Salmo 91
Salmo 91
Salmo 91
(2)
Altísimo Señor,
¡qué bueno es darte
gracias
y cantar himnos en tu
honor!
(3)
Anunciar por la
mañana y por la noche
tu gran amor y
fidelidad,
(4)
al son de
instrumentos de
cuerda,
con música suave de
arpa y de salterio.
(5)
Oh Señor,
¡tú me has hecho feliz
con tus acciones!
¡Tus obras me llenan
de alegría!
(6)
Oh Señor,
¡qué grandes son tus
obras!,
¡qué profundos tus
pensamientos!
(7)
¡Sólo los necios no
pueden entenderlo!
(8)
Si los malvados y
malhechores
crecen como la hierba,
y prosperan,
es sólo para ser
destruidos para
siempre.
(9)
Pero tú, Señor, por
siempre estás en lo
alto.
(10)
Una cosa es cierta,
Señor:
que tus enemigos
serán destruidos;
que todos los
malhechores serán
dispersados.
(11)
Tú aumentas mis
fuerzas
como las fuerzas de un
toro,
y viertes perfume
sobre mi cabeza.
(12)
He de ver cómo
caen mis enemigos;
¡he de oír las quejas de
esos malvados!
(13)
Los buenos florecen
como las palmas
y crecen como los
cedros del Líbano.
(14)
Están plantados en
el templo del Señor;
florecen en los atrios
de nuestro Dios.
(15)
Aun en su vejez,
darán fruto;
siempre estarán
fuertes y lozanos, y
anunciarán que el
Señor, mi protector,
es recto y no hay en él
injusticia.
SALMO 26
Señor, hazme justicia,
pues mi vida no tiene
tacha.
En ti, Señor, confío
firmemente;
examíname, ¡ponme a
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prueba!,
¡pon a prueba mis
pensamientos
y mis sentimientos
más profundos!
Yo tengo presente tu
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amor
y te he sido fiel;
jamás conviví con los
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mentirosos
ni me junté con los
hipócritas.
Odio las reuniones de
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los malvados;
¡jamás conviví con los
perversos!
Lavadas ya mis
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manos y limpias de
pecado,
quiero, Señor,
acercarme a tu altar,
y entonar cantos de
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alabanza,
y proclamar tus
maravillas.
Yo amo, Señor, el
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manos
llenas de maldad y
soborno.
Pero mi vida es
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intachable;
¡sálvame, ten
compasión de mí!
Mis pies están en
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terreno firme;
¡bendeciré al Señor en
presencia de su
pueblo!
SALMO 23
El Señor es mi pastor;
nada me falta.
En verdes praderas
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me hace descansar,
a las aguas tranquilas
me conduce,
me da nuevas fuerzas
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banquete
ante los ojos de mis
enemigos;
has vertido perfume
en mi cabeza,
y has llenado mi copa
a rebosar.
Tu bondad y tu amor
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me acompañan
a lo largo de mis días,
y en tu casa, oh Señor,
por siempre viviré.
SALMO 24
Del Señor es el
(1b)
mundo entero,
con todo lo que en él
hay,
con todo lo que en él
vive.
Porque el Señor puso
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y la mente
limpias de todo
pecado;
el que no adora ídolos
ni hace juramentos
falsos.
El Señor, su Dios y
5
Salvador,
lo bendecirá y le hará
justicia.
Así deben ser los que
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buscan al Señor,
los que buscan la
presencia del Dios de
Jacob.
7
¡Ábranse, puertas
eternas!
¡Quédense abiertas
de par en par,
y entrará el Rey de la
gloria!
¿Quién es este Rey de
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la gloria?
¡Es el Señor, el fuerte
y valiente!
¡Es el Señor, valiente
en la batalla!
9
¡Ábranse, puertas
eternas!
¡Quédense abiertas
de par en par,
y entrará el Rey de la
gloria!
¿Quién es este Rey de
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la gloria?
¡Es el Señor
todopoderoso!
¡Él es el Rey de la
gloria!
SALMO 64
2. Escucha, oh Dios,
mi voz cuando me
quejo, me amenaza el
enemigo, guarda mi
vida; 3. escóndeme del
complot de los
malvados y de las
maniobras de los
criminales. 4.Afilaron
sus lenguas como
espada, tienen sus
flechas, palabras de
amenaza, 5.que tiran a
ocultas contra el
inocente, las lanzan de
improviso y sin miedo.
6.Se animan entre sí
para hacer el mal,
estudian cómo
disimular la trampa y
dicen: "¿Quién verá
7.o quién descubrirá
nuestros secretos?"
Los sacará a la luz el
que escudriña el fondo
del hombre, lo
profundo del ser.
8.Pero Dios les lanza
sus flechas, y se ven
heridos de repente.
9.Sus propias palabras
los hicieron caer y los
que los ven los miran
sin piedad. 10.Cada
cual entonces empieza
a temer, dice en voz
alta que es obra de
Dios, y comprende su
acción. 11.El justo se
alegrará en el Señor y
en él confiará; se
congratularán todos
los de recto corazón."
SALMO 50
"1. Yavé, el Dios de los
dioses ha hablado: de
donde sale el sol hasta
el ocaso, ha convocado
él a la tierra. 2.Desde
Sión, la muy hermosa,
Dios refulge: 3. ¡Ahí
viene nuestro Dios,
que no se calla! Un
fuego, delante de él, lo
abrasa todo, y a su
alrededor ruge la
tormenta. 4.De lo alto
convoca a los cielos, y
a la tierra para juzgar
a su pueblo:
5."Reúnan a mis fieles
ante mí, que con un
sacrificio sellaron mi
alianza." 6. Serán los
cielos los que anuncien
la sentencia, porque el
juez es Dios mismo:
7."Escucha, pueblo
mío, que te hablo;
Israel, declaro en
contra tuya, yo, Dios,
que soy tu Dios. 8.No
te reprendo por tus
sacrificios, o por tus
holocaustos, que están
siempre ante mí. 9.No
tomaría un toro de tu
establo ni un chivo de
tu corral, 10. pues mío
es cuanto vive en la
selva y los miles de
animales de los
montes. 11.Conozco a
todas las aves del cielo
y mío es cuanto se
mueve en el campo.
12.Si tuviera hambre,
no te lo diría, pues mío
es el orbe y lo que
encierra. 13. ¿Acaso
comeré carne de toros
o beberé la sangre de
cabritos? 14.Pero, dale
gracias a Dios con
sacrificios, y cumple
tus mandas al
Altísimo; 15. invócame
en el día de la
angustia, te libraré y
tú me darás gloria.
16.Pero al impío Dios
le dice: "¿Por qué vas
repitiendo mis
preceptos, y andas
siempre hablando de
religión?, 17tú que
odias mis reprensiones
y te echas mis
palabras a la espalda?
18.Si ves un ladrón,
corres con él, y entre
los adúlteros tienes tu
sitio. 19.Das rienda
suelta a tu boca para
el mal y tu lengua
urde el engaño. 20.Si
te sientas, hablas mal
de tu hermano, tú
deshonras al hijo de tu
madre. 21.Si tú lo
haces, ¿tendré yo que
callarme? ¿o piensas
que yo soy como tú?
Te acusaré y te lo
echaré en cara. 22.
¡Oigan bien los que se
olvidan de Dios! pues
si doy un zarpazo no
habrá quien los libere.
23.Me honra el que da
gracias con sacrificios,
pero al que va por
camino recto, le haré
ver la salvación de
Dios"."