Resumen - Segundo Parcial Ecologia
Resumen - Segundo Parcial Ecologia
Resumen - Segundo Parcial Ecologia
Segundo Parcial de
Ecologia
Núcleo 03 – Biocentrismo: Encuentro 6 – Ambientalismo y Ecologismo
Dentro del sistema mundo actual, se ha configurado una relación de poder asimétrica colonial que coloca a
los países del sur global en una situación de subordinación respecto a los países del norte. Esto condujo a
que los países de América Latina adopten una matriz extractivista para sus economías. Los procesos
extractivistas buscan extraer la mayor cantidad de materias primas en el menor tiempo posible en una lógica
contraria a los ciclos de la vida y la naturaleza. Esta situación condujo a una profunda crisis socioambiental y
sanitaria. Frente a estas crisis, los sistemas de salud cuyo funcionamiento permanece fuertemente
condicionado por el modelo médico hegemónico y la salud pública funcionalista han demostrado sus
limitaciones para acompañar a las comunidades y aún, para incorporar en sus lógicas las cuestiones
socioambientales.
El Sistema Mundo
Wallerstein plantea el concepto de sistema mundo a partir de una crítica a los presupuestos desarrollistas,
Se hacía necesario la comprensión de un sistema social, y no es posible pensar un sistema social que no
abarque la compleja red de relaciones del mundo globalizado: por lo tanto, TODO SISTEMA SOCIAL ES
NECESARIAMENTE UN SISTEMA-MUNDO (MARTÍNEZ MARTÍN, 2011).
El sistema mundo descripto por Wallerstein, ha estado dominado en los últimos doscientos años por una
ideología liberal, que se basa en la idea de progreso, en la que el mundo se mueve teleológicamente hacia
un mayor progreso de la mano de la ciencia y la tecnología y en la ideología desarrollista, donde cada país
es considerado autónomo de los demás y atraviesa una serie de estadios en una línea ascendente, que
implica distintos fines de acuerdo a las teorías políticas de izquierda o de derecha (Grosfoguel, 2006).
El actual sistema mundo se inaugura, hacia fines del siglo XV con la expansión colonial europea. Se establece
una división internacional de trabajo, posible surgimiento de la economía mundo capitalista que se ha
configurado una geopolítica de países capitalista-centrales, que concentran la capacidad técnico-científico-
económica y países periféricos-subdesarrollados.
insertarse tanto en países con gobiernos progresistas como en aquellos de corte neoliberal (Svampa & Viale,
2014). De esta forma, el modelo extractivista configura verdaderas zonas de sacrificio (Svampa & Viale,
2014), en las que es imposible que coexistan otros proyectos de desarrollo económico o subsistencia, con
comunidades que padecen diversas enfermedades (cáncer, malformaciones, abortos, etc.) o convirtiéndose
en refugiados ambientales.
La Ecología Política
Martínez Alier (2004) señala tres grandes corrientes dentro del ecologismo, que pueden diferenciarse en
función de sus orígenes, modelos de análisis y propuestas de intervenciones:
Ecologismo conservacionista: considera al ser humano como una entidad distinta del resto de la naturaleza y cuyas
acciones van a generar en esta, impactos negativos, sus intervenciones apuntan a limitar el daño que el
accionar de los seres humanos puedan generar sobre los entornos naturales. EJ.: creación de áreas
protegidas y reservas ecológicas.
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Ecologismo ecoeficientista: propone una visión mercantilista de la naturaleza. Promociona los mecanismos de
desarrollo limpio, las tecnologías de eficiencia energética y, la tecnología social y ambientalmente
responsables (Solíz, 2017). Al referirse a la naturaleza se emplean términos que reflejan su lógica
economicista, como “recursos naturales”, “servicios ambientales” y “capital natural”. Sus intervenciones van
en línea con el modelo de desarrollo hegemónico. Las tecnologías propuestas para superar las consecuencias
generadas por el cambio climático por ejemplo se encuentran en la intervención sobre la atmósfera terrestre
a partir de técnicas de geoingeniería (Klein, 2015).
Ecologismo popular o ecología política: nace de las comunidades en resistencia que experimentan en sus territorios
la deuda ecológica generada por la economía mundo extractivista (Goebel Mc Dermott, 2010). Se trata de
un movimiento que presenta un carácter local y contextualizado, que se construye a partir del avance del
capital sobre las posibilidades materiales concretas de sobrevivencia de las comunidades afectadas, además
entran en disputa proyectos históricos y cosmovisiones. La ecología política se plantea desde un paradigma
biocéntrico, que comprende a los seres humanos como parte de la naturaleza, y nutrido de las tradiciones
indígenas y campesinas, reconoce la posibilidad y la necesidad de un metabolismo sociedad naturaleza
sustentable. En la ecología política se encuentran y funden aportes de nuevas disciplinas: la economía
ecológica, el derecho ambiental, la sociología política, la antropología de las relaciones cultura-naturaleza,
la ética política (Leff, 2006).
Dentro de esta corriente es posible ubicar a los movimientos ecofeministas del sur, que plantean que el
orden patriarcal ha ejercido una explotación análoga entre la naturaleza y las mujeres, a través de la
instauración de relaciones socioeconómicas específicas de las sociedades industriales. Según esta línea de
pensamiento, la posibilidad de transformar las sociedades y evitar así la crisis ecológica radica en
desmantelar el orden social patriarcal y
revalorizar el trabajo reproductivo.
naturaleza y la salud. El concepto de Sumak Kawsay “hace referencia a la consecución de una vida plena,
un vivir bien; equilibrio: en armonía con los ciclos de la Madre Tierra, de la vida y de la historia, y en equilibrio
con toda forma de existencia. La vida humana no puede pervivir sin la naturaleza. Por eso, dentro del Sumak
Kawsay subyace el concepto de Pachamama, que hace referencia al universo, como la madre que da y
organiza la vida. Por lo tanto, garantizar el Buen Vivir de la sociedad implica considerar a la naturaleza como
“sujeto” (Simbaña, 2011).
El enfoque del Sumak Kawsay ha sido incorporado en los marcos jurídico-normativos de países como el Estado
Plurinacional de Bolivia y Ecuador, que reconocen a la Madre Tierra como sujeto de Derechos. ejemplo de cómo se
incorpora el Sumak Kawsay en los marcos jurídico-normativos estatales lo constituye la sentencia T-622 de la Corte
Constitucional de Colombia en el 2016, que reconoce al río Atrato (Chocó) como sujeto de derechos y garantiza así su
protección y conservación.
En lo que respecta al campo de la salud, el Sumak Kawsay presenta varios giros. En primer lugar, se centra
en un sujeto colectivo y establece valores y principios que deben guiar la vida en sociedad y en relación a la
naturaleza. En segundo lugar, la naturaleza y los ciclos naturales son el eje en torno al que deben
estructurarse los procesos de la reproducción social y económica. Finalmente, los campos de acción que se
derivan de esta definición, involucran la participación de toda la sociedad y las transformaciones de las
formas actuales de producción y consumo.
Para los sistemas de salud actuales, pensados y organizados desde la “Enfermología pública”, el Sumak
Kawsay representa una invitación a desplazar su objeto de estudio clásico: la enfermedad, implica correr el
centro de la enfermedad y la muerte para ocuparse de la salud y la vida.
En América Latina este enfoque permite visibilizar la disputa entre el proyecto histórico de la economía mundo
capitalista extractivista (empresas y gobiernos) y el proyecto histórico de las comunidades. Se contraponen dos formas
de territorialidades: mientras que, para los primeros, el territorio es interpretado en términos de recursos disponibles
para su explotación, asumiendo en el mejor de los casos, los costos ambientales y humanos como meras externalidades;
para las comunidades, lo que está en juego es no solo su subsistencia material si no su forma de ser, estar, sentir y
vivir en el mundo, un mundo natural que tiene un valor en sí mismo.
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Las corrientes ecofeministas, tanto en su concepción esencialista como constructivista, avanzan un paso
más en la relación del territorio con los procesos salud-enfermedad, “Pensamos el cuerpo como nuestro
primer territorio y al territorio lo reconocemos en nuestros cuerpos: cuando se violentan los lugares que
habitamos se afectan nuestros cuerpos, cuando se afectan nuestros cuerpos se violentan los lugares que
habitamos”. (Colectivo Miradas críticas del Territorio desde el Feminismo, 2017). Una mirada histórica sobre
las diferentes guerras, y la conquista de América en particular, permite advertir que el cuerpo de las mujeres
en la historia del patriarcado fue siempre conquistado, marcado, violado, apropiado, “en afinidad
semántica con esos territorios y sus cuerpos territorios mismos” (Segato, 2016).
“Según el Registro Mesoamericano de Agresiones a Defensoras de Derechos Humanos, entre 2012 y 2014 las
defensoras de la tierra, el territorio y los recursos naturales fueron el grupo de defensoras de derechos humanos más
agredido, sufriendo 525 ataques, que representan 31% de un total de 1688 agresiones a las mujeres defensoras. Así
mismo, se ha sistematizado el continuo e in creciente asesinato de defensoras en la región…” (Pineda & Moncada,
2018).
Esta identificación del cuerpo territorio nos propone el desafío de pensar un sistema de cuidado que deje de
preocuparse única y centralmente por el cuerpo biológico individual. Ese objeto de estudio por excelencia
para el saber médico hegemónico ahora se desplaza hacia el “exterior”, deja de ser un objeto aislado para
convertirse en una red de relaciones con otras formas de vida y su contexto y potenciar aquellos procesos
que fortalezcan la trama de la vida.
Conclusiones
El pensamiento hegemónico en salud mostró desde sus inicios una ceguera epistémica respecto a la cuestión
ambiental, propia de su paradigma positivista. La incapacidad para asumir y trabajar en la intersección salud-
ambiente se profundizó con la aceleración de la economía mundo extractivista y las crisis ecológicas
asociadas.
Es importante discutir la necesidad de la refundación de los sistemas de salud en sistemas de cuidado y
construir sociedades que desarrollen un metabolismo sociedad naturaleza más sustentable y, por lo tanto,
más saludable. La redefinición de la salud es uno de los principales puntos, el Sumak Kawsay nos brinda
elementos para superar el reduccionismo y la fragmentación positivistas.
Repensar la categoría de territorio desde la conceptualización tríada territorio-territorialidad-
territorialización y desde el cuerpo territorio y resignificar la relación de los procesos socio-ambientales con
los procesos corporales, el planteo de la soberanía alimentaria, la alimentación como medicina y bien común,
los sistemas de cuidado en relación a los sistemas alimentarios y el resto de los bienes comunes. La
refundación de los sistemas de salud se presenta como una oportunidad histórica para avanzar hacia la
soberanía sanitaria.
RESPONDA:
a) ¿Qué relevancia tiene la afirmación de Lorena Cabnal en la práctica de ustedes como futuros
médiques?
“ Tengo una corporalidad, con una memoria histórica ancestral y este cuerpo es el ejemplo vivo de
cómo he vivido las diferentes opresiones y por lo tanto sobre este cuerpo atraviesan todas las
opresiones: el racismo, el colonialismo, las formas de hegemonías dominantes, de pensamientos,
es decir todo atraviesa este cuerpo…por lo tanto este territorio se convierte en un territorio en
disputa…es un territorio donde nazco y dentro de la lógica del sistema patriarcal ni siquiera tengo
enunciada la apropiación de este cuerpo, pertenece este cuerpo al sistema patriarcal, es el cuerpo
que se pone a trabajar para ganar un salario, es el cuerpo que se enferma porque hay sentimientos
construidos por las opresiones, entonces resulta que yo nazco con un cuerpo expropiado…”
La red de la vida corresponde a todo lo que es aportado a nosotros desde la madre tierra y como todo lo
que hacemos implica en la desregularización de todo este sistema. La desarmonización que se hace con
los cuerpos de las niñas y de las mujeres, por ejemplo, se atenta a la red de la vida. El bienestar colectivo
es deshecho cuando el patriarcado, el capitalismo-neoliberal, el racismo, el colonialismo provoca
enfermedades que ultrapasan los cuerpos y afecta lo que se conoce como cuerpo-territorio, que lleva en
cuenta todo lo que corresponde en el entorno social, político, espiritual y etc. El territorio-cuerpo fue por
mucho tiempo violado por las violencias sufridas hacia las mujeres negras e indígenas por los colonizadores
y hoy en día el patriarcado intenta sucumbir y mantener prácticas que influyen en la falta de respeto y de
negación a importancia del movimiento de la epistemología feminista. La recuperación es defensa del
territorio cuerpo-tierra, una de las tantas formas es la revitalización del cuerpo con la naturaliza. “vale a pena
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estar viva, porque sanando tú, sano yo, sano yo, sana tu”, esa es la reciprocidad de la sanación. Teniendo
en cuenta como el proceso salud-enfermedad-atención, está intrínseco a la forma de como el cuerpo es
capaz de enfermarse y de allí recuperarse, la intervención médica es capaz de promover cambios
significativos en la recuperación, uno cuando se enferma indirectamente provoca la desestabilización de un
ciclo “normal” y esto puede llevar a enfermar de algunas formas a otras personas, no solo en lo biológico,
sino también en lo psicosocial/emocional. La práctica de una medicina integral más allá del modelo medico
hegemónico nos transporta a un cambio de prácticas relativas que se hace necesario para lograr una
asistencia de eficiencia significativa en la vida de las personas. Lo que contradice a los sistemas de salud
en América Latina y el Caribe, que se construyeron bajo los paradigmas del modelo médico hegemónico y
la Salud pública funcionalista, que Granda denomina “Enfermología pública”, que se ocupa de trabajar sobre
la sociedad para evitar que los cuerpos se enfermen, mientras tanto que, el primero es un modelo que se
caracteriza por su reduccionismo biológico, su a-historicidad y su concepción individualista de los procesos
salud enfermedad. Este sistema lleva a cabo una serie de factores que se interrelacionan entre sí como: el
neoextractivismo, la ecología y la política. El neoextractivismo con su auto poder destructivo de la ecología
y el medio ambiente y como su acción se relaciona directamente con la política global, principalmente en
Latinoamérica que tiene gran parte de su territorio dominado por este tipo de agricultura dominante, que es
contaminante y destructivo para la salud de las personas. Tratando de ecofeminismo es, generalmente las
mujeres, una de las principales fuentes de relación con la tierra, así como sus hijos e hijas son los primeros
a sentir los efectos causadores de la contaminación y por eso las opresiones construidas sobre estos
cuerpos son energía para la emancipación y para sanar sus cuerpos. Los que nos llevan a la ecología
política, señalan tres grandes corrientes que pueden diferenciarse en función de sus orígenes, modelos de
análisis y propuestas de intervenciones, son: ecologismo conservacionista, ecologismo ecofeminista y
ecologismo popular o ecologismo político. Dentro de estas corrientes es posible ubicar a los movimientos
ecofeministas del sur, que plantean que el orden patriarcal ha ejercido una explotación análoga entre la
naturaleza y las mujeres, a través de la instauración de relaciones socioeconómicas específicas de las
sociedades industriales. De este modo, podemos concluir que el ecofeminismo sobretodo es un actor
principal en los cambios y las resistencias de toda la vida, vienen persistiendo y siendo resilientes en todos
los contextos que están involucradas. La importancia y la valoración de este movimiento es digno de
reconocimiento y de suma importancia para una democracia institucional, política, igualitaria y de
reafirmación.
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Es la manera de ver al mundo de las diferentes culturas, conjunto de opiniones y creencias que conforman
la imagen o concepto general del mundo que tiene una persona, época o cultura, a partir de la cual interpreta
su propia naturaleza y la de todo lo existente.
COSMOVISIONES ANCESTRALES
convergencia como camino. Los símbolos y señales revelan las afinidades del ser o runa con el resto del
Universo (en lengua kichwa runa significa persona, sea hombre o mujer). Todo ser es símbolo de una
cualidad de la naturaleza y representa atributos en su medio natural y geográfico. La racionalidad andina se
expresa en una serie de manifestaciones con énfasis en el carácter colectivo. La enfermedad se comprende
como un hecho comunitario ya que es en el grupo en donde se permite la interrelación con la comunidad
y consigo mismo, con la naturaleza y con el cosmos a fin de encontrar el equilibrio energético. El Sumak
Kawsay (buen vivir) trasciende lo personal y se incluye dentro de lo colectivo y dentro de la Pachamama, es
un paradigma integrador. Así, en el Sumak kawsay se destacan cuatro principios básicos:
Relacionalidad del todo: Es uno de los rasgos fundamentales de la cosmovisión andina. Sostiene que todo está
de una u otra manera relacionado, vinculado o conectado. Nada permanece aislado o separado;
Correspondencia: Respetando el principio de relacionalidad, se plantea que cada cosa o fenómeno puede ser
comprendido mediante el análisis del opuesto correspondiente. Cada uno necesita del otro para encontrar
su significado o sentido, una relación que busca el equilibrio o armonía personal, familiar, comunitaria,
ambiental y cósmica;
Complementariedad: Es un principio de inclusión de opuestos para formar un todo integral. Se incluyen a los
opuestos que son complementarios y que no son contrapuestos, ni mutuamente excluyentes. ningún ser,
objeto o acción existe aislado sino siempre en coexistencia con su opuesto que se transforma en su opuesto-
complemento. Rige todos los ámbitos de la vida, tanto político, social y económico, como religioso, espiritual
y cósmico y permite comprender la producción, reproducción y conservación de la vida;
Reciprocidad: El principio de correspondencia se expresa a nivel pragmático y ético como principio de
reciprocidad. La reciprocidad implica que cada acto o acción se corresponde con otra. Es el principio del
“dando y dando”, es el dar y recibir no solamente entre seres humanos sino también con el cosmos y la
Pachamama.
El runa debe retribuir a la Pachamama lo que ésta le ha dado a fin de restablecer el equilibrio temporalmente
distorsionado. Pero también existe la reciprocidad adelantada en la que se anticipa una ofrenda por parte
de la dadora de vida que concederá una licencia o kiwan (significa “con tu permiso”) para poder trabajarla:
sembrar y cosechar de ella.
Principio de ciclicidad: que cuestiona la concepción occidental de la linealidad del tiempo. Emerge el paradigma
de Pacha que se manifiesta en forma de una espiral, una sucesión periódica de ciclos regidos por los ritmos
astronómicos, meteorológicos, agrícolas y vitales. Pacha en el principio de ciclicidad es tiempo-espacio
como un concepto unitario, pero además significa tierra y es de naturaleza femenina.
Dentro de las analogías andinas es posible determinar sus días intocables en los que no escucha
(corresponden a la primera
semana de agosto y Semana Santa), sus épocas de mayor vitalidad (Luna llena, Anata y Carnaval), épocas
de descanso (barbecho) y épocas de fecundación (siembra). Tanto la productividad como el consumo siguen
los ciclos estacionarios y los métodos ecológicos de la conservación de los alimentos como el charki (carne
seca). La Pacha como tiempo-espacio, integra pasado, presente y futuro en la espiral comentada. En
expresión metafórica, el ser humano camina en reversa hacia el futuro, fijando sus ojos en el pasado como
punto de orientación.
Pachamama: La Pachamama es un paradigma andino por excelencia, desde el sur de Colombia hasta el norte
de Argentina, señala claramente la relación directa del runa con la naturaleza. Los relatos muestran la
riqueza del término Pachamama concebido dentro del principio de relacionalidad con el todo, Madre Tierra,
Madre Naturaleza y Madre Cosmos, el asiento de integración de sentidos en torno a las leyes y principios de
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Características principales:
Postulados principales:
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● Sus bases filosóficas se rigen por la Teoría de los cinco elementos (éter, aire, fuego, agua y tierra), de la
Tridosha (Vata, Pitta y Kapha) o de los tres tipos corporales, los siete dhatus o tejidos, los tres malas o
productos de excreción, y la Trinidad de la vida conformada por cuerpo, mente y espíritu.
Todos nosotros estamos compuestos por cinco elementos (éter o espacio, aire, fuego, agua y tierra) que
también constituyen todo lo que nos rodea. Todos somos singulares ya que tenemos proporciones
diferentes de estos cinco elementos y eso nos da nuestro sello distintivo y particular denominado Prakriti
con el que nacemos. La combinación de estos elementos conformará diferentes tendencias denominadas
doshas (Vata, Pita o Kapha). Vata compuesto por espacio y aire, Pitta por fuego y agua y Kapha por agua y
tierra. La mayoría de nosotros somos bidoshicos (VP, PK, KV, etc) algunos somos doshas únicos y otros tienen
en igual porcentaje los tres doshas (tridoshicos). Haciendo un puente con la medicina Occidental según
nuestro dosha tendremos predisposición a determinados desequilibrios o enfermedades y la terapéutica es
igual que en alopatía, utilizando las características opuestas a nuestros elementos constitutivos para
equilibrar. Otro ejemplo es, si utilizo especias o plantas medicinales, también deberán ser nutritivas y
calentantes. Además, como todo lo que nos rodea también tiene elementos (somos naturaleza), la presencia
de elementos en el afuera semejantes a los de mi constitución pueden desequilibrarse.
El Ayurveda tiene una tradición milenaria en el uso de plantas medicinales. La Materia Médica incluye 2700
plantas medicinales diferentes. La farmacopea ayurveda incluye más de 5000 formulaciones que se han ido
desarrollando a lo largo de milenios. Se ha comprobado su efectividad, tolerancia y seguridad en el
laboratorio de la vida. La Organización Mundial de la Salud ha manifestado en declaraciones internacionales
que los remedios ayurvédicos tradicionales, no requieren ser sometidos a estudios clínicos y de laboratorio
para ser aprobados como medicamentos. Dentro de los tratamientos se incluyen las rutinas de día y
estacionales, teniendo en cuenta la alimentación, la actividad física consciente, la respiración, el manejo
del estrés, el masaje corporal, la meditación, el buen descanso y el uso de plantas medicinales. También
tratamientos depuradores como el Panchakarma que se realizan en ámbito hospitalario. El concepto
ayurveda antiquísimo, reconoció hace miles de años que la leche materna es un tejido vivo.
ASPECTOS HISTÓRICOS
Desde los más remotos inicios del Mundo nuestros antepasados convivieron con la Naturaleza y obtuvieron
de ella su alimento, su vestido, cobijo y también sanación. Su observación de los animales y guiados por su
instinto aprendieron a seleccionar plantas comestibles y con propiedades medicinales. En India se dice que
el conocimiento de una planta medicinal puede llevar 150 años y hay tratados médicos que datan de 800
años A.d.C como el Charaka Samhita con los usos específicos de plantas en diferentes patologías y en el
mantenimiento de la salud.
En China el tratado botánico medicinal, Pen Tsao describe en el 2800 A.d.C plantas utilizadas en Medicina
tradicional China. En Occidente en la Cueva de El Sidrón Asturias habitada por Neandertales se hicieron
hallazgos del uso del hongo Penicillium y restos de corteza conteniendo salicina precursora de la aspirina en
un trastorno dentario y milenrama y manzanilla en una mujer. En Egipto, el papiro de Ebers (descubierto en
1872 y que data de 1700 años A.d.C) hacía referencia también a muchas plantas medicinales utilizadas. La
gran obra de Dioscorides se tradujo en 600 especies medicinales a lo largo de cinco libros conocidos como
Materia Médica (principal farmacopea de la edad Media). Linneo en 1751 publicó su Sistema Natural en los
que presentó su propuesta taxonómica y en 1753 publicó Philosophia botánica donde utilizó su
nomenclatura binómica de género y especie para poder utilizar la misma denominación para la
identificación de las plantas. Utilizó el latín, el género se representa en mayúscula cursiva mientras la
especie se escribe en minúscula cursiva.
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Santa Hildegarda, médica naturalista. en el 1100 escribió varios libros sobre plantas medicinales. En la
actualidad la OMS nos brinda monografías de numerosas plantas medicinales, muchos de los países
latinoamericanos tienen su propia farmacopea integrando plantas medicinales, la Comisión E en Alemania
regula gran parte de la farmacopea utilizada en Europa y están presentes en Sistemas Médicos tradicionales
reconocidos por OMS como la Medicina China y el Ayurveda. Las plantas son parte de la Naturaleza, son
seres vivos y como parte de la vida no son dominio de pocos sino patrimonio de todos. Pertenecen a las
culturas y a los pueblos que las respetan y utilizan sus virtudes como parte de UNA SOLA SALUD siendo trama
con ellas en este paradigma biocéntrico. Las plantas actúan por sumatoria de virtudes. Además, son
selectivas en sus funciones.
Respetando lo individual de cada paciente, sus creencias, religiosidad, potencial enfermedad. Prestando
una asistencia de calidad, resolutiva, con enfoque general a las necesidades de cada uno;
La reforma constitucional del año 1994, incorporó de manera expresa el derecho al ambiente sano y
equilibrado. La expresión política ambiental refiere al conjunto de acciones de gobierno tendentes a
proteger el ambiente o alguno de sus componentes, cuya implementación entra en contacto/contradicción
con intereses políticos, económicos y sociales. La evidencia científica acerca del deterioro del ambiente
impulsado por actividades antrópicas, se convierta en una de las áreas especializadas con mayor
preponderancia en los planos nacional, regional y global. Desde el punto de vista gubernamental, las
políticas ambientales son políticas públicas y esto impone un alto nivel de coordinación intersectorial y un
inexorable abordaje interdisciplinario. Por otra parte, la ejecución de una política ambiental requerirá de
una arquitectura institucional adecuada, así como de acciones de sensibilización y de educación ambiental.
A esta complejidad se agrega la multiplicidad de escalas. El cambio climático global, la desertificación, la
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Al sancionarse la LGA en el año 2002, se instituyó el Sistema Federal Ambiental con el objetivo de
establecer un sistema de coordinación a escala regional y nacional en aras del logro del desarrollo
sustentable, como ámbito de concertación al Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA) e instruyendo
al Poder Ejecutivo Nacional de recomendaciones o resoluciones para la adecuada vigencia y aplicación
efectiva de las leyes de presupuestos mínimos. El COFEMA es un ámbito de concertación de políticas
ambientales, en el cual los representantes de las diversas jurisdicciones se expresan a través de acuerdos y
normas (resoluciones y recomendaciones), adoptadas en el marco de las Asambleas Ordinarias y
Extraordinarias.
Se concibe al “federalismo de concertación”, para el diseño de un sistema adecuado de distribución eficaz de
competencias ambientales, dicho modelo ha sido receptado en nuestro ordenamiento jurídico (artículo 41 CN y
artículo 23 de la Ley 25675), y tal como dice Silvia Nonna:
“el COFEMA debe asumir un “rol” fundamental, la autoridad ambiental nacional y debe cumplir con el debido
proceso de reglamentación de las leyes de presupuestos mínimos dando participación real a las jurisdicciones
locales, ultimas ejecutoras de estas normas, lo cual permite identificar los intereses y necesidades locales,
estableciendo las bases de un nuevo tipo de relación entre los diferentes niveles gubernamentales.”
La CSJN, en reciente sentencia, ha reafirmado que: En el derecho infra constitucional se desarrollan estos deberes
en la Ley General del Ambiente y en el Código Civil y Comercial de la Nación de modo coherente, tanto en el ámbito
público como privado (Fallos: 340:1695). En ese entendimiento, e ambiente es un bien colectivo, de pertenencia
comunitaria, de uso común e indivisible (Fallos: 329:2316 y 340:1695)
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en derecho interno. Así, no existiría un problema de jerarquía. La teoría “monista” postula que existe un
único ordenamiento jurídico en donde coexisten dos subsistemas interrelacionados. Así, descartaría el
problema de la integración normativa y centralizaría la cuestión en la jerarquía de las normas. Los partidarios
del monismo difieren, ya que algunos dan primacía a las normas internas y otros a las internacionales. En el
derecho internacional la cuestión no ofrecería dudas, desde que el derecho interno es un hecho y los Estados
no pueden invocarlo para incumplir sus obligaciones internacionales.
Las normas internacionales que obligan al Estado argentino se incorporan directamente en el ordenamiento
interno, sean tratados, costumbre o principios generales de derecho. En punto a la jerarquía normativa, el
artículo 75 inc. 22 primer párrafo de la CN establece, como regla general, que los tratados internacionales
tienen jerarquía superior a las leyes nacionales y a los ordenamientos provinciales. A través del
procedimiento especial previsto en la Constitución, se incorporó al listado de instrumentos con jerarquía
constitucional a la Convención sobre Desaparición Forzada de Personas. En el artículo 75 inc. 24 agrega otra
prelación en razón de la materia, respecto de las leyes nacionales y de los ordenamientos provinciales,
superioridad condicionada a la existencia de reciprocidad.
Los tratados en vigor para la Argentina, integran el derecho interno, tienen jerarquía inferior a los principios
de derecho público contenidos en la Constitución Nacional y superior a las demás normas del ordenamiento
nacional provinciales, existiendo un bloque de tratados con rango constitucional. Se concluye que el
“monismo jurídico” importa la aplicación del derecho internacional en el sistema interno de acuerdo con su
status y configuración en el plano internacional. Cabe destacar que la Argentina es parte en los más
importantes Acuerdos Ambientales Multilaterales (AMUMAs), así como en numerosos acuerdos regionales
y bilaterales. Podemos destacar el Convenio sobre humedales de importancia internacional, la Convención
de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, el Convenio de Diversidad Biológica, la Convención Marco
de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático y el Acuerdo de París.
Una situación particular se presenta con el recientemente aprobado Acuerdo Regional sobre el Acceso a la
Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el
Caribe (Acuerdo de Escazú). Se trata de un tratado ambiental, que desarrolla el Principio 10 de Río de 1992,
pero a la vez es un tratado de derechos humanos, desarrolla la triada de accesos: acceso a la información
ambiental, acceso a la participación pública en cuestiones ambientales y acceso a la justicia ambiental.
Estos accesos hacen posible la realización del derecho humano al ambiente sano, recocido tanto por la
Constitución Argentina, como recientemente por el Sistema Interamericano de Derecho Humanos (SIDH).
En el plano internacional, mención especial merecen los compromisos asumidos por la Argentina, en tanto
es parte del SIDH como los pronunciamientos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
La OC 23/17, debe destacarse la sentencia dictada por la Corte regional en el asunto Lhaka Honhat, en el
año 2020, de enorme fuerza en materia ambiental y protección de los derechos humanos de los pueblos
originarios a nivel regional y nacional. En dicho fallo, la CIDH realiza una interpretación extensiva del artículo
26 de la Convención Americana de Derecho Humanos para obligar al Estado a sanear, delimitar y dar el
título de dominio de la propiedad comunitaria a las poblaciones originarias, a compensar a la Asociación
Lakha Honhat sobre los daños materiales e inmateriales ocasionados, considerando grandes avances en
materia de reparación y obligaciones de garantía de derechos de los pueblos indígenas frente a la agresión
ambiental cometida por particulares.
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pública la Ley 27.621 aborda tres ámbitos de la educación ambiental: el formal (el sistema educativo
tradicional de escuelas y universidades), el no formal (organizaciones de la sociedad civil) y el informal
(medios de comunicación).
“Toda obra o actividad que, en el territorio de la Nación, sea susceptible de degradar el ambiente, alguno de sus
componentes, o a afectar la calidad de vida de la población, en forma significativa, estará sujeta a un procedimiento
de evaluación de impacto ambiental, previo a su ejecución.”
Existe un régimen general de EIA a nivel federal, habiéndose regulado ámbitos específicos que pueden
caracterizarse como administrativos. En cuanto a la Evaluación Ambiental Estratégica (EAE), se trata de un
procedimiento cuyo objeto consiste en evaluar las consecuencias o impactos ambientales durante la
formulación de decisiones estratégicas por parte del sector gubernamental. La EAE no se incluye en el
artículo 8 de la LGA es utilizada en la planificación pública del Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos
(OTBN) que cada provincia debe diagramar en el marco de la ley de bosques nativos. Se encuentra receptada
en ciertas cartas estaduales, como en el artículo 84 de la Constitución de la provincia de Entre Ríos y en
legislaciones provinciales, como la Ley 8.501 de ordenamiento territorial de la provincia de Mendoza. La
efectiva implementación de la EAE puede solucionar las insuficiencias que presenta la EIA. En cuanto a las
buenas prácticas discriminar y especificar cada una de ellas dentro del proceso en: proceso participativo,
interactivo, proactivo, creativo, focalizado e integrado. Ante esto, en el marco de generar mayores vínculos
entre la EAE y EIA, desde la cadena jerárquica desde políticas hasta proyectos individuales, la ley de
presupuestos mínimos podría corregir ciertas fallas que existen por su novísima aplicación.
Ejemplo de ello, es la Ley 27.007, modificatoria de la Ley 17.319 de hidrocarburos, que incorpora un marco de
previsión y de flexibilización en términos contractuales y tributarios para fomentar la llegada de inversión extranjera
para el otorgamiento de permisos de exploración y concesiones de explotación sobre yacimientos hidrocarburíferos
no convencionales.
Respecto de sus compromisos internacionales en la lucha contra el Cambio Climático Global, en la última
Contribución Determinada a Nivel Nacional (CDN) presentada a fines del año 2020 ante la Secretaría de la
Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático. Otra de las problemáticas emergentes, está
relacionada con las licencias otorgadas para la exploración de yacimientos hidrocarburíferos offshore en la
plataforma continental argentina sin contar con la obligatoria Declaración de Impacto Ambiental (DIA)
expedida por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
El Litio
En la República Argentina existen tres provincias, Catamarca, Jujuy y Salta, que disponen de importantes
reservas de litio, un recurso con gran potencial para la transición energética, ya que podría reemplazar a
los combustibles fósiles. Dadas las características de este recurso, su potencialidad y escasa disponibilidad,
se ha instalado el debate en torno a la necesidad de declarar al Litio como un Recurso Estratégico. Conforme
el art 124 de la Constitución nacional: “corresponde a las provincias el dominio originario de los recursos
naturales existentes en su territorio”. Se avizora una nueva tensión en la relación de la Nación con las
Provincias, en este caso las tres que integran el triángulo del Litio, resulta necesario un análisis con
perspectiva ambiental, fundamentalmente por el impacto que la actividad pudiera generar en la cuencas
hídricas teniendo en cuenta el contexto geográfico de localización de las reservas y la existencia allí de
comunidades originarias. Esos desarrollos deberán garantizar la participación de las mismas en los
procesos de toma de decisiones, en el marco del derecho a la Consulta Previa, Libre e Informada, derecho
consagrado por el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo y por numerosos
pronunciamientos de la CIDH84.
Reflexiones finales
La construcción de una Política Ambiental en la Argentina no es una tarea fácil y nunca será un proceso
acabado. En todo caso, puede valorarse positivamente la consagración constitucional del derecho-deber al
ambiente sano y equilibrado, en sintonía con el posterior reconocimiento del derecho humano al ambiente
en el Sistema Interamericano. Destacamos el activísimo judicial, Sin embargo, debemos destacar que esta
importante función no puede atender al objetivo primero del derecho ambiental: prevenir antes que curar.
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Antônio Neto - @antonioneto0
- 5265 –
ARTÍCULO 1º - La presente ley establece una Gestión sustentable y adecuada del ambiente, la preservación
y protección de la diversidad biológica y la implementación del desarrollo sustentable.
ARTÍCULO 2º - objetivos:
a) Asegurar la preservación, conservación, recuperación y mejoramiento de la calidad de los recursos
ambientales, tanto naturales como culturales;
b) Promover el mejoramiento de la calidad de vida de las generaciones presentes y futuras;
c) Fomentar la participación social en los procesos de toma de decisión;
d) Promover el uso racional y sustentable de los recursos naturales;
e) Mantener el equilibrio y dinámica de los sistemas ecológicos;
f) Asegurar la conservación de la diversidad biológica;
g) Prevenir los efectos nocivos antrópicas para la sustentabilidad ecológica, económica y social del
desarrollo;
h) Cambios en los valores que posibiliten el desarrollo sustentable, a través de una educación ambiental;
i) Información ambiental y el libre acceso de la población a la misma;
j) Sistema federal de coordinación interjurisdiccional, para la implementación de políticas ambientales de
escala nacional y regional;
k) Establecer procedimientos adecuados para la minimización de riesgos ambientales;
Principio de progresividad
Principio de responsabilidad
Principio de subsidiariedad
- 5267 –
Principio de sustentabilidad
Principio de solidaridad
Principio de cooperación
ARTÍCULO 5º - Los distintos niveles de gobierno deberán asegurar el cumplimiento de los principios
enunciados en la presente ley:
Ordenamiento ambiental
ARTÍCULO 9º - El ordenamiento ambiental desarrollará la estructura de funcionamiento global del territorio
de la Nación y se generan mediante la coordinación interjurisdiccional entre los municipios y las provincias,
y de éstas y la ciudad de Buenos Aires con la Nación, a través del Consejo Federal de Medio Ambiente
(COFEMA);
ARTÍCULO 10. - El proceso de ordenamiento ambiental, deberá asegurar el uso ambientalmente adecuado
de los recursos ambientales y promover la participación social, en las decisiones fundamentales del
desarrollo sustentable. En la localización de las distintas actividades antrópicas deberá considerar, en forma
prioritaria:
a) La vocación de cada zona o región;
b) La distribución de la población y sus características particulares;
c) La naturaleza y las características particulares de los diferentes biomas;
- 5269 –
d) Las alteraciones existentes en los biomas por efecto de los asentamientos humanos, actividades
económicas o de otras actividades humanas o fenómenos naturales;
e) La conservación y protección de ecosistemas significativos;
ARTÍCULO 11. Toda obra o actividad que, en el territorio de la Nación, sea susceptible de degradar el
ambiente, estará sujeta a un procedimiento de evaluación de impacto ambiental, previo a su ejecución;
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Antônio Neto
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ARTÍCULO 12. Las personas físicas o jurídicas darán inicio al procedimiento con la presentación de una
declaración jurada, en la que se manifieste si las obras o actividades afectarán el ambiente. Las autoridades
competentes deberán realizar una evaluación de impacto ambiental y emitir una declaración de impacto
ambiental en la que se manifieste la aprobación o rechazo de los estudios presentados;
ARTÍCULO 13. Los estudios de impacto ambiental deberán contener, una descripción detallada del proyecto
de la obra para la identificación de las consecuencias sobre el ambiente;
Educación ambiental
ARTÍCULO 14. La educación ambiental constituye el instrumento básico para generar en los ciudadanos,
valores, comportamientos y actitudes que sean acordes con un ambiente equilibrado;
ARTÍCULO 15. La educación ambiental constituirá un proceso continuo y permanente deberá facilitar la
percepción integral del ambiente y el desarrollo de una conciencia ambiental;
- 5270 –
Las autoridades competentes deberán coordinar con los consejos federales de Medio Ambiente (COFEMA)
y de Cultura y Educación, la implementación de planes y programas en los sistemas de educación, formal y
no formal. Las jurisdicciones, instrumentarán los respectivos programas o currículos a través de las normas
pertinentes.
Información ambiental
ARTÍCULO 16. Las personas físicas y jurídicas, públicas o privadas, deberán proporcionar la información que
esté relacionada con la calidad ambiental y referida a las actividades que desarrollan.
Todo habitante podrá obtener de las autoridades la información ambiental que administren y que no se
encuentre contemplada legalmente como reservada.
ARTÍCULO 17. La autoridad de aplicación deberá desarrollar un sistema nacional integrado de información
que administre los datos significativos y relevantes del ambiente, estableciendo los mecanismos necesarios
para la instrumentación efectiva a través del Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA).
ARTÍCULO 18. Las autoridades serán responsables de informar sobre el estado del ambiente y los posibles
efectos que sobre él puedan provocar las actividades antrópicas actuales y proyectadas.
El Poder Ejecutivo, elaborará un informe anual sobre la situación ambiental del país que presentará al
Congreso de la Nación;
Participación ciudadana
- 5271 –
ARTÍCULO 19. Toda persona tiene derecho a opinar en procedimientos administrativos que se relacionen
con la preservación y protección del ambiente;
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ARTÍCULO 20. Las autoridades deberán institucionalizar procedimientos de consultas para la autorización de
aquellas actividades que puedan generar efectos negativos y significativos sobre el ambiente;
La opinión u objeción de los participantes no será vinculante para las autoridades convocantes, en caso de
que éstas presenten opinión contraria a los resultados deberán fundamentarla y hacerla pública;
ARTÍCULO 21. La participación ciudadana deberá asegurarse, de evaluación de impacto ambiental y en las
etapas de planificación y evaluación de resultados;
Autogestión
ARTÍCULO 26. Las autoridades competentes establecerán medidas tendientes a:
a) La instrumentación de sistemas de protección de la calidad ambiental;
b) La implementación de compromisos voluntarios y la autorregulación;
c) La adopción de medidas de promoción e incentivos;
Daño ambiental
ARTÍCULO 27. Establece las normas que regirán los hechos o actos jurídicos, lícitos o ilícitos que, por acción
u omisión, causen daño ambiental de incidencia colectiva. Se define el daño ambiental como toda alteración
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relevante que modifique negativamente el ambiente, sus recursos, el equilibrio de los ecosistemas, o los
bienes o valores colectivos.
- 5273 –
ARTÍCULO 28. El que cause el daño ambiental será objetivamente responsable de su restablecimiento al
estado anterior a su producción.
ARTÍCULO 29. La exención de responsabilidad sólo se producirá acreditando que, a pesar de haberse
adoptado todas las medidas destinadas a evitar los daños se produjeron por culpa exclusiva de la víctima o
de un tercero por quien no debe responder. La responsabilidad civil o penal, por daño ambiental, es
independiente de la administrativa;
ARTÍCULO 30. Producido el daño ambiental colectivo, tendrán legitimación para obtener la recomposición
del ambiente dañado, quedará legitimado para la acción de recomposición o de indemnización pertinente,
la persona directamente damnificada por el hecho dañoso acaecido en su jurisdicción. toda persona podrá
solicitar, mediante acción de amparo, la cesación de actividades generadoras de daño ambiental colectivo.
ARTÍCULO 31. Si en la comisión del daño ambiental colectivo, hubieren participado dos o más personas, o
no fuere posible la determinación precisa de la medida del daño aportado por cada responsable, todos serán
responsables solidariamente de la reparación frente a la sociedad, sin perjuicio, en su caso, del derecho de
repetición entre sí para lo que el juez interviniente podrá determinar el grado de responsabilidad de cada
persona responsable.
- 5274 –
En el caso de que el daño sea producido por personas jurídicas la responsabilidad se haga extensiva a sus
autoridades y profesionales, en la medida de su participación.
ARTÍCULO 32. La competencia judicial ambiental será la que corresponda a las reglas ordinarias de la
competencia. El juez interviniente podrá disponer todas las medidas necesarias para ordenar, conducir o
probar los hechos dañosos en el proceso, a fin de proteger efectivamente el interés general. En cualquier
estado del proceso, podrán solicitarse medidas de urgencia prestando debida caución por los daños y
perjuicios que pudieran producirse.
ARTÍCULO 33. Los dictámenes emitidos por organismos del Estado sobre daño ambiental, agregados al
proceso, tendrán la fuerza probatoria de los informes periciales. La sentencia hará cosa juzgada y tendrá
efecto erga omnes.
A partir del año 2000, América Latina ingresó a un cambio de época., un nuevo ciclo político y económico
que fue caracterizado por el protagonismo creciente de los movimientos sociales, la crisis de los partidos
políticos tradicionales y por el cuestionamiento al neoliberalismo y la relegitimación de discursos
políticamente radicales. Este cambio de época tomo un nuevo giro a partir de la emergencia de diferentes
gobiernos que, apoyándose en políticas económicas heterodoxas, se propusieron articular las demandas
promovidas desde abajo, al tiempo que valorizaron la construcción de un espacio regional latinoamericano.
Frente a tal escenario, no pocos autores alentaron grandes expectativas de cambio y escribieron con
optimismo acerca del “giro a la izquierda”, la “nueva izquierda latinoamericana”, el “posneoliberalismo”.
Para designar a estos nuevos gobiernos se impuso la denominación genérica de progresismo, que tendría el
defecto de ser una categoría demasiado amplia, desde aquellas de inspiración más institucionalista hasta
las más radicales, vinculadas a procesos constituyentes. En una América Latina diezmada por décadas de
neoliberalismo y ajustes fiscales, que afanosamente deseaba construir puentes y espacios de integración, el
progresismo fue emergiendo como una suerte de lengua franca., mas allá de la diversidad de experiencias y
horizontes de cambio.
Esta apertura fue expresada de modo paradigmático por los nuevos gobiernos de Bolivia y Ecuador, países
en los cuales la articulación entre dinámica política e intensidad de las movilizaciones sociales se tradujo en
nuevas Constituciones, con gran participación popular, cuyo corolario fue la ampliación de las fronteras de
derechos. Tales como “Estado Plurinacional”, “Autonomías Indígenas”, “Buen Vivir”, “Bienes Comunes” y
“Derechos de la Naturaleza”, pasaron a formar parte de la gramática política latinoamericana, impulsadas
por diferentes movimientos sociales y organizaciones indígenas y alentadas por los gobiernos emergentes.
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Antônio Neto - @antonioneto0
Existía un campo de tensión que coexistían matrices políticas y narrativas descolonizadoras diferentes: por
un lado, la populista y desarrollista, que apostaba al retorno y/o recreación de un Estado nacional y, por
otro lado, la indianista, que apostaba a la creación de un Estado Plurinacional y al reconocimiento de las
autonomías indígenas, así como al respeto y cuidado del Ambiente. Al recorrer de la década los
progresismos irían consolidándose, por una narrativa populista desarrollista y de la personalización del
poder, desplazando otras narrativas de corte descolonizador, fueran indianistas, ecologistas y/o de
izquierda. La hegemonía del progresismo populista-desarrollista estuvo ligada al nuevo boom de los
commodities. A partir de 2003, en el inicio del “cambio de época”, la geografía de la extracción en el sur
global se doto de nuevos registros, vinculados a los altos precios internacionales de los productos primarios
(soja, metales y minerales, hidrocarburos, en este periodo de rentabilidad extraordinaria, América Latina
comenzó a vivir un crecimiento económico sin precedentes. En todos los países, el boom de los
commodities y sus ventajas comparativas, permitió la ampliación del gasto social por la vía de políticas
sociales y una reducción importante de la pobreza respecto del periodo neoliberal. En todos los países, -
independientemente de los discursos politicos-ideologicos, lo que he llamado el Consenso de los
Commodities- el proceso estuvo marcado por la tendencia a la reprimarización de las economías, a partir
de la acentuación de las actividades primario-extractivas o maquilas, con escaso valor agregado que
además trajo como consecuencia la explosión de conflictos socio-ambientales y el inicio de un nuevo ciclo
de violación de derechos humanos.
En los países con gobiernos progresistas, la política extractiva abrió una brecha mayor, tanto dentro de los
movimientos sociales como en el campo de la intelectualidad de izquierda. La dimensión de disputa y de
conflicto ingreso a una nueva fase de acumulación del capital, trazo así una primera línea de división
interna en torno a la discusión sobre las estrategias de desarrollo y la relación sociedad-naturaleza sobre
el vínculo entre izquierdas, lenguajes emancipatorios, practicas productivistas e imaginarios hegemónicos.
Prima facie, el carácter del progresismo como nueva lengua franca seria cuestionado desde y por las
corrientes indianistas y ecologistas de izquierda, generando con los anos un conflicto cada vez más profundo
en el pensamiento crítico latinoamericano. La crítica al modelo extractivo-exportador pareció hacer poca
mella en la popularidad de los gobiernos progresistas, en virtud de los commodities, crecimiento
económico, políticas de inclusión y ampliación del consumo. Durante más de una década dichos gobiernos
tendieron a monopolizar el espacio del progresismo, en ese primer periodo con la izquierda, neutralizando
otras opciones más radicales. Los gobiernos fueron consolidando esquemas de resubalternización hacia los
movimientos y organizaciones sociales, en algunos países, el doble proceso (institucionalización y
estatalización), en términos de “expropiación’, de aquella energía social colectiva acumulada, cuya
movilización y lucha hicieron posible el cambio de época (la guerra del Agua, 2000 y la guerra del gas, 2003).
Con el correr de los anos, los progresismos existentes no solo serian cuestionados por las políticas
neodesarrollistas de carácter extractivista y por el avance de la criminalización de las luchas
socioambientales, sino también por la disociación creciente entre la narrativa de izquierda y las políticas
públicas, visibles en diferentes campos. El sindicalista argentino Julio Fuentes, entre el relato y la realidad hubo
mucha diferencia: todos queríamos vivir en el país del otro, porque lo que estábamos viendo era el relato “Todos
queríamos vivir en el país del otro”. La frase no puede ocultar la incomodidad que los progresismos existentes
generaron al interior del campo de las izquierdas, instalando brechas profundas y ásperos debates acerca de
la significación de lo que se entiende por izquierda. Hasta el final del ciclo, el evidente desacoplamiento
entre progresismos e izquierdas habilitaría la reintroducción de categorías recurrentes como las de
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Populismo y Transformismo, permeando una parte importante de los análisis críticos contemporáneos.
Promediando la segunda década del nuevo siglo, el escenario político latinoamericano comienza a vivir un
periodo de alternancia político-electoral, con un filo dramático el fin de ciclo y el progresivo giro hacia
gobiernos de carácter abiertamente conservador. Uno de los grandes problemas de los progresismos ha
sido la inevitable rotación de liderazgos, frente a la imposibilidad constitucional de renovar indefinidamente
los mandatos presidenciales. Con los años y a medida en que los regímenes se fueron consolidando, la
concentración y personalización de poder político impidieron la emergencia y renovación de otros
liderazgos dentro del campo progresista, que golpea de lleno el fin del ciclo progresista.
En los últimos anos el debate sobre- las “re-reelecciones” ha sido motivo de polarización social. En 2013 la
presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, tanteo a través de sus voceros más leales la posibilidad
de una reforma constitucional, pero se encontró con que la sociedad ponía un límite a sus aspiraciones,
primero en la calle y luego en las urnas. Evo Morales sufrió en carne propia la derrota y el golpe del “no” que la
sociedad boliviana le propino a sus aspiraciones re-reeleccionistas, a través del referéndum de febrero de 2016, lo cual
le impide legalmente presentarse para un cuarto mandato consecutivo, a partir de 2019. Desde Ecuador, luego de un
2015 atravesado por diferentes conflictos que enfrentaron al partido gobernante tanto con la clásica derecha como
con organizaciones de izquierda, Rafael Correa LOGRO que se votara una enmienda constitucional que habilita la
reelección indefinida, pero que no puede aplicarse en las elecciones presidenciales de 2017. En 2009, en lo
que fuera su segundo intento, el venezolano Hugo Chávez LOGRO hacer aprobar vía referéndum, la
reelección indefinida para todos los cargos. En 2013, en Nicaragua, un Daniel Ortega cada vez más lejos de
los ecos combativos de la revolución sandinista y cada vez más cerca de la tradicional figura de una dictadura familiar,
obtuvo que la Asamblea legislativa votara a favor de las reformas constitucionales que legalizaban la misma.;
En el marco de los commodities, los progresismos han venido mostrando también una fuerte tendencia al
desdibujamiento de la frontera entre lo público y lo privado, al abuso de poder y los hechos de corrupción,
despojando de su aura redentora, relativizando aquella narrativa inicial sobre la relación entre
transparencia, justicia social e inclusión. En la actualidad los progresismos realmente existentes entraron
en una fase de agotamiento y de crisis, lo cual es ilustrado por el giro conservador que adoptaron dos de
los países más importantes de la región, Argentina y Brasil. Este agotamiento no se debe solo a factores
externos, sino también a factores internos. El giro conservador esta vinculado, en gran parte, a las
limitaciones, mutaciones y desmesuras de los gobiernos progresistas, a esto hay que añadir que pese a la
sobreutilización
de la hipótesis conspirativa, no todo es ilusión: en América Latina los procesos de polarización política
habilitaron la vía más espuria del GOLPE PARLAMENTARIO, posibilitando la expulsión de Zelaya, en
Honduras (2009), la destitución de Fernando Lugo, en Paraguay (2012) y, las más resonante de todas, el
escandaloso impeachment a la presidenta del Brasil, Dilma Rousseff (2016), acelerando de ese modo el
retorno a un escenario abiertamente conservador en estos países. El fin de ciclo y el eventual giro político
se inserta en un escenario mundial muy perturbador, marcado por el avance de las derechas más
xenofóbicas y nacionalistas en Europa, así como por el inesperado triunfo del magnate Donald Trump en
Estados Unidos. Todo ello augura importantes cambios geopolíticos que además de producir un
empeoramiento del clima ideológico a nivel internacional, en el cual las demandas antisistemas de la
población más vulnerada se articulan con los discursos más racistas y proteccionistas, de modo negativo en
la región latinoamericana, en un contexto global de mayor desigualdad.
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Antônio Neto - @antonioneto0
Desde el punto de vista político, la crisis de los progresismos gubernamentales asesto un golpe duro al
conjunto de las izquierdas, en las oposiciones binarias, gran parte de los gobiernos progresistas lograron
monopolizar el espacio de la centro izquierda/izquierda, neutralizando otras narrativas de cambio y
obturando la posibilidad de la emergencia de posiciones políticas mas radicales, con lo cual su crisis y
debilitamiento impacta en gran parte del espacio.
Por último, el fin de ciclo debe leerse antes que nada como un agotamiento de los progresismos realmente
existentes, la emergencia de una nueva derecha es todavía la excepción, no la regla., tanto en Argentina
como en Brasil, se trata de gobiernos todavía no consolidados, en un marco de profundización de la crisis
económica y de la protesta social. Se trataría, de gobiernos débiles, obligados a la negociación permanente.
Todavía no se perciben los contornos de un (nuevo) esquema de estabilidad política, que necesariamente
debe estar orientado a generar un modelo de resubalternización con el fin de contener tanto a las clases
medias como los sectores populares. Por añadidura, existen claras diferencias entre los dos gobiernos
citados, pues mientras el de Michel Temer es, además de impopular, un gobierno ilegitimo, el de Mauricio
Macri es un gobierno que cuenta con una legitimidad de origen, basada en el voto popular. Sin embargo,
hay un innegable aire de familia entre los dos: sin que signifique volver de modo lineal al neoliberalismo,
ambos recrean y alientan núcleos básicos del mismo, a través, entre otras cosas, de políticas de ajuste que
favorecen abiertamente a los sectores económicos más concentrados, así como el endurecimiento del
contexto represivo. En suma, el agotamiento del ciclo progresista es ya evidente, al menos en su carácter
de lengua franca, de lenguaje político común, aceptado y compartido por amplias capas de las sociedades
latinoamericanas, mas allá de la disociación evidente entre progresismos e izquierdas, mas allá de
incomodidad existente entre diferentes activistas, movimientos sociales e intelectuales en sus propios
países, o de los deseos de muchos de estar en el país del otro. Por otro lado, todo parece indicar que
estamos asistiendo al inicio de una nueva época a nivel regional, cuyo carácter más expoliatorio en términos
de derechos, augura más incertidumbre y menos pluralidad, en un contexto global ya marcado por
importantes cambios geopolíticos y crecientes desigualdades.
idea de modernización en su versión hegemónica, abrió un nuevo espacio en el cual se fue cristalizando el
rechazo y la revisión del paradigma del progreso y la sociedad industrial de consumo, en esta óptica, la
fuerte desconfianza de las izquierdas clásicas. Los movimientos ecologistas que se desarrollaron a partir de
los años 60, especialmente en Europa y Estados Unidos, lograron alcanzar un carácter altamente precursor
y ejemplar, desarrollando una respetable influencia en sus sociedades.
Recordemos que entrado el siglo XX, no existía lugar político e ideológico ya que se desconocían las
consecuencias destructivas que podía generar una modernización sin freno, había un único paradigma de
la modernización, al cual adherían incluso las diferentes corrientes del marxismo, cuya visión productivista
y homogeneizadora del progreso fue puesta a prueba en varias oportunidades y contextos históricos. En este
sentido, América Latina no fue una excepción, pues esta visión fue sostenida tanto por los Estados
desarrollistas como por las diferentes experiencias nacional-popular. Las izquierdas tanto en su matriz
anticapitalista como nacional-popular se mostraron sumamente refractarias a las corrientes ambientales y
ecologistas, pues la problemática ecológica era considerada una importada de la agenda de los países ricos
y vinculadas directamente con el desarrollo avanzado. Entre los años 80 y 90 estas temáticas
desaparecieron por completo de la agenda política, tanto en Latinoamérica como en otras latitudes. La
emergencia de un nuevo escenario político-social en América Latina impulsión una vuelta hacia las “grandes
preguntas” de aquellos conceptos límites que trazaron directrices del pensamiento crítico, tanto de
desarrollo como de emancipación sucesora de la idea de revolución, en el retorno de aquellos conceptos
límite que alguna vez trazaron las líneas directrices del pensamiento crítico de la región. Tanto las ideas de
"desarrollo" como aquella de "emancipación" sucedieron, en gran medida, de la idea de "revolución".
Ninguno de estos conceptos límite ha retornado intacto, sobre ellos se van operando trastrocamientos y
resignificaciones mayores, ligados tanto a la nueva dinámica del poder como a la acción contestataria de los
movimientos sociales contemporáneos. En América Latina, el marco en el cual retorna la cuestión acerca del
"desarrollo" y los debates acerca de la "emancipación" va diseñando una trama muy compleja y conflictiva,
atravesada por dilemas y posicionamientos irreconciliables. En nuestros países el impulso del capitalismo
neoliberal postdictadura conoce diferentes etapas: un primer momento, en los años no venta, marcado por
la desregulación económica, el ajuste fis cal, la política de privatizaciones, como por la introducción
generalizada de los agronegocios. Como afirma Boaventura de Sousa Santos, estas transformaciones
confirmaron el carácter meta regulador del Estado, esto es, un Estado que emerge como "entidad
responsable de crear el espacio para la legitimidad de los reguladores no estatales". Esto implicó la
generación de nuevas normas jurídicas, que no sólo favorecieron la implantación de capitales extranjeros,
sino que garantizaron la institucionalización de los derechos de las grandes corporaciones y la aceptación de
la normativa creada en los espacios transnacionales. Dicho proceso de mercantilización de los bienes
públicos tuvo como consecuencia la profundización de un Estado patrimonialista y una fuerte imbricación
entre los gobiernos (provincia les y nacionales) con los grupos económicos privados.
En la actualidad, atravesamos un segundo momento, caracterizado por la generalización de un modelo
extractivo-exportador que apunta a consolidar y ampliar aún más las brechas sociales entre los países del
norte y del sur, en base a la extracción de recursos naturales no renovables, la extensión del monocultivo,
la contaminación y la pérdida de biodiversidad. La minería a cielo abierto, la construcción de
megaempresas, los proyectos previstos por la IIRSA y muy pronto los agrocombustibles (etanol) ilustran
acabadamente esta nueva división del trabajo en el con texto del capitalismo actual. En términos de D.
Harvey, la actual etapa de expansión del capital puede calificarse como "acumulación por desposesión",
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Antônio Neto
Antônio Neto - @antonioneto0
proceso que ha producido nuevos giros y desplazamientos, colocando en el centro de la disputa la cuestión
acerca del territorio y el medioambiente. Esta etapa también aparece nuevos mecanismos de desposesión,
como la biopiratería o la apropiación de formas culturales y cultivos tradicionales pertenecientes a los
pueblos indígenas y campesinos. Entonces, en este escenario de reprimarización de la economía,
caracterizado por la presencia desmesurada de grandes empresas transnacionales, se hayan potenciado
las luchas ancestrales por la tierra, de la mano de los movimientos indígenas y campesinos, al tiempo que
han surgido nuevas formas de movilización y participación ciudadana, centradas en la defensa de los
recursos naturales (definidos como "bienes comunes"), la biodiversidad y el medio ambiente, lo cual va
diseñando una nueva cartografía de las resistencias. Estos procesos de movilización de carácter
multisectorial y policlasista, desembocan en la formación de nuevos movimientos socioambientales de
carácter asambleario, que plantean la necesidad de un cambio del marco regulatorio actual, al tiempo que
abren una disputa en torno a lo que se entiende por modelo de desarrollo sustentable.
En primer lugar, desde fines de los años ochenta, el territorio se fue erigiendo en el lugar privilegiado de
disputa, a partir de la implementación de las nuevas políticas sociales de carácter focalizado, diseñadas
desde el poder con vistas al control y la contención de la pobreza. Sin embargo, de manera más reciente, a
partir de las nuevas modalidades que ha adoptado la lógica de acumulación del capital, el territorio aparece
en el centro de los reclamos de las movilizaciones y los movimientos campesinos, indígenas y
socioambientales. Las acciones de dichos movimientos, orientadas tanto contra el Estado como contra
sectores privados, se inician con reclamos puntuales, aunque tienden a ampliar y radicalizar su plataforma
representativa y discursiva, incorporando otros temas, tales como el cuestionamiento a un modelo de
desarrollo considerado monocultural y destructivo, y la necesidad de la desmercantilización de los bienes
comunes. La construcción de la territorialidad se va cargando de nuevas (re)significaciones y diferentes
valoraciones, en contraste con las concepciones generalmente excluyentes que motorizan tanto los
gobiernos como las empresas transnacionales. Sobre la territorialidad deviene casi inmediata para el caso
de las organizaciones indígenas y campesinas, aunque no necesariamente para el caso de las organizaciones
urbanas. Al igual que tantos otros movimientos sociales, las movilizaciones socioambientales son proclives
a desarrollar formas de acción directa y nuevas estructuras de participación flexibles, no jerárquicas, que
subrayan la horizontalidad y la profundización de la democracia. En este marco, cobra centralidad la forma
asamblea, con un espacio político extraordinario en el cual convergen desobediencia civil y democracia
directa. Así, por ejemplo, en la Argentina, en todos los casos, los movimientos socioambientales se
autodenominan "asambleas" de vecinos o de autoconvoca dos cuya composición refleja un carácter
heterogéneo y multisectorial, con una marcada presencia de las clases medias y, en muchos casos, de
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Antônio Neto - @antonioneto0
EL TERRITORIO EN DISPUTA
El desarrollo de la minería metalífera a gran escala podría pensarse como un ejemplo paradigmático en una
visión de la territorialidad como excluyente y genera una "tensión de territorialidades". En estos casos el
discurso sostenido por las empresas transnacionales en alianza con los diferentes gobiernos suele desplegar
una concepción binaria del territorio sobre la base de la división viable/inviable, que desemboca en dos
ideas mayores: por un lado, la de "territo rio eficiente"; por otro, la de "territorio vaciable". En primer
lugar, la transformación neoliberal de los años noventa, los gobiernos instrumentaron la idea de "territorio
eficiente", para traducir una manera diferente de concebir el espacio geográfico nacional, desplazando así
la idea de un modelo global de territorio subsidiado desde el Estado. Esto significó, el desmantelamiento de
la red de regulaciones que garantizaban un lugar a las economías regionales en las economías nacionales.
Como consecuencia de ello, la viabilidad o inviabilidad de las economías regionales pasó a medirse en
función de la tasa de rentabilidad. En segundo lugar, más reciente, la expansión de nuevos
emprendimientos productivos fue instalando la idea de que existen territorios vacíos o "socialmente
vaciables", con el fin de poner bajo el control de las grandes empresas una porción de los bienes naturales
que se hallan en dichos territorios. En términos de Robert Sack, esto se produce cuando el territorio carece
de artefactos u objetos valiosos desde el punto de vista social o económico, con lo cual éstos aparecen
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Antônio Neto - @antonioneto0
como "sacrificables" dentro de la lógica del capital. La eficacia simbólica de esta estrategia aparece ligada a
la implantación geográfica de dichos emprendimientos, a zonas relativamente aisladas, empobrecidas o
caracterizadas por una baja densidad poblacional.
Para el caso argentino, la idea de "territorio vacío" o "desierto" fue empleada a fines del siglo XIX para
justificar la expansión de la frontera, eliminar poblaciones indígenas y promover la inmigración
extranjera, imponiendo así un modelo de Estado nación homogeneizante que asociaba el progreso con la
integración socioeconómica al mercado internacional.
En la actualidad, parecería haber un retorno de dicha estrategia en la medida en que la resignificación del
concepto de "desierto" y la valorización de esos territorios caracterizados por sus paisajes primarios y su baja
densidad poblacional permitirían justificar la construcción de una territorialidad que excluye a las otras existentes.
Funcionarios del gobierno nacional y provincial utilizan dicha "metáfora", para plantear el desarrollo de
determinadas actividades económicas como única alternativa productiva y es utilizada para justificar la venta de
extensos territorios en la Patagonia argentina a empresas y propietarios extranjeros, que incluyen el acceso
exclusivo a ríos y lagos y, en algunos casos, a pueblos enteros.
En suma, la idea de que existen, territorios poco ha bitados que cuentan con grandes extensiones de tierra
y poblaciones pobres o atrasadas económicamente, facilita la instalación de un discurso productivista y
excluyente. Es a partir de esa imposición que las poblaciones van configurando o potenciando diferentes
lenguajes de valoración en torno al territorio y el cuidado del medioambiente. Así, la definición de lo que es
el territorio se convierte, más que nunca, en el primer locus del conflicto.
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Antônio Neto - @antonioneto0
como de la promoción de una "acción socialmente responsable" por parte de los Estados y de las
empresas.
La noción de responsabilidad social empresarial (RSE), un concepto introducido por las empresas
multinacionales, acerca de la responsabilidad de las empresas respecto del impacto social y ambiental que
generan sus actividades. La RSE adquirió rango institucional a través del Pacto Global, en el año 2000, el
cual es definido como "un Programa Interagencial, liderado por el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD), la Comisión Económica para Amé rica Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), tendiente a aumentar la responsabilidad social empresaria en los campos
de los derechos humanos, los estándares laborales y el medio ambiente" Este nuevo modelo, surgió como
propuesta del Foro Económico de Davos en 1999, ha sido propuesto por y para las grandes empresas que
operan en contextos de gran diversidad. Las grandes empresas que lideran internacionalmente el
movimiento de RSE, con fuertes campañas mediáticas y enormes presupuestos, son responsables de daños
ambientales, de explotación de trabajo infantil y subcontratación de trabajo esclavo, sobre todo, en las
regiones periféricas, donde los marcos regulatorios son siempre más permisivos que en los países
industrializados del centro.
En Argentina, el modelo de la RSE se instaló luego de la crisis de 2001 y encontró un gran dinamismo en el
campo de la actividad minera. En 2002 se presenta el informe final del programa Mining Minerals &
Sustainable Development (MMSD) que tendría por objetivo "cargar de contenidos la responsabilidad
empresarial". Así, dicho concepto aparecía como una de las claves tendientes a producir "un cambio cultural
respecto de la minería a gran escala, para ser concebida como factor de desarrollo sustentable".
En efecto, en primer lugar, tienden a reconfigurar bruscamente las economías locales preexistentes,
reorientando la actividad económica de la comunidad en función de la minería y creando nuevos enclaves
de exportación. En segundo lugar, producen un impacto negativo en términos ambientales y sanitarios,
que re percute sobre las condiciones de vida de la población. En tercer y último lugar, las empresas tienden
a ampliar su esfera de acción por medio de la llamada responsabilidad social empresaria, al convertirse en
agentes de socialización directa a través de la acción social y comunitaria.
El concepto de "gobernanza" puede ser definido como "una forma de gobierno que no pasa por la acción
aislada de una elite político-administrativa relativamente homogénea y centralizada, sino por la adopción
de formas de coordinación a distintos niveles, y multifactorial, en cuanto incluye el sector público y el sector
privado, los actores de la sociedad civil y el mercado". Como sostiene Boaventura de Sousa Santos (2007), la
gobernanza opera como una síntesis entre legitimidad y gobernabilidad: "La gobernanza busca, armonizar
las reivindicaciones a favor de la participación y la inclusión, resultado de la interpretación de la crisis social
que parte del concepto de legitimidad, con las exigencias de una mayor autonomía y autorregulación
producto de la interpretación guiada por la idea de gobernabilidad. Sin embargo, es una falsa síntesis, puesto
que opera totalmente dentro del marco de la gobernabilidad". En la actualidad, el concepto de gobernanza
está siendo aplicado en América Latina en el marco de la extensión del modelo extractivo-exportador. El
modelo de gobernanza es portador de la idea de que los antagonismos y las contradicciones pueden
resolverse en una esfera de mediación y de entendimientos recíprocos, en las cuales el objetivo es tanto la
consolidación de la gobernabilidad como la materialización del llamado "capital social" en términos de redes
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sociales y políticas. En su desarrollo actual, se trata de un modelo que intenta una recomposición de la
dinámica del capitalismo neoliberal por medio de ciertos dispositivos de intervención públicos y privados,
que colocan el acento, por un lado, en la responsabilidad social empresaria y, por el otro, en la necesaria
autolimitación de las demandas y reclamos de las poblaciones afectadas, frente a una realidad de "hechos
consumados", esto es, la expansión "inevitable" del capitalismo transnacional en nuestras latitudes,
y desde estos condicionamientos sociales y estructurales, nos muestra que la historia, con sus oscilaciones y
dinámicas recursivas, está lejos de ser lineal. Si muchos fueron los sujetos y las organizaciones que
sucumbieron frente a esos riesgos propios del campo minado, otros supieron abrir brechas, hacer del
defecto virtud, potenciando las luchas en el marco de disputa. Así, la construcción de una agenda política
sobre estos temas requiere, antes que nada, una crítica radical de las nuevas formas que asume el
pensamiento hegemónico, cuyo poder de recomposición se traduce en renovadas formas de dominio en
nombre de categorías progresistas o democratizantes. El desafío que afrontan los movimientos
socioambientales, en el actual escenario regional, plantea la necesidad de elaborar nuevos lenguajes de
valoración y estrategias políticas que vayan diseñando otras alternativas civilizatorias, más allá de la ilusión
productivista, pero también más allá de la pura lógica destituyente.
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