"Vivir Mejor A Pesar de La Fibromialgia". Tratamiento Psicológico en Grupo para La Fibromialgia
"Vivir Mejor A Pesar de La Fibromialgia". Tratamiento Psicológico en Grupo para La Fibromialgia
"Vivir Mejor A Pesar de La Fibromialgia". Tratamiento Psicológico en Grupo para La Fibromialgia
TRATAMIENTO PSICOLÓGICO EN
GRUPO PARA LA FIBROMIALGIA
Irene Casanova Menal, Nuria de Andrés González, Miguel Ángel Díaz-Sibaja, Verónica Cabañas
Rojas.
casanovair@gmail.com
Fibromialgia, tratamiento cognitivo-conductual, grupal, protocolizado, ansiedad, depresión,
estrategias de afrontamiento.
Fibromyalgia, cognitive behavioral therapy, anxiety, depression, coping strategies.
RESUMEN
La fibromialgia es un síndrome reumatológico de tipo músculo esquelético en el que aparecen
síntomas somáticos y psicológicos, cuya etiología es objeto de investigación científica en la
actualidad (1). Se caracteriza por la presencia de dolor crónico generalizado e inespecífico;
además de otros síntomas asociados de tipo psicológico (depresión, ansiedad, insomnio). Según
los estudios de Branco y cols. (2), la fibromialgia afecta hasta un 5% de la población mundial.
La variabilidad de la sintomatología requiere tratamientos multimodales. Dentro de los
tratamientos psicológicos, la terapia cognitivo-conductual se considera de probada eficacia. El
principal objetivo de este estudio fue implementar y validar el programa de tratamiento
cognitivo-conductual en formato grupal y protocolizado que lleva por título “Vivir mejor a pesar
de la fibromialgia” (4). La muestra está compuesta por seis pacientes con diagnóstico de
trastorno por dolor, que acudieron a la USMC de Algeciras y participaron en dicho programa. Se
usaron como pruebas psicométricas el Inventario de Depresión de Beck BDI, Escala de ansiedad
y depresión en hospital HADS y el Inventario de Estrategias de Afrontamiento del Dolor Crónico
CPCI.
Tras administrar el protocolo de tratamiento observamos una mejoría clínica y estadísticamente
significativa en las variables BDI depresión, HAD ansiedad, CPCI apoyo social y CPCI autoayuda.
El programa de tratamiento se mostró eficaz para disminuir la sintomatología ansioso-depresiva
asociada a la fibromialgia y favorecer el aumento de estrategias de afrontamiento de apoyo
social y autoayuda.
ABSTRACT
Fibromyalgia is a syndromic disease of rheumatological origin characterized mainly by chronic,
generalized and non-specific muscle skeletal pain, fatigue, and somatic and psychological
symptoms (insomnia, anxiety, depression), whose etiology is not well established and is
currently the subject of scientific research (1). Fibromyalgia is an important cause of morbidity
in the world, affecting, according to clinical studies carried out in different countries, between
0.5 and 5% of the general population (Branco y cols. 2010). (2). The diversity of symptoms
requires multidisciplinary treatments. Within the psychological approach, cognitive-behavioral
therapy is considered to be an effective treatment. In this study, we seek as a primary objective
to implement and validate the cognitive-behavioral treatment program in a group and
protocolized format entitled “Vivir mejor a pesar de la fibromialgia" (4). The sample is composed
of six patients with a diagnosis of pain disorder, who came to the USMC in Algeciras and
participated in this program. The Beck BDI Depression Inventory, the HADS Hospital Anxiety
and Depression Scale, and the CPCI Chronic Pain Coping Strategies Inventory were used as
psychometric tests. After administering the treatment protocol the results reflected a clinically
and statistically significant improvement in the variables BDI depression, HAD anxiety, CPCI
social support and self-help CPC. The treatment program is effective to decrease the anxiety-
depressive symptomatology associated with fibromyalgia and favours the increase of social
support and self-help affiliation strategies.
INTRODUCCIÓN
La fibromialgia es una enfermedad sindrómica de origen reumatológico, de más de tres meses
de duración, que se caracteriza principalmente por dolor músculo-esquelético crónico,
generalizado e inespecífico, fatiga y síntomas somáticos y psicológicos (insomnio, ansiedad,
depresión), cuya etiología no está bien establecida y que actualmente es objeto de investigación
científica (1).
La fibromialgia es una causa importante de morbilidad en el mundo, afectando, según estudios
clínicos efectuados en diferentes países, a entre el 0,5 y el 5% de la población general (2). La
prevalencia estimada en España en la actualidad es de 2,4% en la población adulta, siendo mas
común en las mujeres (4,2%) que en los hombres (0,2%) (3). La diversidad de síntomas
requiere tratamientos multidisciplinares. Dentro del enfoque psicológico, la terapia cognitivo-
conductual se considera un tratamiento eficaz.
El síntoma más destacable de la fibromialgia es dolor crónico generalizado e inespecífico, pero
normalmente viene acompañado por otros síntomas físicos como fatiga, cefaleas, parestesias,
rigidez muscular y problemas intestinales y urinarios entre otros (5). Por otra parte, es
importante atender a otros síntomas que se producen como consecuencia del padecimiento de
la enfermedad. En este sentido, algunas investigaciones recientes han constatado que los
pacientes con fibromialgia presentan más alteraciones psicopatológicas que la población normal,
predominantemente ansiedad y depresión (6); tal es su frecuencia que resultaría recomendable
evaluar la presencia de las mismas de forma sistemática y protocolizada en estos pacientes (7).
En cuanto a los síntomas depresivos, se ha observado una relación directa entre el aumento de
los mismos y los años de evolución de la fibromialgia, de tal forma que los pacientes que llevan
más tiempo padeciendo la enfermedad serían los más deprimidos (8, 9). De la misma forma que
ocurre en el caso de los síntomas depresivos, la ansiedad (sintomática o psicopatológica) suele
ser una reacción emocional altamente prevalente entre los cuadros de dolor crónico (10).
Lazarus y Folkman (11) afirman en su teoría interaccionista, que cuando una situación estresante
(por ejemplo, una enfermedad crónica) desborda los recursos personales percibidos por el
individuo, se ponen en marcha estrategias de afrontamiento. Estas son definidas como esfuerzos
a nivel cognitivo y conductual que sirven para manejar estas demandas externas y/o internas y
se diferencian en dos categorías: estrategias pasivas o centradas en el dolor (protegerse,
descansar, pedir ayuda y búsqueda de apoyo social) y estrategias activas, focalizadas en el
bienestar o no-focalizadas en el dolor (persistencia en la tarea, relajación, ejercicio/estiramiento
y auto-afirmaciones de afrontamiento, búsqueda de apoyo social, planificación de actividades
agradables o técnicas de distracción).
Las estrategias activas son variables predictoras de un mejor funcionamiento físico de los
pacientes con fibromialgia y están relacionadas con una mejor adaptación a la enfermedad (12,
13). Además, se ha evidenciado en algunos estudios que los pacientes con fibromialgia que
comienzan a percibir un mayor nivel de autoeficacia emplean y confían más en las estrategias
de afrontamiento activas, en detrimento de las pasivas (14).
Distintas revisiones sistemáticas y guías clínicas recomiendan, debido a la variabilidad de la
sintomatología de la fibromialgia, emplear tratamientos multimodales: farmacológico,
psicológico, rehabilitador y otras terapias no médicas (15).
El tratamiento psicológico de la fibromialgia se considera, en la actualidad, tratamiento de
primera elección porque su eficacia se equipara a la conseguida por el tratamiento farmacológico
y se muestra superior a tratamientos no psicológicos (16). Hay evidencias de su efectividad a
corto y largo plazo, ya sea en formato individual o grupal.
De todos los tratamientos psicológicos, la terapia cognitivo conductual es la que mas apoyo
empírico ha recibido (17, 18). Desafortunadamente, pese a la probada eficacia de este tipo de
terapias, los meta análisis (19) indican que en muchas ocasiones los pacientes con fibromialgia
no reciben tratamiento psicológico de forma paralela a los tratamientos biológicos, siendo
aconsejable valorar la idoneidad de no retrasar su inicio excesivamente (20).
Los programas multicomponente combinan diferentes estrategias: fisiológicas conductuales y
cognitivas. Las técnicas fisiológicas incluyen principalmente biofeedback o relajación. Respecto
a las técnicas conductuales suelen utilizarse programación de actividades, control de las
contingencias sociales que puedan estar manteniendo conductas desadaptadas, reajuste de las
tomas de medicación y entrenamiento en autocontrol (21, 22). Las técnicas cognitivas persiguen
el objetivo de identificar y cambiar los pensamientos automáticos que están relacionados con la
sensación subjetiva de dolor, así como modificar aquellas creencias desajustadas que promueven
conductas desadaptativas y tienden a mantener el dolor. La psicoeducación también permite
conocer la experiencia de dolor por parte del paciente y darle a ésta una explicación coherente,
por lo que no debe faltar en ningún programa de tratamiento (12).
Pese a que la evidencia científica avala la eficacia de tratamientos grupales e individuales por
igual (23), el formato grupal presenta ventajas con respecto al individual, ya que se aprovechan
mejor los recursos sanitarios (espacio, tiempo y profesionales) y por lo tanto supone una
optimización del coste de la intervención. Además, el hecho de estar en un grupo con personas
que padecen la misma enfermedad, favorece la interacción social; el compartir experiencias
incrementa la motivación y la adherencia al tratamiento y fomenta el aprendizaje por modelado
de estrategias de afrontamiento. (24, 25).
La División de Psicología Clínica de la Asociación de Psicología Americana (26) en su informe
Task Force, propone que para poder determinar la eficacia de un determinado tratamiento
psicológico es requisito imprescindible que esté protocolizado, de tal forma que describa
claramente todo el proceso de evaluación y tratamiento. Las ventajas añadidas de protocolizar
un tratamiento son las siguientes: para empezar, permiten que el clínico optimice el tiempo de
planificación del tratamiento, además, facilitan que otros clínicos más noveles puedan desarrollar
un programa de tratamiento que haya demostrado su efectividad y eficacia con anterioridad, a
pesar de no contar con gran experiencia en este trastorno. Por último, facilita el diseño de
estudios de eficacia y la replicación de los resultados con distintos grupos y terapeutas (27).
Por tanto, dado que la terapia cognitivo conductual en su formato grupal y protocolizado, es el
abordaje que mayor apoyo y evidencia científica ha recibido en el afrontamiento del dolor,
reducción del estado de ánimo deprimido y uso de recursos sanitarios en fibromialgia (28, 29),
nos proponemos en este estudio diseñar, implementar y validar el programa de tratamiento
cognitivo-conductual en dicho formato que lleva por título “Vivir mejor, a pesar de la
fibromialgia” (4).
MÉTODO
Muestra
La muestra inicial estuvo compuesta por un total de doce pacientes, que acuden a la Unidad de
Salud Mental Comunitaria (USMC) de Algeciras, diagnosticados en el eje I (según el DSM-IV-TR)
de trastorno por dolor (F 45.4) y en el eje III de fibromialgia. La mortandad experimental fue
muy elevada, de tal forma que sólo el 50% de los pacientes (n=6) devolvieron los cuestionarios
en la fase de post-tratamiento y acabaron formando parte de la muestra definitiva. Cinco de
ellas eran mujeres (83,33%) y un varón (16,67%). El rango de edad se sitúa entre 25- 61 años,
siendo la media de edad de 42 años.
Instrumentos de medida
Inventario de Depresión de Beck BDI (30). Lo componen 21 ítems, en los que el sujeto
debe seleccionar una frase por ítem en función de su grado de identificación. El rango de
la puntuación obtenida se encuentra entre 0 y 63, y se dividen en: a) no depresivo o
normales, puntuaciones entre 0 y 9; b) depresión leve, puntuaciones entre 10 y 18; c)
depresión moderada, puntuaciones entre 19 y 29; d) depresión grave, puntuaciones
entre 30 y 63.
Escala de ansiedad y depresión en hospital HADS (31). Escala de auto-valoración que
sirve para discriminar estados de depresión y ansiedad en el contexto de las consultas
médicas externas. Está compuesta de 15 ítems donde el sujeto elije aquel con el que se
siente más identificado. De esta forma, se obtienen dos puntuaciones: un indicador de
depresión y otro de ansiedad. El rango de puntuación es de 0-21 para cada subescala, y
de 0-42 para la puntuación global. En la versión original de la escala se proponen los
mismos puntos de corte para las dos subescalas: a) de 0 a 7= normal; b) de 8 a 10=
dudoso; y c) más de 11= problema clínico.
Inventario de Estrategias de Afrontamiento del Dolor Crónico CPCI (32). Evalúa diferentes
tipos de estrategias de afrontamiento y está compuesto pos las siguientes escalas:
evitación, descanso, ayuda, relajación, persistencia, ejercicio, apoyo y autoayuda.
Procedimiento
El estudio experimental estuvo formado por 4 fases: selección de la muestra, evaluación inicial
(pre-tratamiento), tratamiento y evaluación de los efectos producidos por la intervención (post-
tratamiento).
Primera sesión: presentación del programa “vivir mejor pese a la fibromialgia”, establecimiento
de las normas del grupo y las consecuencias y cumplimentación de los cuestionarios del pre-
tratamiento.
Segunda sesión: información sobre el dolor: ¿Qué es el dolor?, ¿qué síntomas tiene?, diferencias
entre el dolor agudo y el dolor crónico, teoría de la puerta (factores que abren y cierran la
puerta), causas y consecuencias del dolor crónico y distintos tratamientos. Esta sesión se lleva
a cabo mediante la dinámica de grupo A-3. En grupos de 3 personas intercambian opiniones
acerca de la información que tienen acerca de cada uno de los temas relacionados con el dolor,
rellenan una ficha de trabajo, para después, contrastar las opiniones surgidas con la información
científica. Se analiza la respuesta de dolor en sus componentes físicos, emocionales,
conductuales y cognitivos.
Tercera sesión: modelo de afrontamiento. En esta sesión se analizan los factores que influyen
en el dolor y se explican las distintas estrategias de afrontamiento que se enseñarán y
practicarán durante el programa.
Cuarta sesión: programación de actividades. Explicación de los beneficios de la realización de
actividades gratificantes, patrones de actividad inadecuados y equilibrio entre la actividad y el
descanso, pautas para las tendencias de actividad e inactividad extremas, elaboración de un
programa de actividades semanal (a partir de una lista de mas de 500 actividades) y búsqueda
de apoyos sociales que favorezcan su puesta en práctica (compromiso público, asignación de
una madrina y carta para un familiar).
Quinta sesión: entrenamiento en “relajación muscular progresiva”. Para facilitar el aprendizaje
de los distintos procedimientos de relajación, y para facilitar la puesta en práctica de estas
técnicas en casa, se les facilitó un CD de relajación para que les sirviera de guía (30). Este
material recoge los distintos procedimientos de relajación entrenados (relajación muscular con
10 grupos musculares, relajación con tensión leve, relajación con tensión única y relajación
mediante evocación).
Sexta sesión: relajación con tensión leve y entrenamiento en higiene del sueño mediante
explicación y puesta en marcha de 14 pautas para restaurar los hábitos del sueño y los ritmos
circadianos.
Séptima sesión: relajación con tensión única y técnica de solución de problemas, que intenta
modificar la orientación general hacia los problemas de los pacientes, identificar las áreas de sus
vidas afectadas por la enfermedad, buscar soluciones alternativas, tomar decisiones respecto a
ellas y poner en marcha estas soluciones.
Octava y novena sesiones: procedimiento de reestructuración cognitiva, se enseñó a los
pacientes a registrar, analizar, discutir y cambiar aquellos pensamientos negativos que generan
sentimientos de ansiedad y depresión. Esta técnica se lleva a cabo resaltando la importancia de
nuestras cogniciones en la conducta y las emociones, mediante ejemplos ilustrativos y aludiendo
RESULTADOS
Debido a que la muestra era muy pequeña, no se pudieron asumir los principios de
homogeneidad de varianza y el ajuste a la distribución normal, por lo que se decidió utilizar la
prueba no paramétrica de Friedman para llevar a cabo el análisis intragrupo (pretest-postest)
de las distintas variables evaluadas.
Como se puede apreciar en la tabla 1, el programa de tratamiento “Vivir mejor pese al dolor”
resulta eficaz para producir mejoría clínica y estadísticamente significativa en las variables BDI
(p=0,008*) y HAD-ansiedad (p=0,014*). Aunque la diferencia que se observa en la variable
HAD-depresión tras la intervención no resulta estadísticamente significativa, sí se observa una
mejoría clínica.
Pretest Postest
Sig
µ DT µ DT
BDI 32,43 11,80 18,14 4,59 0,008*
Ansiedad 13,83 3,49 8,67 2,66 0,014*
HAD
Depresión 12,17 2,32 8,67 2,73 0,10
Tabla 1: Datos pretest y postest en los cuestionarios BDI y HAD.
Pretest Postest
CPCI Sig
µ DT µ DT
Evitación 3,46 0,49 3,24 0,91 0,18
Descanso 4 1,08 4,58 1,23 0,18
Ayuda 2,45 1,77 3,25 1,44 0,41
Relajación 1,52 1,52 3,52 1,38 0,10
Persistencia 2,66 1,66 3,77 1,39 0,10
Ejercicio 0,91 0,91 2,23 1,67 0,10
Apoyo 1,50 1,51 2,89 1,57 0,014*
Autoayuda 1,90 0,98 3,93 1,92 0,014*
Tabla 2: Datos prestest y postets en el cuestionario CPCI.
DISCUSIÓN
En relación con los aspectos emocionales de la fibromialgia, es relevante destacar el elevado
porcentaje de pacientes que presenta alteraciones psicopatológicas de ansiedad y depresión.
Los datos de este estudio reflejan que todos los pacientes con fibromialgia presentaban
sintomatología depresiva al inicio del tratamiento, con una puntuación media de 32.43, lo cual
indica, según las categorías del BDI unos niveles de depresión grave. Además, también se puede
extraer de la evaluación que presentaban unos niveles clínicos de ansiedad, con una puntuación
media de 13,83 en la variable HAD-ansiedad.
Estos resultados están en consonancia con lo descrito en la literatura científica, en un doble
sentido. Por un lado, coinciden en señalar la elevada comorbilidad existente entre la fibromialgia
y los trastornos ansioso-depresivos (9, 10). Por otro lado, se observa que la puntuación en
En definitiva, puede ser lógico concluir que el programa de tratamiento cognitivo conductual
tuvo un efecto positivo sobre la sintomatología de tipo emocional debido a: a) el uso de técnicas
terapéuticas avaladas científicamente para el tratamiento de los trastornos emocionales, las
cuales producen cambios muy favorables a nivel emocional, cognitivo y conductual (38) y b) se
proporcionó a los pacientes una serie de estrategias de afrontamiento, tales como, la relajación,
la reestructuración cognitiva o el entrenamiento en habilidades sociales, que resultan eficaces
para atender a las demandas de la enfermedad con un menor coste emocional y mejorar la
calidad de vida.
Es importante subrayar que otro objetivo que conseguimos con esta investigación, es validar un
manual de tratamiento protocolizado para la intervención psicológica en grupo de la fibromialgia,
lo que aportará, según Hickling y Blanchard (27) ventajas en comparación con otros manuales
de tratamiento protocolizado, en la práctica clínica, en la investigación y en la formación de
psicólogos.
A pesar de que los resultados de este estudio son satisfactorios y esperanzadores, debemos
interpretarlos con cierta prudencia, ya que en primer lugar, la muestra ha sido muy pequeña
(n=6), no existe un grupo control o un grupo placebo que nos permita hacer análisis
comparativos y por último no se han hecho seguimientos que nos permitan constatar que la
mejoría se mantiene a medio y largo plazo.
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