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Internación Domiciliaria

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INTERNACIÓN INVOLUNTARIA (LEY Nº 26.

657):

EXPECTATIVA VS. REALIDAD EN LA CIUDAD DE VIEDMA.

 Universidad Nacional de Río Negro

 Sede Atlántica

 Carrera: Abogacía

 Alumno: Grees Agustín

 Tutora: Dra. Paula Fredes

 Año: 2018
ÍNDICE

Introducción 1

CAPÍTULO I

El pasado de las personas con padecimiento mental 3

CAPÍTULO II

Antecedentes de la Ley Nacional de Salud Mental 4

II.1. Antecedentes Internacionales 4

II.2. Antecedentes Nacionales 7

II.3. Ley de Salud Mental en Río Negro: de ser una ley de avanzada a ser inutilizada
12

II.4. Leading Case……………………………………………………………………....14

II.5. Internacionales…………………………………………………...………………. 14

II.6. Nacionales…………...…………………………………………………………….16

CAPÍTULO III

Ley Nacional de Salud Mental: Aspectos generales…………………………….……..20

CAPÍTULO IV

Internaciones en la Ley Nacional de Salud Mental…………………………………… 23

IV.1. internaciones voluntarias e involuntarias..……………………………………….25

IV.2. Internaciones de menores……………………………………………………….. 32

1
CAPÍTULO V

Rol protector del Juez………………………………………………………………… 34

CAPÍTULO VI

Rol del Órgano de Revisión………...…………………………………………………..36

CAPÍTULO VII

Trámite Judicial……...…………………………………………………………………38

VII.1. Jurisprudencia Juzgado de familia Nº 7 ciudad de Viedma…….……………….38

CAPÍTULO VIII

Conclusión...……………………………………………………………………………45

Bibliografía…….……………………………………………………………………… 47

INTRODUCCIÓN

Por medio de este trabajo pretendo desarrollar el procedimiento que establece la


Ley Nacional de Salud Mental Nº 26.657 - en adelante LNSM - en su Capítulo VII y su
Decreto Reglamentario 603/13, respecto a la internación involuntaria, entendida ésta
como último recurso terapéutico excepcionalísimo de carácter restrictivo por el menor
lapso de tiempo posible, y analizar la manera en el que el Código Civil y Comercial de
la Nación, lo legisló en su art. 41. Código, que de ahora en más, denominaré CCCN.
Una vez comprendidos los requisitos y/o supuestos, junto con el actuar de los
órganos intervienes, que establecen estas dos normativas, observaré la realidad de lo que
sucede en la ciudad de Viedma, en cuanto a las internaciones involuntarias de personas
con padecimientos mentales, en adelante, personas con PM, a través de la jurisprudencia
del Juzgado de Familia Nº 7 de la ciudad de Viedma.

2
Es decir, corroborar si el procedimiento administrativo y judicial se ajusta a lo
previsto por el CCCN y la ley especial (ley N° 26.657), en definitiva, si se garantiza la
protección de la persona internada, o si por el contrario se vulneran sus derechos.
Antes de entrar en los detalles de estos procedimientos, considero necesario
sacar a la luz brevemente, de que manera la sociedad aceptaba sin críticas la pérdida de
libertad del ser humano con PM. Para ello, debo hacer mención que las personas con
afecciones en su salud mental eran declaradas incapaces absolutas, perdiendo la
disponibilidad de la mayoría de sus actos civiles, siendo encerrados en manicomios,
transformándose esto en un sistema estatal que vulneraba los derechos fundamentales de
las personas.
Para subsanar esta indeseada situación surgen en el Derecho Internacional
distintas herramientas, en especial la Convención sobre los Derechos de las Personas
con Discapacidad - de ahora en más CDPD - dando respuesta a las diferentes
problemáticas que han existido respecto a las personas con PM, buscando abordarlos
como un sujeto social y de derecho para salvaguardar y proteger sus derechos humanos,
en camino a mejorar su calidad de vida y toma de decisiones.
En este orden de ideas analizaré los instrumentos internacionales y nacionales
previos a la sanción de la LNSM (2010), legislación que toma de estos, requisitos y
aspectos focalizados en la libertad, dignidad e intimidad de las personas con PM al
momento de la internación; etapa que, como dije al principio de esta introducción,
examinaré en detalle vinculándola con el art. 41 del CCCN, para evidenciar, a través de
la jurisprudencia del Juzgado de Familia Nº 7 de esta ciudad, la realidad de lo que
acontece en referencia a las internaciones involuntarias.

CAPÍTULO I

EL PASADO DE LAS PERSONAS CON PADECIMIENTO MENTAL.

2
Para poder comprender porque en el marco de LNSM se exigen ciertos
requisitos y aspectos importantes que deben cumplirse obligatoriamente en los casos de
internación involuntaria, es necesario tener presente como se trataba, hace no muchos
años atrás, a las personas con PM.
La sociedad estigmatizaba, discriminaba y excluía a las personas con PM,
generándoles una situación de vulnerabilidad psico-social, donde se veían afectados sus
derechos humanos, en especial, el derecho a la vida, a la salud, y a un trato digno y
humano. Como Kraut (2013) afirma:

El loco es quien padece un mayor grado de afectación y violación de los derechos


humanos, lo que aumenta su vulnerabilidad. El frecuente abandono de la sociedad
y también por parte del sistema judicial los ubica en una situación de especial
desamparo jurídico y social, lo que implica una pérdida de su condición, de
identidad, de proyectos, entre otros. (p.58)

Se buscaba apartar de la sociedad a las personas diagnosticadas como enfermos


mentales o estigmatizados como “locos”.
Los médicos psiquiatras y directores de los manicomios permitían la privación
de la libertad a través de la internación involuntaria, sin un proceso judicial
correspondiente, sin defensa ni plazos de vigencia para dicha medida. Los mal llamados
locos, dementes, lunáticos, etc. eran encerrados en manicomios donde sufrían maltratos
y humillaciones, permitiéndose este aislamiento por falta de legalidad, con la
justificación de la peligrosidad y la probabilidad de dañar a otros o a sí mismos. Eran
encierros injustificados y algunos de por vida.

CAPÍTULO II

ANTECEDENTES DE LA LEY NACIONAL DE SALUD MENTAL.

4
II.1. Antecedentes Internacionales.

Con el desarrollo del derecho internacional de los derechos humanos se comenzó


a visibilizar esta real situación que imperaba en estos establecimientos, en los que la
regla era el abuso y violación sistemática de los derechos inherentes a la condición
humana. Así, comenzaron a elaborarse numerosos instrumentos internacionales basados
en recomendaciones, principios y declaraciones para la protección de las personas con
PM y dejar de lado el considerar o asimilar a dichas patologías con el concepto de
peligrosidad.
En nuestro país esta situación comenzó a cambiar por la obligación que asumió
el Estado argentino al suscribir estos diferentes tratados e instrumentos de derecho
internacional y adecuar su legislación nacional a los principios que estos impusieron.
Entre ellos, cabe mencionar:

* La Declaración de Caracas. Reestructuración de la atención psiquiátrica, llevada a


cabo en 1990 por la Organización Mundial de la Salud/Organización Panamericana de
la Salud en (OMS/OPS). Dicha declaración se centra en la revisión del papel
hegemónico y centralizador del hospital psiquiátrico en la prestación del servicio.
Busca salvaguardar y respetar la dignidad personal y los derechos humanos y civiles de
los enfermos mentales, y propender a la permanencia del enfermo en su medio
comunitario. Esta declaración genera un gran cambio, ya que propone que las
internaciones deben realizarse en hospitales generales, considerando a los hospitales
monovalentes como institución que “…aísla al enfermo de su medio, generando de esa
manera mayor discapacidad social, y crea condiciones desfavorables que ponen en
peligro los derechos humanos y civiles del enfermo...” (1990, notando. 2 a y b)

* Principios de Naciones Unidas para la Protección de los Enfermos Mentales y el


Mejoramiento de la Atención de la Salud Mental adoptados en 1991. Estos principios
hacen hincapié en las libertades fundamentales y derechos básicos que deben
garantizarse a las personas con PM, se garantiza el derecho a vivir, trabajar, ser tratado y
atendido en la comunidad con el tratamiento menos restrictivo posible. Se establece un
órgano de revisión independiente e imparcial que entre sus tantas funciones, una de las

5
más importantes es la de revisión y evaluación periódica de los casos de las personas
internadas involuntariamente. Se introduce como obligatorio el cumplimiento de las
garantías procesales, considerándose fundamental el derecho del paciente a designar un
abogado que lo represente y defienda sus intereses en todo proceso.

* Principios de Brasilia. Principios Rectores para el Desarrollo de la Atención en Salud


Mental en las Américas. Fue una conferencia realizada en 2005 con el fin de evaluar la
Declaración de Caracas de 1990, en donde se sostuvo la importancia y la necesidad de
reemplazar los hospitales psiquiátricos y que se asegure:

(…) una atención integral y multidisciplinaria de las personas con trastornos


psiquiátricos y en situaciones de crisis, incluyendo, cuando sea necesario, la
admisión en hospitales generales (...) La participación de usuarios y familiares en
la planificación y desarrollo de los programas y servicios de Salud Mental, y la
concertación de acciones con los diferentes actores sociales a fin de mejorar el
estado de salud mental de la población (…)

* La Convención Sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, aprobada en


2006 y nuestro país la aprobó y ratificó en 2008. Esta fue una de las herramientas más
relevantes e influyentes legalmente para poder dar formato a la LNSM, teniendo en
cuenta que:
En su art. 1 se menciona como objeto y propósito establecer condiciones de
igualdad en el goce de todos los derechos humanos y libertades fundamentales para
todas las personas con discapacidad, impulsando la promoción de la participación plena
y efectiva de éstas en la sociedad.
Aborda a la discapacidad desde la perspectiva de los derechos humanos, como
dice Otilia del Carmen Zito Fontán (2013) “…desarrolla el Modelo Social y derechos
humanos de la discapacidad, basados en los valores del ser humano, y en el respeto por
su dignidad inherente...” (p.34), entendiendo que las principales causas que impiden a
las personas con PM a ejercer plenamente sus derechos, más allá de sus limitaciones
individuales, son las barreras físicas y culturales construidas por la sociedad. Como
explica Juan Pablo Olmo (2014):

6
(…) el modelo social de discapacidad, según el cual las causas que dan origen a
la discapacidad no son científicas, sino que son preponderantemente sociales. Se
parte de la premisa de que la discapacidad es una construcción y un modo de
opresión social, y el resultado de una sociedad que no considera ni tiene presente
a las personas con discapacidad (…). (p. 277)

Se trata de un nuevo modelo de discapacidad que pone el acento en el


reconocimiento de la capacidad y en las aportaciones de las personas con discapacidad.
Se reemplaza el “…régimen de sustitución en la adopción de decisiones de la persona
por el apoyo en la toma de decisiones que respete la autonomía, la voluntad y las
preferencias de la persona...” (Observaciones Finales sobre el Informe Inicial de
Argentina, Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (ONU), 2012,
Párr. 20). Así lo vemos plasmado en esta Convención: “Los Estados Partes reconocerán
que las personas con discapacidad tienen capacidad jurídica en igualdad de condiciones
con las demás en todos los aspectos de la vida.” (CDPD, 2006, art. 12.2). Es decir,
tienen derecho a ser titulares de derechos y obligaciones, y de ejercerlos en igualdad de
condiciones con las demás personas.
Para resumir los principios que garantiza la CDPD, Kraut (2014) concluye
diciendo que:

(…) reconoce los principios de legalidad, inclusión, no discriminación y ciudadanía


de estos padecientes mentales con la mira puesta en un acceso efectivo a sus
derechos fundamentales, en especial el derecho a la igualdad y no discriminación, a
la dignidad, la vida, la salud, la libertad personal, la identidad, la imagen, la
intimidad y los derechos sexuales y reproductivos, así como a la personalidad y la
capacidad jurídica en igualdad de condiciones con los demás y sin discriminación
por motivos de discapacidad, lo que incluye no solamente la capacidad de tener
derechos, sino de obrar. (p. 1)

En su art. 4, esta Convención establece las obligaciones que los Estados partes
deben asumir, como revisar la totalidad de su normativa, programas y políticas y
adaptarlas, de acuerdo a los principios protectorios, al nuevo modelo social de la
discapacidad. Relacionado a este artículo, Mariano Laufer Cabrera (2016) expresa:

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La CDPD exige el deber de garantizar a todas las personas con discapacidad igual
protección legal, por lo que las exigencias del debido proceso y el derecho de
defensa en juicio, válidos para todos los demás procesos administrativos o
judiciales, deben aplicarse también en el control judicial de una internación. (p.15)

También es importante resaltar el art. 19 que reconoce a las personas con


discapacidad el derecho a vivir en forma independiente y a ser incluido en la
comunidad; pudiendo tener la oportunidad de elegir dónde y con quien vivir,
facilitándole los servicios de asistencia en su lugar de residencia para evitar el
aislamiento. Esto confirma así, como relevantes, las medidas de externación y
rehabilitación.
La CDPD se erige como el máximo estándar de protección universal de los
derechos humanos de las personas con discapacidad, y es el modelo a seguir de la
LNSM y del CCCN.

II.2. Antecedentes nacionales.

* El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), es una organización no


gubernamental fundada en 1979 y dedicada a la promoción y protección de los derechos
humanos y el fortalecimiento del sistema democrático y el Estado de Derecho en
Argentina. En el año 2007 publicó una investigación llevada a cabo en nuestro país
acerca de la cruda realidad que vivían las personas internadas involuntariamente. Dicho
informe se denominó “Vidas arrasadas: la segregación de las personas en los asilos
psiquiátricos argentinos.” En este relato se documentó que hubo violaciones a los
derechos humanos contra aproximadamente 25.000 personas que estaban detenidas en
instituciones psiquiátricas argentinas. Más del 80 % de éstas fueron encerradas por más
de un año, y muchas de por vida.
Las personas vivían en condiciones peligrosas e insalubres, registrándose hechos
graves de abusos y negligencia por parte de estas instituciones, llevando incluso a
muerte de internados incinerados en celdas de aislamiento y actos de violencia física y
sexual.
La mayoría de las personas que estuvieron detenidas en esas instituciones
sobrevivieron en condiciones de inacción y sin pensar en un futuro fuera de ellas.

8
Las personas internadas en estas instituciones carecían de protección legislativa,
así lo reflejó este trabajo al afirmar que:

Las leyes argentinas de internación involuntaria no cumplen con los estándares


internacionales que protegen a las personas de la detención arbitraria. En
Argentina, las personas pueden ser encerradas de por vida sin recibir nunca una
audiencia judicial. Las leyes nacionales no regulan el derecho a una revisión
independiente o imparcial de la internación psiquiátrica. El Código Civil argentino
está escrito en términos tan generales que permite la detención de cualquier
persona que pueda llegar a “afectar la tranquilidad pública”. A los individuos
internados en las instituciones psiquiátricas no se les garantiza el derecho de recibir
asistencia jurídica o de presentar pruebas en su favor. Dada la ausencia de estas
salvaguardas legales básicas, casi todas las personas que se encuentran en los asilos
psiquiátricos argentinos están detenidas arbitrariamente. (Informe CELS, 2007, p.
IV)

Leer este informe puede parecer aterrador, pero es lo que vivenciaban las
personas con PM en los manicomios. En resumen, el mismo cuenta acerca de los abusos
en las restricciones a la libertad ambulatoria por causas de salud mental, entiende a la
internación involuntaria como una detención arbitraria e inapropiada. Denuncia la falta
de atención médica, la excesiva medicalización, condiciones peligrosas y antihigiénicas,
inexistencia de revisiones periódicas de las internaciones, el uso de celdas de
aislamiento, sobrepoblación, violencia física y sexual, falta de integración comunitaria y
rehabilitación, y el ocultamiento de las muertes producidas en estas instituciones. Estos
pacientes eran olvidados por sus familias y el Estado, carecían de toda garantía procesal,
en especial, la designación de un defensor.
En este informe se recomendó al Estado argentino de que debía tomar ciertas
medidas y accione para poner punto final a estas detenciones arbitrarias que generaban
una clara violación a los derechos humanos de las personas internadas en estas
instituciones. Entre ellas:

 erradicar los ambientes peligrosos, sucios e inhumanos en los cuales son


forzadas a vivir las personas institucionalizadas.

9
 investigar las muertes recientes y establecer un protocolo que asegure
que se investigará a profundidad cualquier muerte futura.
 eliminar el uso de las celdas de aislamiento a largo plazo y la privación
sensorial al interior de estas celdas.
 asegurar que el uso de la reclusión involuntaria y las restricciones físicas
se adecua estrictamente a los estándares internacionales de derechos
humanos.
 garantizar alimentación, cuidado médico y personal adecuados y
suficientes para proteger la salud y la seguridad de las personas
institucionalizadas.
 crear mecanismos de supervisión independientes que prevengan el abuso
en las instituciones y que establezcan procedimientos que protejan a las
personas institucionalizadas del abuso físico y sexual.
 adecuar el proceso de internación psiquiátrica a los estándares
internacionales, contemplando el derecho a una revisión independiente
de toda internación.
 adoptar leyes de salud mental en todo el país que sean consistentes con
los estándares internacionales de derechos humanos.

Además, sugirió al Estado argentino, incluir plenamente a las personas con


discapacidades mentales en todos los aspectos de la vida ciudadana, garantizando los
derechos humanos de éstos, creando un sistema inclusivo de atención de salud mental
basada en la reinserción comunitaria, para que vivan, trabajen y reciban su atención en
la propia comunidad, garantizando sus lazos sociales.

* Ley Nº 10.772 Atención Salud Mental de la provincia de Santa Fe, promulgada en el


año 1992, propone la internación como último recurso, buscando previamente diferentes
alternativas de tratamientos que ayuden al paciente sin alejarlo de sus vínculos
familiares y sociales. En caso de internación, esta debe darse en hospitales generales y
estar orientada a la recuperación de la salud del internado y a su egreso en el tiempo
más breve posible.

10
* Ley Nº 8.806 de “Enfermedades Mentales” de la provincia de Entre Ríos, promulgada
en el año 1994, tiene como propósito la protección a las personas que sufren
enfermedades mentales.
La internación es conceptuada como última medida en forma excepcional y
transitoria que debe ser debidamente fundada, justificándose en una real necesidad
terapéutica.
La ley considera a la institucionalización de las personas con PM como
restricción de la libertad ambulatoria del internado.

* Ley de Salud Mental de la Provincia de San Juan Nº 6.976, promulgada en el año


1999, pone el énfasis en optimizar actividades de promoción, prevención, tratamiento y
rehabilitación de los trastornos mentales incluyendo la participación de la comunidad y
la educación con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Señala también las condiciones de internación, permanencia y externación,
exigiendo una evaluación previa de un equipo interdisciplinario para concretar dichas
medidas.
Se sigue manteniendo la habilitación y funcionamiento de hospitales y clínicas
psiquiátricas, considerándolos a estos como establecimientos nosocomiales.

* La ley Nº 448 de Salud Mental de la Ciudad de Buenos Aires, promulgada en el año


1999, señala que la internación es función de los equipos interdisciplinarios evaluando
dicho tratamiento cuando no sean posibles los abordajes ambulatorios; tendiendo
siempre a una rápida recuperación y reinserción de la persona a la sociedad.
Si bien la ley establece que el internado deberá ser evaluado una vez al mes, y
podrá renovarse el periodo de internación por un mes más, no se establece un límite de
cantidad de veces en el que esta pueda renovarse, es decir, no hay un límite de tiempo
efectivo para la internación.
Las internaciones involuntarias proceden cuando el equipo profesional de salud
mental considera que existe una situación de riesgo cierto o inminente para sí o para
terceros.

* Ley N° 536 Prohibición de la Institucionalización de la provincia de San Luis,


promulgada en el año 2006, establece que queda expresamente prohibida la

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institucionalización de enfermos mentales en instituciones de carácter público o privado
de la provincia. Entendiéndose como institucionalización la reclusión, internación,
guarda o medida similar sobre personas, restringiendo su libertad y/o desconociendo su
autodeterminación y autonomía.
Esta misma exige al Estado garantizar la asistencia médica a los enfermos
mentales, considerando la enfermedad mental como episodio y no como estado, en pos
del derecho a la vida, a la libertad y seguridad, protegiéndolos contra toda
discriminación. Se presume que los pacientes son capaces de tomar sus propias
decisiones.
Interpreta a la internación como excepcionalísima, debiéndose determinar
tiempo, alcances y objetivos terapéuticos.

* La Ley N° 384 de Salud Mental de la provincia de Chubut, promulgada en el año


2009, tiene como propósito crear un marco jurídico en el campo de la salud mental
abarcando los sectores públicos y privados, en relación con la promoción de la salud
mental, la prevención de problemas psicosociales, el tratamiento y la rehabilitación de
los mismos, alineado en un modelo de orientación comunitaria.
Son los equipos de salud mental o profesionales con formación idónea los que
evalúan y deciden la internación en servicios de salud mental como último recurso
terapéutico para la persona, en el mínimo periodo posible y con el carácter menos
restrictivo.
Establece la prohibición de la institucionalización de personas con sufrimiento
mental en instituciones públicas o privadas, al solo efecto de su alojamiento y/o
exclusión social, restringiendo así, su libertad.

* Ley N° 9.848 Protección de la Salud Mental de la provincia de Córdoba, promulgada


en el año 2010, tiene como objeto garantizar la vigencia del derecho humano a la salud
mental de todas las personas. Para ello, promueve y garantiza la implementación de
medidas asistenciales alternativas como: servicios de salud mental en hospitales
generales con y sin internación, atención domiciliaria en la comunidad, servicios de
emergencias, centros de salud mental en la comunidad, hospitales de día, centros de día,
talleres protegidos, programas de seguimientos de pacientes, acompañante terapéutico,

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abordaje y acompañamiento familiar. De esta manera se prioriza los vínculos y
contactos de las personas con sus familiares, entorno laboral y social.
Es considerada la internación como una herramienta terapéutica de carácter
restrictivo, y podrá implementarse cuando la factibilidad y pertenencia estén
intrínsecamente relacionadas con el potencial beneficio para la recuperación del
paciente. Es por eso, que la internación involuntaria se considera excepcionalísima,
quedando a criterio del equipo de salud la misma; cuando exista una situación de riesgo
cierto e inminente para el paciente, o para terceros y se determine la inconveniencia de
aplicar momentáneamente otra alternativa terapéutica.
La ley plantea que no podrán instalarse nuevos manicomios o instituciones
monovalentes, de internación prolongada, y los existentes deberán adaptarse a los
objetivos y principios de ésta, promoviendo su sustitución definitiva por los dispositivos
alternativos.

II.3. Ley de Salud Mental en Río Negro: de ser una ley de avanzada a ser
inutilizada.

En el año 1991 se sancionó en la provincia de Río Negro la ley R Nº 2.440


denominada Promoción Sanitaria y Social de las personas que padecen sufrimiento
Mental, que conforme a su artículo 1º, “…promueve un sistema de salud que atendiendo
a la entidad total y plena del ser humano, garantice el tratamiento y rehabilitación de las
personas, de cualquier edad, con sufrimiento mental”.
Esta ley, llamada también ley de desmanicomialización fue, en muchos aspectos,
una reforma pionera en el país en la temática de salud mental, ya que prohibió el
funcionamiento de manicomios, neuropsiquiátricos, etc., impulsando al cierre definitivo
de los existentes hasta el momento.
Las personas con PM compartían características de un mismo nombre como la
discriminación y estigma, dificultad para alcanzar el tratamiento, escueto seguimiento
de su patología y una marcada institucionalización.
La desmanicomialización, objetivo primordial de esta ley provincial, buscó
evitar lo antes mencionado impulsando a que estas personas no sean desvinculadas de
su vida social, (el trabajo, la familia, los amigos, las oportunidades, etc.); promoviendo
la inclusión social de los mismos en sus propias comunidades, organizando un sistema

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de equipos terapéuticos y promocionales capacitados para dar asistencia al paciente.
Para llevar a cabo esto, se realizaron modificaciones de las prácticas, de los modelos de
atención y políticas de salud mental, transformando el viejo sistema en un sistema de
salud mental comunitaria, en lo cual se dejaron de lado prácticas de asilamiento y
abandono. En palabras de Cohen y Natella (2013): “…la desmanicomialización fue
sinónimo de nunca más manicomios…”. (p. 18)
Volviendo al centro de este trabajo, la ley R Nº 2.440 establece que la
internación se concibe como último recurso terapéutico siempre y cuando se agoten
todas las formas y posibilidades terapéuticas previas. De ser así, imprescindible dicha
internación, debe realizarse con el propósito de una rápida recuperación y
resocialización de la persona en el mínimo tiempo posible, y tendiendo siempre a la
externación y al tratamiento ambulatorio.
La internación, en todos los casos, debe favorecer la recuperación de la
identidad, dignidad y respeto de la persona humana con PM, teniendo en cuenta sus
diferentes momentos vitales y el desarrollo de su autonomía, pensada siempre en su
reinserción comunitaria.
Si bien esta ley provincial fue la primera ley de avanzada en Argentina respecto
de la temática de salud mental, siendo propuesta por la Organización Panamericana de
la Salud como centro de referencia para toda América Latina y sentó precedente para
que en el 2010 se sancione la LNSM Nº 26.657, actualmente no es tenida en cuenta y
existe un proyecto que propone la abrogación de esta ley provincial y el reemplazo por
la adhesión integral a la LNSM, la cual es superadora en cuanto a recabar e incluir las
múltiples rondas de consultas que permitieron la participación y opiniones de directores
de hospitales, autoridades provinciales de salud mental, asociaciones de familiares,
organismos de derechos humanos y a las personas que son asistidas en los servicios de
salud mental. Asimismo, como la incorporación de tratados internacionales de derechos
humanos y la creación de un Organismo de Revisión, que fue demanda constante por
parte de los profesionales en la materia para dar una respuesta efectiva a la sociedad
rionegrina.
Luego de haber analizado las leyes provinciales sobre salud mental, que sentaron
precedente para dar forma a la LNSM, encuentro algunos denominadores comunes en
cuanto a los criterios para la internación involuntaria, que a continuación detallo:

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 excepcionalísima.
 último recurso terapéutico.
 de carácter restrictivo.
 debe darse en el menor lapso de tiempo posible.
 cuando exista situaciones de riesgo cierto e inminente para sí o para terceros.
 cuando no exista otro dispositivo terapéutico posible.
 debe ser decidida por un equipo interdisciplinario.
 evitar el aislamiento y despojo de sus vínculos familiares y sociales.
 debe darse en hospitales generales.
 favorecer la externación y rehabilitación.
 reinserción comunitaria.
 prohibición de manicomios y de institucionalización de enfermos mentales.

II.4. Leading Case.

En esta parte del trabajo me voy a concentrar sobre las consideraciones que tanto
la Corte Suprema de Justicia de la Nación como los Tribunales Internacionales, tuvieron
en cuenta respecto de la situación de personas con PM que han sido sometidas a una
internación no voluntaria por distintas causas, y los derechos y garantías de raigambre
constitucional y de derecho internacional que se encontraron afectados.
Por medio de estos casos se ha hecho mención a varios instrumentos que
componen los estándares internacionales en lo referente a los derechos humanos de las
personas con PM. Por ello, es relevante repasar estos antecedentes, porque las
decisiones y recomendaciones adoptadas por la Corte y Tribunales Internacionales han
sentado precedente respecto del tema de salud mental y forman parte del marco
normativo-obligatorio en cuanto se refiere a personas con PM.

II.5. Internacionales.

* “Rosario Congo vs. Ecuador”

15
Víctor Rosario Congo, ecuatoriano, de 48 años de edad, fue acusado en el año
1990, de robo y asalto, por lo que fue encerrado en un centro de detención para presos
comunes. Desde un principio, se presumía que padecía trastornos mentales, porque lo
que fue alojado en una celda de aislamiento. Durante este encierro, fue víctima de
agresiones y lesiones por parte de un guía a cargo de dicho centro, quien se aprovechó
del estado mental del interno. A pesar de estas lesiones sufridas y su trastorno, no
recibió atención médica, permaneciendo en la misma celda de aislamiento, desnudo e
incomunicado.
Luego de la intervención de uno de los organismos de los derechos humanos, se
procedió a evaluar a Víctor Congo, y arrojó como resultado que éste debió ser declarado
inimputable y ser tratado en un centro psiquiátrico. Seguidamente, fue trasladado de
emergencia a un Hospital, falleciendo a las pocas horas de su internación.
El Estado resulta responsable por las lesiones sufridas por Víctor Congo, la falta
de atención médico, su incomunicación y la negligencia que causó su muerte. Viéndose
vulnerados los siguientes derechos de la Convención Americana sobre los Derechos
Humanos: el derecho a la integridad personal, el derecho a la vida, derecho a la
protección judicial.
Así lo determinó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su
informe, al sostener que:

(…) que mantener bajo custodia, sin tratamiento médico, a una persona que
padecía de edema cerebral y cólera, constituye una violación a la integridad física,
psíquica y moral, y a la prohibición de infligir tratos inhumanos, crueles o
degradantes, consagrados en el art. 5 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos (…)

Además, dicha Comisión, cita a la Comisión Europea de los Derechos Humanos (1950),
y dice:

(…) el encarcelamiento de un discapacitado mental bajo condiciones deplorables y


sin tratamiento médico puede considerarse como un tratamiento inhumano o
degradante.

* “Ximenes Lopes vs. Brasil”

16
Ximenes Lopes, desde su juventud desarrolló una discapacidad mental. Luego,
pasados los años, en 1999, fue admitido en una casa de reposo, y a los tres días de dicha
admisión, fue visitado por su madre, quién lo encontró sangrando, con hematomas en
todo el cuerpo, la ropa rota, sucio, y con las manos amarradas hacia atrás. Esto se debió
a una fuerte crisis de agresividad sufrida por el paciente, que como consecuencia estuvo
sometido a contención física entre la noche anterior y la mañana en que la madre lo
visitó. Mismo día en que Ximenes Lopes falleció, horas después de haber sido
medicado por el director del hospital clínico, sin ser asistido por un médico al momento
de su muerte.
Algunos años más tarde, al intervenir la CIDH, se consideró responsable al
Estado brasilero por la muerte y maltratos a los que fue sometido el paciente, así como
la falta de investigación y sanción de los responsables de dichos actos.
Los derechos de la Convención Americana vulnerados fueron: la obligación de
respetar los derechos, el derecho a la vida, derecho a la integridad personal, derecho a
las garantías judiciales, y derecho a la protección judicial.
La CIDH sostuvo que:

(…) los Estados tienen el deber de asegurar una prestación de atención médica
eficaz a las personas con discapacidad mental (…) obligación que se traduce en el
deber estatal de asegurar el acceso de las personas a servicios de salud básicos; la
promoción de la Salud Mental; la prestación de servicios de esa naturaleza que
sean los menos restrictivos posibles, y la prevención de las discapacidades
mentales (…) Todo tratamiento de salud dirigido a personas con discapacidad
mental debe tener como finalidad principal el bienestar del paciente y el respeto a
su dignidad como ser humano, que se traduce en el deber de adoptar como
principios orientadores del tratamiento psiquiátrico, el respeto a la intimidad y a la
autonomía de las personas (…)

Finalmente, ésta Corte destacó que cuando se refiera a pacientes con PM, quienes
son responsables del cuidado de éstos, deben alcanzar su máxima exigencia en cuanto a
su atención médica y asistencial, dada su particular vulnerabilidad cuando se encuentran
dentro de instituciones psiquiátricas.

17
II.6. Nacionales.

* “Duba de Moracich. Recurso de Habeas Corpus”

En el año 1923, en el marco de un proceso de divorcio, Duba de Moracich fue


internada involuntariamente por su marido por una supuesta afección mental. Ante esto,
se presentó recurso de Habeas Corpus a fin de solicitar la externación de ésta.
La CSJN expresa que es una detención ilegal, porque se da:

(…) sin que aparezca que esa detención haya sido autorizada por alguna autoridad
judicial, o sea, el resultado de un procedimiento de ese mismo carácter, en el cual
la persona recluida o su defensor tuviera oportunidad de cuestionar el fundamento
de la privación de la libertad (…)

La Corte cuestiona “… la facultad del director del hospicio de alienados para


juzgar por si sólo de la insania de las personas internadas en el establecimiento y para
mantenerlas recluidas por su propia autoridad.”
Además, en dicho caso, este Tribunal sostuvo que: “… no existe otra autoridad
competente para restringir la libertad de las personas que la de los jueces designados por
la Ley… que ninguna persona puede ser tenida por demente sin que la demencia sea
previamente verificada y declarada por juez competente…”

* “Tufano, Ricardo Alberto S/Internación”

Se trató de una persona con trastorno psíquico por abuso de sustancias


psicoactivas y que estaba internado en contra de su voluntad en una institución
psiquiátrica. En dicho caso, si bien no es central de mi análisis, hubo un conflicto
negativo de competencias debido a qué juez debía intervenir en la causa respecto del
lugar de internación del paciente. Lo que la CSJN consideró en el considerando 2º, que
el juez interviniente es el del lugar en que es producida la internación.
En relación a la internación, surge del considerando 3º que “…no hubo en esta
causa decreto fundado de internación involuntaria, ni control sobre su legalidad ni

18
respecto de las condiciones de aquella…” entendiendo esta Corte, en el siguiente
considerando, que las reglas del debido proceso deben:

(…) con mayor razón, ser observadas en los procesos en lo que se plantea una
internación psiquiátrica coactiva en virtud del estado de vulnerabilidad, fragilidad,
impotencia y abandono en el cual se encuentran frecuentemente quienes son
sometidos a tratamientos de esta índole, erigiéndose por ende, como esencial el
control por parte de los magistrados en las condiciones en que aquélla se desarrolla.

En el considerando 5º, la CSJN, destacó la importancia de los Principios para la


protección de los enfermos mentales y el mejoramiento de la atención de salud mental:

(…) precisando que estos forman el estatuto básico de los derechos y garantías
procesales de las personas presuntamente afectadas por trastornos mentales,
enunciándose, entre otros, la designación de un defensor para que lo asista y lo
represente, la obtención de un dictamen independiente sobre la posible enfermedad
mental, previéndose la posibilidad de detención - la que se desarrollará por un
breve período y en tanto sea la opción menos restrictiva - cuando exista un riesgo
grave de daño inmediato o inminente para esa persona o para terceros. En todos los
casos, los motivos de la admisión y la retención se comunicaran sin tardanza al
paciente y al Órgano de Revisión (Principio 16, Admisión Involuntaria), quien
deberá examinar a la persona lo antes posible (…)

* “R.M.J S/ Insania”

En el año 1982, el juez a cargo de la causa, declaró la inimputabilidad de R.M.J,


de catorce años de edad, por el delito de homicidio agravado, y dispuso la internación
en una clínica como medida de seguridad, por considerarlo peligroso para sí y para
terceros, debido a su enfermedad mental: esquizofrenia.
Sin entrar en detalle de a qué Juzgado le correspondía la competencia del caso,
motivo principal por el cual intervino la CSJN, a juicio de éste tribunal:

(…) se han configurado circunstancias excepcionales que no pueden ser soslayadas


en atención al debido respeto que merecen los derechos y garantías de raigambre

19
constitucional que se encuentran en juego (…) que tiene como protagonista a quien
se encuentra sometido a una internación psiquiátrica no voluntaria.

Sosteniendo dicha Corte en el considerando 6 que:

(…) la debilidad jurídica estructural que sufren las personas con PM - de por sí
vulnerables a los abusos -, crea verdaderos “grupos de riesgos” en cuanto al pleno
y libre goce de los derechos fundamentales, situación que genera la necesidad de
establecer una protección normativa eficaz, tendiente a la rehabilitación y
reinserción del paciente en el medio familiar y social en tanto hoy nadie niega que
las internaciones psiquiátricas que se prologan innecesariamente son dañosas y
conllevan, en muchos casos, marginación, exclusión y maltrato y no es infrecuente
que conduzcan a un “hospitalismo” evitable. En esta realidad, el derecho debe
ejercer una función preventiva y tuitiva de los derechos fundamentales de la
persona con sufrimiento mental, cuando son recluidos coactivamente – sin
distinción por la razón que motivó su internación -, son titulares de un conjunto de
derechos fundamentales, como el derecho a la vida y a la salud, a la defensa y al
respeto de la dignidad, a la libertad, al debido proceso, entre otros tantos (…)

En el considerando 12, este Tribunal nombra los requisitos a seguir en caso de


internarse a una persona con PM, al entender que:

(…) se debe tener en cuenta que, en la práctica, más allá de que la medida de
internamiento posea un carácter terapéutico, se lleva a cabo una auténtica privación
de la libertad de la persona. Por ello, tal como lo establecen los Principios de Salud
Mental de las Naciones Unidas de 1991, el internamiento involuntario sólo debe
tener un carácter excepcional (…) La Corte Europea de Derechos Humanos ha
considerado necesaria la concurrencia de tres requisitos esenciales para garantizar
la legalidad del internamiento de quienes se encuentran detenidos en
establecimientos psiquiátricos (…) Primeramente, que la enfermedad mental debe
haber sido establecida de manera probada; segundo, el problema debe revestir un
carácter o una amplitud legitimante de la internación forzosa; tercero, la
internación no puede prolongarse válidamente sin la persistencia de tal problema
(…)

20
CAPÍTULO III

LEY NACIONAL DE SALUD MENTAL: Aspectos generales.

Haciendo énfasis en la historia y los antecedentes mencionados, la creación de la


ley nacional, no fue una elaboración espontanea e improvisada, ni tampoco surge de un
vacío legal en el área. Fue fruto de una discusión parlamentaria que pretendió adecuar la
legislación nacional a los principios y tratados internacionales de los derechos humanos
de los cuales nuestro país forma parte, y adhirió a las experiencias concretas, en
principio, de las provincias de Río Negro, Santa Fe y Entre Ríos en los años `90 en el
asunto de la desinstitucionalización de las personas con PM.
Era necesaria una ley nacional sobre salud mental que protegiera los derechos de
las personas con PM, ya que fue y es un sector especialmente vulnerable de la sociedad
y que debía ser atendido en igualdad de oportunidades en todo el país. Así lo
sostuvieron Kraut y Diana (2011) mencionando que:

(…) una ley específica sobre salud mental proporciona un marco legal para abordar
asuntos claves como la reinserción y la integración en la comunidad de las
personas con trastornos mentales, la prestación de una atención de calidad, a su

21
accesibilidad, la protección de los derechos civiles y la protección y promoción de
los derechos en otras áreas claves - vivienda, educación y especialmente un empleo
digno - (…) (p.37)

Considero pertinente comenzar a desarrollar, de manera general, la Ley objeto de


este trabajo, Ley Nacional de Salud Mental Nº 26.657, sancionada por el Congreso de la
Nación el 25 de noviembre del año 2010, publicada en el boletín oficial en fecha 3 de
Diciembre del mismo año y promulgada por Decreto del Poder Ejecutivo el día 28 de
mayo del año 2013, ley que se enfoca en los parámetros establecidos en la CDPD.
El art. 1 de esta ley asegura el derecho a la protección de la salud mental y el
goce de los derechos humanos de las personas con PM que se encuentren en nuestro
país, teniendo en cuenta los instrumentos internacionales de derechos humanos y las
legislaciones provinciales que avalen dichos derechos.
En su art. 2 recepta y considera parte integrante de esta ley a tres de los
instrumentos internacionales mencionados anteriormente como antecedentes. Estos son:
los Principios de las Naciones Unidas para la Protección de los Enfermos Mentales y
para el Mejoramiento de la Atención de la Salud Mental, la Declaración de Caracas de
la Organización Panamericana de la Salud y de la Organización Mundial de la Salud
para la Reestructuración de la Atención Psiquiátrica dentro de los Sistemas Locales de
Salud de 1990, y también se integran los Principios de Brasilia Rectores para el
Desarrollo de la Atención en Salud Mental en las Américas de 2005.
Esta ley define en su art. 3 a la salud mental “…como un proceso determinado
por componentes históricos, socio-económicos, culturales, biológicos y psicológicos,
cuya preservación y mejoramiento implica una dinámica de construcción social
vinculada a la concreción de los derechos humanos y sociales de toda persona...”
Reafirma la condición de sujeto de derecho de las personas con PM, su autonomía y
capacidad para tomar decisiones respecto de lo que les sucede. Así lo estipula en este
mismo artículo cuando dice que “…se debe partir de la presunción de capacidad de
todas las personas.”
Conforme a los artículos 7 y 8, la LNSM garantiza a las personas con PM, el
derecho a recibir tratamiento y a obtener la alternativa terapéutica más conveniente, que
menos restrinja los derechos y libertades del paciente. Promueve a la integración
familiar, laboral y comunitaria. Expresa que la atención en salud mental sea por medio

22
de un equipo interdisciplinario, conformados por psicólogos, psiquiatras, trabajadores
sociales, intérpretes u otras disciplinas, que colaboren con la tarea del defensor y ayuden
a comprender más fielmente la voluntad de la persona asistida jurídicamente. Impulsa a
garantizar los lazos sociales, y a preservar la integración de los pacientes, para lo cual el
Estado no solo debe cuidar que este permanezca integrado a la comunidad mientras
realiza su tratamiento, sino que debe proveer la asistencia jurídica que asegure el
ejercicio de los derechos cuando el paciente no puede hacerlo por sí mismo.
El art. 27 prohíbe la creación de establecimientos de internación monovalentes,
neuropsiquiátricos y manicomios, públicos o privados, y establece que las internaciones
deben realizarse en hospitales generales. Como explica Gorbacz1 en un curso virtual,
“…cambió de una política fuertemente centrada en la internación de hospital
monovalente (manicomios), a una política de dispositivo de prevención y de asistencia
basados en la comunidad…”
Para sintetizar lo expuesto, menciono lo dicho por Carpintero (2011), quien
considera que existen cuatro conceptos centrales como espíritu de LNSM:

 los derechos humanos en relación al paciente.


 la atención desde el equipo interdisciplinario o intersectorial.
 las modificaciones en cuanto a los manicomios.
 lo que denominó “una reivindicación democrática”, en relación a la
igualdad de los profesionales, en cuanto a las condiciones para ocupar
los cargos de conducción y gestión de los servicios y las instituciones.

Como enunciado a destacar y siendo el propósito de este trabajo, pongo mi


énfasis donde la ley restringe las internaciones involuntarias solo a circunstancias
excepcionales, quedando sujetas al control no solo de un órgano de revisión, sino
también al control judicial.
Para finalizar esta breve recopilación de los aspectos más relevantes de LNSM,
sostengo que dicha ley adopta los lineamientos del modelo social de discapacidad
establecido en la CDPD, entendido éste, por Carolina Buceta e Isabel Ferreira (2011),
como que:
1 Autor de la Ley Nacional de Salud Mental Nº 26.657. Curso virtual recuperado de:
https://www.youtube.com/watch?v=csh6IcKketY

23
(…) es la sociedad la que discapacita a la persona, pues su posibilidad de desarrollo
y participación social estará sujeta a las condiciones socio-económicas a las que
esté expuesta. Partiendo de la premisa de que toda vida humana es igualmente
digna, desde el modelo social se sostiene que lo que puedan aportar a la sociedad
las personas con discapacidad se encuentra relacionado con el grado de inclusión y
la aceptación de la diferencia, que no debe ser negada sino comprendida y
aceptada. (p.197)

El fin último de esta ley favorece a que las personas con PM puedan valerse por
sí mismas con ayuda de los servicios y apoyos adecuados para tal fin; llevando una vida
digna, de respeto y de igualdad de oportunidades, pensada en su inserción social.

CAPÍTULO IV

INTERNACIONES EN LA LEY NACIONAL DE SALUD MENTAL

La LNSM regula en el Capítulo VII todo lo atinente a las internaciones. Inicia


con el art. 14, que considera a la internación:

(…) como un recurso terapéutico de carácter restrictivo, y sólo puede llevarse a


cabo cuando aporte mayores beneficios terapéuticos que el resto de las
intervenciones realizables en su entorno familiar, comunitario o social. Debe
promoverse el mantenimiento de vínculos, contactos y comunicación de las
personas internadas con sus familiares, allegados y con el entorno laboral y social,
salvo en aquellas excepciones que por razones terapéuticas debidamente fundadas
establezca el equipo de salud interviniente.

De este artículo surge que solo puede concederse la internación si, y solo si,
resultara más beneficiosa y conveniente para la persona que cualquier otra intervención,
garantizándose el vínculo y relación de la persona internada con su entorno social, salvo
que se disponga lo contrario en forma excepcional y únicamente por razones
terapéuticas, las cuales deben estar debidamente fundadas.

24
Así lo indica el segundo y tercer párr. del art. 14 del decreto reglamentario de
esta ley al entender que:

(…) la indicación de internación o tratamiento que motive el aislamiento de las


personas con trastornos mentales y/o del comportamiento, ya sea restringiendo
visitas, llamados, correspondencia o cualquier otro contacto con el exterior, debe
ser excepcional, sujeta a las reglas del arte médico, siguiendo pautas y criterios
internacionales, limitándose a situaciones de crisis y fundada en la evaluación
previa del equipo tratante. Todo recurso de internación deberá ser informado al juez
competente y debe señalar los motivos que la justifican y la ausencia de una
alternativa eficaz menos restrictiva de su libertad (…)

En concordancia con el artículo recién desarrollado, art. 14, el siguiente


establece que “la internación debe ser lo más breve posible…” porque de prolongarse en
el tiempo injustificadamente podría entenderse como privativa de la libertad. El mismo
también expresa que “…la evolución del paciente como cada una de las intervenciones
del equipo interdisciplinario deben registrarse a diario en la historia clínica…” Por lo
tanto, se la debe considerar como un instrumento y/o herramienta de validación
necesaria ya que en dicho documento quedarán completamente registrados todos los
detalles de las intervenciones que día a día lleve a cabo el equipo interdisciplinario
durante el tiempo que se preste atención al paciente en su internación.
La misma normativa plantea en su art. 16, que cuando se disponga la internación
de una persona, deben cumplirse dentro de las cuarenta y ocho horas ciertos requisitos,
los cuales seguidamente detallaré:

* Debe el equipo interdisciplinario realizar una evaluación y diagnóstico integral del


paciente, entendiéndose a este, de acuerdo al art. 16 del decreto reglamentario:

(…) como la descripción de las características relevantes de la situación particular


de la persona y las probables causas de su trastorno o sintomatología, deberá
responder a una articulación entre las diferentes disciplinas que intervienen… La
evaluación diagnostica e indicación terapéutica, respectivamente, deberán
incorporarse a la historia clínica (…)

25
Remarcando así, como sosteníamos en un párrafo precedente, la importancia de la
historia clínica.

* En conjunto con la evaluación y diagnóstico, deben establecerse los motivos que


justifican la decisión de la internación, la cual debe estar firmada por al menos dos
profesionales del servicio asistencial donde se realice la internación, siendo obligatorio
que uno de ellos sea psicólogo o psiquiatra.

* Búsqueda de datos sobre la identidad del paciente y de sus familiares.

* Obtener el consentimiento informado del paciente en el caso de que la internación sea


voluntaria, para poder respetar su voluntad y seguir los lineamientos establecidos por el
Principio 11 “Consentimiento para el tratamiento” de los Principios de Salud Mental,
que nos define:

(…) por consentimiento informado se entiende el consentimiento obtenido


libremente sin amenazas ni persuasión indebida, después de proporcionar al
paciente información adecuada y comprensible, en forma y lenguaje que esta
entienda acerca del diagnóstico y su evaluación, el propósito, el método, la
duración probable y los beneficios que se espera obtener del tratamiento propuesto,
etc. (…)

Y para complementar este principio, el Manual de Recurso de la OMS sobre Salud


Mental, Derechos Humano y Legislación nos dice que:

(…) el consentimiento libre e informado debería constituir la base del tratamiento y


de la rehabilitación de la mayoría de las personas con trastornos mentales. Debe
presumirse desde un principio que todos los pacientes tienen discernimiento, y
deben agotarse los esfuerzos para permitir que una persona acepte voluntariamente
el ingreso o el tratamiento, antes de adoptar procedimientos involuntarios. (2006,
p.49)

IV.1. Internaciones voluntarias e involuntarias.

26
Al exponer el elemento del consentimiento, debó comenzar a analizar los dos
supuestos de internación que prevé la LNSM, voluntarias e involuntarias.
Las primeras, voluntarias, las cuales desarrollaré brevemente, son aquellas en
que se garantiza el derecho a la autonomía personal, ya que la persona presta su
consentimiento informado para someterse a dicha internación, consentimiento que debe
mantenerse durante todo el tiempo que ésta dure. Es decir, la persona decide por sí
misma internarse para recibir el tratamiento adecuado, quedando al cuidado de los
profesionales y autoridades del lugar donde se lleve a cabo esta internación. Este tipo de
internación podemos verlo establecido en el art. 18 de la LNSM, que permite a la
persona internada voluntariamente decidir por sí misma el abandono de la internación
en cualquier momento. Dicho art. se complementa claramente con el Principio 15 para
la protección de los enfermos mentales y el mejoramiento de la atención de la salud
mental, “Principio de admisión”, el cual nos dice que “…todo paciente que no haya sido
admitido involuntariamente tendrá derecho a abandonar la institución psiquiátrica en
cualquier momento…”. Así lo menciona también el Manual de recursos de la OMS
sobre Salud Mental al sostener que “…el derecho a consentir el tratamiento implica el
derecho a negarse a recibir tratamiento. Si se considera que el paciente tiene
discernimiento suficiente para consentir, también debe respetarse la negativa de ese
consentimiento.” (2006, p. 50). Esto confirma el respeto a la voluntad total del paciente,
siendo éste el protagonista, garantizándose su derecho de autonomía personal y plena
capacidad para ser titular y ejercer sus derechos en igual de condiciones que los demás.
Para concluir con la internación voluntaria, considero necesario recalcar algunas
cuestiones que son importantes que se le informe al paciente a la hora de que este decida
internarse voluntariamente, es decir, por sí mismo y dando su consentimiento:

 al ser admitidos en una institución, se les debe hacer saber a los pacientes que
los profesionales de salud mental pueden ejercer la autoridad de impedir su
externación, si es que se reúnen las condiciones para el ingreso involuntario.
 los pacientes voluntarios sólo deben ser tratados después de haberse obtenido su
consentimiento informado.
 cuando el paciente posee el discernimiento necesario para otorgar
consentimiento informado, dicho consentimiento es un pre - requisito para el
tratamiento.

27
En segundo lugar, y siendo el objeto principal de este trabajo, me enfocaré en la
internación involuntaria, teniendo en cuenta la LNSM, los Principios para la protección
de los enfermos mentales y el mejoramiento de la atención de la salud mental que están
integrados a dicha ley, como así también su decreto reglamentario 603/2013 y la
relación y complementariedad existente, en esta temática, con el CCCN.
Antes de profundizar en lo recientemente mencionado, es conveniente destacar
que el CCCN sigue lo dispuesto por la LNSM en cuanto a presumir la capacidad de las
personas, expresándolo así en su art. 31 inc. a) “…la capacidad general de ejercicio de
la persona humana se presume, aun cuando se encuentre internada en un
establecimiento asistencial...”
La internación es involuntaria en los casos en que la persona no se encuentre en
condiciones de expresar su voluntad de internarse, que se oponga al tratamiento que
requiera la internación o cuando se trate de personas menores de edad. Situación ésta
última en la que haré hincapié más adelante.
Puede entenderse a la internación involuntaria como una situación de privación
de la libertad y restricción de la libertad ambulatoria, que debe ser entendida como un
recurso de “ultima ratio” y es por ello que el art. 20 de la LNSM establece que la
internación de este tipo “…debe concebirse como recurso terapéutico excepcional en
caso de que no sean posibles los abordajes ambulatorios, y sólo podrá realizarse cuando
a criterio del equipo de salud mediare situación de riesgo cierto e inminente para sí o
para terceros…” Entendiendo, según el art. 20 del decreto reglamentario de dicha ley,
“…por riesgo cierto e inminente a aquellas contingencias que puedan desencadenar un
daño que amenace o cause un perjuicio a la vida o integridad física de la persona o de
terceros...” Siguiendo con esta idea, para Angelini (2014) la definición de riesgo cierto
e inminente debe fundamentarse sobre la inmediatez del riesgo, su certeza y la gravedad
de daño contra la seguridad de sí mismo o de terceros. Por lo tanto, debe presentar una
amenaza, una inminente consumación que no deje lugar a dudas y que no pueda ser
resuelto por otras intervenciones.
De acuerdo a lo recientemente expuesto, debo relacionarlo con el Principio 16
“Principio de admisión involuntaria “que establece en su apartado 1:

28
Una persona sólo podrá ser admitida como paciente involuntario en una institución
psiquiátrica o ser retenida como paciente voluntario cuando un médico calificado y
autorizado por ley a esos efectos determine, que esa persona padece una
enfermedad mental y considere: a) Que debido a esa enfermedad mental existe un
riesgo grave de daño inmediato o inminente para esa persona o para terceros (...)

La recién nombrada internación involuntaria se encuentra también regulada en el


art. 41 del CCCN, denominada como internación sin consentimiento de una persona. El
Código expresa que dicha internación solo procede si se cumplen los recaudos previstos
en la legislación especial (ley Nº 26.657). Aquí se observa el respeto del CCCN hacia la
LNSM y su decreto reglamentario, y la complementariedad existente entre estos
instrumentos nacionales. Pero no solo se complementan por expresar que la internación
sin consentimiento procede si se cumplen dichos recaudos, sino que se articulan y
relacionan en otras disposiciones acerca de las internaciones involuntarias. Esta
viabilidad entre normas lo sostiene Núñez - Cortés Contreras (2014) exponiendo que:

(…) una relación entre normas en virtud de la cual una disposición remite o reenvía
a otra para complementar determinados aspectos de su regulación, sin que se
excluya la aplicación de la norma vigente. Se da cuando las distintas normas,
conservando cada una su rango y naturaleza, aparecen engranadas entre sí como
piezas del mismo mecanismo normativo.

Al principio, al introducirme acerca de las internaciones involuntarias de la


LNSM, sostuve que se concede dicha internación si el equipo de salud considera que
existe riesgo cierto e inminente para la persona misma o para terceros. Este mismo
requisito también lo menciona el CCCN en su art. 41 inc. b) como fundamental a la hora
de que proceda o no la internación involuntaria, puesto que expresa que la internación
involuntaria “…solo procede ante la existencia de riesgo cierto e inminente de un daño
de entidad para la persona protegida o para terceros...”
Siguiendo con las concordancias, tanto en la LNSM como en el CCCN, se
requiere de una evaluación fundada o dictamen profesional. En la primera se establece
en el art. 20 inc. a):

29
Dictamen profesional del servicio asistencial que realice la internación. Se debe
determinar la situación de riesgo inminente (…) con la firma de dos profesionales
de diferentes disciplinas, que no tengan relación de parentesco, amistad o vínculos
económicos con la persona, uno de los cuales deberá ser psicólogo o médico
psiquiatra.

Y el CCCN lo establece en el art. 37 “in fine” “…para expedirse, es


imprescindible el dictamen de un equipo interdisciplinario” y en el art. 41 inc. a) “…
debe estar fundada en una evaluación de un equipo interdisciplinario… que señale los
motivos que la justifican y la ausencia de una alternativa eficaz menos restrictiva de su
libertad…” Esto último, se ve reflejado en la LNSM en su art. 20 inc. b) cuando expresa
que debe hacer constar: “…ausencia de otra alternativa eficaz para su tratamiento...” Y
en el art. 7 Inc. d) que establece: “El Estado reconoce a las personas con padecimiento
mental los siguientes derechos: Derecho a recibir tratamiento y a ser tratado con la
alternativa terapéutica más conveniente, que menos restrinja sus derechos y
libertades…” En relación a esto, el CCCN concibe en su art. 41 inc. c) a la internación
involuntaria como “…un recurso terapéutico de carácter restrictivo y por el tiempo más
breve posible; debe ser supervisada periódicamente...” Esto va en consonancia con el
art. 20 de la LNSM, que como mencioné anteriormente, define a la internación
involuntaria como recurso terapéutico excepcional, el art. 15 que dice: “...la internación
debe ser lo más breve posible…” y el Principio 16 “Admisión Involuntaria” que expresa
en su apartado 2 “…Inicialmente la admisión o la retención involuntaria se hará por un
período breve determinado…”
Observo que el CCCN complementa a la LNSM de lo general a lo particular, sin
detenerse en los pormenores que se encuentran establecidos en ella, como por ejemplo,
el requisito esencial de la firma de dos profesionales, siendo necesario que uno sea
psicólogo o psiquiatra.
Al continuar con este análisis entre la LSNM, su decreto reglamentario y el
CCCN, este último en su art. 41 inc. d) sostiene que “…debe garantizarse el debido
proceso, el control judicial inmediato y el derecho de defensa mediante asistencia
jurídica…” Lo que muestra claramente que sigue el lineamiento de los arts. 21, 22 y 24
de la LNSM con relación al rol activo y expedito que se espera por parte del Poder
Judicial, y al derecho de defensa del internado. El primero de los artículos mencionado

30
recientemente, establece que se debe notificar fundadamente al juez y al órgano de
revisión, acerca de la internación involuntaria en un plazo de diez horas, y que dentro de
las cuarenta y ocho horas deben agregarse todos los requisitos del art. 20 ya
mencionado.2 Debiendo el juez en un plazo de tres días autorizar la internación si evalúa
que se cumplieron y satisficieron todos los requisitos previstos por la ley. O, en caso de
ser necesario, puede requerir informes ampliatorios de los profesionales con el fin de
evaluar, si se cumplen o no, los supuestos o exigencias necesarias para que se justifique
la internación involuntaria. También puede, denegar la medida de internación
involuntaria cuando considere que no existen los supuestos necesarios para autorizar la
misma, y asegurar de esta forma, la externación de forma inmediata del paciente. A la
hora de concretar dicha internación, el decreto reglamentario en su art. 21 establece que
“…el juez… deberá garantizar el derecho de la persona internada, en la medida que sea
posible, a ser oída en relación a la internación dispuesta…” En relación a esto la Corte
Suprema de Justicia de la Nación tuvo la oportunidad de expedirse respecto de la
garantía del debido proceso en el caso Tufano y afirmó:

(…) en los procesos donde se plantea una internación psiquiátrica involuntaria o


coactiva, es esencial el respeto a la regla del debido proceso en resguardo de los
derechos fundamentales de las personas sometidas a ella, en virtud del estado de
vulnerabilidad, fragilidad, impotencia y abandono en el cual se encuentran
frecuentemente quienes son sometidos a tratamientos de esta índole, erigiéndose
por ende, como esencial el control por parte de los magistrados de las condiciones
en que aquélla se desarrolla. 3
2 El art. 20 de la LNSM dispone: “La internación involuntaria de una persona debe
concebirse como recurso terapéutico excepcional en caso de que no sean posibles
los abordajes ambulatorios, y sólo podrá realizarse cuando a criterio del equipo de
salud mediare situación de riesgo cierto e inminente para sí o para terceros. Para
que proceda la internación involuntaria, además de los requisitos comunes a toda
internación, debe hacerse constar: a) Dictamen profesional del servicio asistencial
que realice la internación. Se debe determinar la situación de riesgo cierto e
inminente a que hace referencia el primer párrafo de este artículo, con la firma de
dos profesionales de diferentes disciplinas, que no tengan relación de parentesco,
amistad o vínculos económicos con la persona, uno de los cuales deberá ser
psicólogo o médico psiquiatra; b) Ausencia de otra alternativa eficaz para su
tratamiento; c) Informe acerca de las instancias previas implementadas si las
hubiera.”

3 CSJN (27/12/2005). "Tufano, R. A. s/ internación". Fallos: 328:4832.

31
Siguiendo este enfoque, el inc. e) del art. 41 del CCCN dice que “…la sentencia
que aprueba la internación debe especificar su finalidad, duración y periodicidad de la
revisión...” Asimismo lo establece el art. 24 de la LNSM al explicar que “…el juez debe
solicitar informes con periodicidad… a fin de reevaluar si persisten las razones para la
continuidad de dicha medida, y poder en cualquier momento, disponer la mediata
externación…” y el art. 24 del decreto reglamentario sostiene que “…estos informes
periódicos deberán ser interdisciplinarios e incluir información acerca de la estrategia de
atención, las distintas medidas implementadas por el equipo y las respuestas
obtenidas...”
En cuanto a lo explayado anteriormente, la CSJN en el caso R.M.J manifestó:

(…) la medida de privación de la libertad del paciente debe ser revisada


judicialmente mediante procedimientos simples, expeditivos, dotados de la mayor
celeridad y, si correspondiera prolongarla por razones terapéuticas, ello debe ser
objeto de un minucioso control periódico jurisdiccional obligatorio de los motivos
de la internación, a los efectos de estudiar si las condiciones que determinaron su
reclusión se mantienen o se modificaron en el tiempo, y siempre en el marco de los
principios y garantías constitucionales mencionados. De no ser así, la internación
se convierte en los hechos en una pena privativa de la libertad sin límite de
duración (…)4

En congruencia con dicha cita, el art. 24 de LNSM formula que:

Si transcurridos los primeros NOVENTA (90) días y luego del tercer informe
continuase la internación involuntaria, el juez deberá pedir al órgano de revisión
que designe un equipo interdisciplinario que no haya intervenido hasta el momento,
y en lo posible independiente del servicio asistencial interviniente, a fin de obtener
una nueva evaluación. En caso de diferencia de criterio, optará siempre por la que
menos restrinja la libertad de la persona internada.

Culminando este apartado, el art. 22 de la LNSM, refiere al derecho de defensa


mediante asistencia jurídica hacia el internado, que como indiqué en un párrafo anterior,

4 CSJN. 19/02/2008. "R.M.J. s/ Insania" Fallo: 331:211.

32
también se garantiza en el inc. d) del art. 41 del CCCN. Estos dos artículos se
encuentran vinculados al Principio 18 “Garantías Procesales”, en donde se reafirma este
derecho, estableciendo que:

El paciente tendrá derecho a designar a un defensor para que lo represente en su


calidad de paciente, incluso para que lo represente en todo procedimiento de queja
o apelación. Si el paciente no obtiene esos servicios, se pondrá a su disposición un
defensor sin cargo alguno en la medida en que el paciente carezca de medios
suficientes para pagar.

Dicho esto, la LNSM garantiza a la persona internada el acceso a la justicia, ya


que le da el derecho de designar un abogado, y que si no lo hiciera, el Estado debe
proporcionarle uno desde el momento de la internación. El defensor podrá oponerse a la
internación, solicitar la externación en cualquier momento y controlar las actuaciones en
todo momento. Respecto a esto, el art. 22 del decreto reglamentario ordena al abogado a
respetar la voluntad y preferencias de la persona internada, informar debidamente a la
misma sobre las características del proceso que está atravesando y los derechos de que
dispone. Para finalizar, centro mi atención en el siguiente párrafo dispuesto por este
mismo artículo del decreto reglamentario:

Los abogados defensores deberán acreditar ante el Ministerio Público de la


Defensa local, formación en Derecho de la Salud, a través de posgrado, residencia
en derecho y salud, o experiencia comprobable en Salud Mental, adicciones y/o
Discapacidad, y 5 años de ejercicio profesional, privilegiando su experiencia en
instituciones de salud, en pos de garantizar adecuadamente los derechos de los
pacientes que se buscan proteger.

IV.2. Internación de menores.

El art. 26 de la LNSM establece que se debe proceder de acuerdo al régimen de


internación involuntaria cuando se trate de casos de internación de personas menores de
edad. Es decir, debe cumplirse con lo estipulado en los artículos 20, 21, 22, 23,24 y 25
anteriormente desarrollados. Y sigue diciendo dicho artículo que “…en el caso de niños,
niñas y adolescentes, además se procederá de acuerdo a la normativa nacional e
internacional de protección integral de derechos.”

33
La LNSM le da una protección especial a los menores de edad, garantizándoles
todos sus derechos y apoyándose sobre la ley nacional 26.061 de Protección Integral de
los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes que tiene como objeto “…garantizar el
ejercicio y disfrute pleno, efectivo y permanente de aquellos reconocidos en el
ordenamiento jurídico nacional y en los tratados internacionales en los que la Nación
sea parte.” Además, dicha ley considera de aplicación obligatoria la Convención de los
Derechos del Niño, sosteniendo que “…las niñas, niños o adolescentes tienen derecho a
ser oídos y atendidos cualquiera sea la forma en que se manifiesten, en todos los
ámbitos...” Y en su art. 24 declara el derecho a opinar y a ser oído, sosteniendo que:

Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a: participar y expresar libremente


su opinión en los asuntos que les conciernan y en aquellos que tengan interés, que
sus opiniones sean tenidas en cuenta conforme a su madurez y desarrollo. Este
derecho se extiende a todos los ámbitos en que se desenvuelven las niñas, niños y
adolescentes (…)

Relacionado a esto, el decreto reglamentario de LNSM en su art. 26 inc. b)


sostiene que en las internaciones de personas menores de edad se deberá recabar su
opinión.
Dando continuidad, este decreto también hace referencia a que se deben ofrecer
alternativas terapéuticas de manera comprensible, dejar constancia de todo lo realizado
en la historia clínica y por último, en los casos de estas internaciones “…el abogado
defensor, previsto en el art. 22 de la LNSM, deberá estar preferentemente especializado
en los términos del art. 27 Inc. c) de la ley de Protección Integral de los Derechos de los
Niños, Niñas y Adolescentes Nº 26.061.” Artículo que estipula el derecho:

(…) a ser asistido por un letrado preferentemente especializado en niñez y


adolescencia desde el inicio del procedimiento judicial o administrativo que lo
incluya. En caso de carecer de recursos económicos el Estado deberá asignarle de
oficio un letrado que lo patrocine.

Si bien, como establece este decreto respecto de que en la internación de


menores de edad se debe poner a su disposición la suscripción del consentimiento
informado, rigiendo para los menores el principio del consentimiento informado para la

34
internación, a los efectos de la LNSM, las internaciones de éstos, siempre se van a
considerar involuntarias, entendiendo a los menores como un sector de vulnerabilidad,
buscando que por medio del procedimiento de este tipo de internaciones se maximice la
protección, se les garantice el pleno goce de sus derechos y acceso a la justicia,
estableciendo la obligatoriedad de la revisión periódica de dicha internación, para
hacerla cesar en caso de que exista una alternativa menos restrictiva de derechos, y que
estén sujetas al control de legalidad.

CAPÍTULO V

ROL PROTECTOR DEL JUEZ

El art. 21 de la LNSM da al juez la facultad de autorizar o denegar una


internación involuntaria. Esta autorización o denegación va a depender de la evaluación
que éste realice acerca de si se cumplieron o no los requisitos y/o exigencias propuestos
y determinados en la ley para tomar esta medida excepcional. Y el inc. e) del art. 41 del
CCCN dice “…la sentencia que aprueba la internación…”, es decir, que la sentencia
judicial debe declarar la legalidad de la internación. Por lo tanto, en los dos artículos
mencionados, queda claro que previo a la autorización/aprobación o denegación de la
internación involuntaria hubo un trabajo previo por parte del equipo interdisciplinario

35
de salud que es comunicado, de acuerdo a las exigencias de la ley, al juez para que éste
realice su función de contralor judicial.
Ahora bien, el juez no puede ordenar por si una internación involuntaria, salvo
que se dé el supuesto del art. 21 Inc. c) “in fine” 5 , pero si puede disponer una
evaluación de una persona mediante un equipo interdisciplinario de salud, lo que le
permite realizar un control de legalidad de la intervención, autorizándola solo cuando
considere que se encuentren ejecutados los recaudos exigidos por la ley. Es decir, que
éste asume la función de garante de los derechos de la persona internada, y es quién
deberá fiscalizar y examinar que las medidas tomadas respeten y cumplan con los
recaudos exigidos en la ley a los fines de evitar detenciones arbitrarias. Estos recaudos
son:

 que se apliquen los principios de legalidad, proporcionalidad y razonabilidad


exigidos para toda restricción de un derecho humano.
 que se controle de que se trate siempre de un acto terapéutico debidamente
justificado.
 que se aplique como último recurso, con carácter excepcional, sólo si no son
posibles los abordajes sanitarios ambulatorios.
 que se indique como la alternativa terapéutica más conveniente y menos
restrictiva posible.
 que sea producto de la decisión de un equipo interdisciplinario.
 que se aplique si y sólo si, a criterio del equipo de salud, se está en presencia de
una situación de riesgo cierto e inminente para sí o para terceros.

Para cumplir con estos recaudos, la LNSM en los artículos 21, 22, 24 y 25 da la
potestad al juez de solicitar informes ampliatorios a los profesionales tratantes, indicar
peritajes externos para evaluar la existencia de los motivos con los cuales se justificó la
internación involuntaria, y si se dan las causales previstas, autorizarla, o en caso de
evaluar la inexistencia de dichos motivos, denegar la internación u ordenar la
externación. Asimismo, de manera periódica, debe solicitar informes al equipo

5 La última oración del art. 21 Inc. c) expresa que “…el juez sólo puede ordenar por sí mismo
una internación involuntaria cuando, cumplidos los requisitos establecidos en el artículo 20, el
servicio de salud responsable de la cobertura se negase a realizarla.”

36
interdisciplinario de salud tratante en la internación, a partir de los cuales reevaluará si
persisten las razones para continuar la medida de internación involuntaria, y decidirá
sobre el carácter de las internaciones voluntarias que se hayan prolongado 60 días o
más, según expresa el artículo 18 de la nombrada ley.
Para concluir con el rol del juez, me parece interesante citar a Kraut (s.f), quien
sostiene que:

El deber de control pone fin a los encierros “sine die” ya que la norma obliga a que
la sentencia que aprueba la internación especifique con claridad su finalidad,
duración y periodicidad de la revisión (art. 41, inc. e), sin perjuicio del mencionado
deber de control judicial (art. 41, inc. d). Se ordena un juez participante,
protagonista y no un simple observador que decidía, en muchos casos, ligeramente.
(p.80)

CAPÍTULO VI

ROL DEL ÓRGANO DE REVISIÓN

La LNSM crea por medio del art. 38 al Órgano de Revisión “…con el objeto de
proteger los derechos humanos de los usuarios de los servicios de salud mental.” Y
expresa en el siguiente artículo que dicho órgano:

(…) debe ser multidisciplinario, y estará integrado por representantes del


Ministerio de Salud de la Nación, de la Secretaría de Derechos Humanos de la

37
Nación, del Ministerio Público de la Defensa, de asociaciones de usuarios y
familiares del sistema de salud, de los profesionales y otros trabajadores de la salud
y de organizaciones no gubernamentales abocadas a la defensa de los derechos
humanos.

Este órgano, conformado por un equipo interdisciplinario, será el encargo de


llevar a cabo todas las funciones que se establecen en el art. 40 de la ley mencionada.
Entre ellas, considerar apelaciones contra el ingreso y/o el tratamiento involuntarios,
presentadas por los pacientes, sus familiares y/o sus representantes personales, revisar
los casos de pacientes admitidos involuntariamente, como sucede con lo expuesto en el
art. 246, o de pacientes voluntarios con estadías de larga duración, en intervalos
periódicos para asegurarse de que no se retenga a los pacientes más allá de lo necesario
para su protección y tratamiento, como sucede en lo establecido por el art. 18 de la
LNSM “…en todos los casos en que las internaciones voluntarias se prolonguen por
más de SESENTA (60) días corridos, el equipo de salud a cargo debe comunicarlo al
órgano de revisión creado en el artículo 38…” También se le confiere facultades
especiales para evaluar las decisiones judiciales y en su caso pedir la sanción de los
jueces en las situaciones que hubiera irregularidades y denunciarlos ante el Consejo de
la Magistratura. El órgano de revisión, tiene la obligación de externar al paciente si
considera que éste ha sido indebidamente retenido, supervisando regularmente la forma
en que los pacientes reciben tratamiento contra su voluntad. Este órgano, debe
implementar un procedimiento para autorizar o desautorizar la continuidad del
tratamiento involuntario de los pacientes sin su consentimiento. En los incisos a, b y c
de este artículo se establecen otras funciones como:

6 El art. 24 de la LNSM establece que: “Habiendo autorizado la internación involuntaria, el juez debe
solicitar informes con una periodicidad no mayor a TREINTA (30) días corridos a fin de reevaluar si
persisten las razones para la continuidad de dicha medida, y podrá en cualquier momento disponer su
inmediata externación. Si transcurridos los primeros NOVENTA (90) días y luego del tercer informe
continuase la internación involuntaria, el juez deberá pedir al órgano de revisión que designe un equipo
interdisciplinario que no haya intervenido hasta el momento, y en lo posible independiente del servicio
asistencial interviniente, a fin de obtener una nueva evaluación. En caso de diferencia de criterio, optará
siempre por la que menos restrinja la libertad de la persona internada.”

38
 requerir información a las instituciones públicas y privadas que permita
evaluar las condiciones en que se realizan los tratamientos.
 supervisar de oficio o por denuncia de particulares las condiciones de
internación por razones de salud mental, en el ámbito público y privado.
 evaluar que las internaciones involuntarias se encuentren debidamente
justificadas y no se prolonguen más del tiempo mínimo necesario,
pudiendo realizar las denuncias pertinentes en caso de irregularidades y
eventualmente, apelar las decisiones del juez.

Durante las visitas a las instituciones, el órgano de revisión, debe tener acceso a
todas las instalaciones de la institución de salud, a las historias clínicas y expedientes de
los pacientes, así como el derecho de entrevistar privadamente a todo paciente internado
en dicha institución. Tales visitas brindan al órgano los medios necesarios para verificar
que las personas internadas reciben el tratamiento y atención que requieren, que no se
violen sus derechos humanos, y que la institución implemente debidamente las garantías
contenidas en la legislación de salud mental.
Lamentablemente, en Río Negro no contamos en la actualidad con un órgano de
revisión, es el Cuerpo de Investigación Forense (dependiente del Poder Judicial) quien
lleva a cabo los controles antedichos. Sin embargo, ante las numerosas demandas que
tiene la provincia en salud mental, su creación y puesta en funciones, es sin duda, una
deuda pendiente.

CAPÍTULO VII

TRÁMITE JUDICIAL

En este acápite analizaré resoluciones del Juzgado de Familia Nº7 de la ciudad de


Viedma, adelantando que el órgano jurisdiccional únicamente realiza el control de
mérito en las internaciones involuntarias, esto es, cuando el paciente se resiste a la
medida o se trata de un menor de edad.

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El trámite judicial comienza cuando ingresa un fax al Juzgado de Familia de la
localidad de Viedma, que manda el Hospital Artémides Zatti, en el que se ha procedido
a la internación involuntaria de una persona, indica la fecha y en general cuál ha sido el
motivo de su internación y, en algunos casos, informa el tiempo aproximado de
internación.
Es decir, que generalmente el hospital informa dentro del plazo legal pero sin los
requisitos establecidos en LNSM y el art. 41 del CCCN para este tipo de recurso
extraordinario y gravoso como es la internación involuntaria, ya sea porque falten datos
personales, familiares, diagnósticos o firmas de los profesionales intervinientes.
En dicho caso, el mencionado juzgado, actúa en pos de recabar esos requisitos
necesarios para la protección de los derechos de los pacientes internados y lo hace el
mismo día en que el fax que informa de la medida es recepcionado por Mesa de
Entradas del órgano jurisdiccional. Allí se procede a la formación de un expediente, que
pasa a sorteo entre ambos Juzgados de Familia (N° 5 y N° 7) el que es realizado por la
Mesa de Entradas Única (MEU), salvo que en uno de los dos Juzgados existan
antecedentes del afectado, en cuyo caso, la MEU lo asigna directamente a dicho
organismo.

VII.1. Jurisprudencia Juzgado de Familia Nº 7.

En el expte. Nº 0342/15/J7, caratulado: “Hospital Área Valcheta (P.E.A) S/


Internación Involuntaria”, el equipo de Salud Mental del Hospital debió proceder a la
internación involuntaria de P.E.A por presentar descompensación de su cuadro de base:
psicosis, como consecuencia de no tomar la medicación correspondiente. Ante esto, el
juzgado libró oficio al hospital:

(…) a fin de que informen cual es el estado de salud actual de la paciente (…), en
caso de continuar internada, hasta cuando se extenderá la misma (…) y cuales han
sido las pautas que se han indicado para la continuación de su tratamiento (…)

Exigiendo el Juzgado, cumplir con los art. 16 inc. a) y art. 20 inc. a) de LNSM y el art.
41 inc. a) del CCCN, a fin de que se evalúe a la internada y se señalen los motivos que
justifican dicha internación.

40
En el expte. Nº 0443/16/J7 caratulado: “Hospital Artémides Zatti (S.E) S/
Internación Involuntaria”, se precedió a la internación del paciente S.E, pero el informe
recibido por el juzgado proveniente del Hospital, no cumplió con la normativa de la
LNSM ni el art 41 del CCCN. Ante esto, dicho Juzgado exigió al Servicio de Salud
Mental de éste Hospital, a que:

(…) en el plazo de 24 horas (…) deberá acompañar la Historia Clínica del paciente
internado, mediante un completo informe interdisciplinario e integral del
diagnóstico presunto, continuidad, tiempo estimado de duración de período de
internación y suministrar datos del grupo familiar (…)

Demostrando que se afectó el art. 16 inc. a) y b) de la LNSM por no cumplir con el


requisito de evaluación, diagnóstico interdisciplinario e integral del paciente, y con la
búsqueda de datos disponibles del entorno familiar de éste. Asimismo, no respeta el art.
20 inc. a) de esta Ley, el cual dispone que para que proceda la internación involuntaria,
debe constar con un dictamen profesional del servicio asistencial que realice la
internación. Se vulnera también, con el art. 41 inc. a) del CCCN por no fundarse la
internación en una evaluación del equipo interdisciplinario.
Estos mismos requisitos exigidos por LNSM y el art. 41 del CCCN fueron
eludidos también en los procedimientos de los exptes. Nº 1118/16/J7, caratulado:
Hospital Artemides Zatti (V.M) S/Internación Involuntaria, y expte. Nº 0047/18/J7,
caratulado: Hospital Artemides Zatti (A.M) S/Internación Involuntaria, en donde en el
primero se procedió a la internación involuntaria de V.M por presentar episodio de
heteroagresividad, desconfianza e irritabilidad contenida. Y en el segundo caso, A.M fue
internada involuntariamente por descompensación de su cuadro de base:
descompensación psicótica y productividad delirante de tipo místico. Ante estas
situaciones, el juzgado nuevamente consideró que los informes recibidos por parte del
hospital no acataban acabadamente con algunos de los requisitos establecidos en LNSM
y el art. 41 del CCCN, por lo que envió oficio similar al del expte. Nº 0443/16/J7
caratulado: Hospital Artemides Zatti (S.E) S/ Internación Involuntaria, al hospital con el
fin de que se lleven a cabo todos los requisitos anteriormente mencionados en este fallo.
Siguiendo con el análisis de este último expte., el juzgado requirió que se
notifique al paciente “…haciéndole saber que en el plazo de cinco (5) días podrá ejercer

41
su derecho de defensa en el proceso judicial con asistencia letrada de su confianza, caso
contrario se mantendrá a la Defensora designada a esos fines.” Cumpliendo de esta
manera con el art. 22 de LNMS.7
La defensora, al contestar vista, manifestó:

(…) el extenso período de tiempo que ha transcurrido desde que el Servicio de


Salud Mental del Hospital local informara la situación por la que atravesaba S.E, y
que ellos sea puesto en conocimiento de esta Defensa, advirtiéndose que el
transcurso de esos tantos días, sin que esta parte tome conocimiento de que el joven
se encontraba sometido a una internación involuntaria en el marco de la ley 26657,
claramente afecta el debido proceso y controvierte las disposiciones legales en la
materia (…)

Si no se cumple con el plazo establecido en la ley N°26.657 para anoticiar al


Juez competente de la internación involuntaria a la que procedió el nosocomio, la
internación se vuelve arbitraria e ilegítima, violándose el art. 41 inc. d) del CCCN que
establece que para que proceda la internación involuntaria “…debe garantizarse el
debido proceso, el control judicial inmediato y el derecho de defensa mediante
asistencia jurídica.”
En el expte. Nº 1118/16/J7, caratulado: “Hospital Artemides Zatti (V.M)
S/Internación Involuntaria”, nombrado anteriormente, la Defensora al contestar la vista
conferida, sostuvo que:

(…) el informe presentado no resguarda debidamente los derechos de V.M, dado


que no contiene los requisitos de legalidad dispuestos en el art. 41 del CCCN y de
los art. 16, 20 y 21 de la ley 26657, deberá presentarse un informe
interdisciplinario respecto de la patología de la paciente y del tratamiento indicado,
que fundamente la medida dispuesta, y que avale la internación requerida para la
evaluación del mismo y se cumplan con todos los recaudos legales ordenados en
dicha normativa (…) Atento al carácter restrictivo y excepcional de la medida

7 Art. 22 de LNSM - La persona internada involuntariamente o su representante legal, tiene


derecho a designar un abogado. Si no lo hiciera, el Estado debe proporcionarle uno desde el
momento de la internación. El defensor podrá oponerse a la internación y solicitar la
externación en cualquier momento. El juzgado deberá permitir al defensor el control de las
actuaciones en todo momento.

42
solicitada, siendo que ella sólo puede llevarse a cabo cuando aporte mayores
beneficios terapéuticos que el resto, y de las intervenciones realizables en su
entorno familiar, comunitario o social, se destaca que la internación debe realizarse
por el menor tiempo posible, agotada las instancias anteriores y en un todo de
acuerdo con las previsiones de la Ley 26657 de Salud Mental, en función de
criterios terapéuticos interdisciplinarios.

Esta respuesta por parte de la Defensora, se vincula al pedido del Juzgado para
con el Hospital con el objeto de que el informe cumpla acabadamente con todos los
requisitos estipulados en LNSM y CCCN para las internaciones involuntarias, haciendo
hincapié a lo que establecen el art. 14 de la LNSM al considerar a este tipo de
internaciones “…como recurso terapéutico de carácter restrictivo, y sólo puede llevarse
a cabo cuando aporte mayores beneficios terapéuticos que el resto de las intervenciones
realizables en su entorno familiar, comunitario o social…” El art. 15 de la misma Ley,
al sostener que “la internación deber ser lo más breve posible, en función de criterios
interdisciplinarios…” A los arts. 16 inc. a), 20 inc. a) y 21 de la misma, en cuanto a
cumplir con la evaluación y diagnóstico integral e interdisciplinario, justificando los
motivos de la internación.
En el expte. Nº 0047/18/J7, caratulado: “Hospital Artemides Zatti (A.M)
S/Internación Involuntaria”, mencionado también anteriormente, A.M había ya sido
internada involuntariamente y es importante resaltar lo expresado por la Defensora en
cuanto al pedido de Historia Clínica. Ésta entiende que dicho pedido:

(…) deberá circunscribirse a las constancias a partir de la presente internación (…)


ello dado que la norma exige la registración en la Historia Clínica como un
mecanismo de control de la medida de internación en sí misma, pero de ninguna
manera habilita a conocer y exponer la intimidad de la Sra. A.M (…)

Esto hace alusión al art. 15 de la LNSM cuando expresa que “…tanto la evolución del
paciente como cada una de las intervenciones del equipo interdisciplinario deben
registrarse a diario en la historia clínica…” pero cuando se requiera dicha historia sobre
un paciente, sólo debe limitarse a la presente internación y no a todos los antecedentes,
sosteniendo la Defensora esto, al decir que:

43
(…) los procesos judiciales en cuanto expediente en sí mismo finaliza con el alta
hospitalaria del paciente, con lo cual cada situación de internación, no solo ha de
tramitarse separadamente de la anterior, sino que tampoco sirve de prueba alguna.
Esto en tanto son los profesionales intervinientes -en este caso el Servicio de Salud
Mental- quienes deben justificar la necesidad de ésta medida y satisfacer en su
informe todas las exigencias que la Ley impone.

Como manera de sintetizar lo recientemente expuesto, los requisitos exigidos por


la LNSM y el CCCN, que el Hospital debe presentar en los casos de internación
involuntaria en sus informes, y que reiteradamente omite en la mayoría de los casos son:

 No se detalle el riesgo cierto e inminente para sí o para terceros.


 Solo firma un profesional.
 Falta de definición y adecuación de sus términos al lenguaje cotidiano.
 No se establece el diagnóstico y pronóstico del paciente.
 Falta de la fecha de la época en que surge la patología.
 Poco detalle de los hechos.
 Falta de justificación y fundamentación de la necesidad de la internación.
 No se establece la medicación ni tiempo estimado de duración de la
internación.
 No se establece la asistencia familiar ni se entrevista a los familiares del
internado.

Cumplido estos requisitos y exigencias de la LNSM y CCCN por parte del


hospital, el juzgado decreta la legalidad del acto y archiva el expediente. Así lo
resuelven estos fallos:
El expte. Nº 0695/15/J7 caratulado: “G.C.N.E S/ Internación Involuntaria”, al
externarse al paciente, y habiéndose indicado un tratamiento con modalidad de Centro
de día, en el cual éste recibe atención en distintos espacios grupales y talleres,
entrevistas familiares mensuales y control psiquiátrico, el juzgado se expidió sobre la
legalidad de la medida dispuesta y resolvió:

44
Declarar la legalidad de la internación del paciente G.C.N.E, dispuesta por el
Servicio de Salud mental del Hospital Artemides Zatti. Disponer del cese de la
intervención de la Sra. Defensora (…) regístrese, protocolícese y notifíquese firme
que se encuentre la presente, archívese en carácter de terminada y oportunamente
remítase al Archivo General del Poder Judicial.

En otro de los nombrados fallos, Nº 0443/16/J7 caratulado: “Hospital Artémides


Zatti (S.E) S/Internación Involuntaria”, se le otorgó tratamiento ambulatorio al paciente
con seguimiento psiquiátrico y psicológico, por lo que la Sra. Jueza del Juzgado de
Familia Nº 7 de la ciudad de Viedma resolvió: “…encontrándose agotada la
intervención en autos, corresponde dar por extinguido el presente proceso y en su
mérito, archívense las presentes actuaciones, remitiéndose oportunamente al Archivo
General del Poder Judicial.”
Y por último, en el expte. Nº 0047/18/J7 caratulado: “Hospital Artemides Zatti
(A.M) S/ Internación Involuntaria”, la paciente fue externada, y por ello la Sra. Jueza
del Juzgado resolvió:

Declarar la legalidad de la internación de la Sra. A.M (…) por el Servicio de Salud


Mental del hospital Artemides Zatti. Disponer el cese de la intervención de la Sra.
Defensora (…) Firme que se encuentre la presente, archívese en carácter de
terminada y oportunamente remítase al Archivo general del Poder Judicial (…)

Para finalizar, es importante remarcar que con el nuevo rol de los jueces, en
materia de Salud Mental, el juzgado no ordena internaciones sino que controla el mérito
o legalidad de la internación dispuesta por el Organismo Proteccional (Servicio de Salud
Mental del Hospital Artemides Zatti).
Así lo remarcó en el curso virtual Gorbacz, al decir:

(…) hoy el rol del Poder Judicial es controlar que esa herramienta que tienen los
profesionales (equipo interdisciplinario), que es una herramienta que le da un poder
excesivo no se use indebidamente. Esta es la única e importante razón por lo que el
Poder Judicial tiene que intervenir. La internación la decide el equipo de salud del
lugar en donde se atiende la persona y la controla la justicia. Que la controla,
quiere decir, que la puede autorizar o no (…)

45
CAPÍTULO VIII

46
CONCLUSIÓN

En este trabajo analicé antecedentes nacionales e internacionales, entre estos,


jurisprudencia, leyes provinciales, principios, tratados/convenciones internacionales, en
especial, la CDPD, los cuales tuvieron un rol trascendental para modificar un sistema de
salud que había sido eficaz para excluir y encerrar personas pero absolutamente
inservible para recuperar la salud y el bienestar de las personas con PM. Marcando así,
un rumbo para la sanción de LNSM en el año 2010, bajo la premisa de que las personas
con PM son sujetos de derechos con capacidad jurídica universal y con autonomía de la
voluntad.
Asimismo, ésta LNSM actuó como precedente para el CCCN en materia de
regulación de las internaciones involuntarias, ya que se refleja en el art. 41 de dicho
código, el respeto hacia el Capítulo VII de LNSM. Estas dos legislaciones se encuentran
complementadas, pero a pesar de las expectativas por proteger los derechos de los
pacientes internados, podemos ver que en la realidad no siempre se cumplen los
requisitos y/o exigencias requeridas por estas normativas a la hora de llevar a cabo una
internación involuntaria. Esto se evidencia por medio del análisis de jurisprudencia del
Juzgado de Familia Nº 7 de la ciudad de Viedma, donde en la mayoría de los casos
resulta necesario intimar al Hospital para que cumpla con los requisitos exigidos en la
normativa.
Fue un largo proceso para garantizar por medio de estas normativas la igualdad
de oportunidades de las personas con PM, por lo tanto debemos ser actores activos en el
proceso de inclusión, porque las personas que sufren de un padecimiento mental no
necesitan una cama dentro del hospital, nadie puede pensar que las camas psiquiátricas
representan la respuesta al problema de la enfermedad mental, sino que requieren de una
amplia selección de oportunidades terapéuticas con apoyo psicológico, apoyo de la
familia, apoyo social, vivienda digna e inclusión laboral, respetando su voluntad, y
considerando a la internación involuntaria solo como último recurso terapéutico,
siempre que genere mayores beneficios, favoreciendo el contacto con su entorno social.

El instituto de la internación no será ya el reflejo de una sanción para la persona, no


será un método de exclusión, sino que se erige como un derecho en cabeza de la
persona cuando por su situación de extrema vulnerabilidad requiere de una especial

47
atención; debe resultar de su imposición un verdadero beneficio para la persona,
beneficio en términos terapéuticos. (Kraut, 2013, p. 73)

48
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