José Ortega y Gasset
José Ortega y Gasset
José Ortega y Gasset
1.- Definiciones.
ENCONTRARSE: es la relación básica del yo viviente con el mundo. Es el proceso por el cual una
persona se enfrenta a sí misma y a la realidad que la rodea. Encontrarse significa tomar
conciencia de nuestra propia situación y de nuestra relación con el mundo, y asumir la
responsabilidad de nuestra propia vida. Este proceso implica un diálogo interior constante y un
esfuerzo por comprender nuestra propia existencia y la realidad que nos rodea. En este
sentido, es un proceso fundamental para el desarrollo personal y la realización de nuestro
proyecto de vida. La base del encontrarse es la sensibilidad humana, por eso nuestras
emociones y afectos nos indican cómo nos encontramos en el mundo.
VIDA: es un proyecto personal y único que cada individuo debe desarrollar y llevar a cabo. La
vida es, además, un proceso constante de encuentro con uno mismo y con la realidad que nos
rodea, en el que la circunstancia juega un papel fundamental. La vida implica, por tanto, una
constante reflexión sobre nuestra propia existencia y sobre nuestro lugar en el mundo, así
como una responsabilidad de contribuir a la construcción de una realidad más auténtica y
justa. Es una tarea y un desafío constante, en el que cada persona tiene la responsabilidad de
encontrar su propio camino y de vivir de acuerdo a sus propios valores y convicciones.
Tesis:
Ideas principales
El texto propuesto para comentar pertenece a la obra ¿Qué es filosofía?, escrita por el filósofo
español José Ortega y Gasset. Esta obra tuvo una gran trascendencia política y social. En ella, el
autor expone los aspectos fundamentales del raciovitalismo.
En este comentario se procede a diferenciar y exponer dos líneas argumentales que pueden ser
extraídas del texto que se comenta.
Por un lado, la razón vital es aquella que nos permite comprender nuestra propia existencia y
nuestra relación con el mundo. Él entiende la vida como realidad radical (raciovitalismo). Las
cosas sin el yo y el yo sin las cosas no tienen sentido. La verdadera realidad es la del yo con las
cosas. Por eso, Ortega insiste en que la realidad radical es la vida humana. Una vida cuyo
núcleo es la razón. La vida y la razón son indisociables en el hombre. La vida humana necesita
de la razón y la razón debe ser considerada como una función vital. Además, dirá que la razón
vital es a lo que el hombre necesita atenerse. Al aplicarla, se encuentra con que es la vida
misma la que da la explicación de la realidad.
La razón histórica, por su parte, es la que nos permite comprender los procesos históricos y la
evolución de las sociedades. Ortega y Gasset sostiene que la historia no es algo que se pueda
estudiar de manera objetiva y distante, sino que debe ser comprendida desde una perspectiva
subjetiva y comprometida, que tenga en cuenta las circunstancias y las perspectivas de los
individuos que han vivido en cada época.
La vida humana no es fija e invariable. Para entenderla, se necesita de la razón histórica. Esta
no acepta nada como mero hecho, sino que lo remite al hacerse de donde proviene.
En Ortega, al hacerse la vida historia, la razón vital se convierte en razón histórica, pero con
una diferencia: mientras la razón vital tiene su mejor cumplimiento en el plano individual, la
razón histórica, además de ese plano individual, trasciende al plano colectivo y social, hacia la
dimensión de la comunidad y de la sociedad.
José Ortega y Gasset, autor del texto que estamos comentando, nació en Madrid en 1883, en
el seno de una familia acomodada y de clase alta, lo que le permitió recibir una educación
esmerada desde temprana edad. Es considerado el padre del perspectivismo y el
raciovitalismo.
Desde el punto de vista histórico, este filósofo español vivió en un periodo de intensos
cambios políticos y culturales en España y en Europa. El final del siglo XIX y el comienzo del XX
en España fue una época compleja y llena de inestabilidades en diferentes ámbitos. En primer
lugar, el general Martínez Campos llevó a cabo un golpe de Estado en 1875 que proclamó a
Alfonso XII como rey de España. Durante esta época, se desarrolló el sistema político ideado
por el conservador Cánovas del Castillo: el turnismo. De esta manera, el Partido Liberal y el
Conservador se alternaban en el poder. No obstante, el sistema electoral era corrupto y
fraudulento y estaba manipulado por los caciques.
La Restauración comienza a entrar en crisis en 1897 y ésta se acentúa en 1898 con la pérdida
de las últimas colonias españolas: Cuba, Puerto Rico, Filipinas y la isla de Guam, que fueron
cedidas a Estados Unidos. Este período estuvo marcado por una fuerte polarización ideológica
entre los partidos políticos y por un clima de violencia y conflictividad. Esto produjo una
profunda crisis económica, a lo que se sumó el analfabetismo de la mayoría de la población.
Una importante consecuencia de esta situación fue la aparición de un grupo de escritores
conocidos como la Generación del 98, entre ellos destaca Miguel de Unamuno, que será el
maestro de Ortega y a quien expulsaron de la universidad, así como Pío Baroja, Azorín, Antonio
Machado… Todos ellos compartirán una visión negativa de la situación del país y se
preocuparán tanto por el problema de España como por el del ser humano.
DESCARTES
Aunque Descartes y José Ortega y Gasset pertenecen a épocas y contextos históricos muy
diferentes, ambos son importantes filósofos que han influenciado significativamente la forma
en que pensamos sobre la política, la sociedad y la economía.
En términos generales, René Descartes es considerado uno de los padres del racionalismo y
destacó por su método deductivo y su búsqueda de una verdad indudable. Por su parte, Ortega
y Gasset es conocido por su teoría de la "razón vital", en la que defiende la importancia de la
vida y la experiencia como fundamento de la filosofía. En su teoría pone la razón al servicio de
la vida.
En primer lugar, ambos se preocuparon por la búsqueda de una verdad o certeza. Descartes
buscaba una verdad indudable a través de su método de la duda metódica, mientras que
Ortega y Gasset afirmaba que la verdad sólo se podía alcanzar a través de la experiencia y la
vida misma.
Otra similitud entre ambos filósofos es su enfoque en el sujeto como punto de partida de la
filosofía. Descartes se enfocó en el cogito, o la conciencia del sujeto, como punto de partida de
su filosofía, mientras que Ortega y Gasset enfatizó la importancia de la experiencia del sujeto y
su relación con el mundo.
Sin embargo, hay algunas diferencias importantes entre sus pensamientos. Mientras que
Descartes defendía la idea de una razón universal y objetiva que permitía alcanzar la verdad,
Ortega y Gasset destacaba la importancia de la subjetividad y la diversidad de experiencias
humanas.
Además, Descartes se enfocó en la búsqueda de una certeza absoluta, mientras que Ortega y
Gasset defendió la idea de que la verdad es relativa y cambia según las circunstancias y las
experiencias de cada individuo. La teoría sobre la verdad de Ortega se conoce como
perspectivismo. Con ella realiza una síntesis de dogmatismo y relativismo. Afirma que no existe
el punto de visto correcto, no hay una única verdad como pretendía Descartes y los
racionalistas. Cada perspectiva es verdadera, auténtica, pues cada hombre, pueblo o época
tiene una perspectiva distinta de la verdad porque lo ven desde un punto de vista único y
propio. Las distintas perspectivas no son contradictorias sino complementarias.
ESCUELA ESCÉPTICA
José Ortega y Gasset y la escuela escéptica son dos corrientes filosóficas que, aunque
pertenecen a épocas diferentes, comparten algunas similitudes en cuanto a su enfoque crítico
y su actitud ante la verdad y el conocimiento.
La escuela escéptica fue una corriente filosófica que tuvo su auge en la antigua Grecia, y que se
caracterizó por su postura crítica ante la posibilidad de alcanzar la verdad y la certeza. Los
escépticos sostenían que el conocimiento humano era limitado y que la verdad era inaccesible.
Para el escéptico no hay ningún saber firme, ni puede encontrase una opinión absolutamente
segura. Tampoco son partidarios de adherirse a ninguna opinión determinada y prefieren
suspender el juicio (epojé), pero no por vagancia o miedo sino por principios.
A pesar de estas diferencias, hay algunas similitudes entre ellos. Ambos enfatizan la
importancia de la duda y la crítica en la búsqueda del conocimiento. Los escépticos ponían en
duda todas las verdades establecidas, mientras que Ortega y Gasset enfatizaba la importancia
de cuestionar las verdades establecidas para poder alcanzar una verdad más profunda y
auténtica.
Además, tanto Ortega y Gasset como los escépticos destacan la importancia de la subjetividad
en la búsqueda de la verdad. Mientras que los escépticos defendían la importancia de la
aceptación de la incertidumbre y la subjetividad en la búsqueda de la felicidad, Ortega y Gasset
sostenía que la verdad solo podía ser alcanzada a través de la experiencia y la subjetividad.