TEMA 2 Variedades Geográficas Del Español
TEMA 2 Variedades Geográficas Del Español
TEMA 2 Variedades Geográficas Del Español
Nacieron como dialectos del latín (hubo épocas en que fueron más importantes que el
castellano) y, por tanto, tienen el mismo origen que el castellano, el gallego y el catalán. Son el
astur-leonés y el navarro-aragonés. Ambos gozaron de gran prestigio y extensión (siglo XV),
incluso el aragonés se usó en documentos oficiales hasta el siglo XVIII, pero fueron perdiendo
pujanza en beneficio del castellano y hoy día sus dominios se reducen a pequeñas zonas.
LEONÉS-ASTURIANO:
Este dialecto se localiza en los territorios de Asturias, centro y oeste de Cantabria, oeste
y noroeste de León, oeste de Zamora y Salamanca, y una parte de Cáceres. De entre las
diversas hablas con las que cuenta este dialecto, las más genuinamente asturianas y destacadas
por su vitalidad son el bable o bables. La Academia de la Llingua Asturiana reconoce el bable, y
fomenta su uso en la enseñanza y en ciertos ámbitos públicos. Las características más
generales del leonés-asturiano son:
- Conservación de la f- inicial latina. Ej: facer (hacer), forno (horno).
- Conservación de los diptongos ou, ei. Ej: cousa (cosa), touro (toro), carreira (carrera).
- Uso de la terminación –in como diminutivo.
- No diptonga cuando le sigue una consonante nasal. Ej: ponte (puente).
ARAGONÉS:
Este dialecto, denominado también “habla baturra”, se habla en los valles de Ansó,
Hecho, Lanuza, Biescas, Sobrarbe y Robagorza. Hoy día, entidades como el Consello d’a Fabla
aragonesa abogan por su protección y recuperación. Las características lingüísticas del
aragonés son similares en algunos rasgos al leonés-asturiano, destacan:
- Conservación de la f- inicial latina. Ej: fambre (hambre)
- Conservación de –it-. Ej: muito (mucho)
- Uso de –ll- por –j-. Ej: muller (mujer)
- Conservación de las oclusivas sordas intervocálicas p,t,k. Ej: marito (marido), lacuna
(laguna), napo (nabo).
- Uso de la terminación –ico como diminutivo. Ej: pequeñico, pajarico, bonico
Aunque todos los dialectos meridionales presentan en mayor o menor medida estas
características, cada uno de ellos posee, además, otros rasgos que veremos a continuación.
ANDALUZ:
En cuanto a su sistema vocálico hay que resaltar su riqueza de timbre que le proporciona
una entonación peculiar, con ritmo más rápido y una articulación más relajada. El andaluz se
caracteriza primordialmente por el seseo y el ceceo. El seseo consiste en la igualación de los
sonidos /s/ y /z/, dando como resultado una nueva /s/. Por ejemplo, resibir frente a recibir. En
cambio, el ceceo es la confusión de los dos fonemas /s/ y /z/, pronunciando la s como c. Por
ejemplo, caza cuando en realidad se quiere decir casa, o cilla en vez de silla. Otra característica
del andaluz es la aspiración de la h- inicial (por ejemplo, jarto en vez de harto). Muy
significativa es también la aspiración de vocales al final de palabras abriendo mucho la vocal
precedente (por ejemplo, papeleh en vez de papeles, o loh amigoh en vez de los amigos) y la
relajación y pérdida de la –r final: muhé por mujer.
Igual que en América Latina y Canarias, la parte occidental de Andalucía sustituye
vosotros por ustedes (por ejemplo ¿Ustedes vais al cine? En vez de ¿Vosotros vais al cine?). El
léxico andaluz conserva numerosos arcaísmos (por ejemplo, afuciar, que significa ofender), y
arabismos (por ejemplo, aljofar, que significa fregar); también tiene numerosas creaciones
populares como fuguillas (persona vivaracha que se enfada fácilmente) o cañear (tomar cañas).
EXTREMEÑO:
Se extiende por las provincias de Cáceres y Badajoz. Posee rasgos leoneses y a su vez
meridionalismos. El andaluz influye más en la zona de Badajoz, y el leonés en la de Cáceres. Sus
principales rasgos son:
- Aspiración de la h- inicial latina. Por ejemplo, jambre (hambre).
- Aspiración también de la s- final.
- Presencia de yeísmo, seseo y ceceo.
- Cierre de las vocales finales –o, -e en –u, -i. Por ejemplo, benditu (bendito), dineru
(dinero).
- Neutralización de –r y –l finales: sudol (sudor), sabol (sabor).
MURCIANO:
Variedad de lengua que se habla en el extremo suroriental de la península, en la que se
mezclan meridionalismos e influencias aragonesas y catalanas. La huella del catalán y del
aragonés se manifiesta, por ejemplo, en:
- Conservación de las consonantes sordas intervocálicas. Por ejemplo, pescatero
(pescadero), cocote (cogote), acachar (agachar).
- Conservación de los grupos pl-, cl-, fl- en algunos casos. Por ejemplo, flamarada
(llamarada).
- Diminutivo de origen aragonés –ico. Pajarico
-Mantenimiento del grupo –ns-: ansí por así.
Entre los rasgos meridionales aparecen: el seseo, el ceceo, el yeísmo, la identificación l/r
( mujel, sordao), aspiración de la –s final,…
CANARIO:
A partir del siglo XV el castellano se fija en Canarias. Junto a los meridionalismos, el
canario presenta un vocabulario muy heterogéneo debido a los múltiples contactos con otros
pueblos al ser lugar de tránsito hacia América. Entre sus características más destacas están: el
yeísmo, el uso de ustedes en lugar de vosotros, el ensordecimiento de –s final (ahco por asco),
se neutralizan –l- y –r-.
2.3. El español en el mundo como lengua materna, oficial, aprendida.
El sefardí.
Según el Informe del Instituto Cervantes titulado El español: una lengua viva. Informe
2017, el español es la segunda lengua más hablada en el mundo como lengua nativa, tras el
chino mandarín. El español es una lengua que hoy habla el 7,8% de la población mundial.
El español y la cultura hispánica siempre han suscitado un gran interés, pero en los
últimos años ese interés se ha desarrollado de forma muy notable. Podemos decir que el
español es una lengua que se extiende por los cinco continentes. Además, las previsiones son
muy halagüeñas para el futuro y si no cambia la tendencia, dentro de tres o cuatro
generaciones el 10% de la población mundial se entenderá en español.
-El judeoespañol. En 1492 los Reyes Católicos decretan la expulsión de los judíos de
España. La gran mayoría se estableció en tierras del Imperio turco. Otros se afincaron en el
norte de África, en Portugal o en Italia. Todos ellos conservaron el idioma tal y como se
encontraba a finales del siglo XV. Este hecho confiere al judeoespañol su principal
característica: el arcaísmo (además de la ausencia de tildes). En la actualidad, esta lengua se
habla en comunidades judías diseminadas por todo el mundo (Argentina, Egipto, EEUU, Israel,
Grecia, Turquía, Bulgaria...), aunque el núcleo de población más importante se encuentra en
Israel. Es una modalidad en retroceso, ya que cuando los sefarditas cambian de residencia, las
nuevas generaciones adoptan el idioma del nuevo país. El judeoespañol lo hablan unas
cuatrocientas mil personas. La RAE está dando los primeros pasos para fundar una academia
sefardí de la lengua española.
-El español de Filipinas. En el proceso colonizador de Filipinas hay que destacar que los
predicadores pronto aprendieron las lenguas indígenas y apenas se preocuparon de enseñar el
castellano. Esta fue la lengua de los dirigentes y de la clase culta en general: una minoría
reducida. A principios del siglo XX sólo el 10% de la población hablaba español. Tras el
“Desastre del 98” el inglés se impuso como lengua en Filipinas progresivamente, junto con el
tagalo, una de las lenguas indígenas. Hasta 1987 las islas tenían tres idiomas cooficiales: el
tagalo, el inglés y el español, pero nuestra lengua dejó de serlo en ese año. Sin embargo,
continúa siendo la lengua de la minoría culta. Es lengua de prestigio, pero en retroceso. La
hablan en torno a un millón de personas. Tiene rasgos similares a los del español de América.
-El español en Estados Unidos. Su consideración social depende de los lugares y del
origen de sus hablantes:
- La colonia cubana de Miami, ha logrado imponer el español en la vida diaria y en el
sistema escolar.
- Los chicanos (México-norteamericanos) son en general trabajadores manuales o
agrícolas con escasa formación, discriminados por su uso del español y su desconocimiento del
inglés.
- Los puertorriqueños que, integrados en la comunidad, han provocado la aparición de
una nueva lengua: spanglish, combinación de español e inglés.
- Su uso se ha mantenido y va en aumento entre parte de la población autóctona en
estados como Texas, Nuevo México, Arizona y California.
- Además se habla cada vez por un mayor número de personas en las grandes ciudades
como Nueva York, San Francisco o Los Ángeles.
Desde el primer tercio del siglo XX y hasta nuestros días, el español ha desarrollado un
progresivo peso internacional. Nuestra lengua está afianzando su papel como lengua de
comunicación internacional a ritmo vertiginoso: la creciente demanda de cursos de español
por parte de los profesionales de todos los ámbitos y de los más diversos países así lo
demuestra.
Llamamos español de América al uso que hacen del castellano los hablantes de diversos
países americanos. Esto es debido al proceso de hispanización que se inicia en 1492 con el
descubrimiento de América. El proceso de implantación del idioma no fue tarea fácil, debido a
la gran cantidad de lenguas indígenas que había y cuyos hablantes se resistían a abandonar. De
ahí que el español de América sea una realidad lingüística muy compleja, puesto que en él no
existen dialectos bien delimitados en los que coincidan los fenómenos fonéticos,
morfosintácticas y léxicos como ocurre en Europa, donde los límites de un dialecto con otro son
más claros y donde cada dialecto presenta, a pesar de sus diferencias internas, que se
manifiestan en subdialectos y hablas locales, una suma de rasgos comunes que lo diferencian
de los otros dialectos. Todavía hoy se conservan lenguas indígenas como: el Náhualt y el Maya
en México; el Quéchua en Bolivia, Argentina y Ecuador; el Guaraní en Paraguay; el Araucano en
Chile, etc.
Rasgos fónicos:
Rasgos gramaticales:
Rasgos léxicos:
Muy importante es hablar de los préstamos léxicos, ya que el español tomó de las
lenguas indígenas términos para designar realidades inexistentes en España. Son, así,
muchas las palabras que han entrado en el fondo común del idioma. Por ejemplo: tabaco,
maíz, caníbal, loro… (del arahucano, área caribeña), tomate, tiza, petaca, chicle, tequila,
chocolate, cacao… (del náhuatl, área mexicana), papa, coca, alpaca… (del quechua, área
andina), poncho, echona “hoz”… (del mapuche, área chilena), jaguar, tapioca “maíz”…
(del guaraní, área paraguaya).
También nos encontramos con una gran variedad de locuciones o frases hechas del
español de América. Entre las más conocidas: A poco, nomás, Híjole… (México), Quihubo,
Diz que, Irse de rumba… (Colombia), andate (Argentina), Ya pues (Perú), Ser un cabro
chico, Qué onda… (Chile).
Algunas voces más o menos específicas de ciertos países o áreas, como Antillas: pechudo
“descarado”, lechero “afortunado”, botador “derrochador”; México: lana “dinero”, escuincle
“niño”, cruda “resaca”, bolsa de dormir “saco de dormir”; Venezuela: arepa “empanadilla”,
guachafa “broma pesada”; Argentina: remedios “medicinas”, pileta “piscina”, morocho “de piel
morena”; Colombia: fresco “tranquilo”, parcero “amigo,colega”, guayabo “resaca”, sapo
“chivato”, pechichón “consentido”, mono “rubio”, pelado “niño”, plata “dinero”; Chile: pololo
“novio”, huevón “tonto”; Perú: pituco “presumido”, chamba “trabajo”, guita “dinero”, lorear
“conversar”, pendejo “mujeriego”…
Resultan curiosas las llamadas “palabras problema”, que son las que tienen significados
muy distintos en diferentes países hispanos y, en muchos casos, algunas de ellas se convierten
en palabras tabú: coger en varios países como México o Argentina es una expresión vulgar para
referirse al acto sexual, por ejemplo, mientras en Argentina joder es ir de juerga o hacer
bromas.