EL CAMINO DE UN MAGO: CURSO DE MAGIA CEREMONIAL

ASPECTOS TÉCNICOS.

PRÁCTICAS BÁSICAS DE ENTRENAMIENTO.

La Magia, junto con ser una de las disciplinas más sagradas conocidas por el ser humano
es también una técnica empleada en el trabajo de desarrollo personal y espiritual. Como
cualquier técnica, junto con un intenso trabajo intelectual y teórico, es necesario desarrollar
algunas habilidades esenciales para su adecuada y fructífera práctica.
Muchas de las técnicas rituales utilizadas en ceremonias de diferente tipo requieren
algún grado de habilidad para visualizar, concentrarse sin distraerse, mantener una imagen
mental durante varios segundos, manejo de ritmos adecuados de respiración, realización de
gestos o posturas y “vibración” de palabras de poder. Tanto para un ritual sencillo de destierro
como para uno más específico como la consagración de un talismán o una ceremonia más
compleja como la Asunción de Formas Divinas requieren el manejo de habilidades básicas y
esenciales de manejo del pensamiento (cuerpo mental), de las emociones (cuerpo psíquico o
emocional) y del cuerpo físico.
El ocultista Franz Bardon sugiere que el desarrollo del Mago/a debe ser un proceso
equilibrado que integre estos aspectos en forma armónica y consecutiva. Para ello nos propone
un entrenamiento dirigido al manejo y desarrollo de cada uno de estos aspectos. Tomando
como referencia este principio integrador, pero adecuándolo a nuestras propias necesidades,
comenzaremos este trabajo práctico con técnicas sencillas que nos permitan trabajar nuestro
control mental, emocional y físico y, al mismo tiempo, no interferir en nuestras actividades
cotidianas.
Las técnicas que se presentan a continuación se han escogido específicamente por su
eficiencia y relativa sencillez para el desarrollo y fortalecimiento de las habilidades básicas de
las que hemos hablado anteriormente. Tales ejercicios deben ser llevados a cabo diariamente
e, idealmente, dos veces al día, al momento de levantarse de la cama y antes de dormir; la
ejecución de los mismos no debería pasar de tres minutos la primera vez, aumentando un
minuto cada día hasta poder llevarlo a cabo durante diez minutos como mínimo sin interrupción.

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EJERCICIO MENTAL Nº1.

El Tren de Pensamientos.
En una postura cómoda (ver apartado “LAS POSTURAS”), y en un ritmo respiratorio
cómodo, hay que concentrarse en OBSERVAR NUESTROS PENSAMIENTOS. Es así de
sencillo y así de complejo: debemos vigilar nuestros pensamientos durante esos minutos
dedicados al ejercicio. Nos mantendremos como meros observadores de nuestra mente,
evitando dedicarnos a seguir cualquier pensamiento y, por supuesto, evitar quedarnos
dormidos. La meta de este ejercicio es lograr observar nuestros pensamientos como meros
testigos, sin participar en ninguno de ellos.
Por supuesto que seremos bombardeados con imágenes, sonidos, colores, emociones
y recuerdos de aquellas cosas que nos importan y afectan durante nuestra vida cotidiana. Sin
embargo, ninguna de ellas debe absorber o acaparar nuestra atención. Tampoco debemos
permitirnos emitir juicios de valor con respecto a los pensamientos que miremos.
Partir realizando el ejercicio durante tres minutos y, cuando podamos llevarlo a cabo
durante estos minutos sin interrupciones y sin dejarnos absorber por algún pensamiento, iremos
añadiendo un minuto cada día hasta que podamos llevarlo a cabo durante diez minutos.
Una vez completada esta observación de pensamientos, podremos pasar al siguiente
ejercicio, el cual consiste en “SEGUIR UN HILO DE PENSAMIENTOS SIN DISTRAERSE”. En
otras palabras, ahora escogeremos un pensamiento al azar y seguiremos su desarrollo y
desenvolvimiento durante el tiempo del ejercicio, sin distraernos y sin interrumpir el flujo de
pensamientos.

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EJERCICIO EMOCIONAL Nº 1.
Vigilancia.
Una de las principales aspiraciones de todo Sendero espiritual, incluido el Sendero de la
Magia, es lograr el auto-conocimiento. Vivimos en un mundo bombardeado por diferentes
estímulos en distintos niveles. Tales estímulos provocan en nosotros diferentes reacciones que,
debido a las características de nuestra constitución psicosomática, se manifiesta primeramente
a nivel emocional: algo nos gusta o nos disgusta.
Si bien esto es completamente natural y normal, todo comportamiento posterior a dicha
reacción emocional es potencialmente manejable. Muchas personas, sin embargo, se dejan
llevar irremediablemente por la primera reacción emocional, sin cuestionar mi mostrar
consciencia alguna de sus acciones.
La intención del siguiente ejercicio consiste, simplemente, en notar nuestras reacciones
emocionales. Frente a una situación X ¿mi reacción y comportamiento fueron emocionales sin
filtro alguno? No es necesario hacer más por el momento, sólo ser sincero/a con uno/a mismo/a
para decidir si mis acciones fueron movidas por impulsos emocionales sin reflexión o, por el
contrario, estaba suficientemente atento/a como para moderar mis acciones y responder en
forma enfocada.
La forma más sencilla de hacer esto es en forma diaria, y marcar una “X” en caso de
haber reaccionado emocionalmente, susceptiblemente. Y, en caso de haber reaccionado en
forma regulada, marcar un “check”. Al finalizar el día, antes de dormir, realizar una rápida
evaluación y marcar la opción en forma honesta.
La práctica regular y prolongada de este ejercicio nos proporciona el desarrollo de una
buna capacidad de auto-vigilancia emocional, disminuyendo nuestra susceptibilidad. Dentro de
la práctica mágica este es un excelente apoyo a nuestro control mental y emocional para la
ejecución más óptima de nuestros ejercicios rituales y espirituales.

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EJERCICIOS FÍSICOs Nº 1.
Posturas.
La tradición mágica occidental cuenta con una serie de prácticas y ejercicios básicos que
podríamos llamar “tradicionales”. Si bien algunos se modificarán en función de la escuela o
línea de trabajo que se silla, todos buscan el desarrollo de habilidades básicas necesarias para
los trabajos posteriores. La mayoría de estos ejercicios requieren asumir alguna postura.
A diferencia de las prácticas orientales, que cuentan con una rica variedad de posturas
o asanas, para occidente estas se ven reducidas a cuatro, que son las que usaremos para la
mayoría de nuestras prácticas.
1.- Postura de la Vara. De pie, piernas juntas o separadas a la altura de cabeza u
hombros. Brazos pegados a los costados del cuerpo. Espalda recta y erguida. La postura es
firme, aunque no rígida para no dificultar la respiración.
2.- Postura del Dios Egipcio. Nos sentamos en una silla de espalda recta. La espalda
erguida. Piernas juntas. Manos descansan sobre los muslos.
3.- Postura de la Muerte o recostado. Nos acostamos de espaldas sobre una superficie
cómoda pero no demasiado blanca. Los brazos pueden descansar al costado del cuerpo o
cruzarse las manos sobre el vientre o pecho.
4.- Postura de Rezo o de rodillas. Nos arrodillamos con las rodillas apoyadas sobre un
cojín. Lo más común es apoyar el peso sobre las rodillas, aunque, por comodidad, también
podemos descansar nuestro cuerpo sobre los pies. Es poco frecuente su uso, y está casi
exclusivamente dedicada a trabajos devocionales.

Respiración.
Este es un punto esencial para nuestro trabajo, pues el ritmo de respiración que
empleemos nos ayudará a lograr el estado emocional que necesitamos para nuestras prácticas.
Normalmente, la respiración está íntimamente relacionada con la relajación del cuerpo, la mente
y las emociones a la hora de ejecutar alguna práctica ritual.
La mejor forma de respira es inhalar profundamente por la nariz, llenando el vientre en
inflando el diafragma, luego llevar el aire hasta llenar la parte media de los pulmones, hinchando
el torso del cuerpo y, finalmente, llenar la parte superior de los pulmones, levantando los
hombros. Retenemos el aire algunos segundos, y luego lo expulsamos tranquilamente
realizando el vaciado aire en orden inverso; sostenemos los pulmones vacíos algunos segundos
e iniciamos el ciclo nuevamente inhalando por la nariz tal como se acaba de indicar.
Ahora bien, todo este procedimiento suele llevarse a cabo siguiendo ritmos particulares.
Uno de los ritmos más acostumbrados es 4-2-4-2. Es decir, inhalamos en cuatro tiempos,

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retenemos con pulmones llenos durante dos segundos, exhalamos en cuatro tiempos y
retenemos pulmones vacíos durante dos segundos.
Existen otros ritmos que también pueden emplearse: 5-3-5-3; 6-3-6-3; 10-5-10-5. Sin
embargo, personalmente sugiero el ritmo 4-2-4-2 ya que es bastante cómo de llevar y logra el
objetivo de ayudar a relajar cuerpo, mente y emociones de manera muy eficiente.
Relajación.
La práctica de algún ejercicio de relajación es muy valiosa ya sea que se practique o no
alguna disciplina ocultista. Resulta de mucha utilidad para los trabajos de Contemplación y
meditación, así como para ejercicios más complejos como la proyección astral o el Scrying.
Ejercicio de relajación Nº 1: Recuéstate sobre alguna superficie plana y firme. Intenta
mantenerte lo más lacio posible. Recostarse sobre una superficie plana y firme puede resultar
incómodo las primeras veces, y muy posiblemente sacará a relucir aquellas zonas del cuerpo
que han acumulado tensión y no nos hemos percatado de ello. Si esto es lo que pasa, intenta
respirar profundamente para soltar la tensión, pero no permitas que eso absorba toda tu
atención.
Después de algunos momentos y comenzando por una extremidad (como los dedos de
las manos o el cuero cabelludo), aprieta una pequeña porción de tu musculaturadurante un
instante, hasta sentir que efectivamente se ha apretado.
Suelta para liberar la tensión.
Repite esto sistemáticamente con todo tu cuerpo.
Ahora, revisa mentalmente todo tu cuerpo para ocuparse de aquellas tensiones que
hayan resurgido y repite el proceso.

Ejercicio de relajación Nº 2: siéntate en una silla cómoda de respaldo recto o acuéstate

sobre una superficie plana y cómoda.
Inhala profundamente, hinchando el estómago a medida que el aire entra. Debes sentir
como el aire es empujado hacia la parte baja de tus pulmones.
Mientras aguantas la respiración, hunde el estómago, relájalo; vuelve a hundirlo, relájalo;
vuelve a hundirlo, relájalo.
Suelta el aire lentamente, dejando que tu estómago se relaje a medida que el aire sale,
liberando la tensión.
Repite este ciclo completo tres veces.

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