PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES MATERIA FISCAL x2
PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES MATERIA FISCAL x2
PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES MATERIA FISCAL x2
Es un concepto democrático que parte del supuesto de que los diputados, en representación
del pueblo, establecen las contribuciones que son requeridas para el gasto público, en beneficio
de la sociedad.
de la nacionalidad impone entre la entrega de la propia vida y el compromiso económico con la
patria.
Tributo. Es una denotación referida a una situación histórica que la humanidad no quiere volver
a vivir: el establecimiento de impuestos por el fuerte sobre el débil. El señor exige a sus súbditos
el pago de impuestos.
1.2 Principios del orden jurídico general: son aplicables al mismo tiempo que los que
norman específicamente a las contribuciones
Los principios jurídicos que se deben tener en cuenta en materia tributaria son los siguientes:
1. Principio de generalidad Como ya se indicó con anterioridad, la ley debe aplicarse a todas las
personas cuya situación particular se ubique en la hipótesis contenida en ella, es decir, el hecho
imponible, el cual al realizarse provoca el surgimiento de la obligación fiscal.
3. Noción de justicia Por ser la justicia el valor supremo del derecho, ha de tenerse presente
que aquélla siempre debe prevalecer en todo ordenamiento jurídico, incluso, lógicamente, en
las disposiciones en materia fiscal.
La justicia es el criterio ético basado en la virtud, mediante el cual estamos constreñidos a dar a
cada uno lo que se le debe como individuo y como parte de la sociedad, de acuerdo con sus
exigencias ontológicas, las cuales le son necesarias para su subsistencia y perfeccionamiento
como ser humano. La justicia se convierte en una especie de patrón.
4. Principio de justicia impositiva (ALEXIS)
En lo que se refiere al principio de justicia tributaria, éste “consiste en el reparto de las cargas
públicas”; en consecuencia, no puede ser relegado a considerarlo un simple enunciado
constitucional, sino que ha de trascender al ordenamiento jurídico-tributario y operar en la
esfera aplicativa de las normas.
En rigor, tal principio ha de influir con su fina esencia tanto en el ordenamiento como en la
actividad jurídica tendiente a la aplicación del derecho tributario.
Consiste en que ninguna autoridad fiscal puede emitir un acto o resolución que no sea conforme
a una ley expedida con anterioridad, es decir, que los agentes fiscales sólo pueden hacer lo que
la ley les permite.
En efecto, las reformas a las normas tributarias son cada vez más arbitrarias e ilegales, lo que
coloca a los contribuyentes no sólo en situación desventajosa, sino en total estado de
indefensión, sin que nada se haga por remediar tan preocupante situación.
Se supone que una reforma tiene por objeto una corrección o enmienda de algo que se
encontraba errado o equivocado, que tiende a mitigar procedimientos ilegales o actitudes
complicadas o evitar prácticas de evasión o infracción; sin embargo, ya hemos visto que las
reformas a las normas fiscales no persiguen estos fines, sino que contravienen las normas
constitucionales y quebrantan las más elementales garantías individuales, o bien, establecen
mayores facultades discrecionales a las autoridades tributarias, en perjuicio de los causantes.
Cada vez que se anuncian reformas, los contribuyentes se preguntan qué derechos o garantías
se van a restringir o eliminar.
En ocasiones parece que las reformas no son producto de la mala fe, sino de la absoluta
ignorancia de quien las elabora; sin embargo, los resultados son igualmente caóticos.
Si deseamos un verdadero régimen jurídico, será menester pugnar porque los cuerpos de la
administración pública tengan señalada su esfera de actividades en leyes generales suspendidas
en el Congreso [...]
De tal manera que los límites de sus funciones queden debidamente especificados. Por otro
lado, es preciso que las reformas a las leyes fiscales tengan la misma congruencia y tengan por
objeto un beneficio, sin afectar la esfera legal del particular, pues si no se persiguen estos fines,
resultará inútil modificar las leyes, ya que el fisco también resulta afectado en sus intereses
económicos, pues las disposiciones absurdas e inconstitucionales no tendrán aplicación, ya que
dan pie a los contribuyentes para impugnarlas.
(DION) 8 En principio, la potestad tributaria se ejerce “por el Poder Ejecutivo, en su carácter de
administrador fiscal, ya que le corresponde determinar y comprobar cuándo se han producido en
realidad esos hechos o situaciones que generan la obligación de pagar esas contribuciones, seña lar
o determinar la cuantía de los pagos, o bien, verificar si las prestaciones que han realizado se
encuentran ajustadas a la ley.
9 En este renglón debe destacarse el principio básico que rige la observancia de los tratados
internacionales, enunciado en el art 26 de la Convención de Viena acerca del derecho de los
tratados, que señala
Artículo 26. Pacta sunt servanda: todo tratado en vigor obliga a las partes y debe ser cumplido por
ellas de buena fe.
En principio, la observancia de los tratados no se verá obstaculizada por el hecho de que existan
normas de derecho interno contrarias a ellas. Los estados no pueden invocar las disposiciones de
su derecho interno como justificación para el incumplimiento de un tratado. De forma literal, el art
27 de la Convención de Viena concerniente a esta materia dispone
Artículo 27. El derecho interno y la observancia de los tratados. Una parte no podrá invocar las
disposiciones de su derecho interno como justificación del incumplimiento de un tratado. Esta
norma se entenderá sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 46.
10 principio de anualidad
Al respecto, Manuel de Juano dice: Con el correr del tiempo ha podido advertirse
que el mejor índice de la capacidad contributiva está constituido por la riqueza
que se gana o se obtiene en el sentido dinámico de esa manifestación.
Para Tangorra, “el costo del sacrificio del impuesto parecería al sujeto menor cuanto mayor sea el
goce, la ventaja, la utilidad conseguida por el efecto del sacrificio”
El derecho fundamental de seguridad jurídica se puede definir como “el conjunto general de
condiciones, requisitos, elementos o circunstancias previas a que debe sujetarse una cierta
actividad estatal autoritaria para generar una afectación válida de diferente índole en la esfera del
gobernado, integrada por el summum de sus derechos subjetivos”
De lo anterior se deduce que existe una relación estrecha entre este principio y el de legalidad, ya
que, en primera instancia, éste “necesita legitimarse instaurando un orden seguro y establecido
que permita a todos saber a qué atenerse y se delimiten con precisión las esferas de lo lícito y lo
obligatorio en el obrar humano social”.60 La idea de certeza es una exigencia primaria del
principio de seguridad
(23 )el principio non bis in idem, es decir, que las autoridades fiscales tuvieran sólo una
oportunidad para revisar un ejercicio fiscal y que no pudieran repetir la revisión al sujeto pasivo de
la relación jurídico tributaria. Esto obligaría a la autoridad a cumplir cuidadosamente con las
formalidades señaladas para los procedimientos respectivos, pues si éstos fueran anula dos por
vicios propios, el efecto sería que ya no podrían reponerse dichos procedimientos
En ese orden de ideas, las sentencias del Tribunal Federal de Justicia Administrativa son
susceptibles de impugnarse en amparo directo en caso de resultar adversas a los particulares. A
excepción de los tribunales de justicia administrativa de la Ciudad de México o de algunos de los
estados, dado que previamente se debe de agotar la apelación o recurso de revisión
Por la reforma constitucional de 2015, en su art 73, fracc XXIX-H, párr II, el Tribunal Federal de
Justicia Administrativa no sólo tendrá a su cargo dirimir las controversias que se susciten entre la
administración pública federal y los particulares, sino también será el órgano competente para
imponer las sanciones a los servidores públicos
(25) El párr III del precepto constitucional en comento señala, en cuanto a los deberes de todas las
autoridades y principios rectores de los derechos humanos, que “todas las autoridades, en el
ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los
derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia,
indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y
reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca la ley”
Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales que estarán expeditos
para impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera
pronta, completa e imparcial. Su servicio será gratuito, quedando, en consecuencia, prohibidas las
costas judiciales.
El Congreso de la Unión expedirá las leyes que regulen las acciones colectivas. Tales leyes
determinarán las materias de aplicación, los procedimientos judiciales y los mecanismos de
reparación del daño. Los jueces federales conocerán de forma exclusiva sobre estos
procedimientos y mecanismos. Las leyes preverán mecanismos alternativos de solución de
controversias […] Las leyes federales y locales establecerán los medios necesarios para que se
garantice la independencia de los tribunales y la plena ejecución de sus resoluciones […] Nadie
puede ser aprisionado por deudas de carácter puramente civil. De dicho precepto constitucional
se derivan los derechos fundamentales siguientes:
c) Deben ser flexibles y ágiles, susceptibles de acomodarse para dirimir conflictos no resueltos o
difíciles de resolver con medios tradicionales.
d) Deben llenar o colmar espacios donde el sistema judicial no responda a la dinámica social.
Pueblos indígenas
El art 2o constitucional hace referencia a los presupuestos a favor de los pueblos indígenas.
Artículo 2o. La Nación Mexicana es única e indivisible
(JENY)