Com. TX Santillana
Com. TX Santillana
Com. TX Santillana
El poema comienza con una apelación a los mortales "Oyan, oyan los mortales", apoyada
en anáforas e imperativos, en el que el yo poético se lamenta de sus cuitas y desvelos que el
Amor 1 le ha procurado. Con afán admonitorio advierte al lector, con quien el poeta
pretende establecer un diálogo, de las angustias propiciadas por su adversario Amor con la
clara reminiscencia ovidiana del Omnia vincit amor.
1 En mayúscula, por su carácter alegórico.
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Se pueden diferenciar dos partes:
-versos 1 al 8 (primera copla): exordio cuya finalidad es atraer la atención (“Oyan, oyan los
mortales”), preparar el ánimo de los oyentes (“oyan e prendan espanto”) y presentar la
desdichada situación en que se encuentra el poeta ( “los mis infinitos males”): la prisión
amorosa en que se halla por culpa del Amor (“hordenó por me prender”) y de la que no
puede escapar.
- versos 9-16 (segunda copla): destaca la fuerza del destino frente a la voluntad humana,
como interrogación retórica (“¿Qué vale humana defensa”), el reconocimiento de la
derrota ante los ataques del Amor, la fuerza de la pasión amorosa que nubla los sentidos
(“Desque la flama es estensa”) y que provoca un dolor inconmensurable.
Rafael Lapesa en su Discurso de ingreso a la RAE, realiza el siguiente resumen del decir el
Sueño: “El decir empieza con un exordio de tono solemne y tras una invocación a Marte se
suceden invenciones alegóricas diversas. El poeta sueña tañer el arpa en un plácido vergel
cuando repentinamente se turban los vientos, el vergel se transforma en sombrío albergue
de áspides y el arpa se convierte en serpiente que le muerde en el costado izquierdo.
Despierta sobresaltado y se entera de que el Amor prepara contra él sus huestes. El corazón
y el seso disputan sobre la fe que merecen los sueños présagos, y el poeta huye "por selvas
inusitadas". Al octavo día se encuentra con un anciano que viste "a manera de §íente": es
Tiresias, el adivino de Tebas, quien le aconseja usar del libre albedrío y solicitar el auxilio
de Diana, Tras larga búsqueda, el fugitivo encuentra a la diosa rodeada de sus ninfas y
obtiene su ayuda. El ejército de la Castidad se enfrenta con el del Amor, que lo desbarata.
El poeta, malherido, cae en poder de Cupido y Venus, y es entregado al Pensamiento”.
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son gemidos/ e cuita, dolor inmensa”. La sinalefa aparece en los vv. 9,11,12 y 13.
Se trata de dos estrofas denominadas copla de arte menor o copla mixta. Se caracteriza por
tener dos o, en la mayoría de casos, tres rimas. Navarro Tomás utiliza el término “copla
castellana” para aquella que presenta cuatro rimas.
Por su gravedad y su carácter didáctico podemos afirmar que “Oyan, oyan los mortales” se
trata de un decir narrativo amoroso. Según argumentación de Rafael Lapesa “Los decires
narrativos, en su mayoría alegóricos, parecen haber entrado en nuestra literatura siguiendo
el ejemplo de los dits franceses del siglo xiv; pero desde su misma introducción, desde
Micer Francisco Imperial, la influencia francesa, generalmente difusa, alterna con la de
Dante y sus imitadores italianos, que a veces la eclipsa y a veces alcanza sólo a elementos
exteriores. Los dos casos se dan en los decires narrativos de Santillana, la más brillante
representación del género en España. Casi todos parecen corresponder a la primera mitad
de la carrera literaria de su autor. Los fechados por los sucesos a que se refieren son el
Planto de la reyna Margarida, que falleció en 1450; la Defunsión de don Enrique de
Villena, muerto en diciembre de 1434, y la Comedieta de Ponça, que, según veremos, hubo
de ser escrita a principios de 1436 La Coronación de Mossén Jordi de Sant Jordi y el
Infierno de los enamorados denuncian lectura reciente de la Eneida y la Divina Comedia,
traducidas por Vülena entre 1427 y 1428[…]. La Visión responde a un arte más sencillo que
el del Planto, y es probablemente anterior. El Triumphete de Amor tiene con la Coronación
de Mossén Jordi semejanzas que invitan a situarlo en la misma época. Y, por último, el
Sueño es premisa necesaria para el Infierno. Dadas, pues, las fechas conocidas de unos
poemas y los caracteres internos de los otros, no es aventurado situarlos todos en época
anterior a 1437”.
BIBLIOGRAFÍA: