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Paraguay

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Procesos de Revolución específicos

Ante la desconfianza entre criollos y españoles, pronto estallo el conflicto armado. La


guerra, que comenzó desde 1811, se desarrolló principalmente en el norte de
Sudamérica, en donde Simón Bolívar fue protagonista, en el Alto Perú, Noroeste
Argentino, Chile Central, y el área cercana a Bs As.
En esta última región (Bs As), La Junta fracaso en su tentativa de mantener la
cohesión del antiguo virreinato, que se fragmento en pedazos debido a los constantes
desencuentros entre las distintas regiones, sobre todo el intento porteño de centralizar
el poder. Los porteños debieron aceptar la existencia de gobiernos autónomos en las
ciudades del interior, que mantenían una relación áspera con la capital.
Paraguay fue la primera colonia en definir su propio destino, declarando la
independencia desde 1811, esto se dio en buena medida por la situación aislada del
país y por la actitud de una sociedad dominada, analfabeta y sumisa. Los criollos de la
pequeña colonia, dirigido por Francisco Yergos y Gaspar Rodríguez de Francia,
vencieron sin muchas dificultades a Bs As, después de estos los porteños no tuvieron
muchas ocasiones de insistir, ya que sus fuerzas estaban destinadas a la guerra en el
Alto Perú, donde la suerte le fue generalmente adversa.
En esta región (Alto Peru), donde la influencia del virrey Abascal se hacía sentir, los
porteños hicieron cuatro campañas con el llamado “Ejercito del Norte”, con la que
contaba con el apoyo indígena, pero no pudieron derrotar a los realistas. Estos últimos
ganaron varias batallas entre 1813 y 1815, especialmente la de Sipe-Sipe.
Bs As perdió también el control sobre la llamada Banda Oriental. El líder criollo
Gervasio José Artigas, que desconfiaba de los porteños, prefería participar de la liga
federal, formada por las provincias del noroeste (Santa Fe, Corrientes, Misiones, Entre
Rio y Córdoba). Pero, Artigas no pudo mantener por mucho tiempo el dominio del país:
tuvo que luchar con las fuerzas de Bs As y más tarde contra los portugueses. El
destino final de la banda oriental solo se decidiría a fines de los años 1820.
Las numerosas derrotas militares sufrida por el ejército de Bs As fueron causa de
inestabilidad. La violencia política hizo su aparición: el virrey Liniers, fue fusilado en
1810, y más tarde Martin de Alzaga, español que intento derribar al nuevo gobierno,
corrió la misma suerte. En 1812, José de San Martin, un joven militar, que había
abrazado la causa de la independencia llega a Bs As. Su aporte fue de suma
importancia, ya que reorganizo las fuerzas militares porteñas, creo la logia Lautaro y
preparo más tarde a los ejércitos de los Andes, en Mendoza, que sería clave para
liberar Chile y Perú. Pero la inestabilidad siguió presente, estableciendo un sentimiento
de inseguridad ante un posible ataque realista. Por ello, en 1814 Manuel Belgrano fue
enviado a Europa, intento interesar a algún príncipe europeo a ascender al trono en Bs
As. Y Carlos Alvear, tras llegar a dirigir el gobierno de la ciudad en 1815, preparo un
plan secreto donde se pedía la anexión del país a Gran Bretaña. Estos planes por
suerte no se concretaron, en 1816 Alvear perdió el poder y Bs As logro organizar un
congreso en Tucumán, que proclamo oficialmente la independencia del país,
denominad “Provincias Unidas de América del sur”. Más tarde, el congreso dicto una
constitución centralista, la que nunca fue aceptada plenamente, y así el nuevo país
viviría en medio de una estabilidad permanente por las rivalidades entre Bs As y las
provincias.
En chile, los patriotas tuvieron éxito en algunas batallas, en 1813, pero la situación se
hizo más incierta al año siguiente. Las noticias de la derrota de Napoleón, la
evacuación de España por los franceses y el inminente regreso al trono de Fernando
VII, llevaron a los dirigentes criollos a negociar con los jefes españoles. Abascal
redacto un tratado en el cual Chile conservaría su autonomía, pero reafirmando su
lealtad al rey, de igual manera ninguna de las partes respeto el tratado, y así la guerra
continua. Los patriotas estaban divididos por la rivalidad entre sus principales líderes,
José Miguel Carrera y Bernardo O’Higgins, que llegaron a enfrentarse en una
verdadera guerra civil. En estas circunstancias, los patriotas perdieron la batalla de
Rancagua, este hecho provoco el exilio masivo a Mendoza y marco el comienzo de la
reconquista española, que duro hasta comienzos de 1817. En este mismo año, el
ejército formado en Mendoza por San Martin, junto a O’Higgins atravesó la cordillera,
derroto a los realistas y recupero el poder, así la independencia fue proclamada en
1818, con O’Higgins como jefe de gobierno del nuevo país.
En el antiguo virreinato de Nueva Granada, la lucha fue aún más larga. Tanto en
Colombia como en Venezuela los patriotas estaban divididos. Además, los patriotas
tuvieron muy poco éxito en ganar el apoyo de los negros y mulatos, poco
entusiasmados en acompañar el movimiento.
En Venezuela, una primera experiencia republicana, entre 1811 y 1812, terminó mal,
ya que los patriotas fueron vencidos por los realistas. Miranda, que había vuelto de
nuevo de Europa a participar a la lucha por la independencia, fue acusado de traición,
y por ello Bolívar lo entregó a los españoles, terminando su vida en una cárcel de
España. Bolívar hizo una segunda campaña, la cual lanzó su famosa proclama
llamando a la “guerra a muerte”, con la que intentaba afirmar el sentimiento patrio.
Reconquistó Caracas, pero terminó siendo vencido nuevamente, y se exilió en
Jamaica. Luego fue a Haití, donde recibió una generosa ayuda del gobierno, dos
barcos, armas y 200 hombres. Esta experiencia le hizo tomar mayor conciencia de la
necesidad de una actitud más decidida respecto a la abolición de la esclavitud.
Mientras, en Colombia, los patriotas se enfrentaban por las armas para decidir si el
país sería organizado siguiendo una orientación federalista o centralizada. Esto
favoreció la reconquista española, por parte del ejercito dirigido por Pablo Portillo, el
cual procedió con una importante represión y fusilamientos contra los principales
dirigentes patriotas. La tercera campaña de Bolívar trajo la liberación de los dos
países. Su éxito se debió en parte al debilitamiento del ejército español por las
enfermedades tropicales y la organización de tropas llaneras bajo el mando de José
Antonio Páez. Otro jefe militar que empezó a distinguirse en esta etapa fue el
colombiano Francisco de Paula Santander, Ambos serían más tarde presidentes de
Venezuela y de Colombia. En 1819 los patriotas ganaron la batalla de Boyacá. Este
éxito fue seguido por la organización de un congreso en Angostura, que proclamó la
creación de la Gran Colombia, que unía Colombia con Venezuela y con lo que sería
más tarde Ecuador, con Bolívar como jefe de Estado.
Estos éxitos permitieron iniciar la liberación del Perú, el último bastión español de
América del Sur. Pero el virreinato era un enemigo temible. La voluntad de
independencia de los peruanos era débil: el único movimiento de importancia contra el
poder español había sido protagonizado por un cacique indígena de la región de Puno,
Mateo Pumacahua, pero la rebelión no tuvo éxito. Esta experiencia reforzó la actitud
conservadora de la elite peruana. El virrey Abascal siguió instalado sólidamente en el
gobierno y logró éxitos significativos contra los ejércitos de Buenos Aires. Pero su
sucesor, Joaquín de Pezuela, debió afrontar un ataque venido desde Chile,
comandado por San Martin y acompañado por O’Higgins. San Martín logró ocupar
Lima y declaró la independencia, en julio de 1821, siendo nombrado “Protector” del
país. Pero estaba lejos de controlar la totalidad del país, ya que los realistas
dominaban gran parte del interior. San Martín prefirió negociar: ofreció a los dirigentes
españoles que aceptaran la independencia peruana, diciéndoles que el país sería
gobernado por un príncipe nombrado por Fernando VII, conversaciones que no dieron
sus frutos. El general argentino se reunió en Guayaquil con Bolívar, en 1822, para
diseñar una estrategia común. Pero sus tendencias monárquicas no eran compatibles
con el republicanismo del líder venezolano. Decepcionado, San Martín optó por
abandonar la política, partiendo a Europa en un exilio voluntario, que duraría hasta el
final de su vida.
Así, la liberación definitiva del Perú sería la obra de Bolívar. Pero la organización de
una fuerza capaz de ganar la victoria tomó tiempo. Entre 1823 y comienzos de 1824,
el contexto no era favorable, poseía una economía destruida, Simon Bolivar no pasaba
por un buen momento de saludu, muchos de sus seguidores políticos se pasaron para
el bando contrario, y asi Lima fue ocupada por las fuerzas realistas.
La llegada de tropas desde Colombia permitió cambiar la situación. En el norte del
Perú se formó un ejército internacional compuesto principalmente por colombianos, de
peruanos, chilenos, argentinos y europeos. Bajo el mando de Sucre, ese ejército ganó
las victorias de Junín y de Ayacucho, esta última, la batalla decisiva en diciembre de
1824. La derrota realista fue en parte causada por la división de sus fuerzas. La
liberación de América del Sur estaba asegurada.
Dos nuevos países nacieron en los años posteriores. En el Alto Perú, Sucre completó
la victoria patriota, en 1825, venciendo a Olañeta. Cediendo a las presiones de la elite
criolla, declaró que la región constituiría un nuevo país, llamado Bolivia en homenaje al
libertador venezolano. Esta decisión se tomó pese a la decepción de Lima y de
Buenos Aires, ya que cada una de las capitales reclamaba su derecho a integrar ese
territorio. En fi n, en 1828, la Banda oriental, que era objeto de una guerra entre Brasil
y Buenos Aires, se transformó en un país independiente, Uruguay, decisión tomada
como solución a una confrontación sin vencedor, y en la cual infl uyó una mediación
inglesa.

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