Tema11 Entrevista Clinica
Tema11 Entrevista Clinica
Tema11 Entrevista Clinica
Accesibilidad: Los pacientes valoran poder contactar fácilmente con los centros de
salud y, sobre todo, con los profesionales sanitarios para plantearles sus necesidades.
Capacidad de respuesta: Uno de los aspectos más apreciados por parte de los usuarios
de los servicios sanitarios es una abierta disposición para atender, así como un servicio
eficiente, por parte de los profesionales sanitarios, sin esperas injustificadas.
Comprender al pacientes: Los pacientes manifiestan una serie de necesidades que,
para poder ser satisfechas, han de ser previamente comprendidas y valoradas.
Comunicación: Los pacientes valoran especialmente que los profesionales sanitarios
los escuchen y establezcan con ellos una comunicación afectiva y asertiva en un
lenguaje comprensible por ambas partes.
Cortesía: Durante la prestación del servicio, los pacientes desean que los profesionales
de la salud sean atentos, considerados, respetuosos y amables con ellos.
Credibilidad: Hace referencia a la imagen que el personal sanitario proyecta en los
pacientes. En este sentido, los pacientes buscan que los profesionales que les atienden
sean competentes y transmitan credibilidad y veracidad.
Implicación: El paciente quiere percibir que su problema es importante para el
profesional sanitario, que es tratado con la dignidad que merece y que empatiza con él.
Profesionalidad: La profesionalidad es imprescindible para la prestación de servicios
de calidad.
Una entrevista consiste en la obtención de información mediante una conversación de
naturaleza profesional. Se trata de una conversación y/o relación interpersonal con unos
objetivos determinados, en la que alguien solicita ayuda y otro la ofrece, lo que configura una
diferencia explícita de roles que marcan una relación asimétrica. Se realiza en un contexto
adecuado.
La entrevista es una técnica previa e imprescindible, para cualquier intervención, en el
proceso de evaluación. Se desarrolla a través de una conversación con una finalidad, centrada
en la demanda. La información que aporta el sujeto es la elaboración personal de los
acontecimientos por los que consulta.
La entrevista clínica se produce entre clínicos y pacientes, siguiendo reglas muy distintas de
los otros tipos de interacciones. La reciprocidad social habitual se suspende y se permite a los
clínicos realizar preguntas intrusivas y actos inusuales, ya que la relación está orientada
principalmente hacia las necesidades físicas o emocionales de los pacientes. Además, es una
relación asimétrica, pues el paciente está en desventaja.
El principal objetivo de la entrevista clínica, sobre todo de la primera que se realiza con el
paciente, es recoger abiertamente la petición de ayuda del paciente. En la entrevista, no se
buscan sólo datos precisos y contrastados de los problemas, sino información acerca de cómo
percibe el propio sujeto el malestar por el que consulta.
Para la entrevista, es importante la agenda, pues las agendas de los clínicos y de los pacientes
incluyen una serie de puntos explícitos e implícitos. Si el paciente abandona la consulta sin
haber abordado los puntos que son importantes para él, se sentirá insatisfecho. Sin embargo, el
clínico tiene la responsabilidad de controlar la entrevista, por lo que su agenda es la dominante.
Aun así, ambas agendas crean demandas legítimas durante la entrevista.
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PSICOLOGÍA MÉDICA
La agenda del médico busca realizar una historia clínica completa, preferentemente en la
primera entrevista, en un tiempo concreto, por lo que debe controlar la entrevista. También es
necesario provocar una buena imagen en el paciente, y que éste se vaya con la sensación de
haber sido ayudado. Sin embargo, la agenda del paciente tiene unos objetivos mucho más
variados, que se resumen, principalmente, en buscar una resolución a su problema.
b. Presentación
La presentación a menudo se nos olvida a los médicos. Si es posible, es muy recomendable la
aproximación directa, buscando al paciente en la sala de espera. Una vez esto, es importante
presentarse por el nombre y, si surge la oportunidad, estrechar las manos1. También es
importante dirigirse al paciente por su nombre. En este momento crítico, hay que tener mucho
cuidado con el tono de voz, de no mostrar distancia de clases y no tomar a la otra persona en
serio, pues un error aquí no podrá ser subsanado.
Además, debemos destinar unos instantes a rituales sociales para que el paciente, que puede
estar nervioso, se adapte a la situación. Entre estos rituales está indicar donde debe sentarse,
cerrar la puerta, dejar claro la profesión y el motivo por el que está viendo al paciente, y la
duración aproximada de la entrevista. Por último, debemos demostrar atención e interés a través
del contacto visual.
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Teniendo en cuenta las restricciones debidas a la COVID-19.
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PSICOLOGÍA MÉDICA
d. Controlando la entrevista
Aunque la entrevista se va haciendo cada vez más estructurada es necesario controlarla para
evitar digresiones y repeticiones, empleando clarificaciones o preguntas muy directas con
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PSICOLOGÍA MÉDICA
respuestas cerradas. Hemos de dirigir suave y progresivamente la entrevista hacia los tópicos
necesarios, que puede que para el paciente no estén lógicamente conectados, pero para nosotros
sí.
Si esto se hace demasiado pronto, puede llevar a la impresión de que no se toman las cosas en
serio o que se menosprecia y se corre el riesgo de perder información importante. Sin embargo,
tampoco se puede no preguntar por temor a ofender o incomodar, que provocará también la
pérdida de información, que puede ser valiosa.
Para esta progresión, podemos acortar el discurso del paciente de forma explícita. El grado de
sutileza empleado dependerá de la capacidad del paciente para captar y responder a las pistas
sociales. Aun así, independientemente del grado de sutileza utilizado, las intervenciones del
clínico deben ser educadas e indicar claramente cuál es la intención.
Es mucho más fácil hacer que un paciente deje de hablar que lograr que hable cuando no desea
hacerlo. Cuando un paciente se estresa al ser preguntado por un área en concreto de su vida, es
mejor hacérselo notar directamente. Para ello, es mejor no cambiar de tema y cuestionarle
directamente, pero si es muy notorio que no quiere tratar el tema, es mejor calmar la situación y
obtener información mediante determinadas estratagemas, como preguntarle por qué le es
difícil hablar de ello.
Además, cuando las respuestas a preguntas importantes son vagas, es importante utilizar
preguntas directas y cerradas sobre todos los puntos necesarios, asegurándonos que así no se
pierde información.
En ocasiones, nos encontramos ante situaciones como que un paciente nos demanda un
determinado tratamiento o nos reprochan sobre el tiempo de retraso. Una de las formas de
gestionarlo es el cese intencional, que consiste en no ceder de manera inmediata, pero tenerlo
en cuenta. Otra forma es la reducción por objetivos, que consiste en pasar directamente a lo
que ocupa.
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PSICOLOGÍA MÉDICA
f. Comunicación no verbal
La comunicación no verbal es importante en la evaluación del paciente y sirve de herramienta
para el médico. Los pacientes comunican su estado de estrés o relajación principalmente de
forma no verbal (expresión facial, contacto visual, postura corporal…). Además, estas pistas nos
indican el afecto de cada sujeto y pueden señalar áreas con las que el paciente tiene problemas
significativos.
Cuando un paciente está tenso, necesita más tiempo de introducción social al inicio de la
entrevista, por eso es tan necesario reconocerlo rápidamente por su comunicación no verbal.
Además, este nos sirve para animar a hablar al paciente, para centrar la atención en un
aspecto determinado y para que deje de hablar de un tema en concreto.
Sin embargo, debemos tener cuidado con dar excesiva confianza o seguridad, pues, aun siendo
muy tentador dar respuestas de seguridad sin estar completamente seguro, hay que transmitir
esencialmente lo veraz.
g. Cerrando la entrevista
Existen preguntas de cierre que pueden resultar útiles, como preguntar si existe alguna cosa
que desconocemos o algo más de lo que quiera hablar el paciente. Además, proporcionar al
paciente información sobre el diagnóstico, las opciones de tratamiento y el pronóstico o
resultados esperables puede ayudarnos a cerrar la entrevista.
3. Estilos de comunicación
No existen estilos de comunicación puros, sino tendencias que predominan en cada uno de
nosotros. Una misma persona puede exhibir diferentes estilos en función del área o del
momento. Distinguimos estilos asertivos, pasivos y agresivos.
El estilo asertivo se caracteriza por expresar lo que se quiere y desea de un modo directo,
honesto y adecuado, teniendo en cuenta los sentimientos del otro. Las características asociadas
a este estilo es la buena capacidad de escucha, la flexibilidad, el saber establecer límites, el
buen nivel de autoestima, la satisfacción en las relaciones con los otros y la sensación de
control sobre sí mismos.
El componente no verbal de este estilo es el buen contacto visual y la postura relajada y
firme. Su componente paraverbal es la voz fuerte y firme, y el componente verbal se
caracteriza por un lenguaje directo, sin ambigüedades, que no prejuzga y que observa y evalúa,
y que pregunta por alternativas. El paciente asertivo transmite con claridad lo que ocurre,
escucha con atención y plantea dudas que le surgen.
El estilo pasivo o inhibido tiene problemas para expresar lo que se quiere y desea. Se respeta a
los demás, pero no a sí mismo, lo que lleva a una inseguridad para tomar decisiones, un bajo
nivel de autoestima, una tendencia a la ansiedad, la frustración o la culpa, la tendencia a
adaptarse a reglas externas y la confianza mayor en los demás que en uno mismo.
El componente no verbal es el escaso contacto visual, la postura encogida, los movimientos
nerviosos de manos y pies, y la cabeza orientada hacia el suelo. La voz es baja y débil, y
abunda el uso de palabras de relleno y términos anuladores.
El paciente pasivo destaca por su timidez, que evita el contacto visual, transmite poca
información y evita hacer preguntas. Además, adopta una postura dependiente del clínico y una
actitud más pasiva en cuanto a su salud. Respecto al médico pasivo está más expuesto a que el
paciente maneje la situación, a una mayor probabilidad de que se involucre afectivamente, y
tiene una mayor dificultad para transmitir malas noticias y tomar decisiones.
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