Contexto Socio-Político Que Vivió Jesús
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AREA RELIGIÓN
ACTIVIDADES:
Responde:
Situación política.
Palestina estaba dominada por Roma. La cultura dominante del país era la judía, aunque también
se hablaba el
griego. Por tanto, era un país cruzado por varias culturas: hebrea, griega y romana. Roma respetaba
bastante las particulares e instituciones de los pueblos que dominaban. Había un representante
romano para gobernar, con una pequeña guardia. La vida de Jesús se desarrolla en el tiempo de los
emperadores Augusto y Tiberio. Herodes el Grande es el rey de toda Palestina cuando Jesús nace.
Herodes muere en seguida, dejando a sus hijos su territorio: Herodes Antipas hereda Galilea, y
Arquelao Judea. En tiempos de Jesús había también judíos rebeldes, que lucharon por la
independencia de Palestina, incluso con las armas. Entre ellos estaban Judas Galileo y los zelotas.
Situación social.
Palestina se componía de dos grupos sociales: los judíos habitantes en la misma Palestina y los
paganos romanos. Había bastantes judíos que vivían en la diáspora, es decir, fuera de Palestina.
Dentro del grupo judío había dos orientaciones desde el punto de vista religioso:
Los fariseos: era un grupo religioso al que pertenecían algunos sacerdotes, pero la
mayoría eran laicos. Cumplían la ley de Moisés estrictamente. Respetaban las
tradiciones (sábado, ritos purificatorios, oraciones, limosnas, diezmos, etc.)
Estudiaban la ley de Moisés. Eran influyentes y respetados. Esperaban la futura
llegada de un Mesías liberador político. Creían en la resurrección final. Deseaban la
independencia de Palestina. No eran amigos de los romanos, aunque vivían con
ellos.
Los saduceos: grupo religioso al que pertenecían las familias sacerdotales más
importantes. Querían también la independencia, pero vivían sin grandes problemas
bajo la dominación romana. Rechazaban las tradiciones orales judías. No creían en
la resurrección. Eran ricos.
Otras clases sociales: Las grandes muchedumbres: sencillos, religiosos; los
sacerdotes: cuidaban el templo y ofrecían sacrificios; los levitas: ayudaban a los
sacerdotes; los guardias del templo: ponían orden dentro del recinto del templo;
los escribas: maestros y abogados; los Ancianos: Sus decisiones eran
determinantes; los esenios o monjes de Qumran: una especie de orden religiosa;
los discípulos de Juan Bautista; los publicanos: unidos con los romanos; cobraban
los impuestos; eran ricos y odiados; considerados como pecadores; no cumplían la
ley ni las purificaciones; los herodianos: deseaban que la familia de Herodes se
hiciera cargo del poder de Palestina; los zelotas: rebeldes y fanáticos contra la
dominación romana; nacionalistas, patriotas, creyentes y violentos; querían una
nación libre y gobernada en nombre de Dios.
Los Fariseos
Su preocupación suprema era la fiel observancia de la Ley y de las tradiciones judías en cada detalle. Si
los juzgamos por estas normas, podríamos considerarlos como judíos modelo. Por ello se mantenían lo
más apartados posible de los demás ciudadanos: no podían comer con quien no fuera fariseo, puesto que
el alimento que consumían podría no haber sido diezmado; es decir, pudiera no habérsele ofrecido la
décima parte a Yahvé.
Quizás inevitablemente, esta política de separación les llevó a desdeñar a los demás mortales al
considerarles como de categoría inferior a la de ellos, y además les condujo a asumir
una actitud santurrona que ha hecho que el término fariseo se considere una palabra de reproche en la
actualidad. Esta arrogancia, combinada con un seco legalismo que ponía que ponía la exacta observancia
ritual por delante de la misericordia y del amor por los demás humanos, les hizo entrar en conflicto con
Jesús, quien no puso en duda la ortodoxia de ellos sino el orgullo y el modo falto de amor con que la
sustentaban. A causa de ello Jesús no dejó de catalogarlos como hipócritas delante del pueblo judío
(Mateo 23:13-31) por cuanto sus acciones estaban muy lejos de sus palabras.
Saduceos
Los saduceos eran los miembros de la clase alta de la sociedad judía de aquella época, por lo que todos
los conquistadores buscaron su apoyo para poder someter al pueblo. En otras palabras, los saduceos eran
los colaboracionistas que se sometían al poder extranjero, adoptando sus modas y cultura, por lo cual
eran odiados por el grupo más extremista, los zelotes. Esta sumisión al poder extranjero les permitía
ostentar los cargos públicos más importantes. El Sumo Sacerdote era miembro de este grupo, así como la
aristocracia y los principales terratenientes de aquel entonces. En la época en que vivió Jesús los
saduceos se encontraban muy reducidos en su poderío, ya que los romanos les habían quitado su poder
político y gran parte del religioso, perdiendo con ello su influencia ante el pueblo en manos de los
fariseos. Los dominadores romanos incluso se reservaron el poder de elegir a la persona que ocuparía el
puesto de Sumo Sacerdote.
Los escribas
Por lo general los escribas pertenecían a la secta religiosa de los fariseos, pues este grupo reconocía las
interpretaciones o tradiciones de los escribas que, con el transcurso del tiempo, habían llegado a ser un
laberinto desconcertante de reglas minuciosas y técnicas. La expresión escribas de los fariseos aparece
varias veces en las Escrituras (Marcos 2:16, Lucas 5:;30, Hechos 23:9). Sin embargo algunos escribas
pertenecían al grupo de los saduceos, los cuales creían sólo en la Ley escrita, mientras que los escribas
fariseos defendían con celo tanto la Ley como las tradiciones orales que se habían ido acumulando.
Jesús condenó a los escribas judíos, principalmente a los fariseos, porque habían hecho añadiduras a la
Ley de Moisés y también habían ideado subterfugios para burlarla convirtiéndola en una carga para la
gente al saturarla con sus añadiduras. Además, como clase, no le tenían ningún respeto a la gente ni
deseos de ayudarla. Amaban los aplausos de los hombres y los títulos altisonantes. Su religión era sólo
una fachada, un ritual que cubría su hipocresía. Jesús mostró lo difícil que sería para ellos el poder
obtener el favor de Dios debido a su actitud y a sus prácticas, al decirles: "Serpientes, raza de víboras,
¿cómo vais a escapar de la condenación de la Gehena?" (Mateo 23:1-33).
Los fariseos, cuyo nombre significaba “los separados” (parûs) o “los santos” (qadôs), eran el
grupo religioso más sobresaliente en la época de Jesús. Se llamaban así porque propugnaban ser
el “resto escogido por Dios” para la salvación, la verdadera comunidad mesiánica que el día del
juicio sería la primera en ser salvada. No se componía precisamente de gentes del estrato
superior, sino que abarcaba toda categoría social, e incluso gentes sin formación en su mayoría.
Sin embargo, su relación con los escribas era muy estrecha. Todos los fariseos del sanedrín eran
escribas, y aunque podía haber escribas no fariseos, no era lo común. Por eso fariseo y escriba
había varias de estas comunidades. Tenían en sí muchos fines de interés público y obras de
beneficencia. Eran una parte muy importante del pensar fariseo, cuyos pilares básicos eran: la
Las comunidades fariseas de Jerusalén tenían reglas concretas para la admisión de los
un período de prueba de un mes o un año de duración, durante el cual tenía que dar el
postulante pruebas de su capacidad para observar las prescripciones rituales. Una vez terminado
sobre la pureza y el diezmo; en la época antigua esta promesa tenía lugar delante de un escriba,
miembro de la comunidad. Desde entonces el fariseo era miembro (haber) de una asociación
(habûrah).
Estas asociaciones tenían sus jefes y sus asambleas; éstas, según parece, estaban ligadas a una
comida en común, especialmente el viernes por la tarde, al comienzo del sábado. Parece que las
asociaciones fariseas intervenían a veces en público, para dar pésames o con ocasión de
acontecimientos gozosos. Tenían su propia justicia interior; entre otras cosas, podían
A pesar de ser el grupo religioso de mayor número, éste era más bien pequeño. Su número
Debido a la confusión que muchas veces se tenía sobre los conceptos de escriba y fariseo se
asimilaba a uno con el otro, pero existen claras diferencias. No todos los escribas son fariseos.
Los jefes y los miembros influyentes de la comunidades fariseas eran escribas. (Nicodemo era un
escriba y era fariseo, también lo eran los famosos Hillel y Gamaliel). Había también escribas que
defendían posturas fariseas sin pertenecer a ninguna habûrah, pero eran muchos menos que los
Esta enseñanza de Jesús sigue siendo hoy indispensable. Si todos los que
hoy en la Argentina nos decimos cristianos, realizáramos a fondo nuestra
revolución interior, pasáramos de la injusticia al amor, ciertamente que la
configuración de nuestra sociedad seria otra. Y no se daría, por ejemplo, el
hecho escandaloso de que solamente en Buenos Aires haya 120.000
departamentos vacíos y más de 2.000.000 de personas viviendo en villas
miseria y conventillos. Sin hablar de “cristianos” con dos o tres casas, que
viven lo más “panchos”, ignorando la situación de miseria de sus hermanos
en la fe. Es cierto, como ya antes quedo señalado, que el Magisterio de la
Iglesia enseña que la conversión del corazón, para no ser ilusoria, supone
hoy una acción política eficaz que busque eliminar las injusticias
estructurales. Y que sea natural que una profunda conversación del corazón
lleve al compromiso revolucionario, que busque acabar con la explotación
del hombre por el hombre como lógica consecuencia.
Es cierto que Jesús es condenado por zelota, por revolucionario, pero esta
acusación de ninguna manera significa que Cristo fuera realmente zelota,
sino que su actitud trascendente, profundamente religiosa, escapaba a toda
posibilidad de comprensión por parte de los paganos.