Los Habitos de Estudios MÁS Importantes
Los Habitos de Estudios MÁS Importantes
Los Habitos de Estudios MÁS Importantes
11. Intentar estudiar todos los días el mismo tiempo: Debes convertir el estudio
en una práctica que te ayude a llevar adelante tus objetivos y a crear una
manera de estudiar que te permita obtener confianza en ti mismo.
Intenta encontrar un equilibrio entre tu disponibilidad y tus horas más óptimas de
estudio (concentración) para intentar ajustar tu planificación.
Si te planificas adecuadamente, logras cumplirlo y además mantienes una rutina
óptima de estudio, evitarás estudiar la noche anterior al examen, que contrariamente
a lo que muchos estudiantes realizan, es una decisión equivocada.
Ten en cuenta también que sería muy útil que pusieras el orden de estudio de cada
asignatura según tu nivel de concentración.
Si sabes que tu nivel de concentración es muy bueno nada más comienzas a
estudiar, estudia primero las asignaturas que requieren mayor complejidad.
Si, por el contrario, eres de aquellas personas que se distraen al principio y que pasado
un tiempo comienza a concentrarse, empieza por una asignatura sencilla y deja las
complejas para más adelante.
Distintas investigaciones han demostrado la relación que existe entre el tiempo que
se dedica al estudio, la eficacia con la que gasta ese tiempo y la relación con el
rendimiento académico.
La importancia de la autoeficacia
Si pones en práctica los distintos hábitos de estudio y eres constante, mejorarán no
sólo tus resultados académicos, sino también tu autoeficacia.
No sólo lograrás alcanzar tus metas, sino que serás capaz de hacerlo en menos
tiempo, aumentarás tu autoestima, construirás tu propio aprendizaje de
manera significativa y crecerás en seguridad y autoconfianza.
A través de todos los consejos que te voy a ofrecer a lo largo del artículo, puedes
trabajar para adquirir competencia y mayor confianza en ti mismo. Pon en práctica
estas actividades de autorregulación y te ayudarán a generalizar tu autoeficacia.
Diversas investigaciones concluyen que cuando el sujeto se percibe como competente,
se implica de manera activa en su propio proceso de aprendizaje.