Sistema Óseo
Sistema Óseo
Sistema Óseo
Los huesos están formados por células que dan lugar al tejido óseo y por
minerales. Podemos dividirlos en tres tipos de componentes:
Los huesos del esqueleto se unen entre sí, en diferentes partes de sus
superficies, y tales conexiones se denominan articulaciones. Cuando
las articulaciones son inamovibles, como en las articulaciones que se
hacen presentes prácticamente en todos los huesos del cráneo, los
márgenes adyacentes de los huesos están casi en contacto, estando
separados meramente por una delgada capa de membrana fibrosa,
denominada ligamento sutural.
Todo lo que hemos explicado hasta ahora es verdaderamente interesante, pero ¿cómo
se traduce desde un punto de vista funcional? En las siguientes líneas te explicamos, a
grandes rasgos, el mecanismo de contracción muscular.
En primer lugar, un potencial de acción viaja por un nervio motor hasta el final del mismo,
el cual desemboca en las fibras musculares. La señal proviene del cerebro que, mediante
impulsos eléctricos transportados a través de las neuronas y la liberación de
neurotransmisores (sinapsis), comunica la señal al músculo de que debe realizar la
acción para la cual está preparado.
En cada extremo del nervio, este libera un neurotransmisor muy especial: la acetilcolina.
Resumiendo mucho, diremos que la acetilcolina permite la apertura de los canales de
sodio a las fibras musculares y que, efectivamente, la concentración de este ión repentina
provoca un potencial de acción que estimula a las células musculares a liberar calcio. La
liberación de calcio permite la reconfiguración de las fibras de actina y miosina, proteínas
globulares esenciales para este tejido que, con el gasto de ATP, generan el movimiento
típico de contracción muscular.