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JEFATURA DE DOCENCIA
Á REA DE NIVELACIÓ N Y ADMISIÓ N
CICLO DE NIVELACIÓ N – MEDICINA
ROTAFOLIO
CÁ TEDRA:
INTEGRACION DE SABERES
DOCENTE:
RESPONSABLE:
Paulina Ortega
PARALELO:
M-19
CICLO:
El consumo de alcohol y otras drogas entre los adolescentes suscita preocupación social. Por un
lado, ciertas características de este período evolutivo pueden facilitar el consumo de alcohol y
otras drogas. Por otro, el consumo de estas sustancias suele iniciarse en esta etapa de la vida.
En este artículo se analizan las tendencias actuales del consumo de alcohol y otras drogas en la
adolescencia. Se discuten los problemas derivados del abuso de alcohol que afectan de forma
especial a los adolescentes. Se revisan los factores de riesgo del consumo abusivo, exponiendo
un modelo integrador.
La última encuesta del Plan Nacional sobre Drogas dirigida a estudiantes de secundaria entre 14
y 18 años pone de relieve las tendencias actuales del consumo adolescente de alcohol y otras
drogas, destacando: a) las sustancias más consumidas son el alcohol y el tabaco, con tasas de
adolescentes que las han probado del 76% y 34% respectivamente, b) el consumo de alcohol y el
de tabaco presentan la mayor continuidad o fidelización, c) el consumo de alcohol se concentra
los fines de semana, d) el patrón de consumo de alcohol es experimental u ocasional, vinculado
principalmente a contextos lúdicos, e) las chicas consumen alcohol, tabaco y tranquilizantes, con
más frecuencia, pero en menor cantidad, mientras que los chicos consumen drogas ilegales en
mayor proporción, f) el éxtasis es la sustancia psicoestimulante con mayor porcentaje de
consumidores habituales (2,5%).
PREVENCIÓN DEL CONSUMO DE ALCOHOL EN LA ADOLESCENCIA
Existen diferentes maneras de educar e informar a los adolescentes sobre la utilización de las drogas.
En algunos casos, el objetivo será prevenir, en otros frenar su consumo, en otros, tratar sus
dificultades y los problemas aparecidos, y en algunos, los menos, la promoción de estilos de vida
saludables. Nuestra pretensión es fomentar educativamente la capacitación delas personas, para que
puedan vivir con las drogas (las consuman o no) sin llegar a situaciones problemáticas, donde la
promoción de estilos de vida saludables sería la protagonista; pe-ro ante una situación planteada
como problemática, por la generalización del consumo y por el hecho de que no siempre se realiza de
forma controlada, entendemos que tal vez lo más urgente sea prevenir el consumo abuso de drogas,
sin dejar de promover actitudes y hábitos saludables en las personas y comunidades. La baja
presencia de adolescentes en los dispositivos sociales, y en los servicios establecidos para
atenderlos, es probablemente la mejor demostración de esta especie de antipatía previa que los
jóvenes muestran hacia estos servicios. Probablemente muchos profesionales se refugien en su
conocimiento y en sus normas, como manera de no superar sus dificultades de acercamiento positivo
a los adolescentes. No obstante, no es menos cierto que se requiere una apertura previa para prestar
la atención cercana que necesita el adolescente, sin juzgarle, señalando lo que hace mal o las
patologías de las que es portador. (García y Sánchez, 2005). Se sabe perfectamente que, las
personas con problemas de drogas suelen saber mucho sobre sus efectos y no por eso abandonan el
consumo de éstas. La información es necesaria pero no suficiente, por eso la prevención tiene que
ver con generar educativamente actitudes y posicionamientos persona-les con respecto a
determinadas conductas, la implicación de los afectados, la puesta en marcha de los recursos
necesarios, etc. También ha habido épocas en las que se ha dado una gran primacía a las campañas
publicitarias como elementos preventivos, aunque sabemos que es-tas campañas tan sólo pueden ser
medianamente útiles si se dirigen a colectivos concretos. No se puede intervenir sólo dando
información sobre los efectos de las drogas, y como hemos confirmado en investigaciones anteriores
(Sánchez, 2006) es una de las estrategias más.
ANÁLISIS DEL FENÓMENO DEL CONSUMO DE ALCOHOL ENTRE ADOLESCENTES
El alcohol es una de las substancias psicoactivas más consumidas en el mundo y la que provoca
más graves consecuencias en la salud pública, siendo actualmente considerado como el principal
determinante de salud relacionado con los estilos de vida . En los países de la Unión Europea, el
peso de las enfermedades y morbilidad atribuidas al alcohol oscila entre 8 y 10%.
Al mismo tiempo, la evidencia científica sugiere que el inicio precoz del consumo de alcohol está
asociado a futuros comportamientos problemáticos en la adolescencia, incluyendo la violencia
relacionada con el alcohol, los accidentes, el conducir bajo la influencia del alcohol, el absentismo
en la escuela y en el trabajo, el aumento del riesgo de uso de otras drogas y, también, el posterior
abuso de alcohol. Siendo la adolescencia un importante período de transición, marcado por
complejas transformaciones biológicas, físicas, de comportamiento y sociales, los
comportamientos de alcoholización, en esa fase de la vida, resultan en el encuentro del joven en
desarrollo con un producto de efectos nocivos, en un contexto que incentiva y promueve el
consumo.
En relación al estándar de consumo: 7,7% refirieron un consumo habitual (por lo menos una vez
por mes) de cerveza, 7% consumo habitual de bebidas destiladas y 1,2% consumo habitual de
vino; 46,9% refirieron consumo ocasional (de vez en cuando o raramente) de cerveza, 73,2%
consumo ocasional de bebidas destiladas y 26,9% consumo ocasional de vino. Tomando como
referencia aquellos que ya consumieron bebidas alcohólicas, se verificó que 81,6% refirieron
beber uno o dos vasos en las ocasiones de consumo, 18,4% refirieron beber más de tres vasos
de bebida en la misma ocasión y 18,8% refirieron ocurrencia de embriaguez.
MOTIVACIONES PARA EL CONSUMO DE ALCOHOL ENTRE ADOLESCENTES
Las influencias de determinados modelos sociales, las actitudes familiares y ciertos factores
personales parecen ser decisivos para el consumo de alcohol5, 6, 7, 8. Para entender este
fenómeno es necesaria una visión holística que oriente este problema como un acontecimiento
social que hay que comprender, encontrando su sentido a partir de los significados que los
propios adolescentes le conceden.
CONSUMO DE DROGAS EN LA ADOLESCENCIA
El elevado porciento de adolescentes que refiere que tiene algún amigo que consume alcohol es
preocupante. Para algunos autores, el tener amigos que consumen, es uno de los factores de
riesgo más potentes para iniciarse en el consumo de sustancias, lo que se relaciona con la
innegable influencia que tiene el grupo de amigos en esta etapa de la vida. Los resultados en
cuanto a la dificultad para resistir presiones grupales, son similares a los obtenidos en otra
investigación. El consumo de alcohol se asocia con las limitaciones que tiene el adolescente en
su desenvolvimiento social, razón por la cual se debe potenciar el desarrollo de las habilidades
sociales necesarias para rechazar o evitar el consumo de esta sustancia.
ADOLESCENCIA: CONSUMO DE ALCOHOL Y OTRAS DROGAS
El consumo de alcohol y otras drogas en la adolescencia suscita preocupación social. En nuestro país un sector de
adolescentes y jóvenes asocian el disfrute del ocio y de las relaciones sociales con el uso de sustancias. El abuso de
alcohol, en ocasiones unido a drogas de síntesis, durante el fin de semana, en lugares no habilitados como la vía
pública, ha motivado que la administración adopte medidas legales para responder a las quejas sobre el “botellón” y
el “pastillazo”. La relación adolescencia–drogas es bidireccional. Por un lado, ciertas características de este período
evolutivo pueden facilitar el consumo de alcohol y otras drogas, de hecho, el consumo de estas sustancias suele
iniciarse en esta etapa de la vida. Por otro lado, el consumo abusivo de alcohol y otras drogas puede interferir en el
desarrollo saludable del adolescente.
La falta de conocimiento o la información errónea sobre la naturaleza de las drogas, extensión del consumo
adolescente, repercusiones negativas a corto y largo plazo, etc., alienta la curiosidad o impide valorar acertadamente
los riesgos. Así, una elevada proporción de adolescentes considera que el alcohol no es una droga (García-Jiménez,
1993)
Los déficits y problemas personales constituyen factores de riesgo porque el adolescente puede intentar
compensarlos o aliviarlos recurriendo al alcohol y otras drogas. El consumo de alcohol se relaciona estrechamente
con pobre autoestima y locus de control externo (Alonso y Del Barrio, 1996), y con trastornos de ansiedad y del
estado de ánimo (Blau et al., 1988).
S
ESQUEMA DE COMPARACION
Referencias
https://www.redalyc.org/pdf/778/77808402.pdf
https://scielo.isciii.es/pdf/pap/v14n56/grupo_preinfad.pdf
https://revistas.ucsc.cl/index.php/rexe/article/view/169
https://www.scielo.br/j/rlae/a/cbwbLd4K9RVynPDg7YPdLTv/?format=html&lang=es
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0212656710000636
https://cursos.aiu.edu/Desarrollo%20Humano%20II%20Adolescencia/PDF/Tema%206.pdf
http://www.revmultimed.sld.cu/index.php/mtm/article/view/151/147
https://www.redalyc.org/pdf/778/77808402.pdf