Orient 11
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9 La fiebre suele clasificarse en: fiebre con síntomas de localización, cuando orienta
hacia un diagnóstico de una enfermedad específica o lleva hacia un área específica
de investigación, mientras que en la fiebre sin localización o con signos no
específicos, ocurre lo contrario.
9 Puede ser aguda, cuando la duración del proceso febril no es mayor de una semana,
persistente, si la duración es de 7 a 10 días y prolongada de causa desconocida,
si dura más de 10 días.
9 Es importante que dominen las causas más frecuentes de fiebre aguda en la infancia,
entre ellas se incluyen las causas de fiebre falsa o pseudofiebre.
9 Existen circunstancias que le confieren una cierta especificidad al síndrome febril
agudo de la edad pediátrica respecto al del adulto.
9 El diagnóstico del síndrome febril agudo se basa en la breve duración previa del
proceso y en una determinación correcta de la fiebre.
9 Enfatizarás en los criterios generales aplicables al tratamiento de la fiebre en
pediatría.
9 Tendrás presente que resulta imposible predecir en la evolución de un niño febril, cuál
desarrollará una bacteriemia oculta y cuál una infección bacteriana severa (IBS).
Para ello revisa los conceptos de: bacteriemia, síndrome de respuesta inflamatoria
sistémica, sepsis, sepsis severa, shock séptico y síndrome de fallo multiorgánico, así
como en su fisiopatología, lo cual encontrarás en la bibliografía básica.
9 Es fundamental que estudies los criterios que permiten evaluar clínicamente y con
mayor profundidad al lactante pequeño febril para realizar el diagnóstico de una
infección bacteriana severa.
• Puntualiza en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades virales más frecuentes
en la infancia.
9 Para tu autopreparación sobre las enfermedades exantemáticas maculopapulosas
virales (sarampión, rubéola y exantema súbito), te recomendamos remitirte a las
orientaciones que sobre las mismas aparecen en la guía para la discusión de casos
clínicos de esta semana.
9 Es importante el estudio de la varicela, por su frecuencia, ya que todavía la padecen
casi todos los niños y por la posible confusión con otras enfermedades con exantema
parecido, así como por algunas complicaciones que pueden ser graves, además de
ser posible causa de embriopatías. Describe que las lesiones cutáneas comienzan
como máculas pruriginosas de aparición brusca y en brotes, que rápidamente
progresan hacia pápulas y vesículas. Una vez rota la vesícula aparece la costra. Se
Clase práctica
En esta actividad te familiarizarás con las particularidades del Manejo del niño con síndrome
febril agudo.
Antes de iniciar esta clase práctica debes haber revisado bien la bibliografía del tema, para
comprender los contenidos que tu profesor desarrollará.
• Debes conocer la importancia que reviste el seguimiento y el examen físico de un niño
febril en el consultorio popular, por lo cual debes tener en cuenta las recomendaciones
para la correcta realización de de esta clase.
• Durante el interrogatorio precisa:
9 Toma de la temperatura, el grado de la temperatura alcanzado, la duración de la
fiebre, el uso de antipiréticos y su respuesta.
9 Los síntomas acompañantes.
9 La exposición a contactos con otros enfermos.
9 El estado de la inmunización.
9 Los factores de riesgo biológicos, ambientales, socioculturales económicos que
pueden influir negativamente en la evolución del paciente.
• En el examen físico identifica los signos de alarma, que hacen sospechar una
enfermedad grave:
9 Coloración de la piel: Cianosis, palidez, coloración terrosa, livedus reticularis,
extremidades frías y pálidas, presencia de un rash petequial o purpúrico o una
púrpura fulminante.
9 Apetito: Indiferencia, rechazo al pecho, pobre succión o no se alimenta.
9 Nivel de conciencia: Pobre reconocimiento de sus familiares, mala conexión con el
entorno, indiferencia a la exploración médica. Dificultad para despertarse, duerme
más, somnolencia y letargia.
9 Nivel de actividad: Movimientos espontáneos disminuidos o no presentes y
movimientos involuntarios.
9 Afectividad: Irritabilidad y consolable o no consolable.
9 Tono muscular: Disminuido, flácido, débil e hipotónico.
9 Estado de la respiración: Dificultad para respirar (taquipnea, tiraje, quejido).
• Para realizar el diagnóstico precoz, piedra angular de la evaluación del niño febril
agudo, delimita dos categorías:
9 Con signos de focalización (CSF), que puedan explicar el origen del evento febril,
los cuales pueden estar relacionados con manifestaciones respiratorias, digestivas,
lesiones de la piel o tejidos blandos y otras.
9 Existe otro grupo de pacientes sin signos de focalización (SSF), en los que el
interrogatorio y el examen físico inicial no sugieren una causa evidente. Estos serían
los casos donde la evaluación inicial debe ser amplia y en los que mayor cantidad de
exámenes complementarios deben realizarse en cuanto a la estrategia de diagnóstico
y tratamiento.
o Exámenes complementarios a indicar:
- Hemograma.
- Eritrosedimentación (VSG).
- Uroanálisis.
- Citoquímico del Líquido cefalorraquídeo (LCR).
- Cultivo de sangre.
- Radiografía de tórax.
- Proteina C reactiva.
• A partir de los datos clínicos y los exámenes de laboratorio realizados clasifica a los
pacientes con alto riesgo de Infección Bacteriana Severa (IBS) o bajo riesgo de IBS,
una vez identificado el riesgo, se tomará la conducta de acuerdo a dicha clasificación.
• Para realizar el tratamiento apropiado de la fiebre tendrás presente el uso de medidas
físicas, antitérmicas y generales.
• Es importante proporcionar una información completa a los padres sobre:
9 El significado de la fiebre.
9 Las medidas más apropiadas de tratamiento sintomático.
9 El bajo riesgo de infección bacteriana grave en una fiebre SSF y de la escasa
duración habitual de estos procesos.
9 Es imperativa una instrucción detallada de posibles signos o síntomas que pueden
aparecer y que se deben vigilar exhaustivamente, que pueden sugerir un
empeoramiento clínico para reevaluar al niño (Signos de alarma antes mencionado).
9 En ocasiones, puede ser importante incorporar la opinión de los padres en la toma de
decisiones respecto a la realización o no de pruebas complementarias para
seleccionar criterios de riesgo, y de las ventajas y riesgos para el niño y la comunidad
de instaurar un tratamiento antibiótico empírico.
• Revisa antes de comenzar la actividad en tu horario de autopreparación la temática que
aparece en:
Pediatría. Autores cubanos. Tomo IV. Parte XVIII. Capítulo 116. Páginas: 1362 – 1371.
Seminario integrador
Con la guía que el profesor dio a conocer en la actividad orientadora, los resúmenes
confeccionados, la bibliografía revisada, así como las tareas realizadas durante la práctica
docente en la consulta médica y en la visita de terreno, ya estarás en disposición de analizar
y responder las situaciones problémicas que se te presentan en el seminario y que te
ayudaran a consolidar los conocimientos adquiridos sobre las enfermedades infecciosas
virales: Varicela, Parotiditis, mononucleosis infecciosa, enfermedades causadas por
enterovirus: ECHO y Coxsakie, Rabia y Dengue.
Durante la actividad, el grupo se dividirá en equipos no muy numerosos, a cada uno se les
asigna una o varias situaciones problémicas que serán discutidas, acorde a los objetivos
propuestos y las habilidades a desarrollar. Recuerda que tu participación será individual o en
pequeños grupos y que será evaluada, por lo que tu preparación es fundamental.
En cada una de las situaciones clínicas debes:
1. Identificar los principales factores de riesgo relacionados con el manejo del niño con
alguna enfermedad infecciosa.
2. Identificar las manifestaciones clínicas y las alteraciones del examen físico que le
permitan formular una hipótesis diagnóstica.
3. Describir las complicaciones más frecuentes.
4. Formular el diagnóstico sindrómico, positivo y diferencial.
5. Seleccionar e interpretar los exámenes de laboratorio útiles para el diagnóstico.
6. Seleccionar la conducta terapéutica integral, incluyendo las medidas de promoción,
prevención, profilaxis, curación y rehabilitación.
7. Emitir el pronóstico.
Bibliografía:
Temas de Pediatría: Santiago Valdés Martín y Anabel Gómez Vasallo. Capítulo 12.
Páginas: 137- 139.
Pediatría. Autores cubanos. Tomo IV. Parte XVII. Capítulos 113. Páginas: 1545 -1548,
1585 – 1592.