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Funciones de La Equidad, Infra Legem, Prater Legem, Contra Legem La Equidad

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Funciones de la Equidad, infra legem, prater legem, contra legem

La Equidad
La equidad se ha establecido con una doble concepción en el derecho público
internacional, adquiriendo por un lado el carácter de principio general de derecho, y por
otro, el de fuente de derecho internacional público.

A partir de lo anterior se evidencia la aplicación de la equidad, la cual en materia de


derecho internacional público se ha definido como: “El sentimiento de lo que exige la
justicia en el caso concreto, teniendo en cuenta todos los elementos específicos y
haciendo abstracción de las exigencias puramente técnicas del derecho positivo. La
equidad permite así descartar todo lo que, su pretexto de aplicación automática y ciega
del derecho estricto, sería sin razón, desproporción o extravagancia. Ella contiene pues
la idea de balanza y de equilibrio y, a este propósito, se habla precisamente de balanza
de los derechos y de las obligaciones de las partes en litigio, de balanza de los hechos y
de los intereses o de equilibrio imparcial y racional de los intereses. Modelo standard de
racionalidad, la equidad es ponderación y moderación” (Lugar y Función de la Equidad
en el Nuevo Derecho Internacional, Romualdo Bermejo García, Recuperado de
https://dadun.unav.edu/bitstream/10171/21056/1/ADI_VII_1983-84_08.pdf)

A partir de las funciones de la equidad se pueden establecer las ocasiones en que se


configura como fuente de derecho y como principio general de derecho. Dicho lo
anterior, La equidad praeter legem aparece, pues, como un medio de colmar las lagunas
del derecho positivo. Así, la equidad puede constituir una norma subsidiaria del derecho
internacional. Es decir que frente a esta función de la equidad se establece la posibilidad
de llenar vacíos jurídicos, ante lo cual es evidente que se cumple una función de fuente
de derecho al crear el derecho o la norma que se deberá aplicar para el determinado
caso, por ende, es pertinente establecer a la equidad como fuente de derecho
internacional dadas sus características de aplicarse a casos que no tienen ninguna
normatividad aplicable. Por otro lado, “en cuanto a la equidad infra legem, se puede
decir que su característica principal reside en el hecho de que está comprendida en una
aplicación normal del derecho positivo, siendo su finalidad la de atenuar las
consecuencias, frecuentemente demasiado rigurosas”. (LUGAR Y FUNCIÓN DE LA
EQUIDAD EN EL NUEVO DERECHO INTERNACIONAL, Romualdo BERMEJO
GARCÍA, Recuperado de
https://dadun.unav.edu/bitstream/10171/21056/1/ADI_VII_1983-84_08.pdf)
La equidad "contra legem"

La tercera función de la equidad (discutible) es la contra legem o eliminadora de la


norma jurídica. El hecho de que el juez en el caso particular puede dejar de lado la
aplicación de una norma por razones de equidad NO es aceptado por la doctrina, con la
única excepción del acuerdo expreso de las partes. En consecuencia, es indudable que
para que el juez, deje de lado en su resolución una norma de derecho positivo, ha de
requerirse el consentimiento previo y expreso de las partes en tal sentido.

Sin embargo, no todos los autores coinciden, porque alguna decisión basada en la
equidad o inspiradora en consideración las extrañas al derecho, constituirá un exceso del
poder. De lo expuesto, la equidad tiene 3 funciones:

a) Aplicar el derecho internacional en general de forma razonable y conveniente


para lo cual no se requiere autorización de partes;
b) Llenar una laguna del derecho, para lo que requiere y acuerdo y
c) Eliminar una norma jurídica, para lo que requiere acuerdo expreso de partes y
siempre que no se trate de una norma ius cogens, pues no admiten acuerdo en
contrario (art. 53 Conv. Viena derecho sobre Tratados ´69) –doctrina no pacífica
en esta última función.

Según las consideraciones efectuadas hay que discernir cuál de las funciones de la
equidad es la que autoriza el art. 38 del ECIJ. -Para la mayoría de los autores la cláusula
ex aequo et bono NO puede ser interpretada como la aplicación infra legem de la
equidad, al no constituir ésta un requisito independiente de la decisión judicial, y no
requerir, por ende, autorización expresa para su utilización. Más discutible es la
aplicación de la equidad praeter legem; aunque la doctrina se encuentra dividida con
relación a esta aplicación supletoria de la equidad, la Corte se ha pronunciado por la
negativa si no media acuerdo previo de las partes. Con relación a la equidad contra
legem, es indudable que, para que el juez deje de lado en su resolución una norma de
derecho positivo, ha de requerirse el consentimiento previo y expreso de las partes (la
Corte nunca ha dejado de lado la aplicación de una regla de derecho positivo para
sustituirla por una norma de equidad). En conclusión, permite la aplicación de la
equidad en dos sentidos: -PRAETER LEGEM. -y CONTRA LEGEM.
Prater Legem

Esta función se pone en práctica en el caso que una norma jurídica no pueda ser
aplicada en un caso concreto, ya sea porque no existe o porque la norma es insuficiente.
La equidad prater legem aparece, entonces, como una solución para llenar las lagunas
del derecho positivo. Así, esta función de la equidad puede constituir una norma
subsidiaria del derecho internacional.

Es decir que frente a esta institución de la equidad se establece la posibilidad de llenar


vacíos jurídicos, ante lo cual es evidente que se cumple una función de fuente del
derecho al crear el derecho o norma que se deberá aplicar para el determinado caso, por
ende, es pertinente establecer a la equidad como fuente del derecho internacional dadas
sus características aplicarse a casos que no tienen ninguna normatividad aplicable.
(Escarria y Lopez, 2019, pp. 23-30)

Por otro lado, está función a diferencia de la primera, contra legem, se desenvuelve en
un papel supletorio, ya no interpretativo, ante la ausencia de una norma para un caso
particular y otras fuentes como la costumbre, asimismo, solo puede actuar bajo la
situación antes presentada y ante la imposibilidad de aplicar ninguna norma del
ordenamiento positivo. Sean estás como las analogías jurídicas o principios informantes,
por lo que se ha usado como algo beneficioso en el pasado.

Infra Legem

La suelen definir cómo la equidad interpretativa y está basada principalmente en que la


ley no se debe limitar a su mera aplicación de acuerdo al derecho positivo y estipulado
en nuestro ordenamiento jurídico, por lo que el juez debe interpretar la norma para
luego aplicarla, pues existen ocasiones donde el derecho escrito parece estar
conduciendo a la injusticia, por lo que, el juez debe interpretar de acuerdo a la situación,
también aplica debido al constante cambio en el que se encuentra nuestra sociedad y el
mundo en general, debido a ello el juez puede y debe tener la potestad para analizar las
circunstancias “de facto” de manera de que pueda emitir una decisión que este de
acuerdo a la equidad y justicia que presupone el cargo que ocupa. Siendo está también
una forma de disminuir la gravedad de las sanción si no fuera necesario en el caso en
cuestión.
Por otro lado, “en cuanto a la equidad infra legem, se puede decir que su característica
principal reside en el hecho de que está comprendida en una aplicación normal del
derecho positivo, siendo su finalidad la de atenuar las consecuencias, frecuentemente
demasiado rigurosas”

(LUGAR Y FUNCIÓN DE LA EQUIDAD EN EL NUEVO DERECHO


INTERNACIONAL, Romualdo BERMEJO GARCÍA, Recuperado de
https://dadun.unav.edu/bitstream/10171/21056/1/ADI_VII_1983-84_08.pdf)

Conclusiones:

 Tengamos presente que puede decirse que la equidad es un mecanismo a través


del cual el Derecho Internacional puede ser interpretado, suplementado o
corregido. Aunque la equidad no esté reconocida como una fuente coercitiva de
Derecho Internacional, su uso en los tratados demuestra que ha sido establecida
como un método alterno de adjudicación.

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