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Sistema Óseo

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Sistema ó seo

El sistema óseo humano, también llamado esqueleto humano, es la


estructura viva de huesos duros cuya función principal es la protección y
apoyo a los órganos vitales y la generación de movimiento o no en un el
cuerpo. Lo huesos en el sistema óseo no se tocan, sino que se
mantienen unidos gracias a los músculos, tendones y ligamentos..

Los huesos están formados por células que dan lugar al tejido óseo y por
minerales. Podemos dividirlos en tres tipos de componentes:

 Sustancia osteoide: Material orgánico que aún no ha mineralizado, cuyo


principal componente es la proteína en forma de colágeno y otros
elementos extracelulares.
 Minerales: El calcio y el fosfato se unen para formar una capa
cristalizada -hidroxiapatita- sobre la sustancia osteoide. Este tejido ofrece
mayor protección y sujeción a los huesos.
 Células: Encontramos dos tipos de células con funciones antagónicas.
De un lado, los osteoblastos, responsables de formar el hueso
sintetizando la sustancia osteoide. Y, por otro lado, los osteoclastos,
encargados de descomponer el tejido óseo mineralizado para reabsorber
sus moléculas para que puedan ser reutilizadas.

 Funciones del sistema óseo


 Además de proteger a los órganos y dar movimiento al cuerpo, el
sistema óseo realiza otras funciones como regular la concentración
de calcio en la sangre o encargarse de la formación de glóbulos
rojos de la sangre.
Sistema Articular
El sistema articular compone la unión con los distintos huesos que
hacen parte de nuestro esqueleto. En nuestro cuerpo encontramos
alrededor de 200 articulaciones de diferente tipo y composición, al
igual que con características de funcionamiento diferentes. En este
artículo te contamos todo sobre esta área del cuerpo humano.

Los huesos del esqueleto se unen entre sí, en diferentes partes de sus
superficies, y tales conexiones se denominan articulaciones. Cuando
las articulaciones son inamovibles, como en las articulaciones que se
hacen presentes prácticamente en todos los huesos del cráneo, los
márgenes adyacentes de los huesos están casi en contacto, estando
separados meramente por una delgada capa de membrana fibrosa,
denominada ligamento sutural.

Una articulación se define como el punto en el que dos o más huesos se


articulan. No todas las articulaciones se mueven, y diferentes clases
de articulación contienen diferentes tejidos. La estructura y la
composición tisular de una articulación definirán sus propiedades,
incluyendo la movilidad, la fuerza y la estabilidad. (Ver artículo: Tipos
de articulaciones)
Las articulaciones se pueden clasificar fácilmente por el tipo de tejido
presente. Usando este método, podemos dividir las articulaciones del
cuerpo en articulaciones fibrosas, cartilaginosas y sinoviales. Las
articulaciones también se pueden clasificar por si se mueven mucho,
un poco o no se mueven en lo absoluto.
Sistema muscular
En anatomía humana, el sistema muscular es el conjunto de los más de 650 músculos
del cuerpo, cuya función principal es generar movimiento, ya sea voluntario o
involuntario -músculos esqueléticos y viscerales, respectivamente. Algunos de
los músculos pueden enhebrarse de ambas formas, por lo que se los suele
categorizar como mixtos.
El sistema muscular permite que el esqueleto se mueva, mantenga su estabilidad y la
forma del cuerpo. En los vertebrados se controla a través del sistema nervioso,
aunque algunos músculos (tales como el cardíaco) pueden funcionar en forma
autónoma. Aproximadamente el 40% del cuerpo humano está formado por músculos,
vale decir que por cada kg de peso total, 400 g corresponden a tejido muscular.

Todo lo que hemos explicado hasta ahora es verdaderamente interesante, pero ¿cómo
se traduce desde un punto de vista funcional? En las siguientes líneas te explicamos, a
grandes rasgos, el mecanismo de contracción muscular.

En primer lugar, un potencial de acción viaja por un nervio motor hasta el final del mismo,
el cual desemboca en las fibras musculares. La señal proviene del cerebro que, mediante
impulsos eléctricos transportados a través de las neuronas y la liberación de
neurotransmisores (sinapsis), comunica la señal al músculo de que debe realizar la
acción para la cual está preparado.

En cada extremo del nervio, este libera un neurotransmisor muy especial: la acetilcolina.
Resumiendo mucho, diremos que la acetilcolina permite la apertura de los canales de
sodio a las fibras musculares y que, efectivamente, la concentración de este ión repentina
provoca un potencial de acción que estimula a las células musculares a liberar calcio. La
liberación de calcio permite la reconfiguración de las fibras de actina y miosina, proteínas
globulares esenciales para este tejido que, con el gasto de ATP, generan el movimiento
típico de contracción muscular.

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