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1 Hora Santa Fin de Año 2020

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Canto de Exposición: Padre de la Vida

Introducción. El año está iniciando y el Señor, dueño del Tiempo, nos ha concedido una oportunidad más
para amarlo y testimoniarlo; una oportunidad para conocerlo mejor. Él nos ha ofrecido su Palabra, su
mensaje, su Vida misma.

Él, ha querido nacer en nuestro corazón y ahora está creciendo lentamente, con nuestro “Sí” confiado que le
ha abierto las puertas. Son muchas las oportunidades que se nos han dado para que sea su vida misma la
que crezca en nosotras. A dos pasos de nosotras está él: Jesús, muy amado... Su Corazón nos llama, nos
aguarda... quiere hablarnos con profunda intimidad... Con corazón agradecido, nos situamos en su presencia
y recapitulamos en Él este año que termina y le pedimos bendiga el año que estamos a punto de iniciar.
(Momento de silencio)

Lector1: En la historia de la familia humana, Dios Padre quiso introducir su Verbo eterno, haciendo que
asumiera una humanidad como la nuestra. Con la encarnación del Hijo de Dios, la eternidad entró en el
tiempo, y la historia del hombre se abrió al cumplimiento en el absoluto de Dios. El tiempo ha sido —por
decirlo así— "tocado" por Cristo, el Hijo de Dios y de María, y de él ha recibido significados nuevos y
sorprendentes: se ha convertido en tiempo de salvación y de gracia. Precisamente desde esta perspectiva
debemos considerar el tiempo del año que concluye y del que comienza, para poner las distintas vicisitudes
de nuestra vida —importantes o pequeñas, sencillas o indescifrables, alegres o tristes— bajo el signo de la
salvación y acoger la llamada que Dios nos hace para conducirnos hacia una meta que está más allá del
tiempo: la eternidad. (Benedicto XVI)

El Señor irrumpe todos los días en la historia del hombre, y transforma la historia de cada una de nosotras en
historia de Salvación. Acabamos de cerrar un año marcado por tanta desesperanza y dolor causados por la
pandemia, sin embargo, hoy, en esta primera hora santa del año que inicia queremos recoger con gratitud las
formas en que el Señor se ha manifestado en nuestra historia: Los dones, gracias, aprendizajes, etc, que
hemos recibido a través de personas, situaciones, actitudes. (Hagamos una memoria agradecida de nuestro
cuerpo)

Momento de silencio

Salmo del Amor de Dios Padre conmigo (versión modificada del salmo 136)

Te doy gracias, Señor,  porque eres bueno, Me sacaste de aquello que un tiempo me hizo
porque es constante y eterno  tu amor conmigo. esclavo,
con mano tensa y fuerte brazo
Te doy gracias, Señor,  Dios de todo, como 'tira de uno' aquel que es buen amigo...
porque en todo lo mío  Tú intervienes, porque es constante y eterno  tu amor conmigo.
porque es constante y eterno tu amor conmigo.
Me llevas al desierto, pero vienes conmigo,
Tú haces grandes maravillas: me sacas... y me guías a tu  estilo
la potencia del Universo, el misterio de la Vida, haciendo brotar fuera aquello que en mí,  tú
la fuerza del Amor, mi propio ser..... pusiste escondido.
porque es constante y eterno tu amor con todo  y
también conmigo. Tú me das, Señor,  el pan que necesito,
el pan que me da vida y aunque me canso....
¡Vivo!
Si recuerdo mi historia.... has puesto en cada
instante  el pan que necesito. Te doy gracias, Señor, de todo corazón, hoy y
No me dejes,  ahora que estoy cansado hazme siempre
experimentar porque es constante y eterno tu amor conmigo.
que es constante y eterno  tu amor conmigo.
Segundo momento: Pedir Perdón

Lector 2: Ahora, en silencio, oremos y pidamos perdón por todo lo que nosotras hemos contribuido, a lo largo
de este año, por acción o por omisión, para no hacer presente el amor de Dios en el mundo, pidiéndoles al
Señor que nos ayude en este año a convertir nuestro corazón a él.
(Dejamos un momento de silencio para examinar nuestra conciencia)

Decimos juntos:
Padre amoroso y misericordioso,
abre mis ojos para que descubra el mal que he hecho;
toca mi corazón, para que, con sinceridad, me convierta a ti.
Restaura en mí tu amor, para que resplandezca en mi vida la imagen de tu Hijo
Absuélveme, Señor, de todos mis pecados.
Concédeme el perdón de mis culpas, para que te sirva con espíritu libre. Amén

Lector 2: Querido Dios Hijo, que vienes a nosotros en Navidad como un Niño, para que no tengamos miedo
de acercarnos a ti, te suplicamos perdones nuestras faltas cometidas durante este año que concluye:
- Por las veces que nos hemos quejado de la pobreza, de las incomodidades, de los cansancios.
Perdónanos, Señor.
- Por nuestras falsas obediencias y nuestra falta de sumisión a tu voluntad.
Perdónanos, Señor.
- Por las veces que no hemos guardado para Ti el amor y la atención que mereces, y nos hemos disipado en
las criaturas o en nosotras mismas.
Perdónanos, Señor.
- Por nuestras faltas de caridad, nuestra falta de entrega y generosidad en nuestra vida cotidiana.
Perdónanos, Señor
-Por dejarnos ganar por la indiferencia, el miedo, la apatía, especialmente durante esta pandemia.
Perdónanos Señor
-Porque como humanidad no hemos respetado la vida y hemos descartado a los más vulnerables e
indefensos. Perdónanos Señor.
-(Podemos agregar alguna intención libre)

Canto: Señor ten Piedad

Tercer momento: La esperanza del Año que viene

Lector 1: Le pedimos a Dios nos conceda iniciar el año nuevo con un corazón renovado y decidido a vivir
como discípulas para que nuestros anhelos y propósitos se hagan realidad.

Lector 2: Escuchamos la Palabra de Dios: Mt. 7,7-12


“Pidan y se les dará; busquen y hallarán; llamen y se les abrirá la puerta.
 Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y se abrirá la puerta al que llama.
¿Acaso alguno de ustedes daría a su hijo una piedra cuando le pide pan?   ¿O le daría una culebra cuando le
pide un pescado? Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡con cuánta mayor
razón el Padre de ustedes, que está en el Cielo, dará cosas buenas a los que se las pidan!  Todo lo que
ustedes desearían de los demás, háganlo con ellos: ahí está toda la Ley y los Profetas.

Reflexionamos:
¿Qué quiero pedirle al Señor para este nuevo año? ¿Cómo quiero vivirlo?
¿Qué bendiciones deseo para mi familia, amigos, parientes, Comunidad, Congregación, Parroquia?

Pidamos al Señor bendiga todos nuestro buenos deseos, nuestros anhelos de seguir caminando en el la
búsqueda sincera de su voluntad y en el compromiso por ser fieles discípulos suyo. Responderemos:
Bendícenos Señor

   Señor te pedimos que ilumines a nuestros gobernantes para que trabajen por la justicia y la paz, sobre
todo en aquellos lugares donde actualmente se ha desatado la violencia y la guerra.  Oremos

         Te pedimos por el Papa Francisco, Obispos y Sacerdotes para que renovados por la celebración del misterio
de tu Encarnación guíen a nuestra Iglesia conforme a tus enseñanzas a sendas de vida nueva. Oremos

         Señor te pedimos por las familias para que ante todo lo que lo amenaza, sepamos estrechar los lazos de la
unión, el dialogo y el amor.  Especialmente te pedimos por el derecho a la Vida. Oremos

         Señor te pedimos que ayudes con la luz de tu Espíritu a todos los jóvenes, para que encuentren el Ti el
sentido de su vida y por quienes se sienten llamados a ser sacerdotes, religiosos o religiosas no tengan miedo
darte una respuesta generosa. Oremos

         Señor te pedimos de todo corazón por la Paz del mundo entero, que todos los seres humanos vivamos como
hermanos en concordia, dialogo, respeto, perdón y amor. Oremos

 Te suplíamos Señor por nuestra Congregación, por cada una de las Oblatas de Jesús Sacerdote, para que
todos los días hagan de su vida una Ofrenda de Amor al Padre y a nuestros Hermanos. Pidamos
especialmente por nuestro Consejo General, sobre todo en este tiempo de preparación para nuestro XIV
Capítulo General. Oremos

 Por nuestras hermanas Novicias, Postulantes y las hermanas que las acompañan, para que con espíritu
generoso y disponible puedan seguir descubriendo cual es la Voluntad del Padre para ellas. Oremos

 Por los enfermos de Covid y sus familias, para que puedan encontrar en ti Señor la fortaleza para sobrellevar
estos momentos. Especialmente te pedimos por nuestros enfermos (NN), para que recuperen la salud si es tu
voluntad. Oremos

         Te pedimos también, por todos nuestros familiares,  amigos  y conocidos que en este año se han adelantado
a la casa del Padre, para que gocen ya de la paz eterna al contemplar el rostro de Dios. Oremos

Se pueden añadir intenciones.

Lector 2: Le hemos pedido al Señor que transforme y bendiga cada una de las realidades en las que estamos
insertas. Él no nos abandona, sino que envía su Espíritu Santo para renovarnos… Así como el año tiene 12
meses, pidámosle al Señor que derrame sobre nosotras su luz, para que con la entrega del día a día,
podamos en su unión, transformar nuestra vida en una oblación agradable al Padre en favor de nuestros
hermanos. Encendamos una a una las velas mientras le pedimos al Espíritu que nos regale sus dones para
iluminar el mundo con:

1. La luz del AMOR. No se puede vivir sin amor, hemos sido creadas por amor y para amar. Amar es darse
dice Nuestro Padre.
2. La luz de la COMPRENSIÓN. Comprender requiere el ejercicio de la paciencia repetida. Comprensión que
llevará a la acogida incondicional y al perdón auténtico.
3. La luz del SERVICIO. La generosidad lleva al servicio. Que el Señor sea nuestro ejemplo para servir con
amabilidad, delicadeza, cordialidad y gratuidad.
4. La luz de la AUDACIA APOSTÓLICA. La que nos han dejado en herencia Conchita y Nuestro Padre, para
extender el reinado del Espíritu Santo en lo cotidiano de la vida, amando el sacerdocio de Cristo y haciéndolo
amar
5. La luz de la GRATITUD. Apreciar todo lo que recibimos, empezando por los pequeños detalles. La
capacidad de valorar lo positivo y descubrir los dones de la Providencia.
6. La luz de la ALEGRIA. La que nace de un corazón que ama mucho al Señor y nada ni nadie nos puede
arrebatar. Hemos de irradiarla y contagiarla a nuestro alrededor siempre, ya que la santidad consiste en “estar
siempre alegres por sabernos amadas”.
7. La luz de la PAZ. Que en nuestras comunidades seamos constructoras de paz, no ser motivo de discordia
ni conflictos. Sembrar la paz. “Dichosos los hacedores de paz porque serán llamados hijos de Dios”.
8. La luz de la ESPERANZA Aún en medio de esta pandemia, que nuestra oración confiada en el Señor nos
permita ser signo de esperanza para todas las personas con las que tenemos contacto, confiadas en que Dios
guía la historia.
9. La luz de la RESPONSABILIDAD. La construcción del Reino nos pide hacer todo lo posible con nuestra
razón y nuestras fuerzas. Dar ese “poquito más” que nos pide Nuestro Padre
10. La luz de la HUMILDAD. La humildad es andar en verdad. Se manifiesta en actuar sin pretensiones ni
arrogancia. Nuestro Padre siempre nos invita a pedir la humildad, pues de ella, se desprenden las demás
virtudes.
11. La luz de la FE. Luz que alumbra nuestros corazones, que ayuda a ver la realidad desde la mirada de
Dios, que nos impulsa a buscar su voluntad y realizarla como María. Pidamos que a lo largo de este año que
inicia podamos vivir cada momento de nuestra existencia con una fe enraizada en el Amor.
12. La luz de la PERSEVERANCIA. Es el gran secreto del triunfo. Si somos constantes alcanzaremos la meta.
Paso a paso se recorre un gran camino. Cuando no puedan ser grandes serán pequeños, que nunca
olvidemos que cada paso debe ser en dirección hacia la meta que es Cristo.
ORACIÓN FINAL:
Señor, que nos has dado vivir un año más en nuestra vida y ahora nos concedes ver nacer un año nuevo, haz
que, cuantos confesamos que el tiempo, la historia y la vida son dones tuyos, sepamos aprovechar este
nuevo año que pones en nuestras manos para trabajar por la paz, la justicia y la fraternidad, y que sepamos
llenarlo de obras de amor a nuestros hermanos, para que así todos descubran que Tú eres nuestro Padre
bueno y vivan felices confiando en Ti.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

CANTO: Gracias Señor

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