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Aquino Delgado PA1 PLM

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FACULTAD DE DERECHO Y HUMANIDADES

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

CURSO: PENSAMIENTO LÓGICO MATEMÁTICO

Informe de Producto Académico 1:

Introducción del Plan de Matematización

TÍTULO DE LA INVESTIGACIÓN

Incremento de la delincuencia juvenil y organizada en el Perú

durante el periodo de 2020 a 2022

(Línea de investigación: Ciencias Jurídicas)

Autora:

Aquino Delgado Mabel

CICLO: II

SECCIÓN: C

Docente de la Asignatura:

Medina Valderrama Carlos Javier

Pimentel – Perú
Año 2022

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1.- Diagnóstico

La delincuencia juvenil y organizada es un fenómeno global al que se enfrenta la sociedad


moderna sin importar clase social, ciudad o país, es decir este problema afecta tanto a las
familias más ricas como a las más pobres. Es claro que este tipo de problemas afectan
violentamente a la sociedad, lo que pone en peligro la seguridad pública de las personas y
va en contra de las buenas costumbres establecidas en la sociedad lo que dificulta el
desarrollo de varios sectores del país. Así se evidencia en el incremento de la tasa de
criminalidad en los últimos años; contexto que se evidencia en la sobreabundancia de
cifras de denuncias registradas en las bases de datos de investigación y comisarías e
instalaciones especializadas, como también las altas cifras de victimización y persecución
de inseguridad por parte de la ciudadanía que se presentan día a día. Según expertos en la
materia determinan que el origen de este problema se encuentra en la falta de factores tanto
internos como externos que presentan los distintos jóvenes, tales como en el ámbito
educativo, social y familiar en que se relacionan; de los cuales los conllevan a cometer
actos delictivos y sancionados ante la ley. Así lo menciona (Morales, 2020), quien define
que “la delincuencia juvenil se produce por la existencia del comportamiento humano
social y también por la ruptura de las relaciones interfamiliares e interpersonales
individuales”. De lo anterior, se puede inferir que el origen de la falta de identidad en los
jóvenes es producto de la falta de atención en los hogares, en la sociedad e inclusive del
propio Estado, debido a que crecen en un ambiente inestable tanto social como
culturalmente, pues se ve la escasez de acciones positivas y toman como algo normal
cometer acciones ilegales alejándose de la idea de ser buenos ciudadanos, y es así como
empiezan a formar parte de las famosas “bandas”, “organizaciones", etc. , donde se
refugian de la soledad que presentan.

Por lo general, aquellos jóvenes que integran estos grupos, carecen de un bajo nivel de
educación, así como escasas oportunidades de superarse como personas y sobre todo se
restringe ciertas posibilidades de empleo a determinados individuos con escasa estabilidad
y bajos salarios. (Poblete,2014). Según (Jiménez Ornelas, 2005) determina que el rango de
edad de los jóvenes que cometen estos tipos de actos es entre los 13 y 15 años de edad,
pues es un periodo donde el menor le cuesta relacionarse con personas de su edad. Del

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mismo modo, establece que las actividades ilegales son producidas exclusivamente por
aquellos jóvenes que presentan una aguda adolescencia. (p.243).

Esto ocurre en los múltiples países del mundo, donde la presencia de la delincuencia
juvenil y organizada va aumentando rápidamente debido al déficit por parte de las
instituciones en el correcto cumplimiento de las leyes instauradas de cada estado, con base
en los diferentes contextos en que esta problemática se presenta. Un claro ejemplo se
puede encontrar en Guatemala, cuyo país atraviesa actualmente uno de los momentos más
difíciles de su historia, debido a que el gobierno es incapaz de hacer frente a la juventud
desenfrenada y al crimen organizado en todo el estado, principalmente en la capital y sus
áreas en la provincia. A pesar de los esfuerzos que ha hecho la PNC en este sentido, acepta
que este es un escenario incontrolable, sobre todo porque no tienen forma de frenarlo y
mucho menos de reducir su capacidad. Frente a ello, expertos recomiendan ciertas acciones
a ejecutar frente a este problema social, tal cual lo sostiene (López, 2016) quien precisa
que la política que emita el país de Guatemala debe basarse en ciertas poblaciones que se
caractericen como “vulnerables”, las cuales están conformadas en la mayor de las partes
por jóvenes que habitan en una zona empobrecida, de los cuales un porcentaje de su
población sufren violencia doméstica. De igual forma, propone que las distintas
autoridades expertas en materia de seguridad civil deben centrarse en promocionar, crear y
lograr una alianza, en donde participen padres, gobiernos regionales y locales, escuelas,
entre otros. (p.80).

De igual forma, ocurre en España donde se percibe una invasión desmesurada de


delincuencia juvenil y organizada, tal cual lo demuestra según el informe elaborado por el
(Centro Evangelista, 2020) donde se determinó que del total de 2.5000 adolescentes
arrestados, el 1,700 de ellos fueron menores de edad; de los cuales 500 de ellos ocupaban
el rango de edad de 11 y 13 años, y el 1,200 restante entre la edad de 14 y 18 años de edad.
Asimismo, ocurrió en el año 2021, según las fuentes consultadas por Europa Press, donde
se determinó que el número total de bandas juveniles se mantiene en el rango de 600
ocurridos en el 2019, describiendo así un leve crecimiento en el año 2021 con un total de
627 bandas monitorizadas por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado Español.

En la actualidad, según (Rojas,2022) declara que en el primer semestre del presente año se
ha evidenciado un fuerte incremento de casos de delincuencia juvenil en España, con un
28% más en comparación a los tres primeros meses del año 2021, es decir, se concluye que

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la tasa de criminalidad en el país ascendió a 43,8 actos delictivos penales por cada mil
habitantes.

Es por ello que a raíz de esta problemática que está atravesando el país europeo se exhorta
que se deben de emplear ciertas respuestas efectivas para contrarrestar este fenómeno, de
las cuales deben ser basarse sobre tres pilares básicos: las actividades preventivas, las
medidas de incidencia educativa y adaptación social de los jóvenes delincuentes, pero de
igual forma, la percepción social distorsionada exige una adecuada política de información,
que contribuya a una formulación honesta de esa percepción negativa a veces exagerada,
en la que se analizan datos e información. (Montero, 2014, p.249).

Lo mismo ocurre en Latinoamérica, donde podemos observar un incremento sustancial de


la delincuencia juvenil y organizada, el cual es un problema aún irresuelto, pues tal se
expresa en México; país con altos índices de delincuencia juvenil y organizada. Así lo
expresa (Cabadas, 2022) quien determina que en México existen alrededor de 30 mil niños
menores de 18 años que cooperan activamente con la delincuencia juvenil y organizada,
cuya práctica es muy común en países con presencia de conflictos armados y
organizaciones criminales como lo es tal. Al mismo tiempo, señala que los distintos grupos
criminales en el país se aprovechan de la vulnerabilidad de cientos de niños y adolescentes
que carecen de recursos; quienes de los cuales ven como una buena oportunidad para
generar ingresos con el fin de satisfacer sus necesidades a pesar de cómo lo consigan. Estos
grupos los utilizan para desempeñar acciones violentas como robos, secuestros, asesinatos,
entre otros. Cuya evidencia se refleja en el reporte elaborado por la (Red de los Derechos
de la Infancia en México, 2022) determina que cerca de 35,000 a 45,000 menores de edad
hoy en día se encuentran recluidos en los distintos penales del país por actos delictivos en
materia de crimen organizado. De igual forma ocurre en el país de Colombia, donde se
evidencia un incremento forzado de delincuencia juvenil y organizada en toda la extensión
de su territorio, así lo manifiesta (Toro, 2022) a través de las estadísticas de la Secretaría de
Seguridad de Bogotá, donde declara que cada mes del año se intervienen alrededor de 72
jóvenes entre el rango de edad de los 14 a 17 años por estar involucrados en los distintos
actos delictivos. En el año 2021, se reportó un total de 857 casos de menores
judicializados, caso contrario ocurrió en el año 2020, donde a raíz de la pandemia en el
país se registró un total de cifras de 1.086 casos de adolescentes que infringen la ley. Por

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otro lado, declara que en base de los datos delictivos sobre los adolescentes en el país se
puede evidenciar que en el primer puesto se encuentra el hurto a las personas producidas
en el año 2021, con un total de 410 casos y con 580 en el año 2020 respectivamente, de los
cuales se ubican en el rango de 14 a 17 años de edad.

Asimismo, declara que existen ciertas zonas del país donde estos actos se cometen de
forma más contundente y donde los principales personajes son los adolescentes, tal cual se
evidencia en la ciudad “Bolívar”, lugar en donde más reportes se emiten sobre este tipo de
conducta con un total de 207 casos durante el transcurso del año 2021.Lo mismo pasa en la
ciudad de “Kennedy” , donde de cometen actos delictivos con un total de 20,183 casos
delictivos , entre los más comunes son el hurto a personas de bienes materiales como
bicicletas, automóviles, celulares, entre otros.

El Perú no es ajeno a esto, pues enfrenta desde hace mucho tiempo esta compleja
problemática, producto de que el mayor porcentaje de su población se encuentra en la
pobreza extrema por la escasez de recursos económicos y además la gran abundancia de
migraciones al año en el territorio peruano, por el cual hace que surjan lacras sociales en
cada rincón del país. De ser esto cierto, los protagonistas de diversos conflictos son
menores de edad; que cometen delitos que van desde delitos menores hasta delitos graves
que conllevan penas de prisión. (Vacchelli, 2001). Esta situación afecta con mayor
agresividad a varios de los sectores más pobres de la sociedad peruana, principalmente a
los sectores más vulnerables del país, como mujeres, niños, madres y ancianos. Por otro
lado, las distintas consecuencias que trae consigo es la carencia en los servicios básicos de
salud y educación, como a las escasas oportunidades laborales de los nuevos jóvenes, que
parecen dispersos y sin perspectivas optimistas. (Ccopa, Fuster, Rivera, Pejerrey y
Yupanqui, 2020, p. 150).

Según Mallma (2018), afirma que, como consecuencia de la existencia de diversos


factores, la delincuencia juvenil se presenta en nuestras vidas hoy en día. Uno de ellos es la
ineficacia de la política nacional del gobierno frente a estos problemas, por lo que diversos
delincuentes tienen una sensación de impunidad por su edad, lo que los obliga a cometer y
sancionar su condición de infractores de la regla. (p, 8). Por otro lado, según el estudio
realizado por (Alburqueque, 2019) sobre los orígenes de los jóvenes involucrados en una
vida delictiva “(…) Determina que aproximadamente el 48,93% del total de infractores
viven en zonas urbanas marginales, donde existe carencia de servicios básicos, altos

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niveles de pobreza, exceso de violencia y zonas inestables, que representan un ambiente
inadecuado para la educación y el desarrollo de los jóvenes. (p, 24).

En los últimos años, la delincuencia juvenil y organizada se ha ido incrementando en un


porcentaje acerca de 80 %, entre el rango de 12-23 años de edad; es decir, alrededor de
diez detenciones por hora se realizaban al día. (Rojas, 2014).

De acuerdo a las estadísticas de criminalidad emitidas por el (INE,2021) afirmó que el


principal problema del Perú en este momento es la “inseguridad ciudadana”, el cual priva a
toda persona de sus derechos como de la vida, seguridad e igualdad, como se señaló entre
los meses de enero-marzo (2021) donde Lima metropolitana tuvo más denuncias delictivas,
con aproximadamente 26.670 casos penales, seguido de Arequipa con un total de 5. 28
casos y por último Lambayeque con un total de 5.2 8 casos. Caso contrario se registró en
los departamentos de Huancavelica, Pasco y Moquegua, donde se evidencio menos casos
de delincuencia juvenil y organizada con un total de 1.000 denuncias. Por otro lado, según
el reporte realizado por (Cruz, 2020) declaró que, en el transcurso del año 2019, fue donde
mayor número de menores de edad fueron intervenidos por cometer actos delictivos, donde
al día se realizaban aproximadamente dos intervenciones. Asimismo, determina que los
casos más frecuentes que se presentan en el país son los robos con un total de 473, seguido
el tráfico de drogas con 76 y por último el sicariato con un total de 47 casos.

Frente a este problema, el estado es el principal responsable de ejecutar políticas a fin de


guiar las actitudes o comportamientos de sus ciudadanos, es por ello que debe realizar un
estudio minucioso basándose en el registro de datos sobre los actos delictivos de carácter
juvenil cometidos en el territorio; pues si bien es cierto ya se ha emitido un conjunto de
medidas para frenar la situación, pero no se ha logrado resultados favorables. Una de las
soluciones está en aplicar una política integral basada en la comprensión integral de los
motivos por los que el adolescente transmite una conducta no deseada y poder así eliminar
de raíz este tipo de problema que socava al país desde hace muchos años.

3.- Planteamiento del problema

¿Qué factores favorecen en el incremento de la delincuencia juvenil y organizada en el


Perú en el periodo del 2020 al 2022?

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