Ensayo Sindicato
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Ensayo Sindicato
RESUMEN
RESUMEN
I. EL SINDICATO Y EL SINDICALISMO
A principios del siglo XX, la UNG era uno de los sindicatos más
poderosos de Guatemala. En 1944, alcanzó un pico de membresía con más de
100.000 miembros.
Son muchos los sindicatos, por ejemplo, que aspiran a limitar el acceso
de nuevos trabajadores a la profesión por ellos dominada. Las organizaciones
sindicales tipográficas, concretamente, impiden la entrada de nuevo personal a
talleres e imprentas, pese a que a la gente le agradaría disfrutar de más libros,
revistas y periódicos a menores precios, lo que conseguirían bajo un régimen de
mercado libre. Tal actitud provoca, como es natural, un incremento de las
remuneraciones laborales de los obreros sindicados. Pero al mismo tiempo
origina una disminución de los ingresos de aquellos trabajadores que no logran
trabajo tipográfico y un alza general del precio de las publicaciones. Los mismos
efectos causan los sindicatos cuando impiden la aplicación de adelantos
técnicos o cuando recurren a la artificiosa creación de innecesarios puestos de
trabajo, es decir, a lo que en la terminología americana se denomina feather
bedding.
El sindicalismo radical propugna la supresión del pago de dividendos e
intereses a accionistas y acreedores. Los intervencionistas, siempre deseosos
de hallar terceras soluciones para apaciguar aquel extremismo, recomiendan la
denominada participación del personal en los beneficios. He aquí una fórmula
que ha adquirido gran predicamento. No es el caso de ocuparnos aquí de
exponer de nuevo las falacias económicas en que la idea se basa. Baste
denunciar los absurdos a que conduce.
No hay razón alguna por la que un soldador, por ejemplo, que trabaja con
cierto patrón que está obteniendo grandes beneficios, haya de ganar más que
otro compañero que realiza idéntica tarea, pero que sirve a un empresario que
gana menos o que incluso soporta pérdidas. Si se aplicara con rigor y pureza
este mecanismo retributivo, serían los propios trabajadores quienes en primer
lugar se alzarían contra el mismo.
Los años comprendidos de 1990 a 1996, está marcada por una tenue
reactivación del movimiento social guatemalteco, que se caracteriza por el
retorno en años anteriores y en dicho período de cuadros políticos que
estuvieron en el exilio por muchos años para el movimiento sindical en sí mismo
no significa una reactivación en masa, sino más bien un paulatino reinicio de
actividades públicas de ciertos grupos sindicales, tal es el caso del Movimiento
Magisterial, quienes se posicionan frente al Estado en pro de sus luchas
reivindicativas.
Hasta ahora, el movimiento sindical era considerado por el público como
una organización fragmentada y, por lo tanto, el poder de convocatoria de sus
miembros es débil. A pesar de esta seguridad, los gremios no lograron ganar
poder. La década de 1970, que en buena medida puede ser efecto directo de la
violencia, en la que se castiga severamente la participación social; Doce años
después de la firma de fuertes y duraderos acuerdos de paz, el hostigamiento,
la intimidación y los asesinatos continúan contra este grupo, aunque no tan
despiadadamente como años de represión. La apertura de la democracia no es
suficiente para reestructurar, fortalecer y enfrentar los desafíos de la nueva era.
Asimismo, la capacidad de responder con mayor eficacia a los actos de
detención, intimidación, criminalización o asesinato de uno de sus miembros. la
historia continua. Los sindicatos guatemaltecos en el futuro seguirán teniendo
un papel importante.
Por su naturaleza:
El poder que alcanzaron los sindicatos en ese momento fue basado en los
pactos colectivos de condiciones de trabajo y sus exigencias eran de tal
magnitud que poco a poco empezaron a dañar las capacidades financieras de
las empresas más grandes hasta hacerlas; primero reducir sus actividades y
luego a cerrar operaciones como por ejemplo Industria Centroamericana De
Vidrio S.A., Good Year, Embotelladora Guatemalteca, (Coca Cola) entre muchas
más.
Pará la época de los años 80, ya con nuestra actual Constitución Política de la
República y durante el gobierno de la Democracia Cristiana Guatemalteca, se
desarrollan los sindicatos del Estado teniendo un apoyo muy fuerte del
gobierno, siempre con miras político-electorales lo que en gobiernos anteriores
a la actual Constitución no se permitían las huelgas en las Instituciones del
Estado.
Siendo que el mandato constitucional privilegia el bien común por encima del
bien particular y que el fin supremo del Estado es la protección de todos los
guatemaltecos, y estando obligado a brindar salud, educación, seguridad y una
justicia pronta y cumplida.
El Decreto 71-86, autoriza o regula las huelgas de los trabajadores del Estado,
y prohíbe las huelgas a las instituciones que brindan los servicios de salud y de
seguridad, pero no menciona en ningún momento, el servicio de educación, que
es esencial para el desarrollo del país.