Hora Santa 2017
Hora Santa 2017
Hora Santa 2017
2. Comentario inicial:
En estos días especiales de la celebración de la Pascua del Señor, nos congregamos como comunidad
de fe para acoger con alegría y esperanza, los frutos de la victoria de Cristo sobre el pecado y la
muerte.
El evangelista Juan relata que Jesucristo resucitado se presenta a sus discípulos atemorizados,
irrumpe en sus vidas, a pesar de que las puertas estaban cerradas con cerrojos, y les dice: “La paz con
vosotros. Dicho esto, les mostró las manos y el costado” (Jn 20, 19-20). Esta paz es la que añoramos
como fruto de nuestro compromiso de justicia, perdón y reconciliación. Reconocemos que es una
gracia del Señor Jesús, pero también un trabajo mancomunado y sin descanso de cada uno de
nosotros en nuestro país.
En este sentido, un acontecimiento como la visita del papa Francisco, Vicario de Cristo y Pastor de la
Iglesia, a nuestro país, representa la extensión de ese saludo de paz del Resucitado que viene para
animarnos y confirmarnos en la fe, y apoyarnos en medio de las necesidades y dificultades de nuestra
patria, a través de su magisterio y discernimiento.
Por esta razón, recordando en este día la institución de la Eucaristía, el Orden Sacerdotal, y el
mandamiento del Señor sobre la caridad fraterna, pongamos en las manos del Señor nuestros anhelos
de paz y la plegaria para que sea acogido con alegría y esperanza el mensaje de reconciliación que el
Santo Padre nos compartirá.
Señor Jesús, queremos velar contigo, queremos estar junto a tí. Quizá no se nos ocurran muchas
cosas, pero queremos estar, queremos sentir tu amor, como cuando nos acercamos a una hoguera,
queremos amarte, queremos aprender a amar. Lo importante es estar abiertos a tu presencia. Y
agradecer, alabar, suplicar. Y callar, escuchar, no decir nada, simplemente estar. Acógenos como
discípulos que quieren escuchar tus palabras, aprender de ti, seguirte siempre. Acógenos como
amigos. Y haz de nosotros también tus testigos, testigos del amor. Señor Jesús, toca esta noche
nuestro corazón, danos tu gracia, sálvanos, llénanos de la vida que sólo tú puedes dar.
4. Canto: Aquí estoy… (Oración espontánea… por qué estamos aquí… acompañemos al Señor…
hagamos un encuentro con él dediquemos este tiempo a Él, fortalezcamos el espíritu)
TE ALABO EN VERDAD
Aún en la tormenta
aun cuando arrecie el mar
te alabo, te alabo en verdad
«Estando de nuevo a la mesa les dijo: ¿Entendéis lo que os he hecho? Vosotros me llamáis el maestro
y el señor; y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el señor y el maestro, os he lavado los pies, también
vosotros os los debéis lavar unos a otros. Yo os he dado ejemplo, para que hagáis vosotros lo mismo
que he hecho yo». Juan 13, 13-17
Jesús nos enseña a obrar como El en el gesto de lavarles los pies a sus discípulos y nos pide:
«Hagan lo mismo entre ustedes».
En este gesto Jesús nos invita a amarnos como El nos amó, a abrirnos con humildad al servicio
fraterno sin reservas.
El relato del lavatorio de los pies, ocupa en el evangelio de San Juan, el lugar que en los otros
evangelios ocupa el relato de la institución de la Eucaristía: para el Evangelio de San Juan "eucaristía"
y "lavatorio de los pies" son dos gestos que tienen un fondo común, que quieren expresar una misma
realidad: "Entregar la vida" por la Eucaristía y por el lavatorio de los pies.
El Señor nos entregó el mandamiento del amor como señal para que todos los hombres nos
reconocieran como sus discípulos. ¡Qué bueno sería cultivar a lo largo de todo este año especiales
actitudes de amor hacia el prójimo!
Cada uno, personalmente, deberá plantearse cómo está respondiendo a la angustiante situación
social de nuestro pueblo. Comunitariamente debemos sentirnos desafiados a multiplicar esta
corriente de la solidaridad
“Luego tomó pan, dio gracias, lo partió y se lo dio, diciendo: «Esto es mi cuerpo, que es entregado por
vosotros; haced esto en memoria mía». Y de la misma manera el cáliz, después de la cena, diciendo:
«Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre, que es derramada por vosotros». Lucas 22, 14-
20.
Jesús nos entrega su cuerpo y su sangre como comida y bebida, como signo de fraternidad y
encuentro cotidiano.
No hemos venido a estar en Misa, sino a ser parte de la celebración de la Misa. Nuestra especial
participación debe notarse por medio del canto alegre, de las respuestas pronunciadas con fuerza y de
la oración común.
PACTO DE ESPERANZA
Me sorprende Señor hallarte tan pequeño en un humilde pan que mi boca puede triturar y poder
tener dentro de mí a un Amigo de verdad
Me sorprende Señor que siendo Tú el más grande puedas ahí estar demostrando toda tu humildad
demostrando cuánto eres capaz de amar.
Hoy me alegra Señor saberme convidado a tu celebración Sentarme aquí a tu mesa y de corazón sellar
contigo el pacto de esperanza
de llevar a los demás tu pan de vida
y llenar el corazón que triste está.
“Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que os mando. Ya no os llamo siervos, pues el siervo no sabe
qué hace su señor; yo os he llamado amigos porque os he dado a conocer todas las cosas que he oído a
mi Padre. No me elegisteis vosotros a mí, sino yo a vosotros; y os designé para que vayáis y deis
fruto y vuestro fruto permanezca, a fin de que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo
conceda”. Juan 15, 10-16.
Jesús nos regala a aquellos que partirán el pan en lugar suyo, que lo harán presente en cada Misa, que
serán nuestros servidores.
Así lo quiso Jesús cuando les dijo a sus amigos en la Ultima Cena: «Hagan esto en conmemoración
mía...»
El pan y el vino son los elementos simples y comprensibles elegidos por Jesús para perpetuar su
sacrificio y su presencia.
El nos ha entregado el pan que es un alimento cotidiano, por eso la Eucaristía no es un alimento para
«de vez en cuando», sino más bien un alimento cercano, inmediato, constante, necesario,
«compañero de camino»... También el vino es algo universal, cercano a todas las culturas y a todas
las clases sociales.
La vida cristiana y la práctica del amor fraterno requieren este alimento especial: al recibir la
Eucaristía, que llega por el ministerio de los sacerdotes, entramos en comunión íntima y plena con
Cristo y los hermanos.
a construir fraternidad,
tu amor samaritano en la
6. Acción de gracias
Gracias Señor, por este tiempo que nos has concedido para adorarte y venerarte.
Gracias Señor, por la Madre que al pie del madero nos dejas
Gracias Señor, por perdonar el sueño que nos aleja del estar en vela
Gracias Señor, porque aún siendo Dios, te arrodillas y a servir nos enseñas
Gracias Señor….
CANTO: Si no fuera por Tí
Si no fuera por Ti, qué sería de mí; si no fuera por Ti, no estaría aquí…
Gracias a Ti, yo soy lo que soy; Gracias a Ti, yo estoy donde estoy.
Qué sería de mí, sin Ti nada soy; de tu amor y en tu Gracia siempre quiero vivir. A ti Señor, gracias te
doy!!!
Y es por Ti, que soy lo que soy; si no fuera por Ti qué sería de mí…
Porque sin Ti no sé a dónde voy, yo dependo de Ti en tus manos estoy
Qué sería de mí, sin Ti nada soy; De tu amor y en tu gracia siempre
quiero vivir. A ti Señor, gracias te doy!!!
Quisiéramos poner ante nuestros ojos a cuantos están marcados por el dolor y la angustia, por la
soledad o el sinsentido, por la desgracia y la tortura, por la marginación y la miseria, por la
enfermedad o la cárcel, por la humillación y condena a muerte... En todas Cristo sigue su agonía.
Pedimos:
• Por los agonizantes y enfermos terminales, que además de los paliativos, no les falte el ángel del
consuelo. Roguemos al Señor
• Por los que viven en la miseria y el olvido, que lleguen a todos sus gritos silenciosos. Roguemos al
Señor
• Por los que son víctimas del terror, de la guerra, de los secuestros y la tortura, que a todos nos
interpele su martirio. Roguemos al Señor
• Por los ancianos que no son queridos y se sienten solos, que encuentren personas que los
acompañen y valoren. Roguemos al Señor
• Por las mujeres maltratadas, víctimas de la violencia de género, la prostitución, que puedan
recuperar su dignidad y su libertad. Roguemos al Señor
• Por los niños esclavizados, vendidos, prostituidos, militarizados, que encuentren los medios para
rehacer sus vidas. Roguemos al Señor
• Por los que no tienen trabajo, por los fracasados, que no les falten nuevas oportunidades. Roguemos
al Señor
• Por todos los que están marcados por el desamparo o el vicio y las adicciones, que no pierdan la
esperanza de una liberación. Roguemos al Señor
• Por los inmigrantes, que tienen que afrontar tantos riesgos y separaciones, que puedan ser
integrados socialmente y alcanzar sus proyectos. Roguemos al Señor
• Por …….
Oremos: Oh Jesús, que luchaste y sufriste la agonía de Getsemaní, acompaña y conforta a cuantos se
encuentran en esas noches tristes.
Padre Nuestro
Bendición