Incaico
Incaico
Incaico
Organización política[editar]
Detalle de una galería de retratos de los soberanos incas que fue publicada en 1744 en la obra Relación
del Viaje a a la América Meridional en la que Jorge Juan y Antonio de Ulloa fueron sus autores.
La organización política incaica fue una de las más avanzadas de América precolombina. A
decir de Luis E. Valcárcel, el propósito del Estado inca era garantizar el bienestar de todos sus
súbditos, a diferencia de otras monarquías históricas que buscaban solo defender los
privilegios de grupos reducidos. El imperio incaico «garantizó a la totalidad de seres humanos,
bajo su jurisdicción, el derecho a la vida mediante la satisfacción plena de las necesidades
físicas primordiales de alimentación, vestido, vivienda, salud y sexo.» Ello se logró
organizando de manera meticulosa a los pobladores, considerados ante todo como actores
del proceso de la producción económica, de modo que pudieran evitar las hambrunas y estar
siempre prevenidos ante los embates destructivos de la naturaleza. El Estado inca tuvo, pues,
un alto sentido de previsión social.1
La jerarquía[editar]
Los cronistas españoles, cuyos escritos constituyen la fuente primaria de la historia inca,
interpretaron al sistema político de los incas según su concepción europeísta y occidental. Es
por eso que describieron al gobierno inca como una monarquía absolutista, a la cabeza del
cual se hallaba un solo soberano absoluto, el Inca. Sin embargo, los modernos estudios nos
dejan entrever que existieron dos gobernantes que ostentaron al mismo tiempo el mando.23
Uno pertenecía a la parcialidad del Hanan Cuzco (Cuzco alto) y el otro a la del Hurin Cuzco
(Cuzco bajo). Esta dualidad del Hanan y del Hurin se daba también en los curacazgos, y se
remonta a la época preincaica; es pues, típica de la cosmovisión andina.4 Según Waldemar
Espinoza Soriano, si bien en el Imperio había dos administradores o jefes máximos, ello no
significa que existiesen dos monarquías paralelas, sino que solo había una, debidamente
unificada. Los dos gobernantes tenían sus bienes y posesiones de manera equivalente,
aunque era el de Hanan el que reunía más rango por ser el que manejaba la vida cívica,
política, económica, social y militar; por eso se le llamaba el Sapa Inca. El otro gobernante, el
de Hurin, concentraba en su persona el poder sacerdotal: era el Willaq Umu, y aunque era de
menos rango, no por ello dejaba de tener enorme influencia en las decisiones imperiales.5
La jerarquía imperial[editar]
El Sapa Inca o, simplemente, el Inca era el máximo gobernante, que compartía el poder con el
sumo sacerdote o Willaq Umu. Todos sus súbditos debían acatar con sumisión sus órdenes.
El símbolo de su poder era la mascapaicha, una especie de borla de lana roja que ceñía en la
cabeza. Ejercía las funciones de su gobierno desde el palacio particular que cada uno se
hacía construir en el Cuzco. Allí concedía audiencia todo el día y administraba justicia. Pero
también viajaba con frecuencia por todo el territorio de su imperio, llevado en andas sobre
hombros de cargadores, para atender personalmente las necesidades de su pueblo.6
Al Inca le seguían en jerarquía:
Organización administrativa[editar]
División territorial: Suyos o regiones[editar]
Artículo principal: Suyos del Imperio incaico
Los cronistas afirmaron que el imperio incaico estuvo dividido en cuatro grandes distritos
conocidos como suyos (del quechua suyu, que significa
surco): Chinchaysuyo, Antisuyo, Collasuyo y Contisuyo. El centro de esta división era el
propio Cuzco. Debido a ello, el imperio adoptó el nombre de Tahuantinsuyo, es decir, los
cuatro suyos o regiones, concordantes con los cuatro puntos cardinales. El concepto
del suyo era más que nada demarcativo. No equivalía a una denominación política ni étnica,
tan así que nunca los pobladores del imperio se autodenominaron tahuantinsuyanos.
Los suyos se dividían a la vez en huamanis o grandes provincias, los cuales solían coincidir
con las fronteras de los territorios de los pueblos o etnias sometidas al imperio.
Los huamanis se dividían a su vez en sayas o sectores, que eran dos: Hanansaya o parte alta,
y Hurinsaya o parte baja. En cada saya vivía un número variable de ayllus o grupos
familiares.11
Se ha atribuido al inca Pachacútec la creación de este sistema de organización del territorio;
sin embargo sabemos que se trataba de una práctica mucho más antigua.
Para cruzar ríos, salvar quebradas o desfiladeros, los incas construyeron ingeniosos puentes.
Existieron tres clases de estos:18
Los puentes de piedra o puentes fijos, que se construían en medio de ríos de poco caudal
o quebradas angostas.
Los puentes colgantes, fabricados de resistentes fibras de maguey, que soportaban el
peso de hombres y animales de carga.
Los puentes flotantes o de oroyas, constituidos por grandes cestos o balsas sujetas con
gruesas sogas, que se extendían de una orilla a otra, donde los cabos se sujetaban a
peñascos o pilares. Para cruzar el río el viajante se subía a la balsa y tiraba de la soga,
hasta llegar a la otra orilla.
Los tambos[editar]
Un tambo era una construcción que servía de depósito de alimentos, vestidos, herramientas y
armas, que los incas hicieron construir a lo largo de los caminos que cruzaban el imperio, a fin
de que allí pudiesen descansar y reparar sus fuerzas los funcionarios, los ejércitos en
campaña y aun el mismo Inca con su séquito. Los viajeros particulares no podían participar de
estos beneficios pues estos estaban obligados a llevar alimentos de su propia tierra. Había
tambos aún en los lugares desiertos y cuando estaban cerca de algún pueblo tenían por
objeto evitar que el paso del ejército y los funcionarios no aumentara la carga tributaria al
mismo. Los españoles admiraron este sistema y lo aprovecharon.1920
Los chasquis[editar]
Para llevar las órdenes y disposiciones del Inca a todos los confines del Imperio en la menor
brevedad posible, existió un sistema de correo de postas denominado de los chasquis. Estos
eran jóvenes corredores apostados en los caminos y que se cobijaban en chozas. Cada
puesto estaba a una distancia prudencial del otro, aproximadamente de 1.5 km, pues decían
que aquello era lo que un joven podía correr con ligereza, sin cansarse. Cuando el encargado
de llevar el mensaje llegaba al puesto en donde terminaba, anunciaba su llegada por medio de
un pututo (trompeta hecha de concha marina), saliendo a su encuentro otro mozo, que
escuchaba el mensaje dos y tres veces, hasta memorizarlo exactamente y, a su turno, salía a
la carrera para transmitirlo al próximo puesto. Por ello el mensaje debía ser corto, concreto y
muy simple para evitar que se olvidasen. Otras noticias se transmitían por quipus o hilos con
nudos, sistema mnemotécnico cuyo significado solo lo podían descifrar las personas
entendidas. De ese modo, se llevaba a cabo una gigantesca carrera de postas que permitía
que las órdenes, noticias, mercaderías, etc., llegara a su destino con bastante rapidez. Se
asegura que así se conocían en Cuzco las noticias de Chile o Quito solo en el término de 15
días y aún menos; y que el Inca recibía en su palacio cuzqueño pescado fresco desde la
costa.1920
Organización militar[editar]
Véase también: Ejército inca
Manco Inca fue el primer guerrero inca en adoptar la técnica militar de los hispanos (espadas, corazas
de hierro y caballos de guerra).
Los incas formaron un ejército fuerte acorde con las necesidades de su Estado expansionista.
Se dividía en grupos de guerreros profesionales y soldados reclutados especialmente para
cada campaña, y basaba su poder en la cantidad de hombres, la eficiente logística, la férrea
disciplina y moral de combate, y la construcción de fortalezas militares. Las acciones bélicas
guardaban un carácter religioso.
El Estado Incaico planificó tanto las conquistas de pueblos vecinos como la defensa del
territorio propio. Su base fue un ejército bien dotado, una red de caminos que facilitaban su
desplazamiento y la construcción de grandes fortalezas que cumplían como principal función
la disuasión de posibles ataques y su contención, si se producían.
Instrucción premilitar[editar]
Todos los hombres eran preparados para la guerra desde muy jóvenes. Entre los 10 y 18 años
eran entrenados en el manejo de las armas y la lucha cuerpo a cuerpo. Todo ello se
complementaba con otras actividades físicas, como trepar cerros y cruzar ríos. Aprendían
también a espiar al enemigo, a imitar el grito de los animales y enviar mensajes con señales
de humo y el sonido de un tambor.21
Toda esta instrucción la recibían los muchachos como parte de su educación tradicional; en
períodos de conflicto, la preparación se realizaba en las fortalezas militares.
El ejército[editar]
Todos los hombres entre los 25 y los 50 años estaban obligados a servir en el ejército. Cada
provincia del imperio debía aportar una cuota de reclutas según su población, los que servían
por riguroso turno e iban comandados por sus respectivos jefes, no siendo mezclados, sino
que permanecían bajo el mismo comando.
La mayor parte de los soldados eran campesinos (solo la guardia del Inca reinante estaba
compuesta por combatientes de oficio, casi todos de origen noble).
El servicio de armas, uniforme y rancho, estaba admirablemente organizado. De trecho en
trecho en los principales caminos que recorrían, se aprovisionaban en los tambos que hacían
las veces de verdaderos cuarteles de abastecimiento y nada tenían que sacar de los pueblos
ni exigir provisiones a sus habitantes.
La jerarquía[editar]
Las tropas estaban divididos en grupos de 10, 100 y 1000 soldados o aucarunas, cada una de
las cuales estaban mandada por el chuncacamayoc, el pachacacamayoc y
el huarangacamayoc, respectivamente. El jefe supremo del ejército era el Inca, pero el jefe
ejecutivo era un pariente más cercano de su entera confianza, su príncipe heredero o
cualquier otro príncipe; era llamado el Apuquispay, cuyo nombre sugiere el modo de impartir
órdenes mediante una trompeta. También eran altos jefes los hermanos, tíos y otros parientes
cercanos del Inca que tuviesen grandes condiciones guerreras, incluidas la valentía y la
habilidad.22
Métodos de lucha[editar]
Pese a contar con un ejército formidable, los incas intentaban primeramente el sometimiento
voluntario y pacífico del pueblo que querían conquistar. Previamente enviaban embajadas con
ricos presentes, con lo que buscaban demostrar a dicho pueblo todas las ventajas que
sacarían si aceptaban la dominación inca. Si este ofrecimiento era rechazado, entonces
entraba en acción el ejército. Para tal efecto, aislaban al enemigo y luego procedían al ataque.
Lo iniciaban lanzando proyectiles con sus hondas, estólicas y arcos; luego venía el combate
cuerpo a cuerpo, en el cual los incas eran expertos. Estos entraban en batalla dando terribles
alaridos y usaban con destreza sus mazas, hachas, lanzas y porras.26
Organización social[editar]
El Aillu[editar]
Artículo principal: Aillu
La base de la organización social del Tahuantinsuyo estuvo en el Aillu, palabra de
origen quechua y aimara que significa, entre otras cosas: comunidad, linaje, genealogía,
casta, género, parentesco. Puede definirse al aillu como el conjunto de descendientes de un
antepasado común, real o supuesto que trabajan la tierra en forma colectiva y con un espíritu
solidario.
En el Imperio todo se hacía por ayllus: el trabajo comunal de las tierras (tanto las del pueblo
mismo como las del Estado); las grandes obras públicas (caminos, puentes, templos); el
servicio militar y otras actividades.
El jefe del aillu o curaca era el anciano más recto y sabio, asesorado por un grupo de
ancianos. Sin embargo, cuando el peligro amenazaba, el mando militar lo ejercía un sinchi,
guerrero aguerrido y prudente, elegido entre los más fuertes del aillu.
Clases sociales[editar]
La sociedad en el Incanato estuvo organizada a base de clases sociales. Existían dos clases
muy diferenciadas: la Nobleza y el Pueblo. En cada una de estas clases había diversos
niveles.27
Nobleza:
o La realeza o la corte imperial, conformada por el Inca (el monarca o rey),
la Coya (esposa principal del Inca) y los príncipes legítimos o auquis.28
o Nobleza de Sangre, conformada por los descendientes de cada Inca, quienes
integraban los ayllus reales o panacas. Ejercían las más altas funciones, como
funcionarios imperiales, gobernadores, generales, sumos sacerdotes, etc.29
o Nobleza de Privilegio, cuyos miembros no pertenecían a la familia real, sino que
eran nacidos del pueblo, pero que por sus grandes servicios prestados al Estado (en
las guerras, en el culto religioso, en las obras públicas, etc.) habían alcanzado tal
jerarquía. Tal era el caso de los jefes militares, los sacerdotes y las acllas o
escogidas.29
o Nobleza de las nacionalidades derrotadas, es decir, los curacas y sus parentelas
que conformaban la aristocracia regional y local.30
Pueblo:
o Los artesanos, es decir, los que hacían trabajos artesanales: los orfebres, plateros,
tejedores, olleros, chicheros, carpinteros, ojoteros. Los más reputados eran los
orfebres y plateros de la costa (como los chimúes), así como los tejedores de tejidos
finos de la región del Collao (cumbicamayocs).31
o Los mercaderes, que era una clase muy especial dentro las poblaciones costeras,
que se ocupaban del trueque y del intercambio. Tal es el caso de los tratantes o
comerciantes chinchanos y los del extremo norte del imperio (costa del actual
Ecuador), donde eran conocidos como mindalás. Fueron los españoles quienes le
dieron el nombre de “mercaderes”, concepto ajeno a la mentalidad indígena, que
desconocía el uso de la moneda.32 Controlaban el comercio del spondylus, estaban
exonerados de los trabajos comunales y públicos, aunque tributaban en especie tanto
a su curaca como al Estado imperial.33
o Los hatunrunas, que quiere decir hombres grandes, conformaban la gran masa del
pueblo que se dedicaba a las labores agrícolas y pastoriles, aunque también
prestaban su trabajo en las obras públicas. Vivían agrupados formando parte de los
ayllus. De entre ellos se elegían a los soldados, a los mitmas y a los yanas. Eran los
verdaderos sustentadores del imperio.34
o Los pescadores, vivían a lo largo del litoral, en pueblos separados de las aldeas
campesinas y sin poseer tierras de cultivo, formando una clase social distinta. No solo
pescaban, sino que cazaban aves y cosechaban eneas que usaban como materia
prima para sus embarcaciones y chozas. Salaban los pescados y los intercambiaban
con otros productos.35
o Los mitmas o mitmaqkunas, llamados también mitimaes, eran aquellos pobladores
quechuas enviados a colonizar los nuevos territorios conquistados y formar así una
barrera contra las poblaciones fronterizas todavía no dominadas por los Incas. Había
otro tipo de mitmas, los de las etnias sometidas, que como castigo a su rebeldía, eran
enviados a zonas distantes de su lugar de origen, para ser sometidos a vigilancia.
Este último tipo de mitimaes aumentó en los años inmediatamente anteriores a la
conquista española.3637
o Los yanas, eran prisioneros de guerra o bien solo simples individuos desarraigados
de sus ayllus por capricho del Inca o del curaca para ejercer como siervos, en tareas
domésticas, agrarias y pastoriles. El Inca solía donar yanacunas a los altos
dignatarios, a los jefes guerreros y a los curacas. El estatus del yanacuna era de por
vida y lo transmitía a sus descendientes. De acuerdo a quien sirviera recibía diversos
nombres. Cuando lo hacían en beneficio de personas o familias, se los llamaba yanas
o yanacunas; cuando estaban al servicio del Inca y del Estados, se los denominaba
yanayacos o yanayacocunas.38
o Las mamaconas o acllas, mujeres que desde temprana edad eran reclutadas de todo
el imperio para ser internadas en los acllahuasis. Allí se dedicaban a la fabricación de
textiles, la preparación de bebidas para los ritos, y otras labores; algunas eran
seleccionadas para convertirse en las esposas secundarias del Inca o para ser
entregadas como premio a los curacas y jefes principales.39
o Las pampayrunas o mitahuarmis eran mujeres que por mandato del Estado estaban
obligadas a ejercer la prostitución, pero fuera de las poblaciones, en el campo. Se
trataba de mujeres prisioneras, capturadas en las guerras. Así se pretendía evitar que
hubieran violaciones u otro tipo de acoso de parte de los jóvenes solteros hacia las
muchachas o las mujeres casadas.40
o Los piñas o pinas, eran prisioneros de guerra, que estaban en el último escalón de la
pirámide social del Imperio. De acuerdo a Waldemar Espinoza, estaban sometidos a
la esclavitud, pero solo al servicio del Inca y del Estado imperial; no había piñas al
servicio de particulares. Se los destinaba a las plantaciones de coca (cocales) en la
ceja de selva, donde el trabajo era muy extenuante.33 Sin embargo, no se puede
considerar esclavista al Estado inca, pues el número de esos piñas era ínfimo en
comparación con el número total de la población.
Economía[editar]
La economía incaica estaba basada en la previsión y planificación de todas las etapas del
proceso productivo. En el Tahuantinsuyo, nada estaba fuera del control permanente y directo
del Estado, que, haciendo suyas las experiencias tecnológicas y culturales desarrolladas por
las culturas preincas, organizó un aparato productivo, fundamentalmente agrícola, que dio
solución a los problemas de alimentación, vestido, vivienda y seguridad social de una
población cada vez más numerosa.1
No hay consenso en cuanto al cálculo sobre el número de pobladores que albergaba el
imperio inca a la llegada de los españoles. John Rowe lo calculó en seis millones; por su
parte, Noble David Cook (1981) lo elevó a nueve millones. Otros investigadores dan cifras
menores.41
El trabajo[editar]
Existía una obligación entre la población circundante de dar mantenimiento a la infraestructura vial del
imperio. En la foto, pobladores en el ritual de renovación del Puente Q'eswachaca, ritual que se
mantiene desde la época incaica hasta la actualidad.
El trabajo era considerado como una función social de la que no podía eximirse ningún
individuo; era pues obligatorio. Todos los habitantes del Imperio, hombres y mujeres, debían
trabajar, pero no era igual para todos sino que se asignaba a cada individuo según sus
capacidades. A nadie se le exigía más de lo que podía dar; así, el niño trabajaba mucho
menos que el joven y este menos que el adulto, edad en la que se exigía el máximo esfuerzo,
descendiendo después la exigencia a medida que iba ascendiendo la edad.42
El trabajo era colectivo, pues siempre lo hacían con la intervención de todos los miembros de
la comunidad o aillu, los mismos que se ayudaban mutuamente unos a otros. Modalidades de
trabajo comunitario eran la mita, el ayni y la minca.43
El ayni.- Consistía en la ayuda mutua o recíproca que se prestaban las familias que
componían el aillu, principalmente en las labores del campo. Cuando un miembro del aillu
no podía labrar su parcela, venía otro a ayudarle en esa labor; luego aquel devolvía el
favor de similar manera.
La minca.- Consistía en el trabajo en masa que realizaban los ayllus para cultivar las
tierras del Inca y del Sol o cuidar sus rebaños. El Inca y los sacerdotes les proporcionaban
todo lo necesario: herramientas, vestidos, bebidas, etc.
La mita.- Era el trabajo obligatorio y por turno que debían prestar por tres meses al año
los varones de 25 a 50 años de edad en las grandes obras públicas: caminos, puentes,
templos, palacios, fortalezas, el laboreo de las minas, el cultivo de la coca, el servicio
militar, y también servicios como el de los chasquis y el de la guardianía de los puentes.
Agricultura[editar]
Artículo principal: Agricultura incaica
Fueron más de 200 las variedades de papas cultivadas, que constituyen el mayor aporte de los pueblos
andinos a la alimentación mundial.
Los incas se valieron de varias técnicas para ganar terrenos de cultivo (andenes, camellones,
hoyas, pozas secas), así como usaron y ampliaron los sistemas de riego heredados de las
culturas preincaicas (acueductos y canales). Todo ello se amplía en la sección de Tecnología
agrícola.
Se estima que los incas cultivaron más de ochenta especies vegetales, entre ellas especies
alimenticias como la papa, el camote, el maíz, el olluco, la oca, la quinua, el ají, el tomate,
el maní, el pallar, la palta, la yuca y el frijol. Es de destacar la papa, cuya domesticación ha
sido el gran aporte de la civilización andina para la alimentación mundial. Cultivaron más de
200 variedades de papa. Se las consumía sancochadas, con cáscara y todo, y también se las
sometía a procesos de conservación, obteniendo la papaseca y el chuño.44
El maíz, domesticado en el Antiguo Perú de manera independiente con respecto a México, fue
también la base de la alimentación y era comido en muy variadas formas: tostado (cancha),
sancochado (mote) y en una especie de pan llamado tanta. Sus hojas eran consumidas como
legumbres y de sus granos hacían también la famosa chicha o acja, la bebida preferida del
Imperio.45
Cultivaron también plantas industriales como el algodón y el magüey. Del algodón hicieron
tejidos. Del maguey aprovecharon sus fibras para hacer sogas resistentes y calzados. Otras
plantas cultivadas fueron la tabaco (sairi) y coca (cuca) para uso ritual y medicinal.
De acuerdo a los cronistas, las tierras del Imperio se dividían en tres sectores:46
Tierras del Sol, destinadas a la obtención del alimento necesario para la ofrenda de los
dioses y para el sustento de la clase sacerdotal encargada del culto.
Tierras del Inca o del Estado, destinadas a proporcionar alimento al Inca, su familia, la
nobleza y los funcionarios. De estas tierras se sacaba también alimento para la gente que
trabajaba al servicio del Inca, para los ejércitos en campaña y para ayudar a los pueblos
que por alguna catástrofe perdían sus cosechas. Estos alimentos se guardaban en los
graneros. Tanto las tierras del Sol como las del Inca eran trabajadas en comunidad por el
pueblo.
Tierras de las comunidades, eran de mayor extensión destinadas a los ayllus para que
obtuvieran su sustento. Cada año se hacía el reparto de estas tierras entre los hombres y
mujeres aptos para realizar las labores agrícolas. Cada hombre casado recibía un tupu (o
topo), otro por cada hijo varón y medio tupu por cada hija mujer. De acuerdo a las
informaciones del Inca Garcilaso, un tupu era igual a una fanegada y media (2880 m²) y
representaba una extensión de tierra donde se podía sembrar un quintal de maíz (46 kg).47
En realidad, según la opinión de Baudin, un tupu era el lote de terreno necesario para
cultivar lo suficiente para una familia sin niños. Su extensión debía variar según la clase
de tierra.
Sin embargo, el sistema de propiedad de la tierra era mucho más complejo. Había también
tierras que eran de propiedad de los ayllus reales y de las panacas; otras que eran destinadas
para sustentar a las huacas en el mantenimiento de su culto; otras que estaban en posesión
de los curacas regionales o locales.4849
Ganadería[editar]
Artículo principal: Ganadería incaica
Los camélidos fueron un recurso esencial del Tahuantinsuyu. El Estado inca se preocupó de
abastecerse tanto de la carne como de la fibra de estos animales.
Pesca[editar]
Los habitantes de las costas del Pacífico y de las riberas del lago Titicaca se dedicaban a la
pesca. De ella obtenían alimento, material para fabricar objetos como peines, agujas y abono
para la tierra. Para pescar usaban anzuelos, redes, canastas y arpones. En la costa usaban
desde remotos tiempos el famoso caballito de totora, que era un haz de juncos dispuestos en
forma de cigarro, sobre el cual montaba el pescador, que para impulsarse usaba un pequeño
remo. Se dice que esta peculiar embarcación fue trasplantada por orden del inca Pachacútec
a las orillas del lago Titicaca, donde a partir de entonces se usan las ya tradicionales balsas de
totora.
Para la pesca más prolongada usaban balsas de madera impulsadas por una vela de fibra de
algodón, con las que se atrevían a incursionar más adentro del mar.
Comercio y navegación[editar]
La balsa Kon-tiki, expuesta en un museo. Es similar a las embarcaciones usadas por los incas.
Entre los incas, y en general en todas las culturas andinas, se empleó el comercio
de trueque y el intercambio, que consiste en el cambio que hace un individuo de los productos
que le sobran por otros que, a su vez, necesita. Así, por ejemplo, los habitantes de la costa
intercambiaban sus productos (pescado seco, conchas, etc.) con el de los habitantes de la
sierra (alimentos, lana, etc.).
Había en la costa una clase dedicada exclusivamente al trueque y el intercambio a larga
distancia, a cuyos miembros los españoles les dieron el nombre de “mercaderes”, concepto
ajeno a la mentalidad indígena, que desconocía el uso de la moneda. Se ha investigado el
caso específico de los “mercaderes” o tratantes de Chincha: sabemos que la administración
inca, al conocer que el valle de Chincha se hallaba tan poblado al punto que no podía
satisfacer la alimentación de todos sus habitantes, decidió dividir a su población
económicamente activa en tres grupos: agricultores, pescadores y “comerciantes”. Estos
últimos ascendían a seis mil. Otros tratantes o “mercaderes” de importancia eran los de la
costa del actual Ecuador. Uno de los productos más preciados del intercambio comercial era
la concha spondylus.53
En sus viajes marítimos, dichos “mercaderes” llegaron a regiones costeras tan alejadas como
Panamá y Costa Rica, y posiblemente hasta las costas del sur de México.54 Para cubrir esas
rutas usaban resistentes balsas de madera impulsadas a vela; se afirma también que, hacia
1460, el entonces príncipe Túpac Yupanqui organizó una nutrida expedición de balsas que
descubrió unas misteriosas islas llamadas Auachumbi y Ninachumbi, que se ha querido
identificar con las islas Galápagos, la isla de Pascua e incluso con la lejana Polinesia.55
No existía la moneda; sin embargo, se tiene evidencia de que algunos productos hacían las
veces de moneda, como por ejemplo, el ají, la sal, el maíz, el algodón, la coca, plumas de
aves y conchas marinas. Se mencionan también hachas pequeñas o tumis. El que vendía
recibía en pago cualquiera de estos productos. Cuando compraba, pagaba a su vez con los
referidos productos.
Artes[editar]
Arquitectura y urbanismo[editar]
Artículo principal: Arquitectura incaica
Tres fueron las grandes características de la arquitectura inca: solidez, sencillez y simetría.56
Las construcciones del pueblo fueron rústicas; en cambio, las realizadas por el Estado inca
para las funciones de la administración, la defensa y el culto fueron complejas y
monumentales. Esta arquitectura pública tiene un estilo altamente funcional que se distingue
principalmente por sus técnicas avanzadas de planificación territorial, y el refinado uso de la
piedra. En la costa el material preferente era el adobe. Se mencionan tres momentos en esta
arquitectura: el ciclópeo o el de las grandes piedras; el poligonal o de las piedras de muchos
ángulos; y el imperial, con sus piedras en forma de sillares rectangulares o cuadrados. Hasta
hoy causa asombro el tamaño de las piedras en algunos edificios, y el ensamblado de piedras
de diferente forma y tamaño (alguna de hasta de doce ángulos), sin usar argamasa y que
encajan tan perfectamente que entre sus junturas no pasa ni una hoja de papel.57 En cuanto al
plano, los edificios son de base rectangular y de un solo piso; característica netamente inca
son los vanos de forma trapezoidal.58
Los ejemplos más típicos de esta arquitectura se encuentran en la ciudad que fue la capital de
los incas, Cuzco, donde destacan Sacsayhuamán y el Coricancha. Otros complejos
importantes fueron las de Písac, Ollantaytambo y Machu Picchu.
Machu Picchu fue descubierto científicamente en 1911 por el estadounidense Hiram Bingham.
Está ubicada a casi 2400 metros de altura, en la provincia de Urubamba, departamento del
Cusco, en pleno Andes Amazónicos. Se trata de un conjunto de edificaciones, palacios,
torreones (sunturhuasis), miradores, depósitos, lavaderos y terrazas agrícolas, que se elevan
entre las montañas Machu Pichu (sabio que come coca) y Huayna Pichu (joven que come
coca). Es sin duda una de las realizaciones más impresionantes de la arquitectura e ingeniería
a nivel mundial. Pocas obras como esta muestran tanta armonía con el entorno natural. Fue
construido, según algunas hipótesis en el gobierno del Cápac Inca Pachacútec y Mama
Anahuarque, en el siglo XV.59 Actualmente es uno de los sitios antiguos más importantes del
mundo y el principal destino turístico del Perú. En 1983, fue incluida por la Unesco en la lista
del Patrimonio de la Humanidad.60
Sacsayhuamán, es un extenso complejo arquitectónico situado a menos de un kilómetro del
Cuzco, conformado por tres murallas en zig zag, levantadas con bloques ciclópeos de granito,
que se conservan en muy buen estado. Actualmente esta constituido por tres baluartes de
mampostería de piedras enormes, pero en su momento de esplendor tenía edificaciones
mayores y otras construcciones menores en su cima, que fueron destruidas por los españoles.
Estos desconocían su verdadera función y la llamaron “fortaleza”, es decir, le atribuyeron una
función militar; sabemos ahora que lo más probable es que haya tenido una función religiosa
(templo del Sol) y científica (observatorio astronómico), y/o administrativa.61
El Coricancha, que significa recinto de oro, era el principal templo del Sol situado en el Cuzco,
que está construida con mampostería de piedra encajada cuidadosamente sin argamasa
(simulando una mazorca de maíz). Interiormente se dividía en varias habitaciones con
hornacinas destinadas a las ofrendas o las imágenes: la principal estaba dedicada al Sol, con
paredes recubiertas con planchas de oro; y la segunda, dedicada a la Luna, cubierta con
planchas de plata; y otras había para Huiracocha, el trueno y el relámpago, y los dioses de las
provincias sometidas por los incas, aparte de las habitaciones de los sacerdotes y las
mamaconas.62 Sobre sus muros se eleva actualmente el Convento de Santo Domingo.63
Entre otros templos importantes que se conservan, cabe citar la de la Casa del Sol en la isla
del lago Titicaca; y el templo de las Tres Ventanas en Machu Picchu. En cuanto a los palacios,
se destaca el de las Ñustas, también localizado en Machu Picchu; el Amarucancha y
el Colcampata, en el Cuzco.
También es representativa de la arquitectura inca el complejo de Tambo Colorado en Pisco y
el sector Inca de la Huaca "La Centinela" centro administrativo de los chinchas en Chincha,
ambas en departamento de Ica.
Es de destacar el sentido urbanista que dieron los incas a sus obras públicas. El plano de sus
ciudades estaba basado en un sistema de avenidas que convergían en una plaza abierta
rodeada de edificios administrativos y religiosos. Además, supieron convertir en habitables
terrenos naturalmente inhóspitos, cuando en Europa no existía nada que se le equiparara,
pues la geografía europea es benigna para la habitabilidad del hombre (ni las montañas, ni los
bosques, ni la altitud de los terrenos alcanzan las dimensiones que el antiguo hombre peruano
tuvo que vencer para realizar sus proezas de arquitectura y urbanismo). El ordenamiento
territorial y urbano obedecían a una planificación y a un razonamiento lógico que hasta el día
de hoy puede observarse en los restos arqueológicos. Mientras tanto en la España de su
apogeo mundial (siglo XVI) no era posible ver el final de una calle, sin que se atravesaran
otras. El ordenamiento urbano llamado "moderno" no llegaría a Europa sino varios siglos
después.
Otros logros destacables incluyen la construcción de puentes colgantes a base de sogas
(algunos de casi cien metros de longitud), los extensos caminos empedrados que comunican
la variada geografía andina, los canales de regadío y acueductos.
Vista panorámica de Machu Picchu, obra arquitectónica más famosa de la civilización incaica.
Escultura[editar]
Artículo principal: Escultura incaica
Piedra de Saywite.
En escultura, los incas hicieron muchos trabajos bien elaborados. En su mayoría fueron
hechos en piedra, pero también lo hicieron en metales como el oro y plata, así como en
madera. Representaron figuras antropomorfas (humanas), zoomorfas (animales) y fitomorfas
(vegetales), de diversos tamaños, desde miniaturas hasta representaciones en tamaño real.
Existe también alguna representación monumental, como la del felino de Qenko.64
Algunas representaciones escultóricas están talladas sobre la roca madre (como en Machu
Picchu) o sobre grandes piedras (Saywite); es decir se hallan asociadas a las grandes
construcciones arquitectónicas. En algunos casos se ven representaciones de cerros, escalas
y acueductos, de posible simbolismo ritual.65
En estatuaria, se mencionan estatuas de los incas de tamaño natural, llamadas guaoquis; así
como una presumible representación del dios Viracocha, hecha en piedra, que se hallaba en
el templo de Cacha, de la cual se conserva su cabeza en el Museo de América (Madrid),
mientras que el resto del cuerpo está en el Cuzco.66 De hecho, no existen más estatuas
conservadas, pues sin duda fueron destruidas por los españoles al considerarlas ligadas a la
idolatría.
Otras piezas escultóricas son de pequeño tamaño, de uso ritual:65
Pintura[editar]
Artículo principal: Pintura incaica
La pintura como arte fue ampliamente practicada por los incas, aunque sin alcanzar los niveles
de las culturas preincaicas, como la nasca y la moche.
Esta expresión artística fue realizada principalmente sobre murales y mantos, de los cuales
solo se conservan algunas trazas.
Orfebrería y platería[editar]
Los incas utilizaron los metales preciosos (oro y plata) para labrar bellos objetos de orfebrería
y platería. En realidad, quienes realizaban estas obras artísticas eran los pueblos sometidos,
como los chimúes y los ichmas, cuyos orfebres fueron trasladados al Cuzco para ejercitar su
arte al servicio del Inca. Producían aretes, orejeras, brazaletes, ajorcas, collares, sortijas,
prendedores, tumis rituales, placas, planchas, efigies de plantas, animales y seres humanos
para adornar los templos y palacios del Cuzco y otras ciudades importantes.75
Los orfebres y plateros formaban una casta especial y tenían ciertos privilegios. El orfebre era
llamado cori camayoc; el platero, collque camayoc.76
Es fama que los conquistadores españoles encontraron cantidades ingentes de objetos
artísticos labrados en oro y plata, como aquellos que fueron ofrecidos para el rescate del inca
Atahualpa y los hallados en el Coricancha; en este último se hizo famoso un gigantesco disco
de oro que era imagen del dios Sol o Inti (punchau). Sin embargo, todos esos objetos fueron
fundidos y transformados en lingotes para ser repartido entre los captores del Inca y la Corona
española.74
Textilería[editar]
Artículo principal: Textilería incaica
Arte textil inca con tocapus. Túnica.
La textilería estuvo muy desarrollada, aunque sin llegar a la belleza desplegada por algunas
culturas preincas costeñas, como la nazca y la paracas.
Los incas conocieron los telares verticales y horizontales con los que crearon variados tejidos
de lana y algodón. Los tejidos finos que se han conservado son motivo de admiración por su
colorido y finura en la confección. Este tejido, llamado cumbi o cumpi, estaba hecho de lana de
vicuña, y cuando se le quería dar calidad especial o aspecto vistoso, se le mezclaba con hilos
de oro, pelos de lana y murciélago, o se le recubría con plumas multicolores, o se adornaban
con cuentas. Estaba decorado con hermosos dibujos geométricos y naturales (tocapus). Los
elementos decorativos y el color realzaban la fineza y suavidad del tejido.
También crearon tejidos decorados con plumas de colores vivos, de los que se conservan
bastantes muestras en el ajuar de sus momias.
Debido a la organización clasista de la sociedad inca, los trajes finísimos estuvieron
destinados al Inca y a la nobleza, mientras que las gentes del pueblo vestían trajes simples y
burdos. Pese a ello, los habitantes del Perú antiguo fueron los mejores vestidos de la América
precolombina.
Música y danza[editar]
Los incas conocieron solo los instrumentos musicales de viento. Usaron flautas en diversas
variedades, como las quenas, antaras y otras, así como los pututos (trompetas hechas de
conchas marinas). También instrumentos de percusión como las tinyas o tambores. La música
incaica era de cinco notas fundamentales, es decir, era pentatónica, en vez de la música de
siete notas que hoy usamos.
Las labores agrícolas se hacían generalmente al son de la música y canto para darles ritmo y
compás. La danza era ejecutada por grandes masas humanas y tenía preferentemente un
carácter religioso. Había danzas totémicas destinadas a dar culto a los tótems u antepasados
epónimos; danzas solemnes como las realizadas en las grandes fiestas religiosas como el Inti
Raymi; danzas dedicadas a los muertos; danzas en conmemoración de hechos históricos;
danzas guerreras y danzas de alegría (Kashua).
Momificación[editar]
Según Del Busto, se considera a la momificación como un arte porque buscó la belleza de los
reyes incas y de los nobles fallecidos, ya que los incas consideraban necesaria la
conservación de sus cuerpos para asegurar la buena fortuna a su linaje.77
Cuando el Inca moría, su cuerpo era embalsamado de acuerdo a determinados ritos. Se
usaba una sustancia llamada isura, que se extraía de una planta de la selva. El cadáver
momificado, llamado mallqui, permanecía sentado en el mismo trono en el que había
gobernado, conservando todos los atributos de su dignidad y recibiendo el homenaje
conmovido de sus súbditos, que los consideraban “vivos”. Cada panaca se encargaba de
cuidar a su momia respectiva, dándole los honores y servicios que habían recibido en vida, y
perpetuando su historia. Los mallquis, trasladados en literas, concurrían a todas las
ceremonias que se celebraban en la plaza del Cuzco y recibían la reverencia del pueblo.78
Cuando llegaron los españoles, todas esas momias reales fueron escondidas. Según el Inca
Garcilaso, Juan Polo de Ondegardo descubrió cinco de ellas, “tres de reyes y dos de reinas.”
Algunas se hallaban en buen estado de conservación.79
Literatura[editar]
Artículo principal: Literatura incaica
Literatura cortesana[editar]
Llamada así por haberse realizado en la corte de los Incas, era la literatura oficial y su
ejecución estaba encargada a los amautas o profesores y a los quipucamayocs o
bibliotecarios, que usaban el sistema mnemotécnico de los quipus o cordones anudados. Tres
fueron los géneros principales que cultivaron: el épico, el didáctico y el dramático.
El género épico está representada por los poemas que expresaban la cosmología del
mundo andino (mitos de la creación, el diluvio, etc.), así como las que relataban el origen
de los incas (leyendas de los hermanos Ayar, de Manco Cápac y Mama Ocllo, etc.).
El género didáctico abarcaba fábulas, apólogos, proverbios y cuentos, ejemplares de los
cuales han sido recogidos modernamente por diversos estudiosos.
El género dramático, que a decir del Inca Garcilaso, abarcaba comedias y tragedias,
buscando similes con la cultura occidental.80 En realidad, se trataban de representaciones
teatrales en donde se mezclaban danza, canto y liturgia. Se afirma que el famoso
drama Ollantay, cuya versión escrita data de la época colonial, tendría un núcleo
fundamental de origen incaico y una serie de interpolaciones posteriores enderezadas a
amoldarla al teatro hispano.
Literatura popular[editar]
Es la que surgió espontáneamente en el pueblo y en el campo. Abarca masivamente
el género lírico, es decir, composiciones poéticas que estaban unidas a la música y la danza, y
que por lo general eran entonadas en grandes masas corales, alternándose hombres y
mujeres. Estas manifestaciones formaban parte del quehacer cotidiano. Funerales, fiestas,
nupcias, peleas, guerras, etc. estaban enmarcados en una ritualización expresada a través del
arte. Son dos sus manifestaciones principales:
El harawi, canción de diversos tipos (de amor, de arrepentimiento, de alegría, etc.). Tenía
un carácter intimista y estaba a cargo de un aedo, denominado harawec o haravicu. En la
época colonial derivó en el huayno y en el yaraví.
El haylli, himno de alegría, se entonaba en las fiestas religiosas o en celebraciones de
triunfos.
Muchas de estas creaciones han llegado a nuestros días de forma diferida, plasmadas en los
trabajos de los primeros cronistas: por ejemplo, el Inca Garcilaso de la Vega recupera poesía
quechua,81 mientras que Felipe Guaman Poma de Ayala relata el mito de las cinco edades del
mundo.
Ciencia y tecnología[editar]
La etnia inca, al igual que otras culturas andinas contemporáneas, no hicieron grandes
aportes a las ciencias y tecnologías. Lo que hicieron fue recoger y aprovechar todo el legado
cultural de civilización andina, que se remonta a Caral, es decir al 3000 a. C. Al momento de
fundarse el imperio inca, las diversas ramas de las ciencias como la astronomía, las
matemáticas y la medicina, así como las variadas tecnologías aplicadas en la agricultura, la
hidráulica y la arquitectura, ya estaban inventadas, experimentadas y desarrolladas hasta su
máxima perfección. El mérito de los incas fue aprovechar costumbres, conocimientos y
técnicas milenarias, haciendo alguna que otra contribución, y luego, con ese sustento, crear
un Estado imperial cuyo fin era la unificación del mundo andino, pero cuya consolidación
definitiva se vio truncada por la invasión española.82
Hay que señalar además que lo que llamamos conocimientos científicos en el Perú antiguo
corresponden en realidad a una etapa precientífica, por la que también pasaron otras grandes
civilizaciones del mundo. Se trataba de saberes empíricos, que se consolidaron a través de
milenios de experiencia, y que tuvieron un carácter eminentemente práctico. No hay evidencia
que alguna vez el hombre del Perú prehispánico haya hecho reflexiones teóricas ni
formulaciones matemáticas. Es de destacar también que en todos los dominios de la ciencia y
técnica se inmiscuía la magia y la religión. Es solo con la revolución científica ocurrida en
Europa a partir del siglo XVII que se puede hablar con propiedad de un desarrollo científico en
el mundo.83
Medicina[editar]
Cráneos incas con señales evidentes de trepanación. Obsérvese el crecimiento del tejido óseo
alrededor del corte, lo que indica que el paciente sobrevivió a la operación.
Matemáticas[editar]
Conocieron el sistema decimal, que lo aplicaron a la estadística de los quipus y a la
organización. También tuvieron grandes conocimientos de agrimensura, es decir, la medición
de tierras. En el arte de construir debieron también aplicarse conocimientos científicos, si se
tiene en cuenta los imponentes y bien ensamblados que son algunos edificios,
como Sacsayhuamán y Machu Picchu, que indudablemente requirieron de una cuidadosa
programación y cálculos físicos y matemáticos.
Astronomía[editar]
La astronomía mereció especial atención porque se relacionaba con las labores agrícolas y su
división se marcaba con una fiesta especial. Observaron pacientemente al Sol y determinaron
los solsticios y los equinoccios. Para tal efecto utilizaron columnas de piedra levantadas en las
partes altas del Cuzco. Al observatorio solar llamaron Intihuatana (quechua: inti
watana, “donde se amarra al Sol”), que consistía en una columna de piedra levantada sobre
un círculo de este material, que se hallaba en algunos lugares destacados, tales como los
patios de los templos o edificios religiosos, y siempre expuestos a la proyección de la luz solar.
El año estaba dividido en 12 lunas de 30 días cada una, más una serie de días
complementarios. A cada luna o mes le correspondían festividades religiosas acompañadas
de ceremonias específicas. Según Guaman Poma de Ayala, el calendario de ceremonias y
festividades se dividía de la siguiente manera:
Enero: Cápac Raymi
Febrero: Paucar Varay
Marzo: Pachapucuy
Abril: Inca Raymi Quilla
Mayo: Amoray Quilla
Junio: Inti Raymi
Julio: Chacraconacuy
Agosto: Chacrayapuy Quilla
Septiembre: Coya Raymi
Octubre: Uma Raymi Quilla
Noviembre: Aya Marcay Quilla
Diciembre: Cápac Inti Raymi
Geografía[editar]
Tuvieron amplios conocimientos de geografía y a base de ellos dividieron el Imperio en
cuatro suyos.87 Sabían perfectamente cuál era la naturaleza física del territorio que dominaban
y lo plasmaron en mapas en relieve, elaborados de arcilla, marcando todos los accidentes
geográficos.88
Diferenciaron las diversas regiones naturales y la clasificaron según la altitud. A la costa la
llamaron Yunga. A la sierra la dividieron en cuatro altitudes: Quechua, Suni, Puna y Jalca. A la
selva Rupa rupa y Omagua. Todos estos conceptos los aprovechó el geógrafo Javier Pulgar
Vidal para hacer su célebre clasificación de las regiones naturales del Perú.88
Historia[editar]
El que hacía de historiador entre los incas era el amauta, un funcionario adscrito a la corte del
Inca, cuyo papel era equivalente al de un maestro y cronista. Este amauta conservaba la
memoria de los hechos gloriosos del Inca y de sus antepasados (que figuraban en la lista
del Cápac cuna). Todo lo registraba, tanto las ordenanzas y prohibiciones imperiales, como las
guerras y victorias de los reyes incas. Al no contar los incas con escritura, estas tradiciones se
trasmitían de manera oral. Pero algunos cronistas afirman que esta memoria se guardaba
también a través del sistema de los quipus, cuerdas de algodón de colores diversos y con
nudos desplegados a intervalos, de los que si se tiene certeza que se usaban en la
contabilidad. El experto en estos quipus se llamaba quipucamayoc.88
Metalurgia[editar]
Bases de huayras u hornos metalúrgicos en viña del Cerro, Copiapó.
Tecnología agrícola[editar]
Andenes o terrazas, para evitar la erosión y aprovechar las laderas de los cerros. Estaban
constituidos por plataformas con superficies cultivables, reforzadas con muros de
contención de piedras, que iban escalando las laderas, adaptándose a las sinuosidades
del terreno. Viéndolas de lejos simulan enormes escalinatas.90
Acueductos o canales, en los valles costeños, herencia de las culturas preincaicas,
aunque otros fueron ejecutados bajo administración inca. También en la sierra se
construyeron canales.91
Waru waru o camellones, técnica heredada de las poblaciones del altiplano. Se trataba de
montículos artificiales de tierra, hechos para elevar las zonas de cultivo por encima de la
superficie natural del terreno; en torno a ellos circulaban canales de agua. La idea era
permitir un mejor drenaje en lugares donde la tierra era poco permeable y estaba sujeta a
frecuentes inundaciones, como en la región del lago Titicaca. Los camellones hacían
posible aprovechar mejor el agua, evitando su rápida circulación.92
Huachaques u hoyas, realizadas en la costa, que consistían en excavaciones hondas y
muy anchas en zonas totalmente áridas, hasta alcanzar las capas húmedas del subsuelo,
donde se sembraba.93
Cochas o pozas secas que se llenaban en época de lluvias y que luego se usaban en el
riego. Eran muy empleadas en las tierras altas vecinas al lago Titicaca.94
También utilizaron abonos o fertilizantes, que consistían en excrementos de camélidos y de
cuyes, el pescado y, especialmente, el afamado guano de islas. Como instrumentos agrícolas
se usaron la chaquitaclla o arado de pie, y las azadas.93
Se debe resaltar además la técnica de mejoramiento de especies, como al parecer lo
atestigua el sitio de Moray, conformado por una serie de andenes circulares, que simula un
anfiteatro, sitio que posiblemente fue un centro de investigación agrícola, donde se llevaron a
cabo experimentos de cultivos a diferentes alturas. La disposición de sus andenes produce un
gradiente de microclimas teniendo el centro de los andenes circulares concéntricos una
temperatura más alta y reduciéndose gradualmente hacia el exterior a temperaturas más
bajas, pudiendo de esta forma simular hasta 20 diferentes tipos de microclimas.95
Quipu incaico
Los incas contaron con un ingenioso registro numérico a base de cuerdas y nudos
llamado quipus. Los nudos indicaban los números, del uno al diez, y el color del cordón u otros
detalles indicarían el tipo de bienes registrados, aunque hay que destacar que esto último no
era una regla común sino que tendía a variar. El encargado de elaborar e interpretar el quipu
era el quipucamayoc. El quipu es una herencia cultural milenaria, pues en Caral se
descubrieron quipus de 5000 años de antigüedad.99
Dos probables formas de comunicación ideográfica fueron los tocapus y los quillcas:
Religión[editar]
Artículos principales: Religión incaica y Mitología incaica.
Los incas adoraban al dios sol al que llamaban Inti, así como a la luna y a los fenómenos
naturales.
La cosmovisión andina fue de carácter politeísta, animista y totémica. En los andes vivieron
gran cantidad de creencias, cada cual con un componente étnico. Se creía en la existencia de
tres mundos: superior (Hanan Pacha), medio (Kay Pacha) e inferior (Uku Pacha); y en un dios
creador Viracocha.
El culto quechua, era presidido por el Inca, considerado hijo del sol y asistido por los
siguientes personajes:
El Sumo sacerdote inca, llamado Willaq-Uma o Huíllac-Uma (en quechua: «cabeza de los
presagiadores o adivinos»), tenía entre sus funciones: presidir las ceremonias religiosas,
velar por la ortodoxia del culto, aconsejar al Inca, etc.
Las acllas: fueron mujeres separadas de sus familias y dadas como tributo por las
diversas regiones del Tahuantisuyo. Por lo general realizaban labores al servicio del
Estado y la religión. Vivían en los Acllahuasis, edificios ubicados en diferentes regiones
del Perú. Destacan los acllahuasis del Cuzco y Pachacámac.
Divinidades[editar]
Cabeza inca de piedra con llauto y mascapaicha. Representa probablemente al dios Viracocha.
Wiracocha: fue una divinidad panandina, de origen preinca. Era un dios adorado por la
nobleza cusqueña.
El Sol (Inti): fue el dios oficial en el Tawantinsuyo, difundido por el inca Pachacútec.
La Luna (Mama Killa). Diosa del cielo y las estrellas, protectora de las mujeres (coyas y
acllas) y esposa del dios Inti.
Pachacámac: fue el dios más importante de la costa central.
Illapa: dios del rayo.
Pachamama: madre tierra.
Mama Cocha: madre de los lagos.
Coyllur: diosa de las estrellas.
Apus: dioses de las montañas, los montes tutelares.
Festividades[editar]
Inti Raymi (en quechua, fiesta del Sol), la fiesta más solemne, que se efectuaba durante el
solsticio de invierno, en homenaje al Sol, dios y padre de los fundadores del imperio. A
ella acudían los dignatarios de todo el país, ataviados con el mayor lujo que le fuera
posible. El Inca presidía la ceremonia en una explanada de la plaza del Cuzco, esperando
la aparición del Sol. El inca elevaba dos grandes vasos de oro con chicha, y mientras
invitaba al Sol con el de la mano derecha, del otro vertía pequeñas cantidades en los
vasos de sus parientes.101
Cápac Raymi, la fiesta principal del Sol, que se realizaba en el mes de diciembre. Se
sacaban en procesión las imágenes del Sol guardadas en el Coricancha, así como a las
momias de los incas. Se hacían muchas ofrendas de oro, plata y spondylus, así como
sacrificios de niños y de camélidos. Se realizaba también la ceremonia del Warachikuy.102
Capac cocha, que podría traducirse como «obligación real», se realizaba entre abril y julio,
en honor al dios Viracocha. La ceremonia incluía fiestas y ofrendas de reconocimiento y
de gratitud. Desde las cuatro direcciones del Tahuantinsuyo los poblados enviaban uno o
más niños al Cusco, para, luego de las ceremonias allí oficiadas, regresar y ser
ofrendados a huacas o santuarios locales.
Citua, era la fiesta solemne celebrada el primer día de la luna después del equinoccio. Era
considerada como un sacrificio de expiación general. El pueblo se preparaba con un
ayuno de 24 horas y con una continencia escrupulosa. Hacían una especie de pasta
mezclada con sangre, sacada de entre la nariz y las cejas de los niños con la que se
frotaban el cuerpo, previamente lavado, operación con la cual creían precaverse de toda
clase de enfermedades. Frotaban igualmente con la misma pasta los umbrales de las
casas. El sumo sacerdote hacía la misma operación en el Coricancha y en los palacios.103