TEMA 56 La - Expansión - de - Roma - Por - El - Mediterráneo
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SU
REPERCUSIÓN EN LA HISTORIA DE OCCIDENTE.
Cartago, en las proximidades de Túnez, fundada a finales del IX, como factoría
comercial por la ciudad fenicia de Tiro, era un eslabón importante en una cadena
de establecimientos a lo largo de la costa norteafricana, que buscaban la
proximidad a las riquezas mineras de Occidente. La principal actividad económica
púnica era el comercio de metales, que pronto sufrió la competencia griega, que
también fundaron colonias en esta área mediterránea (Massalía). Pero a partir del
siglo VII los etruscos extendieron sus intereses a la Italia central y al mar Tirreno. El
juego político condujo el entendimiento entre cartagineses y etruscos frente a los
griegos en una batalla en Alalía, entre una flota etrusco-púnica y otra griega hacia
el 540 a. C. decidieron los diferentes ámbitos de influencia de las tres potencias.
Pero a partir del siglo VI se produjo un debilitamiento del poder etrusco y un
renacer político de las ciudades griegas de Sicilia, bajo la hegemonía de Siracusa.
Cartago, tras el derrumbe etrusco, necesitaba un nuevo aliado que sirviera de
contrapeso contra Siracusa en el Mediterráneooccidental: Roma, puesto que la
amenaza siracusana también interfería en sus intereses en el Lacio y Campania. La
consecuencia fue que a comienzos del siglo III, Roma se enfrentó a Tarento, que a
su vez recurrió a Pirro. La nueva alianza púnico-romana, firmada en el 279, venció
a Pirro alejando este peligro del horizonte y dio a Roma finalmente la hegemonía
sobre toda Italia. De este modo, Cartago y Roma entraban en un posible conflicto
de intereses, que se produciría en el año 264.
El imperio cartaginés debía su fortuna a la magnífica posición de su puerto, que la
convertía en potencia marítima. Su economía estaba basada en el comercio
marítimo: los productos de agricultura y de su artesanado eran cambiados por
materia primas y artículos de lujo; también contaba con una agricultura
floreciente, con métodos muy avanzados, basada en los cereales, el aceite y los
frutales. La organización política presentaba al frente del Estado a dos magistrados
anuales y el pueblo podía participar en los asuntos del Estado a través de
asambleas populares.
Los estados campanos, los mamertinos (mercenarios itálicos) que desde el siglo V
eran requeridos por griegos y cartagineses para prestar servicios en las luchas.
Tras su licenciamiento saqueando ciudades, apoderándose de ellas, así habían ido
formando “estados campanos”, semibárbaros, auténticos nidos de bandoleros.
Una de estas bandas logró apoderarse de Messana en el 286 y extendiósu
actividad guerrera por las regiones vecinas. Los campanos, ante el peligro de una
invasión, recurrieron al eterno enemigo de los griegos de Sicilia, Cartago. Pero la
guarnición cartaginesa llevó tan lejos la protección que los mamertinos pidieron
ayuda a Roma, que interesado en Sicilia le proporcionó el casus belli, ocupando la
ciudad en el 264. Las causas de la guerra, además de Mesana, hay que buscarlas
en la peligrosa coincidencia de interese de Cartago y Roma en una región
privilegiada por un suelo fértil, la riqueza de sus ciudades y su posición estratégica
en el Mediterráneo. Pero las ambiciones estratégicas y la política romana de
resolver cualquier conflicto con soluciones bélicas, convirtieron el incidente en una
larga guerra. Frente a la amenaza procedente de Italia, Cartago y Siracusa,
olvidaron antiguas diferencias y decidieron aliarse contra Italia; pero Roma asedió
la ciudad más débil de los aliados, Siracusa, para aislarla y forzarla a la paz: el rey
siracusano, Hierón, aceptó una paz para de Roma, quedando así los dos
verdaderos enemigos frente a frente. Romo tomó la iniciativa de asediar
Agrigento, cuartel general de los cartagineses. Si Cartago era una potencia naval,
Roma descansaba su potencial en las legiones, así Cartago se dedicó a saquear
ciudades costeras de Italia. Roma, que consiguió una flota gracias a la contribución
de las ciudades del sur de Italia, aplicó con mejoras la fuerza legionaria en esta
flota: los barcos fueron provistos depuentes móviles, rematados en un gancho, los
corvi, que al caer sobre la nave enemiga la inmovilizaba, permitiendo el combate
cuerpo a cuerpo; así el ejército romano obtuvo la primera victoria naval en aguas
de Mylae. Ahora era precisa una nueva iniciativa: un ataque directo al territorio
africano, que se saldó con la toma de Túnez, pero Cartago se preparó para
continuar la guerra con el concurso de tropas mercenarias griegas y en las
cercanías de Túnez el ejército de Régulo fue aniquilado; más aún, la flota romana
enviada para recoger a los supervivientes fue destrozada por una tempestad, al
igual que sucedió en sucesivas campañas africanas. Esto hizo que el senado
romano desistiera temporalmente de aventuras ultramarinas. Con esto, gracias a
los recursos de la confederación itálica, Roma pudo armar doscientas naves, que
se enfrentaron a la flota púnicas junto a las Islas Égates, la rotunda victoria romana
indujo a los púnicos a pedir la paz, cuyas condiciones fueron la evacuación de
Sicilia, la prohibición de hacer la guerra a los aliados de Roma, devolución de
prisioneros sin rescate y al pago de una fuerte indemnización.
Tras la derrota en el 241 de Cartago tuvo que hacer frente a una crisis interna
desatada por la rebelión de los mercenarios, aprovechada por los romanos para
apoderarse de Cerdeña y Córcega. Ante la urgente necesidad de reconstrucción
económica, la oligarquía de Cartago, dividida en dos facciones,optaba por diversas
soluciones: los grandes propietarios agrícolas dirigidos por Annón, rechazaban
nuevos conflictos armados y abogaban por un incremento de la producción
agrícola de las tierras del interior; el estrato militares y mercantiles guiados por
Amílcar Barca, el general que había conducido el ejército en la guerra de Sicilia,
deseaban compensar la pérdida de Sicilia y Cerdeña con la expansión por
territorios al margen de las prohibiciones impuestas por Roma: la península
ibérica. La facción militarista en el 237 recibió el encargo oficial de iniciar su
conquista. El general cartaginés tras adueñarse del valle del Guadalquivir y de la
región minera de Sierra Morena, murió en el 229 en una lucha contra las tribus del
interior de la zona. El ejército aclamó como general a su yerno Asdrúbal. Con la
utilización de medios diplomáticos pudo sentar las bases de la organización del
dominio púnico, que coronó con una nueva ciudad Carthago Nova, capital y centro
administrativo. La explotación de las minas de plata de Sierra Morena y Levante
demostró al senado romano la importancia de la recuperación de Cartago. Así,
Roma, envió una embajada a tratar con Asdrúbal una línea de demarcación: “el
tratado del Ebro”, Cartago no podía llevar la guerra al norte del río Ebro.
Asdrúbal murió en el 221 y el mando fue asumido por Aníbal Barca, hijo de
Amílcar, joven de extraordinaria capacidad intelectual y excepcional estratega que
reemprendió vigorosamente la actividad militar enla península. En el 219 Aníbal
asedió Sagunto, que aunque estaba al sur del Ebro, había firmado un tratado de
alianza con Roma. Inicialmente Sagunto resistió, pero finalmente hubo de rendirse
y entonces Roma pidió a Cartago la entrega de Aníbal y sus consejeros; ante la
negativa del gobierno púnico, Roma declaró la guerra a Cartago en la primavera
del 218.
Así se inició la segunda guerra púnica, que era el desenlace de unas relaciones
cada vez más tensas entre ambas potencias, como consecuencia de su mutuo
interés mediterráneo, que volvía a colisionar entre sí. La estrategia d Aníbal fue
llevar la guerra a Italia, dado que en el mar, los romanos contaban con clara
ventaja. Con esta acción pretendía, además de destruir Roma, atraerse con la
presencia del ejército cartaginés la alianza de pueblos aliados a Roma. A finales del
218 Aníbal ya había cruzado los Alpes y se encontraba en la llanura del Po, el
ejército del cónsul Publio Cornelio Escipión sufrió la derrota en las orillas del río
Tesino. Herido Escipión se retiró en espera de Sempronio Longo, que su
enfrentamiento con Aníbal a orillas del río Trebia se saldó con derrota romana. La
invasión de Italia no había impedido que Cneo Escipión embarcara hacia la
península ibérica con el fin de cortar el aprovisionamiento de hombres y
materiales al ejército púnico. Los nuevos cónsules del 217, Cneo Servilio y Cayo
Flaminio, acudieron a impedir el acceso del enemigo a la Italia central. Aníbal eligió
la ruta de accesoapenas practicable, a través de los pasos centrales del Apenino,
Flaminio lo siguió y Aníbal consiguió atraerlo a una trampa, a orillas del lago
Trasimeno, las tropas romanas fueron exterminadas. El senado romano veía con
profunda preocupación las continuas victorias púnicas, lo que le llevó a actuar con
desesperación, sufriendo otro descalabro en Cannas. Esta derrota provocó que
estados confederados de Roma abandonaran la alianza: Samnio, Brucio, Lucania y
Apulia. Roma, debilitada por las derrotas, tomó medidas para reforzar el aparato
bélico: duplicación del impuesto sobre la propiedad (trubutum). En la península
ibérica, los hermanos Escipión, habían logrado mantener inmovilizado a Asdrúbal,
hermano de Aníbal. Pero en el 215, éste lograba la alianza de del rey Filipo V de
Macedonia y la alianza del estado de Siracusa. Las cláusulas de la alianza preveían
la obligación de recíproca ayuda contra el común enemigo, Filipo se centró en el
asedio de las posesiones en Iliria, pero Roma estipuló un acuerdo con etolia, vieja
enemiga de Filipo, y envió tropas a Grecia (primera guerra macedonia).
En Italia la guerra asumida en el 215 por Fabio Máximo y Marco Claudio Marcelo
llevaron del lado romano operaciones decisivas en la región de Campania y su
punto culminante fue el asedio de Capua, en el 212. Aníbal, tras perder esta
ciudad, se retiró y a partir del 210 solamente mantuvo una guerra de
supervivencia. En este año se produjo un giro decisivo, Publio Cornelio Escipión
(hijo)consiguió atraerse, con notables dotes diplomáticas, a buen número de tribus
indígenas, que proporcionaron víveres y recursos humanos, con la que llevó a
cabo la conquista de la principal base púnica: Carthago Nova en el año 209; a esto
siguió la toma del control de la costa oriental, que finalizó con la expulsión de los
cartagineses del territorio hispano tras el asedio de Cádiz en el 206. Asdrúbal, que
había burlado la vigilancia en Hispania, atravesó el valle del Po y se dirigió al sur
para ayudar a su hermano, pero en el valle de Metauro, el ejército romano logró
frenarlo destruyendo el ejército púnico.
Pero el nudo del problema en Grecia continental seguía siendo Macedonia que
tras la derrota de Cinoscéfalos, Filipo se había concentrado en la recuperación
interna; tras su muerte en 179, subió al trono su hijo Perseo que se esforzó en el
seguimiento de la política paterna, aunque con métodos conciliadores y abiertos
que le granjearon las reivindicaciones de los débiles contra las clases acomodadas,
detentadoras del poder. La desconfianza de Roma por Perseo necesitaba un
pretexto para intervenir militarmente y lo obtuvo al creer una serie de absurdos
cargospresentados ante el senado romano. Roma declaró la guerra a Macedonia
en el 171, con la evidente determinación de eliminar a Macedonia. La tercera
guerra macedónica, que en un principio se resistía a la victoria romana. Pese a la
victoria de Perseo, éste se apresuró a iniciar tratos de paz, sobre condiciones más
propias e vencido que de un vencedor. Finalmente, en 168 el cónsul Emilio Paulo
forzó a Perseo a la batalla definitiva en Pidna, donde el ejército macedonio fue
aplastado. Entonces, el estado romano adoptó una mayor dureza y una fuerte
desconfianza hacia amigos y enemigos. Así, Pidna representa un momento crucial
de la política exterior romana, en el que el antiguo patronazgo se convierte en
intervención directa con métodos imperialistas, que conducirán a la creación de un
imperio.
Como consecuencia, tanto aliados como enemigos a Roma pasaron por la criba
política. Así, Macedonia, Iliria y el Epiro fueron divididos en distritos territoriales
independientes. En Grecia se produjeron continuas denuncias de posturas
antirromanas de unos conciudadanos contra otros, lo que significó una ola de
crímenes y de deportaciones. Las ciudades de Rodas y Pérgamo, aliadas a Roma,
recibieron duros reveses, pues Delos (Rodas) fue considerado puerto franco de
Roma; Siria, en manos de Antíoco IV que en principio se mantuvo al margen,
comenzó a mostrar intereses por Egipto que fueron apagados por Roma, con lo
que Egipto también pasó a formar parte de los territorios protegidos por
Roma.Finalmente, el gobierno romano dejó libres a varias ciudades de la
confederación en el 147, entre ellas a Esparta. La liga, ignorando las exigencias
romanas, declaró la guerra a Esparta. Así el senado invadió en el 146 Corinto. La
confederación fue disuelta y la ciudad saqueada. La destrucción de Corinto tiene el
valor de un punto final el la trayectoria de política exterior romana en Oriente.
CONSECUENCIAS DE LA EXPANSIÓN.
La conquista Oriental y Occidental influye directamente en las costumbres del
pueblo romano, en especial, la fue el lado oriental el que más ha influenciado.
Desde el punto de vista económico a Roma llegaban productos desde todo el
Mediterráneo, que su política de organización en provincias provocó una política
de pillaje; la afluencia de trigo de Sicilia y después de Hispania y del Nilo provoca
que el cultivo del trigo desaparezca de Roma y valla cediendo su lugar al de lavid y
del olivo. Empieza a desaparecer de Roma la economía de subsistencia, a favor de
un comercio de trueque, que se va incrementando a medida que Roma se
expande; se convierte en intermediaria entre el Occidente y el Oriente, es uno de
los principales centros financieros. Las clases patricias empiezan a participar en las
actividades comerciales marítimas, que después serán reguladas por ley. En
consecuencia, hay, en general, un enriquecimiento de las clases sociales lo que
provoca que las diferencias entre patricios y plebeyos se van equiparando.
Todo esto va provocando que en las magistraturas vayan entrando a formar parte
los plebeyos, antes exclusivo de patricios; los pequeños campesinos y los
artesanos se van arruinando, con lo que a partir del s. II ya aparecen plenamente
desarrollados los grandes latifundios.
BIBLIOGRAFÍA.