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Los Gases

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Los gases

Se denomina gas al estado de agregación de la materia que no tiene forma ni volumen


propio. Su principal composición son moléculas no unidas, expandidas y con poca fuerza
de atracción, haciendo que no tengan volumen y forma definida, provocando que este se
expanda para ocupar todo el volumen del recipiente que la contiene, con respecto a los
gases las fuerzas gravitatorias y de atracción entre partículas resultan insignificantes.
-Las moléculas de un gas se hallan básicamente libres, por lo cual son capaces de
distribuirse por todo el espacio en el que son contenidos. Las fuerzas gravitatorias y de
atracción en medio de las moléculas son despreciables, comparativamente con la rapidez
a que se mueven las moléculas.
-Los gases ocupan enteramente el volumen del recipiente que los tiene.
-Los gases no poseen forma determinada, adoptando la de los recipientes que las tiene.
-Pueden comprimirse de forma sencilla, ya que hay gigantes espacios vacíos entre unas
moléculas y otras.

Ley general de los gases:


Ley de Boyle - Mariotte

Cuando el volumen y la presión de una cierta cantidad de gas es mantenida a temperatura


constante, el volumen será inversamente proporcional a la presión: V=KP (Donde K es
constante si la temperatura y la masa del gas permanecen constantes).

Cuando aumenta la presión, el volumen disminuye; si la presión disminuye el volumen


aumenta. El valor exacto de la constante k , no es necesario conocerlo para poder hacer
uso de la Ley; si consideramos las dos situaciones, manteniendo constante la cantidad de
gas y la temperatura, deberá cumplirse la relación:

Al aumentar el volumen, las partículas (átomos o moléculas) del gas tardan más en llegar a
las paredes del recipiente y por lo tanto chocan menos veces por unidad de tiempo contra
ellas. Esto significa que la presión será menor ya que ésta representa la frecuencia de
choques del gas contra las paredes.
Ley de Avogadro

Es aquella en el que las constantes son Presión y Temperatura, siendo el Volumen


directamente proporcional al Número de moles (n)

matemáticamente, la fórmula es:

Ley de Charles

A una presión dada, el volumen ocupado por un gas es directamente proporcional a su


temperatura.

Matemáticamente la expresión:

   o   
Ley de Gay-Lussac

La presión de un gas que se mantiene a volumen constante, es directamente proporcional


a la temperatura:

Es por esto que para poder envasar gas, como gas licuado, primero se ha de enfriar el
volumen de gas deseado, hasta una temperatura característica de cada gas, a fin de poder
someterlo a la presión requerida para licuarlo sin que se sobrecaliente, y, eventualmente,
explote.

Ley de los gases ideales


Artículo principal: Ley de los gases ideales

Las tres leyes mencionadas pueden combinarse matemáticamente en la llamada ley


general de los gases. Su expresión matemática es:

siendo P la presión, V el volumen, n el número de moles, R la constante universal de los


gases ideales y T la temperatura en Kelvin.
Gas ideal y gas real
Un gas ideal es un modelo de gas creado por el ser humano, y que no tiene interacciones
entre las partículas que lo forman, es decir, que no tienen atracción ni repulsión entre
ellas. Por otro lado, un gas real sí presenta estas interacciones.

Cuanto más simple sea la fórmula química de un gas real y menor sea su reactividad, más
se puede asemejar a uno ideal. Así, los gases monoatómicos, por ejemplo, el helio (He),
son los que se comportan de modo más similar a los gases ideales.

Gases finales
Si se quiere afinar más o si se quiere medir el comportamiento de algún gas que escapa al
comportamiento ideal habrá que recurrir a las ecuaciones de los gases reales que son
variadas y más complicadas cuanto más precisas.

Los gases reales no se expanden infinitamente, sino que llegaría un momento en el que no
ocuparían más volumen. Esto se debe a que entre sus átomos/moléculas se establecen
unas fuerzas bastante pequeñas, debido a los cambios aleatorios de sus cargas
electrostáticas, a las que se llama fuerzas de Van der Waals.

El comportamiento de un gas suele concordar más con el comportamiento ideal cuanto


más sencilla sea su fórmula química y cuanto menor sea su reactividad, tendencia a
formar enlaces. Así, por ejemplo, los gases nobles al ser monoatómicos y tener muy baja
reactividad, sobre todo el helio, tendrán un comportamiento bastante cercano al ideal.
Les seguirán los gases diatómicos, en particular el más liviano hidrógeno. Menos ideales
serán los triatómicos como el dióxido de carbono, el caso del vapor de agua aún es peor
ya que la molécula al ser polar tiende a establecer puentes de hidrógeno lo que aún
reduce más la idealidad. Dentro de los gases orgánicos el que tendrá un comportamiento
más ideal será el metano perdiendo idealidad a medida que se engrosa la cadena de
carbono. Así el butano es de esperar que tenga un comportamiento ya bastante alejado
de la idealidad. Esto es porque cuanto más grande es la partícula fundamental
constituyente del gas, mayor es la probabilidad de colisión e interacción entre ellas, factor
que hace disminuir la idealidad. Algunos de estos gases se pueden aproximar bastante
bien mediante las ecuaciones ideales mientras que en otros casos hará falta recurrir a
ecuaciones reales muchas veces deducidas empíricamente a partir del ajuste de
parámetros.
También se pierde la idealidad en condiciones extremas, altas presiones o bajas
temperaturas. Por otra parte, la concordancia con la idealidad puede aumentar si
trabajamos a bajas presiones o altas temperaturas. También por su estabilidad química.

Comportamiento de los gases


Para el comportamiento térmico de partículas de la materia existen cuatro cantidades
medibles que son de gran interés: presión, volumen, temperatura y masa de la muestra
del material.

Cualquier gas se considera como un fluido, porque tiene las propiedades que le permiten
comportarse como tal.

Sus moléculas, en continuo movimiento, logran colisionar las paredes que los contiene y
casi todo el tiempo ejercen una presión permanente. Como el gas se expande, la energía
intermolecular (entre molécula y molécula) hace que un gas, al ir añadiéndole energía
calorífica, tienda a aumentar su volumen.

Un gas tiende a ser activo químicamente debido a que su superficie molecular es también
grande, es decir entre cada partícula se realiza mayor contacto, haciendo más fácil una o
varias reacciones entre las sustancias.

Para entender mejor el comportamiento de un gas siempre se realizan estudios con


respecto al gas ideal, aunque este en realidad nunca existe y las propiedades de este son:

 Un gas está constituido por moléculas de igual tamaño y masa, pero una mezcla de gases
diferentes, no.
 Se le supone con un número pequeño de moléculas, así su densidad es baja y su atracción
molecular es nula.
 El volumen que ocupa el gas es mínimo, en comparación con el volumen total del
recipiente.
 Las moléculas de un gas contenidas en un recipiente, se encuentran en constante
movimiento, por lo que chocan, ya entre sí o contra las paredes del recipiente que las
contiene.

Para explicar el comportamiento de los gases, las nuevas teorías utilizan tanto la
estadística como la teoría cuántica, además de experimentar con gases de diferentes
propiedades o propiedades límite, como el UF6, que es el gas más pesado conocido.

Un gas no tiene forma ni volumen fijo; se caracteriza por la casi nula cohesión y a la gran
energía cinética de sus moléculas, las cuales se mueven.
Ecuación de van der Waals
Para estudiar los gases reales con mayor exactitud, es necesario modificar la ecuación del
gas ideal, tomando en cuenta las fuerzas intermoleculares y los volúmenes moleculares
finitos. Este tipo de análisis fue realizado por primera vez por el físico holandés L.D. van
der Waals en 1973. además de ser un procedimiento matemático simple, el análisis de van
der Waals proporciona una interpretación del comportamiento del gas real a nivel
molecular.

Cuando una molécula particular se aproxima hacia la pared de un recipiente, las


atracciones intermoleculares ejercidas por las moléculas vecinas tienden a suavizar el
impacto de esta molécula contra la pared. El efecto global es una menor presión del gas
que la que se esperaría para un gas ideal. Van der Waals sugirió que la presión ejercida
por un gas ideal, Pideal, está relacionada con la presión experimental medida, Preal, por
medio de la ecuación:

donde a es una constante, n es el número de moles y V el volúmen del gas:

Otra corrección es la concerniente al volumen ocupado por las moléculas del gas. En la
ecuación del gas ideal, V representa el volumen del recipiente. Sin embargo, cada
molécula ocupa un nivel intrínseco finito, aunque pequeño, de manera que el volumen
efectivo del gas se convierte en:

Donde n es el número de moles del gas b es una constante. El término nb representa el


volumen ocupado por n moles del gas.

Tomando en cuenta las correcciones de presión y volumen, se vuelve a escribir la ecuación


del gas ideal en la forma siguiente:
Propiedades de los gases y la vida cotidiana
Cuando un buzo profesional se sumerge a una profundidad superior a veinte metros es
conveniente que use una botella respiratoria que contenga una mezcla de helio y oxígeno
en lugar de aire enriquecido con oxígeno. Esta precaución debe ser tenida muy en cuenta,
porque cuando el buzo respira a esas profundidades, la elevada presión externa debida al
agua provoca que en su sangre se disuelva una cantidad de nitrógeno (el gas más
abundante en el aire) muy superior a la que se disolvería si se encontrara fuera del agua.
Este hecho puede afectar a la transmisión de impulsos nerviosos o incluso provocar la
muerte del buzo si la ascensión a la superficie la lleva a cabo rápidamente, porque este
cambio brusco de la presión externa da lugar a que gran parte del nitrógeno disuelto en su
sangre se desprenda formando burbujas que limitan el flujo de la misma.
Otra situación de interés relacionada con los gases se produce cuando se cambia
bruscamente de altura. Por ejemplo, si un montañero realiza una ascensión de varios
miles de metros sin el debido tiempo de aclimatación padecerá el denominado “mal de
altura”, caracterizado por la aparición de fuertes dolores de cabeza, cansancio excesivo e
incluso, en los casos más extremos, edema pulmonar y cerebral. Estos síntomas se deben
a la deficiencia en la cantidad de oxígeno que llega al organismo como consecuencia de la
menor proporción de este gas en el aire a medida que disminuye la presión atmosférica, o
lo que es lo mismo, a medida que aumenta la altura. Este comportamiento se recoge en
una ecuación muy famosa, obtenida por Boltzmann, denominada “ley de distribución
barométrica de los gases”. Esta deficiencia de oxígeno produce un consumo excesivo de
oxihemoglobina y causa la denominada “hipoxia”. El organismo puede compensar esta
carencia produciendo más moléculas de hemoglobina, pero este proceso es lento y
requiere hasta varios meses para que el organismo se adapte por completo a funcionar
correctamente con poca cantidad de oxígeno. Está totalmente comprobado que las
personas que viven a grandes alturas sobre el nivel del mar poseen altos niveles de
hemoglobina en sangre.

Humo decorativo

En Halloween, en Carnaval, en cumpleaños, en teatros, en discotecas… En todas ellas se


hace uso de humo decorativo, esa especie de niebla que se utiliza para crear un ambiente
más misterioso y festivo. Cada vez más empresas y particulares optan por generar este
humo con hielo seco, en lugar de utilizar una máquina de humo, que funciona,
generalmente, mezclando agua y glicerina. Este gas, conocido también como nieve
carbónica, funciona a una temperatura de -78ºC.
Envasado de alimentos:
Algunos sistemas de envasado de alimentos, como el envasado en atmósfera protectora
(conocido como envasado MAP), utilizan gases para que los alimentos se conserven
durante más tiempo. Los más comunes son el oxígeno, el CO2 y el nitrógeno. El tipo y la
proporción de gas que debe ir en cada envase depende del tipo de comida y de los
cambios naturales que sufra cada alimento. Por ejemplo, productos frescos como
ensaladas preparadas, bandejas de carne, verduras en bolsa o alimentos precocinados
vienen envasados con alguno o varios de estos gases, de manera que se alarga su
conservación sin alterarse sus propiedades.

Tipos de gases

Los gases tienen la posibilidad de clasificarse según su naturaleza química en:

Combustibles o inflamables. Esos que tienen la posibilidad de arder, en otros términos,


crear actitudes explosivas o exotérmicas en presencia del oxígeno u otros oxidantes.

Corrosivos. Esos que, al entrar en contacto con otras sustancias, las someten a procesos
de reducción u oxidación intensos, generando males en su área o heridas en caso de ser
materia orgánica.

Comburentes. Esos que permiten conservar viva una llama o una actitud inflamable,
debido a que inducen la combustión en otras sustancias.

Tóxicos. Esos que representan un riesgo para la salud por las actitudes que introducen en
el cuerpo humano de los organismos vivos, como los gases radiactivos.

Inertes o nobles. Esos que muestran escasa o nula reactividad, excepto en situaciones y
condiciones determinadas.

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