Luteranismo
Luteranismo
Luteranismo
ALEJANDRO
AMARO GONZÁLEZ
Materia: historia eclesiástica II
Maestro: Pbro. Daniel
Madrigal Vázquez
Alumna: Vanessa del Rocío
Hernández López
Denominaciones del
periodo de la Reforma de
la Iglesia..!!..
Sábado 29 de enero 2022
LUTERANISMO
¿Qué es el luteranismo?
Se llama luteranismo a una corriente religiosa derivada del catolicismo, fundada por el monje y teólogo alemán Martín
Lutero, a principios del siglo XVI.
A principios del siglo XVI, un sacerdote católico romano llamado Martín Lutero comenzó a cuestionar algunas de las
prácticas de la iglesia. Lutero redactó una lista de 95 temas que quería discutir y se los presentó a las autoridades en
Wittenberg, Alemania. Lutero no quería fundar una nueva iglesia. Lo único que quería era reformar, o cambiar, la iglesia
existente. Sin embargo, a los líderes de la iglesia no les gustaron los cuestionamientos de Lutero. Decidieron expulsarlo
junto a sus seguidores de la Iglesia católica romana.
Lutero se mudó a una región donde pudo practicar sus creencias. En ese entonces, Alemania era parte del Sacro Imperio
romano, y en 1546 el emperador católico Carlos V les declaró la guerra a los territorios que apoyaban a Lutero. Carlos V
ganó la guerra, pero el conflicto continuó hasta 1555. Ese año, se reunió una asamblea especial del imperio que elaboró un
acuerdo llamado la paz de Augsburgo. El acuerdo determinó que se permitiría la práctica de la nueva religión. En poco
tiempo, la nueva iglesia se diseminó por gran parte de Alemania y hasta Escandinavia, donde fue establecida por ley.
Cuando los europeos se mudaron al continente americano y a otros lugares para establecer colonias, fomentaron la
difusión de la religión. En la actualidad, hay más de 65 millones de practicantes del luteranismo en todo el mundo.
El luteranismo es una de las ramas de la Reforma protestante, que también integran el calvinismo, el anglicanismo, el
anabaptismo y el presbiterianismo. El luteranismo se basa en las 95 tesis que Lutero clavó en la puerta de la iglesia de
Wittenberg, Alemania, en 1517. Gracias a la invención de la imprenta, este texto se difundió rápidamente por toda Europa y
consiguió numerosos adeptos, entre ellos muchos de los príncipes que gobernaban los más de 300 Estados en los que se
dividía el Sacro Imperio Romano Germánico. El luteranismo fue una reacción ante los excesos de la iglesia católica, en
especial el cobro de indulgencias, la venta de cargos eclesiásticos y la concesión del perdón de los pecados a cambio de la
donación de bienes. Esta doctrina religiosa rechaza la autoridad universal del Papa, la veneración de las imágenes de los
santos, el purgatorio y los mediadores entre los creyentes y Dios.
En la actualidad, existen más de 70 millones de luteranos dispersos a través del mundo, lo que convierte al luteranismo en
una de las vertientes más importantes del cristianismo.
Las principales causas del surgimiento del luteranismo fueron las siguientes:
La venta de indulgencias promovida por el Papado para financiar la construcción de la Basílica de San Pedro, en
Roma.
La prédica contra la venta de indulgencias y las riquezas de la Iglesia realizada por precursores de la Reforma,
como el inglés John Wyclif (1320-1384), creador del movimiento de los lolardos, y el bohemio Jan Hus (1370-
1415), fundador de la iglesia husita. Sus posturas influyeron sobre las de Lutero.
El rechazo de Lutero a lo que consideraba prácticas corruptas de la jerarquía eclesiástica católica y su llamada a la
nobleza alemana para que negase la autoridad al Papa y apoyase la creación de una iglesia nacional alemana.
La influencia de algunas de las ideas del Humanismo, en especial la crítica a las excesivas riquezas de los
representantes de la jerarquía eclesiástica.
La pretensión del Papado de tener autoridad no solo sobre las cuestiones espirituales, sino también sobre las
terrenales. Esta concepción, llevó al Papa a tratar de imponer su autoridad por encima de los reyes y generó
múltiples conflictos con las monarquías europeas de la época.
Consecuencias
Las consecuencias más importantes de la irrupción del luteranismo fueron las siguientes:
Luteranismo en el siglo XX
La posterior experiencia traumática de la Primera Guerra Mundial desencadenó en el luteranismo tanto una reacción
conservadora, como un interés en la cooperación interconfesional y el ecumenismo. La mayoría de los teólogos luteranos
siguieron la reorientación general de la teología lejos del liberalismo y hacia una síntesis entre religión y cultura, teología y
filosofía, y ciencia y fe. Este sentimiento se sintetizó en lo que hoy conocemos como " neo ortodoxia", cuyo principal
exponente fue el teólogo suizo Karl Barth (1886-1968).
En 1934, ante el ascenso del nazismo, varios líderes y teólogos de la iglesia luterana se unieron para firmar la Declaración
de Barmen. Esta declaración afirmó la doctrina protestante tradicional y condujo a la formación de la Iglesia Confesante,
que unía a pastores y congregaciones que rechazaban el control nazi sobre la iglesia luterana alemana. Entre ellos
estuvieron Martin Niemöller (1892-1984) y el famoso Dietrich Bonhoeffer (1906-1945).
Luteranismo hoy
A diferencia de la Iglesia de Roma, el luteranismo no es una entidad única. Se organiza en iglesias autónomas regionales o
nacionales. A nivel mundial, hay unos 140 cuerpos de iglesias luteranas de este tipo; 138 de estos se unieron libremente
en la Federación Luterana Mundial, que se estableció en 1947.
Actualmente el luteranismo tiene entre 70 y 80 millones de miembros, lo que lo convierte en el tercer movimiento
protestante más grande del mundo, después del anglicanismo y el pentecostalismo. También es la principal denominación
protestante en Alemania.
Los países con mayor población luterana, fuera de Alemania, incluyen a Canadá, Francia, República Checa, Polonia,
Hungría, Eslovaquia, Brasil, Malasia, India, Indonesia, Países Bajos, Sudáfrica, Reino Unido y los Estados Unidos. El
luteranismo también es la religión estatal en Islandia, Noruega, Dinamarca, Groenlandia y las Islas Feroe. Suecia y
Finlandia tienen su propia iglesia nacional que es hija de la Iglesia luterana. Actualmente, la iglesia luterana tiene presencia
oficial en casi cien países en los cinco continentes.
CALVINISMO
Teología protestante surgida en Suiza durante el siglo XVI.
¿Qué es el calvinismo?
El calvinismo es una teología protestante surgida en Suiza durante el siglo XVI. Su creador fue el teólogo francés Juan
Calvino (1509-1564). Desde Suiza, el calvinismo se extendió por gran parte del norte de Europa, América del Norte y África
del Sur.
El calvinismo defiende la autoridad de Dios sobre todas las cosas, la doble predestinación y la salvación solo por la fe.
En el siglo XX, el calvinismo original fue renovado por la prédica del teólogo suizo Karl Barth (1886-1968), a quien se lo
considera el creador de la teología dialéctica. En la actualidad, las iglesias reformadas con inspiración calvinista tienen
unos 75 millones de seguidores alrededor del mundo.
Calvino pasó gran parte de su vida en Ginebra, donde mantuvo varias disputas teológicas. La más famosa fue la que lo
enfrentó al español Miguel Servet, quien rechazaba el dogma de la Santísima Trinidad. Esta disputa finalizó con el arresto
de Servet, que en 1553 fue quemado en la hoguera junto con todos sus libros.
A partir de entonces Calvino se concentró en la redacción de la llamada Biblia de Ginebra, una edición protestante de la
Biblia francesa que logró publicar antes de su muerte, en 1564.
Durante la segunda mitad del siglo XVI el calvinismo se extendió por Francia, Alemania, Inglaterra, Escocia, los Países
Bajos, Escandinavia y Hungría.
En el siglo XVII el calvinismo llegó a América del Norte y África del Sur, debido a la emigración de puritanos ingleses,
hugonotes franceses y calvinistas alemanes y holandeses.
Luteranismo y calvinismo
Las diferencias entre el calvinismo y el luteranismo son mínimas, siendo mucho mayores las coincidencias que los
desacuerdos. Ambos grupos coinciden, entre otras cuestiones, en que:
La naturaleza del ser humano está corrompida por el pecado original, por lo que la intervención directa de Dios es
indispensable para asegurar su salvación.
Desde la Creación, Dios ha elegido a un grupo de personas para la gloria eterna.
Los calvinistas afirman que la muerte de Cristo en la cruz fue para beneficio exclusivo de los elegidos por Dios,
mientras que los luteranos sostienen que el sacrificio de Cristo fue para beneficio de toda la humanidad, aunque
solo obtienen ese beneficio los que tiene fe.
El luteranismo sostiene que un hijo de Dios, regenerado por el bautismo, puede llegar a perder su salvación por
confiar en sus obras y no en Cristo. El calvinismo, en cambio, no cree en la regeneración bautismal. Para los
calvinistas, un verdadero hijo de Dios, justificado y santificado por su sangre, no puede terminar en el infierno.
Impulsores del calvinismo
Además de Calvino, otros impulsores del calvinismo fueron:
1. Ulrico Zuinglio (1484-1531): humanista y teólogo suizo, creador de la Iglesia reformada suiza. Predicó en contra de
la costumbre de los suizos de alistarse como mercenarios del papado.
2. Guillaume Farel (1489-1565): predicador y reformador francés. Introdujo la Reforma en Ginebra, donde en 1536
estableció una teocracia en la que todos los habitantes aceptaron vivir según la palabra de Dios.
3. Martín Bucero (1491-1551): teólogo alemán que predicó la Reforma en Estrasburgo, donde se estableció en 1523.
4. Pedro Mártir Vermigli (1499-1562): teólogo y reformador italiano. Vivió en Florencia, Oxford, Estrasburgo y Zúrich,
donde se desempeñó como profesor universitario hasta su muerte.
5. Enrique Bullinger (1504-1575): teólogo y reformador suizo, sucesor de Zuinglio como jefe de la Iglesia de Zúrich.
6. Teodoro de Beza (1519-1605): teólogo francés, sucesor de Calvino como jefe de la Iglesia de Ginebra.
sola escritura
La Biblia es la única y final fuente de autoridad, de la cual se deriva toda doctrina, teología y práctica religiosa aceptable
para Dios.
sola fe
La salvación es otorgada por medio sólo de la fe. Esto en contraposición a las doctrinas que enseñan que la salvación
puede ser merecida, o "ganada" (o incluso "ayudada") por obras humanas.
sola gratia
La salvación es por la gracia de Dios. Esto en contraposición a las doctrinas que enseñan que la salvación puede ser
merecida por obras o cualidades humanas.
iglesias presbiterianas
iglesias congregacionales
iglesias reformadas
Bautistas Reformados
ANGLICANISMO
Doctrina religiosa cristiana derivada del catolicismo, que se inició en Inglaterra durante el siglo XVI.
¿Qué es el anglicanismo?
El anglicanismo es una doctrina religiosa cristiana derivada del catolicismo, que se inició en Inglaterra durante el siglo XVI.
Su fundador fue el rey Enrique VIII (1509-47), quien, en el contexto de la Reforma protestante, separó a Inglaterra de la
autoridad de la Iglesia romana, por motivos políticos y personales.
En la actualidad, esta religión es conocida como «comunión anglicana» y reconoce al arzobispo de Canterbury como su
líder espiritual. Reúne a unos 90 millones de fieles, la mayor parte de ellos en Gran Bretaña y el resto en países que fueron
colonias británicas, como Australia, Canadá, Sudáfrica o Nueva Zelanda.
A pesar de sus diferencias con el catolicismo, tiene más similitudes con la Iglesia romana que otras vertientes protestantes,
como el luteranismo y el calvinismo.
Origen del anglicanismo
En 1517, el monje y teólogo alemán Martín Lutero criticó diversas prácticas de la iglesia católica, entre ellas la venta de
indulgencias y la acumulación de bienes materiales. Su prédica a favor de un retorno a los valores del cristianismo primitivo
y en contra de la autoridad del Papa dio origen al protestantismo, un movimiento religioso que en poco tiempo se extendió
por gran parte del norte de Europa.
En ese contexto, el rey Enrique VIII solicitó al papa Clemente VII la anulación de su matrimonio con su primera esposa,
Catalina de Aragón, con la cual no había podido tener un heredero varón. Como el Papa se negó, en 1534 Enrique VIII
sancionó el Acta de Supremacía, por la cual se autoproclamó máxima autoridad de la Iglesia de Inglaterra. De esta
manera, provocó la ruptura con la Iglesia católica, tras la cual se divorció y contrajo matrimonio con Ana Bolena. Esta
actitud rupturista de Enrique VIII fue apoyada por su secretario de Estado, Thomas Cromwell, y por el arzobispo de
Canterbury, Thomas Cranmer. Fue rechazada, en cambio, por el humanista Tomas Moro, quien se negó a aceptar el Acta
de Supremacía, por lo que fue condenado a muerte.
Durante el reinado de Enrique VIII, Cromwell y Cranmer establecieron las primeras estructuras doctrinales y litúrgicas del
anglicanismo y en 1539 promovieron la disolución de las abadías y monasterios católicos, confiscando todos sus bienes.
Pese a la ruptura con Roma, Enrique VIII rechazó los planteos más radicales del luteranismo. Por esa razón, el
anglicanismo es considerado una forma de cristianismo intermedia entre el catolicismo y el protestantismo.
El anglicanismo estuvo en peligro de desaparecer durante el reinado de María I (1553-1558), hija de Enrique VIII y Catalina
de Aragón. La reina intentó reimplantar el catolicismo y mandó quemar en la hoguera a Thomas Cranmer. La muerte
prematura de María llevó al poder a su media hermana Isabel I (1558-1603), hija de Enrique VIII y de Ana Bolena. Isabel,
fiel heredera de su padre, rompió relaciones con Roma y consolidó al anglicanismo como religión oficial de Inglaterra.
Durante su reinado, el Parlamento aprobó un acuerdo religioso que definió al anglicanismo como una iglesia que era a la
vez católica y reformada, con el monarca inglés como jefe supremo.
EL ANABAPTISMO
El movimiento anabaptista es considerado como la tercera rama de la Reforma. Aproximadamente cuatro millones de
anabautistas viven en el mundo hoy con adherentes esparcidos por todos los continentes.
El movimiento anabaptista o anabaptista es considerado como una tercera rama de la Reforma del siglo XVI, ya que no se
unió ni con luteranos, ni con calvinistas. Este movimiento es fundamental para entender la libertad de conciencia,
el pacifismo, el bautismo de adultos y la separación de iglesia y estado que se promueve en gran parte del protestantismo
de hoy.
El nombre anabaptista (del prefijo Ana-, «de nuevo», y el griego «el que bautiza»)1 se refiere a «rebautizar»2 o «bautizar
de nuevo».
Dicho nombre les fue impuesto a los anabaptistas por sus detractores, pues los primeros consideran inválido el bautismo
infantil. Los anabaptistas abogan por el bautismo de creyentes adultos (de acuerdo con su interpretación de Marcos 16:16),
pues por una parte consideran que los niños son salvos (según Mateo 18:2-4), y por otra parte consideran el bautismo
como símbolo de fe, la cual no manifiesta un bebé.
Un grupo violento extremadamente radical de reformistas eclesiástico-civiles que apareció por primera vez en 1521 en
Zwickau, en el actual reino de Sajonia y que todavía existe aunque en formas más moderadas.
Orígenes
Para comprender el anabaptismo, debemos entender cómo se relacionó el protestantismo con la sociedad en la que
creció. Martín Lutero (1483-1546), Ulrico Zuinglio (1484-1531) y Juan Calvino (1509-1564) creían en que la reforma debía
estar ligada al estado y que las personas que allí vivían debían adoptar la religión del rey o de sus gobernantes. Por lo
tanto, el giro hacia el protestantismo, en la mayoría de los casos, no tenía mucho que ver con la conversión personal sino
con una especie de obligación estatal.
En ese contexto, algunas ideas resultaban conflictivas. En primer lugar, la interpretación del bautismo resultaba
problemática. Dentro del luteranismo y el calvinismo, los niños eran bautizados, ya que nacían en un territorio protestante y
los padres "heredaban" la fe a sus hijos. Algunos protestantes concebían que tanto la conversión como el bautismo debían
nacer de la libre voluntad y no por la imposición de la iglesia, del estado o de la familia.
Imagen de la biblioteca histórica de Menno Simons que representa un bautismo en un río.
En segundo lugar, la participación de los protestantes en diversas guerras, incluidas la guerra contra los musulmanes,
generaba un descontento entre varios grupos que consideraban que los creyentes debían aplicar las enseñanzas de
Jesús del Sermón del monte de forma literal. Estos descontentos, aparentemente desconectados, fueron la semilla del
anabaptismo.
Los actuales anabaptistas surgieron como vertiente de la Reforma en el siglo XVI, en Suiza, Austria, Alemania3 4 y Países
Bajos.
Rechazan enérgicamente las persecuciones y guerras religiosas y consideran un crimen la ejecución de cualquier persona
por sus creencias. Su norma fue y sigue siendo “Libertad religiosa para todos los hombres para vivir la fe de su elección o
ninguna”.
En América Latina casi todos los anabaptistas conservadores son menonitas de Rusia, pero también hay diferentes grupos
modernos de todas las demás ramas anabaptistas. En España solo existen anabaptistas, menonitas y Hermanos en Cristo
en España nueva orden. “Anabautistas, Menonitas y Hermanos en Cristo – España” es el nuevo nombre elegido por la
Asociación de iglesias menonitas y afines. Las siglas no cambian (AMyHCE) y se recupera el término “anabaptista”, que
enlaza a esta comunidad cristiana con el movimiento radical de Reforma que surgió en algunos países centroeuropeos
durante el siglo XVI.
Este movimiento nos recuerda la constante tensión que existe entre los poderes religiosos y políticos, la necesidad de una
conversión y convicción personal hacia Jesucristo y la revisión de las prácticas cristianas relacionadas con el apoyo a
la violencia y a la imposición religiosa. También los recordamos cada vez que la iglesia busca aliarse con los poderes
establecidos, quiere imponer a la fuerza la fe o buscar posiciones privilegiadas para ejercer control. Por último, nos hacen
volver a la permanente necesidad de practicar el evangelio, el amor y la compasión que el cristiano debe mostrar por los
más débiles. Falencias muy evidentes en el cristianismo de hoy.
Los conservadores: Amish de la antigua orden, menonitas de la antigua orden, antigua colonia (inglés: Old Colony)
de los menonitas de Rusia y huteritas. Sus idiomas principales son el deitsch (amish y menonitas de antigua
orden), el plautdietsch (antigua colonia) y Alemán huterita (huteritas). Conservan tradiciones centenarias. Llevan un
estilo de vida sencillo, gente llana e indumentaria llana. La historia de este grupo de anabaptistas se caracteriza
por sus reiteradas migraciones, en busca de lugares donde establecerse y donde sus prácticas se acepten sin
interferencia del estado o la sociedad. Rechazan las nuevas tecnologías, la electricidad, internet, teléfono móvil...
Son según la comunidad y variedad de grupo religioso más o menos radicales. Además, rechazan el servicio
militar, ser miembros de fuerza de seguridad y tomar partido en cualquier clase de guerra.
Los modernos: Actúan como una iglesia protestante tradicional. Casi todas comunidades no usan más el alemán.
excepto en países de habla alemana como Alemania o Suiza. Aceptan la vida moderna, aunque con limitaciones.
Según la comunidad, pueden rechazar la radio, la televisión, internet, la informática, los ordenadores, tener coche
propio, telefonía móvil... o no rechazar nada de nada.
La investigación sobre los orígenes de los anabaptistas se ha viciado, tanto por las calumnias de sus enemigos como por
las vindicaciones de sus amigos. Fue muy habitual colocar juntos, tanto a los anabaptistas de Munster como a los
anabaptistas radicales relacionados con los profetas Zwickau, Jan Matthys, Jan de Leyden y Thomas Müntzer. Aquellos
que desean corregir este error tienden a sobrecorregir y negar todas las conexiones entre el principal movimiento
anabaptista y su rama más radical.
La era moderna de la historiografía anabaptista surgió de la labor del estudioso católico Carl Adolf Cornelius12 con la
publicación de Die Geschichte des Münsterischen Aufruhrs («La historia de los disturbios de Münster») en 1855. El
historiador baptista Albert Henry Newman (1852-1933), de quien Bender dijo que ocupaba “la primera posición en el campo
de la historiografía de la América anabaptista”, hizo una contribución importante con su obra Historia de la lucha contra el
paidobaptismo (esto es, contra el bautismo de niños).
Aunque existe un gran número de teorías referidas a los orígenes del anabaptismo, las tres principales son:
Los anabaptistas comenzaron con una sola expresión en Zúrich y se propagaron desde allí;
Los anabaptistas surgieron a partir de varios movimientos independientes en varios lugares a la vez; y
Los anabaptistas son una continuación del cristianismo del Nuevo Testamento (o sucesión apostólica perpetua de
la Iglesia).
En la actualidad
En la actualidad, hay en el mundo más de dos millones de anabaptistas de las denominaciones amish, huterita, menonita,
la Iglesia de los Hermanos.13 En 2018, habría 2,13 millones de anabautistas bautizados en 86 países.
Representantes
Hans Denk († 1527). Una de sus cualidades más destacadas fue su espíritu pacífico; detestaba la cerrazón con la
que cada cual, tanto los Reformadores oficiales como sus propios colegas anabaptistas, se encerraban en sus
cuatro doctrinas predilectas. Fiel sucesor de la corriente mística medieval, Denk prefería antes que nada hablar del
amor de Dios. Era éste el tema que de verdad le apasionaba. En cuanto a las Escrituras, no compartía la
convicción reformada (compartida también por muchos anabaptistas) de que con la Biblia sola se bastaban. Le
parecía que tan importante como las Escrituras, e indispensable para comprenderlas, es el Espíritu de Cristo. Denk
insistía que Dios se sigue comunicando con el ser humano mediante su presencia y su amor, que no solamente
por medio de la Biblia. Otra de sus convicciones inamovibles era la que expresa su frase más famosa: «Nadie
puede conocer de verdad a Cristo a no ser que le siga en la vida».
Pilgram Marpeck († 1556). Fue un ingeniero hidráulico de capacidad excepcional. Fue tan solicitado como
ingeniero que se salvó del martirio a pesar de que de todos era conocida su defensa del anabaptismo. Después de
Menno Simons, Marpeck es el pensador anabaptista del Siglo XVI que más obras escritas nos ha dejado. Lo más
destacable de su pensamiento tiene que ver con el lugar del Antiguo Testamento en el pensamiento cristiano. Para
los Reformadores de Estrasburgo, por ejemplo, la Biblia era toda de una pieza; gozaba de la misma autoridad el
ejemplo de los reyes David y Salomón, que el de Jesucristo. De ahí justificaban toda una manera de entender la
sociedad cristiana y la relación entre la iglesia y el estado. Marpeck veía la relación entre los testamentos como
una de promesa y cumplimiento. Hablaba de dos pactos en la Biblia: el antiguo, de esclavitud; el nuevo, de
libertad. El pacto antiguo obliga a obedecer por la fuerza; el pacto nuevo deja en libertad para obedecer
voluntariamente. De esto se desprenden consecuencias prácticas respecto a la tentación por el legalismo en la
vida cristiana, respecto a la naturaleza voluntaria de la iglesia, respecto en última instancia a la libertad de
conciencia y la libertad religiosa.
Hans Hut († 1527). Evangelizador fogoso, se calcula que en tan sólo dos años de ministerio antes de morir mártir,
produjo más convertidos que el total de todos los demás anabaptistas. En tres aspectos la prédica de Hut eran
bastante distinta a la de los Hermanos Suizos. Era enorme su fascinación con el regreso de Cristo. Se dice que
llegó a precisar la fecha para ello: Pentecostés de 1528. Sabemos que Denk le aconsejó que se moderara en este
tema. Predicaba una identificación mística con los sufrimientos de Cristo, que de alguna manera hacía del cristiano
un partícipe de la obra redentora de los padecimientos del Señor. Aunque los demás anabaptistas esperaban el
sufrimiento como consecuencia natural de seguir a Cristo, negaban que este sufrimiento contribuyera a la
salvación. Hut predicaba un mensaje radical acerca de compartir los bienes materiales. Aunque este mensaje era
típico de todos los anabaptistas, en Hut era una columna central del mensaje. En su juicio se le acusó de
promocionar una revolución comunista, cosa que él negó; aunque también es cierto que no medía sus palabras y
algunas personas parecen haberse llevado esta impresión cuando le escuchaban.