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2019 Nutrición Pediátrica

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2019

Nutrición Pediátrica

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Gastronomía y Nutrición
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Alejandra
formato del cuadro de texto de
Villalobos
la cita.]
Contenido
Ablactación ........................................................................................................................................ 3
Preescolar y escolar....................................................................................................................... 20
Adolescencia ................................................................................................................................... 45
Bibliografia ....................................................................................................................................... 59

1
Ablactación

2
Ablactación
Una adecuada nutrición durante la infancia y niñez temprana es esencial para
asegurar que los niños alcancen todo su potencial en relación al crecimiento, salud
y desarrollo. La nutrición deficiente incrementa el riesgo de padecer enfermedades
y es responsable, directa o indirectamente, de un tercio de las 9.5 millones de
muertes que se ha estimado ocurrieron en el año 2006 en niños menores de 5
años de edad. La nutrición inapropiada puede, también, provocar obesidad en la
niñez, la cual es un problema que se va incrementando en muchos países.

3
Prácticas recomendadas para la alimentación del lactante y del niño
pequeño

Las recomendaciones de la OMS y el UNICEF, para una alimentación infantil


óptima, tal como se encuentran establecidas en la Estrategia Mundial son:
Lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida (180 días)
Iniciar la alimentación complementaria, adecuada y segura, a partir de los 6 meses
de edad, manteniendo la lactancia materna hasta los dos años de edad o más.

Lactancia materna exclusiva significa que el lactante recibe solamente leche del
pecho de su madre o de una nodriza, o recibe leche materna extraída del pecho y
no recibe ningún tipo de líquidos o sólidos, ni siquiera agua, con la excepción de
solución de rehidratación oral, gotas o jarabes de suplementos de vitaminas o
minerales o medicamentos.

Alimentación complementaria es definida como el proceso que se inicia cuando


la leche materna no es suficiente para cubrir los requerimientos nutricionales del
lactante, por lo tanto son necesarios otros alimentos y líquidos, además de la
leche materna. El rango etáreo para la alimentación complementaria,
generalmente es considerado desde los 6 a los 23 meses de edad, aún cuando la
lactancia materna debería continuar más allá de los dos años.

Finalidad de la alimentación complemetaria

El niño durante su etapa de crecimiento y desarrollo adquiere y desenvuelve un


sin número de habilidades, al mismo tiempo que incrementan sus requerimientos
energéticos y nutricionales, por lo que la alimentación exclusiva con leche humana
o artificial no puede ser igual en estas etapas de la edad pediátrica. Entre los
objetivos que se persiguen con la introducción de la alimentación complementaria
están:

1. Promover un adecuado crecimiento y desarrollo neurológico, cognitivo, del


tracto digestivo y el sistema neuromuscular.

2. Proveer nutrientes que son insuficientes en la leche materna, tales como: hierro,
zinc, selenio, vitamina D.

3. Enseñar al niño a distinguir sabores, colores, texturas y temperaturas diferentes,


así como a fomentar la aceptación de nuevos alimentos.

4. Promover y desarrollar hábitos de alimentación saludable.

5. Favorecer el desarrollo psicosocial, y la interrelación correcta entre padres e


hijos.

4
6. Conducir a la integración de la dieta familiar.

7. Promover una alimentación complementaria que permita prevenir factores de


riesgo para alergias, obesidad, desnutrición, hipertensión arterial, síndrome
metabólico, entre otras.

Las necesidades y requerimientos


nutricionales cambian proporcionalmente
de acuerdo al crecimiento del niño. De
manera característica, a partir del sexto
mes de vida el bebé necesita un mayor
aporte energético y de algunos
nutrimentos específicos, tales como:
hierro, zinc, selenio, calcio y las vitaminas
A y D. La leche materna exclusiva y las
fórmulas lácteas infantiles son
insuficientes para cubrir estos
requerimientos en el lactante sano, los
cuales se deben aportar a través de la
alimentación complementaria. Si la
alimentación del niño no se ajusta a los
requerimientos adicionales de estos
nutrimentos, su crecimiento y desarrollo
puede verse afectado.

Cuando inciar la alimentacion complementaria

Para iniciar la alimentación complementaria se deben tener en cuenta múltiples


factores involucrados en el éxito de su buena implementación, tales como: la
edad, la capacidad del niño para la digestión y absorción de los diferentes micro y
macronutrientes presentes en la dieta, las habilidades sociales y motoras
adquiridas, el medio socioeconómico en el que se encuentra y la incapacidad de la
leche materna y de las fórmulas lácteas infantiles de asegurar un aporte
energético adecuado de nutrimentos que garanticen el crecimiento y desarrollo
adecuado del lactante. El proceso de nutrición implica la participación e interacción
entre diferentes sistemas del cuerpo humano: digestivo, neurológico, renal e
inmunológico, que desde la vida fetal se encuentran en constante desarrollo
evolutivo.

Es importante conocer y reconocer estos procesos de evolución y adaptación con


el fin de establecer recomendaciones para la introducción segura de diferentes

5
alimentos de acuerdo al momento de maduración biológica del lactante, con el
objetivo de no incurrir en acciones que sobrepasen su capacidad digestiva y
metabólico.

En México, la mediana de edad de inicio de alimentación complementaria fue


cinco meses. Los primeros alimentos introducidos son cereales y legumbres,
iniciados desde los dos meses hasta en el 4% de los casos. De forma llamativa, la
introducción temprana antes de los tres meses se observó con más frecuencia en
las poblaciones urbanas, no indígenas y pertenecientes a mayores estratos
socioeconómicos.

La edad ideal para el inicio de la alimentación complementaria ha sido tema de


interés y de controversia para los diferentes organismos que regulan el manejo
nutricional en pediatría y han surgido diferentes opiniones al respecto. Desde 2001
la Organización Mundial de la Salud recomendó iniciar la alimentación
complementaria a partir de los seis meses de vida, ya que la leche materna
constituye un factor protector frente a la morbimortalidad infantil en los países en
desarrollo. Las recomendaciones de la Sociedad Europea de Gastroenterología,
Hepatología y Nutrición Pediátrica del 2008, señalan que el inicio de la

6
alimentación complementaria no debe ser ni
antes de las 17 semanas ni después de las 26
semanas de vida, tanto en los niños
amamantados, como en los que reciben
fórmulas lácteas infantiles o lactancia mixta.3
Con fines prácticos, el inicio de la
alimentación complementaria puede
recomendarse a partir, y no antes, de los
cuatro meses en quienes estemos seguros de
garantizar que los alimentos nuevos en la
dieta satisfagan los requerimientos
energéticos, y no debe diferirse más allá de
los 6 meses en ningún paciente.

La lactancia materna debe acompañar la ali-


mentación complementaria hasta los dos años
de edad y debe ser administrada a demanda,
de-bido a que durante este periodo sólo una
parte de los requerimientos calóricos totales
del niño son cubiertos por la alimentación
complementaria. La lactancia materna puede aportar más de la mitad de los
requerimientos energéticos totales en un niño entre 6 y 12 meses de edad, y
continua aportando nutrientes adecuados, junto con los alimentos
complementarios; por lo tanto, el objetivo fundamental de la alimentación
complementaria en esta etapa es poner en contacto y entrenar al niño con los
alimentos que posteriormente lo van a acompañar a lo largo de su vida.
Actualmente se recomienda a partir de los 12 meses un con-sumo máximo de
500mL de leche materna o formula de crecimiento al día, equivalentes a 16 onzas,
divididos en 2 tomas.

7
Habitos de alimentacion

La “alimentación perceptiva” se define como el comportamiento normal


relacionado con los hábitos de alimentación. Este término es emplea-do para
describir que el cuidador o cuidadora alimenta a los lactantes directamente y
asiste a los niños mayores cuando comen por sí solos, respondiendo a sus signos
de hambre y sacie-dad, alimentando despacio y pacientemente, animándolos a
comer, pero sin forzarlos. Los padres deben tener presente que su obligación es
ofrecer los alimentos, mientras el niño decide si los come o no y en qué cantidad.
Cuando el niño rechaza el biberón, la cuchara, o escupe el alimento, es indicio que
está satisfecho.

Se recomienda experimentar la introducción de alimentos con diversas com-


binaciones, sabores y texturas para animarlos a comer. La aceptación de algún
alimento nuevo sólo se conoce después de al menos 3 a 5 intentos de ofrecérselo;
si es rechazado nuevamente, se sugiere suspenderlo para ofre-cerlo otra vez más
adelante, igual o con otra presentación.

El niño debe de tener su propipo plato y tener la comida suficiente; pa a;lomentarlo


se puede emplear una cuchara de acuerdo a su edad o con las manos limpias,
dependiendo de la cultura.

Dura la hora de comida no debe de haber distracciones, se debe recordar a los


padres que es un moento de aprendizaje y amor, en el que se debe de hablar con
los niños y mantener contacto visual.

Cantidad, textura y frecuencia de los alimentos

A medida que el niño aumenta el consumo de alimentación complementaria,


disminuye el consumo de leche materna, de manera que la alimentación
complementaria desplaza la leche materna. Si se ofrecen alimentos de bajo valor
nutricional que la leche materna (por ejemplo agua de panela o refrescos), la
ingesta de energía será menor que la que obtenía con la lactancia materna
exclusiva y esto puede causar desnutrición.

La cantidad verdadera de comida que requiere un niño depende de la densidad de


los alimentos que se ofrecen y de la capacidad gástrica. En general, los alimentos
de la alimentación com-plementaria tienen entre 0.6 y 1kcal/gramo, y en general
es deseable que su densidad energética sea entre 0.8 y 1kcal/gramo.La
consistencia más apropiada de la comida del lactante o niño pequeño, depende de
la edad y del desarrollo neuromuscular. Al inicio de los seis meses, el lactante
puede comer alimentos sólidos o semisólidos, en forma de puré o aplas-tados. A
la edad de ocho meses, la mayoría de los lactantes puede comer alimentos

8
sólidos triturados. A los 12 meses, la mayoría de los niños pueden comer los
mismos alimentos consumidos por el resto de la familia.

Variedad de alimentos

Un buen alimento complementario es rico en energía, proteínas y


micronutrimentos (hierro, zinc, selenio, calcio, vitamina A y folatos); no es picante,
dulce, ni salado; el niño puede co-merlo con facilidad; es fresco, poco voluminoso
e inocuo; debe ser de su agrado; está disponible localmente y es asequible.

Los alimentos complementarios deberían brindar suficiente energía, proteína,


lípidos, carbohidra-tos y micronutrientes para cubrir las brechas de energía que
deja la leche materna.

La alimentación complementaria debe basarse en alimentos que consume la


familia, que dependerán de factores culturales y económicos. La dieta del niño
debe tener alimentos básicos, ricos en determinados nutrientes como:

 Cereales sin gluten. Los cereales constituyen el grupo de alimentos con el


que más se inicia la alimentación complementaria.Los cereales sin gluten
aportan principalmente carbohidratos (almidón y poli-sacáridos), además de
vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales, y están suplementados
con hierro. Son preparados hidrolizados a base de arroz, maíz o soya, que
pueden diluirse de forma instantánea, sin necesidad de cocción, tanto en la
leche materna, como en las fórmulas lácteas infantiles, manteniendo un
aporte lácteo adecuado. En algunos casos, y si hay rechazo por parte del
niño, se pueden añadir a la papilla frutas o al puré de verduras o caldos.

 Cereales con gluten Los cereales con gluten están hechos con trigo,
avena, cebada o centeno. Aportan hidratos de carbono, proteínas en menor
cantidad, minerales, vitaminas y ácidos grasos esenciales. Constituyen un
notable aporte de energía en función de su alto contenido de carbohidratos.
Se pueden ofrecer también otros alimentos que aportan cereales, como
arroz, avena, galletas, pan, pasta, etc.

Actualmente, no existe un consenso sobre el mejor momento para introducir


el gluten en la alimentación complementaria. Una medida prudente para la
introducción del gluten sería hacerlo no antes de los 4 meses, ni después
de los 7 meses de vida; independientemente de que el niño tome leche
materna o una fórmula láctea infantil.

9
 Frutas y verduras En cada país existe una gran variedad de frutas y
verduras que pueden integrar la alimentación complementaria. Las frutas
aportan agua, hidratos de carbono, fibra, vitaminas y minerales. Las de
color naranja son ricas en caroteno, precursor de vitamina A y en vitamina
C. Deben prepararse peladas para evitar o limitar el aporte de celulosa y
hemicelulosa presentes en la cubierta externa y así́ no sobrepasar los
5g/día de fibra alimentaria recomendados durante el primer año de vida,
evitando que el exceso de fibra pueda interferir con la absorción de
micronutrientes, como el hierro y el zinc. Deben ofrecerse maduras para
una mejor digestibilidad, en forma de papilla o zumos naturales recién
elaborados, habitualmente entre comidas. Los jugos de fruta contienen
todos los nutrimentos, incluyendo vitamina C, lo que favorece la
biodisponibilidad del hierro presente en otros alimentos vegetales cuando
se administran en una misma comida. Los jugos deben ofrecerse con
cuchara, para evitar el riesgo de caries con el biberón, debido a su alto
contenido de carbohidratos. Además, se deben dar en pequeñas
cantidades (máximo 6 onzas al día), para impedir que reemplacen la
ingesta de leche o que interfieran con la aceptación de otros alimentos de
mayor valor nutritivo.
En cuanto a las verduras, aportan agua, proteínas vegetales, celulosa,
vitaminas y minerales. Se pueden dar frescas o cocidas al vapor o hervidas
en poca cantidad de agua y durante menos de 10 minutos para minimizar
las pérdidas de vitamina C y de minerales. Además, durante la cocción
debe taparse el recipiente para evitar que aumente en el agua la
concentración de nitritos. Las verduras se ofrecen en forma de puré, de
textura gradualmente menos fina para estimular la masticación. Es
recomendable evitar al principio las verduras que causan flatulencias
(coliflor, repollo) y las que contienen sustancias sulfuradas (ajo, cebolla,
espárragos) responsables de sabores fuertes, ya que pueden resultar
desagradables para el niño. Algunas verduras como el betabel, espinacas o
zanahorias en gran cantidad, tienen alto contenido en nitratos, por lo que
pueden ocasionar metahemoglobinemia en lactantes pequeños, debido a
una baja acidez gástrica que permite la proliferación de bacterias
reductoras de nitratos en nitritos, así́ como a una disminución fisiológica de
la enzima metahemoglobina reductasa. En general, las frutas y verduras
pueden comenzar a formar parte de la dieta, de manera progresiva, a partir
de los 5-6 meses de vida.

 Carnes Son fuente muy importante de proteínas de alto valor biológico (20g
de proteína/100g de carne), aminoácidos y ácidos grasos esenciales,
hierro, zinc y vitaminas, principalmente B12. Debido al riesgo de carencia
10
de hierro en niños con leche materna exclusiva a partir de los 6 meses, se
recomienda la introducción de carne (pollo, pavo, ternera, vaca, cordero y
cerdo) desde el inicio de la alimentación complementaria, por su alto
contenido y buena disponibilidad de hierro, y otros nutrimentos que
aporta.El valor nutritivo de la carne blanca es similar al de la carne roja. Se
recomienda introducirla en cantidades pequeñas y progresivas, a diario,
hasta llegar a 40-60g de carne por ración al día; pueden ser añadidas al
puré de verduras.

 Derivados lácteos El yogur es un derivado lácteo fermentado que contiene


poca lactosa, pero supone una excelente fuente de proteínas, calcio y
vitaminas. Además, favorece la absorción del calcio y regenera la flora
intestinal gracias a su contenido de pre y probióticos. A partir de los 6
meses, se pueden introducir yogures elaborados con leche adaptada y,
posteriormente, alrededor de los 9-10 meses, se pueden dar yogures
naturales de leche de vaca entera. Los quesos son productos de leche
fermentada que constituyen una buena fuente de proteínas, calcio, hierro y
fósforo, pero pueden tener un alto contenido graso dependiendo del tipo de
queso. Se pueden ofrecer quesos frescos poco grasos a partir de los 9-10
meses

 Pescado y huevo El pescado aporta proteínas de alto valor biológico,


vitaminas, minerales como hierro, yodo, zinc, fósforo, sal y constituye una
excelente fuente de ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga omega 3
y 6, presentes sobre todo en el pescado azul, de importancia en el neurode-
sarrollo y por su efecto beneficioso al aumentar el HDL-colesterol.
Actualmente, se recomienda introducir el pescado a partir de los 9-10
meses, comenzando con pequeñas cantidades (unos 20-30g) de pescado
blanco o azul, siempre en cantidades pequeñas, que se irán aumentando
paulatinamente hasta 40-60g/día para favorecer la tolerancia. En niños
menores de 3 años, deben evitarse algunos pescados, como el pez espada,
atún rojo, tintorera y cazón, debido a su alto contenido de mercurio
potencialmente perjudicial para el neurodesarrollo del niño.
El huevo es considerado el alimento con mayor valor biológico en sus
proteínas; aporta además ácidos grasos esenciales, (DHA-ARA) hierro,
luteína y vitaminas. La yema se puede iniciar desde los 6 meses de edad, y
posteriormente la clara de huevo cocida en cantidades crecientes, debido al
alto poder alergénico de la ovoalbúmina que contiene. No es recomendable,
por razones nutricionales y de seguridad alimentaria, consumir huevo
crudo. Por una parte el calentamiento facilita la digestión completa de las
proteínas del huevo; por otra, previene la deficiencia de biotina, vitamina
11
pobremente absorbida cuando se consume huevo crudo, debido a que este
contiene una proteína denominada avidina, que limita la absorción de la
biotina. Además favorece la destrucción de posibles microorganismos
contaminantes; se han reportado casos de infección por Salmonella
gallinarumsecundarios al consumo de huevo crudo en los que se ha
encontrado contaminación de la yema de huevo por este microorganismo al
romper el cascaron del huevo.

 Legumbres Las legumbres aportan fibra, hidratos de carbono, proteínas,


vitaminas y hierro, a pesar de que su biodisponibilidad es baja debido al
elevado contenido en fibra y fitatos. Además, tienen un elevado contenido
de nitratos, por lo que se recomienda iniciar en pequeñas cantidades para
favorecer su digestión y evitar flatulencia, a partir de los 6-7 meses.

 Agua La alimentación complementaria incluye un aumento de solutos y de


carga osmolar importante, por lo que a los lactantes con fórmulas lácteas
infantiles se les debe ofrecer pequeñas cantidades de agua hervida a lo
largo del día, después de los 6 meses cuando el niño es capaz de sostener
la composición de solutos que contiene. Los niños amamantados reciben
líquidos suficientes, ya que la leche materna tiene un elevado contenido de
agua (87%) en su composición y, habitualmente, no necesitan suplementos
de agua salvo en situaciones puntuales de calor excesivo o enfermedad
febril.

12
13
Alimentos NO recomendados

 Leche de vaca Se recomienda no introducir la leche de vaca entera hasta


los 12 meses, por el riesgo de inducir anemia ferropénica debido a su bajo
contenido en hierro y a su relación con micro sangrados intestinales y
anemia. Además, teniendo en cuenta su alto contenido en proteínas, no se
debe olvidar que son ácidos radicales y pueden ser causa de detención de
crecimiento con base al fenómeno de strand (acidosis metabólica)

 Condimentos y edulcorantes No se debe añadir sal ni azúcar en la


preparación de los alimentos para lactantes durante el primer año de vida,
pues ambos componentes se encuentran en cantidades suficientes de
forma natural en la dieta. Tampoco se deben dar edulcorantes porque
refuerzan la preferencia innata por los sabores dulces y suponen un riesgo
añadido de caries dentales y obesidad.

 Miel de abeja natural La miel de abeja no procesada puede contener


esporas de Clostridium botulinum, lo cual, sumado al déficit de ácido
gástrico del lactante, facilitaría el desarrollo de botulismo.

 Café, té, aguas aromáticas Hay que evitar las bebidas excitantes, como
café, té o infusiones (específicamente a base de anís), ya que contienen
alcaloides que producen cólico y además carecen de valor energético.
Las bebidas carbonatadas como los jugos artificiales, gaseosas y refrescos
tam-poco se recomiendan, porque disminuyen la absorción del calcio,
proveen altas cantidades de energía, carecen de valor nutrimental pueden
disminuir el apetito y la aceptación de otros nutrientes.
El suministro de té interfiere con la absorción de hierro; por lo tanto, no se
recomienda.
Es conveniente evitar el uso de refrescos aparentemente con algún valor
nutricional, lo cual no es cierto, pero es una costumbre cultural en nuestro
país, ya que se da exceso de azúcar y favorece obesidad.

 Alimentos con soya No se recomiendan los alimentos con soya porque su


contenido de fitatos interfiere con la absorción del hierro y otros
nutrimentos, además de favorecer el depósito de aluminio.

 Embutidos No deben darse antes del año de edad por su elevado


contenido de sodio, nitritos y grasas saturadas. Después del año se
aconseja en cantidades mínimas supervisadas

14
 Alimentos peligrosos Las nueces, cacahuates, maíz (palomitas de maíz),
uvas pasas, entre otros, son alimentos peligrosos para los niños por debajo
de los cuatro años de edad, debido a que el tamaño de estos condiciona
riesgo de broncoaspiración y la probabilidad de que sean introducidos en
las fosas nasales u oídos por curiosidad. Sin embargo, este tipo de
alimentos pueden darse molidos o machacados y mezclarse con el resto de
la dieta de forma segura.

 Suplementos de vitaminas y minerales Para los niños pequeños, los


micronutrientes son esenciales para el crecimiento, el desarrollo y la
prevención de enfermedades. En algunas situaciones la suplementación
con micronutrientes puede ser una intervención efectiva.

 Vitamina A La Organización Mundial de la Salud y el Fondo de las


Naciones Unidas para la Infancia recomiendan la suplementación universal
con vitamina A como una prioridad para niños de 6-59 meses de edad en
países con un riesgo elevado de deficiencia. En estos países, se debe
administrar una dosis elevada de vitamina A a los niños con sarampión,
diarrea, enfermedad respiratoria, varicela, otras infecciones graves o
desnutrición aguda grave. En la última actualización de la Organización
Mundial de la Salud sobre este tópico, publicada en 2011, se recomienda
administrar a niños entre 6 y 12 meses 100,000 UI en un oportunidad; y a
niños mayores de 12 meses 200,000 UI cada 4-6 meses.

 Hierro La Academia Americana de Pediatría recomienda la suplementación


con hierro a partir del cuarto mes, fecha en que aumentan los
requerimientos de hierro por el crecimiento rápido. Sin embargo, en países
como México debe suplementarse tan temprano como sea posible, a una
edad de uno a dos meses. El hierro en la leche materna, aunque es escaso,
tiene una elevada biodisponibilidad, por lo que cubre los requerimientos en
los primeros 6 meses de vida. Actualmente, tanto las fórmulas infantiles
como los cereales están suplementados con hierro, por lo que a partir de
los 5-6 meses, en general, se logran aportes adecuados de hierro con la
dieta, a través de la leche materna o fórmulas lácteas infantiles, los
cereales fortificados y, especialmente, por la ingesta de carne y pescado.
Sin embargo, el hierro en estas presentaciones tiene poca biodisponibilidad.
Los suplementos con hierro no deben administrarse a niños que tengan
suficientes reservas de este mineral ya que el riesgo de aparición de
eventos adversos graves es mayor.

15
 Yodo Grupos vulnerables como mujeres embarazadas o en período de
lactancia y niños menores de 2 años podrían no estar cubiertos de manera
adecuada en regiones, donde la estrategia de yodación de la sal, no está
completamente ejecutada. En estos casos, la suplementación con yodo
estaría indicada.

 Zinc Se recomienda la suplementación con zinc a los recién nacidos


pretérmino desde los dos meses hasta el año de vida, a razón de 3mg/día.
En el caso de lactantes menores de 6 meses de edad, la dosis del zinc
debe ser de 10mg/día.

 Vitamina D Tanto la Academia Americana de Pediatría, como diversas


sociedades pediátricas internacionales y una revisión Cochrane (2008),
recomiendan un suplemento diario de 400UI de vitamina D, durante el
primer año de vida, a partir de los 15 días, tanto si el lactante recibe leche
materna como si se alimenta con fórmulas lácteas infantiles con una ingesta
menor de un litro de leche al día. No olvidar que es conveniente la
exposición a la luz solar para establecer una mejor transformación de la
vitamina D.

IMPLICACIONES FUTURAS Y NUEVAS FORMAS DE ALIMENTACIÓN


COMPLEMENTARIA

¿Cómo debe ser la alimentación complementaria en hijos de padres vegetarianos?


En los niños menores de 2 años existe controversia acerca de si deben recibir o
no dietas vegetarianas estrictas, por el insuficiente aporte de energía, y el riesgo
de carencias nutricionales de vitaminas, principalmente de vitamina B12,
riboflavina y vitamina D, proteínas animales y minerales (hierro, zinc, calcio). Estas
deficiencias pueden dar lugar a malnutrición proteicocalórica, raquitismo, anemia
ferropénica, anemia megaloblástica y retraso del crecimiento y del desarrollo
psicomotor en los lactantes, y se ven compensadas cuando la dieta incluye lácteos
(lactovegetariana) o leche y huevos (ovolacto-vegetariana), ya que proporcionan
proteínas de alto valor biológico, calcio y vitaminas D y del grupo B. Los lactantes
amamantados por madres con dieta vegetariana estricta pueden requerir
suplementos de vitaminas D y, especialmente, B12, hierro y calcio

¿Alimentación complementaria dirigida por el bebé (Baby-led Weaning)?


El Baby-led weaning (BLW), es un término anglosajón que se traduce como
“alimentación complementaria dirigida por el bebé”. El BLW es una forma de

16
alimentación en la que el propio lactante, a partir de los 6 meses de vida y en
función de su desarrollo neurológico, se lleva a la boca alimentos enteros,
adaptados al bebé, utilizando sus manos, en lugar de recibirlos triturados y con
cuchara. Al niño se le deja comer por sí solo teniendo un papel activo en decidir
qué, cuánto y a qué ritmo comer. Entre de las ventajas descritas de esta forma de
alimentación se mencionan que favorece la autonomía del niño, le permite
participar de la comida familiar, estimula la masticación y disminuye el riesgo de
sobrealimentación y de obesidad, ya que los bebés autorregulan las cantidades
que ingieren. Sin embargo, esta práctica tiene ciertos riesgos y requiere un
estrecho seguimiento del estado nutricional. Sus principales inconvenientes son: el
riesgo de asfixia por atragantamiento, por lo cual incluso grupos que apoyan esta
tendencia de alimentación brindan a los padres clases de primeros auxilios para
estar prevenidos en este tipo de complicaciones. La posibilidad de que el niño
tome menos variedad de alimentos es otra de las desventajas; así como que la
cantidad de alimento sea insuficiente para un crecimiento adecuado, lo que puede
traducirse en la aparición de algunas deficiencias nutricionales tales como el
hierro, pudiendo condicionar anemia ferropénica o megaloblástica. Todas las
deficiencias nutricionales expuestas anteriormente podrían llevar a un retraso de
crecimiento.Posteriormente, Cameron y sus colaboradores realizaron un estudio,
en el que plantearon una modificación del BLW, el ‘‘Baby-led Introduction to
Solids’’ (BLISS), que se traduce como “introducción de sólidos dirigida por el
bebé”. Esta forma de autoalimentación propicia el consumo de alimentos ricos en
hierro, energéticos y sin riesgo a atragantamiento. Esta práctica fue aceptada y
aplicada por los padres, dando como resultados mayor consumo de alimentos
ricos en hierro y menor riesgo de atragantamiento, al comparar este enfoque con
el BLW. Sin embargo, vale la pena resaltar que pese a que el grupo BLISS ofreció
mayor cantidad de carne roja (20.1g/día) que el grupo BLW (3.2g/día), no se
encontraron diferencias estadísticamente significativas en la cantidad de hierro de
los alimentos complementarios por el BLISS (4.9mg/día) y BLW (2.2mg/día). Esto
probablemente debido a que el tamaño de la muestra era insuficiente para
alcanzar un adecuado poder estadístico.

17
18
Preescolar y
Escolar

19
Preescolar y escolar
Etapa de 1 a 3 años

1. Disminuye el apetito y el interés por los alimentos.

2. Irregularidad en la ingestión.

3. Rápido aprendizaje del lenguaje, de la marcha y de la socialización.

4. Desaceleración del crecimiento.

Etapa de 3 a 6 años

1. Primer contacto con la colectividad y sus inconvenientes: la alimentación en el


comedor, comidas impuestas.

2. Crecimiento estable.

3. Período aún marcado por riesgo de infecciones otorrinolaringológicas o


digestivas.

Etapa de 7 a 12 años

1. Período marcado por el aprendizaje de la vida social: disciplina escolar, horarios


estrictos, esfuerzo intelectual, iniciación al deporte, esto es, una vida más activa.

2. Crecimiento regular.

3. Inicio de la autonomía alimentaria (comedor escolar) que favorece la adquisición


de malos hábitos: fase de educación nutricional (entre otras) fundamental para el
futuro papel de la escuela, de la familia y del médico.

Tanto el papel de los padres, como la influencia de los educadores, de otros niños
y de los comedores escolares, van a actuar de forma decisiva en la adquisición de
hábitos de alimentación saludables.

Preescolar

El aumento de las capacidades motoras gruesas y finas continúa en la etapa


preescolar. A los cuatro años, el niño salta, brinca en un pie y escala de manera
adecuada. Además puede montar un triciclo o bicicleta con llantas de apoyo, así
como lanzar una pelota con la mano.

El primer año de vida, la estatura con la que nace el meno incrementa 50%

Se triplica el peso y a partir de 1 a los 2 años de vida el sistema nervioso madura.

20
A los 2 años ya tiene desarrolladas sus habilidades motoras gruesas.

En esta edad la masticación y el deglutir aún están inmaduros, por lo que el


consumo de algunos alimentos puede ser lento, como la carne.

En esta edad comienza a ver pequeñas diferencias entre niñas y niños.


Los niños presentan mayor cantidad de masa magra por centímetro de estatura y
las niñas presentan mayor peso para la estatura debido a un mayor contenido de
grasa corporal.

Desarrollo cognitivo de los preescolares

se caracterizan por tener un pensamiento mágico y egocéntrico; no significa que el


niño sea egoísta, sino que no es capaz de aceptar otros puntos de vista.

Comienza a interactuar con un círculo creciente de adultos y semejantes. Durante


la etapa preescolar, los niños pasan de modo gradual de la dependencia en los
límites de conducta externos, como los demandados por los padres y cuidadores,
al aprendizaje de la limitación interna de su comportamiento; esta transición es un
requisito para el funcionamiento en un salón de clases.5 Además, durante esta
época los juegos infantiles comienzan a volverse más cooperativos, como la
construcción en equipo de una torre de bloques. Al final de la etapa preescolar, se
mueven hacia un juego grupal más organizado, como jugar a los “encantados” o a
la “casita”. (Brown, 2006)

En la edad preescolar, los niños tienden a recurrir a rabietas para conseguir lo que
desean, esta etapa es entre los 2 y 4 años de edad.

Desarrollo de habilidades de alimentación en preescolares.

Se puede utilizar el tenedor, cuchara y emplear de manera adecuada la taza. En


esta etapa aun acurren accidentes por derrames, pero ya no de manera
desordena como en la etapa de infancia temprana.
el niño debe de ingerir sus alimentos, sentado de manera cómoda y aún debe de
comer con la supervisión de un adulto, ya que puede atragantarse, por eso se
recomienda que al momento de servir la comida, estas sean cortadas en trozos
pequeños.

Conductas de alimentación de los preescolares.

Al igual que en la etapa de infancia temprana, debe recordarse a los padres de


preescolares que la velocidad de crecimiento se mantiene relativamente baja, con
apetito y consumo alimenticio reducidos. Durante la niñez, el crecimiento se
presenta en “brotes”. El apetito y la ingesta de alimentos se incrementan antes de

21
un brote de crecimiento, lo que causa que el niño aumente un poco de peso, el
cual se utilizará para el futuro brote de estatura. Debido a esto es probable que el
apetito de un preescolar sea bastante variable. (Brown, 2006)

Necesidades de energia y nutrientes

Energia
Existen DRI para las necesidades energéticas de niños pequeños.31 La fórmula
para el cálculo de energía necesaria de los de 13 a 36 meses de edad es (89 ×
peso del niño [kg] – 100) + 20 (kcal para deposición de energía). Por ejemplo, una
niña sana de 24 meses que pesa 12 kg tendría un cálculo de energía necesaria de
(89 × 12 kg – 100) + 20 = 988 kcal. Las ecuaciones de DRI, que comienzan a
partir de los tres años de edad, para calcular la energía necesaria se basan en el
género, edad, talla, peso y nivel de actividad física.

22
Vitaminas y minerales
La mayoría de los niños del nacimiento a los cinco años de edad satisface los ni
veles deseados de consumo de la mayoría de nutrientes, excepto hierro, calcio y
cinc.

Los niños que consumen varios alimentos básicos pueden cubrir todas sus
necesidades de nutrientes sin complementos de vitaminas o minerales. El
consumo de una dieta variada es la alternativa preferida para obtener los
nutrientes necesarios porque los alimentos contienen muchas sustancias distintas,
como fitoquímicos, además de nutrientes que benefi cian la salud.

Los menores en riesgo de defi ciencia de nutrientes son los siguientes:

1. Niños con anorexia o apetito inadecuado o que siguen dietas de moda.

2. Niños con enfermedades crónicas.

3. Niños provenientes de familias con carencias económicas o que sufren


descuido o abuso por parte de sus padres.

4. Niños que participan en programas dietéticos para el manejo de la obesidad.

5. Niños que consumen una dieta vegetariana sin una ingesta adecuada de
productos lácteos.

23
6. Niños con retraso del crecimiento.

Recomendaciones para el consumo de hierro, fibra, grasa y calcio.

El consumo adecuado de hierro es necesario para prevenir su defi ciencia y la


anemia consecuente en niños en su infancia temprana y preescolares. El consumo
adecuado de fi bra previene el estreñimiento y puede proteger contra
enfermedades a largo plazo. La grasa es una fuente importante de calorías, ácidos
grasos esenciales y vitaminas solubles en grasa en las dietas de niños pequeños.
La ingesta adecuada de calcio es fundamental para que alcancen la cifra máxima
de masa ósea.

La anemia por deficiencia de hierro afecta el desarrollo mental; su coeficiente


mental y desempeño escolar se ven afectados.

Las causas oueden ser por

 Ingesta insuficiente de hierro


 Consumo excesivo de leche
 Paracitos

24
Recomendaciones dietéticas y de actividad física

Describa los componentes de una dieta sana para niños pequeños según las
recomendaciones de organizaciones y agencias sanitarias profesionales. “Es
necesario que los niños de 2 a 11 años alcancen un desarrollo físico y cognitivo
óptimo, logren un peso saludable, disfruten la comida y reduzcan el riesgo de
enfermedad crónica mediante hábitos alimenticios apropiados y participación en
actividad física regular.”70 The American Dietetic Association (ahora The Academy
of Nutrition and Dietetics)

25
Recomendaciones de actividad fisica

Actividades al aire libre:


● Juegos en el patio o parque.
● Caminatas familiares después de la comida principal.
● Pasear al perro en familia.
● Danza libre.
● Jugar a la pelota.
● Paseos familiares en bicicleta los fi nes de semana.
Actividades en interiores:
● Seguir al líder.
● Jugar con el perro.
● Escondidillas.
● “Doña Blanca”.
● “Simón dice”.
● Pasear por un centro comercial o museo.

26
27
Escolar

Por lo general, el término infancia media describe a los niños de 5 a 10 años; a


esta etapa de crecimiento y desarrollo también se le conoce como edad escolar.
En este capítulo, ambos términos se emplean de manera indistinta. La
preadolescencia se defi ne como la etapa que va de los 9 a los 11 años de edad
niñas y de 10 a 12 años en niños. El término “edad escolar” a veces se utiliza
también para describir la preadolescencia. (Brown, 2006)

Durante la edad escolar, la nutrición adecuada desempeña todavía una función


importante para asegurar que el niño alcance su pleno potencial de crecimiento,
desarrollo y salud. Aún es posible que ocurran problemas de nutrición durante esta
etapa, como anemia por deficiencia de hierro, desnutrición y caries dentales.
Respecto al peso, se observan ambos extremos del espectro. La prevalencia de
obesidad va en aumento, pero también se puede detectar el comienzo de
trastornos alimenticios en algunos niños en esta etapa. Por tanto, la nutrición
adecuada y el establecimiento de conductas saludables de alimentación tal vez
contribuyan a prevenir problemas de salud inmediatos. Además, esto ayuda a
promover un estilo de vida sano, lo que a su vez reduce el riesgo de que el niño
desarrolle una afección crónica como obesidad, diabetes tipo 2 o enfermedad
cardiovascular. A la nutrición adecuada (en especial el desayuno) se le relaciona
con mejor desempeño académico en la escuela y reducción de retardos y
ausentismo.

El crecimiento del niño es estable, sin embargo, la velocidad de crecimiento no es


tan alta como lo fue durante la lactancia o como lo será durante la adolescencia. El
promedio de crecimiento anual durante la edad escolar es de 3 a 3.5 kg de peso y
6 cm de talla.

Durante los periodos de crecimiento más lento, el apetito y el consumo infantiles


disminuyen. Los padres no deben preocuparse por esta variabilidad del apetito y el
consumo en niños de edad escolar.

Durante la infancia media aumentan de manera progresiva la fuerza muscular, la


coordinación motora y la resistencia.

Los niños emplean patrones de movimiento más complejos, por lo que tienen la
posibilidad de participar en danza, deportes, gimnasia y otras actividades físicas.

En esta etapa, el porcentaje de grasa corporal alcanza la cifra mínima de 16% en


mujeres y 13% en varones. Más adelante aumenta el porcentaje de grasa corporal
como preparación para el brote de crecimiento de la adolescencia.

28
Necesidades energéticas y nutricionales en niños de edad escolar

Energia
Las necesidades de energía de los niños en edad escolar refl ejan el índice de
crecimiento lento pero estable de esta etapa del desarrollo; éstas dependen de su
nivel de actividad y talla corporal. Los DRI incluyen ecuaciones para calcular las
necesidades energéticas con base en el género, edad, talla, peso y el nivel de
actividad física.

Las necesidades de energía basadas en el peso corporal son menores en niños


de edad escolar que en lactantes mayores y preescolares.

Proteinas
Con base en las nuevas recomendaciones de DRI, el consumo de proteínas para
niños de edad escolar es de 0.95 g de proteína/kg de peso corporal al día para
niñas y niños de 4 a 13 años.

29
Vitaminas y minerales
Se han establecido DRI de vitaminas y
minerales para niños en edad escolar y
preadolescentes. Según encuestas de
consumo de alimentos en niños, la
ingesta promedio de la mayoría de los
nutrientes satisface o excede las
recomendaciones.

Sobrepeso y obesidad en niños de edad escolar

La prevalencia de la obesidad
extrema se encuentra en
aumento y se ha asociado con
un aumento en el riesgo de
enfermedades
cardiovasculares.

Desde un punto de vista


psicosocial, los niños con
sobrepeso tienen aspecto de
mayor edad y a menudo los
adultos esperan que se
comporten como si fueran
mayores. Las consecuencias
de salud de la obesidad (como
hiperlipidemia,
concentraciones más elevadas
de enzimas hepáticas,
hipertensión y tolerancia a la
glucosa anormal) se observan
con mayor frecuencia en niños
obesos que en aquellos de
peso normal.

30
Complementos nutricionales

Los niños sanos que consumen una dieta variada no requieren complementos de
vitaminas y minerales para cubrir sus necesidades de nutrientes.Se recomienda
complementos de vitaminas y mineras a los niños que tienen riesgo elevado de
desarrollar deficiencia nutricional.

Si se proporcionan complementos de vitaminas y minerales a los niños en edad


escolar, no deben exceder el consumo dietético recomendado para la edad. Es
preciso indicar a los padres que eviten cantidades de vitaminas y minerales que
sobrepasen los límites máximos de consumo tolerable establecidos en los cuadros
de DRI.

31
Recomendaciones nutricionales

En niños de edad escolar y preadolescentes, la recomendación alimenticia básica


consiste en consumir una dieta con alimentos variados; por ello, en la etapa
escolar aún es importante contar con una variedad de alimentos disponibles para
los pequeños. El entorno de comida disponible afectará las elecciones alimenticias
del niño. Es necesario que los padres y otros adultos continúen el modelado de
patrones alimenticios adecuados para los niños. (Brown, 2006)

Recomendaciones para el consumo de hierro, fibra, grasa, calcio, vitamina D


y líquidos

La nutrición adecuada de hierro aún es importante durante la infancia media y


preadolescencia para prevenir la anemia por defi ciencia de hierro y sus
consecuencias. De acuerdo con las encuestas de consumo de alimentos, los niños
no comen las cantidades recomendadas de fi bra en sus dietas. Además,
sobrepasan las recomendaciones de calorías totales de grasa y grasa saturada.
Las necesidades de calcio aumentan durante la etapa de preadolescencia, pero el
consumo de este elemento disminuye con la edad

Las recomendaciones de consumo diario adecuado de calcio son de 1 000 mg en


niños de 4 a 8 años, y de 1 300 mg para los de 9 a 18 años.

Se requiere una cantidad adecuada de vitamina D para que se absorba el calcio.


En 2008, la American Academy of Pediatrics duplicó la cantidad recomendada de
vitamina D para todo lactante sano, niño y adolescente de 200 IU por día a 400 IU
diarias.

Los niños en edad escolar necesitan beber los líquidos necesarios para
mantenerse bien hidratados, en especial durante periodos de actividad física.

Los niños nunca deben privarse de alimentos o agua para satisfacer categorías
específi cas de peso, como aquellas de la lucha grecorromana.

32
Recomendaciones de actividad fisica

Se recomienda que los niños realicen cuando menos 60 minutos de actividad


física diaria.10,27 Las estrategias para los padres incluyen:

● Dar un buen ejemplo al realizar su propia actividad física y unirse a sus hijos en
la práctica de la misma.

● Animar a los niños a hacer actividad física en casa, en la escuela y con sus
amigos.

● Limitar el tiempo de televisión, juegos de computadora y otras formas inactivas


de entretenimiento, alternándolas con periodos de actividad física.

33
Hay algunos factores generales que pueden determinar la actividad fisica

● Las niñas son menos activas que los niños.

● La actividad física disminuye con la edad.

● Se observan diferencias estacionales y climáticas en los niveles de actividad de


los niños.

● La educación física se redujo en las escuelas.

34
35
Recomendaciones
nutricionales
generales en edad
preescolar y escolar

La dieta debe ser


variada, equilibrada e
individualizada.

Necesidades
energéticas y
macronutrientes

A partir del primer


año, 800 a 1.000 kcal/
día. A los 3 años, de
1.300 a 1.500
kcal/día,
dependiendo, entre
otros factores, de la
actividad física
desarrollada. De los 4
a los 6 años, 1.800
kcal/día (90
kcal/kg/día). De los 7 a los 12 años, 2.000 kcal/día (70 kcal/ kg peso/día).

1. Del 50 al 55 % de hidratos de carbono. De ellos, el 90 % serán hidratos de


carbono complejos (cereales, tubérculos, legumbres, frutas) y el 10 % en forma de
azúcares simples. Debe moderarse el consumo de sacarosa, para prevenir la
caries dental, hiperlipemia y la obesidad.

2. Del 10 al 15 % de proteínas de alta calidad (1,2 g/kg/día, con un 65 % de origen


animal).

3. Del 30 al 35 % de grasas, con un reparto de 15 % de monoinsaturada (aceite de


oliva, frutos secos), 10 % de poliinsaturada, especialmente de omega-3
(pescados), y hasta el 10 % restante como grasa saturada. No debe sobrepasarse
la cifra de 100 mg/1.000 kcal de colesterol total.

36
Esta ración energética debe repartirse entre 4 comidas, en la siguiente proporción:
25 % en el desayuno, 30 % en la comida, 15 % en la merienda y 30 % en la cena.
Se evitarán las ingestas entre horas.

37
Pirámide la alimentación infantil saludable NAOS 2007

Productos lácteos

Continúan siendo el alimento básico de la ración del niño de 1 a 3 años.

La leche debe estar presente a razón de 500 ml por día (leche entera o
semidesnatada o de crecimiento). Añadir de 25 a 30 g de queso fermentado
permite satisfacer las necesidades de calcio en esta edad.

Si la leche es rechazada por el niño puede ser reemplazada por derivados lácteos.
Las equivalencias son: 250 ml de leche = 2 yogures = 3 petit-suisses.

38
Carnes, pescados, huevos y legumbres

Los embutidos no pueden ser aconsejados al niño, a causa de su riqueza en


materia grasa (sólo el jamón sin corteza ni grasa puede utilizarse una o dos veces
por semana). Las carnes magras comprenden el conejo, las aves (sin piel) y la
ternera. Es preferible la carne entera cocida y picada tras la cocción.

Los pescados magros (blancos) son: lenguado, gallo, pescadilla, merluza, etc. Los
pescados frescos deben ser consumidos obligatoriamente el día de su compra.
Los pescados congelados ofrecen más facilidades de empleo y son más
económicos; deben descongelarse correctamente, para evitar que queden secos.

Los huevos aportan ácidos grasos v-6, aunque, sobre todo, contienen grasa
saturada, por lo que es aconsejable no tomar más de tres a la semana.

Las legumbres constituyen una fuente de fibra alimentaria, junto con su aporte de
hidratos de carbono y proteico (proteínas de bajo valor biológico). Cuanto mayor
sea la cantidad de fibra ingerida, mayor debe ser la ingesta de agua, para
asegurar un tránsito intestinal adecuado.

Cereales

Son muy recomendables en la alimentación diaria de los niños (fig. 1). Se incluyen
en este grupo los cereales fortificados o integrales, el pan y las pastas. El pan ya
puede ser consumido a esta edad, preferentemente el pan blanco (el pan integral
tiene una acción irritante sobre el tubo digestivo y no debe ser incorporado a la
alimentación hasta después de los 7 años).

Verduras y hortalizas

Aportan fibras vegetales, necesarias para el tránsito intestinal, vitaminas


hidrosolubles y la mayor parte de los minerales y oligoelementos. Deben figurar en
la ración diaria, tanto crudas (tomates, zanahorias ralladas) como cocidas
(patatas, puerros, judía verde, alcachofas, calabacín, etc.). Hay que tener cuidado
con los guisantes, ya que en ocasiones pueden suponer un cuerpo extraño,
creando problemas respiratorios o atragantando al niño.

Frutas

Consumidas cocidas, son interesantes por las fibras vegetales y los minerales que
aportan. Crudas, aportan vitaminas B1, B2, C y caroteno. Las frutas frescas y
maduras son más digeribles.

39
La manzana es un buen regulador del tránsito intestinal, ya que contiene gran
cantidad de pectinas. El plátano verde, rico en almidón, es de difícil digestión, por
lo que es preferible maduro (con manchas marrones).

Los frutos secos no son recomendables antes de los 3 años (cacahuetes,


almendras y nueces) por el riesgo de atragantamiento y asfixia.

Bebida

1. El agua es la única bebida indispensable (1,5 l/día por término medio). El agua
del grifo puede ser consumida por el niño.

2. Los zumos de frutas son ricos en azúcares de absorción rápida, también son
ricos en sales minerales, oligoelementos y vitaminas (si son preparados en casa).

3. Las sodas (refrescos de cola, limonada u otras bebidas de frutas) deberían ser
eliminadas (exceso de azúcares de absorción rápida), al igual que las tónicas o
colas que contienen extractos.

4. Las bebidas alcohólicas, aunque sean de poca graduación (cerveza o sidra),


están prohibidas.

5. El té y el café (excitantes) no son convenientes para los niños menores de 12


años.

6. La sal debe consumirse con moderación. Evitar la costumbre de resalar.

40
Reparto de comidas

Desayuno: 25 % de la ración calórica

Esta comida se hace tras 12 h de ayuno. El


niño no debe partir hacia la escuela con el
estómago vacío, como pasa a menudo. Un
buen desayuno evita el picar entre horas y
mejora las actividades escolares del final de
la mañana. También evita una comida
excesiva al mediodía.

Es cierto que algunos niños temen ir a la escuela (ansiedad), lo que puede


disminuir su apetito. Pero la mayoría de las veces, el niño se levanta demasiado
tarde (por haberse acostado demasiado tarde) y no tiene tiempo suficiente; o bien
la prisa le corta el apetito, o bien el niño está solo en el momento del desayuno.
Esta es la comida familiar que debería ser más calmada, cálida y de mayor
convivencia.

Comida: 30% de la ración calórica

En la mayoría de los casos tiene lugar en el comedor escolar. A menudo, tras un


desayuno frugal, la comida es excesiva porque el niño tiene hambre. Esto le
produce somnolencia por la tarde. Por tanto, es necesario aligerar la comida para
que el rendimiento escolar de la tarde sea adecuado.

Merienda: 15% de la ración calórica

Una comida importante, ya que es un momento de descanso tras el esfuerzo


escolar. Pero debe ser breve (de 20 a 30 min como máximo), y si el niño regresa
tarde de la escuela, ha de llevar algo para merendar a la hora habitual, y así
tendrá hambre a la hora de cenar. La merienda ha de ser bastante completa:
lácteos variados, pan, cereales, fruta, etc., y no reducirse sistemáticamente a pan,
mantequilla y chocolate.

Cena: 30% de la ración calórica

Se ha de tener en cuenta lo que el niño ha comido a lo largo del día para equilibrar
la ración alimentaria. Si la alimentación ha sido correcta, la cena ha de ser
sencilla. Si no se sabe lo que el niño ha comido, debe reforzarse la alimentación
en lo que suele faltar: verduras y lácteos.

41
Manera de tomar las comidas

El médico debe insistir a los padres y a


los niños en el sentido de que las
comidas, al menos las que se toman
en familia, sean momentos de placer y
se desarrollen en un ambiente de
calma, de tranquilidad (sin radio o
televisión que acaparen la atención de
todos), sin gritos, sin discusiones. Éste
no es el momento ni el lugar para
discutir acerca de las notas.

Se deben variar los menús. Hay que evitar la monotonía que puede llevar a la
desgana.

Deben aprovecharse estos momentos (la mañana, la noche y quizá sólo los fines
de semana cuando la familia está reunida), para hablar y discutir sobre cuestiones
que afectan al niño, qué hace, qué piensa, etc.

Y no olvidar nunca que el niño copia lo que ve a su alrededor, en la alimentación y


en todo. Los padres deben dar ejemplo.

Alimentos desaconsejados

1. Pastelería grasa.

2. Chocolate en gran cantidad.

3. Fritos.

4. Carnes en salsa.

5. Bebidas azucaradas.

6. Bebidas excitantes: té, café y


refrescos de cola con cafeína.

42
Decálogo para fomentar en los niños hábitos saludables en la alimentación

1. Los niños no siempre están interesados en probar nuevos alimentos. Ofrecer


los alimentos nuevos en pequeñas porciones.

2. Los menús deben planearse con tiempo, tratando de involucrar al niño en su


elaboración. Evitar la monotonía.

3. Es importante que el niño descanse unos minutos antes de sentarse a la mesa


a comer. Acostumbrarle a lavarse las manos antes de cada comida.

4. Los alimentos no se deben ofrecer como recompensa o castigo.

5. Se ha de evitar comer viendo la televisión.

6. Es importante asegurar diariamente un buen desayuno, porque es la primera


comida que recibe el niño después de varias horas de ayuno y le permite iniciar la
jornada de estudio y de actividad.

7. El aporte de alimentos se
debe distribuir en 4 o 5
comidas al día, evitando las
ingestas entre horas.

8. Se debe asegurar
diariamente el aporte de
fibra a través de la dieta,
junto con un consumo
adecuado de líquidos,
fundamentalmente agua.

9. Es admisible el consumo
esporádico de golosinas, por
ello es conveniente
establecer unas pautas de
moderación.

10. Presentar de forma atractiva los diferentes alimentos y enseñar a probar todos
los alimentos en un ambiente relajado, sin presiones, malas caras o castigos.

43
Adolescencia

44
Adolescencia
La OMS define la adolescencia como el periodo de crecimiento y desarrollo
humano que se produce después de la niñez y antes de la edad adulta, entre los
10 y los 19 años. Se trata de una de las etapas de transición más importantes en
la vida del ser humano, que se caracteriza por un ritmo acelerado de crecimiento y
de cambios, superado únicamente por el que experimentan los lactantes. Esta
fase de crecimiento y desarrollo viene condicionada por diversos procesos
biológicos. El comienzo de la pubertad marca el pasaje de la niñez a la
adolescencia.

La adolescencia puede ser una de las etapas más complejas para el ser humano,
debido a los cambios fisiológicos, psicológicos, intelectuales y sociológicos que
tienen lugar durante la misma. Este periodo comienza alrededor de los doce años
para las niñas y de los catorce para los niños. Debido a los cambios físicos y
psíquicos presentes en estas edades las necesidades nutricionales cobran gran
importancia, al incidir directamente en el crecimiento y en la maduración sexual.

A pesar de que durante la adolescencia ambos sexos presentan similitudes, al


hablar de nutrición es indispensable tener en cuenta que la dieta se tiene que
ajustar de manera individual, de acuerdo con la talla, el estado nutritivo y la
velocidad de crecimiento.

45
En el siguiente manual podremos encontrar:

 Los principales cambios a nivel biológico, psicológico y social, y la influencia


que los mismos ejercen sobre los hábitos de alimentación de los
adolescentes.

 Requerimientos de energía y nutrimentos para esta etapa.

 Recomendaciones Específicas del adolescente

 Recomendaciones Dieto terapéuticas

 Plato del buen comer

 Las 6 leyes de la Nutrición que aplica en todas las etapas

 Sugerencias o aspectos a considerar para crear un plan de alimentación.

La adolescencia es el tránsito entre la niñez y la edad adulta, ocurre en lapsos


variables y su duración depende de las circunstancias específicas del individuo:

 La intensidad del crecimiento lineal, función hormonal, cambios en las


emociones y sentimientos.

 La presencia o la ausencia de conflictividad en su entorno como situación


familiar, relación con los padres, autoridades y pares.

Características Biológicas y Cambios Fisiológicos

El crecimiento en la adolescencia es regido principalmente por los cambios


hormonales (mayor nivel de testosterona en los varones y de estrógeno en las
mujeres).

46
Pubertad

 Inicio de la diferenciación sexual (tamaños y siluetas diferentes).

 Se denomina también segundo brote de crecimiento y dura entre 18 y


24 meses en su fase acelerada para seguir de una fase de
desaceleración del ritmo de crecimiento.

 Aceleración en el crecimiento variable: ocurre a diferentes edades según


cada individuo, ni siquiera coincide entre individuos de la misma familia.

 Inicia primero en las niñas (10 a 12 años) que en los niños (12 a 15
años).

 Cambios manifiestos en la composición corporal (masa ósea, masa


muscular, masa adiposa) y distribución de la grasa.

 Aumento del 50% de su peso adulto y alrededor del 15% de su talla


final.

 En algunos niños que cursan con obesidad la pubertad puede iniciar


tempranamente, lo que a su vez puede causar tallas bajas en la edad
adulta.

 Aumento considerable del apetito como resultado de aumento en


necesidad de energía.

Características Psicológicas

 Descubrimiento del yo, con los anhelos y temores que esto conlleva.

 Deseo y capacidad para esbozar un proyecto de vida.

 Crisis por transición y cambio, de duración e intensidad variable:


dependiendo de la persona y la cultura.

 La sexualidad toma un lugar importante, el deseo sexual es intenso y se


define la atracción por el sexo opuesto.

 Conflictos intelectuales y morales, por descubrimiento y enfrentamiento de


incoherencias entre teorías y realidades.

47
 Desarrollo de la capacidad de abstracción y de la capacidad de
conceptualización.

 Desarrollo en el planteamiento y elección de estrategias propias para la


resolución de problemas.

 Desarrollo de estrategias personales para la toma de decisiones.

 Temor en el proceso de conformación de la individualidad.

 Sentimiento frecuente de ser juzgado y aprobado o reprobado por los


demás coetáneos.

 Apatía y apasionamiento alternantes.

 Aceptación o rechazo de la imagen corporal que puede acarrear el


desarrollo de diferentes conductas alimentarias.

 En algunos adolescentes, y básicamente en mujeres con autoestima baja y


autoimagen muy negativa, aumenta el riesgo de trastornos alimentarios
conductuales como son la anorexia, la bulimia y el trastorno por atracón.

Características Sociales

 Establecimiento de roles sociales propios del sexo. Definición final de


comportamientos y actitudes varoniles o femeninas.

 Emancipación social iniciada por un rechazo o cuestionamiento a la


autoridad de los padres, generalizada posteriormente hacia el resto de las
autoridades: en primera instancia escolares y posteriormente civiles o
gubernamentales.

 Desacreditación de autoridades e instituciones ante la evidencia de


incongruencias entre el decir y el hacer. Necesidad de pertenencia, de
identidad personal y de identidad con el grupo.

 Adopción de costumbres y modas en música, vestimenta, alimentación, y


lenguaje que se identifica con su edad.

 Inicio de formación de relaciones amistosas más maduras, duraderas y


profundas con compañeros de ambos sexos.

48
 Preparación para entablar relaciones de pareja: matrimonio y
posteriormente familia.

 Establecimiento de reglas propias y parámetros de valoración y juicio de


sistemas sociales, de actitudes y de comportamiento de otros.

 Exposición a situaciones de riesgo que los invitan a comportarse y consumir


productos que les dan prestigio, popularidad, atractivo o sentido de
pertenencia (alcohol, tabaco, drogas, tatuajes, perforaciones en el cuerpo,
etc.).

Requerimientos Específicos

Los principales aspectos que influyen en los requerimientos energéticos y


nutrimentales durante la adolescencia son:

1. Aumento en las demandas de energía debido al crecimiento acelerado.

2. Cambios en el estilo de vida y hábitos de alimentación.

3. Aumento de demandas en aquellos que participan en deportes.

4. Presencia, en algunos casos, de enfermedades crónicas, o uso de alcohol y


drogas.

 Al momento de valorar el estado nutricional, se deben tomar en cuenta


datos bioquímicos, antropométricos, dietéticos, psicosociales y
socioeconómicos.

 Debido a que el crecimiento y desarrollo varían de individuo a individuo, es


importante tomar en cuenta varios indicadores de madurez (etapas de
Tanner, peso para la edad, talla para la edad, IMC para la edad), y no sólo
la edad cronológica del adolescente.

 Cuando se trata de adolescentes de 19 años o menores, una manera


sencilla y útil de determinar si se encuentran dentro de su peso normal es
por medio del índice de masa corporal (IMC) y su ubicación en las tablas de
IMC para la edad y género de la OMS

49
 En cada visita se recomienda ubicar el peso y talla del individuo en las
gráficas por edad y género para de esta forma determinar el patrón de
crecimiento e identificar variaciones oportunamente.

 Las necesidades de energía son diferentes entre los adolescentes; en


general las mujeres comienzan primero la pubertad, por lo que sus
necesidades se ven incrementadas con antelación (por la mayor cantidad
de estrógenos y progesterona) en relación con Ias de los niños (por mayor
cantidad de testosterona y andrógenos).

 Se sugiere que del consumo energético total, un 50 a 63 % de hidratos de


carbono (no más de 10% de sacarosa), y un 25 a 30% provenientes de
lípidos (con un consumo lo menor posible de grasas saturadas y trans
(<7%), las proteínas no deben exceder el 30% del aporte energético total
de la dieta.

 Es importante que en las mujeres adolescentes comience el cuidado en el


consumo de calcio para tener buenas reservas durante la etapa de
demandas grandes como embarazo y lactancia y para disminuir el riesgo de
osteoporosis en la edad adulta.

 En este mismo grupo, también es importante verificar que haya un buen


aporte de hierro para restituir las pérdidas del mineral en los sangrados
menstruales, mientras que en los hombres por el crecimiento de tejido
muscular y el volumen sanguíneo que se ven incrementados.

 En ambos sexos es importante asegurar aporte adecuado de zinc ya que


ha mostrado influir sobre los patrones de crecimiento.

 Es importante considerar que situaciones como el embarazo y la actividad


física cambian los requerimientos nutricios. En el primer caso, debe
aumentarse la ingesta de energía, proteínas, calcio, fósforo, magnesio,
vitamina A y ácido fólico.

 En adolescentes que practican deporte regularmente y con cierta intensidad


deberán hacerse los ajustes correspondientes de acuerdo con el tipo de
deporte, la frecuencia en que lo practica y la intensidad.

 La recomendación de hidratación es de al menos 1 ml agua/kcal


consumida. Preferir agua natural o bebidas sin azúcar añadida.

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51
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53
Principales focos amarillos en la nutrición del adolescente

 Una vez que el ritmo de crecimiento disminuye, se recomienda disminuir la


densidad energética de la dieta. Es importante identificar y manejar la
presencia de sobrealimentación para evitar que se forme este hábito en un
futuro.

 La disminución de actividad física y el aumento en el consumo de alimentos


incrementan el riesgo de sobrepeso y obesidad.

 Algunas conductas que con frecuencia se desarrollan a esta edad incluyen


la omisión de tiempos de comida (especialmente desayuno) y su sustitución
por consumo de snacks o botanas y el aumento en el consumo de comida
rápida.

 Por lo general el consumo de frutas, verduras y cereales integrales es


inadecuado.

 La adopción de dietas de moda" o aquellas no supervisadas por nutriólogo


puede ser causa de aporte deficiente de energía y nutrimentos, lo que
posiblemente interfiera con el correcto desarrollo de quien las pone en
práctica; además pueden ocasionar descontrol en el peso, lo que podría
generar frustración en quienes las utilizan y aumentar el riesgo de padecer
un TCA.

 La preocupación por la imagen corporal puede convertirse en obsesión y


llegar a desarrollar conductas alimentarias de riesgo que posteriormente
pueden evolucionar a un TCA.

 Las conductas alimentarias de riesgo (uso frecuente de dietas, práctica


excesiva de ejercicio, ayunos prolongados, vómito, empleo de laxantes,
diuréticos o medicamentos con el fin de disminuir peso) se presentan cada
vez con mayor frecuencia en población adolescente, por lo que es
importante interrogar al paciente en búsqueda de las mismas. En caso de
detectarlas, se le debe referir a algún especialista en el terreno de la salud
mental, quien es el personal indicado para realizar un diagnóstico preciso.

 EI consumo de diversas sustancias como tabaco, alcohol y otras drogas es


potencialmente peligroso, afecta el metabolismo de los nutrimentos, altera
el apetito y provoca bajo peso o sobrepeso y conductas inadecuadas al
comer.

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Sugerencias o "tips" al orientar a Ios adolescentes en materia de
alimentación

 La manera en que el nutriólogo inicialmente trata al adolescente puede


determinar el éxito o fracaso de la consulta. Se recomienda comenzar con
preguntas y pláticas superficiales que propicien un ambiente de confianza.

 Educar respecto a las variaciones de tiempo en crecimiento y desarrollo


promueve el desarrollo de una imagen corporal positiva.

 Escuchar y comprender las inquietudes manifestadas por el adolescente.

 Individualizar 1o más posible el diseño del plan de alimentación, respetar


sus preferencias y aversiones alimentarias, y ayudar al adolescente a
asumir el reto de responsabilizarse de su propia dieta.

 Tomar en cuenta que en esta etapa los adolescentes se apegan poco a


patrones alimentarios del hogar, sobre todo cuando éstos no son claros,
hay mal ambiente o carecen de estructura y consistencia (a veces se
cocina, a veces no, a veces hay relajamiento, a veces pleitos, etc.).

 Ayudar al adolescente a optimizar sus recursos al elegir dónde y qué comer


para que aprenda a hacer elecciones a favor de su salud.

 Utilizar el Plato del bien comer como el esquema básico de organización de


la alimentación.

 Utilizar el Sistema Mexicano de Alimentos Equivalentes sólo cuando el


adolescente tenga que controlar su ingesta y con la idea de facilitar que
disfrute lo que come, que se sepa responsable de su salud y que él es
capaz de elegir.

 El aprendizaje del Sistema de Equivalentes puede resultar un buen reto


para ellos, se les puede invitar a dar ideas, utilizar Ia computadora de modo
creativo para llevar sus registros les divierte y ayuda.

 Si el adolescente tiene que vivir fuera de casa, ayúdele a hacer una buena
lista de compras y organizar su alacena y refrigerador.

 Establecer uno o dos objetivos por consulta, planear estrategias para


lograrlos y, junto con el paciente, proponer formas para evaluar el
cumplimiento de las mismas.

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 Al incluir al adolescente en la toma de decisiones de tratamiento y permitirle
identificar los aspectos que considera necesario cambiar, se promueve una
participación más activa y mayor adherencia al mismo.

Actividad Física

La falta de actividad física regular se relaciona con sobrepeso, fatiga y tono


muscular deficiente a corto plazo y mayor riesgo de enfermedad cardiaca a largo
plazo.

 La actividad física regular reduce el riesgo de enfermedad cardiovascular,


hipertensión, cáncer de colon y diabetes mellitus tipo

 La actividad física con levantamiento de peso es esencial para el desarrollo


esquelético normal durante la adolescencia.

 La actividad física regular es necesaria para conservar la fuerza muscular


normal, la estructura de las articulaciones y la función articular; contribuye a
la salud psicológica y bienestar, y facilita la reducción y el mantenimiento de
peso a lo largo de la vida.

Recomendaciones Actividad Física

1. Los niños y jóvenes de 5 a 17 años inviertan como mínimo 60 minutos


diarios en actividades físicas de intensidad moderada a vigorosa.

2. La actividad física por un tiempo superior a 60 minutos diarios reportará un


beneficio aún mayor para la salud.

3. La actividad física diaria debería ser, en su mayor parte, aeróbica.


Convendría incorporar, como mínimo tres veces por semana, actividades
vigorosas que refuercen, en particular, los músculos y huesos.

 La actividad física se ha asociado también a efectos psicológicos


beneficiosos en los jóvenes, gracias a un mejor control de la ansiedad y la
depresión.

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 Asimismo, la actividad física puede contribuir al desarrollo social de los
jóvenes, dándoles la oportunidad de expresarse y fomentando la
autoconfianza, la interacción social y la integración.

 También se ha sugerido que los jóvenes activos pueden adoptar con más
facilidad otros comportamientos saludables, como evitar el consumo de
tabaco, alcohol y drogas, y tienen mejor rendimiento escolar.

Ejemplo de un plan de alimentación para un adolescente

 Mujer joven de 16 años


- Peso: 46.5 kg

 Complexión mediana
- Talla: 1.59 m

 Que realiza una actividad moderada y clínicamente sana. -


IMC : 18.39, percentil 15, peso normal

Recomendación Dietética:

Energía: (44.4 kcal/kg*46.5 kg) = 2,064.6 kcal = 2,065 kcal

 ml/kcal de agua: 2.1 litros

 Fibra: 25-30 g

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Bibliografia
Brown, J. E. (2014). Nutrición en las diferentes etapas de la vida (5a. McGraw Hill
Mexico.

Hidalgo, M. I., & Güemes, M. (2011). Nutrición del preescolar, escolar y


adolescente. Pediatr integral, 15(4), 351-368.

Mahan, L. K., Escott-Stump, S., & Raymond, J. L. (2012). Krause dietoterapia (Vol.
2). Madrid: Elsevier.

https://www.analesdepediatria.org/es-alimentacin-del-nio-edad-preescolar-articulo-
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http://www.laloncherademihijo.org/padres/alimentacion-etapas-preescolar-
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https://www.stanfordchildrens.org/es/topic/default?id=ni-
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http://www.scielo.edu.uy/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1688-
12492004000200010

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