Aportes Antropologicos 2020
Aportes Antropologicos 2020
Aportes Antropologicos 2020
I El origen humano
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II Evolución y Cultura: Hominización y Humanización:
De acuerdo con los planteos de Topete Lara (2008), actualmente suele tomarse como
punto de partida la idea de que el hombre es un animal sociocultural que produce historia.
Sin embargo, sostener esta afirmación requiere de consensos entre varias disciplinas,
acuerdos multi y trasdisciplinares respecto de cómo comprender la integración entre los
procesos biológicos y los culturales/históricos y de cómo se entrelazaron tales dimensiones
durante los procesos de hominización y humanización.
La consolidación del pensamiento occidental desestimó la cooperación entre
diferentes disciplinas, cuestión que puede relacionarse con la validación creciente de
dualismos y reduccionismos en las explicaciones acerca de la particular existencia humana.
Casi con exclusividad, desde el momento de consolidación de diferentes disciplinas
científicas, se destacó el papel del factor biológico como única causa de los fenómenos
humanos, llegándose a rechazar o a poner en duda la incidencia de cualquier otro factor que
pudiera suponerse en relación. Tanto las acciones individuales como las colectivas se
explicaron apelando a causas biológicas y, después de 1960, se fue destacando la
determinación genómica2.
Algunos intentos de reformulación y superación de estas limitaciones
epistemológicas pueden ubicarse en modelos de raíz dialéctica, debido a que los mismos
evitan explicaciones simplificadas en el estudio de fenómenos complejos.
Las perspectivas dialécticas se apartan del análisis de componentes aislados, de
elementos sin conexión. Aceptan y desarrollan la comprensión y explicación sobre la
dinámica de sistemas, dedicándose al estudio de los cambios que emergen en el transcurso
del tiempo, relacionados con la articulación entre diferentes componentes de un sistema. Los
cambios y la emergencia de novedades suceden como consecuencia de los intentos de
resolución de las tensiones y contradicciones que se producen entre componentes distintos
pero en íntima relación dentro de un sistema en particular. Desde las perspectivas
dialécticas, la oposición entre lo natural y lo cultural, lo innato y lo adquirido, entre biología
y cultura se entiende en términos de contradicciones y tensiones entre componentes que
forman una unidad indisoluble.
La existencia humana puede estudiarse como una “unidad biológico-cultural” que
emerge de la vida animal creando cultura y constituyendo en el curso de ese proceso una
realidad cualitativamente más compleja, una nueva síntesis que conserva la tensión
irreductible entre los componentes que la constituyen (Bleger, 1973).
El ser humano, como todo lo viviente, no deja de ser el resultado de combinaciones
de moléculas químicas con capacidad de replicación bajo ciertas condiciones. Sin embargo,
cuando tales moléculas constituyen organismos con vida, estos organismos comienzan a
disponer y desarrollar nuevas cualidades, tales como las de vivir y morir, que no estaban
presentes en el nivel de integración anterior. En el nuevo nivel de integración logrado, el
2
El primer paso decisivo en el análisis del genoma molecular, y en gran parte de las investigaciones biológicas
moleculares del medio siglo pasado, fue el descubrimiento de la estructura de doble hélice de la molécula del
ADN en 1953 por Francis Crick y James Watson. Los dos investigadores compartieron el Premio Nobel de
1962 (junto con Maurice Wilkins) en la categoría de "fisiología o medicina".
En febrero de 2001, el Proyecto del genoma humano (PGH) publicó sus resultados a la fecha: una secuencia
completa al 90 por ciento de los tres mil millones de pares de bases en el genoma humano. El Consorcio del
PGH publicó sus datos en el volumen del 15 de febrero de 2001, de la revista Nature.
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biológico, encontramos propiedades particulares y más complejas, que no pueden reducirse
al nivel de organización anterior. A su vez, como creador de cultura, el ser humano
trasciende el nivel biológico y constituye una nueva dimensión, cualitativamente diferente
de la anterior.
Un característica del ser humano es que transforma a su entrono y a sí mismo en un
proceso que retroalimenta y modifica sus condiciones biológicas. Emergen así, nuevas leyes
y atributos en un nivel de integración diferente. Ya no se trata de tener vida o alcanzar la
muerte, como cualquier ser biológico, sino de modos de vivir y de morir en un momento
histórico cultural particular.
La inclusión del papel de la cultura como factor central en evolución humana
constituye aún un tema controversial porque no existe un consenso o la aceptación de una
única propuesta. Se ha recurrido a la hipótesis de la cultura para explicar el proceso de
humanización, proceso que tiene un ritmo de cambio mucho más acelerado que el de
hominización. Pero lo cierto, apunta Topete Lara, es que ambos procesos están presentes e
indisolublemente unidos aunque cambian a diferentes ritmos.
Mientras la humanización hace referencia al proceso a través del cual se van
creando de manera veloz determinadas manifestaciones culturales, dirigidas
intencionalmente hacia el cumplimiento de fines determinados, la hominización o
evolución biológica es lenta, azarosa y no está gobernada por ningún fin intencional.
Nuestros orígenes no son sólo el resultado de la evolución biológica, sino también de
cambios culturales y formas de vida que se le entrelazaron. Hominización y humanización
se comprenden como dos procesos íntimamente relacionados entre sí. Carece de sentido
afirmar que en una primera etapa aparece el hombre a partir de otros homínidos
(hominización) y que en una segunda etapa comienza la creación de la cultura y la
adaptación al medio a través de ella (humanización). La evolución cultural está ya presente
en los primeros homínidos y la evolución biológica sigue estando presente hoy en día en el
ser humano actual.
Los modelos que atienden el complejo tema de la antropogénesis toman posición y
resuelven de algún modo la combinación y retroalimentación entre los dos procesos que,
aunque no se homologan y disponen de diferentes ritmos de cambio, existen en estrecha
combinación. Para entender esta combinación, es necesario rechazar la superioridad de
algún factor por sobre el otro. Si se resaltara algún factor, solo se propiciarían
reduccionismos, dicotomías y enfrentamiento estériles. Si se otorgara preeminencia a los
factores biológicos por sobre los culturales, estos últimos pasarían a ser simples agregados a
un diseño biológico preestablecido. Si se despreciaran los factores biológicos y sólo se
valoraran los culturales, se relegarían las características concretas de la existencia vital
humana.
Sólo a efectos de poner un orden a la presentación de los diferentes aportes a la
temática, en el próximo apartado se exponen los datos clásicos del denominado “proceso de
hominización” poniendo el acento en que, durante su recorrido, ese proceso se “embrolla”
con otro que suele denominarse “humanización”, intentando así presentar la integración
entre las dimensiones biológica y cultural en la definición del ser humano.
III Relaciones entre Hominización y Humanización
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cambios en la conformación corporal de los antepasados de nuestra especie, relacionándolos
a su vez con los supuestos cambios en la vida social. Las hipótesis van sufriendo
modificaciones según se encuentren restos y rastros humanos pertenecientes a distintos
momentos dentro la enorme escala temporal filogenética.
Lemuri- Lemures
formes Loris
Társidos
Prosimio Lorsi-formes
Tarsi-formes
Monos del
P Platirrinos nuevo mundo
(Titi-Araña)
R Cercopi- Monos del viejo
I thecoi- mundo
deos
M Gibones
Siamangs
A Antropoides .
Hyloba-
tidae Orangután
T Pongo Pigmaeus
Catarrinos
E Homi- Pongi- Pan Troglodytes Chimpancé
Hábilis
Erectus
Homini- Homo Neanderthal
dae Sapiens
Hombre
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cambios corporales facilitaron el desplazamiento para quienes venían habitando en los
árboles.
2.- El tamaño de la cabeza se fue agrandando en relación con el tamaño del cuerpo,
principalmente antes de nacer. La cría primate se caracteriza por una inmadurez en el
momento del nacimiento, tal que requiere de cuidados durante un período prolongado
dedicado al aprendizaje.
3.- El período de gestación se prolonga y el número de crías por camada disminuye.
4.- Los ojos sufren un desplazamiento hacia delante, cuestión que favorece una
visión estereoscópica que permite apreciar distancias y relieves.
5.- La columna vertebral se hace más flexible y se acompaña con la liberación de las
extremidades superiores de su función de traslado.
6.- Se mantienen lazos de cohesión social, dominio y filiación.
La súper familia Hominoidea, en la que estamos incluidos los seres humanos, los
grandes simios y los monos del viejo mundo, comparte características corporales
particulares.
http://evolucionhumana.freehostia.com/contenido.php?contenido=1
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suelen denominarse “por insight”); reconocer a los individuos del propio grupo; establecer
relaciones de predominancia y cooperación; participar en algunas formas de aprendizaje
social (emulación o copia de conductas pero no de las intenciones que rigen las conductas) y
hasta comprender relaciones sociales externas, en las que los individuos no participan
directamente (alianzas y rivalidades entre otros miembros del grupo).
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especiación: la estructura genética de las dos poblaciones hijas divergen poco a poco. (…)
la formación hace unos 5 millones de años, del propio Rift Valley occidental originó la
división que dejó a los antepasados humanos en el lado seco oriental. El lado occidental
continuó siendo forestal, en tanto que el África oriental se fue secando cada vez más, a
medida que el Valle Rift3 interceptaba la circulación de los vientos húmedos del oeste. En el
grupo del este se produjeron mutaciones genéticas que redundaron sobre el éxito
reproductivo de algunos.
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oportunidades redundando en un mayor control sobre el ambiente. En la especie Sapiens
Sapiens la función visual llegó a sofisticarse tanto que, actualmente, gran parte de
nuestro cerebro está implicado en esa función.
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comunicación (hipótesis vinculadas con el origen del lenguaje), división de tareas,
mayor tiempo libre para realización de actividades no vinculadas a la supervivencia,
disminución del lugar del castigo como forma de enseñanza, presencia del juego con
participación de los adultos como vía que favorece la enseñanza y el aprendizaje de
habilidades, la transmisión a cada descendencia del conocimiento acumulado en la
cultura, el desarrollo de la capacidad de aprendizaje a través de prácticas educativas, el
interés por la novedad, la emergencia del aprendizaje por observación y no solo del
aprendizaje por experiencia directa, así como el desarrollo de capacidades para
comprender a los otros.
- Se considera que la bipedestación también afectó el despliegue de las cuerdas vocales,
con la consiguiente posibilidad de una producción más amplia y precisa de sonidos. El
uso del aparato fonador se fue poniendo al servicio del habla, aunque primero tuvo que
cobrar existencia “qué decir y qué representar”.
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¿Qué otros conceptos e ideas podrían incluirse en la red precedente con el propósito
ampliarla y complejizarla?
En este último apartado se presentan dos aportes que articulan los procesos de
hominización y humanización, admitiendo la conjugación de las dimensiones cultural y
biológica para caracterizar al ser humano: los aportes de Merlín Donald y Michael
Tomasello.
Su tesis central acepta que los seres humanos han desarrollado una estrategia
cognitiva completamente particular: una simbiosis co-evolutiva entre el cerebro y la
cultura. Como consecuencia de ello, el cerebro humano no puede desarrollar su potencial a
menos que esté inmerso durante su desarrollo ontogenético en una red de comunicación
distribuida, es decir, en una cultura. El cerebro humano está específicamente adaptado para
funcionar en una cultura simbólica compleja.
En Los orígenes de la mente moderna: Tres etapas en la evolución de la cultura y la
cognición, Donald plantea que la mente humana moderna se construyó a lo largo de varios
millones de años, desde un conjunto de habilidades semejantes a las de un chimpancé,
acumulando tres grandes sistemas de representación y almacenamiento de lo aprendido.
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La evolución de la mente humana se hizo posible gracias al desarrollo de sistemas
culturales de representación cada vez más poderosos que a su vez hacían posible una
distribución cada vez más fluida y eficaz de los conocimientos generados en cada momento
sociocultural.
Los primeros homínidos, así como los chimpancés actuales, se caracterizaban por
disponer de una mente episódica que podía detectar sucesos y representar co-variaciones
entre los sucesos y las acciones que se sucedían en el ambiente. Se trataba de una mente
dependiente del entorno, que reconocía objetos, se orientaba en el espacio y hasta era capaz
de utilizar herramientas simples, es decir, objetos disponibles en el entorno que no requerían
transformaciones para ser usadas en las acciones (una hoja para servirse agua, un palito para
meter en un termitero y así poder cazar termitas para comerlas).
Disponían de una memoria de eventos específicos que se activaba ante los
indicadores de la situación presente y el acceso a información o el uso de herramientas se
producía por imitación directa, literal y, por tanto, poco plástica y generalizable.
1.- La aparición del Homo erectus está relacionada con la utilización de herramientas
de piedra y el comienzo del desarrollo de la capacidad de cacería
2.- La aparición del Homo Sapiens se vincula con la emergencia del lenguaje tal
como lo conocemos y el inicio de la ampliación del léxico
3.- Hacia la finalización del Paleolítico Superior, donde se produjo la utilización de
los primeros símbolos gráficos permanentes, comienza el desarrollo de la memoria externa,
que no involucró modificaciones biológicas.
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La habilidad mimética, probablemente, propulsó la diferenciación social y la
expansión de las acciones: la demostración de las emociones, la coordinación de acciones
entre los miembros del grupo y la posibilidad de enseñar o pasar los propios conocimientos
a otros que no habían estado en la situación de aprendizaje inicial.
Actualmente, la mimesis –la gestualidad- es una de las capacidades más básicas del
ser humano. Está asentada en un sistema de memoria que permite realizar movimientos
voluntarios y sistemáticos utilizando cualquier parte del cuerpo para la representación del
mensaje. Hoy encontramos vestigios de esta capacidad mímica en los bebés y en los
pacientes con daño cerebral, quienes utilizan únicamente estrategias miméticas para hacer
frente a la realidad comunicativa. Por supuesto, la mímesis está presente en todas las
actividades corporales y en las variadas expresiones artísticas. Constituye la base cognitiva
necesaria para la realización de actividades tales como la danza, el atletismo, las
manualidades, el teatro, etc.
Donald considera que la mimesis fue la “preadaptación” necesaria para la futura
emergencia del lenguaje.
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Algunos investigadores ubican al Homo Sapiens desde hace 300.000 años
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los seres humanos podían comunicar la información que conocían dándole un formato
lingüístico/narrativo, las informaciones miméticas y las episódicas no se transformaron ni se
tradujeron espontáneamente en lingüísticas.
Durante el período de la cultura mítica se ubica el inicio de las producciones de
pinturas rupestres y estatuillas totémicas. Este arte simbólico, según Donald, estaría
gobernado por el mismo sistema cognitivo que maneja el lenguaje simbólico. Sin embargo,
sólo muy posteriormente, los seres humanos lograron articular el arte simbólico y el
lenguaje simbólico. Esta articulación dio paso a la tercera transición.
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Entre sus publicaciones, se ubican:
Los orígenes culturales de la cognición humana (Harvard University Press, 1999),
La construcción de un lenguaje. (Harvard University Press, 2003),
Orígenes de la Comunicación Humana (MIT Press, 2008)
Por qué cooperamos (MIT Press, 2009).
Existe un acuerdo respecto del lapso que separa a los seres humanos de los monos
antropomorfos, unos 5 / 6 millones de años aproximadamente. De acuerdo con Tomasello,
resulta un tiempo insuficiente para afirmar que sólo la herencia biológica es el factor
explicativo de la consolidación de los rasgos cognitivos de la especie humana.
La velocidad de adquisición de las características funcionales humanas requiere de la
participación de otros factores no biológicos. Para Tomasello, la emergencia de las
características humanas se hizo posible gracias a la estrecha combinación entre el curso de la
evolución biológica6 y un proceso de evolución cultural, de carácter acumulativo.
Los seres humanos constituyen el prototipo de especie que acredita una teoría de la
"doble herencia" ya que el desarrollo de los miembros de la especie 7 depende no sólo de una
herencia biológica sino, en especial, de una herencia cultural e histórica.
os seres humanos son la especie prototípica para la teoría de la
doble herencia, dado que su
desarrollo normal depende críticamente de la herencia
biológica y de la cultural. En el ámbito
cognitivo la herencia biológica de los humanos es muy
semejante a la de otros primates. Hay
una diferencia importante, y es que los seres humanos se
identifican más que los otros primates
con los miembros de su especie
Los estudios de Tomasello tienen en cuenta la tensión crucial entre la línea
individual y la cultural del desarrollo cognitivo porque consideran que es necesario
complementar los estudios filogenéticos de la cognición con una aproximación histórica-
cultural y ontogenética.
Enfoca su mirada en los estudios de la herencia cultural de la cognición sabiendo que
tal herencia no origina las habilidades cognitivas básicas del ser humano, pero sí les aporta
condiciones y las transforma. Sin la acción de la cultura, el ser humano no sería el mismo.
Apelar sólo a la selección natural tratando de identificar facultades universales
formadas a través de la actuación de procesos biológicos significaría desconocer y
subestimar el peso de la evolución cultural acumulativa en el conformación del ser humano
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Las tres ideas fundamentales de Ch. Darwin 1) la evolución de las especies acontece por medio de
modificaciones graduales de los organismos a través de la descendencia, es decir mediante la reproducción
con herencia. 2) el material hereditario sufre modificaciones constantes -mutaciones, recombinaciones-,
dando lugar a diferencias individuales. 3) la selección natural es el mecanismo explicativo de la existencia de
las especies.
7
También denominada ontogénesis.
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(tanto durante el tiempo filogenético o en millones de años como durante el tiempo del
desarrollo cognitivo de todo individuo humano).
Desde la infancia, el ser humano vive con otros entre convenciones, prácticas y
saberes acumulados de generación en generación, en los que es posible introducir cambios y
novedades. Esta deriva cultural acumulativa, tanto en su expresión histórica como en la
ontogenética, requiere del aprendizaje social y de la innovación.
Los dos componentes mencionados se apoyan en lo que Tomasello nombra como
"efecto de trinquete" que consiste en lo siguiente: las nuevas generaciones retoman los
artefactos y las prácticas previamente diseñadas, mientras exploran nuevas posibilidades de
uso y cambios en las prácticas, a partir de ellos.
No es necesario conocer con exactitud las propiedades funcionales de una práctica o
de cualquier artefacto cultural8 como para usarlo. Basta con reconocer la utilidad intencional
de los mismos para manipularlos, ya sea para los mismos propósitos conocidos y
convencionales o con el fin de crear nuevos usos u otros artefactos que permitan cumplir
con la intención.
Tanto el proceso de retener el uso de un artefacto como la creación de novedades en
el mismo promueven las variaciones permanentes de la cultura humana y en el
funcionamiento cognitivo.
Tomasello (2008:54) grafica la actuación del "efecto de trinquete" en la producción
de un artefacto con modificaciones acumulativas del siguiente modo:
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Se entiende por artefacto cualquier creación individual y/o colectiva de un artificio (herramienta, sistemas
semióticos, prácticas, organizaciones e instituciones) que no tiene un origen natural o biológico.
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El proceso de evolución cultural por acumulación (invención, difusión y cambio en
los artefactos) requiere no sólo del momento de la invención sino de algún factor eficaz que
permita que la misma se estabilice, que no se pierda, y que pueda mantenerse hasta una
nueva modificación. Ese factor se vincula con la forma de aprendizaje cultural infantil,
única entre los animales.
Solo los seres humanos aprendemos unos de otros, junto con otros, imitando y
pudiendo comprender la intencionalidad del otro al realizar una acción. Esta posibilidad de
aprendizaje cultural, de aprender no sólo del otro sino a través del otro permite no sólo la
internalización del saber del otro sino de la perspectiva o punto de vista del otro.
Durante una entrevista que Eduard Punset le realizó a Michael Tomasello, en febrero
de 2010, Tomasello expresa:
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En la emulación se repite lo que se observa, pero sólo para llegar al resultado exitoso; el individuo no se
centra en las intenciones de la conducta o la realización que observa.
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obstante, sólo la especie humana aprende comprendiendo el acto intencional de aquel que
observa. Aprende por imitación, instrucción y colaboración, que son los aprendizajes
culturales que requieren de la interacción con un semejante sobre la base de escenas
atencionales conjuntas y compartidas.
Los artefactos y las actividades señalan más allá de ellos mismos, remiten a otras
entidades externas: los artefactos a determinados problemas que requieren solución y los
signos lingüísticos, a situaciones comunicativas. Para que un principiante pueda comprender
el uso de un artefacto o de un signo, debe comprender el significado intencional del uso del
artefacto y de la práctica en la que se lo utiliza, debe entender la finalidad del uso de los
mismos. Este modo de entender a los otros permitió cambiar radicalmente las interacciones
sociales dando lugar a formas de aprendizaje cultural.
Desde el momento en que en nuestro linaje Homo se hizo posible que las sucesivas
generaciones aprendan de sus predecesores y las modifiquen, acumulando las
modificaciones, puede identificarse el papel de la evolución cultural y la historia.
El proceso de hominación/humanización, según los aportes de Tomasello, supone
que aquello que produjo las diferencias centrales entre los primates no humanos y los
humanos consiste en una adaptación biológica única que posibilitó un conjunto de procesos
de aprendizaje. Un cambio adaptativo que modificó las formas de interacción entre los seres
que se humanizaban a lo largo del tiempo histórico.
Los nuevos modos de interacción transformaron los fenómenos de comunicación,
dominancia, intercambio y exploración en el marco de instituciones culturales humanas: el
lenguaje, las formas de gobierno, las reglas de intercambio, las ciencias, sin necesidad de
apelar a cambios genéticos adicionales. Nos referimos a cambios en diferentes ámbitos de
actividad que no fueron instantáneos. Se necesitaron muchas generaciones para el
surgimiento acumulativo de nuevas formas de interacción y la modificación de artefactos
creados por generaciones anteriores.
Si una radiación procedente del espacio exterior convirtiera de un día para otro a todo ser
humano mayor de un año en seres que no pudieran sintonizar consigo mismo ni con otros
para poder comunicarse intencionalmente, aunque sí (de manera milagrosa) pudieran
proporcionar sustento y protección a los pequeños menores. ¿Cómo se las arreglarían los
bebés para poder comunicarse por sí solos entre ellos?, ¿Cuánto tiempo sería necesario
para que los niños recrearan las instituciones sociales, tales como el lenguaje, las formas
de gobierno, la escritura, las ciencias (o cualquier institución equivalente)?
Algunos teóricos podrían considerar que el cambio puede ocurrir velozmente, casi de
inmediato, subestimando el trabajo histórico desarrollado en la continuidad de la actividad
cultural y de la acumulación de la complejidad a lo largo de muchas generaciones.
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actividades más complejas, tales como la escritura, ciencias, gobiernos y matemáticas
complejas.
Los seres humanos no sólo pueden actuar como otros primates, pensar/resolver
problemas sin usar símbolos, sino desarrollar formas de pensar y actuar que son únicas y
exclusivas del mundo humano, debido a que dependen y se constituyen a través de la
comunicación con otros seres humanos mediante el uso de símbolos lingüísticos.
Sin embargo, el mundo cultural humano no debe pensarse en forma separada de la
dimensión biológica. De acuerdo con Tomasello, la existencia de la transmisión cultural está
posibilitada biológicamente, sin que esto signifique que los rasgos culturales puedan
reducirse a lo genómico. Las actividades culturales se basan en la capacidad cognitivo-
cultural, biológicamente heredada por cada individuo humano, de usar y crear convenciones
y símbolos sociales, pero sin las actividades culturales y el aprendizaje cultural no pueden
desarrollarse capacidades cognitivo-culturales.
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