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Psiquiatria Infantil Trastornos Específicos Del Aprendizaje

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PSIQUIATRIA INFANTIL

Trastornos específicos del aprendizaje


Los trastornos específicos del aprendizaje (TEAp) representan un conjunto
heterogéneo de manifestaciones que limitan la capacidad de los estudiantes y
los hace presentar una ejecución académica por debajo de lo esperado. El
inicio, identificación y diagnóstico del TEAp ocurre típicamente en los grados
escolares cuando se requiere aprender a leer, deletrear, escribir y aprender
matemáticas. Sin embargo, se han identificado precursores en edad preescolar
que incluyen: retraso en el lenguaje, dificultades en rimas o al contar, pobres
destrezas motoras finas y dificultades en el procesamiento cognitivo, sobre
todo en las áreas de consciencia fonológica, memoria de trabajo y
nombramiento rápido. Asimismo, en la edad preescolar puede observarse
resistencia y oposición a las tareas de aprendizaje.
Entre los factores etiológicos se encuentra uso de alcohol o drogas,
malnutrición de la madre, partos prematuros previos, bajo peso al nacer,
privación de oxígeno y un parto prolongado, eventos postnatales, como
lesiones traumáticas, desnutrición severa y exposición a sustancias como el
plomo, pueden acarrear como consecuencia el desarrollo de TEAp. Asimismo,
se conoce que el nivel educativo de los padres predice el desarrollo de TEAp
en la prole, lo que evidencia el impacto del ambiente. Los TEAp se asocian al
desarrollo neurológico debido a la identificación de estructuras cerebrales
específicas, relacionadas con un funcionamiento atípico en procesos
neuropsicológicos subyacentes a las destrezas académicas, que no se explican
sólo por aspectos del contexto.
 Trastornos específicos de la lectura (Dislexia): Es la incapacidad de
aprender a leer con una escolaridad adecuada y con sus capacidades
intelectual, sensorial y neurológica conservadas. Entre las causas se
describe los trastornos de la percepción visual o del significado de las
palabras, las alteraciones en la maduración del lenguaje, dificultades de
la organización espacio-temporal y de la dominancia lateral.
El diagnostico es clínico dado por:
- Déficit notable en el desarrollo de habilidades para reconocer la
palabra escrita.
- Dificultad para comprender lo que se lee.
- Lectura lenta que impide seguir el ritmo normal de los niños de su
edad.
- Omitir palabras durante la lectura o distorsionar la pronunciación
de manera que es inteligible lo que lee.
- Sustituciones de palabras que aparecen en el texto por
otras que no tienen relación alguna.
-
- Disminución de la capacidad para sintetizar.
- Confundir letras (b por d, b por p, q por p, etc.).
- Bajo rendimiento en las pruebas de lectura aplicadas de forma
individual.
- Interferencia en el aprendizaje y en la vida cotidiana.
- No se debe a déficit sensorial, neurológico o de inteligencia.
Dx diferencial: Retraso mental, escolaridad insuficiente, déficit
sensorial y trastornos neurológicos
Tratamiento: Se debe explicar a los padres, el paciente y la escuela
sobre el trastorno, insistir en que el paciente no es retrasado mental
ni padece una enfermedad psiquiátrica, instruir a padres y maestros
para que impidan burlas, comparaciones o presiones, por parte de
ellos, otros adultos o los pariguales y estimular los éxitos y exaltar su
buen rendimiento en otras áreas.Se debe realizar la lectura
correctiva: en las áreas visual (forma) y auditiva (sonido) por un
especialista en la materia.
 Trastorno de la expresión escrita (Disgrafia): Incapacidad para escribir
que no se debe a: retraso mental, déficit sensorial, neurológico o
escolar. La sintomatología esencial del trastorno consiste en un déficit
marcado en el desarrollo de las habilidades de escritura. Se puede
presentar en diversas formas de la escritura como son: forma rígida,
forma suelta e irregular, forma impulsiva con desorganización y
descontrol, forma lenta (le es imposible hacerlo a la velocidad normal) y
la escritura en espejo (la más peculiar).
Dx diferencial: Retraso mental, escolaridad insuficiente, déficit sensorial,
trastornos neurológicos y Síndrome de Gerstmann: es un síndrome
neurológico en el cual además de la disgrafia aparece agnosia de dedos.
Tratamiento: Ejercicios de escritura, corrección de hábitos de colocar el
papel o tomar el lápiz, períodos cortos de entrenamiento varias veces al
día, no enviarlo al pizarrón, estimular sus éxitos y exaltar su buen
rendimiento oral, informar: Familia, escuela, paciente.
 Trastorno especifico del calculo aritmético (Discalculia): Incapacidad
para el desarrollo de las habilidades aritméticas que no se deben a
retraso mental, trastornos neurológicos o deficiente escolaridad. La
clínica esta dada por alteraciones en la comprensión y empleo de la
nomenclatura y las operaciones matemáticas, codificación de los
símbolos matemáticos, reconocimiento de símbolos numéricos,
agrupación de objetos en conjunto, recordar el número que “llevamos”,
seguimiento de la secuencia, aprender las tablas de multiplicar, etc.
Dx diferencial: Retraso mental, síndrome de Gerstmann, déficit escolar.
Tratamiento: Hacerle sentir que obtiene éxitos y que aprender es
divertido, uso de objetos como medios auxiliares que él pueda tocar,
manipular y “contar” (varillas, bloques, tablas, etc.), confianza y
autoestima al paciente, maestro y padres y pedagogía especializada.
Discapacidad Intelectual o Deficit Mental
La discapacidad intelectual (trastorno del desarrollo intelectual) es un trastorno
que comienza durante el periodo de desarrollo, que incluye limitaciones en el
desempeño intelectual y adaptativo en los dominios conceptual, social y
práctico. Los siguientes tres criterios deben estar presentes para considerar el
diagnóstico:
a) Deficiencias intelectuales en razonamiento, resolución de problemas,
planificación, pensamiento abstracto, juicio, aprendizaje académico y
aprendizaje de la experiencia, confirmadas mediante la evaluación clínica y
pruebas de inteligencia estandarizadas e individualizadas.
b) Deficiencias en el comportamiento adaptativo que producen fracasos en
el cumplimiento de los estándares de desarrollo y también socioculturales que
impiden desempeñarse independientemente y tener responsabilidad social al
individuo. Sin apoyo continuo, estas deficiencias adaptativas limitan el
desempeño de una o más actividades de la vida cotidiana, como la
comunicación, la participación social y la vida independiente en múltiples
entornos, el hogar, la escuela, el trabajo y la comunidad.
c) El inicio de las deficiencias intelectuales y adaptativas durante el periodo
de desarrollo
Causas:
- Prenatales: Se incluyen aquí los trastornos del metabolismo de los
aminoácidos como la fenilcetonuria, la enfermedad de la orina en jarabe
de arce, la enfermedad de Hartnup, la histidinemia, la hemocistinuria, la
enferme- dad de Lowe, etc. Además, los trastornos del metabolismo de
las grasas como la degeneración cerebromacular, la enfermedad de
Niemann-Pick, la de Gaucher y la leucodistrofia. Los trastornos del
metabolismo de los hidratos de carbono como la galactosemia, la
glucogénesis imperfecta, la intolerancia a la fructosa, la hipoglicemia
leucinosensible y tipo McKuarrie. A estos factores pertene- cen los
trastornos metabólicos diversos como la hipercalcemia, el hipotiroidismo,
la enfermedad de Crigler-Najjar, la enfermedad de Wilson, la de Hurler,
etc. las aberraciones cromosómicas, como los trastornos autosómicos,
el síndrome de Down, el síndrome de maullido de gato, las trisomías 13,
18 y 22, las anomalías de los cromosomas sexuales como la
enfermedad de Klinefelter y el síndrome de Turner. Existen además los
trastornos autosómicos dominantes como la distrofia miotónica, la
neurofibromatosis, la enfermedad de Sturgeweber, la Hipper-Lindau, la
enfer- medad de Marfan y otras. Asimismo, las anomalías del desarrollo
por mecanis- mos genéticos recesivos o desconocidos como la
hidranencefalia, porencefalia, microcefalia, macrocefalia, hidrocefalia,
agenesia del cuerpo calloso y el sín- drome de Laurence-Moon-Biedel,
corresponden a esta etapa. En la fase prenatal, además de esta gran
lista de enfermedades congéni- tas, se pueden invocar varios factores
de riesgo, predisponentes o asociados al retraso mental en la etapa del
embarazo, como son: Infecciones (citomegálicos, toxoplamosis),
enfermedades graves en los primeros meses, que necesiten
quimioterapia o cirugía mayor, toxemia, amenaza de aborto, exposición
a radiaciones, incompatibilidad de grupo sanguíneo, Afecciones
sistémicas, metabólicas y alérgicas (diabetes, asma, tirotoxicosis y
desnutrición), otras afecciones obstétricas (hemorragias, placenta
previa, infarto, re- traso en el crecimiento intrauterino, etc.),
alcoholismo.Tabaquismo activo o pasivo, madre menor de 17 o mayor
de 35.
- Factores perinatales. Las lesiones durante el nacimiento abarcan todos
los tipos de trastorno cerebral derivados de complicaciones del parto y
son entre otras: lesiones traumáticas cerebrales, anoxia, kernictero,
sepsis neonatal, hipoglicemia, hemorragia, instrumentación prolongada o
precipitada y presentaciones anormales, la prematuridad, el bajo peso al
nacer y el nacimiento tardío son causa de trastornos.
- Factores posnatales. Los factores posnatales son todas aquellas
situaciones o entidades que producen lesión o deterioro del
funcionamiento del SNC y que se clasifican en: Infecciones como la
meningoencefalitis bacteriana o viral, Enfermedades graves en el
período neonatal. Deshidratación hipertónica. Trastornos convulsivos
(epilepsia, espasmos infantiles, etc.). Traumas intensos con estado de
coma prolongado. Intoxicaciones (plomo). Desnutrición grave. Paro
cardiorrespiratorio. Enfermedad de Heller. Deprivación sensorial.
Clasificación y Cuadro clínico
El diagnóstico se va a establecer, fundamentalmente por el cuadro clínico, pero
teniendo en cuenta que hay aspectos que tienen que estar presentes siempre y
otros que no son necesarios para hacerlo. Los tres criterios imprescindibles
para el diagnóstico del retraso mental son: capacidad intelectual general muy
por debajo del promedio, déficit en la capacidad adaptativa y comienzo antes
de los 18 años. Se debe hacer hincapié en la amnesis para profundizar en los
antecedentes prenatales, los antecedentes patológicos familiares y el
desarrollo psicomotor.
 Retraso Mental Leve: Los individuos afectos de retraso mental leve
adquieren tarde el lenguaje, pero la mayoría alcanzan la capacidad de
expresarse en la actividad cotidiana, de mantener una conversación y de
ser abordados en una entrevista clínica. La mayoría de los afectados
llegan a alcanzar una independencia completa para el cuidado de su
persona (comer, lavarse, vestirse, controlar los esfínteres), para
actividades prácticas y para las propias de la vida doméstica, aunque el
desarrollo tenga lugar de un modo considerablemente más lento de lo
normal. Las mayores dificultades se presentan en las actividades
escolares y muchos tienen problemas específicos en lectura y escritura.
Sin embargo, las personas ligeramente retrasadas pueden beneficiarse
de una educación diseñada de un modo específico para el desarrollo de
los componentes de su inteligencia y para la compensación de sus
déficits. La mayoría de los que se encuentran en los límites superiores
del retraso mental leve pueden desempeñar trabajos que requieren
aptitudes de tipo práctico, más que académicas, entre ellas los trabajos
manuales semicualificados, existe también una falta de madurez
emocional o social notables, pueden presentarse consecuencias del
déficit, por ejemplo, para hacer frente a las demandas del matrimonio o
la educación de los hijos o dificultades para integrarse en las costumbres
y expectativas de la propia cultura. Si se utilizan tests de C.I.
estandarizados de un modo adecuado el rango 50 al 69 corresponde a
un retraso mental leve.
 Retraso Mental Moderado: Los individuos incluidos en esta categoría
presentan una lentitud en el desarrollo de la comprensión y del uso del
lenguaje y alcanzan en este área un dominio limitado. La adquisición de
la capacidad de cuidado personal y de las funciones motrices también
están retrasadas, de tal manera que algunos de los afectados necesitan
una supervisión permanente. Aunque los progresos escolares son
limitados, algunos aprenden lo esencial para la lectura, la escritura y el
cálculo. De adultos, las personas moderadamente retrasadas suelen ser
capaces de realizar trabajos prácticos sencillos, si las tareas están
cuidadosamente estructuradas y se les supervisa de un modo adecuado.
Rara vez pueden conseguir una vida completamente independiente en la
edad adulta. Sin embargo, por lo general, estos enfermos son
físicamente activos y tienen una total capacidad de movimientos. La
mayoría de ellos alcanza un desarrollo normal de su capacidad social
para relacionarse con los demás y para participar en actividades
sociales simples. El C.I. está comprendido entre 35 y 49.
 Retraso Mental Grave: Tanto el cuadro clínico, como la etiología
orgánica y la asociación con otros trastornos son similares a los del
retraso mental moderado, siendo lo más frecuente en este grupo unas
adquisiciones de nivel mas bajos que los mencionados en el moderado.
Muchas personas dentro de esta categoría padecen un grado marcado
de déficit motor o de la presencia de otros déficits que indica la
presencia de un daño o una anomalía del desarrollo del sistema
nervioso central, de significación clínica. El C.I. está comprendido entre
20 y 34.
 Retraso Mental Profundo: El cociente intelectual en esta categoría es
inferior a 20, lo que significa en la práctica que los afectados están
totalmente incapacitados para comprender instrucciones o
requerimientos o para actuar de acuerdo con ellas. La mayoría tienen
una movilidad muy restringida o totalmente inexistente, no controlan
esfínteres y son capaces en el mejor de los casos sólo de formas muy
rudimentarias de comunicación no verbal. Poseen una muy limitada
capacidad para cuidar sus necesidades básicas y requieren ayuda y
supervisión constantes.
 Otro retraso mental: Esta categoría debe usarse sólo cuando la
evaluación del grado de retraso intelectual es especialmente difícil o
imposible de establecer mediante los procedimientos habituales debido
a la presencia de déficits sensoriales o físicos tales como ceguera,
sordomudez y en personas con trastornos graves del comportamiento e
incapacidad física.
 Retraso mental sin especificación: En estos casos hay evidencia de un
retraso mental, pero con información insuficiente como para asignar al
enfermo a una de las categorías anteriores.
Diagnostico Diferencial
Los defectos visuales pueden llevar a errores de diagnóstico. Un menos- cabo
auditivo de alta frecuencia que dificulta el desarrollo del lenguaje puede
también confundir. La dislexia puede conducir a un diagnóstico erróneo.
Cuando un niño, aparentemente inteligente, no aprende a leer, debe
sospecharse. Los niños con disgrafia no pueden tener un buen
aprovechamiento escolar y es necesario descartar esta entidad. Un medio
ambiente sin estímulo producirá una deprivación, lo cual dificulta gravemente la
función intelectual. Las enfermedades crónicas, por lo general, van a crear bajo
rendimiento que se pueden confundir con retraso mental; el estudio clínico
detallado hará el diagnóstico. Los trastornos emocionales es necesario tenerlos
en cuenta para determinar si son la causa de un bajo rendimiento.
Tratamiento:
Entre las medidas de prevención secundaria se encuentran el diagnóstico
precoz y el tratamiento oportuno. Si recordamos que hay enfermedades
enzimáticas que, de no ser detectadas a tiempo, producen un retraso mental
irreversible, pero que, diagnosticadas precozmente y tratadas en forma
adecuada, no producen daño cerebral, resulta posible valorar la importancia del
diagnóstico precoz. Ejemplos son la fenilcetonuria y la galactosemia que con
una dieta libre de fenilalanina y galactosa puede evitarse la aparición del
retraso mental.
En el tratamiento debe participar un equipo de profesionales formado por
médicos, psicólogos, defectólogos, terapeutas ocupacionales, trabajadores
sociales y educadores, entre otros. Debe abarcar la participación muy activa de
la familia y de la comunidad. Se debe hacer todo lo posible para ayudar a la
familia a comprender los sentimientos particulares del niño y satisfacer sus
propias necesidades. Un programa para el tratamiento debe tener como notas
principales:
 Enseñanza dentro de los límites de su capacidad mental.
 Corrección de defectos físicos.
 Prevención y corrección de problemas emocionales. Al niño debe
enseñársele el cuidado de su persona y las amenidades sociales. La en-
señanza debe ser específica.
El tipo de enseñanza debe ser decidido por el Centro de Diagnóstico y
Orientación (CDO) del MINED. El tratamiento psicofarmacológico irá dirigido a
aliviar los síntomas.
La rehabilitación del retrasado mental está encaminada a la corrección y
comprensión (en la medida de las posibilidades) de los defectos en su
desarrollo, a lograr una adecuada adaptación social, a prepararlos para una
vida laboral adulta independiente, en general, a hacerlos útiles a la sociedad,
para que brin- den su aporte y evitar que sean una carga para los demás. A los
aspectos propiamente médicos ya expuestos hay que añadir los aspectos
psicológicos y educativos. La estimulación sensorial como son las visuales con
objetos de mucho colorido y el enriquecimiento de las estimulaciones táctiles
son de gran efecto. En relación con el lenguaje se debe evitar que el niño
emplee métodos de comunicación no socializados. Es muy importante que la
persona que se encargue de su educación tenga paciencia para atenuar las
constantes frustraciones que producen los fracasos, la falta de interés o las
reacciones catastróficas. De forma similar, hay que proceder con la
coordinación psicomotora. Vinculados a estas actividades motoras tenemos los
hábitos elementales de autovalidismo. Paulatinamente, se debe ir
acostumbrando y enseñando al niño a lograr inhibiciones y un mejor control
emocional, enseñándolo a posponer pequeños deseos de forma que aprenda a
refrenarse. Cuando se incorpora a una institución escolar se le deben inculcar
patrones correctos de disciplina y comportamiento. Se le deben incorporar
ampliamente actividades de juego, deportivas y culturales. El aprendizaje de un
oficio constituye la tarea fundamental. Los retrasados graves y profundos no
pueden alcanzar este nivel de desarrollo y su rehabilitación estará encaminada
a lograr hábitos elementales de autoservicio, higiene y convivencia, entre otros.
Para la protección y ayuda que se le brinda a los retrasados mentales están los
talleres terapéuticos y talleres protegidos.
Trastornos del Espectro Autista
El trastorno del espectro autista (TEA), o previamente conocido como trastorno
autista o autismo infantil, representa un conglomerado de alteraciones
neuroevolutivas cuyo fenotipo específico está caracterizado por disfunciones
asociadas a la cognición, la comunicación social y la flexibilidad cognitiva.
Éstas alteraciones se manifiestan como dificultades en la interpretación y
producción de conducta social, así como en una tendencia a repetir
comportamientos mediante estereotipias motoras, intereses sobreenfocados,
evasión de la novedad y alteraciones en la percepción sensorial. Estos
comportamientos se manifiestan de manera particular y variada.
Etiología Las causas exactas del TEA son desconocidas, pero la evidencia
apunta a que es una condición compleja y multifactorial, que involucra la
relación entre aspectos genéticos y ambientales. La importancia de los factores
hereditarios en la génesis del autismo en el niño es evidente, pero hasta ahora
poco demostrativa; se conoce la participación de cuatro genes involucrados,
pero se desconoce su función. Los estudios bioquímicos actuales
hallaron que el nivel medio de serotonina era, considerablemente, más alto en
los niños autistas que en los normales. La serotonina media por plaqueta
también era más alta.
Diagnóstico: El diagnóstico del autismo infantil es clínico, sólo la observación
cuidadosa y la historia que ofrecen los padres y otros familiares son los
elementos básicos para conocer qué es lo que presenta el niño. No hay
marcadores psicobiológicos que puedan tomarse en cuenta para afirmar o
negar el diagnóstico de autismo.
Cuadro Clínico: Por lo general no hay un período previo de desarrollo
inequívocamente normal pero, si es así, el período de normalidad no se
prolonga más allá de los tres años de edad donde predominan alteraciones
como:
 El deterioro cualitativo de la interacción social se caracteriza por una
incapacidad para establecer relaciones interpersonales y por una falta
de res- puesta e interés hacia las personas. En la infancia, estos déficits
se manifiestan por incapacidad para el abrazo, por la falta de contacto
visual y de respuesta facial y por una indiferencia o aversión hacia el
afecto y el contacto físico. Al principio de la niñez, se observa una
incapacidad para desarrollar jue- gos cooperativos, juegos imaginativos
o amistades. Sin embargo, en la medida en que el niño crece, se
desarrolla una mayor atención y un interés social hacia los demás.
Algunos niños menos afectados‘ pueden alcanzar un estadio en el que
pueden implicarse, de forma pasiva, en juegos colectivos o en ejercicios
físicos con otros niños o utilizar a estos como «ayuda mecánica» en sus
propias actividades estereotipadas.
 El deterioro de la comunicación incluye tanto las habilidades verbales
como las no verbales. El lenguaje puede estar totalmente ausente.
Cuando está presente, a menudo se caracteriza por su estructura
gramatical inmadura aun- que esencialmente normal, ecolalia demorada
o inmediata, inversión de pro- nombres (por ejemplo, empleo del “tú”
cuando debería ser “yo”) afasia nominal, incapacidad para utilizar
términos abstractos, expresiones idiosincráticas cuyo significado es
claro. La comunicación no verbal, la expresión facial y la gestualidad
faltan o son míni- mas cuando existen, y resultan socialmente
inapropiadas en cuanto a forma. Aún cuando no existen grandes
anomalías en las habilidades verbales, la comunicación está,
frecuentemente, alterada por el uso de un lenguaje minu- cioso e
irrelevante. La alteración en la comprensión del lenguaje se puede
mani- festar a través de una incapacidad para entender los chistes, los
juegos de palabras o el sarcasmo.
 El deterioro de la capacidad imaginativa puede contemplar la ausencia
de fantasía o juego simbólico o la ausencia de juegos en los que simula
el papel de adulto, o puede existir un contenido pobre y repetitivo y
presentarse en forma estereotipada. Todo ello contrasta claramente con
el contenido variado de los juegos de “simulación”.
 La restricción cualitativa de las actividades e intereses puede adoptar
varias formas. En los niños más pequeños puede haber resistencia o
incluso reacciones catastróficas frente a pequeños cambios de
ambiente. A menudo se observa una excesiva vinculación con distintos
objetos, como cuerdas o tiras de goma. Los estereotipos motores
incluyen dar palmadas, movimientos peculiares de las manos, balanceo
y movimiento de inclinación y oscilación de todo el cuerpo. En los niños
mayores se puede observar una per- sistencia de algunas rutinas que
se presentan de forma muy precisa, como reco- rrer siempre el mismo
camino cuando se va a un lugar determinado. Puede haber una
fascinación por el movimiento, como mirar fijamente las aspas de un
ventilador o de cualquier objeto que gire.
Diagnostico Diferencial: El retraso en el lenguaje puede sugerir un diagnóstico
de retraso mental, esquizofrenia, sordera, algunos déficits visuales, La
enfermedad de Heller es un padecimiento degenerativo agudo de la primera
infancia. El síntoma característico es un deterioro progresivo de todos los
aspectos de la función mental hasta el punto del retraso mental profundo. Hay
cambios morfológicos en el cerebro. Las características diferenciales son el
comienzo repentino, y la sensación de estar enfermo que presentan estos
niños.
Espectrum del autismo:
 Autismo atípico: Se trata de un trastorno generalizado del desarrollo que
difiere del autismo en que el desarrollo anormal o alterado se presenta
únicamente después de los tres años de edad o en que faltan anomalías
suficientemente demostradas en una o dos de las tres áreas de
psicopatología requeridas para el diagnóstico de autismo (la
interacciónes social, el trastorno de la comunicación y el comportamiento
restrictivo, estereotipado y repetitivo), a pesar de la presencia de
características de una o dos de las otras áreas. El autismo atípico suele
presentarse en individuos con retraso profundo cuyo bajo nivel de
rendimiento favorecen la manifestación del comportamiento desviado
específico requeridos para el diagnóstico de autismo. También sucede
esto en individuos con graves trastornos específicos del desarrollo de la
comprensión del lenguaje
 Síndrome de Rett: Se trata de un trastorno, descrito hasta ahora sólo en
niñas, cuya causa es desconocida pero que se ha diferenciado por sus
características de comienzo, curso y sintomatología. El desarrollo
temprano es aparentemente normal o casi normal pero se sigue de una
pérdida parcial o completa de capacidades manuales adquiridas y del
habla, junto con retraso en el crecimiento de la cabeza y que aparece
generalmente entre los 7 meses y los dos años de edad. El rasgo más
característico es una pérdida de los movimientos intencionales de las
manos y de la capacidad manual fina de tipo motor. Se acompaña de
pérdida parcial o ausencia de desarrollo del lenguaje, movimientos
estereotipados muy característicos de retorcer o "lavarse las manos",
con los brazos flexionados frente de la barbilla o el pecho, movimientos
estereotipados de humedecerse las manos con saliva, falta de
masticación adecuada de los alimentos, episodios de hiperventilación
frecuentes, mal control de los esfínteres, a menudo presentan babeo y
protrusión de la lengua y una pérdida de contacto social. Es muy
característico que estas niñas mantengan una especie de "sonrisa
social" mirando a o "a través" de las personas, pero sin establecer un
contacto social. La postura y la marcha tienden a ser con aumento de la
base de sustentación, hay hipotonía muscular, los movimientos del
tronco suelen ser escasamente coordinados y acaban por presentar
escoliosis y cifoescoliosis.
 Síndrome de Asperger: Se trata de un trastorno de validez nosológica
dudosa, caracterizado por el mismo tipo de déficit cualitativo de la
interacción social propio del autismo, además de por la presencia de un
repertorio restringido, estereotipado y repetitivo de actividades e
intereses. Difiere sin embargo del autismo en que no hay déficits o
retrasos del lenguaje o del desarrollo cognoscitivo. La mayoría de los
afectados son de inteligencia normal, pero suelen ser marcadamente
torpes desde el punto de vista motor.
 Otro trastorno desintegrativo de la infancia: Se trata de un trastorno
profundo del desarrollo definido por la presencia de una etapa previa de
desarrollo normal antes del comienzo del trastorno, por una fase bien
definida de pérdida de capacidades previamente adquiridas, que tiene
lugar en el curso de pocos meses y que afecta como mínimo a varias
áreas del desarrollo, junto con la aparición de anomalías típicas del
comportamiento social y de la comunicación. Con frecuencia hay un
período prodrómico de enfermedad poco definido durante el cual, el niño
se vuelve inquieto, irritable, ansioso e hiperactivo, a lo que sigue un
empobrecimiento y una pérdida del lenguaje y el habla, acompañado por
una desintegración del comportamiento.
 Trastorno hipercinético con retraso mental y movimientos
estereotipados: Se trata de una categoría de dudosa validez nosológica.
Se incluye aquí sin embargo porque los niños con retraso mental (C.I.
inferior a 50) con problemas importantes de hiperactividad y déficit
atención tienen con frecuencia un comportamiento estereotipado.
Además, estos niños no suelen beneficiarse de un tratamiento con
fármacos estimulantes
Tratamiento: Evidentemente, no existe un tratamiento específico para el
autismo infantil precoz, pero, según los casos, se pueden combinar tres tipos
de medidas tera- péuticas. El contacto psicoterapéutico con los padres,
tratamiento psicotera- péutico reeducador del niño, y medicación tranquilizante
y ansiolítica. El primer paso consiste en aliviar los sentimientos de culpa en los
padres, para lo que son muy útiles las técnicas de psicoterapia familiar. Los
métodos psicoterapéuticos-reeducadores se van a dividir en dos for- mas, la no
institucional y la institucional, donde los padres son excelentes coterapeutas y
en el trascurso de la misma se insertan técnicas psicoterapéuticas
especializadas como: terapia de lenguaje y de la comunica- ción, terapia por la
música y por los movimientos corporales, con el fin de desa- rrollar el dominio
de la imagen del cuerpo. La ludoterapia y la terapia de grupo pueden ser
usadas de forma simultánea. Las escuelas especiales para niños
emocionalmente trastornados benefician al niño autista. La utilización de los
psicofármacos se realiza con la doble finalidad de obtener un efecto
antipsicótico sobre la agresividad, la ansiedad y la agitación que permita un
mejor contacto social. Se han usado la risperidona, la fluoxetina, el haloperidol,
el metilfenidato, etc., con reportes de mejoría según la sintomatología
acompañante o la comorbilidad.
Trastornos por Déficit de Atención con/sin Hiperactividad(TDAH)
Según el DSM-5 el TDAH es un patrón persistente de síntomas de atención
disminuida o hiperactividad-impulsividad o ambos. Los síntomas no son
solamente una expresión de conducta oposicional, desafío, hostilidad o
dificultad para entender tareas o instrucciones.
Etiología: Las primeras descripciones se caracterizaron por la aceptación de la
causa orgánica( se observan anomalías en el desarrollo y el funcionamiento del
área frontal, del cuerpo estriado y del cerebelo). En la mayoría de los casos, no
se puede determinar una causa específica, pero existe una relación manifiesta
con un trastorno genético, lesión en el parto, enfermedad o lesión prenatal o
posnatal del sistema nervioso central. Las causas y los factores de riesgo que
están en relación etiológica con el retraso mental excepto las de origen
genético y metabólico, producen este síndrome cuando no dañan tan
gravemente el SNC.
Cuadro Clínico: Los síntomas esenciales consisten en falta de atención,
impulsividad e hiperactividad. Estas manifestaciones se pueden presentar en la
escuela, en el hogar y con los compañeros:
 En la escuela, la hiperactividad se manifiesta por la dificultad para
permanecer sentado; salta, corre, molesta a sus compañeros, manipula
objetos, se retuerse, y se mueve de forma constante en el asiento. La
falta de atención se hace evidente en la falta de persistencia en las
tareas. Da la impresión de no estar escuchando. La impulsividad se
pone de manifiesto por las respuestas precipitadas antes de que se
acaben de formular las preguntas, hace comentarios fuera de lugar,
interrumpe al profesor y habla durante las horas de clase. Todo ello hace
que el trabajo escolar sea sucio y descuidado.
 En el hogar, la hiperactividad se manifiesta por estar en movimiento
continuo, no se entretiene con nada, lo registra y toca todo, y es
excesivamente ruidoso. La falta de atención se aprecia en la
incapacidad para seguir las instrucciones o peticiones y por cambiar de
una actividad no terminada a otra. La impulsividad se manifiesta en la
interrupción de la actividad de otros miembros de la familia y en tener
una conducta propensa a los accidentes.
 Con sus compañeros, la hiperactividad se manifiesta en una
conversación excesiva y en la incapacidad para jugar tranquilo, así como
para regular su propia actividad de acuerdo con las necesidades del
juego. Debido a la falta de atención, no capta las reglas ni escucha a
otros niños. La impulsividad se evidencia en la incapacidad para esperar
su turno en el juego, interrumpir, ser poco cuidadoso al tomar los objetos
y por realizar juegos potencialmente peligrosos sin tener en cuenta las
consecuencias.
Además de estos síntomas esenciales, se pueden observar otros con
relativa frecuencia; aquí se incluyen la baja autoestima, baja tolerancia a las
frustraciones, temperamento irascible y labilidad emocional. Otros síntomas
como negativismo desafiante, enuresis y tics pueden asociarse. Los signos
neurológicos “blandos” como deficiente coordinación mano-ojo, dificultad
para diferenciar fondo-figura, dificultad para la comprensión de los impulsos
sensoriales, integración motora deficitaria, hipersensibilidad a los estímulos
e irritabilidad pueden estar asociados.
Diagnóstico: Según las pautas diagnósticas establecidas a continuación:
Criterios diagnósticos. Solo se considera síntoma si la conducta que lo pone de
manifiesto es más frecuente que la observada habitualmente a su edad. La
sintomatología debe aparecer antes de los 7 años. Deben aparecer algunas
alteraciones en dos o más contextos (por ejemplo: casa y escuela). Deben
haber evidencias clínicas claras de alteraciones significativas en el
funcionamiento social y académico:
1) Distractibilidad : Seis o más de los siguientes síntomas han persistido
durante al menos seis meses en un grado tal que es inadaptativo e
inconsistente con el nivel de desarrollo.
a) A menudo fallan en mantener la atención de detalles en las tareas esco-
lares.
b) A menudo fallan en mantener la atención en actividades de juego.
c) A menudo parecen no escuchar cuando se les habla directamente.
d) A menudo no siguen las instrucciones y fallan en los trabajos escolares.
e) A menudo tienen dificultades para organizar las tareas y actividades.
f) A menudo rechazan o evitan las actividades hogareñas o escolares que
requieren un esfuerzo mental sostenido.
g) A menudo pierden cosas necesarias para las tareas o actividades
(libros, lápices, juguetes, herramientas, etc.)
h) A menudo se distraen fácilmente por estímulos externos.
i) A menudo se muestran olvidadizos en actividades diarias.
2) Hiperactividad: Seis o más de los siguientes síntomas han persistido
durante al menos seis meses en un grado tal que es inadaptativo e
inconsistente con el nivel de desarrollo.
a) A menudo realizan movimientos innecesarios con manos y pies o movi-
mientos reptantes en el asiento.
b) A menudo se paran del asiento.
c) A menudo corren o trepan en situaciones en las cuales es inapropiado
hacerlo.
d) A menudo tienen dificultades para jugar u ocuparse en actividades re-
creativas tranquilamente
e) A menudo se les describe como que “siempre tiene el motor encendido”
o que “tiene un motor dentro”.
f) A menudo hablan excesivamente.
3) Impulsividad
a) A menudo responden antes que se haya completado la pregunta.
b) A menudo tiene dificultad para esperar su turno (en el juego y en la
clase).
c) A menudo interrumpen, pues se entrometen entre los demás (en los
juegos y en la conversación).
Diagnóstico diferencial: Se debe distinguir del retraso mental, la hipoacusia, los
trastornos emocionales, de las alteraciones específicas del lenguaje y de la
privación cultural. En el retraso mental además de a veces ser hiperactivos,
tienen un retraso generalizado en el desarrollo intelectual. La hipoacusia se
descarta con las pruebas audiométricas, los trastornos emocionales aparecen
más tardíamente y se acompañan de otros síntomas, la privación cultural se
produce en ambiente poco adecuado y desorganizado. Las alteraciones
específicas del lenguaje no presentan hiperactividad ni impulsividad.
Implicaciones sociales- emocionales, escolares y educativas:
 Educativo: tienen tasas más altas de retención en el mismo grado,
presentan una probabilidad mayor de dejar la escuela y una probabilidad
menor de cursar estudios universitarios, dificultades para hacer el
trabajo académico requerido y tienen una probabilidad muy baja de
graduarse.
 Socioemocional: son propensos a impacientarse, frustrarse, enfadarse
con facilidad y alterarse con rapidez ante situaciones provocadoras, la
comorbilidad del TDAH con el trastorno negativista desafiante y el
trastorno disocial aumenta al mismo tiempo el riesgo del trastorno
antisocial de la personalidad y de la actividad delictiva, la comorbilidad
del trastorno con depresión aumenta el riesgo de intentos suicidas,
puede impactar el desarrollo adecuado de destrezas sociales y la
interacción con los compañeros, manejo deficiente del dinero, un mayor
grado de incumplimiento de responsabilidades y un impacto negativo en
la vida familiar
 Actividad de riesgo: Se ha encontrado una relación importante entre el
TDAH y la propensión a tener accidentes y lesiones, probabilidad de
llevar a cabo actividades sexuales tempranas de alto riesgo, aumenta el
riesgo de tener accidentes de tránsito, infracciones por exceso de
velocidad y suspensión y cancelación de la licencia de conducir
 Conducta delictiva y abuso de sustancias: Los niños con el TDAH están
en mayor riesgo de cometer actos antisociales o delictivos durante el
desarrollo, asociado también con el riesgo de fumar en la adolescencia.
Cuando el trastorno negativista desafiante o el trastorno disocial
coexisten con el TDAH, se encuentra un aumento en el riesgo del uso y
abuso de otras sustancias en la adolescencia y adultez.
 Salud: las personas con TDAH presentan mayor riesgo que aquellos sin
el diagnóstico en áreas médicas, tales como mayor uso de salas de
urgencias, mayor número de problemas de salud, mayor dificultad para
dormir, mayor tendencia a sobrepeso y una esperanza de vida menor.
Tratamiento: Un trastorno tan frecuente como éste requiere un enfoque
multimodal:
 Tratamiento psicológico: Hay que dar a los padres y al niño una clara
explicación, a su nivel, sobre la naturaleza de los síntomas y hacer
énfasis en que no se trata de mala conducta consciente del niño. Debe
tranquilizárseles e inflamándoles que no existe “lesión” o “daño” del
cerebro. A la maestra se le debe orientar que lo siente en la primera fila
para que no se distraiga, que le dé las instrucciones bien claras y
precisas, que le asigne tareas breves que lo ayuden a moverse sin crear
indisciplina (borrar la pizarra, repartir materiales, cumplir algún encargo,
etc.), estimular sus éxitos, y evitar sentarlo cerca de una ventana. La
maestra debe estar consciente de que no es un “retrasado o malcriado”.
 Tratamiento farmacológico: Los tricíclicos (imipramina, clormipramina o
amitriptilina), a veces son útiles para disminuir los síntomas, se utilizan
ocasionalmente para el trastorno en aquellos niños y adolescentes con
una respuesta inadecuada o dificultades para tolerar los medicamentos.
Enn caso necesario, se puede usar estimulantes del sistema nervioso
central reducen significativamente los síntomas de inatención,
hiperactividad, impulsividad y otras conductas perturbadoras.46 Estos
medicamentos incluyen el metilfenidato, la dextroanfetamina, así como
variantes de ambos (p. ej., lisdexanfetamina, compuestos mixtos de
anfetaminas). Existen otras opciones no estimulantes para el tratamiento
del TDAH, tales como atomoxetina, clonidina y guanfacina.
Depresión en Niños y adolescentes
Concepto: La depresión infantil se puede definir como una situación afectiva de
tristeza mayor en intensidad y duración que ocurre en un niño. Hablamos de
depresión mayor, cuando los síntomas son mayores de dos semanas, y de
trastorno distímico, cuando estos síntomas pasan de un mes. Hay que ser
cuidadoso con el estadio evolutivo en que se encuentra el niño, y lo que puede
ser característico de este, y lo que se llama una “depresión enmascarada”
Etiología: Una compleja interacción de distintos factores, tanto de carácter
biológico como social que sirven de base a la aparición de distintas conductas
patológicas. Es necesario que se dé una cierta vulnerabilidad personal, familiar
y ambiental, que, combinadas, dan lugar a la aparición de una conducta
desajustada. Los apegos inseguros en el ámbito familiar, ausentes o
disfuncionales se han relacionado con todo tipo de problemas de conducta y
también con la depresión infantil, Las familias disfuncionales, contribuyen en un
alto porcentaje a la depresión infantil: incapacidad de los padres de
implementar un sistema de disciplina adecuada (excesiva rigidez o el otro
extremo, excesiva permisividad) y falta de consistencia en la forma en que la
disciplina y los parámetros se implementan. Existencia de depresión u otro
desorden mental en uno o ambos progenitores, o padres muy estresados al no
saber cómo enfrentar la crianza de un niño con problemas de conducta,
hiperactividad, déficit de atención y otros problemas relacionados. Patrones
inadecuados de comportamiento de los padres, constituyen roles y modelos
inadecuados y deficientes que no se deben seguir o imitar, tales como:
Relaciones problemáticas de la pareja. El uso de la violencia, tanto verbal como
física como único medio de comunicarse. Patrones de comportamiento con
irritabilidad permanente, con poca autoestima y excesivo criticismo para con el
niño. Abuso, maltrato o negligencia de los padres, es uno de los componentes
más comunes en aquellos niños que desarrollan depresión. En cuanto a la
escuela, el bajo rendimiento escolar, unas veces considerándolo como la causa
y otras como su efecto. De hecho, un niño deprimido puede descender su
rendimiento en la escuela, pero también puede comenzar sus síntomas
depresivos por fracasos académicos especialmente si tiene una concepción
muy pobre de su Yo, y muy baja autoestima
Cuadro Clínico: Padres y profesores deben estar atentos cuando el niño
presenta algunas de las siguientes características:
• Está continuamente triste, llorando con facilidad.
• Pierde interés por los juegos preferidos y la escuela.
• Se aleja de sus amigos y de la familia.
• Presenta dificultades de comunicación.
• Presenta menos energía y capacidad de concentración.
• Se queda irritable y demasiado sensible mostrando un bajo nivel de tole-
rancia ante las mínimas frustraciones, comportándose con rabietas o be-
rrinches con más facilidad
• Se le nota extremadamente sensible frente al fracaso o al rechazo.
• Expresa muy baja autoestima, depreciándose él mismo.
• Elige finales tristes para sus cuentos y representaciones.
• Se comporta de una manera agresiva.
• Se queja constantemente.
• Duerme demasiado o muy poco.
• Puede mostrar conductas de tipo regresivo, hablando como un bebé u
orinándose en la cama (enuresis).
• Habla o tiene ideas acerca del suicidio.
• Presenta conducta hiperactiva.
Diagnóstico: Toma más tiempo diagnosticar una depresión en un niño que lo
que lleva un adulto, ya que el niño tiene muchas dificultades en verbalizar todo
lo que le ocurre, así como identificar sentimientos y conectarlos con diferentes
instancias de su vida, o personas que son significativas para él. El proceso de
diagnóstico debe incluir entrevistas con los padres o personas a cargo y con el
niño. La entrevista diagnóstica con el niño, incluye el dibujo, y todo lo que el
niño pueda expresar a través de lo pictórico, así como dibujo de la figura
humana, árbol– casa– persona, dibujo de la familia, técnicas proyectivas, como
el CAT (test de apercepción temática infantil) donde los relatos e historias que
el niño elabora son el producto de su dinámica inconsciente, también se
efectúan observación y registro de conductas, entrevistas estandarizadas,
inventarios, escalas, cuestionarios y otros.
Tratamiento: El tratamiento de la depresión infantil debe ser ante todo
individualizado, adaptado a cada caso en particular y a la fase del desarrollo en
que se encuentre el niño, el tratamiento incluye: enfoques psicológico,
farmacológico y combinado, seguido por una fase de mantenimiento. sugieren
que la combinación del enfoque cognitivo- conductual muestra resultados más
rápidos, y trabajan más efectivamente. La terapia cognitiva va ayudando al niño
a entender e ir corrigiendo patrones de pensamientos negativos y
distorsionados que el niño tiene internalizados y que asume sobre él mismo,
acerca del mundo y el futuro. Tales distorsiones contribuyen a su depresión y
se pueden identificar y tratarse con esta técnica. La parte conductual ayuda y
refuerza en el niño el uso de conductas positivas para enfrentar los situaciones
conflictivas, en vez de darse por vencido o tratar de evitar tales situaciones. La
psicoterapia dinámica incluye la relación interpersonal psicoterapeuta- niño, a
través de la cual y utilizando el juego, la caja de arena, y otros métodos
proyectivos, el profesional va ayudando al niño a través de interpretaciones y
aclaraciones, a entender lo que siente, sus miedos, inseguridades, o procesos
inconscientes, que están contribuyendo a su depresión. La familia es incluida
en este tratamiento al recibir asistencia para que entienda el proceso a través
del cual pasa el niño, el rol que ella juega en esos momentos, y cómo pueden
ayudarlo. Se puede utilizar terapia de apoyo, para asistirla. El tratamiento
farmacológico se basa en el uso de drogas como antidepresivos tricíclicos,
para lo cual se requiere un EEG basal y mediciones de tensión arterial,
frecuencia cardíaca y peso. Los inhibidores selectivos de la recaptación de
serotonina ISRS, son en la actualidad los más utilizados, por su eficacia, y de
fácil administración una vez al día. El tratamiento combinado, que incluye
psicoterapia y fármacos parece demostrar ser lo más adecuado en el
tratamiento de la depresión infantil.
Suicidio infantil
Concepto: Es el acto humano de autolesionarse con la intención de acabar con
la propia existencia e implica una variedad de estados y motivaciones que, a
veces, pueden ser conscientes o inconscientes.
Factores de riesgo:
Individuales:
- Intento suicida anterior.
- Alteraciones del comportamiento sexual (precocidad, promiscuidad, abortos,
embarazos no deseados u ocultos, masturbación compulsiva, víctimas de
abuso sexual, violaciones, etc).
- Variaciones del comportamiento escolar (dificultades en el rendimiento ha-
bitual, fuga o deserciones escolares, desajuste vocacional, dificultades en las
relaciones con maestros y profesores, presencia del fenómeno del “trajín-
trajinador”, amistades con conducta suicida previa y la inadaptación a
regímenes escolares militares (becas o servicio militar).
Familiares: Además de los factores de riesgo de la niñez, se deben considerar:
- Los que abandonan el hogar antes de los 15 años
- Identificación con familiares suicida, deprimidos o alcohólicos.
- Convivencia con enfermos mentales como único pariente
- Dificultades socioeconómicas
- Permisividad de conductas antisociales
- Familiares con personalidad antisocial
- Medio familiar inadecuado(hijo no deseado, madres muy jóvenes o
demasiado mayores pueden existir patrones de crianza erróneos como la
negligencia o la sobreprotección).
- La historia familiar puede revelar hogares rotos, inestables y sin patrones, con
frecuentes discusiones que pueden llevar al maltrato físico y psicológico.
Sociales
- Noticias sensacionalistas (difusión masiva o rumor)
- Cuando identifica el suicidio con amistad, heroísmo u otra cualidad positiva
- Falta de apoyo social
- Posibilidad de adquirir drogas o armas de fuego.

Factores predisponibles Entre ellos, lo esencial es detectar:


- Presencia de hechos dolorosos como el divorcio de los padres o la muerte de
un familiar allegado.
- Dificultades escolares.
- Regaños o humillaciones por parte de padres o maestros o conductas
agresivas.
- Búsqueda de afecto y atención.
Elementos de alerta: Los cambios de actitudes y conductas en los hábitos de
vida o de estados afectivos, deben constituir una llamada de alerta, por
ejemplo:
- Una conducta muy agresiva o pasiva
- Pérdida o aumento del apetito
- Insomnio, pesadillas, exceso de sueño o enuresis
- Dificultades en el aprovechamiento docente
- Pérdida de intereses en los juegos y en las relaciones con su grupo
- Preocupaciones por la muerte y temas afines
- Hacer notas de despedidas a los familiares o amigos.
Tratamiento:
Preventivo: Está encaminado a la promoción de salud, que debe ser realizada
por los profesionales de Salud Pública, los familiares, los maestros y los
propios adolescentes. Además:
- Promover estilos de vida más saludables, sin hábitos tóxicos, con una
sexualidad responsable, prácticas de deporte y desarrollo de otros intereses en
el tiempo libre.
- Brindar protección específica y dispensarizar a los grupos de riesgo.
- Realizar diagnóstico precoz, y tratamiento oportuno y adecuado.
Ayuda psicológica: Cualquier persona, sea profesional de la Salud o no, puede
brindar ayuda a un adolescente en crisis. Los amigos, los vecinos, los
maestros, entre otros, pueden brindar su apoyo. Lo más importante es
escuchar con atención al adolescente en crisis y facilitar su desahogo,
demostrarle comprensión y que se aprecia lo difícil de su situación, al mismo
tiempo que se le ayuda a encontrar soluciones diferentes del suicidio, si es que
manifestó esta idea. Preguntar directamente sobre el comportamiento suicida,
nos permite evaluar la gravedad de la crisis. Nunca se le debe abandonar ni
hacerlo objeto de burla si está en crisis, hasta lograr que se dirija a un servicio
de salud para recibir atención especializada.
Trastornos de la conducta alimentaria
Concepto: Se caracteriza porque el niño, habitualmente pequeño (menor de 6
años), no aumenta de peso o pierde una cantidad significativa de éste por no
comer de forma adecuada.
1) Anorexia nerviosa: Es un trastorno severo frecuente entre los jóvenes en la
pubertad o antes, que se caracteriza por una grave limitación de la dieta
autoimpuesta, y que determina una gran pérdida de peso con peligro para la
vida, mala dieta, malestar y otros síntomas asociados.
Pautas Dx: El diagnóstico de la anorexia nerviosa debe realizarse de una forma
estricta, de modo que deben estar presentes todas las alteraciones siguientes:
a) pérdida significativa de peso (Indice de masa corporal o de Quetelet de
menos de 17,5). Los enfermos prepúberes pueden no experimentar la ganancia
de peso propia del período de crecimiento;
b) la pérdida de peso está originada por el propio enfermo, a través de:
 evitación de consumo de "alimentos que engordan" y por uno o más
de uno de los síntomas siguientes:
 vómitos autoprovocados
 purgas intestinales autoprovocadas
 ejercicio excesivo y
 consumo de fármacos anorexígenos o diuréticos
c) distorsión de la imagen corporal que consiste en una psicopatología
específica caracterizada por la persistencia, con el carácter de idea
sobrevalorada intrusa, de pavor ante la gordura o la flacidez de las formas
corporales, de modo que el enfermo se impone a sí misma el permanecer por
debajo de un límite máximo de peso corporal
d) trastorno endocrino generalizado que afecta al eje hipotalámico- hipofisario-
gonadal manifestándose en la mujer como amenorrea y en el varón como una
pérdida del interés y de la potencia sexuales (una excepción aparente la
constituye la persistencia de sangrado vaginal en mujeres anoréxicas que
siguen una terapia hormonal de sustitución, por lo general con píldoras
contraceptivas). También pueden presentarse concentraciones altas de
hormona del crecimiento y de cortisol, alteraciones del metabolismo periférico
de la hormona tiroidea y anomalías en la secreción de insulina y
e) si el inicio es anterior a la pubertad, se retrasa la secuencia de las
manifestaciones de la pubertad, o incluso ésta se detiene (cesa el crecimiento;
en las mujeres no se desarrollan las mamas y hay amenorrea primaria; en los
varones persisten los genitales infantiles). Si se produce una recuperación, la
pubertad suele completarse, pero la menarquia es tardía
Diagnóstico diferencial: Deben ser considerados otras posibles causas de
pérdida de peso significativa, como: debido a condiciones médicas, por
ejemplo: enfermedad gastrointestinal, tumores cerebrales, síndrome de
inmunodeficiencia adquirida, que presentan serias pérdidas de peso, pero el
paciente no tiene distorsión de la imagen corporal y desea recuperar el peso
que ha perdido, Síndrome de la arteria mesentérica superior, caracterizado por
vómitos posprandiales secundarios a obstrucción gástrica intermitente, que
debe ser distinguido de la anorexia nerviosa, aunque a veces en éste se puede
desarrollar el trastorno por la emanciación, trastornos depresivos mayores.
Pueden ocurrir pérdidas severas de peso, pero los pacientes no desean ganar
peso ni perderlo, Esquizofrenia. Trastornos obsesivo-compulsivos, trastorno
dismórfico del cuerpo y la fobia social en adolescentes que temen ser vistos
comiendo en público o que tienen obsesiones y compulsiones relativas al
alimento con temor a la contaminación, o pueden estar preocupados con
defectos de la imagen corporal, pero relativo por ejemplo a la nariz que es muy
grande. Bulimia nerviosa,
Tratamiento: El objetivo es restaurar del peso normal del cuerpo y resolver los
trastornos psicológicos. Los programas de tratamiento tienen éxito en las dos
terceras partes de los casos, porque restauran el peso normal y las
menstruaciones. La terapia de conducta estructurada, la psicoterapia intensiva
y la terapia de familia deben utilizarse en todos los casos. Entre los
medicamentos usados se recomiendan los antidepresivos tricíclicos
(imipramina, trimeprimina o amitriptilina), los inhibidores selectivos de la recap-
tación de serotonina (fluoxetina, sertralina o paroxetina) y el carbonato de litio.
Los pacientes con mal nutrición severa necesitan ser estabilizados
hemodinámicamente y pueden requerir alimentación enteral o parenteral. La
alimentación forzada debe ser reservada sólo cuando hay amenaza para la
vida, ya que el objetivo del tratamiento es restablecer la conducta alimentaria
normal.
2) Bulimia nerviosa: La bulimia nerviosa es un síndrome caracterizado por
episodios repetidos de ingesta excesiva de alimentos y por una
preocupación exagerada por el control del peso corporal lo que lleva al
enfermo a adoptar medidas extremas para mitigar el aumento de peso
producido por la ingesta de comida.
Pautas para el diagnóstico: Para que pueda hacerse el diagnóstico de bulimia
nerviosa, deben estar presentes todas las alteraciones que se refieren a
continuación de modo que constituyen pautas diagnósticas estrictas. Dentro de
cada pauta pueden aceptarse algunas variaciones, tal y como se indica:
a) preocupación continua por la comida, con deseos irresistibles de comer, de
modo que el enfermo termina por sucumbir a ellos, presentándose episodios de
polifagia durante los cuales consume grandes cantidades de comida en
períodos cortos de tiempo;
b) el enfermo intenta contrarrestar el aumento de peso así producido mediante
uno o más de uno de los siguientes métodos: vómitos autoprovocados, abuso
de laxantes, períodos intervalares de ayuno, consumo de fármacos tales como
supresores del apetito, extractos tiroideos o diuréticos. Cuando la bulimia se
presenta en un enfermo diabético, éste puede abandonar su tratamiento con
insulina;
c) la psicopatología consiste en un miedo morboso a engordar, y el enfermo se
fija de forma estricta un dintel de peso muy inferior al que tenía antes de la
enfermedad, o al de su peso óptimo o sano. Con frecuencia, pero no siempre,
existen antecedentes previos de anorexia nerviosa con un intervalo entre
ambos trastornos de varios meses o años. Este episodio precoz puede
manifestarse de una forma florida o por el contrario adoptar una forma menor u
larvada, con una moderada pérdida de peso o una fase transitoria de
amenorrea.
Diagnóstico diferencial: trastornos del tracto digestivo superior que pueden
producir vómitos repetidos (no existe la psicopatología característica);
alteración más profunda de la personalidad ya que el trastorno de la conducta
alimentaria puede coexistir con dependencia al alcohol y conducta antisocial
(por ejemplo robar en comercios) y trastornos depresivos (ya que los enfermos
bulímicos padecen con frecuencia síntomas depresivos).
Tratamiento: El tratamiento de la bulimia y de la bulimia-anorexia requiere
cuidados médicos y psicoterapia. Se han usado las terapias individual, de
grupo, de familia y la conductual, con poco éxito. Los antidepresivos pueden
ser de utilidad en algunos pacientes, y se han obtenido mejores resultados con
el uso de la fluoxetina y de otros inhibidores selectivos de la recaptación de
serotonina.
3) Pica: Trastorno de la conducta alimentaria que consiste en el consumo
habitual de sustancias no nutritivas de niños de más de 2 años con edad
suficiente para distinguir lo que es comestible o no.
Diagnostico: se considera si: Ingestión de sustancias no nutritivas persiste
durante 1 mes. Ingestión de sustancias no nutritivas es inapropiada para el
nivel de desarrollo. Conducta ingestiva no forma parte de prácticas
sancionadas culturalmente. Conducta ingestiva aparece, con exclusividad, en
el transcurso de otros trastornos (retraso mental, trastornos globales del
desarrollo y esquizofrenia) de suficiente gravedad para merecer atención
clínica independiente.
Tratamiento
-Tratar de interrumpir las conductas alimentarias anormales.
-Corregir los problemas en el cuidado de los niños.
-Tratamiento médico o quirúrgico de las posibles complicaciones de este
trastorno.
-Tratamientos nutricionales y farmacológicos.
-Intervenciones conductuales como enriquecimiento ambiental y refuerzo
diferencial de sabores y olores desagradables.
Enuresis
Es un trastorno caracterizado por la emisión involuntaria de orina durante las
horas diurnas, o durante la noche, que es anormal para la edad mental del
enfermo y no es una consecuencia de falta de control vesical secundaria a un
trastorno neurológico, a ataques epilépticos o a alguna anomalía estructural del
tracto urinario.
Etiología: No está bien precisada; se plantean múltiples factores, a veces
involucrados entre sí como: el retraso en la maduración del sistema nervioso
central, las disfunciones neurovesicales, los factores genéticos, y los trastornos
del sueño y emocionales. La generalidad de los niños enuréticos
monosintomáticos no presenta alteraciones orgánicas del tracto urinario que la
justifique.
Cuadro clínico: El niño que acude a consulta porque se orina dormido, se
acompaña de una gran preocupación personal y familiar, que puede ocasionar
trastornos emocionales. No se diagnostica en niños menores de 5 años o en
caso de edad mental inferior a ésta. La enuresis puede acompañarse de
encopresis; como consecuencia de la humedad persistente, pueden
presentarse infecciones del tracto urinario. Se puede asociar con
sonambulismo y terrores nocturnos.
Tratamiento: Se basa en:
 Información esencial para el paciente y sus familiares: Es parte de un
retraso específico en el desarrollo, que con frecuencia es hereditaria y
tiene una evolución satisfactoria. El tratamiento, por lo general, es eficaz,
no está bajo el control voluntario del niño; la micción nocturna ocurre
cuando está dormido. Castigarlo y regañarlo no ayuda y puede llegar a
originar un trastorno emocional.
 Consejos específicos para el paciente y sus familiares: El niño debe
responsabilizarse con los problemas y su solución. Haga que el niño
lleve un calendario para marcar los días en que no se orina. De ánimo
para obtener éxito. Ofrezca medidas que den confianza al niño cuando
tenga que ir al cuarto de baño de noche o cuando esté fuera de casa.
Pueden ser de ayuda los ejercicios que incrementen el control sobre la
vejiga, mientras esté despierto. Se pueden utilizar sencillos sistemas de
alarma cuando pueda disponerse de éstos. La hipnoterapia y otras
formas de psicoterapia son convenientes para niños con trastornos
emocionales. También se ha usado la acupuntura y la terapia floral, con
buenos resultados.
 Medicación. Generalmente, no se necesita una medicación de manera
habitual, aunque puede ayudar. Entre los tratamientos más eficaces está
la imipramina, de 25 a 50 mg, 2 h antes de acostarse. También se
pueden utilizar otros antidepresivos como amitriptilina, nortriptilina y
desipramina en dosis de 1 a 2 mg/kg/día. También se utilizan los
anticolinérgicos como el bromuro de propantelina, de 1 a 2 mg/kg/día y
el cloruro de oxibutinina, a razón de 0,4 a 0,8 mg/kg/día.
Encopresis
Es un trastorno de los llamados monosintomáticos, porque la mayoría de las
veces aparece aislado y sin formar parte de otra entidad. Se caracteriza por la
presencia de deposiciones voluntarias o involutarias de heces fecales de
consistencia normal o no, en lugares no apropiados y no existe una causa
orgánica determinante o contribuyente
Cuadro clínico: Se manifiesta por la presencia reiterada de heces fecales en la
ropa u otro lugar no apropiado, con heces de tamaño y consistencia normales,
y el paciente afirma que no se da cuenta, aunque es difícil precisar si evade el
castigo o si en realidad es tan “involuntario” como afirma. Puede aparecer
después de un período de control esfinteriano o ser la expresión de una
incontinencia fisiológica infantil, puede comenzar con un cambio o tensión en la
vida del pequeño, como el nacimiento de un hermano, separación o divorcio de
los padres, cambio de hogar, problemas familiares, etc. La defecación se torna
conflictiva y tiene incapacidad para controlarla, el síntoma se refuerza al
sentirse avergonzado y no atreverse a ir al baño. Se siente desaprobado,
inseguro, expuesto al ridículo y se aísla, lo que lo vuelve deprimido y ansioso.
Puede tener períodos cortos de concentración, baja tolerancia a las
frustraciones, hiperactividad y coordinación pobre. Por lo general comienza
después de un período de control esfinteriano logrado, y con mayor frecuencia
entre los 4 y 8 años. No es frecuente que sea primaria, es decir sin un período
de control esfinteriano anal previo.
Etiología: Se plantean diferentes causas para explicar el origen de este
trastorno; entre ellas:
- Enseñanza inadecuada del control de los esfínteres (inconsistencia, rigidez o
ambas) o falla en el aprendizaje con fracasos reiterados durante la etapa de
párvulo.
-Trastorno psicológico donde hay rechazo, resistencia, rebeldía o fracaso a la
aceptación de las normas sociales de defecar en el lugar apropiado, en el cual
tiene un control fisiológico normal de la función.
-Retención fisiológica por la impactación de las heces, con un desbordamiento
secundario y deposición de heces en lugares no apropiados. El paciente pudo
haber retenido las heces por las tensiones entre los padres y él para el control
de los esfínteres, por una defecación dolorosa debido a una fisura anal o por
otras razones que han permanecido latentes y no han sido resueltas.
Tratamiento: Es importante la terapia que favorezca la confianza, la autoestima
y la socialización del niño. Debe tratarse con una combinación de métodos
educativos, psicológicos y del comportamiento para prevenir o reducir el
sufrimiento social y emocional, y la angustia para el niño y su familia. Hay que
valorar el uso de laxantes o comidas de bajo residuo. El trabajo clínico con los
padres es muy importante para valorar el pronóstico de este trastorno, que
requiere un mínimo de 6 meses de tratamiento.
Tics
Tics es un movimiento o vocalización irresistible, rápido, recurrente, no rítmico,
súbito e involuntario, que puede suprimirse o contenerse durante un tiempo.
Por lo general, afecta un grupo circunscrito de músculos o una vocalización de
aparición brusca y que carece de un propósito aparente.
Clasificación
- Tics motores:
· Simples: parpadeo, guiños, sacudir los hombros o encogerlos y
muecas faciales.
· Complejos: gestos faciales, acicalarse o arreglarse, golpearse o
morderse, saltar, brincar, lanzar, tocar, patear u oler algún objeto.
- Tics vocales:
· Simples: toser, carraspear, gruñidos, olfatear, bufear, emitir
ladridos, inspiraciones nasales ruidosas y siseos.
· Complejos: repetir palabras o frases fuera de contexto,
coprolalia (uso de palabras obscenas), palilalias (repetición de
los mismos sonidos o palabras) y ecolalias (repetición del
último sonido, palabra o frase de otra persona).
Diagnóstico positivo: Los tics se diferencian de otros trastornos motores por la
repentina rapidez, por ser transitorios, los movimientos están circunscritos, no
existe un trastorno neurológico subyacente, desaparecen durante el sueño y
pueden ser suprimidos o reproducidos fácil y voluntariamente durante minutos
y hasta horas.
Diagnóstico diferencial:
- Movimientos estereotipados que se presentan en algunos pacientes con
diagnóstico de autismo o retraso mental, que son movimientos más
complejos y variados.
- Trastornos obsesivos compulsivos recuerdan los tics complejos, pero
sus manifestaciones tienen una finalidad (como girar un número de
veces).
- Disquinesias que se manifiestan por contracciones involuntarias que
afectan la boca, la lengua, el cuello o contracciones de los músculos
masticatorios, síntomas óculo giros (ojos hacia arriba y atrás),
movimientos coreoatetósicos de los miembros con hipertonía y además
existe el antecedente de ingestión de psicofármacos del tipo de las
fenotiacinas, butirofenonas o reserpina y la desaparición del cuadro
clínico después del tratamiento adecuado.
- Deben descartarse, además, los trastornos neurológicos como los
movimientos atetósicos, coreicos y las mioclonías.
Tratamiento: El medicamento más usado es el haloperidol (tableta de 1,5 mg)
en una dosis de 0,1 a 0,3 mg/kg/día dividida en 2 o 3 subdosis; se inicia con
0,5 mg en la noche y aumenta hasta lograr la mejoría, sin pasar de 5 mg al
día. Puede acompañarse de parkisonil (tableta de 2 mg), a razón de 3 mg/día
para prevenir reacciones secundarias desagradables. Se debe indicar
psicoterapia para identificar otros síntomas fóbicos, obsesivos o hipocondríacos,
así como las relaciones interpersonales y familiares, y brindar apoyo al
paciente y a la familia.
Neurosis infanto juvenil
Se trata de cuadros no bien definidos (recuérdese que todavía no se ha
completado el desarrollo de la personalidad) en niños y adolescentes que
desde los primeros años de vida padecen uno o varios síntomas neuróticos
poco estructurados, (como ansiedad o su expresión somática, inquietud
motora, miedos y síntomas aislados de carácter histérico, obsesivo-compulsivo,
fóbicos o depresivos).
Etiología: Entre los factores predisponentes se han invocado sobreprotección
familiar, familias reducidas y muy preocupadas por el rendimiento del niño aún
cuan- do este sea bueno o superior. Los trastornos específicos del desarrollo
del lenguaje y del habla facilitan la aparición de los trastornos por ansiedad,
que son más frecuentes en las madres y familiares de primer grado de los
pacientes, que en las familias de los niños normales.
Cuadro Clínico:
 Ansiedad excesiva. La sintomatología de este trastorno consiste en una
ansiedad excesiva o no realista, que dure seis meses o más. Un niño
con este trastorno tiende a ser extremadamente cauteloso y a
preocuparse por los acontecimientos futuros, como exámenes,
posibilidad de sufrir lesiones o ser aceptado. Se preocupa en exceso del
cumplimiento de obligaciones, como acabar tareas a tiempo, llegar a las
citas, incluso por conductas del pasado y acerca de su propio
rendimiento. A veces, se observan algunos equivalentes somáticos de la
ansiedad: obstrucción de la garganta, malestar gastrointestinal, cefalea,
disnea, náuseas y vértigos. Son frecuentes los trastornos del sueño, y
puede estar constantemente nervioso o tenso. A medida que el niño
crece estas preocupaciones se van centrando en temores más
generales, como el de ser aceptado social o institucionalmente. Puede
haber también fobias y tendencias perfeccionistas con la presencia de
dudas obsesivas. Es posible que sea conformista en exceso y muestre
una constante búsqueda de aprobación. Presenta excesiva inquietud
psicomotriz o hábitos como morderse las uñas o arrancarse el cabello;
desinterés hacia las actividades de su edad en las que haya exigencias
de rendimiento como el deporte.
 Angustia de separación. La sintomatología consiste en una ansiedad
excesiva, relacionada con la separación del niño de las personas a las
que se halla vinculado. Experimentan una gran ansiedad. Rechazan la
visita o la estancia en casa de amistades, así como la escuela. Son
incapaces de estar solos en una habitación y pueden aferrarse a uno de
los padres. Molestias físicas como gastralgias, cefaleas, náuseas y
vómitos. Los síntomas cardiovasculares son raros. Temen perder a sus
padres. Algunos niños mayores experimentan una profunda ansiedad
ante la posibilidad de morir. Presentan ansiedad anticipatoria cuando se
les amenaza con una separación. Tiene miedo a los animales, a los
monstruos, a los desconocidos, a los ladrones, a los raptores, etc.
Presentan trastornos del sueño e insisten en que alguien permanezca
con ellos hasta que se duerman o ir a la cama de sus padres. Nostalgia
del hogar y profundo malestar. Se vuelve violento con la persona que
provoca la separación.
 Evitación en la niñez (timidez). La sintomatología esencial de este
trastorno consiste en una excesiva conducta de evitación, la cual se
manifiesta con el contacto con personas desconocidas y tiene la
importancia suficiente como para interferir en la vida social con los
compañeros, todo ello unido a un claro deseo de mantener relaciones
interpersonales con conocidos, como compañeros y miembros de la
familia. Un niño con este tipo de trastorno es probable que parezca
socialmente incapacitado y aturdido cuando está en compañía de
personas poco conocidas y sufre los efectos de la ansiedad cuando se le
pide algo que implique relación con personas extrañas. Cuando la
ansiedad social es grave el niño no articula palabras, aun cuando sus
habilidades de comunicación no estén deterioradas. Son poco o nada
asertivos y no tienen confianza en sí mismos.
 Fobias. Las fobias en el niño y adolescente se pueden definir como
temor injustificado y no razonable ante objetos, seres o situaciones del
cual el sujeto reconoce lo ilógico, pero lo domina. Las fobias son
frecuentes en el niño. Puede tratarse de miedo a una acción exterior
(oscuridad, ruidos, caídas), a elementos naturales (fuego, truenos), a
animales (perro, caballos), personas con características especiales,
personajes irreales (fantasmas, brujas, monstruos), suciedad o
enfermedad contagiosa, a sonrojarse y a los espacios cerrados o mal
limitados y a las alturas. Cuando el niño se encuentra con frecuencia
frente al objeto fobógeno presenta verdaderas reacciones de miedo con
componentes neurovegetativos o bien utiliza mecanismos de evitación.
Hay que saber, sin embargo, que las fobias pueden preceder a la
aparición de un trastorno obsesivo y que pueden ser el primer signo de
una psicosis.
La llamada fobia escolar, que además de ser un trastorno característico
de la niñez, constituye una urgencia psiquiátrica infantil. Se trata de un
tipo especial de incapacidad para asistir a la escuela, que se presenta
en niños tímidos y con ansiedad de separación, que se caracterizan por
un predominio de reacciones de inhibición, temor excesivo a la autoridad
extrafamiliar y un apego exagerado por la madre u otra figura
emocionalmente significativa; dicho apego es recíproco. Casi siempre en
estos casos la primera experiencia extrafamiliar (primera experiencia de
separación) la constituye la escuela y el niño reacciona con expresiones
somáticas de ansiedad que incluyen dolor abdominal, náuseas, vómitos,
diarreas, dolor de cabeza, palidez, síntomas de debilidad y
desfallecimiento que aparecen en las mañanas, antes de salir para la
escuela. Estos síntomas desaparecen al terminar la sesión escolar y no
se presentan los fines de semana ni en período vacacional. Puede existir
ansiedad anticipada que se presenta en las noches. El miedo básico no
es el ir a la escuela, sino dejar el hogar y separarse de la familia. La
fobia escolar es más frecuente en los primeros años de la primaria y a
veces se reactualiza al promover el niño al nivel de secundaria básica.
Su incidencia aumenta durante los meses de septiembre a octubre, o
sea, al inicio del curso escolar.
 Histeria. Además de la personalidad característica que habitualmente
exhiben estos niños, en la cual predominan el egocentrismo, la
teatralidad, la irritabilidad y la labilidad afectiva. Presentan otros
síntomas como trastornos motores (parálisis que no se ve acompañada
de la modificación de los reflejos), trastornos del equilibrio y de la
marcha. La afectación de la esfera auditiva va desde la sordera hasta
una simple hipoacusia. Se presentan trastornos de la visión, afonías y
disfagia. Las crisis disociativas no se dan hasta la adolescencia.
Diagnóstico: El diagnóstico se hará por el cuadro clínico ya que la
sintomatología de cada forma clínica es bastante característica.
Tratamiento: La psicoterapia individual o de grupo está indicada para aliviar los
conflictos del niño, tanto si están relacionados con problemas del crecimiento y
de la interdependencia de los padres como si no lo están. Se necesitan
entrevistas tranquilas separadas con el niño y con los padres, y el ajuste
escolar cuando esté indicado. La farmacoterapia solo se usará cuando no sea
posible resolver las dificultades, a dosis pequeñas y sin polifarmacia.
Trastornos Psicóticos:
Los trastornos psicóticos se encuentran entre las enfermedades psiquiátricas
de mayor gravedad en cualquier etapa del desarrollo, en particular en niños y
adolescentes.
Clasificación: Los cuadros psicóticos, que se pueden presentar en niños y
adolescentes, son:
- Esquizofrenia: En niños y adolescentes más que la disminución en el
funcionamiento previo, no se obtiene el grado esperado en el desarrollo social,
académico y en el autocuidado, según la edad. Los síntomas positivos se
presentan en niños con determinado grado de desarrollo perceptual y del
pensamiento. Son más frecuentes en niños y adolescentes con nivel cognitivo
superior. Los síntomas negativos son más comunes en niños con lesiones
cerebrales, comprobadas en estudios imagenológicos, y no responden de
manera favorable al tratamiento antipsicótico. Predominio de antecedentes de
personalidad esquizoide en quienes el trastorno aparece más temprano. Por lo
general en el adolescente el comienzo es insidioso y la evolución tiende a la
cronicidad. Afecta por igual a ambos sexo, pero el inicio suele ser más
temprano en el masculino, en el cual tiene peor pronóstico y menos
componentes afectivos en su expresividad clínica. La capacidad de juego en
los niños afectados se compromete de manera significativa. Tiende a ser
repetitivo y además, es muy difícil de interrumpir. Tienden a utilizar los juguetes
de forma idiosincrásica y poco simbólica
- Trastorno psicótico breve: La característica esencial es que presenta un
inicio súbito y, por lo menos, uno de los siguientes síntomas psicóticos
positivos: ideas delirantes; alucinaciones; lenguaje desorganizado, disperso o
incoherente; y comportamiento catatónico o gravemente desorganizado. Un
episodio de esta alteración dura por lo menos 1 día, pero menos de 1 mes, y el
sujeto acaba recuperando por completo el nivel previo de funcionamiento. La
alteración no es atribuible a otros cuadros clínicos con síntomas psicóticos
como esquizofrenia, efectos fisiológicos directos de alguna sustancia, un
alucinógeno a enfermedad médica, por ejemplo un hematoma subdural.
- Trastorno esquizofreniforme: Las características esenciales son
idénticas a las de la esquizofrenia con la excepción de que la duración total de
la enfermedad (incluidas las fases prodrómica, activa y residual) es de al
menos 1 mes y no mayor de 6 meses. No siempre existe deterioro de la
actividad social y escolar.
- Trastornos del humor con síntomas psicóticos: Para llegar al diagnóstico de
los trastornos del humor, se utilizan de igual forma los criterios aplicados a la
población general. Alrededor del 20 % de todos los pacientes bipolares
presentan el primer brote en la adolescencia, con un pico entre los 15 y los 19
años de edad. El antecedente de trastorno por déficit de atención con
hiperactividad en un adolescente con inestabilidad emocional, puede favorecer
la aparición de episodios maníacos con el uso de tratamiento antidepresivo.
- Trastorno depresivo mayor grave con síntomas psicóticos.
- Trastorno bipolar con síntomas psicóticos: La incidencia aumenta
después de la pubertad. Igual distribución por sexo y comienzo más
temprano en el masculino. Más común las manifestaciones depresivas
en las hembras. Predominio del inicio agudo y con antecedentes de
funcionamiento premórbido normal. En los antecedentes patológicos se
encuentra que los familiares de primer orden presentan trastornos
bipolares. Elevada comorbilidad con síndrome hiperquinético, trastornos
de conducta, así como abuso de sustancias. Menor respuesta
terapéutica que los adultos y falta de remisión con tendencia a la
cronicidad. Mayor riesgo de suicidio consumado, especialmente en
varones en fase depresiva.
Además, se pueden presentar psicosis sintomáticas: Alteraciones de
conciencia en mayor o menor grado. Desorientación en tiempo (por lo general
se pierde o se olvida lo más reciente, en el orden siguiente: día del mes y de la
semana, mes y año). Desorientación en espacio y en persona; esto último se
presenta cuando hay una gran desorganización cognitiva. El lenguaje se torna
incoherente o incomprensible. Delirios polimorfos o cambiantes (no
estructurados). Alucinaciones visuales, olfativas y/o táctiles, y auditivas con
menor frecuencia. Alteraciones de conducta muy marcadas: autoagresiones y
pérdida de hábitos de alimentación, eliminación, sueño, higiene y del
autovalidismo, en general. En ocasiones hay pérdida del pudor.
Manifestaciones catatoniformes.
- Trastorno psicótico inducido por sustancias y/o debido a enfermedad
médica: esta entidad se compone por:
· Delirium.
· Encefalopatías tóxicas:
· Psicosis tóxica por abuso de sustancias (anfetaminas, cocaína o
disolventes).
· Psicosis tóxica por uso de medicamentos de prescripción
(corticoides o anticolinérgicos).
· Trastornos neurológicos.
· Trastornos paroxísticos, en especial del lóbulo temporal.
· Tumores del SNC.
· Defectos anatómicos del SNC.
· Trastornos degenerativos: como enfermedad de Wilson o corea
de Huntington.
· Enfermedades infecciosas del SNC como encefalitis, meningitis y
síndromes relacionados con el VIH.
· Trastornos metabólicos y endocrinopatías.
Tratamiento: El enfoque terapéutico de la esquizofrenia debe ser multimodal. El
uso de fármacos antipsicóticos asociados con intervenciones psicoterapéuticas
y el manejo de los factores microsociales y macrosociales como la familia y la
escuela, por sólo citar algunos ejemplos, demanda atención multidisciplinaria.
Haloperidol: dosis inicial de 0,025 mg/kg/día (0,5 mg/día en niños y 1 mg/día en
adolescentes). Incremento gradual hasta una dosis máxima de 0,4 mg/kg/día
(12 mg/día en niños y 25 mg/día en adolescentes). Risperidona: dosis inicial de
1 mg cada 12 h. Incremento gradual (1 mg cada 3 o 4 días) hasta 6 o 10
mg/día.

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