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Desarrollo y Actitud de La Prensa

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Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD)

Facultad de Humanidades
Escuela de Comunicación

Estudiante:
Jorgelina María Brito Beltre

Matricula:
100631491

Asignatura:
Historia de la Comunicación II

Tema:
Desarrollo y actitud de la prensa

Docente:
Julián Sosa Frías
La imprenta y el despertar dominicano y cómo impactó la misma a
favor de la democracia y el desarrollo de la comunicación.

La introducción del invento de Gutenberg,( fue quien lo introdujo a Europa


ya que este invento le corresponde a los chinos) en la República Dominicana,
fue a principio del siglo XVIII, sin tener una fecha exacta del acontecimiento,
según reseña Julio Ramos, fue en el 1600, (reseña histórica de la imprenta
en Chile, en la revista El Arte Tipográfico, marzo 1919). Otros coinciden con
Ramos, unos de ellos Víctor Miguel Días, quien señala que la imprenta llego
a América en el orden siguiente: México (1537), Perú (1582), Santo
Domingo (1600), Guatemala (1660), (historia de la imprenta en Guatemala,
1930, Pág. 96.

Siendo la República Dominicana, la tercera nación de América en tener una


imprenta. Las primeras noticias acertadas sobre este vital instrumento del
desarrollo de los pueblos del mundo, se debe a Morean de Sanit-Mary, el
cual visito la parte Española de la Isla en 1783, el historiador de Martinica,
dice sobre la imprenta en el país, "hay una imprenta que apenas es empleadas
en la impresión de hijas, roles de Estado y otras piezas del mismo género
para diferentes ramos de la administración"

Señalando además el Sr. Moreau, "estaba prohibido imprimir en la colonia


ningún otras que no concerniera a los asuntos de la administración colonial,
si no poseía un permiso del Consejo de Indias. Si se imprime una obra en
Santo Domingo, deben ser entregados 20 ejemplares al presidente del
organismo para ser enviado al Consejo de Indias ( Descripción
topògraphique el palitoque d’ la partie española d l’ isle di Saint Dominque,
Filadelfia, 1796, Vol., Pág. 22 y 85)
Don Pedro Henríquez Ureña, dice "la imprenta citada por Saint Mary,
debieron imprimirse, la oración fúnebre sobre Cristóbal Colon, del
Arzobispo Portillo en 1795. Los Estatutos de la Universidad de Santo Tomás
de Aquino"(no hay ejemplares de este edición).La Universidad Autónoma
de Santo Domingo (UASD), conserva hoy 105 ejemplares de una edición
hecha en 1801, en Santo Domingo.

En sus notas bibliográficas referentes a las primeras producciones de la


imprenta en algunas ciudades de la América española, de José Toribio
Medina, (Santiago de Chile, 1904), señala "el impreso más antiguo que se
conoce en Santo Domingo, fue la declaración de Independencia del pueblo
dominicano, de 1821, (Pedro Henríquez Ureña, La Cultura y La Letras en
Santo Domingo, Buenos Aires 1936, Pág.13)

Primeros periódicos

Boletín de Santo Domingo, fue el nombre del primer impreso informativo de


la parte española de la isla en 1807. Se caracterizaba por ser una hoja con
noticias militares contra el gobierno de Luis Ferrand y de la guerra
dominicano-francesa, escritas en español y francés. Por su orden
gubernamental, no se le considera de carácter periodístico, ni elemento
destacado en el desarrollo de la cultura dominicana. Circuló hasta 1809.

El control del poder empieza a sentirse en los acontecimientos que abarcan


la evolución del periódico.

En 1810, se promulgó un decreto que autorizaba la libertad de imprenta,


consagrada tiempo después por la Constitución de Cádiz en su artículo 371.
El libre albedrío de expresión, existió hasta 1814 cuando por medio del
Consejo de Indias, Fernando VII dispuso que todo escrito debía tener un
permiso para imprimirse y publicarse, de lo contrario estaba prohibida su
reproducción.

A partir de ese momento se limita y abusa de la libertad de prensa existente


en Santo Domingo.

Las primeras manifestaciones periodísticas fueron pasquines críticos en


contra del gobierno de la época.

Es hasta 1820, que el Rey Fernando VIII restablece la libertad de imprenta,


la nueva Constitución jurada de Cádiz, concedía a los dominicanos el
privilegio que les fue arrebatado.

Esa autonomía instaurada dio paso, el 5 de abril de 1821, a la creación de El


Telégrafo Constitucional, el primer vocero en Santo Domingo, fundado y
dirigido por Antonio María Pineda.

Su lema en latín decía: Qui consulta patrum, qui leges, juraque servat, que
traducido al español significa: Que guarda los decretos de los padres, que
hicieron las leyes y la justicia.

Este diario compuesto de cuatros páginas y formato mediano, solo era de


acceso para los suscriptores que contribuían con un peso fuerte, precio
mensual por suscripción.

Era publicado cada jueves y sus líneas contenían: “decretos y órdenes de las
diputaciones provinciales y ayuntamientos, los estados mensuales de
recaudación e inversión de las rentas públicas, el movimiento mercantil, la
hora de entrada y salida de buques”, y otras noticias y documentos oficiales
que citaban las necesidades dominicanas, el progreso y bienestar de la
colonia, y enaltecía a la agricultura como “nuestro único camino de
prosperidad posible”.
En menos de tres meses, tiempo que permaneció vigente, se publicaron
diecisiete números. Su última edición fue el 26 de julio de 1821.

Diez días después del surgimiento de El Telégrafo, aparece “El Duende”,


dirigido por José Nuñez de Cáceres (considerado como el fundador del
periodismo dominicano). Sus páginas se publicaban los domingos, con
informaciones relevantes de España y ciertos avisos. A diferencia del
anterior, este se caracterizaba por ser un periódico de opinión. Se publicó
hasta el 15 de julio 1821.

Controversia y fin de los periódicos

El despertar y la felicidad que apenas iniciaban para los dominicanos, se vio


interceptada por la invasión haitiana. Desde 1822 hasta 1843, no se registran
muestras de libertad absoluta de expresión en la isla, más que pasquines y
hojas sueltas, aparecidas esporádicamente. Entre las que se encuentran, las
de carácter revolucionario hechas por los trinitarios, y unos escritos de
desahogo con letras disfrazadas, que también circulaban en las sombras de
la clandestinidad, muchos, elaborados por José María Serra.

El régimen del país ocupante hizo uso de la libertad arrebatada, y crearon los
periódicos: La estrella haitiana, La Concordia, Explorador Haitiano y el
Propagado Haitiano.

Tramas, renacimiento y libertad

Con la lucha independentista en 1844, se restablece la libertad de expresión.


En lo adelante, empieza a notarse avances significativos en la prensa escrita.
En 1845 surge el primer periódico después de la Independencia Dominicana,
con el nombre “El Dominicano”, recordado por su lema “Aquí no se escribe
porque nadie lee y no se lee porque nadie escribe”, este defendía las causas
de la nación.

Después de su desaparición el 30 de noviembre de 1846, no se registra un


auge de medios impresos.

Los periódicos circulantes se caracterizaban por ser de oficialistas o


partidaristas, de poca difusión, efímeros y de carácter comercial y literario.

En los años de restauración, en el país solo existían cuatro periódicos: La


Razón, dirigido por Manuel de Jesus Galván, El Progreso con temas
filosóficos, literarios y económicos, El Orden, con fin oficialista y El
Boletín, el unico que surgió durante el periodo de anexión.

Las primeras revistas de contenido literario fueron Flores del Ozama y


Revista Quincenal Dominicana.

Algunos periódicos efimeros, surgidos en la decada de 1890 fueron: El


Diario del Cibao, El Mercurio, La Tarde, Boletín de Noticias, Diario de la
Mañana, El Anunciador, Las Albricias, El Tiempo, El Avisor y El Comercio.

Sucesos como el derrocamiento de Báez, la aparición del nuevo régimen, el


fin de la tiranía de Heureaux, la ocupación norteamericana, el fin del
gobierno ocupante, la dictadura trujillista y otros acontecimientos que han
involucrado la libertad de imprenta y expresión y marcado la historia
política- social de República Dominicana, dieron inicio al surgimiento de
alrededor 1,145 periódicos, citados y clasificados por años, en el libro de
Marcos Antonio Martínez Paulina, Publicaciones Periódicas Dominicanas
desde la Colonia.

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