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En la ciudad de Bogotá, D.C., siendo las 15:00 del día 11 del mes de octubre del año 2020 en
cumplimiento de la fecha señalada en la providencia que ordenó practicar esta diligencia, con el
fin de fallar en el presente asunto, en desarrollo del procedimiento establecido en los artículos
96 y siguientes del Código de la Infancia y de la Adolescencia, una vez establecido que no se
encuentra causal de nulidad que pueda invalidar lo actuado, esta Defensoría de Familia
procede a decidir de fondo con fundamento en los siguientes
ANTECEDENTES
Ante esta Defensoría de Familia del Centro Zonal Teusaquillo del Instituto Colombiano de
Bienestar Familiar, el día 10 del mes de octubre del menor Juan Camilo Cadena Chávez
identificado con registro civil No. 102900124 cuya edad es de 5 años, fue entregado por su
madre Silvia Cadena Chávez, identificada con cédula de ciudadanía No. 1.078.350.662
expedida en Bogotá D.C. el día 10 de octubre de 2020 al Instituto Colombiano de Bienestar
Familiar en la sede de Bogotá D.C., con dirección AK. 50 26 - 51.
Aludiendo que: “Hacia entrega del menor al establecimiento para su cuidado ya que ella por
motivos laborales debía viajar”
De oficio esta Defensoría decretó que al momento de hacer la investigación para notificar del
hecho a abuelos paterno o maternos, tíos tías paternos o maternos, o algún familiar que se
encuentre en tercer grado de consanguinidad no se dio con el registro de ninguno.
Faltando 20 días para el cumplimiento del término establecido en el parágrafo 2º del artículo
100 del Código de la Infancia, y ante la imposibilidad de lograr los objetivos, este despacho
solicitó a la Directora Regional la prórroga del término por dos (2) meses para tomar la decisión
definitiva, petición que fue concedida.
Una vez entrando a analizar el caso, se evidencia que el menor pese a que fue entregado de
manera voluntaria por su madre, y al no contar con ningún tipo de vínculo familiar acorde, tal y
como lo expresa la corte constitucional en su artículo 42, se puede definir junto con el estudio
psicológico que el menor ha presentado síntomas de maltrato psicológico ya que se encontraba
en constante abandono por parte de su mamá.
Las normas constitucionales enfatizan en “la prevalencia de los derechos de los menores de
edad sobre los demás” y en que su atención es de “interés superior”; y ante el trascurrir de los
hechos sociales con el interactuar de las personas frente a los niños y la intervención de las
autoridades, las Altas Cortes, han desarrollado estos principios con el propósito de que se
apliquen en su integridad a favor de la niñez. Para el caso que nos ocupa, nos ilustramos con lo
que en la Corte Constitucional ha definido en casos similares: Respecto del principio del Interés
Superior que merece la atención de las niñas, los niños y los adolescentes, la Sala Cuarta de
Revisión de la Corte Constitucional, mediante Ponencia del Magistrado Jaime Córdoba Triviño,
en Sentencia T-543,del 28 de mayo de 2004, entre otras premisas ha sentado lo siguiente:
“… aparte de ese deber de sostenimiento y educación impuesto a los padres respecto de sus
hijos menores, el constituyente ha regulado con especial énfasis los derechos fundamentales
de los niños. Por eso, en el artículo 44, tras el reconocimiento de tales derechos, dispone que
aquellos “Serán protegidos contra toda forma de abandono, violencia física o moral, secuestro,
venta, abuso sexual, explotación laboral o económica y trabajos riesgosos”. Y a continuación
determina los ámbitos de responsabilidad para la formación y realización de los menores: “La
familia, la sociedad y el Estado tienen la obligación de asistir y proteger al niño para garantizar
su desarrollo armónico e integral y el ejercicio pleno de sus derechos”. De este modo, los niños
son titulares preferentes de derechos fundamentales y la realización de éstos genera una
obligación de asistencia y protección que tiene como sujeto pasivo en primer lugar a la familia
de la que el menor hace parte, luego a la sociedad en su conjunto y finalmente al Estado como
personificación jurídica de esa sociedad.
“Desde luego, lo ideal es que las familias se integren con responsabilidad y que en su interior
las relaciones se rijan bajo parámetros de igualdad y mutuo respeto pues de esa manera se
garantiza la armonía familiar y se propicia un espacio adecuado para el cumplimiento
correlativo de los roles de esposos, padres e hijos. Sin embargo, esto no siempre es así pues
muchas veces las familias no se conforman con sentido de responsabilidad y por ello
sobreviene la desarmonía familiar entre los cónyuges y el incumplimiento de los deberes de
asistencia y protección que aquellos tienen respecto de sus hijos. En estas situaciones, existe
el alto riesgo de que los niños habidos en el seno de una familia sean privados de la asistencia
y protección que demandan para su formación integral. Y en casos extremos, tal privación se
traduce en un verdadero estado de abandono. Surge, entonces, el deber correlativo de la
sociedad y del Estado de superar ese déficit de asistencia y protección y de rodear a los niños
de un entorno que permita el reconocimiento de sus derechos”.
“Las medidas de protección que se pueden ordenar en la resolución por medio de la cual se
declara a un menor en estado de abandono o de peligro son la prevención o amonestación a
los padres o a las personas de quienes dependa; la atribución de su custodia o cuidado
personal al pariente más cercano que se encuentre en condiciones de ejercerlos; la colocación
familiar; la atención integral en un centro de protección especial; la iniciación de los trámites de
adopción del menor y otras que se orienten a su cuidado personal, atender sus necesidades
básicas o poner fin a los peligros que amenacen su salud o formación moral (Artículo 57)” (Hoy
artículo 53 del Código de la Infancia y de la Adolescencia).
“3. De lo expuesto hasta este momento se infiere que la Carta Política suministra protección
preferente a los niños, reconoce sus derechos fundamentales y con miras a hacer efectivos de
tales derechos, radica responsabilidades en la familia del menor y, de manera subsidiaria, en la
sociedad y en el Estado. De allí que cuando un menor se halla en situación irregular, como el
estado de abandono o de peligro, deba promoverse un procedimiento tendiente a brindarle las
medidas de protección que requiera con miras a lograr su desarrollo físico, mental, moral y
social. Y entre tales medidas se encuentra la consistente en la iniciación de los trámites de
adopción”.
“4. Equilibrio con los derechos de los padres. Es necesario preservar un equilibrio entre los
derechos del niño y los de los padres; pero cuando quiera que dicho equilibrio se altere, y se
presente un conflicto entre los derechos de los padres y los del menor que no pueda resolverse
mediante la armonización en el caso concreto, la solución deberá ser la que mejor satisfaga el
interés superior del menor. De allí que los derechos e intereses de los padres únicamente
puedan ser antepuestos a los del niño cuando ello satisfaga su interés prevaleciente, y que en
igual sentido, únicamente se pueda dar primacía a los derechos e intereses de los niños frente
a los de sus padres si tal solución efectivamente materializa su interés superior. Así, no es
posible trazar una norma abstracta sobre la forma en que se deben armonizar tales derechos,
ni sobre la manera en que se han de resolver conflictos concretos entre los intereses de los
padres y los del menor – tal solución se debe buscar en atención a las circunstancias del caso.
Sin embargo, como parámetro general, ha de tenerse en cuenta que el ejercicio de los
derechos de los padres no puede poner en riesgo la vida, salud, estabilidad o desarrollo
integral del menor, ni generar riesgos prohibidos para su desarrollo, según se explica en el
acápite anterior; cuando estas circunstancias se presenten, es legítimo que el Estado
intervenga en la situación, en ejercicio de su función protectora, para resguardar los intereses
prevalecientes del menor en riesgo” (Sentencia T-510-03).
En cuanto a la prevalencia de los derechos de los niños, al respecto la Corte ha dicho:
"...Es claro, que si el niño carece de una familia que lo asista y proteja, bien porque haya sido
abandonado por sus padres, bien porque carezca de ellos, o bien porque éstos o, en su
defecto, sus abuelos, hermanos mayores, u otros parientes cercanos, no cumplan con ese
sagrado deber, la asistencia y protección incumbe directa e insoslayablemente a la sociedad y,
a nombre de ésta, al Estado, a través de los organismos competentes para ello. Con esto se
configura la intervención subsidiaria del Estado, a falta de una familia que cumple con las
obligaciones antes señaladas”.
“El bienestar de la infancia, es una de las causas finales de la sociedad -tanto doméstica como
política-, y del Estado; por ello la integridad física, moral, intelectual y espiritual de la niñez, y la
garantía de la plenitud de sus derechos son, en estricto sentido, asunto de interés general. Son
fin del sistema jurídico, y no hay ningún medio que permita la excepción del fin”.
En concordancia con lo expuesto, la Defensoría de Familia del Centro Zonal de Teusaquillo del
Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, con el propósito de restablecer los derechos del
niño Juan Camilo Cadena Chavez.
RESUELVE
PRIMERO: Restablecer los derechos del niño Juan Camilo Cadena Chávez a crecer en el seno
de una familia, en un ambiente sano, a la calidad de vida, así como a ser protegido en contra
del abandono el maltrato físico, emocional y psicoafectivo.
SEGUNDO: Declarar la adoptabilidad del niño Juan Camilo Cadena Chavez, nacido el día 18
de Septiembre de 2018, registrado en la Notaría Doce (12) del círculo de Bogotá D.C., con
NUIP 102900124 Indicativo Serial No 50429809 como medida definitiva de protección en contra
de madrea Silvia Cadena Chavézsu madre, Silvia Cadena Chávez.
TERCERO: Privar de los derechos de la Potestad Parental a la madre, la señora Silvia Cadena
Chávez, sobre su hijo Juan Camilo Cadena Chávez en aplicación del inciso 2º del artículo 108
de la Ley 1098 de 2006.
CUARTO: Confirmar como provisional a favor del niño Juan Camilo Cadena Chávez la medida
de Colocación Familiar en Hogar Sustituto.
QUINTO: Ordenar a los integrantes del equipo interdisciplinario de esta Defensoría de Familia
adelantar los trámites de la adopción del niño Juan Camilo Cadena Chavéz remitiendo las
respectivas diligencias ante el Programa de Adopciones del ICBF, Regional Bogotá D.C., sede
Teusaquillo.
SEXTO: Tramitar la inscripción de esta providencia en el registro civil del niño Juan Camilo
Cadena Chavéz ante la Notaría 12 de Bogotá D.C. Ofíciese.
OCTAVO: Esta decisión queda notificada en estrados a los presentes quienes pueden
interponer recurso de reposición, para los que no asistieron, en contra de este veredicto
procede el recurso de reposición dentro de los tres (3) días siguientes a la fijación por estado
del presente fallo y se resolverá dentro de los diez (10) días siguientes, en los términos en los
que se refiere el artículo 100 de la Ley 1098 de 2006; entre los veinte (20) días a la ejecutoria
de esta resolución los padres podrán oponerse aunque no lo hubieren hecho durante la
actuación administrativa, expresando las razones en que se fundan con el soporte de las
pruebas que consideren pertinentes.