se lo haga al aspecto pasivo, al que se le pregunta lo que siente.
., . . .-.,....,
El énfasis todo el tiempo está en hacer que los clientes se hagan cosas a
sí mismos, en lugar de hablar sobre ellas. En este proceso el terapeuta con
frecuencia pregunta: «CÓmo te impides a ti mismo expresar eso,, en respuesta
a las afirmaciones de los clientes de que se están impidiendo expresarse a sí
mismos. Esta intervención busca inicialmente una mayor conciencia con-
ceptual del cliente. Éste verdaderamente tiene que pensar en cómo lo hace.
El terapeuta puede ayudar conjeturando u ofreciendo posibilidades. Se crea
un conjunto de medidas coexploratorias para ayudar a identificar cómo
funciona el proceso interruptor. Luego, esto se transforma en una expresión
activa mediante la sugerencia de que la persona se lo haga ahora a sí misma.
Incrementar la conciencia corporal del cliente. Pedir al cliente que preste
atención a las sensaciones físicas asociadas con los aspectos activo y pasivo
del proceso interruptor. Ofrecerle observaciones con respecto a su postura,
y otras expresiones no verbales relacionadas con la autointerrupción, tales
como agarrotamientos, cubrirse la boca, o golpearse a sí mismo. Pedir al
cliente que localice los puntos de tensión física, tirantez, dolor y ansiedad
para empezar a identificar los efectos del proceso interruptor.
Promover la conciencia de la actividad autointerruptora. Atender a la
expresión verbal y no verbal del cliente y llevar a su conciencia cualquier
actividad sobre el sí mismo tal como un autoagarrotamiento, autocastigo o
actividad autoasfixiada.
U na vez que se ha formado una idea inicial acerca del proceso autointe-
rruptor, el terapeuta le pide a la persona que experimente con cómo se inte-
rrumpe o se impide expresarse. Ahora el énfasis está en «hacer» para des-
cubrir cómo se consigue la autointerrupción e identificar al agente de la
actividad. Así, los clientes experimentan haciéndose cosas a sí mismos, tales
como asfixiarse o silenciar deliberadamente y con conciencia. Se les puede
pedir que hagan estas cosas a una almohada o incluso, a veces, al terapeuta.
Esto, con frecuencia, les hace ver lo crueles que son las cosas que se hacen a
sí mismos, ya que se inhiben al hacerle a otro lo que normalmente se hacen
a sí mismos. La representación les ayuda a ganar perspectiva de su actividad
autointerruptora y experimentarse a sí mismos como activos, en relación
consigo mismos.
hacen más detalladas y específicas; por lo general, les queda claro a los
clientes que realmente son ellos, ellos mismos, los que están reprimiendo,
inhibiendo o desautorizándose a sí mismos. El terapeuta entonces les anima
~ que posean o se identifiquen con lo que se están haciendo a sí mismos.
Este constituye el primer paso del trabajo con una escisión autointerruptora
y el diálogo del sí mismo con el sí mismo sigue como se describió anterior-
mente en la etapa de representación.
Expresión
Aumentar la conciencia del aspecto pasivo organísmico de la experienáa
del cliente. Se hace que el cliente cambie, físicamente, a la silla «experimen-
tal». Se centra internamente al cliente en su respuesta a la actividad autoin-
terruptora. Se le pide que atienda a su experiencia interna de pasividad,
resignaci6n, o de cualquier otra índole. Al inicio, el cliente está totalmente
identificado con el aspecto pasivo del sí mismo. En esta representaci6n, el
terapeuta le guía para que intercambie una y otra vez la representaci6n de
la actividad autointerruptora y el aspecto pasivo, hasta que acceda a la
experiencia de ser interrumpido.
Identificar y expresar la expresión interrumpida. El terapeuta ayuda al
cliente a trabajar a través de la posici6n pasiva, resignada y desamparada
centrándose en el sentimiento, hasta que la expresi6n organísmica recién
diferenciada emerja a la conciencia. Se le pide que atienda a cualquier nueva
experiencia emergente o expresi6n que previamente fue reprimida, o que
le ponga voz a lo que sabe que ha sido interrumpido. Se le anima entonces
a que exprese d sentimiento y la tendencia a la acci6n asociada y, por último,
la necesidad no satisfecha. Cuando se activa la expresi6n, el proceso inte-
rruptor se ha disuelto (al menos por el momento) y se facilita a la persona
la expresi6n del sentimiento del modo más útil.
Estimular la aserción de la necesidad sentida. Esto se hace directamente
preguntando lo que la persona necesita, pero también puede lograrse de dos
modos diferentes:
Etapa de contacto
Apoyar la aserción emergente del aspecto de la necesidad sentida
Se ayuda al cliente a especificar la necesidad sentida. Se le ofrece apoyo,
validaci6n y ánimo para que exprese de una manera genuina sus sentimien-
tos y necesidades. Se le ayuda para que llegue a ser consciente de la
270 LAS TAREAS DEL TRATAMIENTO
Autorizar
Se le pregunta al cliente lo que puede hacer en el mundo real para
satisfacer su necesidad. Luego se le ayuda a planificar el siguiente paso hacia
la acción. Esto le autoriza a ser proactivo en su propio nombre.
El terapeuta apoya al cliente para que practique esta conducta fuera del
ambiente terapéutico. Esta etapa implica diferenciar los sentimientos y
necesidades previamente inexpresados e indiferenciados para permitir su
transformación en medios apropiados de expresión y gratificación de la
necesidad. Así, una necesidad de contacto recién reconocida puede desarro-
llarse y pasar de ser un deseo indiscriminado de ser abrazado o de revelar
los propios sentimientos a ser una selección más diferenciada de tiempo,
lugar, grado y manera apropiados para la expresión de la necesidad. Por lo
general, el terapeuta no entrena a los clientes en habilidades sociales, sino
que los ayuda a experimentar con nuevos comportamientos y a aprender
lo que ha funcionado para ellos.
Etapa de posdiálogo
Crear una perspectiva de significado
Se discute la experiencia terapéutica con el cliente. Se le ayuda a evaluar
y a crear significado a partir de su experiencia de expresar y actuar respecto
LA REPRESENTACIÓN EN LAS DOS SILLAS 271
Etapa de prediálogo
C: SL Yo no ... ni siquiera... no quiero pensar, no quiero sentir. Quiero
suprimir todas mis emociones. Yo quiero, quiero parar, yo ... yo estoy
tratando de bloquearlo todo para no sentir nada. [Escisión autointerrup-
tora]
T: Como si fuera demasiado doloroso sentir.
C: Yo ... sí. No quiero sentir más.
T: Sí... yo no quiero sentir. ¿Qué ha ocurrido? [Responder al gesto facial
del cliente]
C: Bien, hay una imagen que se repite. [T: Ajá] Cuando yo era muy joven,
pero no sé si es [el mismo] rechazo o no.
T: Ajá, qué, ¿cuál es la imagen?
C: Bien. En realidad, recuerdo, no recuerdo realmente la ocasión, sólo
recuerdo la historia. [T: Correcto] Me contaron que cuando tenía cinco
años más o menos. Cuatro. Me estaba quedando con mi tía. Una de esas
veces, no sé por qué, pero nos quitaron de en medio. [Ajá] Cogí el
sarampión. Me pusieron en el sótano durante dos semanas o algo así.
Dos veces al día venía la sirvienta a traerme la comida... y ... ésta (risas)
es la imagen [T: Sí] que yo estaba sintiendo.
T: Sintiendo ...
C: Estaba sintiendo que quizá ... quizá fuera un lugar real.
T: Ajá, ajá. Y ¿cuál es el sentimiento? ... estar en el sótano.
C: Bueno. Abandonada. Estaba completamente abandonada. [T: Ajá, ajá]
Siento que estoy ahí para siempre [T: Sí] y nadie va a venir nunca y
nadie se va a preocupar por mí, y ... nadie me va a sacar de allí. [T: Bien,
bien] (el cliente se acurruca y se rodea con sus brazos)
T: ¿Qué ocurre?, ¿qué es esto? (señala sus brazos que la rodean)
~..,,.,,,... ..,.."'"'" ,. .., -···~·-···~· ........._,.,. •. - ... '•' '·'"
C: (Ríe). ¿Qué es esto? [T: Ajá] Esto ... creo que hago esto cuando abando-
no.
T: ¿Cómo lo sientes?
C: Cuando me reprimo a mí misma así, de modo que ... ya estamos otra vez.
T: Sé esta mano. ¿Qué haces? Este brazo. [Promueve la posesión del .
aspecto interrumpido]
C: Bien, estoy conteniendo con dolor. [T: Ajá] Sí, sabes, tengo este
sentimiento en mi estómago o en mi garganta, y simplemente estoy
aguantándolo todo dentro. [T: Ajá, ajá] Siento como que estoy de nuevo
en lo mismo y simplemente me estoy preparando para que dure.
T: De modo que ¿es una especie de aguantar?
C: Sí. Y simplemente. Simplemente es la única respuesta que tengo. Y o ...
no vale la pena gritar, nadie me va a oír. [T: Ajá, ajá]
Etapa de representación
T: Así, todo lo que puedes hacer es aguantar, y aguantarlo dentro. [C: SíJ
Sé estos brazos y contén, contén el dolor. [Promueve la posesión de la
parte interruptora activa]
C: Es lo que estoy haciendo.
T: Sí. Sé los brazos. Ponles voz real. Háblale al dolor. Dile lo que estás
haciendo y hazlo realmente. Reprimiéndote, o yo te estoy conteniendo,
estoy evitando que grites ...
C: Bien, no tengo nada contra los brazos. Son bastante protectores.
T: Bien, bien. Entonces cuéntale esto.
C: Estoy protegiéndote. [T: Sí, sí] Estoy protegiéndote, excepto que no
hay nada de que protegerte más que el dolor que estás sintiendo dentro
y no puedo hacer nada al respecto. [T: Ajá] Pero si te contengo con
fuerza [T: Sí] será menor. Haré que el dolor disminuya. [T: Correcto]
T: De modo que estás intentando protegerla, o ...
C: Hacerla más pequeña. Reducir el dolor.
T: Ajá. Cambia. Ahora, ¿puedes ser el dolor? Sé el dolor. ¿Cómo es? Este
dolor es importante. [Promover la posesión de la parte pasiva]
C: El dolor es simple, me da miedo. [T: Ajá] Porque siento que podría
desarmarme totalmente. (Llorando). El dolor, pienso es ... , más amena-
zador que lo que ocurre afuera porque ahora está bastante oscuro, pero
parece más vivo. [T: Ajá]
T: Me gustaría que tú,-si puedes, entraras en ese dolor, que lo observes y
quiero que sepas que estoy aquí y que puedes salir. [Apropiación de la
experiencia y ofrecimiento de apoyo relacional]
C: (Llora). ¿Qué? No estoy segura de que pueda seguir haciéndolo. (Llora).
LA REPRESENTACIÓN EN LAS DOS SILLAS 273
T: ¿Qué ocurre?
C: ¿Qué ocurre? [T: Ajá] Bueno, no sé, me siento que por una parte estoy
aquí y por otra estoy ahí (señala la otra silla). [T: Ajá]
T: Cambia. Es el «ya no lo siento», ¿correcto? Haz que deje de sentir dolor.
[Promover la apropiaci6n de la interrupci6n]
C: ¿Hacer que deje de sentir dolor? Bien, eso es fácil. [T: Ajá]
T: Haz que ya no lo sienta. ¿C6mo lo haces? [Promueve la conciencia de
la actividad autointerruptora]
C: De acuerdo. Ella puede sentir dolor. Ya no lo voy a notar. [T: Ajá, ajá]
Ves, no puedo hacer que ella deje de sentirlo.
T: Y a veo, pero yo no ...
C: Tengo que irme, tengo que salir de aquí para no sentirlo.
T: Díselo. Esto es demasiado ... no quiero sentirte.
C: Bueno, cuando estoy aquí, y dejo salir el dolor, todo va bien aquí, mi
mente vuelve a la normalidad. Siento como si hubiera conquistado a
todos mis demonios, y luego, [T: Sí] accidentalmente, sigo abriendo la
puerta y viéndolo y sintiéndolo. En mi est6mago y yo ... es un shock
terrible.
T: Ajá. Dile que tú siempre eres ese shock.
C: Bueno, tú eres siempre ... espero ... de un modo totalmente accidental
abn' esa puerta y ah'1 estas.
'
T: Y luego ¿qué haces?
C: Cierro la puerta.
rr····
274 LASTAREASDELTRATAMIENTO
C: Nadie oirá.
T: ¿Qué sientes?
C: Bien, siento resignaci6n. Sé que no hay nadie allí, lo sé. [T: Ajá] Es obvio.
[T: Bien] Nadie, no habrá nadie allí y si hubiera no comprenderían.
T: Por lo tanto, ... ¿qué estás haciendo con las manos?
C: Sí (riendo), se están agarrando.
T: Ajá, ajá. Describe ese agarrarse. Hazlo un poco más. [Intensificar la
activaci6n del interruptor]
C: Estoy oprimiendo. (T: Descríbelo] Oprimiendo. Me estoy agarrando
muy firmemente para no ... [T: Ajá] Creo que ... me estoy protegiendo
... para lo inevitable.
T: Y lo inevitable es ...
C: Bueno, lo inevitable es estar aquí.
T: Ajá. Otra vez.
C: Hay dolor y ... aislamiento. [T: Sí, ¿puedes contarme eso? Quiero gritar
pero nadie me va a oír] [Identificar la expresi6n interruptora]
C: ¿Puedo decirte eso? [T: Ajá]
T: Sí, que nadie me va a oír.
C: No lo sé. Porque sé, quiero decir, si te lo digo, reconozco que no es
cierto. Sé que yo, en efecto, grito y la gente oye.
T: Pero, de algún modo está esto ... dile «nadie va a oír» [Identificar la
interrupción]
C: Bueno. Creo, sí creo que siempre he sabido ... que, en última instancia,
no hay nadie ahí. Que momento a momento tú estás aquí [T: Ajá], que
otra gente está aquí, pero, si lo comprobáramos y fuéramos a la esencia
no habría nadie.
T: Díselo. En última instancia no hay nadie.
C: En última instancia no hay nada. A nadie le interesa.
T: Ajá, interesa. [C: Ajá] En última instancia nadie se preocupa por ti, ni
se preocupará en el modo en que tú quieres que lo hagan.
C: Bueno, va más allá. [T: Ajá] Ni siquiera está ahí para preocuparse. No
es que estén y no se preocupen. [T: Correcto] No están. [T: correcto]
No hay nada en última instancia.
T: En última instancia no hay nadie que se preocupe de ti. [C: Sí] ¿Correc-
to? y ... [Identificar la autointerrupci6n]
C: Y al final estás completamente solo. (Ininteligible).
T: Cambia. ¿Qué necesitas en ese estado de soledad? [Estimular la necesi-
dad sentida]
C: ¿Qué necesito? [T: Sí] Bien, por un lado es cómodo [T: Sí], porque siento
que estoy otra vez en lo de siempre. Esto me resulta real. Sé que no
estoy actuando. [T: Ajá, ajá] Es completamente real. Me siento como si
. -~-""' .. , " ,- ..... ' ..., •.. ,.,,,_,~ ,....... ,.,_ .. "':'""""'... ~~ ... --..······• .. , ··~,~. ,_,,.."l"""___,,..~.....,.
276 LASTAREASDELTRATAMIENTO
Contacto
T: De acuerdo, bien. ¿Puedes cambiar? ¿Qué ocurre aquí, cómo es? [Con-
ciencia del aspecto pasivo]
C: Me siento tan maniatada por dent~o ... Es terrible. Aquí no puedo
respirar. No tengo necesidades. Por supuesto, tengo necesidades. Nece-
sitaba a alguien que me confortara en el vacío.
T: Díselo, dile lo que necesitas. [Afirmación estimuladora de la necesidad]
C: Necesito apoyo. Necesito apoyo y consuelo.
T: ¿Puedes poner esto en contacto conmigo? Háblame de tus necesidades.
[Experimentar con la expresión interpersonal de necesidad]
C: Necesito apoyo. Sí, quiero tu apoyo. Yo quiero ... Necesito gente que
me responda para aliviar mi dolor, que me ayude a hacerlo desaparecer.
T: Ajá ... , repítelo. Necesito consuelo. [Apoyar la afirmación emergente de
la necesidad sentida]
... ,.
C: Sí, necesito consuelo, necesito ayuda algunas veces cuando tengo miedo
o estoy sola. Necesito gente, no quiero estar encerrada en mí misma en
el sótano, sola. Realmente quiero ayuda.
T: Ya, esto es imponante. Es imponante necesitar y ser capaz de pedir. ¿A
quién podrías pedirle en tu vida lo que necesitas? [Apoyar la afirmación
y autorizar]
C: A unas cuantas personas. Mi novio, por ejemplo.
T: De acuerdo, vamos a sentarlo aquí en la silla y a pedírselo. [Experimen-
tar con la expresión interpersonal de la necesidad]
C: Necesito tu apoyo. Tengo necesidades. Voy a pedine apoyo cuando lo
necesite.
CONCLUSIÓN
CAPÍTULO XII
Aspe~tos Camhi0& en
~ º"º
neg:iuvo
negativos kvili6n
especffiws de Jrn; orros
Resolución:
l.· autoo.finnación
El cliente · autoaserción
experimenta - el otro resulta
sentimientos explicable
irresueltos 2.- nueva vj5jÓn
perSistentes de 10& otros
- comprensión de la
posición del otro
"perdona a los otros
r Optativo:
Recuerdo resolución de la
episódico autoinrerrupdón Optativo: renunciar
o de Ja emisión a la necesidad
de conflicto insatisfecha
cia en esta intervenci6n que en el diálogo de las dos sillas para es<:isiones de
conflicto. Generalmente, se ocupa s61o en dos momentos importantes: en
el diálogo inicial, para ayudar a evocar la emoción y luego para comprobar
la resoluci6n. El principal modo de comprometerse en esta tarea es la
expresi6n activa. La meta principal es hacer que el cliente exprese activa-
mente los sentimientos interrumpidos, y movilice y exprese necesidades.
En esta intervenci6n, el terapeuta da instrucciones al cliente para que
imagine la presencia del otro y describa los detalles importantes de su
apariencia y formas de comportarse. Esta representaci6n imaginaria se usa
para estimular la respuesta emocional (es decir, activar los esquemas relevan-
tes). En esta etapa, también se anima al cliente a que represente al otro tan
específic"!l'.lente como sea posible, en especial aquellos aspectos más proble-
máticos. Estos podrían ser una mirada prepotente o un tono de queja. Estos
métodos motores expresivos mejoran el uso de imágenes, aumentando la
eficacia de la imagen como evocadora de esquemas emocionales relevantes.
El proceso de resol uci6n en este diálogo ha sido rigurosamente diseñado
para determinar los componentes de la resoluci6n que discriminan entre
........ --·-·· ...
sentación diferente del otro que aparece como un ser más asociativo o
menos dominante. El esquema «del otro» cambia de una de estas dos
maneras: el otro, previamente negativo, cambia a un ser más positivo, más
cariñoso; o el otro, dominante y mandón, llega a ser más débil y es percibido
de acuerdo a sus fallos internos. El otro expresa más amor y comprensión
del cliente y/o pena de que sea incapaz de satisfacer sus necesidades. El otro
puede mencionar aspectos de su situación en la vida que le incapacitaron
para satisfacer la necesidad del cliente, y pedir su comprensión y su perdón.
Los otros abusivos pueden ser vistos con su enfermedad o disfunción y ser
capaces de aceptar la responsabilidad de sus acciones.
El paso final en el diálogo es la experiencia de resolución por parte del
cliente en la forma de autoafirmación y autodeclaración y/o en la forma de
perdón o mayor comprensión del otro, sin que esto implique necesariamen-
te que tolere sus acciones. La autoafirmación significa que los clientes saben
que ellos no eran malos y que no era culpa suya que el otro no pudiera
satisfacer sus necesidades. Existe con frecuencia una sensación de logro, a
pesar de las dificultades y de haber construido una vida satisfactoria para sí
mismos, además de una sensación de orgullo por las propias fuerzas y
atributos. Las autoafirmaciones también pueden suponer un sentimiento
más claro de separación del otro y la tendencia a considerar al otro
responsable. El cliente se enfrenta al otro y a la situación que frustró la
satisfacción de la necesidad. Reconoce que la relación no le proporcionaba
lo que necesitaba y declara la legitimidad de sus necesidades.
Los clientes dejan a un lado sus expectativas de que se satisfagan sus
necesidades y, de hecho, aceptan al otro con lo que pueda o no ofrecer. A
veces, la etapa de resolución se caracteriza por la expresión explícita de una
mayor comprensión del otro. Los clientes pueden expresar su aceptación
del otro significativo; esta aceptación surge de una nueva comprensión de
las dificultades del otro a la hora de proporcionar lo que faltaba. Los clientes
también expresan agradecimiento por lo que obtuvieron y perdón o
aceptación de lo que ocurrió en el pasado.
Los procesos decisivos de resolución en esta tarea parecen ser: 1) la
intensa activación emocional y la conclusión de Ja expresión emocional
acompañada por la movilización de la necesidad y 2) el cambio en la
representación interna del otro. El proceso de cambio parece ser el de
cambiar de posición en Ja relación de rol con el otro significativo, de tal
manera que uno se siente más poderoso y tolerante. En un estudio de
sesiones de resolución, los que resolvían el conflicto declaraban que se
sentían más poderosos y tolerantes que los que no los resolvían (King, 1988).
Para que la persona cambie sus percepciones dentro de la relación de rol
entre sí mismo y el otro, necesita sentirse autorizada. Esto parece ocurrir
..
mente o en respuesta a las preguntas del terapeuta. Esto podría suponer que
entiendan o perdonen o consideren que el otro es responsable, o que sean
capaces o incapaces de renunciar a sus expectativas. Luego, se les pide a los
clientes que se «despidan de momento» del otro, a modo de conclusión del
trabajo, y se les indica que vuelvan a ser ellos mismos y que vean cómo se
sienten. Ahora están en contacto con su experiencia sensorial presente. Se
~iscute el si~nificado de lo que ocurrió en el diálogo y se sigue procesando,
s1 es necesario.
Etapa de prediálogo
Como en las otras tareas, el terapeuta empieza con los dos pasos previos
imprescindibles:
Establecer la colaboración
Al aparecer un indicador, el terapeuta sugiere que el asunto no resuelto
sea el tema de trabajo y obtiene el acuerdo del cliente para trabajar en él.
294 LASTAREASDELTRATAMIENTO
Etapa de prediálogo
1. Establecer la colaboración.
2. Estructurar el experimento.
Etapa de activación
3. Evocar la presencia sentida del otro significativo.
4. Establecer contacto entre el sí mismo y el otro significativo.
5. Facilitar la toma de responsabilidad.
6. Acceder a los sentimientos iniciales del cliente en respuesta al otro signifi·
cat1vo.
7. Facilitar la representación del otro significativo e intensificar el valor de
estímulo del otro significativo.
8. Evocar un acontecimiento recordado de modo particular o un recuerdo
episódico.
Expresión
9. Diferenciar los sentimientos hacia el otro significativo.
10. Fomentar la expresión completa al otro significativo de emoción prima·
ria/adaptativa diferenciada por medio de experimentos graduados de ex-
.,
pres1on.
11. Ayudar al cliente a mantener un equilibrio entre la expresión y el contacto
con el referente interno.
12. Facilitar la expresión al otro significativo de las necesidades y expectativas
no satisfechas con respecto a él.
Etapa de conclusión
13. Identificación con el otro y apoyos a la representación positiva emergente
del otro.
14. Apoyos a la nueva comprensi6n emergente del otro y a la relación _on él.
15. Dar poder al cliente.
16. Contacto próximo y apropiado con el otro.
Posdiálogo
17. Crear significado/perspectiva.
Estructurar el experimento
El terapeuta sugiere un diálogo, acerca una silla e invita al cliente a
comenzar un diálogo de modo que parezca más apropiado.
Etapa de activación
Evocar la presencia sentida del otro significativo
Usando la modalidad sensorial preferida del cliente, se dan sugerencias
para evocar la presencia del otro significativo. El terapeuta puede sugerir
traerlo a la habitación, imaginándoselo/la sentado/a allí, quizá señalando
EL TRABAJOENLASILLAVACÍAYLOSASUNTOSNORESUELTOS 295
Expresi6n
En esta etapa, el terapeuta facilita la completa diferenciaci6n y expresi6n
de la emoci6n del cliente en relaci6n con el otro significativo.
Etapa de conclusión
En esta etapa, el terapeuta apoya y fomenta la renuncia a las expectativas
no satisfechas en relación con el otro significativo. La renuncia, con
frecuencia, parece seguir de un modo natural a la expresión completa de
rabia o resentimiento, dolor o desilusión permanente. Cuando esto no
ocurre, el terapeuta ayuda al cliente a explorar y valorar si la expectativa
no satisfecha puede ralmente ser satisfecha por el otro, y, si no fuera posible,
el terapeuta podría sugerirle que experimentara expresando al otro algo
como: .Nunca dejaré de querer que tú satisfagas mi necesidad» y que
compruebe cómo se siente al hacerlo. Esto a menudo produce un cambio.
Este paso supone ayudar al cliente a despedirse del otro de una manera
adecuada, que se ajuste a su experiencia y necesidad. El terapeuta puede
preguntarle si quiere decir algo más o si quiere algo más del otro. Esto puede
ser una despedida literal o la construcción de un puente hacia el futuro, con
la afirmación del deseo de terminar el diálogo en otro momento. Así, si se
necesitara trabajar más para terminar la expresión de la emoción y de la
necesidad, para renunciar a las expectativas no satisfechas, y/o aceptar o
resolver la relación del cliente con el otro, entonces una despedida temporal
serí'\lo apropiado. Por otro lado, si el cliente ha terminado, se hace una
despedida final.
Posdiálogo
Crear significado/perspectiva
En último lugar, cuando sea necesario o apropiado, el terapeuta ayuda
al cliente a integrar esta nueva experiencia de sí mismo y del otro significa-
tivo en su experiencia en la vida real del otro. Esto ayuda al cliente a resolver
la relación, a través de su conclusión o a través de la decisión de llevar a
cabo alguna acción apropiada en relación al otro. Así, el terapeuta trata la
experiencia de diálogo del cliente, o le sugiere que se quede con la experien-
cia y reflexione sobre ella para facilitar que surja el significado.
Etapa de prediálogo
C: Me siento estúpida al decir esto, pero parece que no puedo estar contenta
hasta que me sienta aceptada. Y yo nunca me sentÍ aceptada, especial-
mente por mi madre. Sólo quisiera que me aceptara, o que yo le gustara.
T: Ajá, nunca te sentiste verdaderamente aceptada, especialmente por ella.
Creo que podría ser útil traerla aquí y que tuvieras una especie de
diálogo con ella. [Estructura del experimento]
C: ¿Un diálogo con mi madre?
..
300 LASTAREASDELTRATAMIENTO
Etapa de activación
T: Sí, sitúala aquí. Puedes imaginarla aquí. [Evocar la presencia del otro]
C: No sé. Es como si no quisiera ni mirarla.
T: ¿Cuál es el sentimiento?
C: Es rabia y dolor, todo junto, mezclado.
T: Ajá, hazlo un poco más, haz el sonido. [Acceso al sentimiento]
C: No puedo.
T: Es sólo este sentimiento negativo.
C: Quiero decir, no quiero rechazarla.
T: ¿Puedes decírselo a ella? [Establecer contacto)
C: Pues es curioso, ¿sabes? Es como si tuviera la más ... (murmura para sí}.
Pues, pienso que podrfa decírselo a ella. (Al otro): Tengo la más increíble
mezcla de sentimientos hacia ti. Tú eras una mujer absolutamente
imposible. ¿Tienes idea de lo imposible que eras? Siempres decías que no
ibas a ser como tu padre y, ¡maldita sea!, lo eras. Eras tan mala como él,
¡cabezota! ¡Maldita sea! eras cabezota.
T: Entonces díselo. (La cliente pone cara de disgusto) ¿Qué pasa entonces?
C: Oh, me siento tan frustrada de que no pudieras usar tu cabezonería para
vivir, en vez de morir. Tú me dijiste, de un modo jodidamente claro, a
los 50 que te ibas a morir a los 70. Pensé que todo tu mundo hubiera
cambiado si hubieras llegado a tu cumpleaños, pero te las arreglaste para
morir seis meses antes. ¡Eras una mujer de una voluntad increínle!
T: ¿Y cuál es tu frustración? Tienes la cara muy ... Es como si le estuvieras
pidiendo: «yo necesitaba que tú hubieras sido más ... » [Facilitar la toma
de responsabilidad]
C: ¿Por qué no pudiste vivir? ¿Por qué tenías que rendirte?
T: ¿Ella te dejó sin qué?
C: Sin una madre. Sin una abuela. Y esto realmente me dolió.
T: Entonces díselo.
C: Estoy enfadada porque tú nunca pudiste aceptar que, aunque no te
gustaba mi marido, él era realmente un hombre bueno.
T: ¿Puedes verla? No estoy seguro de que estés en contacto con ella [Evocar
la presencia y contactar]
C: Ya, bueno. No sé. En parte es que no puedo soportar verla como era
antes de morir.
T: ¿Entonces qué es lo qué te es tan difícil ver, qué es lo que no puedes
soportar?
EL TRABAJO EN LA SILLA VACÍA Y LOS ASUNTOS NO RESUELTOS 301
con tu padre. Es decir, cada mañana, durante años ... y llegué yo. ¡Oh,
mierda! (Llorando)
T: Respira, respira.
C: ¿Fue culpa mía? ¿Fue culpa mía que tuviera que dejarlo? Mi padre le
dijo que ahora iba a ser mi madre y que no debía montar más a caballo.
Era muy peligroso ... (florando) siento que nunca pude compensarla.
T: Díselo.
C: Fue culpa mía. Por mi culpa no pudiste montar a caballo.
T: Cambia.
C: No eras una buena sustituta.
T: Repítelo. No eres una sustituta de ... [Representar al otro significativo]
C: No lo eres. Te lo dije. Me gustaba más el perrito pequinés que tú. Te
mandé a la guardería cuando tenías dos años para no molerte a palos.
Yo decía que si hubiera tenido dos niños, probablemente todo habría
sido más fácil. No, tú no eras una sustituta. Nunca me diste la alegría
que ella me dio.
T: Sigue con eso, díselo «TÚ eres ...» [Representar al otro significativo]
C: No
, ,me dabas alegría. No sé. No es eso exactamente. Eres una carga.
T : St, SI.
.. .
C: Eres una carga. Quiero decir niños pequeños. No me gustan mucho los
n1nos pequenos.
T: ¿Puedes mantener la expresión de tu cara? Es como •puaj», ése es el
mensaje «eres una carga». Intenta ser ella realmente. ¿Cómo lo comu-
nicaba? ¿De forma no verbal? [Identificarse con el otro]
C: Adusta. Tensa, tensa. Mandíbula apretada.
T: Mandíbula apretada, ¿verdad? ¿Tensa? Y ahora, ¿cuál es el mensaje?
C: No me gustas.
T: Sí, dilo otra vez.
C: No me gustas. Me gustan más los animales. No me gusta mucho la gente.
No me gustan los líos y tú los hiciste. (silencio)
T: ¿Qué está pasando?
C: Supongo que estoy experimentando eso, ese duro sentimiento enquis-
tado de no .. ., quiero decir, qué lugar más horrible para vivir... No sabía
qué hacer contigo. Me hiciste sentir inadecuada. Quiero decir que, ¿qué
se hace con un bebé? Quiero decir, seguro que yo no quería criarte, es
decir.
T: Sí, repítelo otra vez, porque ahí está el asco. Expresa algo de esto. Pon
un sonido a esto. [Intensificar al otro significativo]
C: ¡Puaj! Uh. No hay manera. Quiero decir la maternidad no es tan buena
como la gente dice. Si tú eres el único producto de mi vida, no me siento
muy satisfecha. Aunque como persona no eras muy mala.
• ·- . -. . . ' ~ ...
•
tiempo. Era bastante mona. Si yo hubiera tenido una niña como yo, la
hubiera cuidado mejor.
T: Ajá. Dilo otra vez. .
C: Si hubiera tenido una niña pequeña como yo, no la hubiera dejado sola
por la noche.
Etapa de expresión
T: Sí, ¿qué hubieras hecho por ella?
C: Pues, hubiera visto que necesitaba tener a alguien allí, y que necesitaba
que le diera un fuerte abrazo cuando saliera, y que necesitaba saber que
ella lo pasaba mal, cuando mamá y papá salían y la dejaban, y yo sabría
que si ella lloraba en la oscuridad, era porque estaba asustada sin
importar si había un motivo.
T: Díselo. Yo tenía miedo cuando lloraba. [Diferenciar sentimientos]
C: Pues sí, lo estaba. No estaba inventando cosas para portarme mal. Veía
sombras y me daban miedo.
T: Dile lo que necesitabas. [Expresar necesidad no satisfecha]
C: Quería que fueras más como mi tía. Ella dejaba la luz encendida en el
vestíbulo y la puerta abierta ... Estaba bien ser una niña pequeña en su
casa. Pero contigo no estaba bien.
T: Sí, dile qué más necesitabas.
C: Necesitaba mucho cariño. [T: Sí] Necesitaba que me quisieras más que
al perro. Necesitaba poder decirte lo que pasaba en el autobús del colegio
cada mañana. Entonces también tenía miedo. Era un largo viaje. [T: Sí]
T: ¿Qué ocurría allí?
C: Pues que los niños que vivían al lado eran realmente odiosos, y era un
viaje largo, eran 20 Km., y yo sólo tenía 6 años.
T: Entonces, ¿qué querías que ella hiciera?
C: No lo sé. Quizá tú también te sentías un poco impotente. Quería que
me comprendieras.
T: Dilo, quería que me comprendieras.
C: Quería que me comprendieras y que no me dijeras siempre que no era
tan malo. (Suspiro profundo}
T: Respira de nuevo ... Me gustaría que cambiases de silla.
C: ¿Puedo quedarme aquí un par de minutos más? [T: Ajá] Me siento tan
bien siendo pequeña. Creo que casi nunca me he sentido pequeña en mi
vida.
T: Vale. Entonces, ¿qué le quieres decir? «Que yo necesitaba sentirme así
de pequeña•. [Equilibrio entre la expresión y la experiencia interior]
C: Sí. Soy una niña encantadora. Está bien ser pequeña cuando eres
pequeña. Yo también te hubiera abrazado. Me hubiera gustado sentar-
EL TRABAJO EN LA SILLA VACÍA Y LOS ASUNTOS NO RESUELTOS 305
C: Desearía que no lo hubieses hecho. Fue una mala idea. Pienso que con
ello levantaste un muro entre nosotras.
T: Vuelve a tu madre. Dile que no fue culpa tuya. [Autorizar]
C: Sí, la culpa es de papá y tuya. No mía. Quiero decir, los niños de dos
años no te piden que dejes de montar a caballo. No fue culpa mía.
T: Pues díselo otra vez.
C: Me hubiera gustado haber montado a caballo contigo, que me hubieses
enseñado también cómo montar. Y montaste un poco en Texas y me
encantó. Es algo que podríamos haber compartido. Porque me gustaban
también los caballos. No fue culpa mía, espero.
T: ¿Qué pasa?, ¿qué dice?
C: Bien, si no hubiera sido por ti no lo hubiera dejado.
T: Todavía tiene importancia para ti. Entonces, ¿qué le respondes?
C: Le digo que papá habría tenido que encontrar alguna otra razón, si el
abuelo no se hubiera hecho daño, y tú no hubieras cedido, incluso si
yo no hubiera nacido. No pienso que fuera mi culpa.
T: Otra vez.
C: No creo que fuera culpa mía. Realmente no lo creo. Sé que no lo fue.
[Autorizar al cliente]
T: Otra vez, «no fue culpa mía»
C: No fue culpa mía. Si alguien tuvo la culpa, fuiste tú por no enfrentarte
a papá y decirle que se fuera a freír espárragos, que tú ibas a montar a
caballo [T: Vale] hasta que tuvieras sesenta y cinco años y algún caballo
te tirara por un puente. Y hubiera sido un camino mejor que el que
escogiste. Eso es absolutamente cierto.
T: Bueno, ahora la rabia sobre cómo murió aparece de nuevo. Dile,
entonces: «Estoy enfadada contigo». [Promover la expresión completa
de una emoción primaria]
C: Lo estoy. Lo estoy. Estoy enfadada contigo. Ésa tiene que ser una de las
maneras más estúpidas de morir que he visto en mi vida.
T: Dile lo enfadada que estás.
C: Pues sí, estoy enfadada, realmente enfadada. Es decir, te emborrachas
hasta matarte y no comes y te consumes cada vez más, y tus huesos se
rompen y, de este modo, te rompes la cadera y la pierna y Dios sabe
qué más. Eras una mujer tan dura que pudiste hacerte a ti misma Jo que
te hiciste y no morir hasta los setenta y dos años. Eres impresionante
en ese sentido. Pero ¿sabes que podrías haber vivido hasta los 90?
T: De modo, que matarse fue como el rechazo final.
C: Oh, Dios, sí.
T: Díselo. «Fue como el último ... » Creo que eso es lo que tú estás diciendo.
EL TRABAJO EN LA SILLA VACÍA Y LOS ASUNTOS NO RESUELTOS 307
C: Sí, tienes razón. Tienes toda la razón. Lo siento aquí, en la boca del
estómago (se toca el estómago). Me ataca directamente a la boca del
'
estomago.
T: Dile a ella cómo te ataca. [Promover la expresión completa de la
emoción primaria]
C: Me sentí tan rechazada, tan poco cuidada.
T: De acuerdo, ¿quieres cambiar? ¿Puedes decirle, hacerle este último
rechazo?
C: No merecía la pena vivir por ti. No valía la pena. Allí estabas con tu
pequeña y agradable familia ordenada y yo iba a visitarte y siempre me
sentía fuera de lugar. Y tu marido iba de un lado a otro abriendo todas
las ventanas, porque no le gustaba que yo fumara, y no, no, no valía la
pena v1vtr por u.
T: Di: «no mereces la pena».
C: No, no merece la pena vivir por ti. No eres lo suficiente para que yo
sienta que vale la pena prolongar mi vida por más tiempo. Ya he tenido
bastante con mi vida.
T: En el presente, «he tenido bastante con mi vida. No quiero vivir por
ti». De algún modo, éste es el mensaje. [Identificarse con el otro]
C: He tenido bastante con mi vida. No quiero vivir por ti. No hay nada
en mi vida por lo que merezca la pena vivir. He terminado con la vida.
Quizá haya algo después de esta vida o quizá no, pero ya está bien. Y a
he tenido más que suficiente. Estoy sola. Aburrida. Al menos beber me
ayudaba a olvidarme por un tiempo y no quiero vivir más.
T: Así pues, ¿qué quieres de ella? [Identificarse con el otro]
C: Y o quiero que dejes de esperar de mí lo que no puedo darte.
T: Díselo otra vez.
C: Quiero que dejes de esperar de mí lo que no puedo darte. No puedo
darte lo que necesitas. Sabía que no podía darte lo que necesitabas y te
lo dije. En cierto modo, creo que incluso te dije que lo sentía. Cuando
te dije que no se me daban bien los niños, estaba intentando decirte que
no te estaba tratando bien.
Etapa de conclusión
T: Dile cómo era. [Apoyar la emergencia de la representación]
C: No creo que estuviera hecha para ser madre. Creo que hubiera sido una
buena ejecutiva. En verdad, no eras, quiero decir, me gustas, excepto
cuando eres una carga, un estorbo para mí. Pero siempre estás tratando
de mejorarme. Pero aparte de eso me gustas bastante. De niña no eras
demasiado mala.
T: Dile: «Lo siento».
"'?'" ....
que a ti te gustara eso de mí. Y antes de que las cosas se volvieran tan
tensas entre nosotras, me gustaban nuestras charlas. Me gustaba hablar
contigo. Y tengo muy buenos recuerdos. Me gustaba ir de vacaciones
contigo. Era divenido. Creo que lo hiciste lo mejor que pudiste. Y estoy
contenta de que ya no estés viva, en lugar de estar donde estabas, porque
era horrible y no podía hacer nada para evitarlo. Era horroroso. Era un
zoo. Vivías en medio de un zoo. No sé cómo reuniste a todos aquellos
personajes a tu alrededor. Era un casa de fieras. Pero nadie te igualaba.
Yo era la única. No sé si papá. Creo que yo era la única. Que era casi
igual. A la que tú te acercaste de alguna manera.
T: ¿Qué más quieres decirle?, ¿puedes decirle adiós, por ahora? [Cerrar el
contacto]
C: No te desapruebo. Lo hice, pero ya no. Pienso que, por alguna razón,
tu vida fue realmente dura para ti.
T: Así pues, ¿poddas decir a algún nivel que puedes aceptar que así es
como era?
C: Sí, puedo. Espero que no estés enfadada conrnigo, allí, en dondequiera
que estés, porque conseguí para ti una moderna urna de bronce, en lugar
de una urna francesa vulgar (riéndo). [Al terapeuta: Creo que lo que
estoy haciendo ahora es volver al momento después de que muriera, sí,
en el que tengo la urna en mis manos, que hice yo sola, y la estoy
poniendo en el nicho junto a mi padre, que nunca había visto antes].
Nunca había visto ese lugar. Yo creía que los mausoleos eran todos
oscuros y tenebrosos. Hacía sol. El bonito mármol. Te puse junto a él
y allí estás en tu moderna urna, al lado de su vulgar urna francesa, y da
la impresión de que encaja, y daba la impresión de que encajaba. Creo
que vi cómo colocaban la lápida, giraban los tornillos y entonces te dije
adiós y lamento que no nos hayamos di venido más juntas como mujeres
adultas. Eso es una pérdida para mí y pienso que fue, probablemente,
una pérdida para ti también.
T: ¿Puedes decirle adiós a tu madre?
C: Espero que estés en algún lugar donde las cosas sean más fáciles o quizá
empezaste de nuevo y lo hagas mejor la próxima vez, como quiera que
sea. Te abrazo. Y por mí, siento que te hayas ido. Mi imagen es la de
(se rodea con sus brazos) poner mi mejilla contra la suya y abrazarla e
irme.
T: Ahora, vuelve a ti misma y siéntete tú.
C: Me ha venido muy bien este pañuelo.
T: Bien, ¿tienes ya la sensación de haber regresado aquí?
C: No mucho.
T: Te llevará algún tiempo, ¿qué te parece si paramos ahora?, ¿estás ... ?
r-··
310 LAS TAREAS DEL TRATAMIENTO
C: ¿Entera?
T: Sí, s61o siéntate un rato y asimílalo hasta que seas capaz de empezar el
proceso de salir al mundo. [Empezar a fomentar la creaci6n de una
perspectiva de significado]
CONCLUSIÓN
bable que sea productivo e incluso puede ser perjudicial o amenazante para
el cliente.
mental que los terapeutas estén alerta a la hora de reconocer estos indica-
dores en cualquier momento que surjan.
En indicadores de vulnerabilidad como los ya descritos, lo que hay que
cambiar es la expectativa de que los demás piensen que esos sentimientos
dolorosos son totalmente inaceptables. Para muchas personas, las emociones
negativas intensas están más allá de los límites de la normalidad y su
expectativa es que, si se reconocen y expresan totalmente estas emociones o
aspectos negativos del sí mismo, serán totalmente inaceptables y quizás
asusten a los demás. Por ejemplo, el sentimiento de intensa desesperación
puede llevar consigo la expectativa de estar «más allá del perdón» o la rabia
intensa puede ser considerada como «aterradora y peligrosa•. La experiencia
consiste a menudo en sentir que uno es fundamental o irremediablemente
«defectuoso• o «imperfecto• y posee lo que Goffman (1959) llama un sentido
de «estigma•. Por lo tanto, acceder a tales esquemas implica no sólo acceder
al propio miedo o repulsión de estas emociones, sino también la expectativa
de que estas emociones negativas extremas sean vistas por los otros, inclu-
yendo al terapeuta, como vergonzosas, anormales o incluso aterradoras.
En otros momentos de una terapia con éxitos estos sentimientos
vulnerables de vergüenza, intensa rabia o desesperación se convertirán en
el foco exploratorio explícito de la terapia, incluyendo el reexamen de la
fuente y la naturaleza de estas emociones, lo cual producirá la reestructura-
ción de algunos esquemas emocionales relevantes. Sin embargo, en el
acontecimiento presente, la exploración de la emoción y de sus fuentes no
constituye un foco primordial. A lo que hay que dirigirse es a la intensa
vulnerabilidad de la persona respecto a esos sentimientos. El primer paso
esencial en un indicador de vulnerabilidad es que el cliente experimente la
afirmación empática y la aceptación del terapeuta. Esto sucede cuando el
cliente entra en Íntimo contacto con los aspectos profundamente temidos
de su experiencia y se siente simultáneamente aceptado y apreciado de
forma total como persona valiosa. Las emociones intensas, que previamente
se sentían como algo más allá de los límites de la normalidad, se reconocen
y aceptan totalmente como una experiencia humana compartida dentro del
conjunto de emociones humanas comprensibles. Esto rompe el sentimiento
de aislamiento personal y existencial. También puede aliviar la sensación
de autorrechazo o fragmentación y restaurar la confianza de los clientes en
su propio potencial como personas valiosas.
El modo de implicación del cliente en estos acontecimientos consiste
en expresar sus sentimientos actuales de intensa vulnerabilidad, mientras
establecen un contacto interpersonal con el terapeuta. A medida que el
cliente se va introduciendo con mayor profundidad en la experiencia
temida, puede haber búsqueda vivencia!, pero el foco está centrado en
..
314 LASTAREASDELTRATAMIENTO
l. El indicador
El cliente experimenta un intenso sentimiento relacionado con el sí mismo y
claramente está trastornado por él.
2a. El sentimiento se hace más profundo en respuesta a la afirmaci6n empática
del terapeuta.
2b. La afirmación empática va seguida de alguna reducción de la ansiedad.
3a. Creciente expresión intensa de experiencia negativa relacionada con el sí
mismo.
3b. A medida que se reduce la ansiedad, hay alguna indicación de que el cliente
está preparado para pasar a la exploración.
4a. El cliente parece tocar fondo. Experimenta la emoción temida o el aspecto
doloroso del sí mismo en toda su intensidad. Parece expresar el aspecto más
temido o doloroso de la experiencia.
5a. Empieza a sentirse más calmado. Y a no está fragmentado. Aparece un sentido
de ser el agente activo del sl mismo y de las propias posibilidades (•Soy
aceptable como soy»).
T: ¿Es esto lo que quieres decir? ¿Podría alguien estar contigo en... en ... el
miedo ... o en la soledad así?
C: (Llora, pausa)
T: Te llega muy adentro.
C: (Larga pausa) No sé c6mo sería si hubiera alguien a mi lado con quien
pudiera sentirme... como si realmente tuviera alguien en quien apoyar-
me, en cierto sentido. No sé si me haría sentir mejor o no, pero estaba
tratando de pensar «bien, esto es algo que tienes que dejar crecer dentro
de ti» ... tienes que soportarlo ... incluso el hecho de pensarlo. Pasarán dos
semanas antes de que lo sepan. ¿Me ayudaría el tener a alguien a mi
lado ... o esto es algo en donde tienes que ... estar intensamente sola?
Bueno... me sentí así esta semana... tan horriblemente, horriblemente ...
sola.
T: Sintiéndote como si estuvieras terriblemente sola ... en el Universo,
casi... y si [C: Ajá] ...si ... si alguien pudiera ayudar... si te ayudaría tener
a alguien en quien apoyarte... no sabes.
C: (Larga pausa) Creo que básicamente... habría una parte que tendría que
hacer sola... quiero decir no se puede implicar a otros en ciertos
sentimientos... y, sin embargo ... sería una especie de consuelo, creo ...
no estar sola.
T: Probablemente sería agradable compartir con alguien ... tus sentimien-
tos de soledad... y miedo.
C: (Pausa) Si creo que lo acabo de hacer. (Pausa)
T: Quizá es lo que estás sintiendo en este momento.
C: (Larga pausa) Creo que es un consuelo (larga pausa) y creo que el
sentimiento que tengo ahora es ... bien ... probablemente estoy mirando
la parte más negra. Y quizá no haga falta. Me puede llevar tiempo
tranquilizarme. Y después no tendrá importancia. [T: Ajá]... Aunque
es algo (ríe) que no olvidaré, estoy segura. [T: Ajá, ajá] ... la experiencia.
[T: Ajá] (pausa) Pero me ha resultado difícil ser optimista. Normalmen-
te puedo ver la parte buena de las cosas. Esto me ha conmovido, creo.
T: Creo que te sientes como si ... hubieras vivido con las posibilidades más
negras, aunque los hechos resulten ser de otro modo. [C: Ajá] Pero ha
sido duro.
la paciente lo reciba con claridad. Ella tiene todavía miedo, pero puede
afrontarlo. Ya no está sola.
A veces, en este tipo de acontecimientos, existe la sensación de que el
cliente ha expresado completamente el aspecto o la emoción temida, pero
no se produce ningún movimiento hacia adelante durante la sesión. En esos
momentos, el terapeuta puede expresar un sentido auténtico de respeto por
el cliente que ha tenido el valor de compartir plenamente su difícil expe-
riencia. El paso hacia adelante puede que no se dé hasta la sesión siguiente,
pero una vez más el terapeuta participa del nuevo sentido de posibilidad del
cliente, sin imponerlo.
La experiencia de que se escuchen empáticamente los sentimientos
aparentemente inaceptables y perturbadores y de sentirse valorado y con-
firmado por el terapeuta puede ser una experiencia de cambio muy impor-
tante que implica una mayor autoaceptación e integración dentro del sí
mismo de la experiencia previamente desposeída, lo cual lleva a un sentido
del sí mismo cambiado y fortalecido.
.'
CUARTA PARTE
CONCLUSIÓN
/
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CAPÍTULO XIV
326 CONCLUSIÓN
328 CONCLUSIÓN
Terapia inicial
Al principio del tratamiento, la postura general en un enfoque procesual
y vivencia! es la de un •contacto antes de un contrato» (Gendlin y Beebe,
1968). En otras palabras, en la primera sesi6n las tareas más importantes
están dirigidas a que el terapeuta conecte con la experiencia del cliente para
formar un vínculo emocional con éste y empezar a ayndarlo a explorar sus
problemas. De este modo, son prioritarias las tareas de relaci6n de establecer
una armonía empática, un vínculo terapéutico y colaboraci6n en las tareas.
La informaci6n acerca de la situaci6n del cliente, los problemas que presenta
y los síntomas surgen generalmente a partir de la exploración empática. Si
APLICACIÓN DEL ENFOQUE PROCESUAL Y VIVENCIAL 329
jo, preguntas abiertas y sugerencias acerca del proceso. Sin embargo, las
respuestas preferidas ofrecen una amplia gama de opciones en forma de
intervenciones básicas y de tareas; esto hace posible que el terapeuta adapte
lo que hace a la variada gama de clientes.
Por ejemplo, la investigación en las terapias humanísticas y vivenciales
sugiere que los recursos internos, el estilo de procesamiento del cliente y el
estilo interpersonal que éstos traen al tratamiento, constituyen la más
importante predicción de cuál será el resultado. En algunos casos, éstos
interaccionan de un modo diferente con las diversas formas de terapia
vivencia! (Beutler y otros, 1991; Greenberg, Elliott, y Lietaer, en imprenta).
La investigación y la observación clínica sugieren que hay al menos tres
dimensiones globales de variación del cliente, que pueden afectar la respuesta
de éste al tratamiento vivencia!: el foco interno versus externo del cliente, el
grado de independencia interpersonal y el grado de malestar. Los pacientes
internos prefieren una directividad menor y los clientes más dependientes
prefieren una estructura. Aunque nosotros enfatizamos las intervenciones
diferenciales para estados momentáneos diferentes, estas características más
globales también tienen que tenerse en cuenta. Hay que dirigirse a estos
estilos variando el grado de directividad del proceso, de los modos de
implicación del cliente y el grado de la estimulación del afecto y la evocación.
Según nuestro punto de vista, es importante señalar, sin embargo, que
las diferencias individuales del cliente no pueden ser consideradas como
constantes, ni como trazos inmutables de la personalidad; por el contrario,
el mismo cliente puede cambiar de una sesión a otra, e incluso de un
momento a otro dentro de la sesión. En otras palabras, el terapeuta no
«etiqueta» al cliente en esas dimensiones, ni espera que le responda de la
misma manera o que necesite siempre el mismo tipo de intervención. En
algunos momentos, incluso el cliente más orientado al exterior, por ejem-
plo, puede volverse hacia su interior e implicarse en una dolorosa búsqueda
vivencia!. Quizá, la mejor manera de imaginar estas dimensiones sea conci-
biéndolas como marcadores útiles de lo que es necesario inicialmente con
los distintos tipos de clientes; es decir, con frecuencia es importante «Conec-
tar» con los clientes al inicio del tratamiento de tal modo que se comple-
menten sus puntos fuertes y sus predisposiciones, antes de empezar a
fomentar sutilmente modos de implicación alternativos.
Si se tuviera que dar una sola característica del peso relativo de los '
¡'
332 CONCLUSIÓN
este modo, los clientes que se sienten confusos y preocupados por sus
reacciones inexplicables producirán indicadores de sus reacciones proble-
máticas. Otros, preocupados por conflictos o asuntos inacabados, se cen-
trarán en éstos. Además, el terapeuta, al observar cómo se implica el cliente
en las diferentes tareas, puede centrarse selectivamente en indicadores de un
problema particular. Por ejemplo, si el enfoque ha resultado particularmen-
te útil, esta tarea se podría usar regularmente cada vez que el cliente
experimentara un sentimiento poco claro, o si los clientes interrumpieran·
repetidamente la expresión de su experiencia, se podría centrar el foco en
el proceso autointerruptor cuando surgiera.
DIFICULTADES Y DILEMAS
Crisis /
Los distintos tipos de crisis se tratan con flexibilidad y respeto hacia las
necesidades del cliente, incluso si ello significa desviarse del enfoque viven-
cia! y procesual de centrarse en la experiencia interna. Por ejemplo, si el
cliente tiene tendencias suicidas, el terapeuta tiene que explorar esta expe-
riencia, pero dando los pasos adecuados, como aconsejar al cliente que
busque apoyos externos y pidiéndole que haga un contrato con el terapeuta
para que contacten con él si sienten que van a hacerse daño.
Rupturas de Ja alianza
Las interrupciones más importantes, producidas cuando el terapeuta y
el cliente sienten que el tratamiento no resulta útil, o cuando el cliente no
se siente a gusto o no respeta al terapeuta, se ven como interrupciones de
la alianza terapéutica y se tratan dentro del marco procesual y vivencia!. Es
decir, el terapeuta anima al cliente a que describa el problema y, luego,
propone una exploración mutua de la situación, incluyendo un examen
honesto y que el terapeuta revele su propio rol o responsabilidad con
respecto al problema.
334 CONCLUSIÓN
es esencial que los terapeutas vean al menos dos casos de prácticas para que
puedan empezar a ser capaces de practicar este estilo de tratamiento. A
veces, puede que sea necesario que los terapeutas vean algún caso más para
que se considere que están formados adecuadamente.
336 CONCLUSIÓN
Sesión 1
En la primera sesión, el terapeuta se concentró fundamentalmente en
entrar en el marco de referencia de la cliente (armonía empática), en
establecer una relación empática auténtica y de apoyo y en ayudar a la
cliente a empezar el proceso de autoexploración. Sharon admitió que se
sentía nerviosa de que el tratamiento no fuera a funcionar y, en realidad, se
sentía peor de lo que había estado durante la exploración porque acababa
de dejar de salir con un hombre al que había estado viendo durante algunos
meses. Su relación giraba en torno al beber juntos y le preocupaba que ello
significara que podría volverse alcohólica como su padre. Entonces comen-
zó a explorar una serie de conflictos relacionados (a los que volvía una y
otra vez durante el tratamiento): su sentido de imposibilidad frente a su
deseo de lograr cosas en la vida; sus sentimientos de odio frente a la lealtad
hacia sus padres; sus obligaciones frente a su deseo de estar libre de respon-
sabilidades; y los deseos contradictorios de estar con un hombre frente al
querer ser ella misma.
Luego exploró su sentimiento de ser un fracaso y de que algo no
funcionaba bien en ella. Admitió que ya había acudido a terapia, aunque
sin éxito, y que por dicho motivo temía que este tratamiento también fuera
a fracasar. Dijo que tenía miedo de que sus problemas fueran demasiado
grandes para un tratamiento tan breve como éste. Al final de la sesión, el
terapeuta reveló la ilusión que le hacía trabajar con ella; Sharon añadió que
se sentía un poco mejor que al principio. En los impresos de después de la
sesión, calificó al terapeuta como muy cálido y digno de confianza y dijo
que haberse sentido comprendida era lo que más le había impactado. En la
escala abierta de los aspectos Útiles de la terapia (AUT) escribió que la parte
más útil de la sesión había sido •poder confrontar los sentimientos acerca
de mí misma que normalmente no dejo surgir o ignoro».
Sesión 2
Sharon comenzó la sesión siguiente diciendo nerviosamente que se
sentía mejor y que temía no tener nada de qué hablar. Después de respon-
derle empáticamente, el terapeuta propuso que usaran el enfoque para
ayudarla a encontrar el foco terapéutico. Al avanzar a lo largo de los pasos
del enfoque, Sharon fue capaz de etiquetar un sentimiento interno de
soledad, pesadez y su ansia de tener un hombre como la tarea que quería
realizar. A medida que comenzó a explorar dichos sentimientos, llegó
rápidamente a sentimientos no resueltos de deseo y resentimiento hacia su
ex marido, Jerry, y empezó a llorar. El terapeuta reconoció esto como un
indicador de asuntos inacabados y le pidió que se imaginara que estaba
hablando con Jerry en la silla vacía. Al hacerlo, Sharon empezó a experi-
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Sesión 3
Al principio de la sesión, el terapeuta hizo referencia a la confusión
con la que había terminado la sesión anterior, dándole la oportunidad de
seguir con ella o de trabajar con algo nuevo (principio de crecimiento/elec-
ción). Ella ofreció una autocomprensión intelectual de su dificultad a la
hora de desprenderse emocionalmente de Jerry. El terapeuta le pidió que
evaluara esta comprensión usando los pasos de «comprobación» del enfo-
que. La cliente y el terapeuta llevaron a cabo una serie de pasos en el
enfoque, simbolizando finalmente la dificultad ca& respecto a Jerry en
términos de una escisión de conflicto: espíritu de aventura frente al
quererse sentir segura. A petición del terapeuta, la cliente empezó un
diálogo de las dos sillas. Sin embargo, la parte aventurera cedió terreno
rápidamente y se produjo una exploración empática de cómo la parte
aventurera necesitaba otra persona que la animase. Al volver al diálogo de
las dos sillas, el conflicto pasó a ser una lucha entre la parte aventurera y
la demanda interna crítica de perfección («Quiero que todo vaya bien - o
nada•). Esto llevó a un estadio de confusión y agotamiento, en el que la
sesión terminó. Sin embargo, Sharon le dijo al terapeuta que ahora veía el
problema con mayor claridad y en el AUT escribió que aquello «me hizo
darme cuenta de que realmente quiero cambiar, y de que la parte de mí
que no quiere [cambiar] no es muy fuerte».
Sesión 4
Desde el punto de vista del terapeuta, a esta sesión le faltó un foco
central. Al principio de la sesión, la cliente informó sentirse molesta por
haber visto a Jerry en el coche con su nueva mujer. El terapeuta ayudó a
r·
338 CONCLUSIÓN
Sesión 5
La siguiente sesi6n se centr6 en una sola tarea y un conjunto de temas y
la terapia entró en su fase de «trabajo» más importante. Al principio de la
sesi6n, Sharon present6 una RP de estar confundida por su costumbre de
pasar con el coche de un modo compulsivo por la casa de Jerry. A medida
que la cliente y el terapeuta desplegaban un incidente en particular, ella
lograba comprender una secuencia de acontecimientos en los que primero
se sentía cansada y sola, luego quería que la detuvieran, después pensaba en
Jerry y, de pronto, decidía conducir hasta su casa y ver si veía algún signo
de esperanza. La exploración de Sharon luego se ampli6 a la consideraci6n
de su sentimiento de no estar completa o ser real sin un hombre. Esto
condujo a una exploraci6n de las relaciones anteriores con hombres, espe-
cialmente su uso del sexo para sentirse completa y su sentimiento de que «me
pasa algo y por eso me siento así». En el AUT escribi6: «Cuanto más hablo
con mi terapeuta, más me meto en mis pensamientos. De este modo están
surgiendo mis problemas reales y no mis problemas superficiales.»
Sesión 6
La cliente y el terapeuta acordaron que esta sesión era el punto decisivo
del tratamiento. Sharon comenz6 informando que había dejado de conducir
a casa de Jerry, pero que le quedaba la sensaci6n de que «algo no había
acabado» con él. El terapeuta la hizo empezar a hablar desde la parte de sí
misma que todavía quería que J erry volviera y le pidi6 que se imaginara a
Jerry en la silla vacía y le hablara. Durante el resto de la sesión, Sharon
alternativamente habló con Jerry y narró y exploró su relaci6n con Jerry,
incluyendo algunos episodios angustiosos de violencia física. Expresó su
dolor con llanto abundante y rabia, amargura y confusi6n por su marcha.
Mientras tanto, el terapeuta animaba a la exploración de modo general y al
APLICACIÓN DEL ENFOQUE PROCESUAL Y VIVENCIAL 339
Sesión 7
Sharon llegó a la sesión siguiente diciendo que ahora sentía que había
terminado con Jerry y veía que Jerry tenía principalmente la culpa del
divorcio; por lo tanto, dijo, se sentía menos desesperada por encontrar a
otro hombre. El terapeuta le respondió empáticamente y exploraron
brevemente su sentido de alivio.
Luego dijo que no sabía qué más hacer en la terapia. El terapeuta tomó
esto como un sentimiento experimentado con poca claridad y le sugirió el
paso inicial del enfoque de «clarificar un espacio» para ayudarle a seleccio-
nar un tema en el que trabajar. Como resultado, Sharon identificó su
confusión por su «vagancia» general como tarea en la que trabajar. Cuando
el terapeuta sugirió que describiera un ejemplo particular, ella lo identificó
como no ir al gimnasio. La cliente y el terapeuta procedieron a desplegar
esta RP, alcanzando el puente de significado de su comprensión del
incidente en particular. Sin embargo, Sharon señaló que todavía se sentía
confusa acerca de otras situaciones en las que se sentía perezosa, de modo
que ella y el terapeuta procedieron a desplegar un «domingo perezoso» en
el que no hizo nada en todo el día. También llegaron en esta ocasión a un
puente de significado para esta RP, en el que se dio cuenta de que a ella
sencillamente le gustaba «ser vaga» y no tener que hacer nada a nadie. U na
vez que sintió que este proceso operaba en dos contextos diferentes,
procedió a explorar su bienestar al sentirse su propio jefe y las veces en las
que se sentía libre de responsabilidades. Como las sesiones del tratamiento
generalmente duraban 90 min., hubo tiempo para hacer algo de trabajo en
las dos sillas cuando unos minutos después surgió una escisión entre una
parte activa «haz algo» y una parte •perezosa». El momento clave de la
sesión se produjo cuando Sharon de repente reconoció la «crítica» como
su madre:
_, ' > ' ' ' ' • "''ft ••r••"'"'""~"··~-,-,....,,r
340 CONCLUSIÓN
Sesión 8
Al principio de la sesi6n, Sharon anunci6 que Tom, un amigo casado,
se estaba quedando en su casa y que sus compañeras de trabajo encontraban
que eso no estaba bien. Quería trabajar en el hecho de que se sintiera molesta
por su desaprobaci6n. Escribi6: •Cuando las chicas con las que trabajo
atacan verbalmente mis puntos de vista sexuales, me enfado con ellas. Con
. .
la terapia de las dos sillas, descubrí que parte de mi enfado no es contra ellas,
.
sino contra mi misma.»
De este modo, la escisi6n de atribuci6n inicial se volvi6 un conflicto
entre un sí mismo acatador de normas y un sí mismo rebelde y promiscuo
sexualmente. Aunque este conflicto no se resolvi6 en la sesi6n, sí se aclar6.
Sesión 9
En la sesi6n siguiente, Sharon sigui6 explorando su conducta sexual y
empezó a fijarse en la relaci6n con su padre. Empez6 la sesi6n presentando
asuntos inacabados con su padre; sin embargo, cuando el terapeuta le pidi6
que se lo imaginara en la silla vacía, no quiso hacerlo, describiéndolo más
tarde como un suceso difícil: •Cuando mi terapeuta intent6 que hiciera el
[trabajo Jde la silla, poniendo a mi padre en una de ellas, me quedé helada
y no pude soportar la idea de hablar con mi padre.•
En su lugar, hizo una narraci6n de su relaci6n con su padre, describien-
do su alcoholismo y su ausencia emocional, pero particularmente sus
comentarios sexuales despreciativos sobre Sharon, su madre y las mujeres
en general. Al responder el terapeuta empáticamente, Sharon explor6 a
continuaci6n sus ligues y su conducta sexual, incluyendo su conciencia de
lo mucho que buscaba la atenci6n de los hombres y su aprobaci6n a través
del sexo. Al final de la sesi6n, Sharon reflexion6 sobre la importancia de la
conexi6n entre su relaci6n con su padre y su actitud general con los
hombres. La cliente y el terapeuta acordaron trabajar más en el tema y el
terapeuta sugiri6 la utilidad potencial del trabajo de la silla para dicho tema.
Sesión 10
Ya que Sharon estaba muy nerviosa por tener que explorar sus senti-
mientos acerca de su padre, ella y el terapeuta exploraron brevemente si
estaba dispuesta a hacerlo o no, y ella decidi6 que sí lo estaba. El terapeuta
Ja ayud6 a introducirse con facilidad en la exploraci6n pidiéndole que se
• •. , .. ,.,.,.,,,.."'""""e --··•·• '~·•· ••• ,.,
imaginara y que describiera una interacci6n reci~nte con él. Como todavía
no podía expresar sus sentimientos no resueltos directamente a su padre en
la silla vacía, Sharon dijo al principio al terapeuta lo que sentía y quería de
su padre, y el terapeuta se lo dijo al padre en su lugar. Luego, una vez que
ella diferenci6 los aspectos «buenos» y «malos» de su padre, Sharon pudo
expresar su dolor y rabia directamente a cada una de esas partes de su padre.
Al final de la sesi6n, Sharon estaba luchando con un conflicto entre su deseo
de ayudar a su padre y su deseo de evitarlo completamente, pero parecía
estar menos enfadada con él. En tono de sorpresa, indic6: «Con toda
seguridad lo mantuve escondido»; dijo que ahora se daba cuenta de que
trataba de obtener de los otros hombres lo que no había podido obtener de
su padre.
Sesión 11
Sharon empez6 diciendo que sentía que sus problemas con su padre se
habían resuelto totalmente en la sesi6n anterior; dijo que el hecho de que
el terapeuta no tomara partido entre ella y su padre había sido muy útil.
Mientras el terapeuta respondía empáticamente, Sharon explor6 lo difícil
que le había resultado estar en medio de conflictos entre sus dos hermanas
sobre c6mo deberían de tratar a su padre. A continuaci6n dijo que senda
que los temas principales se habían resuelto y que ahora quería trabajar en
«ajustar» problemas relativamente pequeños que temía que pudieran crecer
(por ejemplo, su malestar ante la costumbre de beber de su novio). Ella y
el terapeuta exploraron el conflicto acerca de si' era correcto trabajar en
., pequeños para satisfacerla, el terapeuta ofreci6 apoyo al final de la
temas
ses1on.
Sesión 12
Sharon lleg6 a la sesi6n siguiente muy «burbujeante», sin estar segura
de querer estar allí; dijo que prefería estar en casa con Tom, el amigo con
el que había desarrollado una relaci6n íntima romántica. El terapeuta la
escuch6 empáticamente y explor6 para busc;ar los temas que quedaban, pero
estaba claro que Sharon estaba simplemente disfrutando de la experiencia
de sentirse bien. El terapeuta afirm6 empáticamente sus buenos sentimien-
tos, y luego ella explor6 esta relaci6n comparándola con relaciones anterio-
res menos reconfortantes. La sesi6n sigui6 en un tono menos formal que
las sesiones anteriores, en la que la cliente y el terapeuta trataron temas
académicos. Al final, el terapeuta revel6 su satisfacci6n por su felicidad. En
el A UT Sharon escribi6: «Simplemente le hablé al terapeuta, como a un
"amigo". Quería que supiera lo feliz que me sentía.»
342 CONCLUSIÓN
Sesión 13
Sharon anunció que quería trabajar con su problema de dejadez, en
especial con sus deberes estudiantiles. El terapeuta la ayudó a explorar
incidentes particulares en los que había pospuesto su trabajo. Esto les llevó
a una expresión más clara de la escisión de conflicto subyacente entre el
«reprendedor» critico paternal y el «reprendido» experimentado. El diálogo
de las dos sillas la llevó a un sentimiento de insatisfacción con la carrera que
estaba estudiando y a una exploración de los planes laborales. Aunque estos
temas no se resolvieron en la sesión, Sharon escribió: «En el proceso de
señalar mis motivos para no estudiar me di cuenta de que la solución no
está simplemente en estudiar. Me hizo comprender lo mucho que significa
para mí ser feliz en mi vida y en mi trabajo.»
Sesión 14
Ésta resultó ser la última sesión de la terapia. Sharon comenzó diciendo
que ya no tenía nada en lo que trabajar y que se sentía bien. La cliente y el
terapeuta exploraron su sentimiento de querer terminar con la terapia por
ahora, así como su sentimiento de que la dejadez no iba a cambiar y no
constituía un problema real para ella. El terapeuta la guió a continuación a
través de una exploración antes-ahora, intervención que se usa para ayudar
a los clientes a apreciar el cambio y la evolución en sus vidas. Es decir, la
cliente y el terapeuta exploraron alternativamente cómo se sentía ella ahora
frente a cómo se había sentido antes en la terapia y la diferencia emocional
entre los dos estadios. Por ejemplo, ya no se sentÍa «estrujada» por sus
responsabilidades.
El terapeuta le ofreció entonces varias opciones para llevar a cabo el
resto del tratamiento, y Sharon decidió que estaba preparada para terminar
el tratamiento dos sesiones antes. El terapeuta le preguntó cómo se sentía
acerca de terminar la terapia, y respondió que, comparándolo con el
tratamiento anterior, ella sentÍa que el terapeuta la había entendido, no
había tenido que hacer nada para agradarle, y que había sido un éxito porque
ahora se sentÍa cambiada en su interior. El terapeuta le comunicó su alegría
por lo bien que lo había hecho y terminó la terapia.
• Las sesiones en las que tuve que enfrentarme a mis sentimientos acerca
de mi padre y no pude esconderlos como había hecho hasta entonces.
• Las sesiones en las que recordé a mi madre.
• La actitud no crítica del terapeuta.
• Las reflexiones sobre mis palabras y sentimientos, que me ayudaron
a pensar a partir de mis afirmaciones.
• Un sentimiento de contacto pr6ximo con mi terapeuta, que me hacía
sentir que realmente estaba preocupado por mí.
Comentario
El caso de Sharon ilustra varias dificultades y puntos fuertes corrientes
en el enfoque vivencia! y procesual. Un principio del enfoque es el de
facilitar la realizaci6n de la tarea. Sin embargo, en este tratamiento, cuando
surge un nuevo indicador, el terapeuta y el cliente cambian de tarea, en
algunas ocasiones, dejando las anteriores sin resolver. Esto, pues, deja una
gran parte de la resoluci6n de tareas en manos del cliente. Alcanzar el
equilibrio justo entre la realizaci6n de tareas y el seguimiento de los
indicadores que surgen es un tema difícil para los terapeutas procesuales y
vivenciales. Este caso, sin embargo, ilustra la combinaci6n creativa y el
entretejido de intervenciones de tareas diferentes, en las que el enfoque
normalmente abre paso al despliegue evocador o al diálogo de las dos sillas.
La naturaleza del proceso de tratamiento está siempre presente en todas las
sesiones en las que el foco se centra en lo que le surge al cliente, en vez de
que el terapeuta imponga un foco en el tratamiento.
344 CONCLUSIÓN
Sesión 1
No grabamos su primera sesión, pero se compuso de una reunión de
presentación, en la que la cliente exploró su entrada en la terapia y se negoció
una terapia de tarifa reducida que podría ser usada para la investigación.
Esta sesión implicó la creación de un vínculo terapéutico por medio de las
respuestas empáticas del terapeuta a las preocupaciones que presentaba la
cliente, entre las que se incluía: su incapacidad para escribir y sus sentimien-
tos de ser extremadamente autocrítica y, por tanto, incapaz de actuar. Había
escrito un libro que había sido publicado recientemente y había recibido
muy buenas críticas, pero se sentía incapaz después de escribir y pensaba
que le había llegado el momento de echar cuentas. O escribía o dejaba el
libro. Después de haber entrado en contacto empático con su sentido de
angustia y con sus dificultades, acordaron implicarse en un tratamiento
breve de al menos 12 semanas.
Sesión 2
Al principio de la segunda sesión, Margaret dijo que ella se sentÍa
positiva por una vez en su vida. Siguió diciendo que durante la semana se
había dado cuenta de que no solamente estaba bloqueada al escribir y que
para ella era un verdadero esfuerzo sentarse en la mesa a hacerlo. Después
de explorar empáticamente su miedo a tener que hacer cualquier cosa
(como: responder la correspondencia o contestar a los mensajes telefóni-
cos), expresó su confusión por su incapacidad en contestar a una carta de
una amiga Íntima. El terapeuta reconoció que se trataba de una reacción
problemática, reflejó su sentido de confusión y usó a continuación de una
manera sistemática las respuestas evocadoras para desplegar la reacción
problemática. Una vez que se hizo vívida la imagen de ella sentada a la mesa
para responder la carta, se dio cuenta de su necesidad de protegerse frente
a la desilusión que podría provocar en los demás.
Después de ampliar esto a una exploración del miedo al fracaso, Marga-
ret conectó su miedo a desilusionar a los demás con su familia, diciendo que
su hermana y su p:idre eran muy autocríticos y habían puesto muchas
esperanzas en ella. Esta era una nueva visión parcial de ella misma. Luego
siguió refiriéndose a su infancia, explicó que un año después de que muriera
su madre, su padre se había vuelto a casar. Ella no se sintió querida por su
madrastra y para poder enfrentarse a ello empezó a censurarse a sí misma.
Dejó de pedir y se encerró en sí misma, en vez de sentir el dolor de no ser
querida y rechazada. El terapeuta respondió de modo empático sustentán-
dola en su profundo sentimiento de vulnerabilidad y abandono y terminó
la sesión. Aunque presentaba tanto una escisión autoevaluadora como un
asunto inacabado dentro de la reacción problemática, el terapeuta eligió no
'"' ...• . .. ,. " . .. ,.... . "' ..,. ... -~ ..,.,."""""""
... ,. ..,
Sesión 3
Margaret comenzó diciendo que lo que había sacado de la sesión anterior
era una fuene imagen de que lo que la bloqueaba en ese momento, su
autocensura y el encerrarse en sí misma, había sido inicialmente una
estrategia de supervivencia muy positiva. Ahora, sin embargo, actuaba en
contra de ella y no a su favor. Describió cómo siendo una preadolescente
decidió casi de una manera literal dejar de hablar. Se había metido en una
campaña de resistencia voluntaria como modo de protestar contra el
abandono de su padre respecto a ella. El terapeuta, tras reflejar lo doloroso
que debía haber sido, le pidió que entablara un diálogo con su padre. Ella
se implicó rápidamente en un diálogo con su padre en una silla vacía y se
transformó en una niña de 12 años que expresaba su necesidad de él y su
oposición. Entonces expresó su sentido de abandono y de falta de valía
cuando su padre le dio la espalda. Al representar a su padre en la silla vacía,
se identificó con su sentido de que había defraudadoa la gente, que era un
gafe para todos aquellos cercanos a él, así pues, no le podía dar nada a ella
y no quería que ella le necesitara. En ese momento, lloró amargamente y
expresó su deseo insatisfecho, diciendo que lo que ella necesitaba no era algo
inaceptable o repulsivo tal y como él le había hecho sentir. Sólo necesitaba
que la quisiera. Esto representaba un movimiento definitivo hacia la reso-
lución de su asunto inacabado con su padre, ya que se sentía más autorizada
a tener las necesidades y veía a su padre desde una nueva perspectiva.
Sesión 4
Esta sesión se centró en su incapacidad para escribir. Margaret dijo que
no le imponaba hablar del pasado, como lo había hecho la semana anterior,
pero que le resultaba difícil dejar que el terapeuta supiera cuáles eran las
dificultades que tenía en su vida presente. La cliente dijo que se sentía como
una estúpida por el problema que tenía, pero el terapeuta le respondió con
autenticidad diciéndole que no la veía como una estúpida y la animó a
explorar la experiencia de sentirse estúpida. Entonces la cliente se volvió a
referir a la inaceptable pane necesitada de ella, de la que había hablado en
346 CONCLUSIÓN
Sesión 5
Margaret comenzó diciendo que había logrado pasar la semana ocupada
para evitar su vida interior. La primera mitad de la sesión incluyó la
exploración empática del significado de vivir una vida más ocupada y
superficial frente a una vida más profunda y creativa. Presentó entonces
una escisión entre una voz que le decía: «trabaja con empeño» y otra parte
que quería no hacer nada de particular, visitar, hablar, leer historias y tejer.
Se metió en un diálogo de las dos sillas en el que se transformó en un crítico
muy severo que le decía que ella le había decepcionado. En este diálogo di¡o
que se despreciaba por no haber cumplido su promesa y porque se había
destruido según los otros. Respondió desde la silla del sí mismo diciendo
que quería escapar y no enfrentarse más a esas personas. Se sentía desespe·
rada y sola. Comentó que en esta silla se sentía heroica y trágicamente sola
y abandonada. Al entrar en su desesperación, salió de allí diciendo que
necesitaba que las voces críticas le dijeran que no había fracasado y que ,.
ji
reconocieran lo valiente que había sido al aceptar los retos que había
aceptado. Terminó con un conflicto entre una parte que decía: «nunca darás
la talla» y otra parte que decía: «al verme juzgada me paralizo» y «quiero
que dejes de desaprobarme y que me quieras o, al menos, seas neutral». Esto
representó un primer paso en el enfrentamiento con el crítico.
' ' .
Sesión 6
Esta sesi6n consisti6 en una combinaci6n de respuestas empáticas a la
lucha de la cliente contra el sentirse inadecuada y más trabajo sobre la
escisión entre su crítico y el sí mismo. Este diálogo se centró en las
demandas y expectativas a realizar y sus sentimientos de desamparo y
fatalidad inminente. El crítico fue excesivamente duro y perfeccionista:
•Quiero que seas perfecta», mientras que la pane desesperada decía:
«Necesito huir. Tengo que encontrar un hueco oscuro en el que esconder-
me». La sesión, que fue muy dolorosa para la cliente, terminó con una
discusión de cómo el aspecto critico estaba minando su sentido de sí misma,
y cómo esto la hacía sentirse muy débil y confusa. Al final de la sesión 6,
se fue observando gradualmente que este tema era muy importante para
la cliente. El terapeuta le sugirió que hiciera trabajo de toma de conciencia
en casa para que observara durante la semana lo que hacía el critico para
minar al sí mismo.
Sesión 7
Esta sesión implicó la afirmación empática de la vulnerabilidad de
Margaret. Es importante señalar que aunque le hubieran mandado deberes
al final de la sesión anterior, el terapeuta empieza la sesión desde el lugar
donde se encuentra la cliente y sigue cualquier cosa que emerja como lo más
importante para la cliente. La cliente empezó a cotí.tar cómo al volver de
un viaje al funeral de un miembro de su familia se sintió muy culpable por
no reconocer inmediatamente a su propia hija al verla en el aeropuerto
porque le había parecido «demasiado desgarbada». Se sorprendió y avergon-
zó por no haber reconocido a su propia hija, ya que ésta era menos perfecta
de lo que recordaba. El terapeuta respondió de un modo empático y
reafirmante. Esto llevó a que admitiera un sentido profundo de vulnerabi-
lidad por no ser perfecta y el miedo de ser incapaz de aceptarse a sí misma
o a cualquier otra persona. Una vez que expresó este pensamiento y que el
terapeuta lo recibiera, Margaret empezó a tener más esperanzas y terminó
la sesión sintiendo que estaba empezando a tomarse más en serio, a ser capaz
de ser ella misma, a hacer su trabajo y a desligarse y diferenciarse de su
marido.
Sesión 8
Margaret inició la sesión diciendo que le gustaba lo que sentÍa al
aprender a aceptar que estaba bien ser «normal» y no «Super». Esto
representó un cambio importante para ella. Luego trabajó en una escisión
de atribución relacionada con ponerse a prueba a sí misma frente al mundo.
Representó a los otros imaginarios de su mundo profesional, de entrevistas
348 CONCLUSIÓN
Sesión 9
Margaret empez6 diciendo que las sesiones anteriores habían estado
muy bien porque:
Lo que hicimos la semana pasada lo hemos hecho muchas veces antes como
un disco rayado. Me gusta saber que todavía ocurre y lo más importante que
he sacado es que cada parte de mí quiere que sea impecable, necesita que sea
impecable o perfecta. Estoy empezando a ver lo ridícula que es esa trampa.
Creo que esto ha estado conmigo toda la semana ¿y bien, qué pasaría si no
tuviera que ser perfecta?
Sesión 10
En esta sesi6n la diente dijo que tenía malas costumbres, que todavía
tenla falta de resolución y que se comportaba generalmente de un modo
crítico contra sí misma por ser incapaz de concentrarse y tener poca
energía. Aunque había empezado a escribir y había hecho un buen borra-
·--··· "' "'''"'""•º' ·-'''"" ............. - . , ........... , . . . , •. ,., ...... ,-,. • . ,-•• - •. - ... ,. .... ~.-·--··~···¡ ..,.,,..'l.""!
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dar, dijo que creía que era una fracasada. El terapeuta exploró empática-
mente su experiencia y, en respuesta a su afirmación de que ella saboteaba
su trabajo controlándose a sí misma hasta el mínimo detalle, sugirió un
diálogo de las dos sillas entre el supervisor y el sí mismo. Margaret empezó
el diálogo con: «Deberías• escribir frente a «No puedo». Siguiendo las pautas
del terapeuta, esto se transformó en una actuación diferenciada de un
supervisor perfeccionista que criticaba y evaluaba todo lo que escribía o
trataba de escribir. De este modo se sentÍa paralizada. El terapeuta le asignó
deberes para deliberadamente criticarse a sí misma de una manera perfeccio-
nista para que la semana siguiente fuera consciente de cómo supervisaba y
evaluaba su trabajo.
Sesión 11
La cliente volvió diciendo que había podido vencer a su juez crítico y
ponerse a escribir. Esta sesión se centró de nuevo en un diálogo, en el que
el juez la acusaba de no tener agallas. Como respuesta se replegó y dijo que
se había vuelto a meter en su caja y había cerrado la tapa. A medida que se
avanzaba, dijo sentir claustrofobia en la caja y que se sentía como si estuviera
en prisión. Sentía un gran deseo de evitar enfrentarse a la letanía de fracasos
con los que su juez la aprisionaba. Luego, admitió que renunciaba a
defenderse y se refirió de nuevo a lo fuerte que se sentía al no defenderse,
diciendo que, si se defendía, se sentía como si fuera a perder todas sus fuerzas,
que era preferible replegarse y echarse a dormir.
Sesión 12
En esta sesión habló de su trabajo y dijo que se sentÍa más segura de sí
misma y que tenía la sensación de que había una puerta en su mente que
iba a poder abrir para juntar las dos partes que había en ella. Se trabajó con
esta imagen como si de una escisión se tratara. Las partes a ambos lados de
la puerta entraron en contacto, tentativamente en un principio, con el sí
mismo, diciendo que tenía miedo de salir y hacerse mayor y que temía su
propio caos y que necesitaba que su otra parte le diera una estructura y
control. Esto se transformó en un diálogo entre el sí mismo creativo, que
quería salir de la caja, y el miedo de sus controladores a ser vencidos por
su parte creativa. La parte creativa también expresó su miedo a ser destruida
o distorsionada por la parte controladora. El crítico controlador, después
de decir que tenía miedo de la confusión que había en su vida, cuando
entraba en juego la parte creativa, dijo: «Tengo que dar con una fórmula
para necesitarte que me dé vida, pero que no me destroce la vida como
esposa y madre que he construido». Luego comentó: «Tengo muy fuertes
deseos de que una de las partes desaparezca». La parte creativa respondió:
'
350 CONCLUSIÓN
Sesión 13
La cliente comenzó la sesión diciendo que pensaba que la última había
sido muy importante y en ella se había producido un avance. El terapeuta
le respondió con comprensión empática y compartió con sinceridad el
entusiasmo de la cliente por sus descubrimientos. La cliente informó que
el avance se había producido en la sesión cuando ella se había autorizado a
entrar en la parte oscura y que recordaba que aquella parte le había gustado.
Empezó a ver que esta parte había desarrollado lo más original de su libro
y que constituía la «fuente» del mismo, y que cuando intentaba trabajar
desde la parte controladora lo que hacía era simplemente imitar su signifi-
cado en vez de expresarlo. Esto le hizo «sentirse bien» con su parte oscura
y no tenerle miedo. Luego reflexionó sobre sus esfuerzos en los últimos
ocho años y en que ahora estaba preparada para enfrentarse al futuro. Ahora
podía escribir e integrar su parte social superficial en su parte «negra»
creativa. Ahora podía dejar entrar a esta última en dosis moderadas, para
no crear una u otra situación, que antes habían dado como resultado su
incapacidad para trabajar, por una parte, y, por otra, su retiro, viviendo casi
como una ermitaña durante más de un año para poder escribir, que le
produjo sentimientos de soledad, sintiendo como si el mundo no existiera
y que le resultó «insoportable». El terapeuta terminó comentando lo
importante que el viaje había sido para ambos y que no se había dado cuenta
realmente del efecto de la última sesión y lo contento que estaba de que ella
hubiera llegado a dicha resolución.
Sesión 14
Esta sesión consistió en un último diálogo de las dos sillas en el que la
cliente dijo que le gustaría centrarse en las dos partes que habían entrado
en contacto en la sesión anterior. En este diálogo, el crítico dijo: «He estado
asfixiándote porque me das miedo.» Ella invitó a entrar a su «parte negra»
y se ofreció a autorizarla a crecer. Su parte «negra» le dijo que antes había
tenido miedo, pero que ya no tenía ni 7 ni 12 ni 22, sino que era más madura
y que había desarrollado una filosofía acerca de cómo vivir. Habló entonces
con el terapeuta acerca del reconocimiento de que su parte social superficial
tenía habilidades que necesitaba su parte «negra» y que ambas partes tenían
que cooperar entre st.'
APLICACIÓN DEL ENFOQUE PROCESUAL Y VIVENCIAL 351
Sesión 15
La terapia concluyó haciendo que la cliente revisara sus progresos y
estableciera que sabía que iba a «entrar en desesperación una vez más», pero
que ahora tenía el conocimiento necesario para reconocer su desesperación
y saber que realmente le estaba dando vida. Dijo que antes siempre había
sentido que una parte estaba en lo cierto y que la otra no, aunque solía
cambiar de opinión con respecto a cuál era la que estaba en lo cierto; pero
ahora se daba cuenta de que las dos eran importantes. Senda que tenía ahora
las herramientas para tratar estos temas y veía sus problemas desde una
perspectiva diferente.
Finalización y seguimiento
La cliente cambió considerablemente el objetivo de sus quejas en lo que
se refería a sus problemas interpersonales y a su autoestima. En la entrevista
hecha por un investigador a los 5 meses del seguimiento mantenía sus logros.
Consideraba que había cambiado al vencer a su crítico y al abrir una puerta
entre las dos partes del sí mismo. Comentó que el terapeuta la había
comprendido mucho y que confiaba en que él la ayudara a enfrentarse a sus
miedos. También dijo que, aunque le habían resultado difíciles los diálogos,
éstos habían sido muy fitiles y que la guía suave del terapeuta la había
ayudado mucho.
\
Comentario
Este caso demuestra cómo se usaron diferentes intervenciones en el
tratamiento y cómo la cliente comenzó a centrarse en un proceso perfec-
cionista autoevaluador, que se resolvió con la ayuda del diálogo de las dos
sillas. La naturaleza del proceso de tratamiento se ve claramente en cómo
el terapeuta al principio de cada sesión sigue la experiencia emergente en la
cliente, en lugar de imponer el foco en el tratamiento. Se desarrolla un foco,
pero éste emerge principalmente de la cliente y de su colaboración con el
proceso facilitador de la escisión por parte del terapeuta. La cliente lo
encuentra útil para entender su experiencia y adoptarla como pauta de
enfoque del tratamiento.
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CAPÍTULO XV
Nuestro propósito en este capítulo final es dar una visión general del
enfoque procesual y vivencia! desde tres perspectivas: una perspectiva
empírica, proporcionada por la investigación sistemática; una perspectiva
teórica, que explora la posibilidad de un modelo común general para el
proceso de cambio vivencia!; y una visión prospectiva de los desarrollos
que pueden surgir en el futuro.
356 CONCLUSIÓN
Figura 15-1. Modelo general del proceso de cambio en las intervenciones de tareas
de proceso vivencial.
vívida y ser decisiva para el significado del cliente. Los mejores indicadores
surgen desde esta exploración centrada internamente de la experiencia del
cliente. Así, desde la exploración de la experiencia del cliente facilitada
empáticamente emerge con mayor claridad un verdadero sentimiento de
confusión por una reacción propia, un sentimiento experimentado de lucha
interna entre partes opuestas, un sentimiento negativo hacia un otro
signifi-cativo, un sentido de profunda vulnerabilidad o un significado
sentido con poca claridad de algo que surge más claramente de la explora-
ción de la propia experiencia del cliente empáricamente facilitada.
Fase de evocaci6n/activaci6n
Siguiendo el ejemplo de la iniciaci6n de la tarea, todas las intervenciones
de tareas tienen una fase de entrada, durante la cual tienen lugar dos procesos
complementarios. Por un lado, el cliente y el terapeuta trabajan juntos en
proporcionar ayuda al cliente para que evoque la dificultad de modo más
intenso o claro. Esto se hace de distintas formas en las diferentes tareas. En
el despliegue, el cliente vuelve a experimentar vívidamente la situaci6n en
la que surgi6 la dificultad; en el diálogo de las dos sillas se le pide que critique
un aspecto del sí mismo; en el enfoque se le pide que atienda al significado
sentido en su conjunto; y en el aprecio empático se le permite y se le ayuda
en su incursi6n en la vulnerabilidad. Esta evocaci6n tiene el efecto de
preparar el esquema y hacerlo susceptible de reprocesamiento.
Una parte de esta etapa consiste en que el terapeuta ayude al cliente a
no implicarse en procesos que puedan perturbar la activaci6n del cliente y
que interfieran con su volver a entrar en la dificultad. En general, estos
procesos de interferencia obtienen que el cliente no se implique en el tipo
de procesos necesarios para resolver el problema. En la terapia operan
diferentes factores que aumentan la activaci6n y que centran el foco del
cliente en una senda de procesamiento productivo. En primer lugar, los
vínculos terapéuticos previamente establecidos ayudan al cliente a sentirse
seguro y apoyado y ello le proporciona recursos atencionales adicionales
para implicarse en la tarea. En segundo lugar, la intervenci6n de tareas en
sí misma ofrece generalmente operaciones para vencer la autocrÍtica, la
turbaci6n o los procesos automáticos autointerruptores que pueden causar
interferencia. De este modo, en el enfoque se le puede pedir al cliente que
«deje a un lado» por el momento la autocrítica. En el despliegue, el foco no
se centra en la «reacci6n a la reacci6n•, una vez que el cliente la ha
reconocido, sino que el terapeuta suavemente vuelve a dirigirlo a la tarea y
la atenci6n se dirige a la reacci6n primaria. De modo similar, el foco no se
centra en el desafío reactivo y la obediencia del sí mismo al crítico en el
trabajo en las dos sillas, ni en el culpar y quejarse en el trabajo de la silla
vacía; por el contrario, se dirige la atenci6n del cliente a sentimientos más
'--· ... "'
360 CONCLUSIÓN
•
.l.
•
CONCLUSIÓN
la silla para ayudar a los clientes a tratar con sus asuntos emocionales
inacabados, y el trabajo de las dos sillas para tratar con los conflictos; y se
ha desarrollado un nuevo tratamiento «Conductista radical» para ayudar a
los clientes a aceptar sus sentimientos (liayes, 1987). En resumen, parece
que se está produciendo un cambio muy importante en psicología, en el
que se ha vuelto a definir la emoci6n no como una fuente de problemas,
sino como un complejo proceso de afrontamiento motivacional· cogniti-
vo/afectivo.
Nos resulta fundamental que el nuevo énfasis en la emoci6n en los
procesos de cambio no se convierta en un «nuevo elemento tecnol6gico de
manipulaci6n emocional» (por ejemplo, el que ahora existe en publicidad).
Nos parece que una estrategia clave para evitar este tipo de peligro consiste
en que los psic6logos y psicoterapeutas se vuelvan a conectar con la
tradici6n de facilitaci6n humana de Kierkegaard, Buber, Rogers, Peris,
Maslow y otros, desarrollando una síntesis de lo humano y lo científico, y
de lo holístico y específico. Hemos trabajado para conseguir ese prop6sito.
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BIBLIOGRAFÍA 375
ÍNDICE ANALÍTICO
!
ÍNDICE ANALÍTICO 377
Estilo: Impactos:
- de comunicación, cliente: - del problema, 50, 206-207
- al evaluar una escisión atribucional, -terapéuticos, 49-51
239 Indicadores, dentro de la terapia:
- consideraciones socioculturales en, - asuntos inacabados, 282-283
218-219 - desdoblamiento autointerruptor, 253,
- en el desdoblamiento 256-258
autointerruptor, 256-257 -el papel de, 26-27, 32, 171
- en el diálogo de las dos sillas, 227, - en el diagnóstico del proceso, 37
240 - en el modelo general del proceso de
- en la terapia Gestalt, 61-62 cambio, 358-359
- en un indicador de intensa - en las etiquetas de comprobación del
vulnerabilidad, 315 sentimiento experimentado, 214
- evidencia de indicadores de enfoque -enfoque vivencia!, 199-201
vivenciales, 200-201 - escisión atribucional, 224-226
- indicios de un indicador de escisión - escisiones como, 223
de conflicto, 223 - escisiones de conflicto, 223-226
- la importancia de, 37-38 -intervenciones indicadas por, 167-168
- reflejos empáticos y, 152 -microindicadores, 141-42
- signos de desarrollo, 143 -reacción problemática, 172, 173-174
-de procesamiento, 325-326 -selección de, 331-332
Etapa de interrogatorio, en el enfoque -vulnerabilidad, 312-313, 314-315, 317
vivencia!, la, 205 Integración técnica, enfoque procesual y
Etiología: vivencia! en, 363-364
- conflicto individual-social en, 221 Intenciones de respuesta, 147
- disfunción esquemática, 113-116 - no experiencia},
- esquemas de emoción resistentes, Véase tamlnén Técnicas esenciales de
119-121 respuesta vivencia
- múltiple, 118-119 Interacciones niño-cuidador, 116-117
Expectativas, en la disfunción_esquemática, Interpretación vs. reflexión, 151, 163-164
114 Intervenciones de creación de significado,
Experiencia vivida, 36 362-363
Exploración empática, 153-157 Investigación:
- equilibrio con las intervenciones -de resultados, 353-355
centradas en tareas, 330-331 -del proceso, 355
-vs. Comprensión empática, 149-150 - empírica, 353-355
Expresión activa, 47, 48, 61-62, 141-142,
332-333 Memoria, 65-67
- en el trabajo con la silla vacla, 285-286 - emocional esquemática, 94-96
- tipos de, 65-66
Factores socioculturales, en el lenguaje Metacognici6n, 69
terapéutico, 218-219 Metas terapéuticas, 31
Formación del terapeuta, 334 - autoaceptación en, 226-227, 230-231
Funcionamiento adaptativo: -como colaboración de tarea, 137-139
- autointerrupciones y, 255 -desarrollo de, 137-138
-del sistema de afectos, 88-89, 94, 98-99 - el desarrollo del cliente en, 143
- el sistema de significados emocionales - en el despliegue evocador sistemático,
en, 112 172-173, 181
- elección subjetiva y, 96-97 - en el diálogo de las dos sillas, 226-227,
- las emociones en, 71 232-233
- los esquemas en, 90 - en el enfoque vivencial, etapas de, 201,
Véase también Tendencia al desarrollo 203,204,205
380 F AC!LITANDO EL CAMBIO EMOCIONAL
- selección por parte del cliente de, - etapa de conclusión en, 285-286, 290,
143-144 298, 307-309
- tipos de, 35 · - etapa de expresión en, 285-286, 289,
Véase también Trabajo de la silla 296-298, 304-307
vacía; Técnicas esenciales de respuesta - etapa postdiálogo en, 298-299
vivencia}; Enfoque vivencia!; -etapa prediálogo en, 294, 299-300
Despliegue evocador sistemático; -expresiones bloqueadas en, 291-292
Principios del tratamiento; Diálogo - intensidad de la expresión emocional en,
de las dos sillas 288, 290-291
Tendencia al desarrollo: -investigación de resultados, 354-355
- conciencia y, 98 - metas de, 283-284
-el papel de, 55, 88-89, 96-97 - modelo de resoluci6n de, 286-290
- elección subjetiva y, 97 - procesos de cambio en, 285-290
- en la teoría centrada en el cliente, 56 - representación de un otro en, 289-290,
- en la teoría vivencial, 62 293, 298
- en los principios del tratamiento, 140, 143 Véase también Asuntos Inacabados,
- foco hacia el interior y, 99-100 sentimiento de
- motivación en, 98-99, 103 Tratamiento con pacientes externos, 326
- reflejos exploratorios y, 154-155
- sistema de emoción en, 98-99 Visión:
- valorar las respuestas emocionales y, - constructiva del proceso, 81
101-102 - constructivista social, 74-75
Teoría: - del sí mismo:
- de las relaciones con el objeto, 92-93 - afirmación empática y, 314
- del apego, la, 103 - cambio terapéutico y ,87
- drive, 28-29 -conocimiento conceptual en, 110-111
Terapia: - construcción de nuevo significado y,
- breve, enfoque procesual y vivencia! 80
como, 327 - contexto social de, 221-223
-ejemplo de un caso, 336-341 - disfunción esquemática en, 114-116
- centrada en el cliente, 28-29, 56-59, 62 - en escisiones atribucionales, 224-225
- centrada en el proceso, 33-36 - en la terapia centrada en el cliente,
- directividad vs. responsabilidad, en, 56-57
42-45 - escisiones en, 26
-distinción proceso- contenido en, - facilitación de la exploración del
42-43 cliente de, 39-40
-motivación en, 103-104 -impactos terapéuticos en, 49-50
- centrada en un rasgo, 34 - teoría del funcionamiento en, 27-28
- cognitivo-conductual, 364 -visión constructiva del proceso de,
- existencial, 362-363 81
-Gestalt, 26, 28-29, 34, 59-62, 155 Vulnerabilidad,
Tera pi as feministas, 364 - aceptación terapéutica de, 244
Torna de conciencia: -afirmación empática y. 313, 316-321
- construcción de significado y, 82-83 - como foco de la terapia, 313
- proceso de, 83-84 -indicadores de, 312-312, 314-315, 317
- tendencia al desarrollo y, 98 - modo de implicación en un indicador
Trabajo de la silla vacía: de, 313-314
- asunto inacabado como indicador de, - operaciones terapéuticas para, 317-321
285-286 - proceso de cambio para episodios de,
- ejemplo de, 299-309 315-317
- etapa de activación en, 286-288, 291-292, -procesos exploratorios y, 312
295-296, 300-304 -vergüenza, 314
Psicología
Psiquiatría
Psicoterapia